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Confianza: palabra clave en Finlandia


Chiharu Shiota, Weaves a labyrinth of keys.


"Cuando pregunto a los visitantes qué es lo más importante que se llevan del sistema educativo finlandés, una respuesta frecuente es la amplia confianza que muestran los finlandeses en sus escuelas" escribía el experto finlandés Pasi Sahlberg en 2013. Soy parte de esa estadística. Y de la admiración, viniendo de América Latina, "la región más desconfiada del mundo" y, al mismo tiempo, una región crónicamente sobresatisfecha con sus sistemas escolares.

La confianza en sus profesores es tema reiterado en la literatura sobre el éxito educativo finlandés. Pero en Finlandia descubrí que la confianza es un valor que atraviesa a toda la sociedad, un valor que está en el corazón no solo del sistema educativo sino del sistema social. Según el Eurobarómetro 471 (abril 2018) 85% de los finlandeses dice que confía en otro finlandés. Según el World Values Survey (2009), 59.77% de los finlandeses afirma que "la mayoría de las personas es confiable"; en el Ecuador apenas 7.16% afirma eso (2014).

Artículos y entrevistas sobre la educación finlandesa que circulan en medios y redes suelen destacar dos asuntos en relación a la confianza: 

Los profesores no son evaluados Finlandia no tiene un sistema de evaluación docente, tampoco un sistema de inspección escolar. Las autoridades, las familias, la sociedad, confían en los profesores, en los mecanismos de selección, en su proceso de formación, en su dedicación, en su profesionalismo, en su diposición para el aprendizaje permanente.

Los niños van solos a la escuela Desde que ingresan a la escuela primaria (7 años), los alumnos van solos a la escuela, a pie, en bicicleta, con sus hermanos, con otros niños. Esta es una sociedad que no tiene entre sus preocupaciones el tema de la seguridad, que confía en los demás y que cultiva en los niños, desde muy tempano, la responsabilidad y la autonomía tanto en el hogar como en la escuela.

Durante mi visita de estudio (octubre-noviembre 2015) pude constatar ambas cosas. Pero, además, pude ver y experimentar otras muestras notables de la confianza finlandesa, dentro y fuera del sistema escolar.

Los niños pasan tiempo solos al salir de la escuela  En Finlandia lo usual hoy es que papá y mamá trabajen fuera de la casa; los niños permanecen solos (o con amigos) hasta que sus padres regresan del trabajo (5 ó 6 de la tarde). Para los más pequeños las escuelas ofrecen servicios fuera del horario escolar. Los más grandes se quedan jugando afuera, en algún parque, o van a sus casas. El sistema nacional de bibliotecas juega un papel fundamental en este sentido; en las tardes ví alumnos de todas las edades haciendo tareas escolares en bibliotecas cercanas a la escuela o a sus hogares.

Los profesores confían en los alumnos  De la educación finlandesa suele destacarse la empatía entre profesores y alumnos. Pude ver innumerables muestras de esta empatía en las aulas y fuera de ellas, y muestras notables de confianza en los alumnos, desde los más pequeños hasta los más grandes. Menciono dos:

- Autoevaluación en pares  En una clase de español en 1º y 2º grado, en una escuela en Helsinki, presencié cómo niños y niñas de 7 y 8 años trabajaban una actividad en parejas y luego se autoevaluaban, agregando una, dos, tres o cuatro estrellas a la hoja en la que habían dibujado y escrito. Le había preguntado a la maestra si los niños eran honestos al momento de evaluarse. Quedé maravillada. Ninguno se puso cuatro estrellas. Cada pareja pasó al frente a explicar las razones de su autoevaluación. Cosas que los niños pueden hacer cuando la palabra evaluación no evoca miedo ni castigo. 

- Guías en la escuela  En una escuela en Sotoo, en las afueras de Helsinki, la profesora encargada de coordinar mi visita pidió a dos niños de clases distintas (9 y 10 años), que se comunicaban bien en inglés, mostrarme la escuela. Mis guías me llevaron por todo lado, me explicaron lo que veía y - lo más importante - supieron contestar todas mis preguntas. Lo hicieron con soltura, simpatía, humor, y hasta se permitieron algunas críticas a la escuela.

Confianza en los desconocidos

Varias anécdotas personales. Destaco dos, una en escuela y otra en la calle.

- Entrega del llavero de la escuela  La profesora encargada de coordinar mi visita en la escuela me preguntó qué me gustaría hacer mientras ella se desocupaba de una clase y llegaba la hora de almorzar. Le dije, con honestidad, que lo que me gustaría era recorrer la escuela libremente. Para mi sorpresa, ¡me entregó el llavero de la escuela!. Durante una hora tuve total libertad para mirar la biblioteca, el comedor, los espacios de trabajo fuera de las aulas, el gimnasio, el patio, el estacionamiento de bicicletas, etc., y observar a alumnos y profesores desarrollar sus actividades cotidianas. Fenomenal.

- Sointu  Nos conocimos de noche, en la fila de un kiosko, en Helsinki. Le había preguntado a la vendedora dónde podía comprar un secador de pelo; desde atrás de la fila escuché decir: "Yo tengo uno, se lo puedo prestar". Resultó que Sointu (74 años) vive - sola - en un departameto ubicado a una cuadra del que yo alquilé. Caminamos juntas. Insistió en que subiera. Le pregunté varias veces si no temía que una persona desconocida, que encontraba en la calle, entrara a su departamento; ni hablar de que le devolviera el objeto prestado. No. Ella confía en las personas. Nunca le sucedió nada malo. Sointu terminó siendo una gran amiga y una gran compañía durante mi estadía en Finlandia.

Confianza, educación y lectura

Según la OCDE (2015), los niveles de confianza en los demás y de confianza en el sistema educativo difieren mucho entre los países de la OCDE. La confianza en el sistema educativo es alta en Finlandia, Islandia e Irlanda. La confianza interpersonal es especialmente alta en los países nórdicos, entre los cuales se encuentran algunos de los países con más alta escolaridad y mejor educación del mundo. De hecho, la escolaridad, la calidad de la educación y la lectura inciden sobre el desarrollo de la confianza: a más escolaridad, a mayores niveles de alfabetización y de lectura, mayor confianza interpersonal. Incrementar esa confianza es parte de la misión de la educación, desarrollando la inteligencia emocional y las habilidades cognitivas y sociales que ayudan a mejorar la capacidad para analizar y juzgar a los demás.



La confianza que se respira en Finlandia en el sistema educativo y en la sociedad contrasta con lo que ocurre en América Latina, "la región más desconfiada del mundo", según el Latinobarómetro. En 20 años de encuestas del Latinobarómetro (1995-2015), la baja confianza en los demás (17%) es un dato que se ha mantenido constante. "La desconfianza en el otro es el piso que define a las sociedades de esta región". Uruguay es el único país que viene incrementando su confianza en las instituciones de la democracia, no gracias a normas sino a liderazgos concretos.
  • La mayor confianza la tienen las iglesias, seguida de los medios de comunicación, las instituciones privadas y las "instituciones de la democracia", en ese orden. 
  • Los estudiantes (los jóvenes) - agregados a la encuesta en 2015 - aparecen como el segundo actor con más confianza (62%), después de las iglesias (69%).
  • 17% de los latinoamericanos confía en un desconocido y 30% en las instituciones.
  • 33% confía en el gobierno, 27% en el congreso, 36% en la policía, 44% en las Fuerzas Armadas, 44% en el tribunal electoral.
  • 49% confía en la radio, 47% en la televisión, 43% en los diarios.
  • 69% confía en las iglesias, 44% en los bancos, 40% en la empresa privada, 29% en los sindicatos, 20% en los partidos políticos.
  • 63% confía en los vecinos, 62% en los estudiantes, 60% en los pobres, 45% en los indígenas, 28% en los extranjeros.
  • 37% de los latinoamericanos está satisfecho con la democracia en sus países.
También el Barómetro de las Américas (2014) de LAPOP reveló bajos niveles de confianza interpersonal - inclusive en el entorno inmediato de la comunidad - y de confianza en las instituciones.

