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«Pensamiento perezoso» y pensamiento crítico


 


Mucha gente cree fácilmente en mentiras y #fakenews. ¿Por qué? Psicólogos, sociólogos y economistas estudiosos del tema tienen dos hipótesis: a) las personas tienden a creer la información que coincide con sus propias creencias (el llamado sesgo de confirmación), sin preguntarse si es cierta o falsa, y b) las personas que cultivan el pensamiento crítico son menos proclives a sucumbir ante la desinformación. 

Un estudio de la universidad de Yale en EE.UU. obtuvo evidencias de esto. Los resultados de pruebas realizadas con más de 3.400 voluntarios, publicados en un artículo en la revista académica Cognition, mostraron que la fácil aceptación de informaciones falsas se debe más al «pensamiento perezoso» que a los sesgos políticos.

¿Qué es el «pensamiento perezoso»?

La teoría en que se basó este estudio afirma que el cerebro humano tiene dos modos de pensar: uno rápido, intuitivo, emocional, casi automático, y otro lento, analítico, lógico (Kahneman, Daniel, Pensar rápido, pensar despacio, 2011edición en español 2012). Las personas usan estos modos de pensar de distintas maneras y en distintas situaciones. Quienes más utilizan el sistema rápido son quienes más frecuentemente «piensan de forma perezosa».

Las personas que practican el «pensamiento perezoso» son más proclives a creer las informaciones falsas. Por el contrario, las personas que recurren al pensamiento analítico, que exige esfuerzo mental, son menos proclives a la credulidad.

En el estudio de Yale se les pidió a los voluntarios responder un test de reflexión cognitiva que buscaba medir qué tanto las personas tienden a involucrarse en procesos mentales que requieren capacidad de análisis. Las preguntas fueron del tipo: “Un bate y una pelota cuestan $1,10 en total. ¿Si el bate cuesta $1 más que la pelota, cuánto cuesta la pelota?”. Quienes responden que la pelota cuesta $0,10 tienen probablemente una mente perezosa (vale $0,05).

Después les preguntaron sobre su filiación política (demócratas o republicanos) y les presentaron una serie de titulares falsos, algunos de los cuales coincidían con su posición y otros no. Luego les pidieron decir cuáles de esos titulares les parecían más creíbles. El ejercicio se repitió con titulares verdaderos.

Pensar para decidir creer (o no) 

Los resultados mostraron que a mejores resultados en el test cognitivo, mejor podían las personas identificar la veracidad o falsedad de un titular. Quienes obtuvieron resultados más bajos en el test tuvieron más dificultades para identificar cuándo un titular es cierto o no.

Esta tendencia se mantuvo aún cuando los contenidos contradecían las creencias políticas de las personas —aunque la filiación sí tuvo un pequeño efecto en los resultados. 

Los demócratas que hicieron uso del pensamiento crítico pudieron identificar cuándo un titular pro-demócrata era verdadero o falso y también cuándo un titular pro-republicano era verdadero o falso.

Con los republicanos sucedió lo mismo: las personas más analíticas pudieron discernir mejor la veracidad o falsedad de un contenido, aunque éste no fuese pro-republicano.

Los investigadores concluyeron que la capacidad de pensar analíticamente juega un importante papel de defensa contra la desinformación. En la medida que las personas enfrentan los contenidos desde una postura crítica, la desinformación tiene menos acogida. 

Es importante tener en cuenta que el «pensamiento perezoso» no es el lento sino el rápido. El que no se detiene a pensar, el que se deja influenciar por la primera impresión, el que pasa por encima de las cosas,  el deseoso de llegar a conclusiones lo antes posible. Quienes recurren al «pensamiento perezoso» son los que, en las redes sociales, leen solo los titulares, sin entrar a leer el contenido. Muchos, incluso, sacan conclusiones y comentan exclusivamente a partir del titular.

«Pensamiento perezoso» y sistemas educativos

Los sistemas educativos cultivan por lo general el «pensamiento perezoso». Alientan estudiar para la prueba, para el puntaje, para aprobar más que para aprender.

Aprender implica comprender. Comprender implica esfuerzo, a diferencia de simplemente memorizar y repetir. Lo cierto es que los sistemas educativos naturalizan la no-comprensión y la memorización. 
 
Aprender requiere tiempo. Y tiempo es lo que no permiten los sistemas educativos (más aún, en la etapa post-pandemia se recomienda acelerar, antes que desacelerar). Importa cuánto se aprende, no qué ni cómo ni para qué ni qué tan bien se aprende. No debería ser necesario agregar calificativos a aprendizaje: aprendizaje significativo, aprendizaje profundo, etc.

Leer implica comprender. No cabe llamar «lectura» al mero descifrado. No obstante, lo que se aprecia y vende en tiempos de crisis de la lectura son cursos de 
«lectura rápida». También a la lectura le crecen adjetivos: lectura comprensiva, alfabetización funcional, etc. La lectura placentera, la que inspiran los poetas y los grandes escritores, la que genera felicidad (como reclamaba Borges), es la lectura pausada.

