Un blog de educación ciudadana sobre educación y aprendizaje a lo largo de la vida
❏ ❏ ❏
A blog for citizen education on education and lifelong learning
Una de las cosas más fascinantes que ví en Pekín la primera vez que fui a China, en 2001, fueron los equipos de gimnasia instalados en espacios públicos: veredas, pasajes, parques, jardines, playas de estacionamiento, mercados, supermercados, paradas de buses.
Las estaciones de gimnasia se usaban todo el día, desde temprano a la mañana. Estaban destinadas a las personas mayores y ellas eran, en efecto, los usuarios más regulares. Pero había gente de toda edad y condición. Las amas de casa dejaban sus bolsas en el piso mientras hacían ejercicio. Los hombres trajeados dejaban sus portafolios. Y los estudiantes, sus mochilas. Por supuesto, bicicletas por todo lado.
No ví - o entendí - ningún cartel sobre limite de tiempo de uso. Las personas dejaban las máquinas sin que nadie tuviera que pedírselo. En realidad, no ví a nadie supervisando el uso de las máquinas.
Algunas de las cuestiones que me fascinaron.
- El foco sobre las personas mayores y sobre el ejercicio físico.
- La democratización del ejercicio autónomo al aire libre. La gimnasia con aparatos como un servicio público, incorporado a la vida y a los quehaceres cotidianos.
- La confianza en la capacidad de la gente de usar los equipos de manera responsable, de cuidarlos, y de compartirlos con otros.
Foto: El Comercio, Quito
Diez años después, en 2011, me alegró saber que el concepto estaba siendo adoptado en Quito. Decenas de parques estaban siendo acondicionados con "equipos de gimnasia inclusiva", como se los llamó (un nombre terrible, por cierto).
En los últimos años, la idea se ha expandido en varias ciudades de América Latina. Internet está lleno de imágenes de equipos de gimnasia en parques, destinados a los adultos mayores y a personas de todas las edades. Adoptan toda clase de nombres ('parques biosaludables' uno de ellos, otro nombre espantoso).
En 2013 visité uno de estos parques en Quito. Cuatro aparatos instalados en un barrio de clase media y personas mayores disfrutándolos. Hablé con algunas de ellas. Nunca habían usado un aparato de gimnasia.
Meses más tarde volví al parque. Quería escribir una nota. Encontré el lugar desmantelado. Una pareja joven me dijo que el equipo había durado pocas semanas. Algunos aparatos habían sido robados; otros se habían roto.
Foto: La Hora, Quito
Otros parques y equipos sufrieron una suerte parecida. Las autoridades municipales siempre han tenido dificultades para preservar los espacios y bienes públicos. La cultura ciudadana en Quito - y en el Ecuador en general - tiene muchos problemas.
Las buenas ideas pueden importarse. La cultura - la cultura ciudadana - no. Debe construirse en cada lugar. ¿Cómo aprenden las personas a valorar y cuidar los espacios y los bienes públicos? ¿Qué clase de información, de educación, de ejemplo, se requieren en el hogar, en el sistema escolar, en los medios, en el trabajo, en el sistema político?
One of the most fascinating things I saw in Beijing the first time I visited China, in 2001, were the fitness equipments installed in public spaces: sidewalks, streets, alleys, parks, gardens, parking lots, markets, supermarkets, bus stops.
The gym stations were used all day, starting early in the morning. They were meant for the elderly and they were in fact the most regular users. But there were people of all ages and conditions. Housewives left their shopping bags on the floor while exercising. Men wearing suits left their briefcases aside. And school students their backpacks. Bicycles were of course all over the place.
I could not see - or understand - any sign about time limit, but it was evident that there was one. People left the machines without anyone having to tell them. In fact, I did not see anyone supervising the use of the machines.
Several things fascinated me.
- The focus on the elderly and on physical exercise.
- The democratization of autonomous outdoors workout. Gym as a public service offered to the people, incorporated to daily life and daily chores.
- Trust in people's capacities and will to use those equipments in a responsible manner, to take good care of them, and to share them with others.
Photo: El Comercio, Quito
Ten years later, in 2011, I was happy to learn that the concept was being adopted in Quito. Dozens of parks would be furnished with 'inclusive gym equipments', as they were called (a terrible name, by the way).
Over the past few years, the idea has spread in many Latin American cities. The internet is full of images of gym equipments in parks for the elderly and for all ages. They adopt all sorts of names. ('Parques biosaludables' - 'biohealthy parks' - is one of them, also a terrible name).
In 2013 I visited one of these parks in Quito. Four machines installed in a middle class neighborhood, and adults enjoying them. I talked with some of them. They said they had never used a gym machine before.
A few months later I returned to the park. I wanted to write a note about it. The place was dismantled. A young couple told me that the equipment lasted only a few weeks. Some artifacts had been stolen; others were broken and taken away.
Photo: La Hora, Quito
Other parks and equipments have faced similar situations. Municipal authorities have always had a hard time to maintain public spaces and public goods. Citizen culture in Quito - and in Ecuador in general - has many problems.
Good ideas can be imported. Culture - citizen culture - cannot. It must be built in every place. How do people learn to value public goods and take care of them? What type of information, education and example are necessary at home, in schools, at work, through the media and the political system?
Rosa María Torres
Ministra de Educación y Culturas
Quito, 31 mayo, 2003
Conocí al maestro Marco López en
la Cima de la Libertad, el pasado sábado 24 de mayo. El y yo habíamos llegado al
lugar temprano, por la misma razón: asistir al acto de conmemoración de la
gesta libertaria del 24 de mayo, acto solemne con la presencia del Presidente
de la República, el gabinete y otras autoridades, las Fuerzas
Armadas, entre otros. Yo estaba allí como Ministra de Estado, cumpliendo con un
compromiso gubernamental; él había llegado allí porque “me gustan estos actos”,
motivado por un sentido patriótico inculcado por un padre militar, y - agrego
yo – alimentado por su propia vocación de maestro.
Terminado el acto, cuando ya
casi todos, invitados y periodistas, se habían ido, él se me acercó, tímido,
inseguro, pidiendo disculpas por el atrevimiento, y me pidió que interceda a
fin de que se eleven los salarios del magisterio y se termine cuanto antes el
paro. Le expliqué, por mi parte, lo que he venido haciendo y lo que todo
maestro de este país debería saber a estas alturas: que el Ministerio de
Educación es uno de los más mal pagados y más pobres de todo el Estado, que no
decide sobre el presupuesto educativo ni sobre cuánto ganan los maestros, ni
siquiera sobre cuándo cobran. Que todo esto lo decide, lo viene decidiendo
desde hace muchos años, el Ministerio de las Platas. Y que mi papel es luchar,
junto con los maestros, los padres de familia, los alumnos, la sociedad toda, a
fin de que el Ministerio de las Platas, los demás ministerios, el Presidente de
la República, el Congreso Nacional, asuman de una vez por todas que la
educación es la inversión más importante que puede hacer un país para salir del
atraso, de la pobreza, de la dependencia externa.
