(In English: Life-deep Learning: A personal reflection)
La red PIMA me pidio escribir un artículo - en inglés - sobre Aprendizaje Profundo de Vida (Life-Deep Learning). Acepté con gusto. He escrito sobre Life-long y Life-wide learning. La profundidad es un complemento necesario.
Decidí encarar el tema con una reflexión personal sobre mi propio aprendizaje de vida en relación al campo de la educación y los aprendizajes y a los diversos roles que he asumido: investigadora, asesora, docente, editora, traductora, periodista educativa y activista.
Lo que presento aquí es una traducción que he hecho del artículo al español, con algunas modificaciones respecto del texto en inglés y agregando algunos hipervínculos.
Decidí encarar el tema con una reflexión personal sobre mi propio aprendizaje de vida en relación al campo de la educación y los aprendizajes y a los diversos roles que he asumido: investigadora, asesora, docente, editora, traductora, periodista educativa y activista.
Lo que presento aquí es una traducción que he hecho del artículo al español, con algunas modificaciones respecto del texto en inglés y agregando algunos hipervínculos.
De la «educación» al «aprendizaje a lo largo de la vida»
Mi incursión en el mundo de la educación empezó por la educación de adultos, un campo históricamente desatendido, atravesado por una doble discriminación: la edad y la pobreza. Un campo que, por eso mismo, estimula la empatía, la mirada multidisciplinaria, multisectorial e intergeneracional, y el cambio social. Organizar, dirigir y evaluar una campaña nacional de alfabetización, contando con los jóvenes como alfabetizadores, ha sido quizás la experiencia profesional más intensa y enriquecedora en la que me he visto involucrada. Ver a una persona adulta aprender a leer y escribir, y dibujar su nombre por primera vez, con el sentimiento de dignidad y felicidad que suele acompañar a ese acto, es algo extraordinario.
La adquisición de la lectura y la escritura es un proceso que no tiene edad y un continuo que no tiene fin. Articular alfabetización infantil y alfabetización de adultos como un continuo es tarea indispensable y, sin embargo, resistida por la sociedad y por el campo educativo. Fue así como incursioné en la educación escolar y luego en la educación de la familia y de la comunidad y, finalmente, en el concepto y el paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida (ALV). Siempre desde una perspectiva transformadora, pues la educación necesita cambios sistémicos y de fondo. El blog personal que creé en 2009 y que administro desde entonces se llama OTRAƎDUCACION.
Escribir
Mi papá me enseñó a leer y escribir a los cinco años y me cambió la vida. Desde entonces cultivo el hábito de leer y escribir. Escribir es a menudo lo primero y lo último que hago en el día. He publicado varios libros y muchos artículos académicos y periodísticos. Tengo cerca de 700 artículos publicados en mi blog y otro tanto en borrador. Calculo que debo haber pasado la mitad de la vida escribiendo.
Escribir es un disfrute profundo y especial. Una oportunidad extraordinaria de jugar con el lenguaje, una herramienta fenomenal de expresión y comunicación, un método de aprendizaje como ningún otro. Escribir obliga a pensar, a perseverar, a ser disciplinado y riguroso. Cuando uno no puede explicar algo con claridad al escribir es porque no lo tiene claro. La interconexión y el ir y venir entre lectura y escritura es fascinante.
Escribo para que me lean, con la ilusión de informar y de enseñar, de ayudar a que las personas se interesen y se eduquen en el tema educativo. Eso implica escribir de la manera más clara y sencilla posible, sin rimbombancias, sin jerga, explicando todo, evitando las siglas que nadie conoce, contando historias, dando ejemplos. Creer que el objetivo vale la pena me anima a seguir. Confirmar, a menudo, que muchas personas no leen, leen solo los títulos o hacen simplemente cut & paste con lo que escribo es frustrante pero he aprendido a tomarlo como «gajes del oficio».
Escribo para que me lean, con la ilusión de informar y de enseñar, de ayudar a que las personas se interesen y se eduquen en el tema educativo. Eso implica escribir de la manera más clara y sencilla posible, sin rimbombancias, sin jerga, explicando todo, evitando las siglas que nadie conoce, contando historias, dando ejemplos. Creer que el objetivo vale la pena me anima a seguir. Confirmar, a menudo, que muchas personas no leen, leen solo los títulos o hacen simplemente cut & paste con lo que escribo es frustrante pero he aprendido a tomarlo como «gajes del oficio».
