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¿Qué puede aprender Finlandia de Asia en educación?


Rosa María Torres 



Encontré este Ted Talk titulado "What the Finnish education system could learn from Asia" (Lo que el sistema educativo finlandés podría aprender de Asia, 2015). Valoro el sistema finlandés y no me atraen demasiado los sistemas educativos asiáticos, pero estuve dispuesta a sorprenderme, así que abrí el video.

La expositora, Hannamiina Tanninen, una muchacha finlandesa, dice que fue educada en dos de los mejores sistemas educativos del mundo: el de Finlandia, donde estudió los primeros doce años de su vida, y el de Hong Kong, donde estudió la universidad. 

Hannamiina está preocupada con el descenso de Finlandia en el ranking de las pruebas PISA (el dibujo que acompaña el video, como se ve, muestra la torre Pisa diciendo: "Me estoy cayendo, como los resultados de Finlandia en PISA") y considera que, para que su país vuelva a "ocupar el lugar de mejor sistema educativo del mundo", le vendría bien aprender algunas cosas del modelo de Hong Kong.

Hannamiina recorre algunas de las grandes diferencias entre la educación de ambos países. Explica que:

En Finlandia
a) los estudiantes no la pasan muy mal
b) no tienen presión
c) toman pocas pruebas
d) hay baja jerarquía en las relaciones.

Los profesores son los mejores del mundo. No hay miedo al fracaso. No se agrupa a los alumnos según su desempeño o aptitud. No hay presión para ir a la universidad o para volver a tomar un examen.

En Hong Kong
a) los estudiantes deben esforzarse mucho
b) tienen gran presión
c) toman pruebas todo el tiempo
e) hay alta jerarquía en las relaciones.

Muchos suicidios. Largas jornadas de estudio. Abundantes deberes. Lo que cuenta es el esfuerzo. Los estudiantes empiezan la escolaridad antes que en Finlandia y trabajan duro.

¿Cuáles son las cuestiones que Finlandia debería aprender de Hong Kong, según Hannamiina? Ella las organiza en cuatro temas:

Problemas
- Finlandia clasifica los problemas en más dificiles y menos difíciles; los estudiantes que trabajan menos reciben los menos difíciles.
- En Hong Kong todos los estudiantes deben ser capaces de resolver problemas, los fáciles y los difíciles.

Talento

- Finlandia considera que el talento viene dado.
- Hong Kong ayuda al talento con esfuerzo y trabajo duro.

Competencia

- Finlandia desalienta la competencia y promueve la cooperación. No se propone ser el primero.
- Hong Kong promueve la competencia y dice abiertamente que quiere ser el primero.

Diversión y creatividad

- Finlandia considera que el aprendizaje debe ser una experiencia agradable.
- Hong Kong entiende que no todo aprendizaje tiene que ser entretenido, que para obtener satisfacción en el largo plazo hay que sacrificar en el corto plazo.

Hannamiina concluye que: "Para que Finlandia vuelva a donde pertenece, deberíamos valorar el trabajo duro, dejar de dividir los problemas en menos difíciles y más dificiles, cambiar la manera en que vemos el talento (el talento es 99% trabajo duro), reconocer que estamos en una competencia y no tener miedo de que el aprendizaje no sea siempre divertido". 

En otras palabras: Hannamiina quiere que Finlandia deje de ser Finlandia. Quiere eliminar del modelo educativo finlandés aquello que lo hace especial, único. ¿Para qué?. Para que vuelva a ubicarse en la cúspide de PISA.

El público le aplaude, algunos con gran aprobación. Y, como ellos, seguramente muchos en el mundo, aquellos que consideran que estar en el primer o en los primeros lugares de PISA es cuestión de vida o muerte, que la calidad de un sistema educativo se juega en el ranking de PISA, que no basta con estar entre los primeros.

Yo, por mi lado, sigo celebrando la poca importancia que da Finlandia a las pruebas estandarizadas, a los rankings y a estar en el top, y la mucha importancia que le da al aprendizaje, a la motivación y el bienestar de los estudiantes y de las familias. Sin duda hay cuestiones que Finlandia podría aprender de Hong Kong, pero no son éstas. Más bien, Hong Kong necesitaría relajarse un poco y contagiarse del ethos finlandés.

Basta comparar brevemente los informes de la OCDE sobre bienestar de los estudiantes de 15 años en Finlandia y en Hong Kong.  Le invito a que lo haga.

Textos relacionados en este blog
- ¿China, Corea del Sur o Finlandia?
- Bienestar de los estudiantes de 15 años en diez países (PISA)

"Creo que Paulo [Freire] habría disfrutado mucho conociendo escuelas, aulas y bibliotecas finlandesas"


Foto: Revista Plan V, Quito

Uno de los temas que más movimiento genera en las redes sociales es Finlandia. En 2015 hizo una visita de estudios que luego desarrolló en su blog. Por otra parte siempre la hemos considerado en Formación IB una de las herederas más directas del pensamiento educativo de Paulo Freire. Suponga que Freire le hubiera acompañado. De todo lo que pudo ver, ¿qué es lo que más le hubiera gustado?, ¿y lo que menos?

Creo que Paulo también habría sido un admirador de la educación finlandesa y posiblemente por las mismas razones. Primero, el país: un país altamente equitativo, con indicadores envidiables en todos esos frentes considerados importantes, no solo económicos sino sociales (derechos humanos, corrupción, equidad de género, trato a los niños, innovación, transparencia, etc.). Luego, su educación: una educación democrática, respetuosa de los profesores y de los alumnos, con gran autonomía de escuelas y profesores, basada en la confianza, que privilegia la equidad sobre la excelencia y la colaboración sobre la competencia. Alto profesionalismo entre docentes, autoridades, decisores de políticas. Un sistema educativo en permanente cambio y aprendizaje. Una educación que pone en el centro cuestiones como la lectura, la música, las artes, la actividad física, el contacto con la naturaleza, el placer de aprender. Pedagógicamente, lo más alejada de una ‘educación bancaria’ que uno puede encontrar en la actualidad.

Creo que Paulo habría disfrutado mucho conociendo escuelas, aulas y bibliotecas finlandesas.

Francamente, no sabría decir qué es lo que no le habría gustado.

Siguiendo con Finlandia. Siempre la vemos responder a los tuits que mencionan la eliminación de las asignaturas en ese país. ¿Cuál es la situación real?


No es cierto que Finlandia ha eliminado las asignaturas. Fue una de las preguntas que le hice a Irmeli Halinen, responsable de la política curricular, cuando me reuní con ella en Helsinki. Me dijo que le toca a menudo responder a esta pregunta y que, efectivamente, se trata de un malentendido. Se inició en el Reino Unido y luego se difundió a otros países. Yo lo leí en fuentes españolas.

Lo que viene proponiendo Finlandia dentro de la reforma curricular de la educación básica, en marcha, es la adopción de lo que llaman ‘phenomenon-based learning’ (PBL). Así aclaró la Junta Nacional de Educación: “Para cumplir con los desafíos futuros hemos puesto el foco en competencias transversales (genéricas) y en el trabajo entre asignaturas escolares. Se pone el acento en prácticas colaborativas en el aula, en las que los estudiantes puedan trabajar con varios profesores simultáneamente durante los períodos de estudio de proyectos basados en fenómenos. Los estudiantes deben participar cada año en al menos uno de estos módulos de aprendizaje multidisciplinario. Estos módulos se diseñan e implementan a nivel local. El currículo también establece que los estudiantes deben involucrarse en la planificación".

Los finlandeses tienen claro que eliminar las asignaturas sería un salto en el vacío, que implica reorganizar todo el sistema y que tomaría mucho tiempo. En Finlandia tienen la buena costumbre de experimentar antes de generalizar, de ir despacio en los cambios que se proponen al sistema, y de hacerlo en consulta con los profesores.