Superada la timidez inicial,
empezamos a conversar. Supe que es profesor en la escuela Rosa Zárate, ubicada
en San Roque, en Quito. Vive en Toctiuco Alto. Recibe 180 dólares mensuales. Es
casado y tiene un hijito. Le habría gustado venir ahora con su mujer, pero no
les alcanzaba para el pasaje de bus. Ella se quedó, pues, con el guagua, y él
se tomó el bus con los últimos centavos, para llegar, a tiempo, jadeando el
último tramo, hasta la Cima de la Libertad. Está pensando dejar el magisterio y
buscar empleo en alguna otra cosa, pues la situación económica ya no da para
más. Su mujer hace costura y aporta algo al ingreso del hogar. No quisiera
hacerlo, pues le gusta enseñar, le gusta ser maestra, y le entusiasma hacer
algo por sus alumnos, de familias pobres, pero la situación
económica ya no da para más.
Todo esto me va contando
mientras vamos en el auto ministerial, pues me ofrecí a llevarle a su casa, en
Toctiuco Alto, allá arriba, serpenteando calles angostas, de piedra, y
serpenteando la pobreza de los barrios empinados de Quito. Llegamos. El auto no
puede subir más, él debe subir una cuadra más a pie. Me pide, acholado, que le
espere un ratito, que quisiera presentarme a su mujer y a su hijito. En un rato
regresa, agitado. La mujer carga al guagua, un guagua lindo, gordito, con ojos
brillantes, arropado de pies a cabeza. Tiene un año y medio. La ilusión del
maestro es que yo le cargue, pero el niño no se deja. Sin saber cómo
halagarme, va y viene de la tienda de la esquina comprándome una Fioravanti con vaso
de plástico.
“Es la Ministra de Educación”, decía
eufórico a los vecinos que salían a husmear. Entre ellas, una señora que resultó
ser la conserje del centro infantil que está frente a la tienda, y que pidió
si me lo podía enseñar. Un centro bien equipado, amplio, moderno, que contrasta
con la pobreza del barrio. Ni el maestro Marco ni su mujer han entrado jamás al centro. Aquí irá seguramente Marquito cuando
cumpla dos años. Pienso que está en mi poder emitir un acuerdo que
establezca que los hijos e hijas de los maestros tengan prioridad para ser
admitidos en estos centros infantiles. Como Ministra tengo poco
dinero y poco poder sobre el Ministerio de las Platas, pero tengo la
posibilidad de hacer cosas como éstas, que permitan mejorar la calidad de vida
de los maestros y de sus hijos.
La mujer arranca en llanto. Le pregunto por qué llora y me dice que de la emoción. “Parece un sueño”,
dice, haber hablado con una Ministra.
Me despido de todos. Ya desde el auto, abro la
ventana y le pido nuevamente al maestro Marco que no deje el magisterio, que
siga adelante, que no pierda la fe. El me
dice que no renunciará. Y me pide que yo tampoco renuncie. Le acepto el
desafío.
Tengo, pues, un pacto con el
maestro Marco López, que es en verdad un pacto con todos los maestros y
maestras de este país, con los niños, los jóvenes y los adultos
deseosos de aprender, con la escuela pública y con la sociedad ecuatoriana. Desde el Ministerio ahora, desde el llano antes y después, no cejaré en mi empeño por cambiar la educación, por recuperar la dignidad y la esperanza de los pobres en una educación que les prepare para un futuro mejor.
Sábado tarde. Estamos aquí, en esta pequeña
localidad rural de San Juan de Morán, para asistir a la ceremonia de graduación
de los niños del jardín de infantes. Es un jardín de infantes
“no-convencional”, parte del Programa Madre-Maestra del Ministerio de Educación
del Ecuador, iniciado en 1988 con apoyo de UNICEF. Programas como éste han proliferado en América Latina a cargo de Ministerios de Bienestar Social o de la Familia, muchas veces con UNICEF detrás. Modelos familiares y comunitarios, no institucionales, de atención a los niños pequeños, con las madres como protagonistas.
Están presentes los niños y niñas, las tres madres-maestras
que les atienden, la maestra que coordina el programa y las apoya a ellas, los
padres de familia, la presidenta del comité barrial, la reina y la ex-reina del
barrio, y nosotros, los invitados del Ministerio y de
UNICEF. Dos perros callejeros nos acompañan también en el acto, moviéndose de arriba a abajo por el salón.
El jardín de infantes no tiene local propio.
Funciona en la casa barrial. Los niños pasan aquí de lunes a
viernes de 8 a 12 de la mañana. Los viernes al mediodía las madres
recogen todo y llevan a sus hijos a casa, y les vuelven a traer el lunes, pues el
fin de semana el local se utiliza para actos culturales, asambleas y fiestas de
la comunidad.
Todos con sus mejores atuendos. Las
niñas lucen vestidos de tul, golas, diademas y lazos en el pelo, medias con
florcitas de colores, medallas y cadenas de oro. Los niños, camisas de manga
larga, corbatas de lazo, zapatos de charol, pantalones de casimir. Algunas
niñas con vestidos
vaporosos, trajes largos, bordados y encajes; otras, al último grito de
la moda, con minifaldas, mallas de lana, copetes y peinados alborotados,
botas.
La mayoría de los padres presentes son
madres, y la mayoría de ellas son madres jóvenes. Las hay mestizas y morenas, vestidas a la usanza criolla, con atuendos típicos y trenzas, y las hay
modernas, con minifaldas, blue jeans,
tacos altos. Solo hay tres hombres. El resto son niños y niñas, sin duda
hermanos de los alumnos, que corretean, duermen o
lactan en brazos de sus mamás.
La casa-aula comunitaria
El salón es un galpón grande, de material
prefabricado, con techo alto y armazón de metal, piso de cemento y grandes ventanales. Muchos vidrios están
rotos.
El espacio está dividido en dos partes, con un pizarrón en cada extremo. Un lado
del salón ha sido ocupado por el jardín de infantes; el otro lado está descuidado, con sobras de material
de construcción en el suelo y paredes semidesnudas.
A pesar de la pobreza, se ven las ganas y el esmero por
mantener esto bonito, agradable para los niños.
Pequeñas macetas de plantas, láminas y estampas coloridas, recortes de revistas,
corazones, dibujos, un gato amarillo de cerámica, collares de cuentas,
guirnaldas de papel crepé, mazorcas de maíz seco, salpican el espacio
adornando los vidrios, el bordillo de las ventanas, las paredes, el
pizarrón.
Las mesas de los niños son rústicas; las
sillas igual. Algunos están sentados en troncos de árbol, a falta de
sillas.En la pared del costado está
pegada una tira de madera larga que sirve
de perchero para las bolsas de aseo de los niños.
Las repisas consisten en una tabla de madera
sujeta con un clavo y una piola. Sobre las repisas revistas para recortar. Al costado izquierdo del pizarrón, el botiquín. Al
costado derecho un perchero de cartón encima del cual puede leerse ASEO.
Debajo, a altura de niños, un pequeño espejo.
