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América Latina: Planes y metas internacionales para la educación (1956-2030)


Rosa María Torres


■ Desde mediados del siglo pasado América Latina y el Caribe ha albergado diversos planes internacionales para la educación, de alcance regional, mundial, hemisférico e iberoamericano. Dichos planes, algunos de ellos superpuestos en el tiempo, han sido promovidos, coordinados, monitoreados y evaluados por varias agencias internacionales, entre ellas UNESCO, UNICEF, UNFPA, Banco Mundial, OEA y OEI.

■ En la tabla (abajo) puede verse un resumen las metas que se han planteado los sucesivos planes, desde 1956. Ningún país de América Latina ha cumplido a cabalidad las metas propuestas y en los plazos fijados. Cada nuevo plan ha debido incorporar las metas pendientes. Solo Cuba cumplió con las cuatro metas medibles de la Educación para Todos.

El Primer Proyecto Principal de Educación (1956-1966), coordinado por la UNESCO, se planteó una sola gran meta: "ampliar y mejorar la educación primaria para niños y niñas en edad escolar". No se plantearon indicadores cuantitativos.

El Proyecto Principal de Educación en América Latina y el Caribe (1980-2000), también coordinado por la UNESCO, fue aprobado en México en 1979, duró 20 años y se planteó tres metas: 1) lograr la escolarización de todos los niños en edad escolar, ofreciéndoles una educación general mínima durante 8 a 10 años; 2) eliminar el analfabetismo y desarrollar y ampliar los servicios educativos para adultos; y 3) mejorar la calidad y la eficiencia de los sistemas educativos, efectuando las reformas necesarias. Distante quedó, sobre todo, la meta de eliminar el analfabetismo. La reunión final, de evaluación y cierre del PPE, se hizo en marzo de 2001 en Cochabamba, Bolivia.

En 1990 se lanzó en Jomtien-Tailandia el programa mundial Educación para Todos - EPT (1990-2000-2015) coordinado por UNESCO, UNICEF, PNUD, UNFPA y Banco Mundial. La EPT propuso 6 metas de educación básica. La Clasificación Internacional Normalizada de la Educación (CINE 2011) de la UNESCO llama educación básica a la suma de educación primaria y el primer ciclo de la educación secundaria. La EPT propuso "una visión ampliada de la educación básica" entendida como una educación capaz de "satisfacer necesidades básicas de aprendizaje" de niños, jóvenes y adultos, dentro y fuera del sistema escolar. Una de las metas se refirió a los medios de comunicación.

La evaluación de la década 1990-2000 mostró que las metas no se cumplieron. En el Foro Mundial de Educación (Dakar, 2000) se decidió ampliar 15 años más el plazo, hasta 2015. Tampoco se logró llegar a 2015 con las metas cumplidas. La EPT "se encogió". La UNESCO no incluyó la década de 1990-2000 en la evaluación final de la EPT, evaluó desde el año 2000 en Dakar. Lo cierto es que la EPT duró 25 años, no 15. En 25 años no se logró cumplir las seis metas de educación básica; quedó en 2015 como "agenda inconclusa".

■ En 1994 la Organización de Estados Americanos (OEA) organizó el Plan de Acción Hemisférico y las Metas Educativas de las Américas, en el marco de las Cumbres de las Américas o Cumbres Hemisféricas. En enero de 2015 el Proyecto de resolución “Construcción de una Agenda Educativa Interamericana: Educación con Equidad para la Prosperidad” acordó articular el Plan a la Agenda 2030 y los ODS, con tres prioridades: educación de calidad, inclusiva y con equidad; fortalecimiento de la profesión docente, y atención integral a la primera infancia.

En el año 2000, en la Cumbre del Milenio en Nueva York, convocada por Naciones Unidas, los gobiernos del mundo firmaron la Declaración del Milenio, posteriormente convertida en la agenda de los Objetivos de Desarrollo del Milenio - ODM (2000-2015). Se acordaron 8 ODM. El ODM 2, dedicado a la educación, fue "lograr la enseñanza primaria universal"; la Meta 2a se planteó "Asegurar que los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria" (el indicador fue, en verdad, terminar 4 años de educación primaria). No se mencionó gratuidad ni calidad. En 15 años de ODM no se logró cumplir este objetivo.

En 2010 se aprobaron once Metas Educativas 2021, de alcance iberoamericano, bajo la coordinación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y en el marco de las Cumbres Iberoamericanas.

En 2012, el Secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, lanzó en Nueva York la iniciativa mundial "La Educación ante Todo" (Education First), con tres prioridades: (a) todo niño en la escuela, (b) mejorar la calidad de la educación, y (c) fomentar la ciudadanía global, a fin de desarrollar "la comprensión, las habilidades y los valores necesarios para cooperar en la resolución de los desafíos intercontados del siglo 21". La iniciativa identificó 10 accciones claves para que los países logren un cambio significativo en la educación.