En marcado contraste con Finlandia, en América Latina la desconfianza en los profesores es alta y crece. La evaluación docente viene extendiéndose en la región, a menudo impuesta a la fuerza, con réditos dudosos sobre el profesionalismo docente y la mejoría de la enseñanza, y con efectos muy negativos sobre la autoestima docente así como sobre la valoración y la confianza ciudadana en los docentes.

A quienes preguntan si el modelo educativo finlandés puede imitarse en América Latina es preciso recordarles: la confianza es un pilar fundamental de la educación y de la sociedad finlandesa, una construcción social y cultural de muchas décadas, apuntalada entre otros desde el sistema escolar. América Latina, por su lado, se caracteriza por la desconfianza, alimentada sin duda por la realidad y por la propia experiencia, y también por problemas de escolaridad y de mala calidad de la educación. Los sistemas escolares y los modelos educativos en esta región se asientan en la desconfianza: en los maestros, en los alumnos, en los padres de familia, en los pobres, en los indígenas. En éste, como en otros aspectos, la distancia respecto del modelo educativo finlandés es enorme.

Timo y Giorgio

Rosa María Torres



Timo


Timo es un joven finlandés que viaja, como yo, a Helsinki. La conversa se instala mientras esperamos el vuelo en el aeropuerto de Amsterdam.

Me pregunta la razón de mi viaje. Le digo que voy en visita de estudio, atraída por la educación finlandesa. Le pregunto qué opina de la educación en Finlandia, y me cuenta su historia.

Tiene 26 años. Vino a Holanda por trabajo, tres días. Trabaja en una empresa en Helsinki. Está contento con su trabajo. Es Ingeniero Químico, graduado en la Universidad de Helsinki.

Viene de una familia rural. Nació en un pequeño pueblo (no escuché bien y no pude anotar el nombre). Estudió ahí toda la educación básica (9 años). Tiene muy buenos recuerdos de su escuela. Los profesores le enseñaron bien, se empeñaban en que todos los alumnos aprendieran, que nadie se quedara atrás.

A fin de que pudiera continuar sus estudios, su familia decidió mudarse a una ciudad cercana. Sus padres iban y venían en el día. Fue una movida mayor y un gran esfuerzo para ellos. Poco después, sus padres se separaron.

Allí terminó el colegio. Luego se fue a Helsinki. Es el primero en su familia que fue a la universidad.

Le gusta leer. Aunque ahora que trabaja lee menos que cuando era estudiante. Lo ve como un problema y una pérdida.

Todo el inglés que sabe lo aprendió en Finlandia. Se maneja en inglés estupendamente. Además de finlandés, en su casa se habló siempre sueco.

Se lleva bien con sus padres y hermanos. Les va a visitar siempre que puede. Disfruta mucho de las reuniones familiares.

Solo ve cosas buenas en su futuro. Imagina que en diez años estará en un trabajo mejor. No piensa casarse por ahora. Seguramente lo hará despues de cumplir los 30. Quiere tener su propia familia, hijos. Le gustaría tener dos.


Giorgio

Con Giorgio nos conocemos en el avión. Somos compañeros de asiento.

El vuelo dura dos horas y media. La conversación se cuela a propósito del desayuno que no llega. Ambos estamos muertos de hambre.

Giorgio es de Giorgia y también tiene 26 años.

Habla español perfectamente. Está radicado en España con su familia desde hace más de diez años. Viven en Murcia.

No fue muy buen alumno en el colegio pero entró ilusionado a la universidad. Quería estudiar algo relacionado con la ecología, no sabía muy bien qué. Quería "cambiar el mundo".

A mitad de carrera decidió cambiarse a otra. Lleva dos años en ésta y está desencantado, pensando en dejar definitivamente el estudio. Cree que "un profesor con luz" podría haberle retenido y re-entusiasmado.

Quiere irse a trabajar en buceo, en algún lugar del mundo. Ya hizo un contacto, en Asia, y piensa ir a explorar.

Va a Finlandia a encontrarse con su novia, quien está haciendo allí una pasantía por seis meses. Ella está contenta, quiere que él vaya, pero él ya está decidido. En este viaje se despedirán.


***

En el aeropuerto, en Helsinki, veo a Giorgio y a su novia encontrarse, emocionados. 
Timo, muy gentil, se acerca a ayudarme con la maleta. Me desea suerte y se despide. (Se me olvida pedirle que me repita el nombre de su pueblo).

Así, con estas historias personalísimas de dos jóvenes europeos de 26 años, llego a Finlandia.
Jóvenes e historias que me dejan mucho para pensar. Perfecto preámbulo para esta visita.


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Atraer a «los mejores estudiantes» para la docencia



Todos recomiendan «atraer a los mejores estudiantes para la docencia» . Pocos se preguntan a) ¿quiénes son «los mejores estudiantes»? y b) ¿qué evidencia hay de que «los mejores estudiantes» sean «los mejores docentes»?

¿Quiénes son «los mejores estudiantes»?

Generalmente se entiende que los «los mejores estudiantes» son los que obtienen las mejores calificaciones, en exámenes y en su trayectoria escolar.

Muchos asumen que los «los mejores estudiantes»  son los más inteligentes y que obtener buenas calificaciones es indicativo de aptitudes superiores.

David Cameron, en el Reino Unido, citando entre otros a Finlandia y a Corea del Sur y a sus resultados en las pruebas PISA, afirmaba que hay que capacitar a los estudiantes «más inteligentes» para que se conviertan en profesores. Asociaba así, sin más, «mejores estudiantes» con «estudiantes más inteligentes» (Ver: The Importance of Teaching. The Schools White Paper 2010)

En el Ecuador, a partir de 2012, se decidió seleccionar a «los mejores estudiantes» en dos carreras universitarias, Medicina y Magisterio, y a partir de un único instrumento: el examen de ingreso a la universidad, ENES, implantado en 2012-2016, el cual - se dijo - medía aptitudes básicas. La trayectoria escolar y de vida del estudiante no contó para nada, solo el puntaje en el ENES. Para Medicina y Magisterio los postulantes debían obtener como mínimo 800 puntos. Como era de esperar, muchas facultades de educación no tuvieron estudiantes e incluso algunas debieron cerrar. Los estudiantes con los mejores puntajes en el ENES pasaron a integrar el llamado Grupo de Alto Rendimiento (GAR), lo que les aseguraba una serie de reconocimientos e incentivos, y becas para estudiar en el país y en el extranjero. (Ver, en este blog: Puntajes perfectos). Como explicamos más abajo, esto es muy diferente de cómo se decide y selecciona en Finlandia a «los mejores estudiantes» para la docencia.

¿Podemos afirmar que «los mejores estudiantes» son los que obtienen las mejores calificaciones, ya sea en su trayectoria escolar o en una prueba?

Yo digo que no. En todo caso, esto es insuficiente para afirmar que son «los mejores». Podemos afirmar que buen estudiante es el que se entusiasma con el aprendizaje, el que lee y disfruta de la lectura, el que piensa, el que pregunta, el que investiga, el que es capaz de aprender de manera autónoma, dentro y fuera del sistema educativo. El buen estudiante no necesariamente saca las mejores calificaciones.

¿Qué lleva a pensar que «los mejores estudiantes»"serán «los mejores docentes»?

El buen docente sigue jugándose en primer lugar en la vocación, en el gusto por aprender y por enseñar y ver que otros aprenden, en cualidades como el respeto, la empatía y hasta la simpatía, la paciencia, la humildad, la capacidad de diálogo, de observación y de escucha, la inteligencia emocional más que la inteligencia a secas, el aprecio por la lectura, por la cultura, por el arte. Qué y cómo enseñar es algo que se aprende y que depende también, sobre todo, de su propio interés, disposición y capacidad para aprender. No hay nada que lleve a asociar, mecánicamente, ser «buen estudiante» - entendido como obtener buenas calificaciones - y tener madera para convertirse en «buen educador».

Fui directora pedagógica de la Campaña Nacional de Alfabetización "Monseñor Leonidas Proaño" en el Ecuador. Recuerdo vívidamente que muchos profesores se sorprendían - y me comentaban, en mis recorridos y visitas por el país - al constatar que algunos de sus estudiantes que habían considerado «más vagos» en el colegio resultaban ser muy buenos alfabetizadores, creativos, entusiastas, comprometidos.