La
sabatina escolar
Los niños han sido agrupados formando un semicírculo
con sus mesas y sillas de cara al pizarrón. Los adultos están
sentados atrás, en bancas de iglesia seguramente prestadas para la ocasión.
A los invitados especiales, las autoridades y las reinas locales nos han
reservado la primera banca.
Beatriz, la coordinadora del programa y la maestra a
cargo de estas madres-maestras, da la bienvenida y presenta el
acto de clausura del año escolar:
- "Este es un trabajo de hormiguitas que hemos
venido haciendo día a día. Queremos
enseñarles lo que se ha hecho con los niños. Pido un gran aplauso para mis
madres-maestras".
Las aplaudidas son tres mujeres jóvenes, madres
de algunos niños y maestras de todos ellos. Madres que asumen el
papel de maestras con una primaria
completa y un curso de capacitación. Madres-maestras que trabajan todos los días, con horario y
obligaciones, sin que se les pague un centavo. Por la pura voluntad, por el puro amor a los niños.
Los niños tienen entre 4 y 6 años. La mayoría inquietos, activos, parlanchines.
Empieza el acto la primera madre-maestra. Reparte a
los niños un pedazo de lana roja y les da sucesivamente la instrucción de que
se la coloquen arriba, abajo, al frente y atrás.
Ahora, ¿quién puede hacer un círculo? Los niños
ponen la tira de lana en la mesa y tratan de hacer un círculo.
¿Quién puede hacer un cuadrado?. Los niños intentan
el cuadrado. Y luego el triángulo. Y el gusanito. Ahora deben guardar
al gusanito en el bolsillo.
- "Yo no
tengo bolsillo", dice uno.
-
"Si quieres, yo te presto el mío".
-
"¿Quién tiene un bolsillo grande?",
grita uno parado en su silla.
Ahora a levantar la mano derecha, a agarrarse la
oreja derecha, la rodilla derecha, el hombro derecho, el pie derecho. Ahora
todo igual, pero del lado izquierdo. Ahora subir las dos manos, juntarlas,
aplaudir.
Ahora van a cantar “Yo tengo una mano derecha”.
Son niños colaboradores. Se comportan espontáneamente. No parecen actuar para los visitantes.
Por el contrario, casi sorprende ver que no tienen en cuenta al
público. Siguen hablando y moviéndose como si estuvieran
solos.
Los
números
Ahora le toca el turno a la segunda madre-maestra.
Pide a los niños que, uno por uno, pasen a identificar, en un conjunto de tarjetas,
los números que ella va nombrando. Luego de identificarlo, el niño o niña debe
colocar la tarjeta en la pizarra, donde está dibujada una escalera con una
grada para cada número.
La mayoría de niños quiere pasar a la pizarra. "Yo, señorita".
Luego dibujan dentro de cada grada el
conjunto de objetos que corresponde al respectivo número.
Empiezo a fijarme en Cosme, inquieto como ninguno, disfrazado de señor, que no para de hablar,
moverse y molestar a los otros. Ahora mismo se acuesta sobre su
silla-pupitre. Percibe que le estoy observando y anticipa:
-
"Me voy a caer. Pero no me voy a
caer durísimo, porque aquisito nomás está el suelo".
Una niña chiquita, sin duda hermana menor de
uno de ellos, empieza a llorar. La mamá tiene que tomarla en
brazos y sacarla a llorar afuera.
Ahora empiezan a cantar “Un elefante se balancea”.
Como los demás "cantos", a todo pulmón, sin melodía, a gritos.
Leer y
escribir
Empieza la tercera
madre-maestra. Todo está sincronizado. Una actividad sigue a otra, una maestra
a otra. Los niños no paran de hacer, bombardeados de instrucciones. Ritmo de
sabatina escolar. Ritmo de maestras nerviosas. Ritmo de padres de familia que
quieren ver los resultados de todo un año escolar. Pero, ¿qué pasa
con el ritmo, los deseos y las necesidades de los niños?
¿Quieren cantar?, les pregunta la maestra. Todos responden que sí. "Cantan" esta vez “Paco
Perico”.
- "Vamos
a suponer que por esa puerta entró un duende pequeñito y le puso pega al piso.
Ustedes están pegados, no pueden moverse. Lo único que pueden mover es el
cuerpo. Vamos a movernos", instruye la madre-maestra.
Los niños empiezan a mover la cabeza, los brazos, la
cintura, los hombros, primero rápido, después despacio.
-
"Ahora nos vamos a volver enanitos",
y los niños se agachan.
-
"Ahora nos vamos a volver gigantes",
y los niños se levantan y se estiran.
Acabada la calistenia, viene el momento de la
"lectura". La maestra empieza a sacar unas tarjetas con dibujos y
pide a los niños que digan lo que representan y que, acto seguido, hagan lo que
se dice en ellas.
¡CAMINAR!(Y empiezan todos los niños a
caminar)
¡VOLAR!(Y
hacen como si vuelan)
¡PARARSE!(Y
se paran)
¡SALTAR!(Y
saltan)
¡CORRER!(Y
corren)
Ahora viene otro tipo de tarjetas que ya no
representan acciones (verbos) sino objetos, ilustrados con láminas recortadas
de revistas.
¡NIÑOS!
¡RIO!
¡ARBOLES!
- "William,
ven aquí y léeme lo que dice en esta oración". La maestra le presenta,
en este orden, las tarjetas de NIÑOS, CORRER y RIO.
- "Los
niños corren al río", contesta William.
Ahora pasa Wilmer, a quien le enseña las tarjetas de
PAJARO, VOLAR y ARBOLES.
- "El
pájaro vuela al árbol", hilvana Wilmer.
Luego, con el mismo procedimiento, continúa el
descifrado en coro, construyendo otras oraciones a partir de otras tarjetas.
Ahora una actividad de recortado y pegado. La
maestra reparte a cada niño una hoja recortada de revista. Les pide que muevan
las hojas para hacer ruido, que se las pongan encima de la cabeza, que se
sienten sobre ellas, que las pongan debajo del asiento y, finalmente, que las
corten en tiritas. Ahora que las han cortado, van a hacer una figura de una
persona y van a pegar la figura en una hoja blanca que empieza a repartir a
todos.
Los niños no paran de trabajar un segundo. No bien
acaban de recortar, empiezan a pegar, algunos con saliva, sin esperar que pase
la maestra con el tarro de la pega.
Cosme y Janeth, seis años, apenas empiezan
a pegar cuando la maestra empieza a preguntar quién acabó. Me acerco a ver lo
que hacen ambos. Cosme me informa, sin que nadie le pregunte:
- "A
mí me van a poner en la escuela".
- ¿Cuándo?
- "El
otro día".
- ¿Esto no es una escuela?
-
"No, es un jardín”.
- "Se
llama Jardín No-Convencional San José de Morán", completa Armando, un
niño de 4 años que está al lado, hijo de una de las madres-maestras, con
evidentes dificultades para pronunciar el “no-convencional”.
- ¿Qué quiere decir “no-convencional”?, le
pregunto.