En 2015, año de cierre de la EPT y los ODM, se adoptó una nueva agenda mundial de desarrollo, la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, con 17 objetivos y 169 metas, mucho más ambiciosos que los adoptados en planes anteriores. La agenda inconclusa de la EPT se incorporó al ODS4: "Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos". El ODS 4 contempla 10 metas.

La Declaración de Incheon, acordada en el Foro Mundial sobre la Educación 2015 realizado en Incheon,  Corea del Sur, propuso "una nueva visión de la educación para los próximos 15 años", con un "enfoque de aprendizaje a lo largo de la vida". Esta "nueva visión" no se ha plasmado en los años posteriores a 2015.

"Centraremos nuestros esfuerzos en el acceso, la equidad, la inclusión, la calidad y los resultados de aprendizaje, dentro de un enfoque de aprendizaje a lo largo de toda la vida".

¿Qué aprendimos en seis décadas de planes y metas internacionales para la educación?

Ninguno de los planes internacionales para la educación adoptados entre 1956 y 2015 logró cumplir sus metas. Algunas metas se achicaron en el camino. La meta que más se encogió fue la alfabetización de adultos. Se pasó de la aspiración a "erradicar el analfabetismo" para fin de siglo (PPE, 1980) a "reducir el analfabetismo a la mitad" (EPT, 1990) y finalmente a "garantizar que, para 2030, todos los jóvenes y una proporción sustancial de los adultos, tanto hombres como mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética" (ODS4, 2015).

¿Qué lecciones hemos aprendido a lo largo de estos años que pueden ayudarnos a no repetir errores? Entre otros: objetivos y metas demasiado ambiciosos; un error establecer objetivos, metas y plazos globales, iguales para todos, sin tener en cuenta la enorme diversidad de puntos de partida de los países; competencia y falta de coordinación entre agencias internacionales de cooperación; fallas en la coordinación global, regional y nacional; no se logró - como siempre se reiteró - que los países asumieran las riendas de los planes a nivel nacional, y que estos dejaran de ser vistos como "planes de las agencias internacionales" y su manejo como un manejo de cúpulas nacionales e internacionales.

En 2014, en la fase final de los ODM y la EPT los organismos internacionales identificaron lo que llamaron "crisis global de aprendizaje": después de cuatro años en la escuela millones de niños y niñas en el mundo no estaban aprendiendo a leer, escribir y hacer operaciones aritméticas básicas.

Con estos antecedentes, ¿es realista pensar que se logrará cumplir con el ODS4 en 2030? "Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos" es un objetivo sumamente ambicioso y complejo.

En la carrera por cumplir con la 'universalización de la educación secundaria', ¿no repetiremos los mismos - y más graves y costosos - problemas enfrentados en la carrera por la 'universalización de la educación primaria'? No se trata solo de disponibilidad de dinero. Cerca de la mitad de los jóvenes latinoamericanos abandonan la educación secundaria antes de terminarla, principalmente debido a falta de interés y de sentido. En una región que ha alcanzado una alta matrícula en educación primaria, la educación secundaria es considerada desde hace varios años el tramo más complejo y el que más desafíos plantea a la reforma educativa en la región.

La pandemia y el nuevo momento

La pandemia del COVID-19 tomó por sorpresa al mundo en 2020 y ha tenido efectos devastadores, especialmente en la educación y en América Latina, donde el confinamiento y el cierre de las aulas fue el más prolongado entre las regiones del mundo. Las escuelas estuvieron cerradas dos años o más en muchos países.

La crisis educativa en América Latina es anterior a la pandemia. Ya en 1991, un año después de la Conferencia Mundial de Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990), la Declaración de Quito suscrita por los ministros de educación de América Latina en la IV Reunión del Comité Regional Intergubernamental del Proyecto Principal de Educación advertía que "las estrategias tradicionales en que se han sustentado los sistemas educativos de la región han agotado sus posibilidades de armonizar cantidad con calidad". En 2019, un año antes de la pandemia, y ante los resultados del último estudio regional del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación, ERCE 2019, UNESCO-OREALC hizo una alerta roja: "América Latina y el Caribe enfrenta una crisis en materia educativa; avanzar en el logro de los aprendizajes fundamentales sigue siendo una tarea pendiente para poder hacer efectivo el derecho a una educación de calidad".

En 2015, cuando se adoptaron los ODS, se dudó que esta región pudiera cumplir con las metas y los plazos propuestos, teniendo en cuenta los serios problemas de calidad y de equidad que afectan a la educación en esta región, la más desigual del mundo, así como el historial de incumplimiento de los sucesivos planes internacionales para la educación. 