Pasi Sahlberg lo explica bien para el caso de Finlandia y a propósito justamente de las afirmaciones de David Cameron. (Ver: What makes Finnish teachers so special? It's not brains  - ¿Qué hace tan especiales a los profesores en Finlandia? No es el cerebro - The Guardian, 31 marzo 2015).

En Finlandia el 10% de los estudiantes que son aceptados para estudiar magisterio en la universidad no son necesariamente «los mejores estudiantes» o «los más inteligentes». 

El examen de ingreso en la Universidad de Helsinki tiene dos fases. Primero, todos los estudiantes deben tomar un examen escrito. Los que obtienen los mejores puntajes son invitados a la segunda fase, que consiste en un test de aptitudes para el ingreso a la universidad. 60% de los estudiantes elegidos lo son a partir de una combinación de los resultados del test de admisión y de los puntajes en los exámenes de cierre de la educación secundaria; 40% de los estudiantes obtuvieron un lugar en la universidad a partir solo del puntaje en el examen de admisión.

En 2014, 1.650 estudiantes tomaron el examen escrito para competir por 120 lugares disponibles en la Universidad de Helsinki. Los aplicantes tenían entre 1 y 100 puntos en los exámenes de aprobación de la secundaria. Una cuarta parte de los estudiantes aceptados en la universidad provinieron del 20% ubicado en el tope de las habilidades académicas; otra cuarta parte provino de la mitad inferior. La mitad de los estudiantes admitidos en primer año fueron estudiantes promedio en términos académicos.

La idea de que Finlandia recluta a «los mejores y a los más brillantes académicamente» para convertirse en docentes es un mito, aclara Sahlberg. En verdad, la cohorte de estudiantes admitidos representa una gran variedad desde el punto de vista del éxito académico. Y esto se lo hace de manera deliberada.
"Si los educadores de educadores en Finlandia creyeran que la calidad docente se relaciona con la habilidad académica, habrían admitido a estudiantes con desempeño superior. La Universidad de Helsinki podría elegir cada año entre los mejores estudiantes y entre "los más brillantes". Pero no lo hace. Porque sabe que el potencial docente está escondido entre personas muy diferentes. Jóvenes atletas, músicos y líderes, por ejemplo, muchas veces tienen características para ser grandes profesores sin que necesariamente tengan los mejores récords académicos. Lo que muestra Finladia es que antes que atraer a «los mejores a la docencia», es mejor diseñar la formación inicial de modo de atraer a los jóvenes con una pasión natural para enseñar.

Un gran paso sería admitir que los estudiantes académicamente mejores no son necesariamente los mejores docentes. Los sistemas educativos exitosos se preocupan más por encontrar a las personas adecuadas para convertirse en profesores de por vida".  
Licencia de Creative Commons

Este artículo está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.

Polémicas charlas contra las drogas en colegios (Ecuador)



Charla del pianista Raúl Di Blasio
en el colegio Freile Stabile de Playas-Guayas, Ecuador.
El Universo, feb. 7, 2015.




En 2014-2015 el gobierno ecuatoriano emprendió una serie de acciones para controlar y reducir la venta y el consumo de drogas en los colegios. El reportaje que incluyo abajo, tomado (con su autorización) del sitio ecuatoriano La Historia, se refiere a la campaña 'Revolución Preventiva' desarrollada por el Gobernador del Guayas, Rolando Panchana, del movimiento gobernante Alianza País. La campaña consistió en charlas motivacionales del pianista argentino Raúl di Blasio, el "Piano de América", en colegios públicos de esa provincia. El reportaje incluye los documentos de: a) la propuesta de la empresa HDC Producciones, domiciliada en Guayaquil: 60 conferencias entre noviembre 2014 y febrero 2015, dirigidas a estudiantes de entre 12 y 17 años, en las cuales se entrega refrigerio; y b) el contrato, por 1 millón 600 mil dólares más IVA.

El reportaje habla por sí mismo, haciendo innecesario cualquier comentario. Frente a las críticas y a la polémica suscitada, Rafael Correa defendió el contrato, dijo que no son solo 60 charlas (ese es el número en la propuesta y el contrato) y que hay muchos gastos involucrados, aunque reconoció que "se pudo negociar un poquito más fuerte".

Luego se anunció que alumnos y profesores de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad de Guayaquil (FACSO) evaluarán el impacto de las charlas, usando "técnicas de investigación tutoriadas por profesores". Ver aquí una entrevista al personal de HDC en TeleAmazonas.

El tema volvió al tapete en febrero 2016. Un examen especial de la Contraloría General del Estado encontró que el contrato está plagado de irregularidades. Según el informe, cerca de USD 327.000 no fueron justificados correctamente. No se supo más del asunto.

Finalmente, el asunto regresó al debate nacional en junio de 2020 cuando el dueño de la empresa HDC, Daniel Salcedo, amigo de la familia Bucaram, fue apresado en relación a numerosos actos de corrupción destapados a raíz de la pandemia y de su intento de fuga al Perú en un helicóptero que se accidentó.

Agrego al pie algunas entradas "para saber más".


Las charlas de $1,8 millones del Piano de América
Di Blasio 1
El pianista argentino Raúl Di Blasio en el colegio Eloy Alfaro de Durán.


Es una tarde calurosa de viernes y los estudiantes del Liceo Naval esperan en el coliseo techado del colegio Eloy Alfaro de Durán la llegada del pianista argentino Raúl Di Blasio, contratado por el gobernador Rolando Panchana para la campaña contra las drogas “Revolución Preventiva“.

Lo reciben con un aplauso efusivo. Di Blasio los saluda y comienza la función.

-Chicas, chicos, primera pregunta, ¿quien no conocía a Raul Di Blasio? Levanten la mano.
Todos la levantan y ríen.
-No les da vergüenza, en serio, ¡todos! ¿Hablaron con sus mamás y sus papás?… ¿No les dijeron: mañana voy a tener que ir a escuchar un pianista que se llama Raul Di Blasio?
Unos responden: sí, otros: no.
-¿Y más de un papá me conoció o no?
-Nooo
- (Risas) Ahora no me conocen, dentro de una hora no me van a dejar ir.

En la hora y media que dura la charla, el pianista habla de su vida, obstáculos y éxitos, toca el piano tres veces e interactúa con los estudiantes. Pide, por ejemplo, que un chico tome una rosa y se la entregue a alguna compañera. Invita a otro chico que toque con él, y, al resto, que le hagan preguntas También pide que proyecten imágenes de una pequeña casita de ladrillo en Zapala, su pueblo natal, donde empezó a estudiar el piano a los siete años.

La modestia no es uno de los temas de este evento. “Después de 20 años de carrera artística, he recorrido y tocado en los escenarios más hermosos, los teatros más adecuados, el teatro que yo quiero, la orquesta que yo quiero…si ustedes creen amigos, amigas, que para mí es necesario estar aquí, en este colegio, bajo este sol abrasador, bajo condiciones que no son las adecuadas, si ustedes creen que es necesario para mí, no, no es necesario, es fundamental, lo más importante”.
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 Di Blasio toca con un estudiante del Colegio Liceo Naval.

Los chicos que están sentados en la parte delantera prestan atención, los del fondo conversan gran parte del tiempo de otra cosa. “No necesito y no quiero y no me interesa si les gusta mi música o no, pero si me interesa mucho que me valoren y me respeten por el esfuerzo y la tenacidad. No hay límites para alcanzar lo que quieras cuando lo haces con convicción”, enfatiza Di Blasio sobre un sencillo escenario que lo componen un piano, un teclado -que lo utiliza su hijo Estéfano-, un acordeón y una pantalla para proyecciones. “¿Ustedes creen que yo sabía a los 7, 8 años que me iba a convertir en el Piano de América, que iba a vender más de 15 millones de discos, que iba a grabar con los artistas más importantes de la historia?”.