- "Es
el apellido del jardín", me dice sin titubear.
Sin que nadie les pida, ya como parte de la rutina
de trabajo, los niños empiezan a escribir su nombre en la parte inferior de la
hoja. Con lápices pequeñitos, mochos, se las arreglan. Terminada la figura y
escrito el respectivo nombre, cada niño va levantándose a regalar su obra a su papá
o mamá.
Janeth escribe lentamente su nombre:
J A
N E H TC
A L D R N
Le pido que me lea lo que ha escrito.
- "Ahí
dice Janeth Elizabeth Calderón", me responde, mientras recorre con
su dedito de izquierda a derecha lo que ha escrito, tratando de llegar a la N
final cuando termina de pronunciar su nombre completo.
Le pido que me indique dónde dice
Elizabeth. Me señala la primera palabra y luego, dudosa, la segunda. Le informo
que en la primera dice solo JANETH y en la segunda CALDERON.
- "¿Y
dónde está ELIZABETH?", me pregunta desconcertada.
Le digo que no está ahí, que debería estar en el
medio, que debería haber tres palabras y no dos.
- "Pero
yo sí me llamo ELIZABETH", confirma.
- "Pero
ahí no está", le insisto.
- "No
sé. Yo sí lo puse".
Cuánto bien haría a estas maestras y
madre-maestras saber más acerca de cómo aprenden los niños a leer y escribir.
No sólo para ayudarles a aprender mejor, sino para comprender los razonamientos
y la lógica que están detrás de una conversación como la que acabo de
sostener con Janeth, y las mil y un situaciones similares que se presentan
todos los días con niños que empiezan a familiarizarse con la lectura y la
escritura...
Para cerrar la sabatina, entra en acción Beatriz.
Les pide a los niños que se acerquen, se tomen las manos y formen un
círculo.
- "Hoy
he venido muy loquita. Todos nos vamos a equivocar. Todos nos tocamos el popó",
les dice Beatriz y se toca la cabeza, mientras los niños se
tocan lo que corresponde, riendo a carcajadas.
- "Ahora
nos vamos a tocar los ojos", y se toca las orejas, mientras los niños
automáticamente se llevan las manos a los ojos. Y vuelven a reírse de la situación.
- "Fíjense
que yo me fui donde un panadero y le dije que por favor me hiciera un vestido".
- "!Nooooooooo¡",
corean y mueren de risa los niños. Y gritan que hay que ir
donde un sastre.
- "Le
pedí hace unos días a un mecánico que me hiciera unos zapatos".
- "!Nooooooooo¡",
corrigen los niños. Y recomiendan al zapatero.
- "Yo
tenía una vaca que me daba unos huevos bien grandes", sigue
Beatriz. "Yo tenía un borrego que
volaba".
Esta última, sencilla y entretenida, es una
actividad diferente. Los niños no siguen simplemente instrucciones. Más bien,
aprenden que las instrucciones pueden ser equivocadas, aprenden a pensar antes
de actuar, a darse cuenta de que ellos saben muchas cosas, a saber que los
adultos pueden no siempre tener la razón.
Y, con el "canto" de “Un conejito muy
picarón” termina la sabatina. Se anuncia que los niños deben salir afuera un
momento para arreglar el escenario y proceder a la ceremonia formal de graduación.
La ceremonia de graduación
Llega la hora de la ceremonia de graduación de los
niños que terminan el jardín de infantes. La animadora, una de las
madres-maestras, empieza dando lectura al programa.
Primero:
Entrada de los niños. Entran los niños,
haciendo un tren. Se acomodan en las mismas sillas, esta vez sin mesas delante
y en semicírculo, dando la cara al público.
Segundo:
Himno Nacional del EcuadorUn, dos, tres. Los niños
"cantan" el himno, ensordeciendo a todos y a sí mismos. Los adultos
parecen disfrutar el griterío, como se disfruta todo lo que hacen los niños, todo
lo que hacen los propios hijos. Pero no puedo dejar de pensar en este hacer de
la confusión entre música y ruido, entre cantar y gritar, una rutina. Una buena
educación musical es algo que, sin duda, hace falta en todo jardín de infantes
y algo que debería ser parte de la formación de toda educadora parvularia.
Tercero:
Palabras de bienvenida de una madre-maestra.La última madre-maestra que trabajó con los niños da
una cordial bienvenida a los asistentes, agradeciendo su presencia.
Cuarto:
Palabras del Presidente de los Padres de Familia
- "Señores,
muy buenas tardes. Me hago presente aquí para dar agradecimiento a las señoras
profesoras y a la coordinadora. Agradezco infinitamente. Y eso es todo. Les
agradezco bastante", dice un padre joven.
Quinto:
Palabras de la Presidenta de San José de Morán. Lee un discurso sobre la importancia de la educación. Pide apoyo del Ministerio de Educación y UNICEF para el jardín, para
construir un local propio. Pide a los padres unión
y termina felicitando a los niños, deseándoles que sean buenos alumnos en la
escuela.
Sexto:
Ronda de los niños.Divididos los
"varoncitos aquí" y las "mujercitas acá", los niños gritan
una ronda que habla del coqueteo entre una gata y un gato.
Séptimo:
Palabras de la Reina de la comunidad.Imposible oír lo que
dice la muchacha. Cosme ha pegado a Armando y éste ha empezado a llorar
desconsoladamente.
Octavo:
Palabras de la señora Rosa en representación de las madres-maestras de San José
del Condado.Dos madres-maestras de
otro jardín de infantes y de otro sector han sido
invitadas por las madres-maestras de este sector a la ceremonia de graduación.
- "Los
choferes nos ven con niños y no nos traen. Necesitamos que nos apoyen para el
transporte [...] Por no tener local se nos ha hecho muy duro el trabajo [...]
Ha habido veces que nos ha tocado trabajar en la intemperie, en el agua, en el
frío [...] Muchos niños se han retirado por estos problemas, la mitad [...] En
el resto del país sabemos que también hay madres-maestras y quisiéramos que
nos llevaran a conocer cómo es allá, cómo trabajan ellas, o sea una pasantía".
Ahora habla Fabiola, la otra madre-maestra invitada.
- "Nosotras
hemos aprendido junto con los niños. Al principio éramos tímidas, al igual que
ellos [...] No tenemos dónde trabajar. En nuestras casas somos pobres y no
tenemos facilidades. Los dueños de casa se molestan. Los padres de familia les
retiran".
Noveno:
Entrega de diplomas a los niños. Son 14 niños los que se
gradúan. Se aclara que la madre-maestra respectiva va a entregar a cada niño el
diploma, mientras el padre o la madre le pondrán la capa y la museta. Capa y
museta son de satín brillante, en colores rojo y azul. Entra de inmediato un
fotógrafo en escena.
NELLY LUCIA SIMBAÑA
- "Nelly
Simbaña que nunca se baña", se le oye decir a Cosme, rápidamente
reprimido por su madre-maestra.