La Cumbre sobre la Transformación de la Educación (Transformative Education Summit) organizada por Naciones Unidas (septiembre 2022) propuso hacer un gran esfuerzo y acelerar el paso a fin de cumplir con el ODS4 hasta 2030. Tratar de acelerar es una posibilidad sin garantía de éxito, sobre todo para los países que están más atrás y que atraviesan por circunstancias sumamente difíciles a raíz de la pandemia; la otra es priorizar, reducir los objetivos y las metas, aceptar la complejidad de la tarea y del momento así como la diversidad de los contextos y de los países, y tratar de avanzar con algunas metas cuantitativas sin renunciar a las cualitativas y a la indispensable transformación de los sistemas educativos.


Planes y metas internacionales para la educación (1956-2030)


Alcance

Organismo

Objetivos/metas

Primer Proyecto Principal: Extensión y Mejoramiento de la Educación Primaria en América Latina (1956-1966)

Mundial/ regional

UNESCO

Ampliar y mejorar la educación primaria para niños y niñas en edad escolar

Proyecto Principal de Educación para América Latina y el Caribe (1980-2000)

Regional

UNESCO
Santiago

1. educación general mínima de 9-10 años

2. erradicar el analfabetismo

3. introducir las reformas necesarias

Educación para Todos (1990-2000-2015)

Mundial

ONU
UNESCO

6 metas de educación básica (niños, jóvenes, adultos) dentro y fuera del sistema escolar
1. Expansión de la asistencia y actividades de cuidado y desarrollo de la primera infancia, incluidas intervenciones de la familia y la comunidad, especialmente para niños pobres, desasistidos e impedidos.
2. Acceso universal a la educación primaria (o a cualquier nivel más alto considerado "básico") y terminación de la misma, para el año 2000.
3. Mejoramiento de los resultados del aprendizaje de modo que un porcentaje convenido de una muestra de edad determinada (ej. 80% de los mayores de 14 años) alcance o sobrepase un nivel dado de logros de aprendizaje considerados necesarios.
4. Reducción de la tasa de analfabetismo adulto a la mitad del nivel de 1990 para el 2000. El grupo de edad adecuado debe determinarse en cada país y hacerse suficiente hincapié en la alfabetización femenina a fin de modificar la desigualdad frecuente entre índices de alfabetización de hombres y mujeres.
5. Ampliación de los servicios de educación básica y capacitación a otras competencias esenciales para jóvenes y adultos, evaluando la eficacia de los programas en función de la modificación de la conducta y del impacto en la salud, el empleo y la productividad.
6. Aumento de la adquisición por parte de los individuos y las familias de los conocimientos, capacidades y valores necesarios para vivir mejor y conseguir un desarrollo racional y sostenido por medio de todos los canales de la educación -incluidos los medios de información modernos, otras formas de comunicación tradicionales y modernas, y la acción social- evaluándose la eficacia de estas intervenciones en función de la modificación de la conducta.

Plan de Acción Hemisférico: Metas Educativas de las Américas (1994-2015)

Hemisférico

OEA
(Organización
de Estados Americanos)

Agenda Educativa Interamericana (AEI)
- Proyecto de resolución “Construcción de una Agenda Educativa Interamericana (AEI): Educación con Equidad para la Prosperidad” (VIII Reunión Interamericana de Ministros de Educación, Panamá, feb. 2015)
- Adopción de la AEI (IX Reunión Interamericana de Ministros de Educación, Bahamas, feb. 2017)
Los ministros de educación de los países miembros de la OEA acuerdaron el compromiso de lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados en 2015, enfatizando tres áreas prioritarias:
- Educación de calidad, inclusiva y con equidad.
- Fortalecimiento de la profesión docente.
- Atención integral a la primera infancia.

Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) – 2000-2015

Mundial

ONU

8 objetivos, 17 metas
Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre.
Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal (completar 4 años de escuela).
Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil.
Objetivo 5: Mejorar la salud materna.
Objetivo 6: Combatir el VHI/SIDA, la malaria y otras enfermedades.
Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.
Objetivo 8: Fomentar una alianza global para el desarrollo.

Ibero- americano

OEI
Organización
de Estados
Iberoamericanos 

11 metas 2021
1. Reforzar y ampliar la participación de la sociedad en la educación.
2. Incrementar las oportunidades y la atención a la diversidad del alumnado.
3. Aumentar la oferta de educación inicial.
4. Universalizar la educación primaria y la secundaria básica y mejorar su calidad.
5. Ofrecer un currículo significativo.
6. Incrementar la participación de los jóvenes en la educación secundaria superior, técnico-profesional y universitaria.
7. Favorecer la conexión entre educación y empleo a través de la educación técnico profesional.
8. Fortalecer la profesión docente.
9. Ampliar el espacio iberoamericano del conocimiento y fortalecer la investigación científica.
10. Invertir más y mejor.
11. Evaluar el funcionamiento de los sistemas educativos y de las Metas Educativas 2021.

