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La madre que está detrás


Romero Britto

Para mi mamá

Está hiperdestacada la figura de la madre en relación al bienestar de los hijos e hiperdemostrado el impacto de la educación materna sobre la educación infantil. Pero poco o nada se sabe o se dice sobre el papel que tienen en la experiencia escolar el cuidado, el afecto, la confianza y las expectativas de las madres. No es cierto, como asumen muchos desde el llano prejuicio, que las madres analfabetas no valoran la educación de sus hijos. Madres con poca o ninguna escolaridad son a menudo campeonas de la educación, con más garra que muchas mujeres hiperescolarizadas. Precisamente porque son capaces de dar todo para que sus hijos e hijas tengan la oportunidad de aprender, lograr y realizar lo que ellas no pudieron.

Detrás de cada persona de bien hay a menudo madres de primera. Madres cargadas de sueños y de empeños, no necesariamente de libros o de títulos. Mujeres visionarias, luchadoras, generosas.

Los sistemas escolares les deben a las madres mucho más de lo que imaginan y están dispuestos a aceptar. Detrás de cada alumno que va a clases todos los días, vestido, lavado, peinado, abrigado, con la mochila en orden, hay una madre pendiente y diligente.  

Ejércitos de madres están detrás de la camisa blanca, la falda planchada, los zapatos limpios, los libros y cuadernos en su sitio. Madres que comparten la tensión del examen, la alegría o el trago amargo de las calificaciones, las malas noches, los madrugones, los magullones y las caídas, la convocatoria de directores y profesores, los actos escolares, los reclamos y abusos que nunca faltan.

En nuestras culturas patriarcales y machistas, es la madre quien se ocupa por lo general del mundo escolar de los hijos. Son ellas quienes pueblan las mal llamadas «reuniones de padres de familia», las que están pendientes de los deberes, las que se ocupan de uniformes y loncheras. Un trabajo de amor y cuidado invisible que la sociedad no valora, porque lo considera una extensión del trabajo doméstico, que tampoco valora.

El renombrado despegue educativo de los «Tigres Asiáticos» no puede entenderse sin el papel preponderante - a menudo esclavizante - de las mujeres asiáticas en la educación escolar de los hijos. Ellas colaboran codo a codo con la escuela, gestionan el horario extra de las academias de estudio, cultivan con su propio ejemplo el esfuerzo y la perseverancia, aseguran en el hogar los espacios y las condiciones básicas para el aprendizaje, acompañan día a día a los hijos en el trayecto agobiante y tremendamente competitivo que lleva a la universidad.

He visto y valorado, desde niña, a madres que madrugan con sus hijos pequeños y les llevan a la escuela caminando, en medio de gran frío, por calles o parajes. Madres que cargan a sus bebés a la espalda mientras cocinan, cortan leña, acarrean agua, dan de comer a los animales. Madres que preparan la lonchera, cada día, como si fuera la primera vez. Madres que dan bendiciones a los hijos, convencidas de que hay algo divino en ellas y en su misión. Madres que lavan apuradas el único uniforme para que esté seco y listo al día siguiente. Madres que batallan con las injusticias y los maltratos escolares. Madres que llegan cansadas, pero que no se pierden por nada del mundo el recuento de las glorias o miserias de la jornada escolar. Madres que repasan lo que estudiaron hace mucho tiempo para poder ayudar a los hijos con las fatídicas tareas escolares.


Toda la vida ví a mi mamá creer en mí, enorgullecerse, alentarme, acompañarme en mis elecciones y en mis equivocaciones. Todas las noches, mientras fui estudiante, le ví dejarme el uniforme colgado al pie de la cama. Todas las tardes, durante varios años, me acompañó de ida y vuelta al Conservatorio Nacional de Música donde aprendí a leer música, a tocar el violín y a bailar ballet. Todas las semanas compró y me trajo materiales de lectura, para que aprendiera a convivir con ella y a disfrutarla, sin condiciones ni imposiciones de ningún tipo.

Hoy quiero homenajear a todas esas madres que - como la mía - trabajan y trabajaron tesoneramente, generosamente, para construir el sueño de hijos e hijas mejores que ellas. 

Textos míos relacionados en OTRAƎDUCACION
- Pequeño homenaje personal a Julio Verne y a mi mamá
- Mutantes, previsibles, herederos y perdedores
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13 errores en la alfabetización escolar


 
Actualización: 3 diciembre 2022

Foto: Banco Mundial

Conferencia inaugural en
"Leer para Crecer: Dejando Huella" Congreso Internacional 2015

Instituto de Enseñanza y Aprendizaje (IDEA), Universidad San Francisco de Quito (USFQ),
27-28 noviembre 2015


ERROR 1: Lectura y escritura son un aprendizaje eminentemente escolar

Quino - Argentina
Se cree que aprender a leer y escribir es un aprendizaje eminentemente escolar, es decir, un aprendizaje que se realiza en la escuela. El logro o el fracaso de la alfabetización se atribuyen al sistema escolar, y especialmente a los maestros, y las políticas y reformas se piensan como intraescolares.

La «crisis global de aprendizaje» identificada y llamada tal por los organismos internacionales a partir de 2013 responde a esta visión. Niños y niñas escolares no están aprendiendo a leer, escribir y calcular después de 4 o más años de escuela. Posteriormente, en 2019, el Banco Mundial y el Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS) propusieron el término «pobreza de aprendizaje» para referirse al hecho de que «niños y niñas no pueden leer y comprender un texto simple a los 10 años». El término/indicador ha sido adoptado por todos los organismos internacionales.

La «pobreza de aprendizaje» se atribuye fundamentalmente a la mala calidad de la educación escolar y, dentro de ésta, a la calidad docente. Para superar la «pobreza de aprendizaje» se propone un paquete de mejora escolar que incluye evaluación, capacitación docente, uso preferente de las lenguas vernáculas como lenguas de instrucción, provisión de materiales de lectura y ayuda de la tecnología.