Tristemente, los pensadores perezosos y los lectores perezosos son a menudo producto del propio sistema educativo. El profesor espera la respuesta rápida, única, igual para todos. El que se toma su tiempo - para pensar, para responder, para leer, para escribir, para aprender - puede ser tildado de lento y hasta de torpe

Pensadores perezosos abundan. Escasean los pensadores activos, analíticos, que descubren y cultivan el placer de pensar, de reflexionar, de dudar. Y son los pensadores perezosos quienes terminan siendo pasto de la desinformación, del aprendizaje superficial y del no-aprendizaje.

Finlandia ha logrado avances importantes en el combate a la desinformación. Ocupa el primer lugar en el Índice de Alfabetización Mediática (capacidad de discernir entre noticias verdaderas y falsas) con un puntaje de 75, la calificación más alta (2022). En el centro de los esfuerzos está el sistema escolar. El pensamiento crítico y la alfabetización mediática son parte del plan de estudios. El pensamiento crítico se estudia y aplica en varias asignaturas.

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Aprender a escuchar: imprescindible en la nueva docencia

Para Julián

Viernes. Colegio particular en Buenos Aires. No bien entra al aula la profesora anuncia prueba. Mi hijo pide la palabra y le dice: "Si usted lo que quiere es que aprendamos, sería mejor que tome la prueba el lunes, así tenemos tiempo para estudiar". Ella no dice nada, como si no escuchara, y sigue adelante con la prueba.

Como tantas otras veces, mi hijo llega a casa desconcertado. No entiende. Nunca ha entendido la lógica escolar. Hemos vivido en tres países antes - Nicaragua, Ecuador y Estados Unidos - y en los tres ha batallado con las escuelas. No se da por vencido.

- ¿Es cierto que a la escuela y a los profesores les interesa que los alumnos aprendan? Así es. Supuestamente.
- ¿Dijo o hizo algo mal? No. Solo se permitió sugerirle a la profesora una vía diferente.
- ¿Lo dijo de mala manera? No. Ella misma lo reconoció después.
- ¿Propuso la vía fácil, dijo que no quería la prueba? No. Propuso seguir con la prueba pero tener oportunidad de estudiar antes de tomarla.

¿Qué pasó, entonces? Pasó que mi hijo decidió romper con su papel convencional de alumno, pedir la palabra, y hacer a la profesora una sugerencia que cumplía mejor el objetivo, incursionando en terreno prohibido, el clásico santuario y monopolio escolar sobre el currículo y la pedagogía.

¿Qué hice yo, mamá pedagoga? Darle la razón, felicitarle y tranquilizarle, pues no hizo nada mal. Al contrario, su planteamiento tenía todo el sentido común del mundo.

Decidí ir al colegio a hablar con la profesora y, de paso, con el director. Era la primera vez que pedía una reunión desde que mi hijo empezó a estudiar en ese colegio.

Conversamos, bien. Expuse mis puntos. Ellos los suyos. Mi hijo había desautorizado a la profesora frente a la clase. No le desautorizó; le hizo una sugerencia que creyó apropiada. ¿Y la lógica impecable y la sensatez de su propuesta? Los profesores no están obligados a atender a comentarios o propuestas de los alumnos sobre la evaluación. PLOP!

Elegimos ese colegio por recomendación de amigos y amigas argentinos, educadores y progresistas. Nos lo recomendaron como un colegio moderno, abierto, sensible, que ayudaría a nuestro hijo a insertarse en Argentina después de haber pasado por escuelas y colegios en tres países. Descubrimos en este episodio que nuestros amigos eran progresistas pero tenían ideas muy conservadoras sobre la educación.

La profesión docente se ha construido históricamente alrededor del habla, no de la escucha. Aprender a escuchar a los estudiantes - y a los padres y madres de familia - es una habilidad muy importante de la buena docencia que es preciso cultivar hoy en día y de aquí en más. Una educación democrática, empática con los saberes y opiniones de los estudiantes y de sus familias, implica escucha activa, una habilidad clave del desarrollo profesional docente y del aprendizaje a lo largo de la vida.

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- La nota de Jennifer en un panel en Bogotá

Caperucita, Cenicienta y Camila

Rosa María Torres


Para Camila, en su tercer cumpleaños

Le conté a mi nieta la Caperucita Roja y la Cenicienta cuando tenía dos años, mientras pasábamos unas vacaciones en la playa, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas. Sensible a la nieta y al contexto, en lugar de sabrosos pastelillos, nuestra Caperucita llevó bolones de verde a su abuelita. A la medianoche, en el gran salón del palacio, nuestra Cenicienta no bailó vals con el príncipe sino rock (y al son de Tercermundo, la banda de su papá).

Nuestra Caperucita y nuestra Cenicienta, hechas a medida, se sacaron el olor a viejo y a europeo, y se volvieron contemporáneas y ecuatorianas, como la Camila; hablando, comiendo y bailando como ella habla, come y baila. Caperucita, Cenicienta y Camila se encontraron en una playa desconocida para la tres, pero con lugares, sonidos y gustos conocidos. No por llevar bolones en lugar de pastelillos la Caperucita dejó de ser menos Caperucita; la abuelita se los comió igual y le encantaron. La Cenicienta bailó rock con la misma gracia que hubiera bailado vals y el príncipe se enamoró de ella y de sus contorsiones tal y como se hubiera enamorado al verla deslizarse grácilmente entre sus brazos. Igual, terminaron casándose y viviendo felices. Y nosotras, divirtiéndonos mucho.