Agenda 2030: Objetivos de Desarrollo Sostenible (2015-2030)

Mundial

ONU
UNESCO
• 17 objetivos, 169 metas
• ODS 4: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos”.
Meta 4.1 Asegurar que todas las niñas y niños terminen la educación primaria y secundaria gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados de aprendizaje pertinentes y efectivos.
Meta 4.2 Asegurar que todas las niñas y niños accedan a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y educación preescolar de calidad a fin de que estén preparados para la educación primaria.
Meta 4.3 Asegurar el acceso igualitario a hombres y mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la educación universitaria.
Meta 4.4 Aumentar sustancialmente el número de jóvenes y adultos con las competencias necesarias, en particular técnicas y profesionales, para acceder al empleo, el trabajo decente y el emprendimiento.
Meta 4.5 Eliminar las disparidades de género en educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la enseñanza y la formación profesional a las personas vulnerables, incluidas las personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los niños en situación de vulnerabilidad.
Meta 4.6 Asegurar que todos los jóvenes y una proporción considerable de los adultos, hombres y mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética.
Meta 4.7 Asegurar que todos los alumnos adquieran los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para promover el desarrollo sostenible mediante la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles, los derechos humanos, la igualdad de género, la promoción de una cultura de paz y no violencia, la ciudadanía mundial y la valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
Meta 4.a Construir y adecuar instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con discapacidad y las diferencias de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no violentos, inclusivos y eficaces para todos.
Meta 4.b Aumentar las becas para los países en desarrollo a fin de que sus estudiantes puedan matricularse en programas de enseñanza superior, incluidos programas de formación profesional y programas técnicos, científicos, de ingeniería y de tecnología de la información y las comunicaciones.
Meta 4.c Aumentar la oferta de docentes calificados, incluso mediante la cooperación internacional para la formación docente en los países en desarrollo.
                       Elaboración: Rosa María Torres

Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "América Latina: Planes y metas internacionales para la educación (1956-2030)", blog OTRAƎDUCACION, mayo 2022 https://otra-educacion.blogspot.com/2022/05/america-latina-planes-y-metas.htm


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¿Escolarizar el pre-escolar o jardinizar la escuela?


 Rosa María Torres

                                                    Francesco Tonucci (Frato)

La importancia del pre-escolar

Finlandia inicia la escolaridad a los 7 años de edad. El ingreso tardío a la escuela - comparado con la mayoría de países, que inician la escolaridad a los 6 años - ha sido una característica peculiar del sistema educativo finlandés y algo que los finlandeses han defendido con vehemencia. En 2021 el gobierno decidió agregar dos años de educación pre-escolar a manera de experimento, en el que participará un tercio de las municipalidades del país. El objetivo del experimento, que se extenderá hasta 2024, es comprobar si estos dos años agregados al inicio de la escolaridad hacen efectivamente una diferencia significativa en términos de equidad y calidad de la educación escolar.

La decisión finlandesa se enmarca en la creciente importancia que viene dándose a la educación pre-escolar en todo el mundo, a la que se atribuye un impacto positivo sobre la escolaridad, la vida y el trabajo. Muchos países han venido agregando uno o dos años de pre-escolar, en varios casos incorporando a ésta como parte de la educación obligatoria.

De hecho, en el ODS 4 la meta 4.2. establece como obligatorio un año de pre-escolar ("todas las niñas y todos los niños tendrán acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria").

- La participación en la enseñanza preescolar fue del 67% en 2018, con porcentajes entre 9% en Djibouti y 100% en Cuba y Viet Nam, según el
Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 2020: Inclusión y educación: todos y todas sin excepción de UNESCO. 


- En el informe Un mundo listo para aprender: Dar prioridad a la educación de calidad en la primera infancia UNICEF estimaba en 2019 que 175 millones de niños en edad pre-escolar -
alrededor de la mitad de la población mundial menor de seis años - no estaban matriculados en ésta.
- Un estudio de la UNESCO en 2021, Desde un comienzo:
Forjar sociedades inclusivas mediante la educación inclusiva en la primera infancia, afirmaba que 28% de los países en el mundo han establecido el pre-escolar como obligatorio y 55% en América Latina y el Caribe.