Dejemos Finlandia y vayamos a América Latina. Nos gusta mucho la defensa que viene haciendo en las redes de las escuelas unitarias y su enorme valor. No queremos buscar una amplia respuesta que se puede ver en su blog. Simplemente nos gustaría saber la principal razón para defender (y apoyar) a estas escuelas.


Las escuelas unitarias - también llamadas multigrado, unidocentes o bidocentes - están demonizadas en nuestros países. Se las considera, y a menudo son, escuelas pobres para pobres. Y lo son porque se las deja libradas a sí mismas, abandonadas. Lo que no se dice o no se sabe es que puede haber escuelas multigrado de calidad e incluso sistemas educativos multigrado de calidad, si se les ofrece condiciones adecuadas. Es el caso del programa Escuela Nueva, en Colombia, que conozco y sigo desde hace mucho, y sobre el cual he escrito. Escuela Nueva sigue siendo galardonada a nivel internacional.

Las escuelas multigrado son mayoritarias en zonas rurales de muchos países en América Latina. En el Ecuador siguen constituyendo hoy más de la mitad de los planteles educativos públicos del país. No es pues cuestión simplemente de cerrarlas, como se pretendió hacer en el Ecuador durante el gobierno de Rafael Correa. Se trata de asumir el multigrado como un subsistema y una política específica, que requiere atención y especificidad en todos los planos: organizativo, administrativo, curricular, pedagógico, capacitación docente, materiales, etc.

En Estados Unidos y otros países del norte hay un movimiento de recuperación de las escuelas unitarias (One Room Schools). Algunas cuestiones que, en su momento, se vieron como no deseadas o como complicadas de manejar, hoy se ven como positivas y útiles, por ejemplo: la convivencia de alumnos de distintas edades en la misma aula; el aprendizaje entre pares; el aprendizaje colaborativo; el aprendizaje autónomo; las metodologías autoinstruccionales, etc.

Otro tema candente en la educación de hoy es la cada vez mayor presencia de las tecnologías en la educación. Nosotros vemos dos posibles enfoques, los que ven las tecnologías como una herramienta y otros que ven la tecnología como un entorno social que invade la vida personal social y personal del mundo. En su opinión ¿qué debería representar las TIC en la educación?


Las TIC tienen ambos lados, el bueno y el malo. Aprender a aprovecharlas bien, sensiblemente, es el gran desafío, tanto en el entorno escolar como en el familiar y social. Las tecnologías pueden aportar, desde varios ángulos, a mejorar las condiciones de enseñanza y de aprendizaje: impulso de la innovación, de la educación a distancia, de la autonomía en el aprendizaje, del aprendizaje personalizado, de nuevas soluciones para la educación especial, etc.

En América Latina y en otros lados ha habido muchas malas decisiones en el campo de las tecnologías y de su aplicación a la educación y los aprendizajes: espejismos, improvisación, despilfarro, reiteración de los mismos errores.

Finlandia me sorprendió por el buen criterio y el buen uso de las TICs en la educación. Han cometido errores, también, pero los reconocen y están alertas para no volver a repetirlos. Son capaces de ver pros y contras, de debatir, de adoptar posiciones flexibles y provisionales, de no obnubilarse con las TIC.

Uno de los temas que más sale en el debate educativo político y mediático es PISA. En su blog escribió un post titulado STOP PISA. ¿Nos podría decir su opinión sobre este estudio comparado?


Las pruebas PISA pasaron a convertirse en criterio central para definir la calidad de un sistema educativo e incluso la calidad educativa de un país. Esto es absurdo. Ninguna prueba, por sí sola, permite sacar esas conclusiones. Estas pruebas evalúan cada tres años a estudiantes de 15 años en tres áreas (lenguaje, matemáticas, ciencias). No cubren todas las áreas del currículo, no cubren todo el sistema educativo, no dan cuenta de los aprendizajes adquiridos fuera de éste, ven resultados sin procesos.

PISA se ha convertido en una pesadilla para los ‘países en desarrollo’. Los países latinoamericanos participantes en PISA vienen ubicándose sistemáticamente a la cola; las mejorías son mínimas, inestables y muy lentas. Nos dicen que los “rezagos” son enormes, que a cada país le faltan 30, 50 y más años para “igualarse” con los ‘países desarrollados’. Cada tres años se repite el bombazo. ¿Qué sentido tiene una competencia de este tipo, condenada por default al fracaso?

La propia noción de que todo se reduce a una carrera de los que van atrás por igualarse con los que van adelante, es cuestionable. Es la clásica visión del ‘desarrollo’ en perspectiva homogénea y lineal. Los “jóvenes de 15 años” tienen diferencias enormes en el mundo, igual que sus realidades, intereses, necesidades. Un joven que vive en zona rural y uno que vive en zona urbana, un latinoamericano y un europeo, uno que tiene acceso a internet y uno que no lo tiene, uno pobre y uno rico, tienen saberes y necesidades básicas de aprendizaje muy diferentes aunque todos ellos tengan 15 años de edad y compartan el siglo XXI. Además, la concepción occidental de la educación difiere sustancialmente de otras concepciones basadas en otras visiones del mundo y en otras premisas.

La OCDE y sus pruebas estandarizadas ponen la evaluación en el centro e instauran una dinámica que conduce a gobiernos y planteles obsesionados con puntajes y rankings, antes que preocupados con los aprendizajes y con la satisfacción de los estudiantes. Se instala fuertemente la lógica de la competencia, del estudiar para la prueba, del aprender para aprobar.

La OCDE ha pasado a convertirse en un macro organismo de asesoría educativa mundial, que dicta políticas, plazos, estrategias, modos de hacer las cosas, a las que se someten de manera directa los países que participan en PISA. Ahora se ha agregado, además, PISA para el Desarrollo, una nueva iniciativa de la OCDE para atraer a los países de ingresos medianos y bajos. Hay nuevos países ingresando a PISA, otros empiezan a tener dudas y a expresar cuestionamientos, unos pocos se resisten y son acusados de tenerle miedo a la evaluación.

Las voces críticas de PISA vienen multiplicándose. También en América Latina. Por razones diversas. Yo soy una de esas voces críticas.

Más evaluación, ¿mejor educación?


(actualización: 14 junio 2022)


Hoy en día muchos creen que existe una relación necesaria y casi obvia entre evaluación y mejora educativa. Que más evaluación produce mejor educación. Que la evaluación de aprendizajes de los alumnos conducirá a mejorar dichos aprendizajes, que la evaluación de los maestros conducirá a mejorar su formación/capacitación y su desempeño, que la evaluación de las instituciones educativas conducirá a mejorar su gestión y sus resultados.

Lo cierto es que muchas evaluaciones - a través de pruebas o de otros instrumentos - no se traducen en mejoría de aquello que se evalúa, ni en relación a los alumnos ni en relación a los profesores, los planteles y el sistema educativo.

Mucho depende de los objetivos, la calidad, la pertinencia y la oportunidad de la evaluación. Y, obviamente, de qué se hace con los resultados de la evaluación. Sin retroalimentación, sin decisiones fundamentadas y coherentes que actúen sobre los problemas identificados, la evaluación puede ser un costoso y penoso saludo a la bandera. 

Desconexión entre investigación, evaluación y políticas educativas

En el campo de la educación hay una vieja y reconocida desconexión entre investigación y toma de decisiones (mucha de la investigación que se hace no es relevante, es desconocida o simplemente es desestimada al momento de diseñar políticas, planes y programas) así como entre evaluación y toma de decisiones (muchas de las conclusiones y recomendaciones que derivan de las evaluaciones no son tenidas en cuenta ni aplicadas en las políticas y en las prácticas educativas). El reclamo y el pedido de articular conocimiento y políticas públicas, de tomar decisiones basadas en "evidencia" generada por la investigación y la evaluación, continúa como un pendiente en la agenda educativa nacional e internacional.