Esto, llevado al plano de la escuela, es lo que permite un currículo contextualizado y flexible: la posibilidad de que cada región, cada escuela y cada profesor adapte contenidos y métodos a las necesidades e intereses de los alumnos. Los mejores caminos hacia el aprendizaje son aquellos que se conectan con las particularidades, los conocimientos previos y las experiencias de quienes aprenden.

Se puede enseñar y aprender Matemáticas mucho mejor si los problemas se vinculan con la vida de los alumnos. No hay razón para sumar avellanas donde no se conocen, para dividir un pastel de manzana donde éste es inaccesible, o para sacar la superficie de un campo de golf donde el deporte resulta tan extraño como el problema. Juanito puede comprar galletas, panes y huevos en la tienda de la esquina mientras aprende a sumar, restar, dividir o multiplicar.

Se puede iniciar en la lectura a niños pequeños con textos que hablan sobre los orígenes del himno nacional, la biografía de algún personaje de la historia patria, los beneficios del buen comer o el respeto a los mayores. Pero niñas y niños mostrarán más interés si lo que se lee habla de lo que les entusiasma, de lo que conocen o quieren conocer. Un niño rural aprenderá a leer con textos pensados para el medio urbano, pero concluirá pronto que la lectura, igual que la ciudad, son realidades ajenas, inasibles, extrañas.

Se puede iniciar a los alumnos en el estudio de la Historia sumergiéndoles en las migraciones de los primeros habitantes del planeta, en la evolución de la orfebrería en las culturas prehispánicas o en la cronología de la conquista. Pero son altas las probabilidades de que, por esta vía, se les esté iniciando más bien en la antipatía hacia la Historia. Para un niño, para un joven, la historia tiene sentido y se comprende en su conexión con el presente, con su propia historia, la de su familia, la de su comunidad.

Y así siguiendo. Para cada materia, para cada contenido, siempre existe la posibilidad de poner el nuevo conocimiento al alcance de niños y jóvenes, acercándolo a su realidad y a su cultura, despegándolo del libro de texto y del manual, y devolviéndoles así a profesores y alumnos la facultad para crear, para hacer de la enseñanza y el aprendizaje una actividad placentera y plena de sentido.

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La importancia del pretérito y el copretérito (La dictadura del currículo)







Salvador «Chava» Olvera, director y profesor de sexto grado en la escuela primaria Miguel Hidalgo en la comunidad San Pedro Escanela, municipio de Pinal de Amoles, Sierra Gorda de Querétaro, México, es protagonista de una de tantas historias humanas excepcionales surgidas al calor de la pandemia del COVID-19 y el cierre de las escuelas. Aquí le vemos recibir con orgullo el justo reconocimiento del Congreso de Querétaro a su labor y a su entrega.

Dado que en San Pedro Escanela solo 14% de las familias tiene Internet en el hogar y puede implementar la educación virtual a distancia propuesta por la Secretaría de Educación, y dado que muchos de sus alumnos vienen de comunidades que obligan a caminar hasta 4 kilómetros para llegar a la escuela, el profesor Olvera decidió llevar la escuela a los alumnos que viven en los lugares más apartados, usando su camioneta y montando clases presenciales en aulas que improvisa a la intemperie. En la camioneta lleva tres imprescindibles: pizarras, sillas plegables y gel antibacterial.

Con ayuda de dos pizarras verdes colgadas en la parte trasera de la camioneta enseña a los alumnos a la vera del camino, junto a sus casas. Organiza grupos pequeños de no más de tres personas, todos con mascarillas y respetando el requerido «distanciamiento social».

¿Qué les enseña? En esta foto le vemos enseñando el infinitivo, el pretérito y el copretérito (en otras denominaciones conocidos como pretérito simple y pretérito imperfecto) usando el verbo jugar.


¿Por qué les enseña esto? Seguramente está en el plan de estudios de sexto grado. El profesor Olvera se esmera por enseñar a sus alumnos lo que deberían estar aprendiendo en la escuela si ésta estuviera abierta y funcionando. Su objetivo es asegurar a estos niños y niñas continuidad del aprendizaje escolar, según lo establecido en el currículo, a fin de que «no se atrasen», no pierdan el año y no se retiren de la escuela.

¿Qué tan importante es para los alumnos aprender a distinguir el pretérito y el copretérito? ¿Y qué tan importante es aprenderlo en medio de la pandemia? No sabemos si el profesor Olvera se lo pregunta, pero lo acepta y lo asume. Así funcionan las cosas, así funciona la cultura escolar. Una autoridad superior decide qué contenidos necesitan y deben aprender los alumnos en cada grado, independientemente de su relevancia, del contexto, del momento y de la circunstancia.

En esta pandemia hemos visto a niños escolares batallando con los mismos contenidos que padecen durante el año escolar «normal», con las escuelas abiertas; a padres de familia angustiados con lo poco o nada que aprenden sus hijos en casa y lo poco que pueden ayudarles; a maestros enviando y recibiendo tareas por Whatsapp, sin ningún contacto real con los alumnos; a especialistas obsesionados con la «pérdida de aprendizaje» y la falta de conectividad.