UNICEF
propone universalizar la educación pre-escolar y recomienda a los países destinar a la educación inicial al menos 10% del presupuesto educativo.
Según UNICEF, "los niños que reciben al menos un año de educación preescolar tienen más probabilidades de desarrollar las aptitudes necesarias para triunfar en la escuela y prosperar a largo plazo en el trabajo".

La importancia del juego
Otra tendencia creciente en el mundo de la educación es el reconocimiento de la importancia del juego en la infancia y especialmente en la primera infancia. Varios autores reconocidos - entre ellos Sir Ken Robinson (Inglaterra) y Pasi Sahlberg (Finlandia) - han insistido en que lo que necesitan los niños pequeños es juego y más juego.

No obstante, la tendencia dominante en el pre-escolar viene siendo adelantar la escolaridad, iniciar a los niños en las rutinas escolares convencionales que sacrifican el juego, la autonomía y la creatividad en favor del aprendizaje de letras, números, etc. Incluso la evaluación y las pruebas estandarizadas han penetrado ya en el ámbito pre-escolar y ... hasta hay pruebas de ingreso a la educación primaria. (En la misma Finlandia se aplica un examen de aptitud para alumnos que ingresan al primer grado y desean aprender lenguas extranjeras, medida controversial que tiene defensores y opositores entre los maestros, según una encuesta realizada por el sindicato docente).

La tendencia escolarizante se acentúa en el marco del ODS 4 (los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS se aprobaron en 2015) que ve el pre-escolar como una preparación para la escuela antes que para la vida y para el aprendizaje en general.

Lifelong Kindergarten - Jardín de infancia de por vida

Mitch Resnick (EE.UU.), por su parte, basa su propuesta de "aprendizaje creativo" en el kindergarten (jardín de infantes) creado por Federico Froebel en Alemania en 1837, con una visión muy distinta a la de la escuela: un sistema de enseñanza basado en el juego y en el "trabajo libre", un espacio lúdico de creación, interactivo, en contacto con la naturaleza, apoyado en una serie de juguetes ideados por Froebel (llamados Regalos Froebel), básicamente cubos, figuras geométricas, cuentas y tablas de madera de diferentes formas, tamaños y colores así como listones, cuerdas y bolas hechas de lanas de colores. Un siglo después, en 1932, se fundaba en Dinamarca LEGO, con principios similares, hoy una marca mundial de juguetes.

Resnick propone extender el espíritu del pre-escolar de Froebel a toda la educación. Lifelong Kindergarten (traducido al español como "jardín de infancia de por vida") es el nombre de su propuesta, convertida en movimiento internacional.
El nuevo conocimiento sobre el aprendizaje desarrollado en las últimas décadas ratifica la importancia del juego como la principal herramienta de aprendizaje en la infancia, la importancia del movimiento, del descubrimiento, la emoción, la autonomía, el aprendizaje creativo, placentero, autodirigido.

Escolarizar el pre-escolar, en el afán de preparar a niños y niñas para la escuela, es esencialmente anticipar la escuela convencional. Lo que necesitamos es un pre-escolar empático con las necesidades y deseos de los niños, capaz de alentar el juego, la curiosidad y el deseo de aprender, y de contagiar a la educación escolar, volviéndola a ella también más empática con los niños y más atenta a los aprendizajes infantiles.

La pandemia del COVID-19 y la preocupación con la "pérdida de aprendizaje" a raíz del cierre de los sistemas educativos en 2020-2021 reforzará sin duda la escolarización de la educación pre-escolar. Al mismo tiempo, el retorno a las aulas es una invitación a replantear la educación, entre otros recuperando la centralidad del juego, de la interacción con otros niños y del aprendizaje al aire libre, más necesarios que nunca después del largo confinamiento.

Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, ¿Escolarizar el pre-escolar o jardinizar la escuela?, Blog OTRAƎDUCACION, Quito, agosto 2021


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Corrupción, nivel de desarrollo y escolaridad


Our World in Data encuentra, a nivel de los países, una correlación entre más educación (mayor número de años de escolaridad) y menos corrupción. También encuentra una correlación entre mayor nivel de desarrollo (Indice de Desarrollo Humano-IDH) y menor corrupción. Correlación, no necesariamente causalidad, pues la corrupción está relacionada con varios factores.

Más control social, más transparencia y rendición de cuentas son asimismo factores que contribuyen a menor corrupción, todos ellos a su vez relacionados con la educación en la medida en que las personas más educadas tienden a exigir más información y control social sobre la gestión gubernamental y sobre la justicia.
Presento aquí datos del Indice de Percepción de la Corrupción 2016 (IPC) y del Barómetro Global de la Corrupción 2013 (BGC), ambos de Transparencia Internacional, así como del Indice de Desarrollo Humano (IDH) del Informe sobre Desarrollo Humano 2015 del PNUD. Incluyo también datos del Global Index of Political and Informational Transparency (1980-2010).