Cada país puede encontrar sin duda ejemplos de estas desconexiones. Países que vienen implementando evaluaciones educativas desde hace tiempo no muestran las mejoras que esperaban o que sería de esperar. La evaluación, por sí misma, no asegura mejoría y, mucho menos, mejoría continua y sistemática. Así lo revelan en muchos casos las pruebas de aprendizaje que cada país aplica a nivel nacional así como las pruebas internacionales en las que los países pueden ver su evolución en el tiempo y en comparación con la de otros países.

Hay que decir, además, que políticas, planes y reformas educativas - a nivel nacional, regional y global - rara vez o nunca son evaluadas en sus resultados e impactos. En esa medida, las reformas a las reformas que tan a menudo se dan en los países y a nivel internacional, generalmente no son el resultado de procesos de investigación y/o evaluación, con lo cual vuelve a repetirse una y otra vez el círculo vicioso del ensayo y el error.

Pruebas del LLECE y pruebas PISA: avances, estancamientos y retrocesos

Las evaluaciones internacionales de aprendizaje escolar que vienen aplicándose en América Latina - mencionamos dos: las pruebas del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE), coordinado por la UNESCO-OREALC, y las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), coordinado por la OCDE - son un claro ejemplo de lo dicho. Los países participantes vienen teniendo avances lentos y pequeños en los aprendizajes escolares, e inclusive estancamientos y retrocesos.

Las pruebas del LLECE vienen aplicándose desde 1997, hace más de 20 años. Evalúan lenguaje, matemáticas y ciencias naturales en dos grados de educación primaria/básica (tercero y sexto). El primer estudio se aplicó en 1997 (PERCE), el segundo en 2006 (SERCE), el tercero en 2013 (TERCE), el cuarto en 2019 (ERCE). A raíz de los resultados del TERCE, la UNESCO concluyó que la mayor parte de países de América Latina sigue obteniendo resultados 'bajos' y transitando hacia resultados 'aceptables'. Chile y Uruguay tienen los resultados más altos en la región, pero apenas se acercan a resultados 'aceptables'. En el ERCE, en el cual participaron 16 países, el 40% de los estudiantes de 3º grado y el 60% de 6º grado no alcanzaron el nivel mínimo de competencias en Lectura y Matemática; la mayoría de países no mostraron mejoras en los aprendizajes entre 2013 y 2019, y algunos tuvieron retrocesos.

"El estudio ERCE da cuenta de que América Latina y el Caribe enfrenta una crisis en materia educativa y que avanzar en el logro de los aprendizajes fundamentales sigue siendo una tarea pendiente para poder hacer efectivo el derecho a una educación de calidad" (UNESCO/OREALC, feb. 2022).

Las pruebas PISA, iniciadas en el año 2000 y aplicándose desde entonces cada tres años a jóvenes de 15 años, en educación secundaria (lectura, matemáticas y ciencias), tampoco muestran mejoras consistentes o esperanzadoras en América Latina. Los países participantes en PISA desarrollan verdaderas cruzadas nacionales destinadas a mejorar los puntajes, dedican gran tiempo y esfuerzos a preparar a profesores y estudiantes para que eso ocurra. No obstante, en la mayoría de casos, los avances en los puntajes son mínimos y también hay estancamiento y hasta retroceso en varios países en relación a los aprendizajes evaluados.

Los cuadros a continuación muestran la trayectoria de los países latinoamericanos participantes en PISA entre 2000 y 2015.

Fuente: BID, América Latina y el Caribe en PISA / ¿Cuánto mejoró la región?







 




 
Solo Colombia y Perú muestran avances sostenidos entre 2000 y 2015 en las tres áreas evaluadas en PISA. Brasil, Chile, México y Trinidad y Tobago tienen avances pero también estancamientos. Costa Rica y Uruguay muestran estancamiento y retroceso.

La tendencia volvió a repetirse en PISA 2018: 10 países latinoamericanos participaron en PISA 2018, 5 de ellos mejoraron resultados (Argentina, Chile, Colombia, Perú y Uruguay) y los otros 5 no mejoraron y hasta mostraron retrocesos (Brasil, México y Panamá no han mejorado significativamente desde que empezaron a participar en PISA; Costa Rica y República Dominicana disminuyeron su desempeño; varios países de la OCDE bajaron puntajes a partir de 2012). A nivel mundial, muy pocos países mejoraron. Corea, Finlandia, Australia, Islandia muestran tendencias negativas.

Hay que tener en cuenta, por otro lado, que las conclusiones y recomendaciones que hacen tanto la UNESCO como la OCDE en relación a sus respectivas evaluaciones son ignoradas en muchos países. Así por ejemplo, estas seis conclusiones y recomendaciones derivadas de PISA 2009, varias de las cuales se repiten en años siguientes, siguen sin tenerse en cuenta (Ver: Pruebas PISA: Seis conclusiones y una pregunta). 

1. La pieza clave de la calidad de la educación en el medio escolar siguen siendo los maestros.
2. Más inversión en educación por sí misma no asegura mejor educación.
3. Más tiempo dedicado a la enseñanza no garantiza mejores resultados escolares.
4. Incrementar los salarios docentes parece tener impacto positivo.
5. La condición socioeconómica de los alumnos es el factor que más incide en sus resultados escolares.
6. Los problemas de lectura se transfieren a la lectura en pantalla. Los jóvenes leen mejor en el papel. La navegación y la lectura digital muestran serias debilidades incluso en países donde los jóvenes de 15 años tienen acceso a computadora e Internet tanto en el colegio como en el hogar.


El caso de Finlandia

Finlandia es un caso emblemático que pone en entredicho mucho de lo que se dice y hace hoy en materia de evaluación educativa. Ciertamente, un caso incómodo para la próspera industria de la evaluación.

»  Finlandia cuestiona y huye de las pruebas estandarizadas; la evaluación de los alumnos y de sus aprendizajes la hace cada profesor en su aula, a fin de corregir prácticas, mejorar procesos de enseñanza y aprendizaje, identificar y apoyar oportunamente a quienes se quedan atrás (evaluación formativa). La consigna central en el sistema educativo finlandés es "Que nadie se quede atrás". La evaluación sumativa, destinada a informar a los demás y rendir cuentas del quehacer de los alumnos, los profesores y las escuelas, tiene un papel menor.

» Finlandia rompe con la afirmación de que "los países con los sistemas educativos más exitosos evalúan a sus docentes". No tiene un sistema de evaluación docente y tampoco cuenta con inspectores escolares (el sistema de inspección se eliminó a inicios de los 1990s). No se habla de rendición de cuentas sino de responsabilidad de los profesores en tanto profesionales que gozan de autonomía. El sistema educativo opera en base a la confianza: confianza de las familias y de toda la sociedad en el sistema educativo, en los directivos y en los docentes.

» Finlandia no orienta sus políticas y reformas a sostener o mejorar su ranking en PISA sino a asegurar las mejores condiciones para que los estudiantes finlandeses - de todas las edades y en todos los niveles del sistema - aprendan y lo hagan con sentido y con gusto. (Ver: Las políticas educativas en Finlandia no se orientan a sacar buena nota en PISA). 

Con este sistema basado en la confianza, la idoneidad, responsabilidad y autonomía de los profesores y de las escuelas, en el desprecio por las pruebas estandarizadas y por los rankings internacionales, Finlandia viene ocupando desde el año 2000 uno de los mejores lugares en PISA y es reconocido como un país con uno de los mejores sistemas educativos del mundo.