Pero resulta que

- Cuando sobrevino la pandemia, la mitad de la humanidad no tenía acceso a Internet.
- «Pérdida de aprendizaje» hay todo el tiempo pues así funciona el aprendizaje, un proceso continuo de aprender, des-aprender y re-aprender.
- Las vacaciones son períodos programados de receso escolar en los que se da inevitablemente un relajamiento de los aprendizajes; la escuela lidia con eso cada año.
- El aprendizaje virtual requiere motivación intrínseca, cierto grado de autocontrol y disciplina, por lo que no está rápidamente al alcance de todos.
- La ausencia de escuela significa «pérdida de aprendizaje» no solo ni principalmente en términos de contenidos - estos pueden recuperarse en poco tiempo y muchos pueden obviarse - sino de juego, socialización y convivencia.
- El paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida nos recuerda que el aprendizaje es un continuo desde el nacimiento hasta la muerte, que se da dentro y fuera del sistema educativo, y que los aprendizajes informales (auto-motivados, auto-dirigidos, no institucionalizados) constituyen la mayoría de aprendizajes que hace una persona a lo largo de su vida.
- Así pues, aunque las escuelas estén cerradas los alumnos siguen aprendiendo - en la familia, en el juego, en la interacción con los demás, en contacto con la naturaleza, en la vida cotidiana, leyendo, dibujando, escribiendo, conversando, resolviendo problemas, etc.

Durante el confinamiento se escucharon pocas voces críticas preocupadas con la irrelevancia y la dictadura del currículo escolar en el marco excepcional de la pandemia, con la importancia de aprovechar la crisis para repensar la educación, la escuela y el currículo, para sintonizar con las necesidades y los deseos de los alumnos y para ofrecerles, en medio de tanta penuria, experiencias gratas de aprendizaje que estimulen su curiosidad, su entusiasmo, su imaginación, sus talentos, su autoestima, su capacidad de exploración del mundo.

Lo más importante en el contexto de la (post)pandemia y del (post)confinamiento no era escolarizar a ultranza ni cumplir un currículo escolar sino cultivar y mantener vivo el sentido y el deseo de aprender.

Para saber más
- El profesor «Chava» Olvera lleva la escuela hasta la casa de sus estudiantes en Pinal de Amoles, El Queretano, 26 enero 2021.
- Podría jubilarse, pero Salvador prefiere salir a dar clases a los niños que no tienen internet, En la lupa.com, 21 enero 2021.

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- Imágenes de la «nueva escuela» surgida en pandemia 

¿Cuál «educación del siglo 21»?


Todos hablan de «la educación del siglo 21»https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?shttps://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=20 :
- habilidades del siglo 21
- alumnos del siglo 21
- educadores del siglo 21
- escuela del siglo 21
- aula del siglo 21

Estrictamente, sin embargo, no existe
«la educación del siglo 21»https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=2'la educación del siglo 21'https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=2https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=20.

▸ ¿Cuál siglo 21?

- 1 de cada 4 personas en el mundo vive en situación de pobreza multidimensional o es vulnerable a ella.
- más del 60% de los trabajadores trabajan en la informalidad (OIT, 2020)
- 1 de cada 10 personas (759 millones de personas) vive sin electricidad (PNUD, 2021)
- más de mil millones de personas viven sin agua potable y 2 de cada 5 no cuentan con herramientas básicas para el lavado de manos.
- 43% de las escuelas del mundo no tienen instalaciones para el lavado de manos con agua y jabón (UNICEF, 2019)
- más de 40% de la población no tiene protección social.

- el 40% de la población mundial no tiene acceso a una educación en una lengua que hable o entienda (UNESCO, 2020)
- 6.5 mil millones de personas (85.5% de la población mundial) no tienen acceso a Internet rápido y confiable.
 
Fuente: ONU/PNUD 2020
Datos anteriores a la pandemia del COVID-19.

El siglo 21 no es el mismo para todos.

Millones de personas en el mundo viven en condiciones de siglos anteriores, sin disfrutar las ventajas o padecer las desventajas de la modernidad, sin agua potable, letrinas, energía eléctrica, trabajo y vivienda dignos, alimentación adecuada, transporte, lectura y escritura, buena educación, Internet, acceso a servicios y a derechos ciudadanos básicos.

En 2020, ante la necesidad de cerrar las escuelas debido a la pandemia del COVID-19, se decidió trasladar la escuela al hogar y continuar enseñando a distancia mediante educación virtual. No obstante, solo la mitad de la población mundial tenía en ese momento acceso a Internet. Internet para todos y aprendizaje virtual para todos continúan siendo una utopía.

Las desigualdades - dentro de cada país, entre países, entre regiones, entre el Norte y el Sur globales - no solo se perpetúan sino que se han profundizado post-pandemia: pobreza y riqueza extremas, hiperconsumo y hambruna, sobreinformación para unos y cero información para otros, analfabetos y sobrecalificados, conectados y desconectados.

Como es evidente, no viven de igual modo «el siglo 21» quienes sobreviven con uno o dos dólares diarios (las millones de personas que viven en pobreza extrema) y quienes hacen parte de la Sociedad de la Información, la Sociedad del Conocimiento, la Sociedad Digital.

▸ ¿Cuál educación?

No existe la educación, en singular, como hecho universal y experiencia común compartida por la humanidad. Existen las educaciones, diversas como las realidades, las culturas, las ideologías, las aspiraciones de sectores y grupos humanos concretos. No existe, por eso, el futuro de la educación sino los futuros de la educación.