En la charla motivacional, poco se habla de las drogas. Motivo de la campaña que encabeza la Gobernación del Guayas y cuyo titular, Rolando Panchana, contrató por $1,8 millones (incluido el IVA) a la empresa H.D.C. Producciones para organizar 60 charlas de Di Blasio en la provincia. Fue un contrato por invitación directa que se firmó el 11 de noviembre pasado, un día después de que la empresa presentara su propuesta. H.D.C. Producciones contaba con un capital suscrito de $800 que aumentó a $100.000 el 7 de noviembre, según registra la Superintendencia de Compañías, es decir, cuatro días antes de formalizar el acuerdo con la gobernación.

Bajo este contrato, cada charla de Di Blasio le cuesta a la gobernación del Guayas $30.000.

De las drogas, el pianista argentino hizo dos referencias y dio un mensaje al final. La primera fue más bien una anécdota, que ocurrió en octubre pasado durante un almuerzo que compartió con el presidente Rafael Correa, el gobernador Panchana y unos 200 estudiantes de Guayaquil. Entonces el Presidente se le acercó…

-Me tomó del brazo así, con mucha fuerza, con mucha pasión y me dijo con lágrimas en los ojos: ‘Ayúdanos porque se acaba de morir un chico de 13 años’
-¿Cómo, debido a qué?
-Por abstinencia. Nos faltan centros de rehabilitación, nos faltan muchas cosas…

El presidente se refería al adolescente Juan Elías, de 13 años.

Según el pianista, por ese gesto del presidente y una charla posterior que tuvo con el gobernador Rolando Panchana, aceptó unirse a la Revolución Preventiva. Dijo que Panchana estaba al tanto de las charlas motivacionales que da en México y que se lo pidió de tal forma que no se pudo negar. “En el pedir está el dar”, insistió.
 
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La empresa H.D.C Producciones fue contratada para la realización de las charlas.

La segunda referencia sobre drogas fue una vivencia: “Siempre he tenido la fortuna de tener la fortaleza de cuando me han ofrecido droga, donde sea que voy, he dicho: No, Gracias. Por ese tengo el derecho y la capacidad de estar aquí con ustedes “. Y su mensaje final, un pedido: “No me interesan sus aplausos. Yo lo que espero más que aplausos de ustedes, es que los jóvenes y las jóvenes que están aquí, cuando vean a alguien que venga y les diga quieren probar (droga), tenga la fuerza de decir no… Y me gustaría que en homenaje a este día, cuando vean un amigo que se está drogando vayan y le digan: ese no es el camino”.

Durante el evento, el artista no solo mostró fotos de su pueblo, también de sus amigos de la infancia,  que según contó, lo reciben con gran entusiasmo en cada visita, le preparan un banquete y le piden que les cuente sus anécdotas y viajes, “porque la única manera que tenemos de viajar por el mundo y de crecer es a través de tus ojos”, le dicen. También habló de amigos más conocidos como Juan Gabriel y Marco Antonio Solís. Y con un video grabado junto al Buki, despidió a los chicos.

En todo caso, de los resultados está muy optimista el gobernador Panchana. A la fecha de esta publicación, 22 de enero, todavía no se cumple ni la mitad de las 60 charlas, pero el funcionario expresa satisfacción. “Con el trabajo coordinado de la Revolución Preventiva hemos logrado alejar a cientos de menores de edad del camino de las drogas”, dijo el 8 de enero, sin especificar de dónde saca esas conclusiones. Enfatizó, eso sí, que a las tareas de control de drogas en los colegios y la disuasión, le sigue otra etapa, en donde entra el pianista argentino. “La fórmula que estamos desarrollando junto a Raúl Di Blasio es de motivación para sacarlos del mal camino”.

Para saber más

- Correa justificó rubro para charlas de Raúl Di Blasio, El Universo, 16 febrero 2015
-para prevenir las drogas valen $ 1,79 millones, El Universo, 8 febrero 2015
- Raúl Di Blasio: ‘Tengo experiencia porque tuve origen modesto’, El Universo, 8 febrero 2015
- Empresa ganó proceso con invitación de Gobernación del Guayas, El Universo, 8 febrero 2015
- Raúl Di Blasio está comprometido con Ecuador, Radio K1, 7 febrero 2015
- Charla Revolución Preventiva del 2015, Colegio Freire Stabile, Gobernación del Guayas, 7 febrero 2015
- Las fiestas por $2,7 millones del Gobernador Panchana, La Historia, 14 octubre 2014
- La droga mató al niño Juan Elías, La Historia, 11 septiembre 2014
- Raúl Di Blasio   @raul_di_blasio

- Gobernación del Guayas  @GoberdelGuayas
- HDC Producciones en Facebook y sitio web en construcción @HdcProductions
- La Historia 
@lahistoriaec







¿Buen estudiante es el que saca buenas notas?


Sato Kanae



- La «buena nota» es engañosa como criterio de definición del «buen estudiante», del aprendizaje, de la inteligencia y del talento.

- «Buen estudiante» no es necesariamente el que obtiene buenas notas sino el que disfruta el aprendizaje, estudia con el propósito de aprender, desarrolla el autoaprendizaje, el pensamiento crítico y autónomo.



1.
Siempre se plantea la pregunta de qué es un «buen educador». Rara vez se plantea la pregunta de qué es un «buen estudiante». Por lo general se da por descontado que «buen estudiante» es el que saca buenas notas y que saca buenas notas porque es inteligente, estudioso, esforzado. 

2.
El «buen estudiante» o la «buena estudiante» es alabado y premiado en el plantel, en la familia, en la sociedad. El sistema escolar se esmera en honores y premios para el «buen estudiante» (y en deshonores y castigos para el «mal estudiante»). Le encarga tareas de responsabilidad como portar la bandera, vigilar la asistencia o la disciplina, recibir y guiar a los visitantes, representar al plantel en concursos y eventos, etc. Las buenas notas conducen a diplomas, galardones, regalos, viajes, becas.

3. Ser «buen estudiante» tiene también un lado oscuro: a menudo lidia con la envidia, la burla, el acoso, el bullying. 'Matón', 'matado', 'traga', 'empollón' y muchos otros nombres persiguen al 'aplicado' y al estudioso. Consejos sobre "cómo ser buen estudiante" y "cómo sacar buenas notas" advierten muchas veces acerca de los costos sociales, la pérdida de amigos, el aislamiento y hasta el odio de los demás. La ventaja comparativa de niñas y mujeres, frecuentemente mejores estudiantes que los varones, suele convertirse en desventaja, en un estigma más asociado a lo femenino.

4. ¿Qué es ser «buen estudiante»? ¿Quiénes son «buenos estudiantes»?

A. Los que sacan buenas notas.
B. Los que estudian mucho.
C. Los que respetan las reglas y cumplen con las tareas establecidas.
D. Los que se esfuerzan y perseveran.
E. Los que se interesan y están motivados para aprender.
F. Los que leen y escriben y lo hacen con gusto y por propia iniciativa.
G. Los que buscan información e investigan por su cuenta más allá de lo enseñado en clase. 
H. Los que cooperan, comparten, rechazan la violencia, son buenos compañeros.

Muchos eligen A. El valor atribuido a las notas está tan enraizado que se consideran equivalentes «ser buen estudiante» y «sacar buena nota». La nota puede referirse a la trayectoria estudiantil o al puntaje obtenido en un examen.

5. Lo cierto es que:

- Una nota (calificación) dice poco sobre lo que es, sabe y sabe hacer un estudiante. Una buena nota no revela necesariamente inteligencia. Hay malos estudiantes con buenas notas y buenos estudiantes con malas notas.
- Una prueba mide apenas una pequeña parte de lo que sabe un estudiante. Además, puede estar mal hecha y/o mal aplicada, y no ser adecuada para lo que pretende medir o evaluar.
- Estudiar no es lo mismo que aprender; se puede estudiar y no aprender. Mucho depende de cómo se estudia.
- Aprender y aprobar son cosas distintas. Se puede aprobar (un examen, el pase de año) sin haber aprendido. A menudo, lo que se «aprende» para el examen, se olvida al día siguiente del examen pues nunca se aprendió realmente. Aprender toma tiempo, implica comprensión, exige esfuerzo y uso de lo aprendido.
- Los estudiantes más inteligentes, más talentosos, más creativos, a menudo no se llevan bien con el sistema escolar. Hay muchos ejemplos de intelectuales, científicos, artistas destacados que han sido dados por «malos estudiantes». ("Thomas Alva Edison y otros genios que fueron pésimos estudiantes").
- La distracción no necesariamente revela desinterés. Entre los «distraidos» hay muchos curiosos, creativos, observadores, investigadores, todas ellas cualidades importantes para el aprendizaje.