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Eventos traumáticos en la vida

LA Johnson/NPR
Estos son los eventos traumáticos que según los expertos afectan más la salud cognitiva:

1. Repetir un año, ser expulsado o retirarse del colegio. Fracasar académicamente en el bachillerato o en la universidad o ser enviado lejos del hogar como castigo.
2. El desempleo de alguno de los padres.
3. Alcoholismo o abuso de drogas de uno o ambos padres.
4. Ser despedido del trabajo y vivir desempleado por un periodo largo.
5. La muerte de un padre en la infancia.
6. La muerte de la pareja.
7. El divorcio de los padres.
8. La muerte o la enfermedad de un hijo.
9. La infidelidad de la pareja.
10. Problemas con la familia política.
11. Pérdida de la vivienda por desastres naturales, fuego o inundación.
12. Encarcelamiento o dificultades legales serias.
13. Ser abusado sexual o físicamente.
14. Ingresar a las Fuerzas Armadas y estar en combate.
15. Quiebras, pérdidas financieras o quedar en la pobreza.

Copié este texto de un artículo que circuló en redes con el título de Las 15 vivencias que más envejecen.

¿Qué me llamó la atención? Que algunas situaciones traumáticas vinculadas a la educación
- en la familia y en el sistema educativo - aparezcan en el listado.


"Repetir el año, ser expulsado o retirarse del colegio, fracasar académicamente en el bachillerato o en la universidad, o ser enviado lejos del hogar como castigo" encabezan un listado de calamidades que ponen a prueba la fuerza y la sanidad mental de las personas: duelos - pérdidas de un progenitor en la infancia, pérdida de un hijo, pérdida de la pareja - , divorcios, abuso sexual o físico, quiebras, despidos, guerras, encarcelamiento, infidelidad de la pareja, alcoholismo, uso de drogas, y pérdida de la vivienda. 

El profesor o profesora que decide que un alumno o alumna debe repetir el año, ¿está consciente del enorme daño que le ocasiona?. Según confirman innumerables estudios, la repetición no resuelve ningún problema ni reporta ningún beneficio a quien se aplica la medida. Solo genera daño y pérdidas, y es un fuerte predictor de abandono escolar.

La autoridad que toma la decisión de expulsar a un alumno de la escuela o el colegio, ¿cree estar actuando de manera sabia, justa, constructiva? ¿Piensa que la sanción hará recapacitar al alumno y enderezará sus comportamientos, o bien sabe de antemano que ésta solo tendrá repercusiones negativas para el alumno y su familia?

Quienes hacen un culto de la evaluación y las pruebas, ¿saben que no aprobar la prueba puede tener efectos devastadores para los estudiantes concretos, autoculpabilizados por el 'fracaso', sin capacidad para percibir o aceptar que el fracaso es del sistema antes que de los estudiantes individualmente?

Padres y madres que echan al hijo o hija de la casa por malas notas, mal comportamiento u otros problemas, ¿tienen conciencia de que éste es un acto de violencia extrema que puede arruinar para siempre la vida de sus hijos? 

Todas estas situaciones generan en niños y jóvenes no solo estrés sino desorientación, demolición de la autoestima, cuadros depresivos, suicidio. 

Por favor, comparta este artículo con esas autoridades, profesores, directores, inspectores que consideran que su prestigio depende de cuántos estudiantes dejan en el camino antes que de cuántos contribuyen a alentar y levantar. Compártalo también con esos padres y madres que, ignorando o malentendiendo su rol, terminan aliándose con los castigadores y verdugos de sus hijos.

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» El absurdo de la repetición escolar

El modelo educativo correísta




Unidad Educativa del Milenio

El modelo educativo de la «revolución educativa» impulsada en el Ecuador en el gobierno de Rafael Correa (2007-2017) comparte varios rasgos que caracterizan al modelo dominante de reforma educativa a nivel mundial en la actualidad, el Movimiento Global de Reforma Educativa (GERM), como lo bautizó Pasi Sahlberg. Un germen que viene contagiando a muchos «países en desarrollo» y algunos de cuyos elementos reconocibles son: competencia (antes que colaboración), excelencia, meritocracia, culto al conocimiento experto, a la evaluación y a las pruebas estandarizadas, y rankings.

Un modelo educativo que, como tal, no tiene relación con el Sumak Kawsay o Buen Vivir, concepto proveniente de la cosmovisión indígena andina - armonía con uno mismo, con la comunidad y con la naturaleza - y propuesto en la Constitución (2008) como paradigma alternativo al del desarrollo.

Cuando se habla de educación, la mayoría de personas piensa en sector educativo, política educativa, sistema educativo. Cuesta quebrar esa lógica y mirar el campo educativo de manera amplia, más allá del sistema formal y las aulas, incluyendo las educaciones que tienen lugar en la familia, en la comunidad, en los diversos lugares y espacios de la vida cotidiana. Y, sobre todo, cuesta ver lo que está atrás, percibir el «modelo educativo' que hilvana las piezas.

¿Cuál fue el modelo educativo impulsado en la década de gobierno de Rafael Correa en el Ecuador (2007-2017)?

Un modelo educativo:

▸ Sin historia

La «revolución educativa» se presentó como fundacional: todo empezó en el país en 2007, nada se hizo - o todo se hizo mal - con anterioridad. La excepción fue el Plan Decenal de Educación 2006-2015 gestado y aprobado mediante consulta popular en el gobierno anterior, de Alfredo Palacio (abril 2005-enero 2007), y al que el gobierno de Correa dio continuidad, ratificando en el cargo a Raúl Vallejo, ministro de educación de Palacio.

Como en las demás áreas, la línea de tiempo se dividió en antes y después de la «revolución ciudadana». Quienes se atrevieron a discrepar fueron acusados de "querer volver al pasado", de "atrasapueblos", "mediocres", "salvajes", "los mismos de siempre". Pasado pasó a ser sinónimo de atraso, inacción, neoliberalismo, caos. Esta mentalidad llevó a empezar todo de cero, a improvisar de manera permanente, a ignorar lecciones aprendidas, a desconocer la experiencia y el conocimiento acumulados, a sobrevalorar el aporte de los jóvenes y a despreciar el aporte de los adultos y de los mayores, a depender de consultores y asesores extranjeros y a prescindir de especialistas ecuatorianos pensantes, críticos, comprometidos, que hemos sido parte activa de la educación en este país.

▸ Sin evidencia

Las políticas educativas adoptadas no se basaron en evidencia. Al contrario, en muchos casos contrariaron la evidencia disponible en varios campos: prioridad asignada a la educación superior, prioridad asignada a la infraestructura, ausencia de consulta y participación ciudadana en las decisiones de política, desatención a la lectura y cierre de bibliotecas, alfabetización de adultos, cierre de escuelas rurales, construcción y modelo arquitectónico de las Unidades Educativas del Milenio (UEM), reducción de la jornada escolar y establecimiento de doble jornada, Bachillerato General Unificado (BGU), Plan Familia (educación sexual), política docente, evaluación de desempeño docente, política de becas, concepto e implementación del Examen Nacional de Educación Superior (ENES), instalación de Yachay, Ciudad del Conocimiento, entre otros.

▸ Sectorial

La educación entendida como «sector» y la política educativa como política sectorial. Más aún: el conocimiento y el talento humano fueron concebidos como un sector (ver Ecuador hacia el 2035: Agenda prospectiva para el Sector del Conocimiento y Talento Humano, documento producido y publicado por el Ministerio Coordinador del Conocimiento y Talento Humano en mayo de 2017, cuando el gobierno ya estaba de salida).