Pasa la madre, le pone la capa y la museta. Se toman
la foto: las dos mujeres a los costados y la niña en el medio, sosteniendo el
diploma de cara a la cámara. Las tres sonrientes.
MAYRA ELIZABETH CONDOR
- "¿Cómo
se pone esto?", pregunta nerviosa la mamá, que no atina con el broche
de la capa.
MARCIA CRISTINA SIMBAÑA
El fotógrafo pregunta a cada madre si quiere la
foto, pero se apresta a tomarla antes de preguntar. Sabe que ninguna dirá que
no. Es parte del negocio. Esta es una ceremonia muy importante y, por tanto,
una foto muy importante, para cada una de ellas.
Los aplausos no se dan en el momento de entrega del
diploma sino después de la foto.
JENNY ROCIO RIVERA
Ninguna mamá felicita, abraza o besa al hijo o hija.
Eso sí, les arreglan el pelo, les acicalan la ropa antes de la foto. Después de
la foto, agarran el diploma para tenerlo ellas a buen recaudo.
MILTON FERNANDO CARRERA
Primer papá que pasa adelante. Antes de acercarse al
hijo, saluda y da la mano a cada una de las madres-maestras.
WILMER JAVIER FLORES
La mamá entra en apuros para cerrarle la bragueta,
pide al fotógrafo que espere para la foto.
WILLIAM NARVAEZ MENDEZ
El niño empieza a ponerse en pose y sonreír para la
foto desde el momento mismo en que le nombran, mientras la maestra le entrega
el diploma y la mamá le pone la capa. Imagino la sonrisa congelada que quedará
para siempre recordando esta ceremonia en la foto.
BYRON DARIO JUMBO JUMBO
Pasan papá y mamá. El papá, Presidente de los Padres
de Familia, se coloca de inmediato junto al hijo para la foto. La mamá, entre
tanto, le acomoda la camisa y le limpia la nariz. Luego, vuelve a su asiento.
Habiendo un solo lugar en la foto para padres de familia, el papá asume que el
lugar es naturalmente suyo.
COSME ROMAN ENRIQUEZ JATIVA
- "Este
es un diablo", me ratifica la madre-maestra a mi lado.
Pasa la mamá, una mujer joven, de apariencia moderna
y juvenil. Me dicen que es obrera en una fábrica. Después de la foto, se queda
junto con el hijo, sentada en su silla, conversando con él. No vuelve a su
asiento de madre de familia.
DIEGO LIZANDRO MINDA
Mientras están en la foto de Diego, la mamá de Mayra
se acerca adelante a reclamar: en el diploma dice Mayra Elizabeth y es Mayra
Marisol. Beatriz le dice que ya lo van a arreglar.
CRISTIAN CONCHA GONZALEZ
- "Cristian
Concha, melcocha", dice en voz alta Cosme. Y vuelve a ser reprimido.
WILLIAM CAZAR CADENA
JANETH CALDERON ORTIZ
MARCELA TATIANA PALLO
- "Un
aplauso para nuestros graduados", pide finalmente Beatriz, la
coordinadora.
Ahora, empieza la entrega de diplomas a los niños
más pequeños, los que se quedan todavía en el jardín.
Décimo:
Entrega de presentes a las madres-maestras por los padres de familia.Una madre de familia entrega a las tres
madres-maestras y a Beatriz, la coordinadora, unos pequeños regalitos, con unas
palabras de agradecimiento "por lo que se han esforzado para que nuestros
niños se eduquen". Ya no es solo ruido lo que cunde en el salón sino franco
desorden y desbandada.
Décimoprimero:
Recitación "Vacación" por parte de los niños
Vaca vaca vaca
vaca vacación
terminaron las tareas
tengo lista la cometa
la pelota y el avión
mañana ya no vengo
adiós, adiós, adiós.
Décimosegundo:
Brindis.Una copa de Champagne Gran Duval, canguil (palomitas, pochoclo) y un
pan con queso se ofrecen a todos los adultos presentes. Luego viene la tertulia
informal.
Niños y padres empiezan a irse. El salón va
vaciándose. Cada familia recoge su caja de cartón con los
trabajos manuales hechos por el hijo o hija durante el año, así como la
respectiva mesa y silla, que van cargando a cuestas mientras trepan a paso
lento por la cuesta de tierra que da al parque principal del pueblo.
* Incluido en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación
latinoamericana: Cuaderno de viajes, Paidós, Buenos Aires-Barcelona-México,
2000.
Ficha Artística Director/Productor: Julián Coraggio Guión ; Julián Coraggio Actores: Francisco Castillo, Diego Luna, Laura Oviedo, Lenin Mendoza, Nicolas Yacelga, Juan José Franco, Flora Resl, Roberto Noboa, Daniel Sevilla. Músico: Félix Albán
Mi experiencia con el Teatro a Ciegas
El 20 febrero de 2015 se estrenó en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), en Quito, "El Corazón Delator", obra de teatro a ciegas, adaptada del texto de Edgar Allan Poe y montada por el Colectivo Confundamiento (Confusión con Fundamento). Un grupo de jóvenes provenientes de distintas artes - cine, video, fotografía, teatro, música, danza, acrobacia -que las combinan buscando experimentar y ofrecer cosas nuevas, creativas, no convencionales y hasta osadas para nuestro medio.
En este caso, una obra de teatro que transcurre a oscuras, invitando a «ver« a través de la imaginación y de los sentidos, a despertar y aguzar el oído, el olfato, el tacto, dejando de lado el sentido dominante de la vista. Un viaje novedoso, fascinante, para quienes se acercan a la obra y se abandonan a la experiencia. Una obra meritoria, hecha sin dinero, a pulso, en un país que valora poco el arte y asume que los artistas viven del aire y que lo suyo no es trabajo.
¿Tendrían los quiteños interés en asistir a una obra de teatro a ciegas, desconocido como tal en el país? El estreno tuvo lleno total en las dos primeras funciones, en el CAC. Dada la afluencia de público, el colectivo decidió extender las presentaciones dos semanas más allá de las cuatro previstas, con el apoyo del CAC, que prestó gratuitamente un espacio.
Una segunda temporada se abrió a continuación en el Centro Cultural Itchimbía, la cual duró tres semanas (10-25 abril), también con lleno total. La obra ha seguido presentándose, cada tanto, en otros espacios culturales de Quito, con distintas ambientaciones. La respuesta del público ha sido increíble. Muchas personas, como yo, han visto la obra más de una vez.
¡Hoy fue primer ensayo abierto! ¡Muy buenos comentarios y aportaciones! Muchas gracias a tod@s!!!! (16 febrero). "¡Qué
buen estreno! ¡Las dos funciones de hoy estuvieron a reventar!!!
Gracias a todas las personas que se atrevieron a venir a vivir esta
experiencia y "vernos"... Les esperamos mañana a las 5pm para la primera
función y a las 6:30pm para la segunda! Por favor lleguen con 15 min
de anticipación para cada función! GRACIAS!!!" (20 febrero). "Seguimos agregando elementos nuevos a la obra y seguimos creciendo con
buenos comentarios! Ayer tuvimos 6 no videntes que también vivieron la
experiencia! Recuerden que los no videntes entran gratis. Además, ya
hemos tenido personas que se repitieron la obra una o dos veces!
