Términos como «democracia», «cambio», «consenso», «participación», «diálogo», «debate», «consulta», «socialización», suelen usarse mucho en el mundo de la política, a menudo de manera laxa, simplista e incluso ad-hoc.
«Diálogo» y «debate» son valorados en el campo educativo desde perspectivas pedagógicas progresistas e innovadoras. No necesariamente en el mundo de la política. En todo caso, ambas - educación y política - tienen dificultades para incorporar ambos - diálogo y debate - en sus prácticas.
Repaso aquí algunos usos de los términos «diálogo» y «debate» en la política ecuatoriana reciente, y específicamente en los gobiernos de Rafael Correa (2007-2017) y Lenin Moreno (2017-2022).
Empiezo exponiendo, brevemente, algunas ideas sobre ambos conceptos.
Diálogo y debate
El diálogo implica dos o más interlocutores interesados en comunicarse, los cuales se
alternan el rol de emisor y receptor.
En el mundo de la
educación, el diálogo es adoptado como principio y como método en pedagogías alternativas y liberadoras. La figura y el pensamiento de
Paulo Freire aparecen estrechamente vinculados a la propuesta de un aprendizaje dialógico que cuestiona la relación asimétrica entre educador y
educandos, el rol del educador como emisor y del educando como receptor.
La conversación es una de las formas que adopta el diálogo, la más común.
El
debate también es un tipo de diálogo. Puede ser organizado y
estructurado (con
presencia de un moderador, temas y preguntas previamente definidas,
etc.), semi-estructurado o informal. Lo característico del debate es
poner en común y argumentar diferentes puntos de vista sobre determinado asunto o asuntos.
Aprender a debatir y
participar en debates ayuda a desarrollar la reflexión, el razonamiento, el pensamiento crítico, el buen criterio, la deliberación, la capacidad para argumentar,
resolver problemas y tomar decisiones, lograr acuerdos y consensos,
todos ellos esenciales en la construcción de una ciudadanía democrática,
desde la infancia y a lo largo de la vida.
«Diálogos ciudadanos»
En mayo de 2014 la convención del movimiento en el gobierno, Alianza País, solicitó a sus
asambleístas impulsar una serie de
Enmiendas a la Constitución, aprobada en 2008.
La
Asamblea Nacional (congreso) envió 17
enmiendas para ser calificadas por la Corte Constitucional. La Corte
aprobó 16 enmiendas. Con 92 votos a favor, de 137, el Pleno de la
Asamblea aprobó crear la Comisión Ocasional para el Tratamiento de las
Enmiendas
Constitucionales, integrada por 11 asambleístas y 11
alternos. Para la aprobación se necesitaba el voto de las dos terceras
partes del
legislativo.
En 2015 la Comisión Ocasional realizó
135 encuentros en las 24 provincias del país, en los que los
asambleístas expusieron las enmiendas y las personas del público
pudieron hacer preguntas y comentarios. Dichos encuentros fueron
bautizados como
Diálogos Ciudadanos.
No
obstante, ni la metodología utilizada ni los locales y condiciones
elegidos fueron pensados para el diálogo entre expositores y público.
Las fotos de los encuentros muestran una pedagogía perfectamente
convencional, con expositores de un lado y público del otro, en la
clásica relación hablar-escuchar, en auditorios grandes a veces
semivacíos o bien abarrotados, organizados con tarimas,
mesas directivas, uso de visuales en pantallas demasiado pequeñas, etc.
Sabatinas presidenciales
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Enlace 495, desde Quito, 8 oct. 2016. Foto: Presidencia de la República |
"Las sabatinas son un espacio de diálogo con los ciudadanos": Rafael Correa. Enlace Ciudadano 472, en Quito, 23 abril 2016.
En
su década de gobierno, Rafael Correa realizó, cada sábado, los
llamados Enlaces Ciudadanos (más conocidos como
sabatinas). Las
sabatinas fueron consideradas actos de rendición de cuentas. En ellas
Correa exponía, durante 3-4 horas, lo hecho durante la semana, por
lo general con ayuda de algunos de sus ministros u otros
funcionarios que intervenían para abordar puntos específicos. Al final
se hacía un breve resumen en lengua kichwa. Las sabatinas se realizaron en
diferentes lugares y en diferentes provincias, con público presente - funcionarios del gobierno y
gente de la zona - y se transmitían a todo el país a través de los medios
y de las redes sociales. En total llegaron a hacerse
523 sabatinas.
Correa llamaba «diálogos» a los enlaces ciudadanos. En realidad, eran esencialmente monólogos. Mínima interacción con el público presente
- por lo general ubicado abajo, frente a la tarima, dentro de una
carpa - y con quienes seguían las sabatinas por radio, televisión
o redes sociales. No se instalaron mecanismos para permitir la
interlocución, ni en presencia ni a distancia.
Por lo demás, las sabatinas pasaron a convertirse en eventos semanales de descalificación, insulto y burla de críticos y opositores, lejos de todo espíritu de diálogo.