Los vínculos de la educación (familiar, escolar, comunitaria, ciudadana) con la pobreza, la salud, la alimentación, la nutrición, el trabajo, el empleo, el bienestar familiar, el desarrollo comunitario, la ciudadanía, el medio ambiente, la corrupción, etc., apenas si fueron considerados y encarados. La lectura fue entendida como asunto del «sector cultura». La desnutrición infantil fue abordada como tema del sector salud. Los informes sobre la educación omitieron por lo general referirse a la desnutrición infantil, pese a que la problemática afecta de manera directa a la primera infancia y a los sectores más desfavorecidos, y pese a que el Ecuador tiene la segunda tasa más alta en la región, después de Guatemala: 1 de cada 4 niños menores de 5 años padece desnutrición crónica, esa que deja secuelas imborrables por el resto de la vida. Esta se redujo en apenas un punto durante la década.

▸ Centrado en el sistema educativo formal

El sistema educativo en el Ecuador se divide en dos y así lo consagró la «revolución educativa»: a uno se le llama sistema nacional de educación (educación inicial, básica y bachillerato), y al otro sistema de educación superior. El primero a cargo del Ministerio de Educación y el segundo a cargo de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT). Dos leyes, dos lógicas, dos estructuras. La política educativa, sin visión sistémica, se piensa y organiza así, reproduciendo la falta de articulación entre ambos sistemas, que son en verdad - deberían ser - uno solo.

Por otro lado, desde la visión escolarizante, la política educativa se desentiende de los aprendizajes que tienen lugar fuera de las aulas: en la familia, en la comunidad, en el trabajo, a través de los medios, en Internet, en la participación, en la convivencia, en la política, etc. La «revolución educativa» ignoró el paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida, paradigma para la educación en el siglo 21 propuesto por la UNESCO, el cual reconoce el aprendizaje como un continuo, desde el nacimiento hasta la muerte, dentro y fuera de las aulas, en entornos formales, no formales e informales.

▸ Centrado en el acceso

Los avances de la «revolución educativa» destacaron en las estadísticas de acceso. La matrícula creció en todos los niveles, aunque no según lo contemplado en el Plan Decenal de Educación (2006-2015). Las tasas de abandono también se mantuvieron altas en todos los niveles. La eficiencia del sistema, la equidad y la calidad de la oferta educativa subsisten como desafíos, así como la educación intercultural bilingüe y la brecha urbano-rural.

Mejoraron los resultados de aprendizaje en educación básica - entre el SERCE (2006) y el TERCE (2013), estudios aplicados por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de la UNESCO, los cuales evalúan cuatro áreas en 4o y 7o de educación básica - pero el país se mantuvo en la media y por debajo de la media regional en lectura y escritura en 7o de básica. El ERCE, aplicado en 2018, mostró estancamiento desde 2013 en los aprendizajes de la mayoría de los 16 países latinoamericanos participantes, entre ellos el Ecuador. En las pruebas Ser Bachiller de 2016-2017 74% de los postulantes obtuvo puntajes entre insuficiente y elemental. Hay serios problemas de equidad y calidad en todo el sistema, incluida la educación inicial, la educación básica, el bachillerato y la educación superior.

▸ Prioriza la infraestructura

La «revolución ciudadana» se preció de la obra física: carreteras, hospitales y escuelas. Sobre la red vial construida en el gobierno de Correa un estudio del BID - Reformas y Desarrollo en el Ecuador contemporáneo, 2018 (Cap. 8 Infraestructura y Cap. 9 Plan Relámpago) - encontró problemas de planificación, diseño y mantenimiento. Las Unidades Educativas del Milenio (UEM) tuvieron asimismo problemas de construcción; una UEM sin inaugurar sufrió grandes daños y debió ser demolida en Pedernales, Manabí, luego del terremoto de abril de 2016; otras UEM recién construidas sufrieron asimismo daños; el Ministro de Educación Augusto Espinosa reveló que las UEM no habían sido aseguradas. Por otro lado, la Contraloría estableció glosas por USD 24,6 millones a la constructora china de las UEM.

Como se sabe, la obra física es altamente valorada por la población y genera espejismos, especialmente en educación. La infraestructura fue prioridad desde la educación inicial hasta la superior, y a ella se destinaron recursos millonarios. Las prioridades de inversión se establecieron exactamente al revés: 1. infraestructura, 2. tecnologías, 3. docentes. Sabemos, no obstante, que la infraestructura no es el principal factor en educación ni asegura por sí misma calidad educativa.

Las Unidades Educativas del Milenio (UEM), megaplanteles que ofrecen todos los niveles educativos, con capacidad para más de 2.500 alumnos organizados en dos turnos, uno matutino y uno vespertino, fueron propuestas como EL MODELO de educación escolar para todo el país. La primera UEM se construyó e inauguró en 2008; en 2014 Correa dijo que el país necesitaba 5.000 UEM para cubrir la demanda, 900 de nueva construcción y que hasta mayo de 2017 (fin del gobierno) se construriían 600. En realidad, hasta el fin del gobierno se construyeron e inauguraron 100 UEM, en zonas urbanas y rurales, las cuales llegaron a cubrir a 3.6% de la matrícula de la educación pública en el país.

Hay consenso internacional en el sentido de que la calidad, en la educación escolar, se juega principalmente en la calidad de los docentes, que ésta supone un esfuerzo complejo, multidimensional y sostenido, que no se limita a su formación-capacitación sino que empieza con su selección, y que sus resultados solo se ven en el mediano y largo plazo. Hay asimismo conciencia de que los llamados «factores extra-escolares» (las condiciones de la familia y de la comunidad) tienen gran peso en el desempeño escolar, incidiendo a menudo en más del 50% de los resultados de aprendizaje.

▸ Sobrevaloró la evaluación y las pruebas estandarizadas

La importancia dada a la evaluación es una de las características del modelo dominante de reforma educativa global en la actualidad. La evaluación docente, y específicamente la evaluación del desempeño docente, es una recomendación de política del Banco Mundial a los «países en desarrollo» desde los 1990s. El Ecuador de Correa entró de lleno en la tónica del «Estado evaluador», instaurando en 2009 por primera vez una evaluación de desempeño docente - con uso de la fuerza pública - e ingresando en 2016 a PISA para el Desarrollo (PISA for Development), una iniciativa creada por la OCDE en 2014 con la idea de incorporar a PISA a países de ingresos medios y bajos.

La creación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL) en 2012 significó la posibilidad de dar rienda suelta a las pruebas estandarizadas para todos: estudiantes (desde los 4-5 años de edad), profesores, directivos, planteles. La noción de calidad educativa se restringió a los resultados de dichas pruebas (las cuales evalúan apenas una pequeña parte del currículo prescrito), renunciando a una visión compleja y multidimensional de la calidad que mira no solo resultados sino también contenidos, procesos, clima escolar y clima de aula, ausencia de violencia, lengua(s) de enseñanza, pertinencia y relevancia cultural y social del currículo y de la pedagogía, empatía en la relación de enseñanza-aprendizaje, satisfacción de los estudiantes y del profesorado, etc.

▸ Selectivo

Si bien la gratuidad se generalizó a todos los niveles (se eliminaron las llamadas «cuotas voluntarias» que aportaban las familias y se ofreció gratuitamente uniformes, textos y alimentación escolar), al mismo tiempo que se establecieron políticas selectivas que contribuyeron a generar nuevas inequidades. Dos ejemplos:

1) las 100 Unidades Educativas del Milenio (UEM) construidas y terminadas durante el gobierno de Correa, como se ha dicho, llegaron a cubrir a menos del 5% de los estudiantes de la educación pública, creando expectativas no cumplidas entre la población que hasta último momento esperaba y pedía "su" UEM;

2) el Examen Nacional para la Educación Superior (ENES) aplicado entre 2012 y 2016. Institutos privados proliferaron en todo el país ofreciendo preparar a los estudiantes para el ENES, pero muchas familias no podían acceder a sus costos. Muchísimos estudiantes se presentaron 2, 3 y más veces al ENES buscando mejorar el puntaje a fin de ubicarse en el llamado Grupo de Alto Rendimiento (GAR), el cual permitía acceder a becas y otros beneficios;

3) las becas internacionales favorecieron a estudiantes de familias acomodadas y a la provincia de Pichincha, donde está Quito, la capital.