No obstante, a leer y escribir no se aprende solo en el sistema escolar. Los primeros contactos con (y las primeras reflexiones sobre) la lectura y la escritura se dan en la primera infancia, en el seno de la familia, en la relación con padres, abuelos o hermanos mayores, con actos de lectura y escritura (presenciales o bien en la televisión o en Internet), con etiquetas en los productos, con letreros y rótulos en la calle, etc. Las condiciones económicas, sociales, educativas y culturales de la familia, y del entorno, influyen fuertemente sobre la adquisición y el desarrollo de la lectura y la escritura en el medio escolar.
 
La investigación muestra que niños y niñas llegan a la escuela con muchos saberes y con mucha curiosidad sobre la lengua escrita, y que la escuela a menudo frena esa motivación y esa curiosidad.

Así pues, incidir positivamente sobre el desarrollo de la lectura y la escritura implica incidir no solo en el ámbito escolar sino también en el ámbito familiar, con educación, alfabetización y acompañamiento de padres y madres, y con acceso a actos, medios y materiales de lectura en el hogar y en la comunidad.


ERROR 2: Hay que escolarizar a los niños cuanto antes

Existe gran presión familiar y social por escolarizar a los niños cuanto antes y por introducirles cuanto antes a la lengua escrita. Se cree que mientras antes mejor.

La presión sobre la lectura y la escritura viene en aumento dado que éstas son áreas claves evaluadas en las pruebas nacionales e internacionalea de aprendizaje escolar.

La «edad escolar» viene ampliándose hacia abajo y hacia arriba. El pre-escolar es visto como una preparación para la escuela y como una vía para mejorar las probabilidades de éxito escolar, especialmente entre los niños pobres. (La meta 4.2 del ODS4 establece: "De aquí a 2030, asegurar que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria").

No obstante, apresurar (a) la escolarización y (b) la alfabetización de los niños pequeños no es recomendable ni para los niños ni para el aprendizaje. La primera infancia es edad para jugar, para poner cimientos, para explorar el mundo, para ser feliz. Los niños aprenden a través del juego. La mejor preparación para el aprendizaje escolar es alentar el juego infantil.

Un caso a tener en cuenta es el de Finlandia, uno de los mejores sistemas escolares del mundo, una sociedad lectora en la que todos - familias, escuelas, bibliotecas - confluyen en la importancia dada a la lectura desde la infancia. Los niños finlandeses inician su escolarización a los 7 años.

» ¿Escolarizar el pre-escolar o jardinizar la escuela?
» Aprender a leer y escribir a los cinco años me marcó la vida

ERROR 3: Enseñar a leer y escribir es fácil
 
Frato - Italia
Se cree que enseñar a leer y escribir - a niños, a jóvenes, a personas adultas - es cosa sencilla, que basta con saber leer y escribir y con algunas orientaciones básicas.

Ni en la preparación de educadores de niños ni en la de educadores de adultos se da la debida atención a la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura, sobre todo en contextos difíciles, bilingües o multilingües, como los que enfrentan o enfrentarán muchos de ellos. Predomina la capacitación (rápida, instrumental) sobre la formación (comprensión amplia, a fondo) en el tema. Para la mayoría de educadores alfabetizadores en el mundo sigue siendo un misterio cómo aprenden a leer y escribir sus alumnos.

En torno a la alfabetización infantil, y sobre todo a la lectura, se ha generado y libra una feroz «guerra de los métodos» que no se ha resuelto y volvió a activarse post-pandemia. Siguen vigentes viejas concepciones y viejos métodos de enseñanza, pese al avance de la investigación científica en este campo. La revolución epistemológica y pedagógica perfilada por el nuevo conocimiento sigue lejana.  

A los primeros grados - los más importantes y críticos del sistema escolar - sigue asignándose a los educadores novatos y peor pagados; la alfabetización de adultos se encarga a voluntarios con poca escolaridad y capacitación; las bibliotecas siguen ausentes, mal equipadas, mal valoradas y mal utilizadas. No se trata solo de más tiempo y más recursos; se trata de una verdadera revolución en el campo de la lectura y la escritura. Se trata de dar vuelta el esquema conocido, poner a los educadores mejor formados y con experiencia en los primeros grados, incorporar a las bibliotecas a la política educativa, adoptar un enfoque multisectorial e inter-generacional para la alfabetización.

» No hay errores metodológicos; son errores ideológicos
» "Me gusta ser profesor de primer grado"
» Talleres de lectura para maestros

ERROR 4: Aprender a leer y escribir es fácil
 
Claudius Ceccon - Brasil
Se cree que aprender a leer y escribir es asunto sencillo, que puede resolverse en uno o dos años de escuela o en un corto programa de alfabetización de adultos. Pero no es así.

Las altas tasas de repetición escolar que caracterizan a muchos sistemas escolares en el mundo y en América Latina de manera particular, están estrechamente relacionadas con la alfabetización. Los sistema escolares y, a menudo, los propios maestros, deciden que un alumno repita el año si no aprende a leer en los tiempos esperados. No obstante, no hay nada que indique que niños y niñas deban aprender a leer comprensivamente en cuatro años de escuela. La repetición castiga especialmente a los alumnos pobres, indígenas y hablantes de lenguas subordinadas, y deja incuestionado al sistema escolar. La repetición no resuelve ningún problema; al contrario, genera graves problemas a los alumnos, a sus familias y al sistema escolar en su conjunto.

Las personas adultas terminan los programas de alfabetización por lo general con un nivel muy elemental de alfabetismo y son dadas por alfabetizadas pese a que no pueden leer y escribir más allá de la cartilla de alfabetización. Muchos engrosan en poco tiempo, nuevamente, las estadísticas de analfabetismo. 

Muchos especialistas en alfabetización y cultura escrita venimos afirmando que la alfabetización no es una etapa sino un proceso que se realiza y perfecciona dentro y fuera de las aulas y a lo largo de la vida, y recomendamos que la alfabetización en el medio escolar sea un objetivo de toda la educación básica o al menos de toda la educación primaria.