No solo se aprende en el sistema educativo: se aprende también en el hogar, en la comunidad, en la biblioteca, en el trabajo, a través de los medios, del arte, de la participación social, del servicio y la solidaridad, del contacto con los demás y con la naturaleza.

Las necesidades de aprendizaje y los aprendizajes se configuran en condiciones y en culturas específicas. No es posible pensar en realidades, necesidades y aspiraciones educativas homogéneas, en soluciones y fórmulas iguales para todos.

El modelo de educación familiar y comunitaria desarrollado históricamente por los pueblos indígenas, que sigue vivo en muchos países, coexistiendo con el sistema dominante de educación formal, se guía por otras lógicas y epistemologías. No se trata solo de modelos educativos diferentes: se trata de sistemas alternativos de conocimiento.

En educación no existe el modelo único para todos.

▸ ¿Educación del siglo 21?

La educación en el siglo 21 es diversa, situada históricamente en este siglo y geográficamente en múltiples lugares y culturas. No corresponde necesariamente al imaginario de «siglo 21» y sus correspondientes «necesidades de aprendizaje en el siglo 21» pensadas como tales desde los países desarrollados.

Millones de niños, jóvenes y adultos no han visto una computadora ni han entrado jamás al Internet. Millones de niños, jóvenes y adultos no tienen idea de dónde vienen los alimentos que comen todos los días, no saben cómo se siembra y cosecha una papa, un tomate, un limón. Diferentes ignorancias, ignorancias ambas. 

▸ ¿Cuáles «habilidades del siglo 21»?
 
Muchas habilidades enlistadas hoy como «habilidades del siglo 21» aparecieron antes como «habilidades del siglo 20».

Hay varios listados de «habilidades del siglo 21» propuestos por diferentes organismos internacionales, entre otros la Comisión Europea (competencias clave para el aprendizaje permanente), el Foro Económico Mundial (habilidades clave para los empleos del futuro), la OCDE (aprender para la vida), UNICEF (habilidades transferibles) y el BID (habilidades transversales).

Lo cierto es que las habilidades fundamentales para la vida y para el trabajo son diferentes para personas, grupos, edades, trabajos y condiciones diferentes. Niños, jóvenes y adultos en situación de pobreza en el campo y en la ciudad - la mayoría de la población mundial, con un aumento notable a raíz de la pandemia en 2020 - enfrentan diariamente la lucha por la supervivencia y desarrollan, en gran medida autónomamente, habilidades para sobrevivir, aprender, cuidarse y cuidar a sus familias, cooperar, trabajar y ganarse el sustento.

La pandemia reveló la verdadera magnitud y amplitud de las brechas y desigualdades económicas, sociales, educativas y digitales en el mundo y en el interior de cada país, exigiendo replanteamientos conceptuales y prácticos en muchos órdenes, entre otros en cuanto a qué, dónde y cómo necesitan aprender niños, jóvenes y adultos, familias y comunidades en el mundo de hoy.
» Luces y sombras de la pandemia para el cambio educativo
» La pandemia y el currículo escolar

Descongestionar el sistema escolar


Ilustración: Revista Nexos


"En lugar de seguir congestionando el sistema escolar, se trata de descongestionarlo, sacar de los planteles y las aulas todo aquello que puede hacerse, aprenderse o aprenderse mejor en otros lados".

Escribí y publiqué este artículo en 2019, un año antes de que irrumpiera la pandemia del COVID-19 y el confinamiento diera paso al experimento mundial de escolarizar a distancia en y desde el hogar, mientras se daban las condiciones para el retorno a las aulas. La pandemia lo volvió aún más plausible y necesario.

Descongestionar el sistema escolar es una necesidad no solo coyuntural sino epocal, reconociendo su pérdida de protagonismo (ya no es más el
«templo del saber»), la multiplicación y diversificación de espacios y herramientas de aprendizaje por fuera de las aulas, la histórica lentitud del sistema escolar para incorporar los cambios que se dan en la sociedad, la reconocida necesidad de replanteamientos profundos al modelo escolar convencional, y la adopción del Aprendizaje a lo Largo de la Vida como paradigma de la educación y los aprendizajes en el siglo XXI.



Un problema que arrastran los sistemas educativos es la idea - cada vez más desfasada de la realidad - de que toda educación y todo aprendizaje pasan por las aulas. Detrás de esta creencia están el enciclopedismo y los currículos abultados, al confundirse educación con escolarización y asumirse que el sistema educativo es el único lugar donde se aprende, y que hay que enseñarlo todo (según lo que autoridades y expertos consideran indispensable aprender, en cada país, en cada nivel y asignatura). Resultado: muchos contenidos (muchos de ellos irrelevantes e incluso obsoletos), poco tiempo para aprender, y carrera para
«cumplir» con los planes de estudio.

Romper con esa tradición escolar, repensar qué es indispensable aprender y qué no, optar por poco en profundidad en vez de por mucho superficialmente y a las carreras, es un sello de las reformas educativas promisorias y condición del aprendizaje placentero y del aprendizaje profundo. "Enseñar menos, aprender más" ha sido, en años recientes, lema de la reforma educativa en Singapur.

El problema es ampliamente reconocido, pero poco o nada se hace al respecto. En muchos países, gobierno, sociedad civil y organismos internacionales siguen proponiendo más - no menos - tiempo, tareas y contenidos para el sistema escolar.