6. Hoy se plantea el propósito de atraer a los «mejores estudiantes» hacia la docencia. Por «mejores estudiantes» se entiende estudiantes con buenas calificaciones y con un puntaje alto en el examen de ingreso a la universidad. No obstante, cabe recordar que Finlandia selecciona a los futuros estudiantes de magisterio no poniendo en el centro su rendimiento académico sino saberes, valores y actitudes considerados indispensables para la buena docencia como son la empatía, la solidaridad, el espíritu de servicio, el aprecio por la lectura, la afición por el arte, entre otros.

Breve reflexión sobre mi experiencia personal

Yo fui siempre buena estudiante. Partí de una enorme ventaja: mi papá me enseñó a leer y escribir a los 5 años, de modo que cuando entré a la escuela ya leía y escribía. Me gradué en el Colegio Alemán de Quito como la mejor alumna de mi promoción. En toda mi trayectoria escolar - y, más adelante, en la universidad - disfruté enormemente leyendo y escribiendo, aprendiendo idiomas, música y danza. Mi papá, mi mamá y mis profesores me ayudaron a creer que era buena para todo eso.

Mi mamá nunca tuvo que perseguirme para que hiciera los deberes o estudiara en época de exámenes. De niña hacía los deberes sola, con gusto, de manera prolija, antes de ponerme a jugar. En la adolescencia y en la juventud leí mucho, llevé un diario personal, escribí poemas e investigué muchos temas más allá de lo que me enseñaban en clase. No había internet; recurríamos a diccionarios y enciclopedias, a hacer preguntas y a consultar con personas mayores.

Nunca tuve temor de preguntar en clase o fuera de ella. Nunca me fue mal por preguntar (sigo preguntando, no me quedo con dudas). Participé en concursos intercolegiales de oratoria, ortografía y redacción. Aprendí a ganar y también a perder y a lidiar con la frustración. Saqué siempre excelentes calificaciones, salvo en materias que no me atraían o que no entendía bien, como Física y Química. Elegí Sociales, como muchos de mis compañeros.

El premio personal de «buena estudiante» que me dio el rector, Hans Jacob, fue bailar con él el primer vals en la fiesta de graduación. Estuve además a cargo del discurso de despedida del colegio en representación de mis compañeros.

Estudié Educación y me dediqué a la educación como campo profesional. (Quise estudiar Periodismo pero me desanimé después de unas pocas clases en la Facultad de Periodismo). Así es como he podido entender, ya de adulta, cómo se forjan los buenos estudiantes, a medias entre el hogar y el sistema educativo. Cómo se forjan las motivaciones, las aptitudes y las actitudes hacia el aprendizaje, la autoconfianza, la resiliencia, la autonomía, la autoregulación, las opciones y las decisiones personales.

Sé que fue el promedio de las calificaciones el que me ganó el título de «mejor alumna». Pero siempre he querido creer que, más allá de las calificaciones, mis profesores valoraron mi entusiasmo con el aprendizaje y mi actitud crítica. Ya de mamá, he valorado a mis propios hijos no por sus calificaciones sino por su creatividad, su espíritu autónomo y crítico, y su capacidad para descubrir por sí mismos qué les hace felices, qué quieren aprender y qué quieren hacer con sus vidas.

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De alumno a aprendiz




Alumno
es, quizás, el término más corriente cuando se habla de educación. Hurgando en la epistemología, algunos llegaron a la conclusión de que alumno quiere decir "sin luz" (prefijo “a”: sin y raíz “lumen – luminis”: luz). Otros vinieron en su rescate: alumno viene de alumnus, participio del verbo alere: ‘alimentar’ o ‘alimentarse’, ‘sostener’, ‘mantener’, ‘promover’, ‘incrementar’, ‘fortalecer’. Alumno sería, así, el que es alimentado o se alimenta, el que es nutrido o se nutre. "Persona criada o educada desde su niñez por alguno, respecto de éste", "Discípulo, respecto de su maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o universidad donde estudia", dice la Real Academia Española (RAE).

Estudiante es quien estudia, independientemente de si alguien educa o enseña. Sugiere autonomía: quien estudia puede hacerlo solo. El sustantivo tiene la ventaja de la ausencia de género: no existen estudiantes y estudiantas ni la tentación del estudiant@s. Pero el verbo invita a confusión, pues estudiar no necesariamente es aprender. Millones de estudiantes estudian, siguen recomendadas técnicas de estudio para concentrarse y para aguzar la memoria, y pasan noches en blanco estudiando para pruebas que dejan a menudo aprendizajes también en blanco.

Educando es quien se educa, quien está en proceso de educarse (o autoeducarse). Educadores y educandos es ecuación elegante. Era, de hecho, la preferida de Paulo Freire. Igual que alfabetizadores y alfabetizandos, los en proceso de alfabetizarse, digno sustituto del denostado analfabeto, aquel que carece de alfabeto. No obstante, pocos distinguen la diferencia - no solo terminológica sino pedagógica - y la relación dialéctica educador-educando, alfabetizador-alfabetizando.

Aprendiz viene de aprender: el que aprende, el que está en situación y en proceso de aprender, solo o con otros. Sería el término perfecto, de no ser porque sus usos en español están fuertemente marcados. Aprendiz se sigue reservando por lo general para quien aprende un arte o un oficio, y se asocia con aprendizajes manuales. Busquen si no en Wikipedia o pregúntenle a la Real Academia, que explica en tiempos actuales que el aprendiz es una"persona que, a efectos laborales, se halla en el primer grado de una profesión manual, antes de pasar a oficial". En el habla coloquial, aprendiz es novel o novato, y se presta a menudo para usos peyorativos.

Suerte tienen en inglés con un learner limpio, sin cargas negativas de ningún tipo.

Justamente, curiosamente, tristemente, para el verbo que importa - aprender - parecería que no tenemos en español el sustantivo adecuado. No tenemos un término que nombre a "el que aprende". La Real Academia consigna el término aprendiente pero no es de uso común. Ni alumnos ni estudiantes remiten a aprendizaje. El paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida destaca el término aprendizaje, no educación, escolarización, enseñanza o estudio. Reconoce que hay aprendizaje desde el nacimiento hasta la muerte, aprendices permanentes, sin edad, que aprenden de sí mismos, de los demás, del mundo que les rodea. ¿Cómo llamamos a niños, jóvenes y adultos que aprenden, que están en proceso de aprendizaje, solos o con ayuda de otros, dentro y fuera del sistema escolar?

Dormir en la escuela


Powerful Pictures 

Bostezos, cabeceos, cansancio. Algunos se duermen en clase. ¿Aburrimiento? En muchos casos. Pero, además, a menudo, falta de sueño. Los alumnos no duermen suficiente ni duermen bien. Niños, adolescentes, jóvenes, se levantan con sueño, llegan cansados a la escuela, al colegio, a la universidad. Sobre todo los pobres, como siempre.

Los horarios escolares han sido tortura cotidiana para alumnos y padres de familia desde tiempos inmemoriales. Sobre todo para los más pequeños. Pero el asunto se viene complicando cada vez más, entre otros gracias a los problemas asociados a la pobreza, la movilidad y el transporte, las distancias, la inseguridad, las tecnologías, el cambio climático, la «vida moderna».

A los tecnologizados, los artefactos - televisión, computadora, celular, videojuegos - y la falta de firmeza de los padres los mantienen despiertos más allá de lo recomendado. Para los sin tecnologías, el hambre, el hacinamiento, las condiciones insalubres, el trabajo infantil, son enemigos del descanso y del sueño.