» El fracaso alfabetizador de la escuela
» El absurdo de la repetición escolar
» Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”

ERROR 5: Leer y escribir como castigo

"La lectura debe ser una forma de felicidad": Jorge Luis Borges


Claudius - Brasil
Lectura y escritura son usadas muchas veces como castigo: el alumno que hace algo indebido puede ser "condenado" a tareas de lectura, copiado o redacción.

Lo triste es que la intención de promover la lectura y la escritura reitera a menudo estrategias que contradicen ese objetivo: leer un libro por semana, llenar fichas de lectura, dedicar varias horas al día a hacer deberes, etc. 
 
Se busca incentivar la lectura pero se pasa por alto consultar a los alumnos qué quieren leer. Las redacciones insisten en los temas de siempre, sin espacio para la escritura creativa y con el mismo apego por las formas: número de líneas, ancho de los márgenes, etc. Rara vez se aprovechan los textos escritos por los alumnos como material de lectura para los demás.

Muchos educadores se empeñan en promover la lectura pero sus alumnos no les ven jamás leyendo un libro. 

» La escuela impenetrable a la modernidad
» Si a los niños se les permitiera escribir libremente
» Consejos prácticos para anular el gusto por la Literatura
» "Si un libro aburre, déjelo": Borges
» Los usos escolares del diccionario

ERROR 6: Corregir, corregir, corregir

Claudius Ceccon - Brasil
Aprender a leer y escribir es una experiencia dolorosa para millones de niños y niñas en el mundo. Se aprende con miedo: miedo a no aprender, a no entender, a equivocarse, a ser corregidos, ridiculizados y humillados.

Leer sin comprender no es leer. No obstante, la comprensión lectora es un proceso gradual y complejo, que no se desarrolla del mismo modo y al mismo ritmo entre los alumnos. Quienes tienen papás y mamás que leen y hogares con ambientes letrados llegan a la escuela con más conocimientos y con más vocabulario y tienen gran ventaja frente a los que tienen condiciones familiares menos favorables. Maestros y maestras esperan que los alumnos aprendan rápido, a menudo desconociendo sus condiciones de partida así como las complejidades que implica aprender a leer y escribir.

Los errores son propios de todo proceso de aprendizaje. El buen educador o educadora lo sabe y sabe sacarles provecho. Lo importante es que los alumnos aprendan, sientan que avanzan, experimenten la satisfacción de los pequeños logros, adquieran confianza en sí mismos y en sus capacidades a medida que aprenden.

» Gabriela sabe leer pero tiene miedo
» Y colorín, colorado, este cuento nos ha atormentado
» Escrivir, aunque sea con V

ERROR 7: Leer entendido como leer libros 


Persiste la asociación de «lectura» y «lector» con «libro», como si el libro fuese el único objeto de lectura. Incluso la definición de «lector» sigue centrada alrededor del libro. Predomina asimismo todavía la idea de «libro» como libro de papel.

Hoy la lectura es ubicua, está en todos lados. Y hay múltiples objetos de lectura; libros, periódicos, folletos, cómics, afiches, carteles, rótulos, paredes ... Hoy hay libros que no solo se leen sino que se escuchan: audiolibros. Y no leemos solo en papel sino también en pantallas. Hoy se lee más en pantallas - computadoras, celulares, e-readers - que en papel, sobre todo los más jóvenes.

Muchos siguen prefiriendo leer en papel, incluso entre quienes usan cotidianamente las tecnologías digitales. La investigación muestra que se lee mejor, más fácilmente, con más gusto y más compresivamente en papel.

El libro es objeto de lectura indispensable, pero cabe pensar en él más como punto de llegada que como punto de partida. Los cuentos y las historias son material ideal para la iniciación a la lectura y para sostener el gusto de leer en todas las edades.

Muchos argumentan que no leen porque no pueden adquirir libros. Los libros no necesariamente deben comprarse; para eso están las bibliotecas. La oferta de materiales que pueden bajarse de Internet, sin costo, es cada vez mayor. Los periódicos siguen siendo material valioso de lectura para introducir en la escuela. La biblioteca más grande del mundo se encuentra hoy disponible en Internet.

No se trata solo de cantidad sino también de variedad de materiales de lectura. Lo ideal es exponer a los alumnos a diversos géneros y formatos, dentro y fuera del aula, dentro y fuera de la escuela, en contextos reales: la calle, la plaza, el transporte público, tiendas y negocios, etc.

» Una biblioteca escolar como debe ser

ERROR 8: Lo importante es cuánto se lee

Pawel Kuczynsky - Polonia
Prima una visión cuantitativa de la lectura. Se considera buen lector al que lee mucho, al que lee muchos libros. ¿Cuántos libros leyó usted la última semana, el último mes, el último año?

Está también extendida una visión cuantitativa de la escritura. El profesor espera dos párrafos, diez líneas, una página. Igual que las redacciones de los diarios. O los 140 caracteres disponibles en Twitter. El volumen del documento sigue teniendo importancia cuando se trata de un proyecto, una ponencia o una tesis. 

No obstante, como en tantas otras cosas, la calidad de la lectura es más importante que la cantidad. Buen lector es aquel que lee por propia iniciativa, con avidez, con placer, no necesariamente aquel que lee mucho. Las pruebas internacionales PISA encuentran que los estudiantes que obtienen los mejores puntajes son aquellos que leen habitualmente y con gusto, no aquellos que leen determinado número de páginas o libros al año.

» Leer por el gusto de leer: la clave

ERROR 9: Leer bien, leer rápido


“Leer no es descifrar. Escribir no es copiar”: Emilia Ferreiro


La lectura rápida gana popularidad en el mundo, un mundo que valora lo instantáneo, que anda a las carreras, contra el tiempo, ufanándose de la multitarea (multitasking). Se promociona como un conjunto de técnicas que ayudan a aumentar la velocidad lectora (el número de palabras leídas por minuto) sin perjudicar (o perjudicando lo menos posible) la comprensión lectora y más bien facilitándola.  Proliferan las academias e instituciones que ofrecen cursos de entrenamiento en lectura rápida.