▸ Vertical y autoritario

La «revolución educativa» operó verticalmente: decisiones tomadas arriba - Presidencia de la República, Ministerios, instancias de dirección y asesoría en diferentes niveles - y bajadas a la sociedad para su información y ejecución. El no acatamiento significó amenazas y sanciones, especialmente entre los docentes y el estudiantado. Demás está decir que el modelo vertical de reforma educativa no ha funcionado en ningún lado.

La evaluación docente se impuso a sangre y fuego en 2009 (la resistencia de los gremios docentes a la evaluación ha sido la tónica general en los países de la región). Ante problemas con la Unión Nacional de Educadores (UNE), Correa amenazó con cerrarla y crear su propia organización docente. Así surgió la Red de Maestros por la Revolución Educativa (creó también otras organizaciones paralelas, de indígenas, campesinos, trabajadores).

"Ni se metan con Yachay porque me les presento (a elecciones) en el 2021”
amenazó Correa un año antes de terminar su gobierno (25 junio 2016), pretendiendo así callar las críticas y denuncias en torno a su proyecto estrella, Yachay, la Ciudad del Conocimiento.

▸ Opaco y hermético

Aunque en apariencia hubo mucha información sobre la educación durante la década, ésta fue escueta, dosificada y controlada. A partir de 2012 rigió un Código de Etica del Ministerio de Educación (Acuerdo 0455-12) elaborado por la ministra Gloria Vidal, que prohibió a los funcionarios divulgar información sobre el sistema educativo. Es así, entre otros, como se ocultaron los casos y denuncias de abuso sexual en escuelas que luego se destaparían como escándalo nacional en los últimos meses del gobierno de Correa y en los primeros meses del gobierno de Lenin Moreno. Estadísticas básicas, que suelen estar disponibles en portales de los países, no lo estuvieron en el Ecuador. Los índices de permanencia y completación en los diferentes niveles, sobre todo en el bachillerato, fueron ocultados.

Análisis e informes en torno a evaluaciones, encuestas, becas, no se pusieron a disposición pública. Los pedidos de información quedaron sin respuesta. La información divulgada por el gobierno a través de sus medios y de las redes sociales generalmente omitió fuentes y enlaces de referencia, haciendo difícil, si no imposible, la verificación de los datos. Todo esto puso enormes trabas a la investigación educativa durante la década. El Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2017-2018 de la UNESCO mencionó mencionó al Ecuador como uno de los países latinoamericanos con menos transparencia presupuestaria en educación: 50% (Accountabilty in Education, tabla p. 424, datos de 2015).

▸ Orientado a la educación superior

Durante la década, el gobierno y especialmente la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT) promovieron el acceso a la educación superior y la obtención de un título académico como ideal de todo ecuatoriano. Con la oferta técnica y tecnológica reducida al mínimo, la universidad apareció como la opción por excelencia de continuidad de estudios.

Al final de la década, 9 de cada 10 jóvenes querían ingresar a la universidad. La capacidad de las universidades para ofrecer cupos en las distintas carreras se quedó muy corta frente a la magnitud de la demanda, resultado de lo cual, año tras año, miles de jóvenes pasaron a engrosar las filas de los 'ninis' (ni estudian ni trabajan), esperando nuevas convocatorias y preparándose para rendir nuevamente el ENES a fin de mejorar el puntaje y ubicarse en condiciones más competitivas para conseguir cupo en la carrera elegida. En 2016 un estudio del Banco Mundial estimaba que 21% de los jóvenes entre 15 y 29 años eran 'ninis' en el Ecuador.

▸ Dependiente de la propaganda

La 'revolución ciudadana' fue apuntalada con una fuerte inversión en propaganda. La 'revolución educativa' fue una pieza clave de dicha propaganda. La ausencia de verificación de la información sobre educación por parte de los medios y del mundo académico y especializado, y el desinterés y desconocimiento de la ciudadanía en torno al tema educativo permitieron que muchas afirmaciones quedaran como verdades incuestionadas. Este fue el caso de muchos datos que se usaron para dar bautizar a ésta como "la década ganada".

El Plan Decenal de Educación 2006-2015 no cumplió con las 8 políticas establecidas; no obstante, el ministro Augusto Espinosa le mintió al país afirmando que el Plan se cumplió en su totalidad; nadie verificó esa afirmación y, concluido el gobierno de Correa, el exministro pasó a presidir la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional. La ciudadanía incorporó sin cuestionar, ni siquiera preguntar, afirmaciones recurrentes sobre inversión, gratuidad, calidad, eficiencia y eficacia de las políticas educativas y sobre los 'logros' de la revolución educativa. El Ecuador debe ser el único país que, en una década, "erradicó el analfabetismo" dos veces (Ecuador: El fiasco de la alfabetización).

▸ Burocrático

El modelo educativo se caracterizó por ser altamente burocrático, rígido, normativo, con escasos márgenes de flexibilidad y de autonomía para la cadena de sujetos involucrados en el funcionamiento del sistema educativo: directivos, docentes, estudiantes. Los profesores fueron abrumados con tareas burocráticas, trámites, llenado de formularios, etc. que subordinaron su tarea pedagógica y profundizaron, de hecho, la tendencia hacia la des-profesionalización del magisterio. El monitoreo y la evaluación de las universidades adoptó también un modelo burocrático, centrado en la gestión. Con todo esto, en vez de acercarse, el Ecuador se alejó de la autonomía - de los estudiantes, de los profesores, de las instituciones educativas - reconocida como indispensable y característica de las buenas prácticas educativas y de los modelos educativos exitosos a nivel mundial.

▸ Tecnocrático

La 'revolución educativa' confió en el 'saber experto' como único saber necesario para hacer educación y política educativa. Cientos de consultores y asesores nacionales e internacionales fueron contratados para elaborar diagnósticos y propuestas, mientras se despreciaron los saberes de los profesores, las familias, los estudiantes, las organizaciones sociales. La sociedad civil estuvo ausente de toda participación en el diseño, gestión y evaluación de la política educativa. Se pretendió modificar comportamientos a partir de leyes, decretos, normas, represión, antes que modificar la cultura ciudadana a través del diálogo, la persuasión, el ejemplo, la consulta, la participación, el debate, las prácticas cotidianas.

▸ (Supuestamente) meritocrático

El gobierno anunció que se regiría por los valores y principios de la meritocracia. Se supone que un sistema meritocrático hace valer la educación, el conocimiento, el talento, las aptitudes, la experiencia, los títulos académicos, los puntajes en pruebas de evaluación, etc. No obstante, las grandes desigualdades económicas, sociales, educativas y culturales existentes en el país operan en el trasfondo impidiendo de hecho la igualdad de oportunidades que sería necesaria para hacer posible una auténtica meritocracia.

Se supone que un sistema meritocrático elimina el nepotismo, los privilegios inmerecidos, los favores. No obstante, todos ellos permanecieron de manera visible en las estructuras gubernamentales. También hubo varios casos de fraude académico vinculados a personas con altos cargos en el gobierno o de su confianza. El gabinete y otros funcionarios rotaron de manera permanente, sin respeto por el conocimiento y la experiencia requeridos en cada nueva función. La obsesión por los títulos, especialmente de Ph.D., se volvió endémica.

▸ 'Bancario'

La 'educación bancaria' - centrada en el profesor, enseñanza frontal, aprendizaje memorístico, enciclopédico, pasivo, acrítico - siguió predominando en el sistema educativo a todos los niveles y se afianzó también en la convivencia social y en la vida política. El Ecuador llegó a ubicarse como el país con menos libertad para hablar y criticar en América Latina, según la encuesta del Latinobarómetro 2016. El clima general de temor y autocensura fortaleció el modelo educativo convencional, dentro y fuera de las aulas: miedo a pensar y a pensar críticamente, miedo a hablar y a expresarse con libertad. La mala política y la mala educación convergieron y se dieron la mano.