Escribo generalmente por gusto, sin que nadie me pida ni me pague. Pero también escribo a pedido: ponencias, investigaciones, sistematización de experiencias, guías, manuales, evaluaciones. Tener un blog personal es un lujo, un espacio siempre disponible y a la mano para escribir lo que a uno se le antoja, de manera privada o pública. Siempre aliento a profesores y estudiantes a crearse su propio blog. He enseñado a funcionarios de ministerios de educación a crear y administrar blogs, por ejemplo en Ruanda, Uruguay y México.
Re-leer
A medida que avanza la vida, uno descubre el placer de la re-lectura. Además de redescubrir el libro como si fuese un nuevo libro redescubrimos a esa persona que fuimos cuando lo leímos, gracias entre otros a las marcas que dejamos en el papel: notas, colores, subrayados, y hasta restos de comida y olores reconocibles de la época. Nos maravillamos no solo porque son otras las ideas que capturan nuestro interés sino porque nosotros mismos somos hoy otras personas.
Re-leer
A medida que avanza la vida, uno descubre el placer de la re-lectura. Además de redescubrir el libro como si fuese un nuevo libro redescubrimos a esa persona que fuimos cuando lo leímos, gracias entre otros a las marcas que dejamos en el papel: notas, colores, subrayados, y hasta restos de comida y olores reconocibles de la época. Nos maravillamos no solo porque son otras las ideas que capturan nuestro interés sino porque nosotros mismos somos hoy otras personas.
He releído varios libros, en épocas y con motivaciones distintas. He vuelto a libros que leí en la adolescencia, con la curiosidad por saber quién era yo y qué encontré en esos libros a esa edad, entre ellos varios de Julio Verne, Mujercitas, Cumbres Borrascosas o Madame Bovary, así como El Cojo Navarrete,
de Enrique Terán, autor ecuatoriano, que elegí
para participar, a los 16 años, en el concurso del "Libro Leído", en Quito. He retomado libros que me atraparon en mi juventud, y que leí en esta misma casa, muchos de los cuales conservo. Y también libros importantes leídos en la edad adulta y en los últimos años, contagiada por la prisa de los tiempos.
Viajar
Viajar
Viajar es una de las maneras más potentes y placenteras de aprender. Mis decisiones profesionales y mi manejo de idiomas me condujeron a hacer de los viajes una modalidad fundamental de trabajo. Desde el inicio incorporé las visitas a escuelas como componente obligado y llegué un día antes para poder hacerlo. Asesorar requiere inmersión en la vida y en la(s) cultura(s) del país. En esas visitas encontré siempre inspiración y material valioso para conectar con los demás. Muchos de los artículos que he escrito en todos estos años son artículos referidos a esas visitas en todo el mundo.
Cuando preparé mi visita de estudio a Finlandia, en 2015, entendí que debía visitar no solo escuelas sino también bibliotecas. La política educativa finlandesa incluye la lectura como ingrediente central y el sistema de bibliotecas como aliado fundamental del sistema escolar. Tan arraigada está la asociación educación = escuelas, que se invisibilizan todos los espacios de aprendizaje por fuera de las aulas, incluidas las bibliotecas. La experiencia finlandesa, excepcional en tantos frentes, tiene en la articulación educación-lectura un frente muy importante de excepcionalidad.
Asesorar
Asesorar - a gobiernos, organizaciones sociales, organismos internacionales - es algo que he disfrutado mucho a lo largo de los años. El buen asesor aprende de manera permanente, observa, escucha, enseña, explica, plantea alternativas, procura hacer todo en consulta y junto con los asesorados. En mi larga experiencia como asesora internacional me ha tocado presenciar situaciones problemáticas que ponen en entredicho y hablan muy mal de la asesoría internacional en educación.
Trabajé en Ruanda contratada para investigar y asesorar al equipo de la Dirección de Educación de Adultos del Ministerio de Educación en la elaboración de una política y un programa de alfabetización para el país. Las personas con quienes debía trabajar esperaban que yo hiciera el trabajo. Ese venía siendo el modus operandi en la relación con asesores y consultores internacionales. Le plantée al equipo que necesitábamos trabajar juntos, de otro modo mi trabajo no serviría de nada. Logré que le dedicaran tiempo al trabajo conjunto. Otros asesores trabajaron solos las propuestas y los documentos, sin participación de los funcionarios locales.