La base científica de la lectura rápida y de sus supuestas ventajas está en entredicho. Y su adopción en el mundo escolar es motivo de preocupación.

Aprender a leer toma tiempo. Llegar al punto del lector que lee de manera fluida, haciendo sentido y comprendiendo cabalmente lo que lee, anticipando y completando por su cuenta las palabras, habiendo superado ya la batalla con las letras y los sonidos (decodificación), implica un proceso de mucha lectura, mucho aprendizaje y mucha práctica. 

"La lectura debe ser una forma de felicidad", decía Borges. Algo a saborear y a disfrutar. La fluidez mejora a medida que se lee y se aprende a disfrutar de la lectura. No se trata de apresurar a los alumnos ni de llevar la cuenta de cuántas palabras leen por minuto. Se trata de hacer de la lectura una experiencia placentera a la que da gusto volver.

ERROR 10: Leer y escribir, rigidez y formalidad  

Plantú - Francia
Lectura y escritura suelen rodearse de formalidad y hasta solemnidad: sillas, mesas, horarios, silencio, inmovilidad. Del alumno se espera que se pare cuando lee en voz alta. Para escribir hay que pasar a la pizarra en medio de las miradas de todos. Los libros pueden protegerse con candado. La biblioteca puede ser un lugar incómodo, inhóspito, sin gracia. 

Lectura y escritura se realizan generalmente en espacios cerrados. Ambas se asocian a información, conocimiento, estudio, aprendizaje, prueba. No obstante, leer y escribir son actividades que pueden hacerse al aire libre, en espacios abiertos, en contacto con la naturaleza, sentados en el suelo. No hay mejor manera de leer y de escribir que hacerlo por el gusto de leer y de escribir.

Las nuevas arquitecturas escolares tienen arreglos y espacios vistosos, modulares, flexibles. Las modernas bibliotecas son multipropósito, relajadas, informales. Muchas escuelitas y bibliotecas modestas integran la lectura en espacios amigables, en interiores y en exteriores.

No se necesita presupuestos millonarios sino criterio y creatividad para construir un buen clima de lectura y escritura. Libros, cuadernos, crayones, lápices, al acance de los niños. Bajar la lectura a ras del suelo antes que elevarla a las alturas.

» Las mejores ideas ocurren en posición horizontal

ERROR 11: Importa la lectura, no la escritura

“La escritura es importante en la escuela porque es importante fuera de ella y no al revés": Emilia Ferreiro


Tradicionalmente, en el mundo de la alfabetización y de la «lecto-escritura» se ha priorizado la lectura. Planes y campañas se proponen promover la lectura; nunca o rara vez la escritura. Se habla de formar lectores, no escritores. Los índices que se construyen para cada país son índices de lectura; no es usual que se caracterice a una sociedad por qué, cuánto y cómo escribe.

La tendencia a subordinar y subestimar la escritura se agudizó a raíz de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento (2020-2022). Las «pérdidas de aprendizaje» y la «pobreza de aprendizaje» están pensadas esencialmente en torno a la lectura. Como si escribir no fuese, también, un aprendizaje fundamental.

El lenguaje tiene cuatro funciones básicas: hablar, escuchar, leer y escribir. Todas ellas están integradas, se necesitan, relacionan y desarrollan entre sí. Es errado desestimar la escritura. Aunque son habilidades claramente diferenciadas, lectura y escritura van de la mano. El buen lector se interesa por la escritura y a menudo descubre sus habilidades como escritor. Quien lee asiduamente presta atención a la ortografía, aumenta su vocabulario, mejora su capacidad para expresarse oralmente. La lectura implica comprender lo que otro escribe. La escritura implica producir textos propios. La escritura exige un esfuerzo creativo, estimula el pensamiento, ayuda al aprendizaje. "Escribir es leer dos veces".

ERROR 12: Abandonar la escritura a mano

La escritura a mano viene perdiendo presencia ante el avance de las tecnologías y la popularización del teclado. Quienes usan regularmente computadoras y teléfonos móviles escriben cada vez más en el teclado y cada vez menos a mano, al punto de que muchas personas sienten que están perdiendo esta habilidad.

Hay quienes proponen que el sistema escolar debería desalentar la escritura a mano y enseñar más bien mecanografía a fin de facilitar y mejorar el uso del teclado.

No obstante, la investigación científica destaca las muchas ventajas de la escritura a mano y concluye que es un error pretender abandonarla y sustituirla con la escritura en teclado.

Escribir a mano es "una gran gimnasia para el cerebro". Se ejercitan simultáneamente capacidades visuales, motoras y cognitivas. Exige pensar y componer la frase mentalmente antes de escribirla, lo que no exige el uso de la computadora. Implica una “actividad neuronal mucho más destacada” que escribir usando el teclado. Recordamos mejor la información cuando la hemos manuscrito que si la tecleamos. La caligrafía construye y revela una identidad personal, única, que se pierde irremediablemente con la homogeneización que impone el teclado.

» Leer y escribir hacen bien a la salud

ERROR 13: La misión alfabetizadora termina con enseñar a leer y escribir


Generalmente se asume que la misión alfabetizadora es enseñar a leer y escribir. Los planes y programas de educación de adultos se proponen como meta eliminar o reducir el analfabetismo. 

No obstante, no se trata solo de alfabetizar sino de motivar a niños, jóvenes y adultos hacia la lectura y la escritura, a fin de que las integren de manera significativa a su vida cotidiana.

Millones de personas aprenden a leer y escribir pero no leen ni escriben. «Iletrismo» se llama a esta condición, que viene creciendo en todo el mundo. Para todos los fines prácticos, es otra forma de analfabetismo.