Excelente, porque esa es la idea de esta obra, que la experimenten
desde distintas perspectivas. Así que, para fomentar más esta dinámica,
hemos decidido que los domingos, el que quiera repetir la obra y trae
una persona más, paga mitad de precio! Eso sí, por favor avisen para
poder sentarles en una ubicación distinta para que perciban la obra
desde otra perspectiva. Y ahora también tenemos ubicaciones especiales
para los más arriesgados, que quieran vivir la obra mas intensamente!" (1 marzo).
Director y actores festejando el cumpleaños de uno de ellos. Foto: Confundamiento
En el marco del Verano de las Artes Quito 2015 organizado por el Municipio de Quito, "El Corazón Delator" fue uno de los espectáculos seleccionados para los espacios escénicos independientes. El 19 de agosto en la Casa de
la Cultura Ecuatoriana estaba prevista una función, pero dada la
cantidad de gente que llegó y el tamaño de la sala (con capacidad para
menos de 100 personas), el colectivo decidió hacer dos funciones. La
gente se quedó esperando para entrar a la segunda función. Excelentes comentarios. (Función Especial para Festival VAQ 2015).
La difusión se hizo básicamente a través de Facebook, el boca a boca y recorridos por medios tratando de interesarles y conseguir entrevistas. Los miembros del colectivo empezaron a ser entrevistados y la obra reseñada. La mejor promoción: los comentarios que dejaba y sigue dejando la gente (escritos y mini-entrevistas en video). Ver este reportaje de Ecuavisa en televisión.
Los primeros ensayos con público Fui invitada en 2015 al primer ensayo abierto, con público y con foro al final de la función. Me encantó la experiencia y los comentarios de la gente al final de la función. Cada persona aportó visiones y sensaciones distintas, como si cada uno de nosotros hubiese participado en una obra personal, a medida. Esto - el poder de la imaginación, estimulado por la ausencia de visión - es destacado, con sorpresa y fascinación, por las personas que dejan sus testimonios por escrito o en video.
La vivencia no es solo personal sino única, irrepetible. La segunda vez - ya habituada a la oscuridad, conociendo el escenario y la trama de la obra, y habiendo satisfecho intrigas básicas sobre cómo hacen los actores para moverse a oscuras con soltura - experimenté cosas muy diferentes a la primera vez. Y así con cada nueva experiencia.
He visto cada obra varias veces, en las distintas localidades en que las han montado en Quito y también en una presentación en Bogotá. En cada nueva función me ha maravillado ver cómo, en el contacto con el público y en la experiencia acumulada, y atendiendo a las características de cada espacio, el colectivo avanza e introduce cambios: modificaciones al guión, nueva decoración, otros recursos sensoriales (olores, sonidos, luces, etc.), manejo de la improvisación, del humor y de la interacción con los espectadores, así como diversificación de las localidades: general, colgante, inmersa, extrema. La silla colgante agrega movimiento a las sensaciones. En la silla inmersa la experiencia es total, pues involucra el tacto, el contacto directo con los actores, sus voces y sonidos. La extrema ofrece más de todo; es, definitivamente, para valientes. Oscurecer totalmente el espacio fue una tarea central y engorrosa. Mucho tiempo y trabajo dedicados a tapar ventanas, puertas y recovecos con telas negras, para evitar cualquier resquicio de luz. El continuo cambio de localidades, y la falta de tiempo y condiciones para ensayar en cada una de ellas, mostró la necesidad de repensar la estrategia de oscurecimiento del espacio. Confeccionaron antifaces y los repartieron a los espectadores antes de entrar a la sala, con el pedido de mantenerlos puestos hasta el final de la función. Por otro lado, decidieron renunciar al oscurecimiento total y permitir que algo de luz entrara en el lugar. Esto facilitó enormemente el trabajo del equipo e introdujo nuevos elementos a la obra. Al liberar los antifaces, al final, el golpe es espectacular: descubrir y ver el lugar, el escenario real en el que ha transcurrido la obra, deja a todos perplejos.
Esta entrevista de Israel Brito a Julián Coraggio y Laura Oviedo, en La Vitamina, en Quito, explica algunos de los aprendizajes, dificultades y cambios introducidos en la obra en los primeros años.
Nuevas obras y formatos
En 2016 Confundamiento estrenó una nueva obra en formato de teatro a ciegas, El Secreto Libre, guión ambientado en la dictadura militar argentina. La historia de Martha y Roberto (ver video), adaptación del guión original de Charlie Gerbaldo.
El Secreto Libre - Revista Vistazo
2016 fue también el año en que el grupo hizo una gira internacional, invitado a festivales de teatro en Buenos Aires y en Bogotá (Entepola).
Confundamiento y Dharma Aqua al término de una función
En 2017 introdujeron un nuevo formato, Conciertos Sentidos, incursionando en la música y creando un espectacular viaje sensorial, El Viaje Inicial, junto con el grupo Dharma Aqua (ver vimeo).
Más adelante, jóvenes músicos indígenas participaron en Puruwá con música e instrumentos autóctonos. Escuchar a músicos tocar en vivo, alrededor de uno y con los ojos vendados es una experiencia única, inolvidable, que nadie debería perderse.
Poco a poco, Confundamiento ha venido abriéndose camino, haciéndose conocido, ganando concursos y auspicios, y llevando sus obras a varias ciudades del Ecuador. Ha organizado anualmente Festivales Sensoriales Interactivos. Participó en el Festival Internacional de Artes Vivas de Loja, organizado por el Ministerio de Cultura, con Puruwá en 2028 y con El Despertar Andino en 2022. La irrupción de la pandemia del COVID-19 y el confinamiento llevaron en 2020-2021 al colectivo a incursionar también en el mundo virtual. Hasta 2022 era ya muy amplio y diverso el listado de presentaciones, con magníficos comentarios para todas ellas.
El Despertar Andino Festival Internacional de Artes Vivas de Loja 2022
ENTREVISTAS
En 2015 les propuse entrevistarles. Abajo entrevistas a
Julián Coraggio, Juan José Franco, Flora Resl, Nicolás
Jesús, Daniel Sevilla y Beto Noboa. Algunos actores han dejado la obra, otros nuevos han venido incorporándose. Todos han debidoaprender a actuar a oscuras, un aprendizaje nuevo en su vida profesional.
Julián Coraggio
1 ¿Qué te inspiró a hacer teatro a ciegas?
La última vez que estuve en Buenos Aires me enteré que había un Teatro
Ciego. Me pareció una idea
interesante. Quise vivir esa experiencia justamente porque venía de la
experiencia de hacer SENSASORIAL, donde incluimos una caminata de 15
minutos, encapuchados, guiándonos a través de texturas, olores y
sonidos. Estaba descubriendo el mundo de las sensaciones. Cuando fui a ver una obra del Teatro Ciego me pareció increíble el
recurso de la oscuridad y el sonido. Ahí mismo decidí que
quería hacer mi propia obra para explotar la
oscuridad,agregarle mi punto de vista y ponerlo a prueba aquí con Confundamiento, este espacio que estoy tratando de sembrar.
