"Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad |
A la educación se le agregan toda clase de calificativos: gratuita, relevante, pertinente, de calidad, equitativa, inclusiva, participativa, dialógica, moderna, del siglo XXI. Hacen falta, no obstante, calificativos alusivos al carácter transformador de la educación.
La
educación está destinada a cambiar a las personas y, a través de ellas,
a cambiar el mundo que nos rodea y a la propia educación. El aprendizaje - si es aprendizaje genuino, profundo - cambia a quien aprende. No porque le permite acumular conocimientos, certificados y títulos sino porque cambia su cerebro, su deseo de continuar aprendiendo y de enseñar a otros, sus maneras de conocer y de pensar, sus posibilidades de des-aprender para poder re-aprender, sus modos de relacionarse con los demás, su capacidad y voluntad de aprovechar el nuevo conocimiento para cambiarse a sí mismo y a su entorno.
El ODS 4 habla de una educación
inclusiva
equitativa
de calidad.
La educación puede ser inclusiva - todos y todas, sin discriminación, sin excluir a nadie - pero maltratante.
La educación puede ser equitativa - igualdad de oportunidades, dar más y priorizar a quienes tienen menos - pero domesticadora.
La educación puede ser de calidad - respetuosa de la diversidad, atenta a los intereses, motivaciones y ritmos de los educandos, participativa, sin violencia, etc. - pero ser competitiva, centrada en calificaciones, pruebas y rankings antes que en el aprendizaje, el bienestar, el empoderamiento y la autoestima de educandos y educadores.
La buena educación es transformadora, enseña a aprender de manera permanente y autónoma, a gustar del aprendizaje, a observar, a escuchar, a pensar, a dudar, a investigar, a leer, a experimentar, a juntar teoría y práctica, a resolver problemas de la vida real, a plantear preguntas, a expresarse con libertad y sin miedo, a rectificar, a colaborar, a compartir con otros, a ser solidarios, a respetar puntos de vista distintos, a desarrollar la empatía y la resiliencia, a fortalecer la autoestima, a tomar conciencia de la propia realidad, a cuidarse, cuidar a los demás y a la naturaleza, a cambiarse y a cambiar para bien el mundo que nos rodea.
Paulo Freire usó varios calificativos para referirse a la educación no-liberadora:
bancaria
domesticadora
opresora
burguesa
Y usó varios calificativos para referirse a la educación transformadora:
problematizadora
concientizadora
liberadora
emancipadora
(radicalmente) democrática
progresista
ciudadana
popular.
El adjetivo popular en Educación Popular no se refiere solo al sujeto de la educación - los sectores populares, los grupos vulnerables y desatendidos de la sociedad - sino sobre todo a la naturaleza y orientación de la educación. Una educación pensada desde, con y para los más afectados por las desigualdades e injusticias sociales, haciendo valer sus derechos, necesidades e intereses.
La dimensión transformadora de la educación no suele incluirse dentro del membrete 'calidad de la educación'. La reiterada mención de la calidad ignora y oculta, antes que destaca, el mandato transformador de la educación.
Gracias por tu blog y los contenidos. Un saludo. Nadia.
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