Quien lee y gusta de la lectura tiene a su disposición un dispositivo para seguir aprendiendo autónomamente por el resto de la vida. La lectura es herramienta fundamental de autoeducación y de autoaprendizaje.

Una sociedad que mejora su nivel de escolaridad, pero que no avanza en sus niveles de lectura, es una sociedad escolarizada, no necesariamente una sociedad educada.

Si los sistemas escolares replantean su misión alfabetizadora más allá de enseñar a leer y escribir y construir sociedades alfabetizadas, pueden hacer una contribución importantísima a la construcción de sociedades del aprendizaje. 

» "No basta con enseñar a leer y escribir; hay que acercar la lectura y la escritura a la gente"
 
Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "13 errores en la alfabetización escolar", blog OTRAƎDUCACION, Quito, noviembre 2015. Actualizado: diciembre 2022.


Para Eduardo Galeano, desde el corazón


Pancho Cajas - Ecuador


La muerte de Galeano, dada a conocer hace dos horas, me ha tomado por sorpresa y me ha trastornado. Estoy llorando. Me preparaba para un día normal y productivo que ya no podrá ser. Con el corazón a media asta, solo se me ocurre escribir(le) estas líneas. La escritura alivia, muchas veces, la pena. Me niego a usar el pasado, pues la muerte está fresca, sigue viva.

Siempre me he declarado admiradora de Galeano. No solo de su escritura sino de él como ser humano. Siempre metiendo el dedo en la llaga, siempre con los valores y las actitudes correctas, siempre comprometido con lo social y con la transformación profunda de las cosas. Referente político, literario, ético. En una sola persona.

Nunca leí "Las venas abiertas de América Latina", su libro más nombrado. Ni de joven ni de adulta. Está visto que ya no lo leeré. Más aún, con la mala propaganda que él mismo se ha encargado de hacerle en los últimos tiempos... Dejó a muchos colgados, como tantas veces, con su imparable honestidad.

Creo tener en mi biblioteca todos sus libros y haberlos leído todos, menos el de las venas, que también conservo. Sus escritos los he cargado conmigo a todo lado, a la cama, a las vacaciones, al avión. Han sobrevivido a los años, a las mudanzas internacionales, a la necesidad de decidir, cada cierto tiempo, qué queda y qué no. Los suyos siempre quedaron.

Pero no solo sus libros sino sus artículos en diarios y en revistas me han mantenido en vilo, alimentando mi espíritu de fan. Galeano periodista es una joya. Me fascina la textura y la materia prima de sus relatos. Leí que colecciona historias, sueños, noticias y datos curiosos en diarios, libros, conversaciones, internet; que los va anotando en una libreta y luego los amalgama y da forma. Como las noticias surrealistas que recorta y colecciona Ricardo Darín en El Cuento Chino, la vaca que cae de un avión y mata a una novia mientras viajaba con su novio en una barca en China ...

Toda la vida he recomendado a los maestros leer a Galeano. Lectura imprescindible. Sentido común informadísimo. Culto a la memoria. La historia de cuerpo presente, tratada implacablemente, con bisturí y con ironía. Sabiduría condensada en pocas palabras, bien escrita, con ritmo, atrapando al lector. A Galeano, claro, le sale escribir así, no para congraciarse con los tiempos o con los malos lectores. Y por eso disfruto y admiro sus juegos de palabras, su economía y su precisión en el lenguaje. Ninguna palabra demás. Buen saber, buen escribir, buen argumentar, buen concluir, al alcance de todos. He sido su discípula en las artes no solo de la lectura sino también de la escritura. 

Sin pedir permiso, decidí subir a este blog fragmentos de su libro Los hijos de los días (2011). Una suerte de calendario que orienta a través de las semanas y los meses, y que comparto cada tanto en las redes.


Hace cuatro días circulé en Twitter la foto con esta cita suya mezclada con una de Ortega y Gasset, que Galeano incluyó en Los hijos de los días (28 de octubre). Mientras escribo esto, hay gente que la sigue circulando. Junto con tantas citas entrañables del Galeano escritor, periodista, investigador, político, futbolista, historiador, sociólogo, antropólogo, educador, ser humano.

Lo ví en Buenos Aires en una conferencia, a poca distancia. Y luego coincidimos sentados en el mismo café. Ese fue el "encuentro más personal" que tuvimos. Años más tarde, en Montevideo, paseando con unos amigos, me señalaron su casa y les pedí parar. Me habría animado a tocar el timbre pero, al poco rato, una persona salió y nos dijo que estaba de viaje. Le dejamos saludos y hasta ahí llegó. Fue agradable recorrer su barrio, ubicar relatos y entrevistas en esa casa y en ese barrio suyos.

Un amigo argentino, Daniel Schugurensky, que reside y enseña en Canadá, me escribió hace unos años un correo en el que me decía que había colocado mi libro "Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes" junto a los libros de Galeano en su biblioteca, pues le había encantado y recordado su narrativa. Es - le dije - uno de los mejores piropos que me han dicho jamás.

Adiós, Eduardo Galeano. Perdona estas palabras escritas a contramano y al apuro, que no le hacen honor a la escritura pero que son las que, el día de hoy, en medio de esta tristeza inmensa, me salen del corazón.

Quito, 13 abril, 2015


Frases de Galeano


Yo escribo para quienes no pueden leerme. Los de abajo, los que esperan desde hace siglos en la cola de la historia, no saben leer o no tienen con qué”.

"A los cafés de Montevideo les debo todo, porque yo no tuve educación formal, ni siquiera hice primero de liceo. En los cafés aprendí el arte de vivir y el oficio de narrar".

"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo".

"Si la naturaleza fuera banco, ya la habrían salvado".

"De los pobres sabemos todo: en qué no trabajan, qué no comen, cuánto no pesan, cuánto no miden, qué no tienen, qué no piensan, qué no votan, qué no creen... Solo nos falta saber por qué los pobres son pobres. ¿Será porque su desnudez nos viste y su hambre nos da de comer?"