▸ Modernizante

Correa - dicho por él - se propuso modernizar el capitalismo en el Ecuador. La modernización de la educación pasó fundamentalmente por infraestructura y tecnologías, y por buscar modelos de inspiración fuera del país (Estados Unidos, Corea del Sur, Singapur, Finlandia, España, etc.). El proyecto más ambicioso de la 'revolución educativa', Yachay, la Ciudad del Conocimiento, sería un proyecto a 35 años, un "Silicon Valley en el mundo andino". Los bachilleres ecuatorianos estudiarían con becas "en las mejores universidades del mundo".

Las Unidades Educativas del Milenio "no tienen nada que enviarles a las escuelas privadas de los ricos", "no le pedirán favor a ninguna escuela del extranjero" decía Correa en 2013, mientras ordenaba cerrar escuelas unidocentes, comunitarias, alternativas, "escuelas pobres para pobres", testigos del pasado y del viejo país. (Cabe recordar que las escuelas uni-y bi-docentes constituyen más del 50% de las escuelas públicas en el Ecuador).

▸ Conservador

Las visiones y los valores que atravesaron a la 'revolución educativa' fueron tremendamente conservadores, en todos los planos. La educación sexual fue dejada en manos de sectores cercanos al Opus Dei. El Plan Familia, directamente bajo el control de la Presidencia de la República, movilizó protestas masivas, sobre todo de las mujeres. Rafael Correa encarnó personalmente esos valores y actitudes conservadores, entre otros oponiéndose firmemente a la despenalización del aborto y cuestionando la llamada "ideología de género", bandera de grupos ultraconservadores en América Latina.

▸ Homogeneizante

En país reconocidamente plurinacional y multicultural, con gran diversidad geográfica y climática, la 'revolución educativa' optó por la homogeneización y la estandarización en todos los campos: infraestructura, evaluación, currículo, pedagogía, alimentación escolar, normas.

Se cultivó EL modelo antes que la posibilidad de modelos diversos. Las Unidades Educativas del Milenio se hicieron con un único diseño arquitectónico (argumentando costos y 'ahorros' al optar por el modelo único), sin atención a diferencias de región, clima, distancias, culturas, grupos. Las pruebas estandarizadas se multiplicaron. La Educación Intercultural Bilingüe fue una de las más afectadas por el ímpetu homogeneizador y estandarizador, con el consiguiente descontento y rechazo de las organizaciones indígenas, especialmente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE).

▸ Extranjerizante

La 'revolución educativa', en muchos sentidos, valoró lo extranjero sobre lo nacional. Importación de ideas y modelos de diversas partes del mundo, antes que recuperación y desarrollo de ideas y modelos propios. Contratación de consultores, asesores, conferencistas extranjeros, a menudo desestimando el talento y la experiencia nacionales. Importación de profesores, privilegiando requisitos académicos antes que el conocimiento del país y de las realidades y culturas locales. Becas en "las mejores universidades del mundo" mientras se desestimaba a las mejores universidades ecuatorianas. Valoración de los países del Norte antes que los de América Latina. El modelo de referencia para la creación de la Universidad Nacional de Educación (UNAE) fue el Instituto Nacional  de Educación (INE) de Singapur (Castellani y Cruz Aguayo, 2018). La 'Ciudad del Conocimiento', Yachay, se propuso ser una suerte de Sillicon Valley latinoamericano. El 'modelo Yachay' - directivos y profesores extranjeros, con sueldos extravagantes, varios trabajando a distancia, vía Skype - fue la expresión más acabada de un modelo 100% Ph.D., despilfarrador y sin asidero en el contexto nacional.

▸ Cantidades sobre calidades

La asociación a este respecto fue la usual: la idea (a menudo errada en educación) de que más equivale a mejor: más presupuesto, más tiempo de enseñanza/estudio, más contenidos, más deberes, más pruebas, más años de escolaridad, más títulos. La autopresentación de la 'revolución educativa' abundó en cantidades: montos de inversión, número de construcciones, de alumnos por plantel, de días y horas de clase, de cursos, de becas. No obstante, hoy se reconoce que más importante que cuánto es en qué se invierte (la llamada 'calidad del gasto').

El ministerio de educación anunció con orgullo que el Ecuador era el país con más días y horas de clase en el mundo (pero lo que importa es cómo se usa el tiempo) y 'evaluó' la capacitación docente en número de horas de capacitación. Correa se propuso reducir de 21.058 a 5.564 los planteles educativos públicos en el país, fusionando escuelas pequeñas en las Unidades Educativas del Milenio y cerrando escuelas comunitarias.

▸ Competencia antes que colaboración

La 'revolución ciudadana' promovió la competencia y la cultura de los rankings a niveles inimaginados en el país. La ranking-manía se convirtió en deporte nacional, con el gobierno obsesionado por ubicarse bien en rankings a nivel sudamericano, latinoamericano y mundial. A su vez, la 'revolución educativa' fomentó la competencia entre estudiantes, entre profesores y entre planteles; se divulgó calificaciones y rankings, y se instauró la premiación, en actos públicos, de 'los mejores' a partir de resultados en pruebas. Aprender a colaborar (antes que a competir), a trabajar en equipo (antes que individualmente), a aprender y a disfrutar del aprendizaje (antes que a aprobar), son banderas del progresismo educativo y pedagógico, y aprendizajes considerados esenciales en el siglo XXI.

▸ Anti-innovación

Innovación implica creatividad y ésta implica libertad, flexibilidad, autonomía. El carácter rígido, vertical, controlador y uniformador de la 'revolución educativa' bloqueó, antes que alentó, la experimentación y la innovación educativas. El Ecuador de la 'revolución educativa' no consta en ninguna compilación internacional de innovaciones educativas. Las UEM, pese a ser construcciones nuevas, replicaron los patrones arquitectónicos convencionales (la escuela-hospital, la escuela-cárcel, con largos corredores y aulas alineadas). Experiencias innovadoras y alternativas, tanto en el ámbito privado como comunitario, fueron reguladas, intervenidas e incluso cerradas. Un caso connotado fue el de la escuela comunitaria alternativa trilingüe Inka Samana, en medio indígena (saraguro), con una trayectoria de 28 años, destacada en la película La Educación Prohibida e intervenida por el Ministerio de Educación.

▸ Triunfalista (a prueba de evaluación)

El triunfalismo con que el gobierno encaró la 'revolución educativa' no admitió crítica ni rectificación, creándose así un marco en el que no hay espacio ni función para la evaluación. Las decisiones sobre lo educativo se instauraron y masificaron sin pasar por procesos piloto y de experimentación. Las políticas educativas se dieron por buenas y exitosas sin necesidad de consulta o evaluación. La "evaluación" de 10 años de capacitación docente en el marco del Plan Decenal de Educación 2006-2015 se resolvió con un conteo de horas de capacitación. Lo hecho pasó a catalogarse rápidamente como referente sudamericano, latinoameriano e incluso mundial. Brillan por su ausencia evaluaciones de proceso, resultados e impacto de las políticas educativas adoptadas durante la década y una evaluación de la propia década de 'revolución educativa'. El Informe a la Nación 2007-2017 que presentó Correa al fin de su gobierno fue esencialmente un informe de actividades al igual que los informes anuales de rendición de cuentas del Ministerio de Educación, nunca socializados y menos debatidos en sociedad.