Exploro, a partir de esos informes, la vinculación entre corrupción, desarrollo humano, transparencia y escolaridad en América Latina y el Caribe. Incluyo también datos de la encuesta del Latinobarómetro 2016 referidos a la corrupción. Y agrego algunos comentarios.

La percepción de la corrupción a nivel mundial

El Indice de Percepción de la Corrupción (IPC) viene estimándose desde 1995, por la ONG Transparencia Internacional. Se trata de una encuesta a expertos en torno a la corrupción percibida en los países.

Transparencia Internacional ha desarrollado también, a partir de 2003, el Barómetro Global de la Corrupción (BGC), en el que ciudadanos corrientes opinan sobre la corrupción en sus países y sobre su propia experiencia. Los resultados presentan muchas veces diferencias importantes entre la percepción de los expertos y la de los ciudadanos comunes.

Los últimos resultados disponibles del BGC son de 2013. Los partidos políticos son percibidos, a nivel mundial, como la institución más corrupta, seguida de la policía.

Según TI, ningún país en el mundo está libre de corrupción. Los puntajes se mantienen relativamente estables a lo largo del tiempo, sin cambios drásticos; la excepción es Grecia, que avanzó mucho y pasó del lugar 94 al lugar 48 en el ranking mundial entre 2012 y 2015.

Al revisar los países ubicados en los primeros y en los últimos lugares en el ranking mundial de corrupción 2016 se percibe, en efecto, para muchos países, correlaciones claras entre alto nivel de escolaridad, alto nivel de desarrollo y bajo nivel de corrupción, así como entre bajo nivel de escolaridad, bajo nivel de desarrollo y alto nivel de corrupción. (El listado de los diez países mejor ubicados en el ranking es prácticamente el mismo en 2022, aunque varían algo sus posiciones).

Primeros lugares:
1 Dinamarca 
1 Nueva Zelanda
3 Finlandia
4 Suecia
5 Suiza
6 Noruega
7 Singapur
8 Holanda 
9 Canadá
10 Alemania 
10 Luxemburgo
10 Reino Unido

Ultimos lugares:
159 Haití
159 República del Congo
164 Angola
164 Eritrea
166 Iraq
166 Venezuela
168 Guinea-Bissau
169 Afganistán
170 Libia
170 Sudán
170 Yemen
173 Siria
174 Corea del Norte
175 Sudán del Sur
176 Somalia

Los países con los niveles más bajos de corrupción percibida destacan en el Indice de Desarrollo Humano, en los niveles de transparencia, y en el campo educativo, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo (entre otros, se ubican además en los lugares más altos de la prueba internacional PISA de la OCDE). Esto es especialmente cierto en el caso de los países escandinavos.

Dinamarca se ubicó como el país menos corrupto en 2015 y también en 2016, junto con Nueva Zelanda. 30% de los daneses percibe corrupción en los partidos políticos, 31% en la empresa privada, 6% en el sistema educativo, 5% en el sistema de justicia y 11% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BGC 2013). Dinamarca  se ubicó en segundo lugar en el ranking mundial de transparencia política (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17). El país ocupó el lugar 4 del IDH. Tiene un promedio de escolaridad de 12.7 años y una expectativa de escolaridad de 18.7 años (PNUD 2015).

Nueva Zelanda se ubicó como el país menos corrupto en 2016, junto con Dinamarca. 46% de los neozelandeses percibe corrupción en los partidos políticos, 36% en la empresa privada, 16% en el sistema educativo, 20% en el sistema de justicia y 25% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BGC 2013). Nueva Zelanda se ubicó en sexto lugar en el ranking mundial de transparencia política (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17). El país ocupó el lugar 9 del IDH. Tiene un promedio de escolaridad de 12.5 años y una expectativa de escolaridad de 19.2 años (PNUD 2015).

Finlandia fue el segundo país menos corrupto en 2015 y el tercero en 2016. 45% de los finlandeses percibe corrupción en los partidos políticos, 42% en la empresa privada, 7% en el sistema educativo, 9% en el sistema de justicia y 25% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BGC 2013). Finlandia resultó tercero en el ranking mundial de transparencia política y en el quinto lugar del ranking de transparencia de la información (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17). El país ocupó el lugar 24 del IDH en 2015. Tiene un promedio de escolaridad de 10.3 años y una expectativa de escolaridad de 17.1 años (PNUD 2015). De Finlandia se afirma que "En su cultura, un corrupto es despreciado, excluido familiar y socialmente" (Bernardo Kliksberg, ¿Cómo lo hizo Finlandia?, El Universal, México, 21 sep. 2016).