La escuela sigue percibiéndose como repositorio de todas las iniciativas pensadas para resolver los problemas educativos y sociales. La escuela enseña, socializa, da de comer. Cada viejo o nuevo problema de la sociedad tiende a verse como un problema educativo y éste a entenderse como problema escolar.

En realidad, no todo pasa por la educación. Muchos problemas pueden resolverse - o empezar a resolverse - con información. Para eso tenemos medios masivos de información y comunicación, Internet y redes sociales. Contar con información confiable, útil, oportuna, genera cambios importantes en la comprensión y en la actitud de las personas.

Frente a problemas fenomenales y diversos que enfrentamos hoy en día a nivel mundial y en cada país - corrupción, cambio climático, pobreza, desempleo, hambre, enfermedades, desnutrición, obesidad, embarazo adolescente, envejecimiento, consumo de drogas, narcopolítica, maltato infantil, violencia escolar y doméstica, bullying, inequidad de género, femicidios, machismo, racismo, homofobia, xenofobia, accidentalidad vial, indolencia, falta de empatía, fake news.. - lo que salta como solución es pedir auxilio al sistema escolar para enseñar

ética
lógica
cívica
empatía
creatividad
colaboración
resiliencia
pensamiento crítico
aprendizaje-servicio
educación en valores
competencias tecnológicas y digitales
educación ciudadana
educación para la ciudadanía global
educación ambiental
educación para el desarrollo sostenible
educación para el cambio climático
educación sexual
educación emocional
educación para el emprendimiento
educación alimentaria
educación financiera
educación vial
etc., etc.

Las reformas curriculares son difíciles de diseñar y de implementar en cortos plazos. Entre la reforma en el papel y la reforma en la realidad, en el aula, hay distancias a menudo insalvables. Toda reforma curricular pasa en primer lugar por el aprendizaje y el re-aprendizaje de los docentes.

Si el sistema escolar asumiera todas las demandas sociales habría que extender la escolaridad varios años e invertir tiempos y cantidades cuantiosas en formación/capacitación docente en cada uno de estos temas.

Superar la visión escuelo-céntrica de la educación y del aprendizaje

Persiste la visión escuelo-céntrica de la educación y del aprendizaje. Una visión que sigue desconociendo la existencia y la utilidad de esos otros sistemas que hacen parte del aprendizaje a lo largo y a lo ancho de la vida - la familia, la comunidad, la naturaleza, el trabajo, el arte y la cultura, el deporte, los medios de comunicación, el mundo digital - y la diversidad de modalidades, medios y recursos de aprendizaje disponibles hoy en día.

Esta visión estrecha de la educación y el aprendizaje va junto con una visión compartamentalizada del conocimiento, organizado en asignaturas. Todos los conocimientos pretenden clasificarse y dosificarse dentro de un currículo escolar que se abulta a medida que transcurren los años y los niveles.

Esto corresponde a una visión atrasada del aprendizaje y del conocimiento. Aprender no es fácil: implica un proceso complejo y toma tiempo. Es mucho lo que hoy aprendemos - o podemos aprender - fuera del sistema escolar. No hay razón para delegar a la escuela el monopolio de la enseñanza y el aprendizaje de la Lectura, las Matemáticas, la Ciencia o la Historia cuando tenemos una amplísima oferta de materiales escritos, visuales, sonoros, etc., para poner a niños, jóvenes y adultos en contacto con recursos y lenguajes que el sistema escolar no puede proveer.

La escuela sigue ahí, cuestionada, requerida de transformaciones profundas, participando de un ecosistema de aprendizaje invisible para la mentalidad burocrática-tecnocrática convencional. De hecho, como se sabe hoy, más del 80% de lo que aprendemos en la vida son aprendizajes informales, realizados fuera de las aulas.

En lugar de seguir congestionando al sistema escolar, se trata de descongestionarlo, sacar de los planteles y las aulas todo aquello que puede hacerse y aprenderse o aprenderse mejor en otros lados: familia, comunidad, naturaleza, medios, lugar de trabajo, bibliotecas, museos, teatros, plazas, mercados, huertos, canchas deportivas, Internet.

Invertir en educación familiar y en educación comunitaria es una vía segura de invertir en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. Incentivar la lectura y la escritura, ofreciendo acceso gratuito a lecturas variadas - como hace el Plan Nacional de Lecturas del ministerio argentino de educación o
BibloRed, la Red Distrital de Bibliotecas Públicas y Espacios de Lectura no Convencionales de Bogotá - es crear condiciones para el aprendizaje autónomo, placentero, permanente.

Está visto y comprobado que el sistema escolar:

- va siempre atrasado respecto de los cambios sociales y tecnológicos.
- tiene gran resistencia al cambio y ritmos sumamente lentos de cambio.
- no puede enseñarlo todo.

El mejor profesor y el mejor texto escolar no pueden suplir la inmersión en el mundo real. Dentro de un aula puede enseñarse sobre el medio ambiente y el cambio climático, pero nada sustituye el contacto vivencial con la naturaleza. Con ayuda de un texto puede enseñarse qué es la empatía, pero desarrollarla implica relacionarse con otros y, sobre todo, con otros diferentes. Al programa de estudios podemos agregarle una asignatura llamada
«educación alimentaria» pero para comprender de dónde vienen los alimentos, cuáles son sus propiedades, en qué consiste comer saludablemente, hay que combinar el conocimiento moderno y el ancestral, ir al campo, aprender de quienes producen los alimentos y de quienes, herederos de saberes intergeneracionales, los preparan con sabiduría y con amor.