En Tailandia me llevaron a visitar una escuela multigrado en una zona rural remota. El profesor encargado de la escuela, el señor Panya, había organizado varios grupos de alumnos, de acuerdo a su edad, y les había alineado frente a sendas pizarras ubicadas en la pared. El caminaba de arriba a abajo atendiendo a los diversos grupos. Me permití sugerirle organizar los alumnos grupos de modo que los alumnos pudieran verse entre ellos y colaborar. Aceptó la sugerecia. Con la ayuda entusiasta de los alumnos procedimos a reorganizar el aula, moviendo pupitres y pizarras. Contentos de verse por primera vez las caras, los alumnos empezaron a conversar entre ellos. El Sr. Panya se puso algo nervioso. Me despedí, agradeciendo la visita. Al poco rato debí regresar pues había olvidado un bolso en la escuela. Todo - mesas, sillas, pizarras, alumnos - había vuelto a su sitio. Innovar toma tiempo, es un proceso que no puede hacerse de un momento para otro. Una gran lección que nunca he olvidado.
Ir hacia atrás
La educación ha perdido historicidad y perspectiva histórica; todo aparece como nuevo y como novedoso. Cada vez más, el campo se llena de referencias bibliográficas recientes y desaparecen las referencias "viejas", de décadas anteriores. Las preocupaciones se centran en el futuro y ese interés por el futuro difícilmente lleva a un interés por el pasado, por el cómo se llegó hasta aquí.
Hace unos años empecé a sentir la necesidad de ir hacia atrás y recuperar lecturas de los 1960s, 1970s, 1980s, 1990s. Regularmente me zambullo en obras y en autores que ya no se mencionan o que son incluso desconocidos para las nuevas generaciones de educadores y de expertos.
A fines de 2012, Irina Bokova, entonces directora general de la UNESCO, convocó a un grupo de expertos a pensar la educación en el siglo XXI. Fui una de las expertas convocadas. El libro Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial? (UNESCO, 2015) fue resultado de esa iniciativa. La primera tarea que nos dieron fue estudiar los dos informes internacionales anteriores preparados a pedido de la UNESCO: el Informe Faure (Comisión Internacional para el Desarrollo de la Educación, 1972) y el Informe Delors (Comisión Internacional sobre la Educación en el Siglo XXI, 1996). Yo había leído el Informe Delors, no el Informe Faure. Fue un placer leerlo cuarenta años después de haberse escrito. Entendí por qué Bokova decidió volver a publicarlo en 2013.
Ir hacia atrás es a la vez re-encuentro y descubrimiento, ayuda a poner los pies sobre la tierra, enriquece y complejiza la mirada. Confirma que las innovaciones no solo están en el futuro sino también en el pasado, en cosas que se abandonaron o a las que no se dio importancia.
«Sesgos cognitivos» y «evidencia»
Conocer los «sesgos cognitivos» es importante para quienes nos dedicamos a la educación, la enseñanza, el periodismo, la investigación o la asesoría. Significa tomar conciencia de las mil y un trampas que nos pone el cerebro y que distorsionan nuestra percepción de la información y de los hechos. Esa vigilancia permite aprender mejor y estar mejor equipados para la investigación, la enseñanza y la escritura.
Para quienes no están familiarizados con los «sesgos cognitivos», enlisto aquí algunos de los más comunes o conocidos.