Diálogo con los estudiantes, debate con los pares
En
enero de 2017 la Federación de Estudiantes Secundarios del Ecuador
(FESE) invitó al exministro de educación Augusto Espinosa (penúltimo ministro de educación de Correa) a un debate
sobre la educación, en el Instituto Nacional Mejía, en
Quito. La respuesta de Espinosa fue: "Con los estudiantes
dialogo, el debate es con los candidatos". Espinosa no asistió al
debate propuesto. Estaba en ese momento de candidato a asambleísta por el correísmo a la Asamblea
Nacional.
La distinción hecha por el exministro entre
diálogo y
debate asume una jerarquía entre ambos. El
debate
sería un intercambio de mayor nivel y entre pares. Los estudiantes resintieron esta desvalorización del
diálogo y de ellos como interlocutores.
La distinción es, de hecho, materia de debate en sí misma. ¿Con los estudiantes no cabe debatir? ¿
Solo
cabe dialogar? Hay que tener en cuenta, además, que, a
partir de la Constitución de 2008, los jóvenes en el Ecuador pueden votar desde los 16
años (de los 18 en adelante el voto es obligatorio). Esto hace suponer
que se considera que un joven de 16 años está en capacidad de discernir
y de tomar decisiones racionales y razonadas. ¿La capacidad de debatir
no sería una de ellas?
Debate, ¿combate?
Lenin
Moreno, vicepresidente de Rafael Correa y luego candidato oficialista a la
Presidencia de la República, durante toda la campaña electoral reiteró
una distinción fuerte entre
diálogo y
debate. Se definió
como una persona de diálogo, que no comulga con el debate, al que asocia
con confrontación, combate, ofensa, mentira, intento de dañar o
desprestigiar al otro. Fue tajante en afirmar, desde el inicio: "No
aceptaré jamás un debate".
- “Nos hubiéramos ahorrado estos incidentes si hubiésemos tenido un diálogo fluido (...) Espero que nunca más se someta al magisterio al escarnio” les dijo Moreno a los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE) al resolverse el conflicto y paralización de más de un mes en torno a la evaluación docente (8 octubre 2009).
La posición de Moreno sobre el diálogo y el debate contrasta con la de Correa, quien considera que todo
candidato está en obligación de debatir. En un video durante su campaña
en 2006 se le escuchaba decir:
- "Es obligación moral de todos los ecuatorianos someterse al escrutinio
ciudadano. Rechacen a aquellos candidatos que han rehuido
permanentemente los debates".
Moreno, por su parte, se negó a
asistir al Debate Presidencial organizado por la Cámara de Comercio de
Guayaquil entre los 8 candidatos a la presidencia. Sí asistió al Diálogo
Presidencial organizado por el diario El Comercio, que acogió su
pedido.
Algunas citas de Moreno durante la campaña, referidas a sus nociones de
diálogo y
debate:
- "El debate es de combate porque se trata de dañar al otro a pesar de sus buenas ideas. En el diálogo no". 7 feb
- "Pasemos la página del debate. En el diálogo nos enriquecemos todos". 7 feb
- "Pasemos esa página, el país del debate va a terminar ya. Empezó en el #Diálogo2017". 7 feb
- "En el diálogo nos enriquecemos mutuamente. En el debate, no. Se presentan como adversarios". 7 feb.
- "El país que queremos es el que deja atrás la confrontación y lleva al diálogo". 7 feb
- "La mejor forma de entenderse es el diálogo, acoger la idea del otro, escucharla, oírla, razonarla". 7 feb
- "En un debate, un candidato trata de desprestigiar la buena idea del otro". 9 feb.
- "El país del diálogo que se viene hay que empezar a construirlo desde ahora". 9 feb
- "#TodaUnaVida significa toda una vida de diálogo". 9 feb
- "Con tolerancia, con respeto, la confrontación se acabó. El diálogo renació. Todos son parte del nuevo Ecuador que vamos a construir." 15 feb
- "Yo propongo diálogo, conversatorio. A ofendernos, a debatir, a combatir, nunca". 21 feb
- "Yo no debato, yo dialogaré. Los debates son una forma de mentir a la gente". 21 feb
Lo cierto es que el debate
no tiene que ser ofensivo y dañino, como dice
Moreno. Debate no tiene que ser combate ni la confrontación tiene que llevar a la destrucción del otro. No si el debate se entiende y
practica como una confrontación de ideas llevada a cabo con respeto, con
argumentos antes que con insultos.
Lo cierto es que en la década de gobierno de Correa hubo mucha confrontación, poco diálogo y muy poco debate. La palabra diálogo es una de tantas palabras desvirtuadas por el correísmo.
Lo
cierto es que al Ecuador, y específicamente a la cultura educativa y a
la cultura política ecuatorianas, les falta mucho que aprender y que
cambiar, justamente en la línea de incorporar el diálogo, de promover el
debate de ideas y de favorecer - antes que bloquear - el desarrollo del
pensamiento crítico.