Suecia fue el tercer país menos corrupto en 2015 y el cuarto en 2016. No está incluido en el Barómetro Global de la Corrupción (BGC). Suecia ocupó el lugar 7 en el ranking mundial de transparencia política y el lugar 11 del ranking de transparencia de la información (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17). El país obtuvo el lugar 14 del IDH. Tiene un promedio de escolaridad de 12.1 años y una expectativa de escolaridad de 15.8 años (PNUD 2015).

La corrupción en América Latina y el Caribe


Esta región tiene un histórico, grave y conocido problema de corrupción.

Prima una comprensión restringida de corrupción, asociada a la apropiación indebida de dinero o bienes. Una noción amplia de corrupción incluye cuestiones como el clientelismo político, el pago de favores, el nepotismo, el abuso de poder, el plagio, entre otros.

En los últimos años ha habido casos sonados de corrupción que han salido a la luz en muchos países. La pregunta es si la corrupción está al alza o si hay una mayor exposición pública del problema. Después de una década de abundancia, en 2011 se inició una desaceleración de la economía. Un análisis del BID explica que "el fin del 'superciclo' (2003-2008) abrió una ola de destapes por los excesos cometidos en momentos de abundancia". El mismo análisis concluye que el mayor destape de la corrupción se debería a las reformas judiciales implementadas en varios países, al mayor empoderamiento de los ciudadanos, y a la evolución de los estándares internacionales para prevenir y controlar la corrupción (Juan Cruz Vieyra, BID, ¿Cómo interpretar los recientes escándalos de corrupción en Latinoamérica?, 30 Nov. 2016)

Para el Foro Económico Mundial, el alza de la corrupción es una buena noticia pues ésta, finalmente, estaría empezando a ser tomada en serio y denunciada en muchos países.

El escándalo de corrupción de la empresa brasileña Odebrecht, que involucra a 11 países, 9 de ellos latinoamericanos (Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú y República Dominicana), se destapó en 2014. Las primeras revelaciones se dieron a conocer en diciembre de 2016. Los sobornos cubren el período 2006-2015.



El Latinobarómetro 2016 y la corrupción

En la encuesta Latinobarómetro 2016 (realizada antes de que estallara el caso Odebrecht):

- la corrupción apareció como uno de los principales problemas en 13 países de la región. En Bolivia, Brasil, Chile y Perú fue mencionado como uno de los dos mayores problemas.

- se evidenció alta tolerencia a la corrupción gubernamental en buena parte de los países (el clásico "roban, pero hacen obra"). A la pregunta de si "Se puede pagar el precio de cierto grado de corrupción en el gobierno siempre que solucione los problemas del país", 65% en República Dominicana respondió que sí, 59% en Nicaragua, 58% en Honduras, 52% en Panamá y 47% en el Ecuador. El promedio latinoamericano fue 39%. El porcentaje más bajo fue el de Chile (17%).


El Indice de Percepción de la Corrupción y América Latina y el Caribe

Esta fue la ubicación de los países de América Latina y el Caribe en el ranking mundial de corrupción 2016 (entre 176 países).

21 Uruguay
24 Chile
24 Bahamas
31 Barbados
35 Santa Lucía
35 San Vicente y las Granadinas
38 Dominica
41 Costa Rica
46 Grenada
60 Cuba
64 Surinam
79 Brasil
83 Jamaica
87 Panamá
90 Colombia
95 Argentina
95 El Salvador
101 Perú
101 Trinidad y Tobago
113 Bolivia
120 República Dominicana
120 Ecuador
123 Honduras
123 México
123 Paraguay
136 Guatemala
145 Nicaragua
159 Haití
166 Venezuela

Los países percibidos como menos corruptos en América Latina en 2015 y en 2016 - Uruguay, Chile, Costa Rica y Cuba (dejando afuera los países del Caribe Anglófono) - destacan en la región en cuanto al IDH y al promedio de años de escolaridad.

Uruguay IDH lugar 52
- Promedio de escolaridad 8.5 años. Expectativa de escolaridad 15.5 años (PNUD 2015).
- 48% de los uruguayos opina que hay corrupción en los partidos políticos, 34% en la empresa privada, 24% en el sistema educativo, 39% en el sistema de justicia y 40% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BGC 2013).

Chile IDH lugar 42
- Promedio de escolaridad 9.8 años. Expectativa de escolaridad 15.2 años (PNUD 2015).
- 76% de los chilenos opina que hay corrupción en los partidos políticos, 65% en la empresa privada, 60% en el sistema educativo, 67% en el sistema de justicia y 68% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BGC 2013).
- Chile se ubicó en el lugar 18 del ranking mundial de transparencia de la información (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17).