"En la escuela son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación".


“La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo”.

“Soy un escritor que quisiera contribuir al rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra despreciada y entrañable”.

“La historia de América Latina es la historia del despojo de los recursos naturales“.

“Cuanto más se prohíbe una cosa, más se multiplica y esto no vale sólo para las drogas, vale para todos. Si quieres que algo se difunda, prohíbelo, esa es la mejor publicidad“.


Sabios de seis años


Olivier Tallec. ilustrador francés

Uno de los errores históricos de la escuela (y de quienes diseñan políticas, reformas y evaluaciones educativas) ha sido creer que aprender a leer y escribir es un aprendizaje netamente escolar, es decir, un aprendizaje que empieza con el primer día de cla­ses, y que requiere la presencia de un maestro y de un méto­do de enseñanza.

Hoy sabemos contundentemente que esto no es así. Desde muy pequeños, los niños empiezan a preguntarse y explicarse muchas co­sas sobre el len­guaje es­crito, sobre qué es leer y qué es escri­bir. Numerosas in­ves­tigacio­nes han venido revelando que esos novatos que llegan al pre-escolar y a la escuela, dados por analfabe­tos, son auténticos sabios - plenos de saberes, de certezas, de hipótesis, de preguntas - sin haber pisado un aula de clase.

¿Cómo es posible? Por el sencillo hecho de que niños y niñas poseen esa cualidad fundamental que es la clave de todo aprendizaje: la curiosidad. Pero, además, por el afortunado hecho de que la escuela no es la única que enseña: niños y adul­tos aprendemos desde que nacemos hasta que morimos, en el contacto con el medio, en las relaciones con los demás, en y de la propia ex­periencia.

La sociedad actual nos inunda de escritura: en el hogar, en la calle, en los medios, en internet. No obstante, el grado de exposición al lenguaje escrito sigue siendo muy desigual para los niños que viven en zonas rurales y para los que vi­ven en centros ur­banos, así como para los niños que provie­nen de hogares pobres respecto de aquellos que provienen de hogares acomodados, con padres educados, rodeados de libros, de situaciones y estímulos para leer y escribir. De hecho, los niños que viven en zonas rura­les y apartadas, así como los niños indígenas, hablantes de otras lenguas, parten de una situación desven­tajosa en cuanto a las condiciones de aprendizaje de la lectura y la escritu­ra.

¿Qué sabe un niño pequeño sobre el lenguaje escrito antes de entrar a la escuela?

Entre otras cosas:

▸ Sabe que lo escrito está ahí para leerse y que tiene relación con lo hablado. (Por ejemplo: puede agarrar un libro - no impor­ta si patas arriba - y 'leer' en voz alta algo que hace sentido, y con la entonación apropiada).

▸ Sabe que lo escrito dice algo, sirve para comunicar, nombra o se refiere al o a los objetos representados. (Por ejemplo: puede «leer» lo que dice en rótulos, carte­les, etiquetas de productos, etc: "Ahí dice BOTELLA", "Ahí dice ARBOL", "Ahí dice "CUIDADO QUE EL PERRO MUERDE", etc.).

▸ Sabe diferenciar números y letras así como di­bujos y letras. Puede diferenciar cuáles se leen y cuáles solo se miran, cuáles se escriben y cuáles se dibujan.

▸ Sabe reconocer e incluso imitar las for­mas de las letras de su idioma (un niño ecuatoriano
«escribe» imitando las letras del alfabeto latino, un niño chino «escribe» imitando signos que se parecen a la escritura china).

▸ Se ha formado sus propias ideas acerca de qué puede leerse y qué no. La mayoría de niños concluye que algo
«sirve para leer» cuando reúne tres condiciones: tener letras (no números ni dibu­jos), tener una canti­dad míni­ma de letras (una palabra con me­nos de 3 letras «no sirve para leer»), y que no haya le­tras repeti­das (por ejemplo, la palabra OSO «no sirve para leer»).

▸ Sabe que se lee y es­cribe de iz­quierda a derecha (un niño á­ra­be sabe que en su idioma la dirección es de dere­cha a iz­­quie­r­da).

▸ Sabe dis­tin­guir un texto que co­rresponde a un periódico o a un cuento. Es decir, sabe que hay géneros y estilos dife­rentes de escritu­ra, y que cada uno de ellos va en un lugar espe­cífico. (Por ejemplo: si se le lee "Había una vez...", dice: "Eso está sacado de un cuento". Si se le lee una noticia de un acci­dente, dice: "Eso está sacado de un perió­dico").

Si usted es padre o madre de familia y tiene hijos pequeños, ob­serve atentamente, pruebe, compruebe. Si usted es maestro o maes­tra de niños, anímese a explorar lo que saben acerca del len­guaje sus pequeños sabios y dese la oportunidad de revisar, junto con ellos, sus creencias, enfoques y métodos de enseñanza de la lectura y la escritura.

* Los ejemplos que damos aquí están tomados y/o inspirados en las investigaciones y publicaciones de Emilia Ferreiro.

 Para saber más 
- Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”
https://otra-educacion.blogspot.com/2011/05/presentacion-del-libro-de-emilia.html 
https://www.crefal.org/index.php?option=com_content&view=article&id=121&Itemid=220
 

Enseñanza invisible

 
"Enseñar menos, aprender más".

"Personalmente, siempre estoy listo para aprender,
aunque no siempre me gusta que me enseñen"
. Winston Churchill

“El sabio no enseña con palabras, sino con actos”. Lao-Tsé


Si algo viene etiquetado como educativo - programa educativo, televisión educativa, radio educativa, juego educativo - más que atraer, a menudo ahuyenta. La educación, para muchos niños, jóvenes y adultos, se ha ganado fama de aburrida y hasta de maltratante.
 