2. Vienes del cine, del video, del mundo audiovisual. ¿Qué te llevó a incursionar en el teatro?
Algunas obras magníficas de Broadway, como Cats, me llamaron la atención. Y también algunas mucho más simples, como La Rata Presumida, de Marliz Romero, que me hizo reír incluso después de haberla visto varias veces...
Estudié cine primero en Buenos Aires y luego en Barcelona. He trabajado
en obras pequeñas y medianas en España, Argentina y Ecuador, como
iluminador y sonidista. Estudié un poco de teatro cuando era
adolescente. Soy de buscar ritmo, de encontrar detalles, lo cual me
parecía que era más difícil en el teatro, porque uno está alejado del
escenario y por ende de la historia. Es como ver todo con un gran
angular. Siempre que veo una obra de teatro me dan ganas de meter
mano y «corregir» ciertas cosas a la obra ya montada. Siempre he tenido
ese bichito de hacer teatro para experimentar la sensación de lo «en
vivo», pero no me atrevía, hasta que encontré el Teatro a Ciegas, que
permite expresarse con infinidad de detalles sutiles y romper con el
escenario versus el público. ¡Aquí podemos tener al público en medio
del escenario, flotando en el aire, sentado en el suelo o en una silla
alzada!
3. ¿Por qué elegiste una obra de Edgar Allan Poe?
Cuando pensé en hacer teatro a ciegas, la parte más difícil fue la
historia. Qué puedo contar que se justifique hacerlo a oscuras.
Escribir la historia me bloqueó durante varios meses. De pronto, ví un
libro que tenía desde adolescente, uno de mis favoritos, de Edgar
Allan Poe. Siempre me encantó su forma de escribir y de crear terror,
no a través de un monstruo sino del terror psicológico; las personas
aterrorizándonos entre nosotros. El Corazón Delator es un clásico del
terror. Me pareció una historia adecuada para lo que quería hacer.
Preparé y presenté un proyecto de adaptar seis obras literarias de Poe
al teatro a ciegas, pero lamentablemente la idea todavía no tuvo
acogida.
4. ¿Por qué en el CAC (Centro de Arte Contemporáneo)?
El CAC ha sido hasta ahora el único espacio que me ha acogido como
artista «colado». Colado porque no soy parte de las muestras oficiales
del CAC, pero siempre me ayudan y me prestan un espacio para realizar
estos proyectos «novedosos». Gracias a ellos hemos podido realizar
hasta ahora dos proyectos del Colectivo Confundamiento. El problema es
que nos toca adaptarnos a las condiciones de «favor». Muchas veces no
tenemos los recursos necesarios. O bien otras obras que están en el CAC
interfieren con nuestros proyectos, con el horario de las funciones,
etc.
5. ¿Cuánto tiempo tomó crear y poner en escena la obra?
Casi dos meses y medio. Ser un colectivo en crecimiento y sin auspicios
obliga a adaptarse a la disponibilidad de la gente, que son pocas
horas a la semana. Esto fue lo que más complicó la producción. Empecé a
ensayar con el actor principal, Juan José Franco, y luego se fueron
involucrando los otros actores y artistas. Durante un mes hicimos
ejercicios de oscuridad y percepción. Las últimas dos semanas nos
dedicamos a montar la obra ya con la escenografía.
6. ¿Cuántas personas han participado?
En total, doce personas hemos aportado y ayudado a construir la obra.
Algunos esporádicamente, otros solo al principio, otros se han ido
agregando después del estreno. En la obra en sí somos cinco personas
activas. No todos somos profesionales del teatro, empezando por mí; yo
nunca he hecho teatro. Uno de los actores se estrenó como actor en esta
obra y hemos descubierto que tiene cancha como tal. Para todos
nosotros ésta fue una experiencia nueva, trabajar a oscuras, a ciegas.
7. ¿Cómo elegiste a los actores?
A Juan José le conocí desde SENSASORIAL. Y pues uno siempre comenta que
quiere hacer proyectos, y que sí, que llámame y tal... Cuando llegué
de Buenos Aires con la idea del teatro a ciegas, les comenté a Daniel y a
Héctor, también al JuanJo y le encantó. Pero no pasó nada hasta seis
meses más tarde cuando se me ocurrió hacer una adaptación de El Corazón
Delator. Básicamente, el casting fue en mi carro. Nos
escapamos de una fiesta por un momento, le hice leer el cuento y lo
grabamos. Su voz era lo bastante imponente como para escucharla en
oscuridad absoluta. Estaba decidido por él.
El resto del elenco fue cayendo como por arte de magia y sus roles
fueron adaptados a la historia. Por ejemplo Nicolás vino a hacer el casting
para el rol del coronel y terminé poniéndolo en el rol del cabo. Al
final, los roles quedaron perfectos para cada uno. Cada vez que estoy
en mi mesita esperando a poner play a algún sonido en mitad de
una función, me quedo escuchando y se me ponen los pelos de punta
cuando escucho las voces de estos grandes actores, que interpretan esta
historia una y otra vez con la misma pasión y entrega.
8. Cuando se prenden las luces, uno se sorprende con el escenario. Cuéntanos cómo se armó ...
Esa parte es bastante interesante. Había pensado que sería más barato
que una obra normal porque no se ve nada, pero resultó que no o al
menos no tan barato como esperaba. Tuve que hacer casting de
escenografía. Mi idea es que todo ahí suene real. Evito sonidos
amplificados o electrónicos, trato de que todo sea analógico para que
suene y se sienta real. Si uno escucha los sonidos amplificados, se da
inmediatamente cuenta de donde provienen y que son amplificados.
Además, como no teníamos plata, tocó reciclar lo más posible la
escenografía. En ese sentido sí nos ayudó mucho que la obra sea a
oscuras; si uno pudiera ver la escenografía se moriría de risa y no se
creería la historia. Jajaja.
Al principio tuvimos un director de arte. Es un restaurador, artista
plástico, pintor y demás, con quien vengo trabajando en otros proyectos
audiovisuales. Con él empezamos a juntar las partes reciclando de las
bodegas del CAC, para construir los muebles de la escenografía. Fuimos
probando varias opciones. Lamentablemente, como no teníamos un centavo,
tuvo que abandonar el proyecto para dedicarse a su trabajo que le daba
de comer en ese momento.
Fui armando la escenografía de acuerdo al espacio disponible en la
sala. Tratando de imaginarme en la posición del público, cómo sentirían
la disposición de la escenografía según las acciones del personaje y
la historia. Fui haciendo pruebas. Días antes del primer ensayo abierto
decidí cambiar todo de lugar. Los volví un poco locos a los actores,
pero el cambio respondió a un criterio lógico así que no les fue tan
difícil asimilarlo. Básicamente, construí una casa «normal», pero sin
paredes.
9. ¿Han tenido financiamiento?