Sesgos cognitivos |
- Sesgo de confirmación: Tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias. - Sesgo de autoservicio: Tendencia a ignorar pruebas o hechos que contradicen la postura que se defiende. - Efecto de anclaje: Tendencia a confiar demasiado en la primera información que nos ofrecen a la hora de tomar una decisión. - Efecto de arrastre: Tendencia a creer algo porque muchas personas lo creen. - Sesgo de pertenencia al grupo: Tendencia a tratar de manera preferente a quienes se percibe como miembros del propio grupo. - Teoría de identidad social: Tendencia a adoptar juicios erróneos o falsos a fin de permanecer dentro del grupo o evitar el conflicto. - Sesgo de repetición: Tendencia a dar como ciertas afirmaciones que se repiten mucho. - Sesgo de autoridad: Tendencia a dar más valor a las afirmaciones que provienen de autores u organismos a quienes se atribuye autoridad. - Efecto halo: Tendencia a generalizar un rasgo positivo o un rasgo negativo de una persona a la totalidad de esa persona. - Estereotipo: Tendencia a creer que los miembros de un grupo tienen ciertas características, sin tener suficiente información al respecto. - Efecto Dunning-Kruger: Mientras menos sabemos, menos conscientes somos de lo que ignoramos y más proclives somos a sobrestimar nuestros saberes y capacidades. - Sesgo del experimentador: Tendencia de los experimentadores a creer, certificar y publicar datos que concuerdan con sus expectativas con respecto al resultado y a desechar, desacreditar o infravalorar los datos que parecen en conflicto con dichas expectativas. - Efecto de sujeto expectante: Este sesgo cognitivo ocurre en la ciencia cuando se espera determinado resultado y se manipula inconscientemente los datos a fin de probarlo. - Sesgo de punto ciego: Tendencia a no percibir los propios prejuicios cognitivos. - Sesgo de proyección: Tendencia a suponer que los demás comparten nuestras ideas, valores o posturas (sesgo de falso consenso). - Deformación profesional: Tendencia a mirar las cosas con el prisma de la propia profesión. - Sesgo de negatividad: El aspecto negativo de las cosas suele ser más atractivo que el positivo. - Efecto de superconfianza: Tendencia a confiar demasiado en las propias habilidades. - Sesgo egocéntrico: Tendencia a confiar demasiado en nuestro punto de vista. - Efecto de primera impresión: Tendencia a valorar más los eventos iniciales que los siguientes. - Efecto del último evento: Tendencia a dar más importancia a los eventos recientes. - Efecto de retrospección idílica: Tendencia a idealizar el pasado («todo pasado fue mejor») y a ver el futuro como declive. - Sesgo de abundancia de información: Falsa impresión de que, por tener más información, el razonamiento o la conclusión será más veraz. - Sesgo de impredecibilidad propia: Tendencia a verse a uno mismo como relativamente impredecible en lo que respecta a personalidad, comportamiento y estado de ánimo, mientras se ve a los demás como mucho más predecibles. - Profecía autorrealizada: Predicción que, por el solo hecho de ser enunciada, hace que se convierta en realidad. - Sesgo de simetría: Tendencia a considerar ciertos los argumentos que proponen una simetría dual (blanco/negro). - Maldición del conocimiento: Cuando sabemos algo, tendemos a asumir que los demás también lo saben y tienen los antecedentes necesarios para entenderlo. |
Aprender a aprender y a re-aprender
Empezar a entender cómo se da el aprendizaje es un salto cualitativo muy poderoso. Aprender implica conectar la nueva información con la información que poseemos previamente. Y comprender que si la nueva información contradice de algún modo a la anterior nuestro cerebro intentará, en principio, rechazarla. Aprender a aprender implica, por eso, también aprender a re-aprender. Cuando aprendemos a aprender y a re-aprender estamos mejor equipados para convertirnos en aprendices permanentes, por el resto de la vida.
Mientras más aprendemos y más sabemos, más dudamos y más conscientes somos de lo que nos falta saber. Este es un proceso contradictorio y profundo que se da a lo largo de la vida y que, si se comprende bien, nos hace humildes y modestos. La vida es sabia al permitirnos entender y aceptar que la sabiduría es un encuentro cara a cara con nuestra propia ignorancia.
Empezar a entender cómo se da el aprendizaje es un salto cualitativo muy poderoso. Aprender implica conectar la nueva información con la información que poseemos previamente. Y comprender que si la nueva información contradice de algún modo a la anterior nuestro cerebro intentará, en principio, rechazarla. Aprender a aprender implica, por eso, también aprender a re-aprender. Cuando aprendemos a aprender y a re-aprender estamos mejor equipados para convertirnos en aprendices permanentes, por el resto de la vida.
Mientras más aprendemos y más sabemos, más dudamos y más conscientes somos de lo que nos falta saber. Este es un proceso contradictorio y profundo que se da a lo largo de la vida y que, si se comprende bien, nos hace humildes y modestos. La vida es sabia al permitirnos entender y aceptar que la sabiduría es un encuentro cara a cara con nuestra propia ignorancia.
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