Mucho de lo que aprendemos a diario resulta de enseñanzas invisibles o de no-enseñanzas. Personas que enseñan sin proponérselo o sin ser conscientes de ello. Enseñantes detrás de un libro, de un telón, de una pantalla, de una película, de una obra de teatro, de un cuadro, generando aprendizajes de múltiples maneras: dando ejemplo, motivando, promoviendo confianza y autoconfianza, inventando situaciones, plantando recursos, creando tiempo, abriendo espacios, derrumbando muros, facilitando encuentros e intercambios, animando lecturas y escrituras, admitiendo y despenalizando el error, estimulando la exploración, el propio descubrimiento, el interaprendizaje entre pares, el aprendizaje autónomo.

El buen enseñante renuncia al protagonismo, enseña casi sin que se note. La buena enseñanza tiene bajo perfil, no es invasiva, fluye sin estridencia.

Lo que debe ser visible es el aprendizaje. Quien aprende debe darse cuenta de que aprende,
sentirse contento de aprender, percibir que eso que aprende le sirve y le ayuda a aprender otras cosas, a comprender algo que no comprendía, a resolver algún problema, a elevar su autoestima, a ser útil para otros.

Quien enseña debe asegurarse de que quien aprende encuentre interesante eso que aprende, reconozca que aprende y, en la medida de lo posible, use ese aprendizaje. Contribuir a visibilizar el aprendizaje es una competencia clave que debe desarrollar el buen educador y la buena educadora.

Las enseñanzas invisibles son las más efectivas

(caricaturas: Francesco Tonucci, Frato)
El ejemplo

Desde tiempos inmemoriales se destaca el valor educativo del ejemplo. Hay quienes dicen que esa es, en verdad, la única manera de aprender.

Los actos enseñan más que las palabras. Si de esto tuvieran conciencia los enseñantes - padres, profesores, sacerdotes, políticos, expertos, agentes sociales, líderes de todo tipo - prestarían más atención a lo que hacen, a cómo lo hacen y a qué reacciones provocan sus actuaciones.


Alguien que no lee y que no disfruta de la lectura difícilmente puede formar buenos lectores. Una persona violenta, que discrimina, que maltrata, no puede educar en la no-violencia, la no-discriminación, el no-maltrato. Igual con racistas y machistas. No debería sorprender el fracaso de tantas campañas, programas y materiales destinados a «formar en valores» en sociedades y contextos que desdicen esos valores de manera permanente. 

A ser honesto se aprende desde la infancia y a lo largo de la vida, rodeado de gente honesta y de actos de honestidad. Así se aprenden los valores positivos y, lastimosamente, también los negativos. No hay currículo capaz de inculcar solidaridad, empatía, colaboración. Estas se aprenden en la práctica, en el ejercicio de ser solidario, empático, colaborador y de ver a otros actuar de ese modo.
 

Definitivamente, ser es mejor que sermonear, hacer es mejor que decir. Ser ejemplo de lo que se predica es la mejor manera de formar hijos, alumnos, ciudadanos.

El contexto

Estudios y evaluaciones muestran que el clima de aula y el clima escolar son claves para el aprendizaje en el medio escolar. Los alumnos aprenden y aprenden mejor cuando se sienten contentos, motivados, interesados, acogidos, estimulados, bien tratados. Lo mismo podríamos decir del clima familiar, del clima social, del clima político.

Un contexto violento - en el hogar, en la comunidad, en el sistema escolar, en la política, en la sociedad - estimula comportamientos violentos. Donde hay respeto, diálogo, participación, se aprende a desarrollar esos valores y actitudes.


Un «buen ambiente de aprendizaje» es contrario a la rigidez, el inmovilismo, el silencio. Se aprende mejor en un ambiente limpio, ordenado, bonito, alegre, informal, en el que se aliente el juego, el intercambio, la risa. Hoy sabemos que el movimiento ayuda al aprendizaje, antes que entorpecerlo; que los períodos de concentración son cortos y que es necesario progranar períodos frecuentes de descanso y recesos más largos, justamente si se quiere mejorar la atención.

Crear un clima favorable para aprender es tarea de los adultos. Enseñanza invisible.


El contacto con otros

Muchos de los aprendizajes más importantes que hacemos en la vida son aprendizajes de y junto con otros.


Aprender a convivir - en la familia, en el barrio o comunidad, en el sistema escolar, en el trabajo, etc. - es un aprendizaje esencial que se desarrolla desde la primera infancia y a lo largo de la vida. En el contacto con otras personas aprendemos a escuchar, a conversar, a argumentar, a debatir, a reconocer y respetar la diversidad, a lidiar con otros puntos de vista. Todos ellos aprendizajes fundamentales en la construcción de ciudadanía.

Nada mejor que grupos heterogéneos para aprender a respetar y valorar lo diverso. Nada mejor que el contacto con otras culturas para desarrollar el sentido de inter-culturalidad. Nada mejor para aprender un idioma que la inmersión entre quienes lo hablan como propio.
Frato

El servicio a los demás

Ayudar a otros es ayudarse a uno mismo. Porque sentirse socialmente útil es fuente de realización personal y una de las claves de la felicidad. Y, por eso, uno de los cuatro puntales del ikigai.

Niños y jóvenes que descubren su potencial para ayudar a otros se desarrollan como personas más completas y más complejas, más sensibles y creativas. El aislamientro social produce personas menos felices y menos aptas para la vida.

El Aprendizaje-Servicio mata varios pájaros de un tiro: aprendemos mientras servimos a los demás y crecemos como personas y como ciudadanos. ¿Qué puede haber más gratificante?

Frato

La naturaleza

Aprender al aire libre es bueno para la mente, para el cuerpo y para el espíritu. Aviva los sentidos y los pone a trabajar de manera orquestada. Incluso se ha recomendado y se recomienda siempre como mitigador de penas, problemas, enfermedades.

La naturaleza es fuente inagotable de aprendizajes. Un amanecer, un río, el mar, un árbol, una flor, un nido, una fila de hormigas...

