Nuestros sistemas educativos han dado siempre gran importancia a la inteligencia como factor clave del aprendizaje y del éxito escolar. Se asume que el buen alumno es inteligente y se espera del inteligente que sea buen alumno. Esfuerzo y perseverancia se consideran factores secundarios frente a la inteligencia, un recurso compensatorio del cual deben echar mano los sin capacidades «naturales» .
Sisu en Finlandia
En Finlandia, el sisu (voluntad, esfuerzo, perseverancia, resiliencia) es considerado un pilar del aprendizaje. Los finlandeses afirman que es una palabra que no tiene traducción exacta en otras lenguas. Incluye saber manejar el estrés, sobreponerse a la adversidad. Es una cualidad interior. Pasión por un ideal, por una meta de largo plazo.
Sisu es un término antiguo y se considera parte integral de la cultura finlandesa. Durante la Guerra de Invierno de 1939-1940, la perseverancia finlandesa ante la invasión de la Unión Soviética popularizó el término en inglés. En los 1940s se hizo un primer intento por conceptualizar la esencia del sisu. El diario finlandés Uusi-Suomi hizo un concurso pidiendo a sus lectores definir su significado. Un estudio reciente intentó una definición en el marco de la Psicología Positiva. En el Tercer Congreso de Psicología Positiva realizado en Los Angeles en 2013 se describió el sisu como una competencia psicológica clave que facilita acciones extraordinarias encaminadas a resolver situaciones desafiantes desde el punto de vista psicológico.
Una encuesta en línea realizada en 2013 recogió representaciones culturales del sisu entre finlandeses (y finlandeses americanos) contemporáneos y encontró que el sisu es altamente valorado y que hay gran interés en cultivarlo. Se recibieron 1.060 respuestas. 53% opinó que el sisu es una cualidad innata, 83% dijo que es una cualidad flexible que puede desarrollarse a partir de una práctica consciente. La encuesta también sugirió que un exceso de sisu puede llevar a comportamientos autocentrados y a ideas inflexibles.
El sisu ha sido descrito por The New York Times como "la palabra que explica a Finlandia" y como "la palabra favorita" de los finlandeses.
En Japón se da más valor al esfuerzo y la perseverancia que a la inteligencia. Gambaru funciona como un mecanismo igualador, pues permite a los menos talentosos creer en sus propias capacidades y en el valor del esfuerzo.
Buen niño, buen alumno (y, más tarde, buen trabajador, buen profesional, buen ciudadano) no es aquel que tiene talento y habilidades naturales sino aquel que persiste, se esfuerza, da todo de sí. La aptitud y la habilidad no se consideran cualidades heredadas, sino adquiridas a través del esfuerzo. La educación, tanto en el sistema escolar como en la familia, está centrada en orientar y estimular el valor de la perseverancia entre niños y jóvenes. El logro académico se ve como resultado de la autodisciplina, la dedicación y el esfuerzo, y es a partir de estos que los alumnos son evaluados, no de la inteligencia o el talento.
Después del terremoto de 1995, cuyo epicentro fue la ciudad de Kobe, la expresión Gambaro Kobe animó a la población a reconstruir la ciudad y sus propias vidas.
Los profesores consideran los trabajos presentados y los resultados de los exámenes, pero consideran también el esfuerzo y la dedicación de los alumnos: si han asistido puntualmente, si han consultado dudas después de clase, si han hecho lecturas adicionales a las requeridas, etc.
http://en.wikipedia.org/wiki/Ganbaru


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