* Una versión anterior de este artículo fue publicada en La Capital, Rosario, Argentina, 3 agosto 2019.

 
Cómo citar este artículo. Torres, Rosa María, "Descongestionar el sistema escolar", blog OTRAƎDUCACION, Quito, 2022.

Para saber más
- Rosa María Torres, El currículo propone y el profesor dispone
- Rosa María Torres, Enseñanza invisible

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Finlandia: moverse para aprender


Hauho School

Una de las primeras cosas que me llamó la atención al visitar escuelas en Helsinki fue una clase de matemáticas en la que los alumnos estaban sentados en pelotas (exercise balls, stability balls, yoga balls). Le pregunté luego al profesor por qué usaban pelotas en vez de sillas; los alumnos, al moverse, se concentran más.

En una clase de inglés, en otra escuela, un alumno sentado a mi lado jugaba con una manopla y, un poco más allá, una alumna hacía ejercicio con una suerte de pedal, colocado en el piso. Al final de la clase, le pregunté a la profesora sobre estos aparatos. Me dijo que los había comprado ella y que los dejaba en el aula a fin de que cualquiera pudiera usarlos cuando quisiera; es una manera de que los alumnos - sobre todo los más inquietos - se mantengan alertas y concentrados.

Foto: escuela Saunalahti, Rosa María Torres
En otra escuela encontré un futbolín instalado frente a las aulas y otro en un espacio abierto ubicado al final de la grada central, y presencié, en ambos casos, que varios alumnos se entretenían jugando. En otra escuela encontré adolescentes activos alrededor de una mesa de ping pong. En otra, niños limpiando el área de los juegos.

En todas las escuelas ví movimiento en las aulas, en los corredores, en el comedor, y fuera de la escuela. En todas ví patios y espacios exteriores cuidados y equipados, a menudo con plantas y árboles, y alumnos jugando, saltando la soga, columpiándose, balanceándose, brincando.

En fotos y videos había visto niños y jóvenes de todas las edades jugando afuera, caminando, haciendo deportes y excursiones también en invierno, en medio de la nieve con y con temperaturas muy bajas, en las que casi cualquiera preferiría permanecer adentro.

Inentendible si no se entiende el sisu finlandés y el 
friluftsliv, la pasión de los nórdicos por la naturaleza y por la actividad al aire libre.

Realicé esta visita de estudio a Finlandia a fines de 2015. Solo después de visitar varias escuelas supe que todo esto tenía un eje articulador, el programa
"Finnish School on the Move" (Escuelas Finlandesas en Movimiento), iniciado en 2010. Después de una fase piloto (2010-2012), el programa empezó a extenderse a todo el país. En 2012, la Junta Nacional de Educación produjo el documento "Actividad física y aprendizaje" (Physical activity and learning), un estado del arte de la investigación internacional en torno al tema. Según información del Ministerio de Educación, para mayo de 2017 más de 90% de municipalidades y escuelas de educación básica estaban involucradas en el programa; en 2018 se estimaba que el programa llegaría a más del 70% de los alumnos finlandeses. Cada municipalidad y cada escuela tiene libertad para decidir su plan de acción. 
  
La educación finlandesa se ha destacado por su libertad, informalidad y flexibilidad; este programa vino a realzar esas cualidades. Surgió a raíz del informe y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) a propósito de la alarma mundial en torno al crecimiento del sobrepeso y la obesidad infantiles. Niños y adolescentes están llevando vidas cada vez más sedentarias, tanto en el hogar como en la escuela. Los niños permanecen más tiempo dentro de la casa y hay menos actividad a la intemperie.
Internet y las tecnologías digitales están contribuyendo al encierro y al sedentarismo. Frente a eso, la OMS advirtió, entre otros, que los niños de 5 a 17 años deben tener al menos 1 hora diaria de actividad física.

La investigación científica, por su lado, viene recalcando la importancia de la actividad física para la socialización, la cognición y el aprendizaje. La mejor comprensión que tenemos hoy sobre cómo funciona el cerebro indica que el movimiento ayuda a la concentración y al aprendizaje, y que facilita el desarrollo de habilidades cognitivas de orden superior.

Contrariando el 'sentido común' del viejo modelo educativo que asocia aprendizaje con estar sentado, inmóvil y callado, el nuevo conocimiento reafirma que son cruciales el juego, el movimiento, el aprender haciendo, el aprendizaje al aire libre, el contacto con la naturaleza. Dejando atrás la usual separación entre cuerpo y mente, se enfatiza hoy la inevitable conexión y la interdependencia entre ambos. El 'niño inquieto' no es el problema; el problema es más bien el niño quieto, que no juega, que no se mueve.

Finnish Schools on the Move

Foto: The Slot 
La alarma en torno al sobrepeso y la baja actividad física de los estudiantes finlandeses pasó a ser tema nacional en 2010. El llamado de la OMS prendió en terreno fértil. El programa
"Finnish School on the Move" surgió como una propuesta integral que busca promover la actividad física y reducir el sedentarismo en las escuelas.