No hay mejor juguete para un niño que agua y arena. En la escuela del profesor Toshuro Kanamori, en el Japón, que cultiva una pedagogía para la empatía y la felicidad, revolcarse en lodo es el gran premio al entusiasmo y al esfuerzo. Trepar a un árbol ha sido y sigue siendo máxima aventura para generaciones de niños.


Un jardín, un huerto, una planta, no deberían faltar dentro y fuera de la casa, del aula, del rincón de trabajo.

Una mascota cambia a las personas y cambia la vida de las personas. No son solo compañía y afecto, sino insustituibles enseñantes invisibles.
 


El arte

La educación a través del arte se considera una Pedagogía Invisible. Investigaciones confirman que las artes dinamizan la creatividad, la disciplina, la perseverancia, y contribuyen a desarrollar el pensamiento matemático.
Aprender a tocar un instrumento musical beneficia la memoria y la atención, y ayuda a desarrollar las redes neuronales. Los artistas enseñan a todos con sus creaciones, a menudo sin proponerse enseñar y sin estar presentes.

Canciones, películas, documentales, videos, dibujos, pinturas, conciertos, festivales, artesanías, tejidos, esculturas, obras de teatro, títeres, manualidades, culinaria, son parte del entorno de vida y de aprendizaje de las personas, a todas las edades. Los mejores sistemas educativos del mundo dan un lugar especial a las artes dentro del currículo. La música tiene la misma importancia que las asignaturas consideradas imprescindibles. La educación musical es una de las grandes fortalezas de la educación en Cuba.

Excursiones y viajes


Viajar es una manera vivencial, estimulante y placentera de aprender. Una experiencia de aprendizaje insustituible, imposible de encontrar en los currículos escolares, los libros o internet.


Romper con el encierro - el del hogar, el de la escuela, el del trabajo - es de por sí formativo.


No se trata solo de grandes viajes. Puede ser muy gratificante una caminata por el barrio, una excursión al campo, la visita a una fábrica o a un museo, un viaje estudiantil.

Ir en bicicleta o caminar a la escuela en grupo son un excelente sustituto al transporte escolar o familiar. Muchos países, programas y escuelas los organizan como parte de la jornada escolar y de la experiencia educativa. 

Las pasantías - a otros países, a otros lugares dentro del país, a otras escuelas - son herramientas insustituibles de desarrollo profesional docente.

La exploración y el descubrimiento 

Aprender a aprender es el secreto del aprendizaje a lo largo de la vida.
 

La curiosidad y la motivación son motores del aprendizaje. El aprendizaje autónomo es fuente de placer y de conocimiento sin fin. El descubrimiento y la propia exploración son las vías más seguras para lograr aprendices genuinos y profundos.

El experimento «Agujero en la pared» (1999) del indio Sugata Mitra se propuso mostrar lo que puede lograrse «abandonando» una computadora para que los niños la exploren y aprendan solos, sin adultos interviniendo directamente en la enseñanza. Resultó que los niños se autorganizan entre ellos y «se enseñan a sí mismos», a partir de adultos cuyo rol es diseñar el experimento, poner allí la computadora, observar e investigar el proceso. A partir de ese experimento se desarrolló
la «Escuela en la Nube», una plataforma en línea que promueve Entornos de Aprendizaje Auto-Organizado (EAAO) - "entornos caóticos deliberados y con sentido" - en los que los niños trabajan solos en torno a una pregunta, con tutores a distancia (Grannies, abuelitas) que interactúan a través de Skype.
«Educación mínimamente invasiva» llama Mitra a este tipo de intervención.
 
Los buzones de libros, en los que se dejan y toman libremente libros u otros materiales de lectura, funcionan muy bien en muchos casos. Probemos a abandonar libros, libretas, lápices, mapas, cubos, latas, letras, números, caleidoscopios, lupas, calendarios ... Experimentamos alegría al encontrar una moneda tirada en el suelo; ni hablar de lo que se experimenta al encontrar un libro. Un libro sabiamente abandonado -
parques, veredas, buzones, paradas de buses, macetas, árboles, bancos, mesas - puede tener mejor suerte que aquel que espera erguido en una biblioteca. De hecho, existen varias iniciativas nacionales e internacionales con esa idea; por ejemplo Libera Tu Libro, el Club de los Libros Abandonados, parte de http://www.bookcrossing.com/

Enseñar menos, aprender más, fue lema de la reforma escolar en Singapur. Si le interesa ayudar a que otros aprendan, practique más la enseñanza invisible. Achíquese. Desaparezca. Aprenda a actuar tras bastidores. Deje que sus actos hablen más que sus palabras. Juéguese a la curiosidad, el autodescubrimiento, la sorpresa, la aventura, el interaprendizaje, el aprendizaje autónomo, libre, flexible, placentero y sin prisa. 


Para saber más
- Pedagogías invisibles. Arte + Educación
http://www.pedagogiasinvisibles.es/
- Roser Batlle, ¿De qué hablamos cuando hablamos de aprendizaje-servicio?
https://roserbatlle.files.wordpress.com/2009/02/de-que-hablamos-cuando-hablamos-de-aps-revista-crc3adtica1.pdf
- Toshiro Kanamori y la pedagogía para ser feliz y pensar en los demás.
https://www.elblogalternativo.com/2008/12/11/toshiro-kanamori-y-la-pedagogia-para-ser-feliz-y-pensar-en-los-demas-otra-educacion-es-posible/

- Proyecto de Sugata Mitra: Educación mínimamente invasiva
https://empresasaplicaciones.wordpress.com/2009/10/14/proyecto-de-sugata-mitra-educacin-mnimamente-invasiva/
- Sugata Mitra muestra cómo los niños se enseñan a sí mismos, Ted Talk, 2007
https://www.ted.com/talks/sugata_mitra_kids_can_teach_themselves?language=es
- El club de los libros abandonados, La Nación, Buenos Aires, 24 junio 2006.
https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/el-club-de-los-libros-abandonados-nid817465/
- Libera tu libro
https://www.facebook.com/liberatulibro/

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