Recordando al Conejo - Fernando Velasco Abad

Un niño y una clase virtual

 
Rosa María Torres



Esta foto la circuló en Twitter Chrissy Newell (@MrsNewell22), mamá de este niño, el 11 de septiembre de 2020, con el título de Distance Learning: Day 4. (Aprendizaje remoto: Día 4). Plena pandemia y confinamiento en casa.

Debajo de la foto la mamá contaba que el hijo le había dicho:
- "It's ok, mom. I turned my camera off" ("No hay problema, mami. Apagué la cámara".

Y en otro mensaje explicaba:
- "This is after I took his chair away because he was spinning in it" (Esto es después de que le quité la silla pues estaba girando con ella).

Me atrapó la foto, obviamente, y me encantaron los comentarios que dejaba la gente. Aquí tenemos a un niño de seis años y medio, en su cuarto día de clases virtuales, haciendo piruetas, colgado como murciélago de su escritorio, fuera de la vista de la profesora y de sus compañeros de Zoom. Y una mamá filmándole y compartiendo con otros el momento.

Bien por el niño, que decidió hacer lo que le pedían cuerpo y mente, básicamente moverse y jugar. Bien por él que, antes de fugar, se ocupó de apagar la cámara y mantener puestos los audífonos, para continuar conectado.

Bien por la mamá, que en vez de regañarle, le tomó fotos. Una mamá que percibe lo extraordinario del episodio y decide compartirlo con desconocidos, sin temor al qué dirán.

Bien por quienes comentaron, divertidos, alineados con el niño y con su mamá, admirando el coraje de ambos y las cualidades del niño, a quien auguraron un futuro promisorio vinculado a la gimnasia, el atletismo, el arte, la creatividad. Muchos de ellos padres y madres de familia, varios de ellos educadores. La necesidad del movimiento y del juego pasaron a ser temas centrales en la conversación que se armó entre ellos, así como los problemas y límites de la educación virtual, sobre todo para niños pequeños, y la importancia del 'flexible seating' (asientos flexibles), en torno a lo cual compartieron información de sitios donde los venden o de escuelas que los utilizan. Varios calificaron a la foto como foto del año.

Disfruté la experiencia. Agradecí a la mamá por su actitud en relación al hijo y a los comentarios. Me maravillaron los comentarios de tanta gente simpática y empática, con cosas interesantes y pertinentes que decir, y pensé cuán diferente sería todo esto en mi país, donde muchos segura y llanamente catalogarían al niño de hiperactivo e indisciplinado y a la madre de irresponsable.