La meta es asegurar que los alumnos tengan al menos 1 hora al día de actividad física en la escuela. No solo ni principalmente a través de la asignatura Educación Física (una vía complicada y costosa que implica reclutamiento y formación de maestros así como nuevos espacios y equipamientos) sino, más bien,
asegurando que toda la escuela se convierta en un espacio que invita a moverse, que los alumnos estén activos en todos los lugares y en todas las materias.

Algunas de las medidas adoptadas han sido:

- más tiempo destinado al recreo y al descanso

- mejoras y adecuaciones en los ambientes exteriores de la escuela
- adecuaciones en los ambientes interiores y en el mobiliario escolar

- insistir en que los alumnos vayan y vengan de la escuela caminando o en bicicleta

- involucrar a las familias y estimular el deporte y hobbies entre los alumnos.

Foto: Escuela Viherkallion (Espoo)
El Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Asuntos Sociales establecieron 1-2 horas diarias de actividad física para los niños de 7 a 18 años y 3 horas diarias para los menores de 7 años.

Aulas, corredores, gradas, espacios colectivos, están siendo repensados en función de estimular la circulación y el movimiento, desde los alumnos más pequeños hasta los más grandes. Esto incluye replanteamientos en la arquitectura así como en el mobiliario escolar.

Incluye también, en muchas escuelas, una reorganización de las clases y de los grupos, conformados con alumnos de distintas edades. Todos estos cambios son estimulados, además, por la reforma curricular iniciada en 2016, la cual promueve espacios más abiertos y modalidades más flexibles de aprendizaje.

En muchas escuelas se eliminaron mesas y sillas de las aulas. Estas últimas se han sustituido con 'asientos activos' (pelotas de ejercicio, cojines inflables u otro tipo de artefactos móviles, giratorios, flexibles). También se ha recurrido a mesas altas en las que los alumnos trabajan de pie o a mesas bajas de modo que puedan sentarse en el suelo. El uso del suelo como espacio y recurso de aprendizaje está extendido en las escuelas finlandesas.

Las modificaciones en el mobiliario escolar y el uso de pelotas de ejercicio en las aulas es algo que viene haciéndose en varios países del mundo, especialmente en Europa y Norteamérica, entre otros a partir de la renovada conciencia sobre la importancia del movimiento. En Finlandia esto adquiere la dimensión de una política nacional, no solo de experiencias puntuales.

Las pelotas llegan a las aulas escolares después de haber sido usadas por mucho tiempo en gimnasios, centros de rehabilitación, oficinas y otros lugares de trabajo en muchos países. La investigación muestra que el uso de estas pelotas tiene varias ventajas: mejora la postura, asegura un movimiento constante y ayuda a la concentración a la vez que entretiene. Mantener el equilibrio, nos recuerdan, obliga a usar ambos hemisferios del cerebro.


En marzo de 2018 el Ministerio de Educación y el Consejo Finlandés del Deporte lanzaron una consulta nacional en línea sobre deporte y actividad física, abierta a todos, como paso previo para la formulación de una política específica en este ámbito.


El problema del sedentarismo infantil en Finlandia - dentro y fuera de la escuela - está lejos de resolverse. Un análisis de la Active Healthy Kids Global Alliance mostró en 2016 que menos de la mitad de los escolares y solo uno de cada cinco estudiantes de secundaria estaba haciendo ejercicio según lo recomendado. Es claro que, aún en Finlandia, el desafío es complejo y de largo aliento.


Para saber más

» OMS: Datos y cifras sobre obesidad infantil
» OMS. Recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud
» Finnish National Board of Education, Physical activity and learning, 2012.
» Bouncing into a New Revolution- The Use of Exercise Balls in Classrooms, May 2013
» Sin movimiento no hay aprendizaje: ¡fuera sillas!

»
How Finland keeps children focused through play, The Atlantic, June 2014

» Letting kids move in class isn’t a break from learning. It IS learning, Washington Post, January 2015.
» Why Kids Need to Move, Touch and Experience to Learn, Mindshift, March 2015
» Aulas con más juego y movimiento, aulas con más aprendizaje significativo, feb. 2017

»
The consequences of forcing young kids to sit too long in class, The Washington Post, March 2017
» La conexión cuerpo y cerebro en el aprendizaje, Escuela con Cerebro, marzo 2017
» Los niños no deben estar quietos en clase, The New York Times, marzo 2017

» The Real Reason Students Shouldn’t Sit In Class, Huffington Post, May 2017
» “Movimiento y aprendizaje están relacionados”, Sally Goddard Blythe, La Vanguardia, mayo 2017
» Could subjects soon be a thing of the past in Finland?, BBC News, May 2017
» Finnish schools are moving on up, The Star, June 2017

» Why Finland Is Embracing Open-Plan School Design, Citylab, August 2017
» Finnish schools begin term, many with redesigned buildings, Yle, August 2017
» Neurociencias y educación: qué es importante para el aprendizaje, Facundo Manes, Infobae, agosto 2017
» Finland: Fit for Life Programme, Electronic Platform for Lifelong Learning in Europe (EPALE), January 2018.
» "Friluftsliv", el curioso concepto que define la pasión de los países nórdicos por el aire libre, BBC.
» A case for Lifelong Kindergarten, Mindshift,  Sep. 26, 2011.

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