El sistema escolar nunca ha estado preparado para atender la necesidad de los alumnos de descansar durante la jornada escolar. Asume que los alumnos llegan bien dormidos y bien comidos, que están siempre alertas y dispuestos. Del «niño pre-escolar» a quien se reconoce la necesidad de condiciones especiales para jugar y para dormir, se pasa abruptamente al «niño escolar» en vigilia permanente.

¿Qué hace el sistema escolar ante la somnolencia? La niega, la engaña, la condena, la castiga. Bostezo se entiende como falta de interés, no como falta de sueño. Ni la infraestructura ni el mobiliario ni los horarios ni el currículo ni la pedagogía ni las normas disciplinarias están preparados para esta calamidad cotidiana.

La foto de arriba fue circulada en redes sociales con la explicación: "In China, teachers allow children to sleep in class for 20 minutes to learn better" (En China, los profesores permiten a los alumnos dormir en la clase durante 20 minutos, para aprender mejor).

Gran cosa que los profesores chinos asuman el problema y le den solución, aunque sea transformando - durante 20 minutos - a los duros pupitres en colchones.

¿Qué podría y debería hacer el sistema escolar?

» Reorganizar los horarios y los calendarios escolares. Retrasar la hora de ingreso a la escuela se plantea cada vez más como una medida para paliar el problema, especialmente para los adolescentes, que atraviesan por una serie de modificaciones a sus ritmos circadianos y necesitan dormir más. Hay sistemas escolares que ya lo están haciendo.

Pupitres acondicionados para dormir, Handan, China

» Entender que el sueño es un componente esencial del aprendizaie y una necesidad dentro del tiempo escolar, igual que hace con la alimentación. Pensar también desde ahí los horarios, la infraestructura, los espacios, el mobiliario, la iluminación, la ventilación. Habilitar colchonetas, cojines, almohadas, hamacas, petates, una carpa, un salón para dormir, un espacio en el jardín, un corredor.


 
» Un alumno cansado no puede aprender. Una corta siesta hace milagros, no solo porque ayuda a recobrar energías sino porque ayuda a organizar la información en el cerebro, a limpiar la memoria de corto plazo, a tranquilizar la mente. Por sus enormes beneficios, la siesta es hoy recomendada como un hábito saludable para toda persona y para todas las edades.

» No solo los alumnos tienen sueño y necesitan descansar; los profesores también. En muchos lugares se exige a los profesores permanecer en la institución durante largas jornadas, pero no se les ofrece condiciones adecuadas de trabajo, estudio, esparcimiento, descanso. Las salas de profesores - donde existen - son a menudo lugares inhóspitos, descuidados, amontonados. Nunca ví, en planteles públicos, salas de profesores que inviten a tomar una siesta o un descanso placentero, sin zozobras y sin culpa.


Finlandia es, también en esto, un caso del que podemos aprender. Los planteles educativos han aceptado la necesidad del descanso y se han equipado con cojines, almohadones, puffs, sofás, hamacas, colchones y colchonetas, en aulas, bibliotecas, salas de profesores y otros espacios escolares.




Para saber más

» Uno de cada tres niños tiene problemas para mantenerse despierto en clase según el Grupo de Sueño de la Asociación Española de Pediatría (AEP).          

» Noventa minutos de siesta «despiertan» la mente y aumentan la capacidad de aprendizaje.
» 3 Recent Studies Reinforce Importance of Sleep for Learning.
» Madrugar es lo peor: otro estudio más concluye que los estudiantes rinden mejor a las 11 que a las 8


Ecuador: Tu juventud te ama


 Rosa María Torres


Memoria del Encuentro Nacional de Alfabetizadores Estudiantiles,
Campaña Nacional de Alfabetización “Monseñor Leonidas Proaño”

(Quito, 21-23 Septiembre de 1989),
Ministerio de Educación-UNICEF, Quito, 1990.
Para mi hijo Juan Fernando


Y, finalmente, llegó el día. Aquí están reunidos, en este gran Encuentro Nacional de Alfabetizadores Estudiantiles, cerca de 800 jóvenes de los dos últimos años del colegio de todas las provincias del país, convocados a analizar la educación nacional y a proponer cambios para ésta.

Rostros familiares asoman por todos lados, muchachos y muchachas a quienes he conocido y de quienes he aprendido tanto en este vertiginoso tra­jín de la campaña de alfabetización. Aquí están, bulliciosos y triunfantes, estos jóvenes que me fue­ron ratificando, paso a pa­so, que la cam­paña valía la pena. Aquí están asom­brosamente jun­tos varios de los protago­nistas de estos reporta­jes, con quienes com­par­tí por un instante sus clases, sus charlas, sus gozos, sus dudas y penurias en esta tarea hoy concluida de la alfabeti­zación.

Aquí está la parlanchina jefa de brigada de Chimbo­razo, la alfa­betiza­dora de Napo que me recibió con el himno na­cio­nal, la animadora lojana del En­cuen­tro Cantonal de Catamayo, varios de los alfabetizadores presentes en los En­cuen­tros Provinciales de Imbabura y Pichincha, la delegación es­tu­diantil azuaya que me recibió en el aeropuerto de Cuenca y me convocó solemnemente a una reunión "entre autoridades". Aquí están va­rios de esos jóve­nes con qui­enes compartí programas de radio y televisión, en­tre­vistas, acaloradas discusiones públi­cas. Aquí está Juan Fernando, mi hijo alfabetizador.

¡Cuánto han crecido en estos cinco meses! Cuando los co­no­cí, supe que muchos de ellos serían elegidos por sus compañeros para llegar a este Encuentro. Aquí están, seguros de sí mismos, satis­fechos de haber cumplido con una tarea que muchos creyeron imposible, foguea­dos por el propio proceso de la alfabetización, vic­to­riosos sobre las mil y un batallas que están detrás de esta anhelada dele­gación al Encuentro.

Aquí están. Los vi llegar el primer día, bajar de los buses como si los hubiesen tomado en la esquina (varias delegaciones viaja­ron toda la noche o todo el día), en­trar al coli­seo alborotando con consignas y vivas a sus respectivas provin­cias, inscribirse en la mesa de computación, quejarse desde el primer momento. Aho­ra se van, cuatro días des­pués, alegres y tristes al mismo tiem­po. Bien saben ellos que éste ha sido un acontecimiento excepcio­nal, úni­co, difícilmente repetible. Así lo dejan dicho muchos en sus eva­luaciones finales, con la sensación de haber parti­cipado de algo extraordinario, de ser parte de una genera­ción y un grupo privilegiados y, por eso mis­mo, con la sensación del nunca más.

Los periódicos murales

El miércoles, víspera del inicio del Encuentro, mientras iban llegando las delegaciones de las diversas provincias, se dedicó por entero a la elaboración de periódi­cos mura­les sobre la campa­ña.

Fo­tos, dibujos, cartas, poemas, diarios de campo, banderines, hojas volantes, boletines, periódicos, recortes de noticias, Do­cumentos de Trabajo, carteles silábicos, tra­ídos por las delega­ciones, se complementaron con el material que se les pro­porcionó aquí: papel, cartulina, lápices, pin­tura, bro­chas, pin­celes, mar­cado­res, planchas de madera y espumaflex, mas­kin tape, pega, cin­tas, fideos, tijeras, reglas, chin­ches... Todo jun­to en un amplio y luminoso salón convertido en taller de creati­vidad, don­de se pin­taba, dibujaba, recortaba, pegaba y ar­maba sobre mesas o sobre el suelo, de pie, sentados, en cu­cli­llas y hasta acostados.

El resultado: una producción asombrosa, fruto de una laboriosi­dad, una imaginación y un entusiasmo indescriptibles. Cada mural mejor que el otro. Artistas a granel. Dibu­jantes extraordinarios, algunos. Grupos enteros inventando lemas y consignas. Documentos de Trabajo despanzurrados por todo lado, sir­viendo de muestra a los dibujantes que imitaban, en tamaño gigan­te, las caricaturas. Todo ello animado con música a todo volumen, tarareada y meneada por todos, por momentos en franco baile.

Al final del día, cada delega­ción fue lle­vando su mural al coli­seo, donde se colo­caron y mantuvieron en exposición perma­nente hasta el final del Encuentro.