▸ Desprecia la educación como campo especializado

Las decisiones y la dirección de la 'revolución educativa', a los distintos niveles, estuvieron por lo general a cargo de personas sin formación profesional en el campo de la educación ni experiencia en el diseño, análisis y gestión de políticas educativas. El desconocimiento se hizo evidente, entre otros, en la improvisación, falta de consistencia y de pertinencia de muchas decisiones de política educativa, la equivocada priorización del gasto en muchas áreas, la ausencia de una propuesta pedagógica renovada y el manejo del discurso sobre lo educativo en el escenario público e internacional.

De los cuatro ministros de educación de la década, solo uno tenía especialidad profesional en el campo. (Cabe recordar que en Finlandia son especialistas quienes están a cargo de la educación a todos los niveles, empezando por el Ministro o Ministra).

▸ Desprecia el valor educativo del ejemplo

La 'revolución educativa' pasó por alto el valor educativo del ejemplo y, en particular, el papel educador o deseducador que tienen los dirigentes políticos. Racismo, machismo, nepotismo, fueron exhibidos abiertamente por Correa y otras altas autoridades. Los enlaces ciudadanos (conocidos como sabatinas, 523 durante la década de gobierno, transmitidos cada sábado, por todos los medios) fueron una cátedra semanal de monólogo, intolerancia y violencia.

El discurso gubernamental promovió y ensalzó la educación pública pero el Presidente y sus colaboradores mantuvieron a sus hijos en planteles privados y/o estudiando en el extranjero. El plagio del vicepresidente Jorge Glas, quien volvió a ser candidatizado y reelecto en las elecciones de febrero de 2017, dejó claro que el plagio no solo no se castiga sino que se premia en el Ecuador, negando en la práctica la retórica de la excelencia y la meritocracia.

▸ 'Revolución educativa' sin cambio de paradigma

La 'revolución educativa' no fue tal. No hubo un cambio de paradigma educativo. Se replicó e incluso reforzó y amplió el modelo educativo convencional no solo dentro del sistema educativo sino en el conjunto de la sociedad. El clima general de miedo y autocensura impregnó a todas las instituciones y a la convivencia cotidiana, anulando el desarrollo del pensamiento crítico, considerado cualidad fundamental de la educación en este siglo. Muchas de las políticas replicaron el modelo neoliberal cuestionado por la 'revolución ciudadana' y por la 'revolución educativa' específicamente. Como ya se ha dicho, el Ecuador no ha incorporado el paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida. Durante la década, tampoco hubo vinculación con las pedagogías progresistas, críticas y transformadoras, ni con el movimiento latinoamericano de Educación Popular.

▸ 'Revolución educativa' con las prioridades al revés

La 'revolución educativa' priorizó la oferta sobre la demanda, la educación superior sobre el resto de niveles del sistema, la infraestructura y las tecnologías sobre los docentes, lo urbano sobre lo rural, la competencia sobre la colaboración, la gestión sobre la pedagogía, los títulos sobre las habilidades y competencias, el arriba-abajo sobre el abajo-arriba, el afuera-adentro sobre el adentro-afuera. A nivel internacional se reitera hoy la necesidad de otras priorizaciones: (a) prioridad a la atención de la primera infancia, (b) centralidad de los docentes como factor de calidad, (c) participación de la sociedad civil y la comunidad local en la definición de las políticas educativas, (d) empezar a cambiar la educación desde el aula antes que aterrizar en ella como último paso, (e) la urgencia de la revolución pedagógica, (f) la importancia de desarrollar habilidades y competencias, (g) el desarrollo de la colaboración y el aprendizaje entre pares, (h) la educación emocional.

▸ 'Revolución educativa' sin revolución pedagógica

La 'revolución educativa' prácticamente no tocó las relaciones de enseñanza y aprendizaje, el corazón de la educación. La atención se centró en el componente administrativo y de gestión de la reforma. Desestimar la pedagogía es desestimar el valor y el papel de los docentes, y el sentido mismo de la educación. Pese a toda la inversión en infraestructura y equipamiento, el viejo modelo pedagógico (frontal, transmisor, pasivo) permaneció en gran medida incambiado. La pedagogía fue la gran olvidada.

▸ 'Revolución educativa' sin lectura

La 'revolución educativa' se desentendió de la lectura. Durante la década, no logró articularse un plan nacional de lectura. La disociación entre educación y cultura, y la disociación entre educación y lectura (considerada esta última responsabilidad del Ministerio de Cultura), contribuyó a la parálisis. Esto, en un país con grandes déficits en el campo de la lectura, ubicado por debajo de la media regional en los resultados de lectura y escritura en el Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE, 2013) de la UNESCO. La lectura es aprendizaje y habilidad fundamental, de la cual depende en gran medida la posibilidad del aprendizaje permanente y el desarrollo educativo, cultural y científico de un país.

▸ Deseducador de la ciudadanía

A lo largo de la década se instalaron muchas falsas ideas sobre la educación. Mencionamos algunas: educación es equivalente a sistema educativo; la educación puede cambiarse de arriba a abajo y en poco tiempo; la insfraestructura asegura por sí sola calidad de la educación; lo importante es el acceso (independientemente de las tasas de abandono y de terminación de los niveles educativos); la competencia es algo deseable y marca de la buena educación; el desarrollo del 'talento' tiene que ver fundamentalmente con la educación superior; el buen alumno, el buen plantel, el buen profesor, pueden identificarse a través de pruebas; etc. Queda por delante una importante tarea de desaprendizaje social en torno al 'sentido común' sobre la educación instalado durante la década.

▸ Ignora la complejidad y los tiempos del cambio educativo

A mitad de la década empezó a instalarse el lema #EcuadorYaCambió como si 5 años fuesen suficientes para cambiar un país; muchos siguen hoy repitiéndolo. En medio de un fervor colectivo, la afirmación de que el Ecuador será pronto uno de los mejores sistemas educativos de la región y del planeta, empezó a ser reiterada por Correa y sus ministros de educación. En 2015 se anunció que en 2018 el Ecuador tendría uno de los mejores sistemas educativos del mundo. Luego se dijo que en 2025 tendría uno de los mejores sistemas educativos de América Latina. El desconocimiento del tema educativo y de lo que implica el cambio educativo, tanto por parte de las autoridades como del periodismo y de la sociedad, hicieron posible que estas afirmaciones pudieran ser aceptadas acríticamente e incluso creíbles. Al final, como revelaron los resultados de PISA-D (2017), el Ecuador obtuvo puntajes bajos en las tres áreas evaluadas: lectura (409 puntos, nivel 2), matemáticas (377 puntos, nivel 1a) y ciencia (399 puntos, nivel 2). (El nivel 2 es considerado básico)

▸ No es sostenible

El modelo educativo correísta fue sumamente costoso, imposible de sostener en el tiempo. Un modelo gestado y desarrollado en un período de holgura económica como la que caracterizó a buena parte de la década de 2007-2017, que no logró cumplir con las metas presupuestarias fijadas durante la década y que no es sostenible en el nuevo momento de desaceleración económica regional y alto endeudamiento como el que recibió el gobierno de Moreno. Si bien en el marco del Plan Decenal de Educación 2006-2015 se cumplió con el incremento anual de 0.50% del PIB para educación inicial, básica y bachillerato, no se llegó al 6% del PIB establecido en la Constitución y en el Plan Decenal. A 2015 se llegó con 3,93% del PIB destinado a estos tres niveles educativos.

▸ No tiene nada que ver con el Sumak Kawsay (Buen Vivir)

La 'revolución educativa' no tuvo relación con el Sumak Kawsay, paradigma de inspiración indígena, adoptado en la Constitución (2008) y en los planes de gobierno del correísmo. El sumak kawsay promueve la armonía, el equilibrio, la colaboración, el espíritu comunitario. No tiene nada que ver con la competencia, los rankings, los estándares, la homogeneización, el modelo único.

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