Costa Rica IDH lugar 69
- Promedio de escolaridad 8.4 años. Expectativa de escolaridad 13.9 años (PNUD 2015).
- No hay datos para Costa Rica en el BGC 2013.
- Costa Rica se ubicó en el lugar 11 del ranking mundial de transparencia política (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17).

Cuba IDH lugar 67
- Promedio de escolaridad 11.5 años. Expectativa de escolaridad 13.8 años (PNUD 2015)
- No hay datos para Cuba en el BGC 2013.
- Cuba se ubicó en el lugar 175 del ranking mundial de transparencia política y en el lugar 172 de transparencia de la información (Global Index of Political and Informational Transparency 1980-2010, p.17).

Our World in Data no analiza los resultados de aprendizaje de los países. Cabe señalar que estos cuatro países - Uruguay, Chile, Costa Rica y Cuba - tienen también una posición destacada, a nivel regional, en los aprendizajes logrados por los estudiantes, tanto en las pruebas del Laboratorio de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) coordinado por la UNESCO a nivel regional, las cuales evalúan aprendizajes en la escuela primaria, como en las pruebas internacionales PISA, que evalúan aprendizajes a nivel secundario. (Cuba participó en las dos primeras pruebas del LLECE, ubicándose en primer lugar en la región; no participa en PISA).

Cabe asimismo señalar que ninguno de estos cuatro países fue mencionado por Odebrecht en la lista de países que recibieron sobornos, aunque han tenido también casos connotados de corrupción.

Como se ha visto, Uruguay y Chile tienen baja tolerancia a la corrupción en el contexto regional, según el Latinobarómetro 2016.

En el otro extremo, Haití, el país más pobre de la región, tiene los indicadores más bajos en todos los ámbitos, incluido el educativo. Se ubica en el lugar 163 del IDH, y tiene un nivel promedio de escolaridad de 4.9 años y una expectativa de escolaridad de 8.7 años (PNUD 2015).

No obstante, hay casos donde no se observa la correlación esperada entre índice de desarrollo, índice de corrupción percibida y años de escolaridad. Dos ejemplos claros son los de Venezuela y Argentina.

Venezuela apareció en último lugar en el IPC 2015 y también en el IPC 2016. 77% de los venezolanos percibe corrupción en los partidos políticos, 63% en la empresa privada, 49% en el sistema educativo, 74% en el sistema de justicia y 79% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BCG 2013). No obstante, el país se ubica en el lugar 71 del IDH y tiene una escolaridad promedio de 8.9 años y una expectativa de escolaridad de 14.2 años. (PNUD 2015).

Argentina se ubicó en el lugar 107 del IPC 2015 y en el lugar 95 del IPC 2016. 78% de los argentinos percibe corrupción en los partidos políticos, 49% en la empresa privada, 23% en el sistema educativo, 65% en el sistema de justicia y 77% en el Estado y entre los funcionarios públicos (BCG 2013). No obstante, el país se ubica en el lugar 40 del IDH, y tiene una escolaridad promedio de 9.8 años y una expectativa de escolaridad de 17.9 años, una de las más altas de la región. (PNUD 2015)

Asimismo, Venezuela y Argentina tienen, comparativamente, baja tolerancia con la corrupción, según el Latinobarómetro 2016.

La insuficiencia del indicador «años de escolaridad»

Es claro que la corrupción tiene que ver con muchos factores, no solo con la educación. También es claro que el número de años de escolaridad, por sí solo, no da cuenta del nivel educativo de un país y de una persona. Más escolarizado no equivale necesariamente a más educado.

El número de años de escolaridad es un indicador con muchas limitaciones. Entre otros porque:

a) solo se refiere a la educación formal, aquella que tiene lugar en el sistema educativo de cada país,  y no tiene en cuenta las educaciones y los aprendizjaes que tienen lugar fuera de éste: en la familia, en la comunidad, en los medios, en el trabajo, en la participación social, en la política, a través del autoestudio, de internet, etc.

b) no dice nada sobre la calidad y orientación de la educación;

c) no dice nada sobre los aprendizajes logrados por quienes se escolarizan.

d) no dice nada sobre los valores, en este caso: dónde y cómo se aprenden e internalizan la honestidad, la transparencia, la integridad, valores claves que sirven de freno a la corrupción.

La educación está sin duda relacionada con la corrupción, pero de un modo más amplio y complejo que simplemente la escolaridad y el número de años de escolaridad. Los datos muestran que tampoco un mayor IDH se relaciona necesariamente con menos corrupción. En el desarrollo de la conducta corrupta y de la tolerancia hacia la corrupción entran en juego mútiples instituciones y múltiples factores, muchos de ellos vinculados con la cultura, con la percepción social de la corrupción, y muy especialmente con la cultura política y la conducta de los políticos.

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