Agenda y modalidad de trabajo


Habíamos propuesto tres preguntas como eje del Encuentro:


1.
¿Qué tenemos que decir sobre nuestro sistema educativo nacio­nal?

2.
¿Qué propuestas tenemos para el futuro de la educación en nues­tro país?

3.
¿Qué medidas concretas podemos sugerir para implementar rea­lis­tamente los cambios propuestos?

 
Estas preguntas serían discutidas simultáneamente en 33 talle­res, cada uno integrado por entre 20 y 25 alfabetizado­res provenientes de las distintas provincias. Los propios jóvenes coordinarían dichos talleres, eligiendo para ello a un moderador y a un relator en cada grupo.

El Plenario de Relatores, a su vez, se reuniría diariamente des­pués de la jornada de trabajo para socializar y resumir las con­clu­siones de cada uno de sus gru­pos, y designaría una Comisión de Relatoría, integrada por tres alfabetizadores, la cual se encar­garía de redactar el Informe Final, y de leerlo y entre­garlo al Ministro de Educación durante la sesión de clausura.

Esto es, en efecto, lo que se hi­zo. La Memoria del Encuentro, que será publicada en breve y distribuida ampliamente, recogerá en materiales testimoniales, fotografías, boletines in­ternos, carteles y pancartas, murales, discursos, evaluaciones escritas de puño y letra de los alfabetizadores, lo que este breve reportaje no puede hacer para dar cuenta de la riqueza de este evento.

Inauguraciones, bailes y elecciones


El trabajo se inició el jueves. Primero vino la sesión inaugural. Discursos emocionados del Ministro de Educación y de miembros del Comité Eje­cutivo de la campaña, rematados por una alfabetizadora de la delegación de Esmeraldas, en re­presentación de los partici­pantes. Un error de coordinación con la banda en­cargada de ameni­zar el cierre con el es­perado "Himno de la Gran Batalla", dedica­do a la campaña, desató la fiesta. La banda irrum­pió con un paso­doble y los jóvenes se precipitaron convirtiendo al coliseo en imprevista pista de baile. Visto desde el es­tra­do, aquello daba la apariencia no de una inau­guración sino de una cla­usura...

Los 33 talleres empezaron por elegir a su respectivo moderador y relator. Los jóvenes valoraron y acogieron con interés el proce­dimiento pro­puesto para dicha elección: en vista de que los miembros de cada taller no se conocerían entre sí, quienes desearan ser elegidos para esas dos funcio­nes de­bían proponerse voluntariamente, argumen­tando por qué querían ser elegidos.

Ser moderador o rela­tor era no solo un orgullo sino una res­ponsa­bilidad, que suponía trabajo adicional y renuncia a horas de des­canso y actividades de recreación. Quizás ello explica por qué, en algu­nos grupos, hubo necesi­dad de llamar a la coopera­­ción, ante la ausencia de candidatos voluntarios. Pero la norma fue más bien, en la mayoría de talleres, la proli­fera­ción de can­dida­tos compi­tiendo a brazo partido por su desig­na­ción.

Los jóvenes opinan sobre la educación


Tres días se dedicaron a analizar las tres preguntas. Distribui­dos en 33 aulas de la Universidad Católica de Quito, los jóvenes trabajaron en ellas con en­tusiasmo, liberán­dose de la censura y de la autoridad, dando rienda suelta a la crítica y a la ima­ginación.
¿Cómo puede sentirse, al fin y al cabo, un joven estu­diante, ama­mantado en su rol de alumno, amor­dazado por doce años de escolari­zación, súbitamente convocado a opinar y propo­ner, como voz calificada y legítima, en torno a la educación na­cional?

Incluso los grupos que, el primer día, empezaron hurgando los lados positivos del sis­tema educativo, terminaron encontrando que la búsqueda era infructuosa. Conclusión uná­nime: nuestra educa­ción anda mal y es preciso modi­ficarla radi­calmente. La mon­taña de papelógrafos que resultó de las relato­rías de los 33 ta­lleres constituye una crí­tica maciza y sin contemplaciones a nues­tro sistema educa­tivo. Como para provo­car infartos entre autoridades educacionales y maestros de viejo cuño. Y, sin embar­go, promovida esta vez por una campaña de alfa­betización impulsa­da por el go­bierno y con el aval y la compla­cencia del propio Ministerio de Educa­ción.

En términos sencillos y directos, sin tecnicismos y sin tapujos, con la espontanei­dad de la juventud y con la sabidu­ría que dan años de haber experimentado vivencialmente la tortura de las au­las, los jóvenes plantearon sus cuestionamientos y sus propuestas para el sistema educativo. Imposible tomar todo al pie de la letra y pensar en delinear, a partir de allí, una nueva política educacional. Pero imposible también desconocer el punto de vista de los jóvenes, sabios en la identificación de los vicios de nuestro sistema educativo y de sus vías de resolución. Vale la pena transcribir aquí literalmente lo que los propios jóvenes, resumiendo las re­latorías de los talleres, registraron en su In­forme Final:


¿
Qué tenemos que decir sobre nuestro sistema educativo nacio­nal?

- Nuestra educación carece de originalidad.
- No es liberal ni crítica.
- Es una educación memorística.
- No es democrática ni participativa.
- Educación competitiva.
- Educación facilista.
- Educación mecanicista.

- Educación regionalista, discriminadora, racista.
- Falta de actualización de los conocimientos que se imparten.
- Los estudiantes somos receptores pasivos.
- La educación no está adaptada al medio, los textos no corres­ponden a la realidad.
- Hay descoordinación entre los diferentes niveles educativos.
- El pénsum de estudios es extenso, con muchos conocimientos in­necesarios.
- La educación es mediocre. Se enseñan las cosas a medias.
- Hay una situación de desventaja del alumno respecto del profe­sor.
- La educación técnica no utiliza correctamente nuestros recursos naturales.
- No hay un sistema de calificaciones estable.
- La elección de especialización en tercer curso es demasiado temprana.
- No hay atención a la educación rural.
- Hay provincias privilegiadas en cuanto a infraestructura, fon­dos, etc.
- Mala distribución del profesorado en el territorio nacional.
- Exceso de profesionales en diferentes ramas que no ejercen la profesión y se dedican a la docencia.
- Demasiada influencia de "palancas" en el sistema educativo.
- La educación particular a veces tiene fines de lucro.
- Se crean nuevos planteles educativos pero no se mejoran los ya existentes.
- Hay desinterés por la educación de personas con defectos físi­cos.
- Falta infraestructura educativa.
- Injusta distribución de bonificaciones en el sector magiste­rial.
- Falta de identidad con la cultura propia.
- Quemeimportismo entre maestros, alumnos y padres de familia respecto a la educación.
- Falta de autovaloración de los estudiantes.
- Hay demasiadas vacaciones.
- Procedimientos no éticos ni morales tanto entre profesores como entre alumnos.
- Influencias políticas al asignar cargos de docencia.
- Utilización de la educación para hacer proselitismo político.


¿
Qué propuestas tenemos para el futuro de la educación en nuestro país?

- Reestructuración completa de la estructura educativa.
- Que se revise la concepción pedagógica de la educación.- Sistema de calificaciones de acuerdo a la capacidad y el esfuerzo del alumno.
- Dar cursos de capacitación pedagógica a los profesores.
- Que la cultura e información extranjeras sean solo información general.
- Que no se politice la educación.
- Que se profundice en el estudio de las materias de especiali­dad.
- Distribución de los centros educativos en zonas urbanas y rura­les de acuerdo al porcentaje de la población.
- Que la educación busque aprovechar los recursos del medio.
- Crear y perfeccionar los departamentos de orientación vocacio­nal.
- Una educación no elitista ni discriminadora.
- Que se creen carreras cortas y técnicas.
- Que se cumpla con el 30% del presupuesto general del Estado a la educación.
- Mayor atención a la educación de la niñez.
- Que se creen programas educativos en los medios de comunica­ción.
- Que se dé mayor atención a la educación de personas con limitaciones físicas.
- Un plan nacional de formación y concientización sobre la importancia de la educación.
- Parar la comercialización de la educación.
- Que se dote de colación escolar a todos los niveles educativos.
- Dotación de materiales didácticos, particularmente en las zonas rurales.
- Mayor sueldo a los profesores rurales.
- Que exista secuencia de los programas educativos entre la escuela, el colegio y la universidad.
- Útiles escolares gratuitos para las personas de escasos recur­sos económicos.


¿
Qué medidas concretas podemos sugerir para implementar rea­lista­mente los cambios propuestos?

- Supervisión constante y efectiva por parte de las autoridades educacionales.

- Ley de participación estudiantil y del dirigente estudiantil en las juntas de curso.
- Que sean los alumnos quienes desarrollen los temas de clase, para así formarnos en el sentido crítico y la responsabilidad.

- Una nueva forma de evaluación que fomente el razonamiento y no la memoria. 
- Los maestros deben tener preparación psicopedagógica y una renovación constante de conocimientos.
- Igual trato a todos los colegios por parte del Estado.
- Dar prioridad a la educación aumentando el presupuesto y dejando de lado el armamentismo. 
- Implementación de departamentos de orientación vocacional desde la escuela primaria.
- Dar prioridad a las materias de especialización en el ciclo diversificado, disminuyendo horas de cultura general.
- Nuevos programas acordes con la realidad nacional.
- Despolitización de los puestos del magisterio.
- Mayor remuneración a los maestros y especial atención a los de las zonas rurales.
- Creación de institutos para personas impedidas.
- Creación de carreras técnicas acordes con la realidad nacional.
- Equipar a los planteles con laboratorios y talleres que tengan maquinarias y los materiales didácticos necesarios.
- Abolir la comercialización de los títulos de bachiller.
- Construcción de vías de acceso para facilitar la movilización en las áreas rurales.
- Creación de universidades en ciudades que se encuentran en ple­no desarrollo.
- Que funcione mejor la comisión reguladora de costos.
- Cumplimiento de la ley del libro. Que se proporcione libros específicos, actualizados y con precios populares.
- Control de la zonificación escolar.
- Establecer la obligatoriedad de los cursos de nivelación para la entrada al colegio.
- Estabilidad del personal docente a lo largo del año lectivo.
- Que al maestro se le asignen las materias de acuerdo a su espe­cialidad.
- Exigir la participación de los medios de comunicación para incentivar y desarrollar la educación nacional.

Problemas nunca faltan


Problemas organizativos no faltaron, y los jóvenes fueron los más expeditos en no­tarlos y hacérnoslos notar. El primero: la asigna­ción del alo­ja­miento. Las de­legaciones habían sido distribuidas por provin­cias en diversos hospedajes (hoteles y casas de retiro) de Quito y del Valle de Los Chillos (a media hora de la ciudad). Las que­jas no se hicieron esperar: los que esta­ban en casa de retiro protesta­ban por el privilegio de los que estaban en hotel; los que esta­ban fuera de Quito protestaban por la lejanía. De hecho, a los organizadores nos faltó sensibilidad para anticipar que mu­chos jóvenes venían por primera vez a la ca­pital e incluso salían por primera vez de su provincia.

El segundo gran problema fue la comida: mala ca­lidad, largas co­las, larga espera. Cerca de 1000 personas, en­tre estudiantes, pro­fesores, autorida­des provinciales y organiz­ado­res del evento, debían ser atendidas duran­te dos refri­gerios y un almuerzo diarios, ofrecidos en el propio local del evento. Las variantes que se en­sayaron cada día no lograron el milagro de un servicio eficiente, rápido y de cali­dad.

Un problema fue el propio conflicto entre jóvenes (estu­diantes) y a­dultos (maestros). Este era, definiti­vamente, un encuentro juvenil: decidí que los jóvenes estaban y debían estar en el cen­tro, y que los adultos no debían interferir. No todas las autoridades provinciales de la campaña y los profesores que habían venido acompañando a las delegaciones estuvieron dispuestos a entenderlo. Cues­ta que esta socie­dad de adultos ceda, aunque sea por una ún­ica vez, el espacio a los jóvenes. No es fácil que el profesor, formado en la sacra­lización y la pleitesía, acepte, incluso en condiciones ex­cepcionales, la subordinación y el segun­do plano frente al alum­no.

Clausura, evaluaciones y despedidas


Carteles, pancartas con consignas, discur­sos, aplau­sos, vivas, emociones, evaluaciones finales, certifica­dos, abrazos, au­tógra­fos, intercambio de direcciones, despedidas, lágrimas, promesas, buses que se llenan, manos y pañuelos que se agitan, y la incon­mensurable soledad de un espacio hasta hace un mo­mento desbordan­te de bulla, color y entusiasmo, y ahora lleno de ba­sura por to­dos la­dos. El Encuentro ha concluido. Por primera vez se me hace evidente, inobjetable, que la campaña también. Y ello es motivo de alegría pero también de desolación.

Los jóvenes se han ido felices, orgullosos de ser jóvenes, de haber hecho nuevos amigos, de haber roto con el provincianismo y el regionalismo, de haber alfabetizado, de haber dicho su palabra sobre la educación, de haber hecho algo grande por su país, de ser ecuatorianos. Ha sido un gran Encuentro y eso es lo que cuenta. Así lo expresa la inmensa mayoría en la hoja de evalua­ción, con le­tras garrapatea­das e incontables errores orto­gráfi­cos, expre­sión al fin y al cabo de la realidad educativa de este país.

Pero este país no podrá olvidar nunca que son estos jó­venes que escri­ben error con H los que han ense­ñado a leer y es­cribir a decenas de miles de ecuatorianos; los que se han ganado el premio a los De­rechos Humanos "Mon­señor Leoni­das Proaño", otorgado anualmente por la Asociación Latino­ame­ricana para los Derechos Huma­nos (ALDHU), y que, para cuando este libro salga a la luz, habrá sido anunciado públicamente y entregado a los alfabetizado­res en una ceremonia especial.

Son los jóvenes mismos quienes mejor han comprendido el sentido, la importancia y el profundo valor de este Encuentro. Salvo con­tadísimas excepciones, los medios de comunicación apenas si lo destacaron a lo largo de es­tos días: jóvenes estudiantes reu­nidos para analizar la edu­cación nacional,
¿a quién le interesa?. Pe­riodistas y camaró­gra­fos estu­vieron atentos a los actos de inauguración y clausura, apuntando grabadoras y cámaras hacia el es­trado, pendientes - en la mejor tradición periodística nacional - del Ministro y las autoridades. Abajo y por todos lados, en el graderío, los corredores, los jardines y las au­las, transcu­rría el Encuentro, virtualmente anónimo a los ojos del país.

Mañana, 24 de septiembre, en la ciudad de Riobamba, tendrá lugar el acto ofi­cial de clausura de la campaña. Estarán representantes del cuerpo diplomático y los organismos internacionales, altas autoridades del gobierno y de la campaña, habrá discursos, espec­táculos vis­tosos, ban­das, música, artistas, al­muerzos, brindis, homenajes. Una comisión de alfabetizadores estudiantiles dele­gada por este Encuentro estará presente y entregará el In­forme Final al Presidente Borja. Con todo, ese será el acto formal de clausura de la campaña. Este Encuentro Nacional, puertas adentro, protagoni­zado por la juventud alfabetizadora, es su verda­dera cul­mina­ción, la culminación que esta campaña mere­cía.

Ahora, mientras escribo estas líneas, sigo con la mirada fija en ese gran mural que, para mí, ha estado todo el tiempo presi­diendo el Encuentro, colgado al fondo de una grade­ría late­ral, que vi pintar, recortar y colocar a un joven quiteño durante el primer día, y que continúa emocio­nándome. El cartel, como si resumiendo el espíritu de esta campaña y de este Encuentro, decía:
 
ECUADOR: TU JU­VENTUD TE AMA.


* Incluido en: Rosa María Torres, El nombre de Ramona Cuji (Reportajes de la Campaña Nacional de Alfabetización “Monseñor Leonidas Proaño”), ALDHU / Editorial El Conejo, Quito, 1990.


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