Hasta ahora los proyectos que hemos realizado como Confundamiento los
he financiado yo, con lo que puedo ganar haciendo videos. Intenté
primero con SENSASORIAL. Pedí auspicio a ministerios y municipios. Me
pasé llenando formularios de convocatorias y tratando de hacer
redacciones pensando en la mente burocrática, pero no lo logré. Al fin y
al cabo soy artista, no vendedor ni comerciante, y mucho menos
burócrata. Así que decidí que no conseguir financiamiento no podía
impedirme hacer estos proyectos y mostrar a la gente otro tipo de arte.
SENSASORIAL fue una inversión. Muchos dirían que fue pérdida, pues no
cobramos entrada.
Yo creo firmemente que toda persona debe poder acceder al arte, a las
diferentes expresiones artísticas, sin tener que pagar. Por eso tanta
gente se limita a recibir «estímulos artísticos» solo a través de la
TV. Por eso, para mí, SENSASORIAL no fue una pérdida; fue una de las
mayores ganancias que he tenido en la vida. Gané con cada comentario que
hacían las personas al salir, con cada persona del barrio del CAC que
me decía gracias por hacer algo así y gratis. No gané un centavo, pero
gané mucho más de lo que esperaba.
Ahora, con El Corazón Delator, sentí que si no financiaba de alguna
forma a los participantes del colectivo, no lograríamos sacar la obra
adelante o al menos no tan rápido. Así que decidí que debía haber un
incentivo económico. Lo ideal sería que nos financiara alguna entidad
pública, así las funciones podrían ser sin costo para el público. Pero
como todavía no logramos eso, nos toca cobrar entradas para financiar
mínimamente el tiempo y recursos que implica montar la obra. Sabemos que
no vamos a ganar económicamente «lo que se debería» por lo que
hacemos, pero al menos ayuda a que los participantes se sientan más
valorados en su trabajo. Aunque siempre me queda el bichito de tratar de
hacer casos especiales para que algunos puedan entrar gratis. En este
caso, los no videntes no pagan entrada. La idea es que Confundamiento
siempre tenga un día de una o dos funciones sin costo para la gente que
no pudo venir por falta de recursos económicos.
10. ¿Cómo te preparaste para tu papel de dirección?
Creo que la principal preparación como director en cualquier proyecto
artístico en que me embarco, es haber vivido. La experiencia de vida
que me ha tocado o que he ido eligiendo es lo que hace que pueda
sentir y expresarme artísticamente.
Yo, que nunca había hecho teatro pero que había estudiado cine
académicamente, decidí que este nuevo camino artístico debía ser
empírico. Amigos y amigas del mundo del teatro quisieron ayudarme, me
dieron consejos. Pero traté (un poco antipáticamente, quizás) de
rechazar sus aportes y ayudas. Quería equivocarme y descubrir por mí
mismo este nuevo mundo. El cine ya trataron de «enseñarme» cómo
hacerlo. Esta vez quise re-descubrir un arte ancestral y a la vez nuevo
para muchos (porque es a ciegas) y acercarme a él desde una
perspectiva personal.
Me estrellé con muchos factores, sorpresas y complicaciones que no me
esperaba, pero a la final creo que terminé entendiendo y logrando el
objetivo: llegar a los espectadores. Lo que más me ha costado, y me
sigue costando, es venir del cine, donde puedes cortar, editar,
repetir. Aquí puedes «corregir» antes de empezar la obra, pero los
actores tienen el control absoluto de lo que hacen y dejan de hacer en
la función. Algunas veces me como los dedos cuando no pasan cosas que
quisiera que pasaran. Pero he ido aprendiendo a relajarme y a
disfrutar la propuesta de los actores. Si algo realmente me estorba, lo
remarco para la próxima función.
Portada de la revista Familia
11. ¿Qué has aprendido, qué te ha sorprendido, qué valoras como positivo de haberte embarcado en esta obra?
Empecé con curiosidad de qué se puede hacer con estas pautas de no ver y
de explotar más los otros sentidos. Luego crece la ambición de
transportar a la gente a través de su propia mente, de estimular su
imaginación de modo tal que ni siquiera se perciba la injerencia.
Finalmente, dejé que todo fluyera.
Había hecho un plan de ensayos donde tenía todo un esquema planteado
para el progreso desde 0 hasta el estreno. Consistía en 19 ensayos.
Creo que logré cumplir al 100% los 4 primeros. Jajaja.
Luego fue cuestión de dar libertad a los actores para que ensayaran un
poco al viejo estilo de ensayar la obra directamente en el escenario.
Poco a poco, cada uno conoce a su personaje y solo hace falta guiarles
en la puesta en escena. Esa parte fue superinteresante porque me tocaba
imaginar cómo reaccionaría el público. ¿Será que se ríen o será que no?
¿Será que perciben esto? ¿Será que huelen esto? ¿Será que sienten
esto? Cuando estábamos ensayando la obra de corrido, yo me ubicaba en
un lugar distinto de la habitación para percibir desde todos los
ángulos y así poder dirigir la puesta en escena hacia todos los
sectores de la sala. Algo así como editar sonido surround. Muy interesante.
En cuanto a la investigación que vengo realizando para estos proyectos,
lo más fascinante que he aprendido es sobre la percepción. Cómo anular
un sentido resalta los otros. En lo personal, el haber trabajado así
durante varios meses hizo que en mi vida cotidiana también utilice mucho
más los otros sentidos. Además, dirigir escenas teatrales, sin cortes,
sin cámaras, sin equipo técnico, sin nada más que escenografía y
actores, obliga a buscar más formas de transmitir el mensaje de la
historia; eso me enriqueció mucho a la hora de narrar historias
visuales.
Lo que más me sorprendió es cómo los actores se adaptaron tan
rápidamente a la oscuridad. En dos días, Juan José subía y bajaba las
gradas del CAC como Rocky Balboa pero totalmente a oscuras, con una
venda sobre los ojos. Se encontraba en el espacio y los objetos sin
necesidad de «escanear» con los brazos. Realmente sorprendente.
Lo más positivo de esta experiencia es que la gente crea en el
proyecto, se arriesgue y se ponga en nuestras manos. Que se permita
romper esquemas y dejarse llevar a lugares desconocidos. Es la segunda
vez que me pasa en este rumbo que es Confundamiento. Cuando hicimos
SENSASORIAL también me encantó ver la reacción de la gente.
Estos proyectos no están pensados para vender un producto, una idea o
una moraleja. Son proyectos más humanos, más personales. Queremos que
las personas descubran nuevas cosas, nuevas sensaciones, nuevas
perspectivas. Algo que no es muy común en nuestra sociedad globalizada
que hace del placer un placebo. En SENSASORIAL a la gente le poníamos
capuchas y le hacíamos caminar con una cuerda por los pasillos del CAC.
La gente me decía: “qué increíble sentir lo que debe sentir un
secuestrado”. Y también nos agradecía por las cosas hermosas que son
parte del show.
Tanto en SENSASORIAL como en El Corazón Delator, las personas se nos
acercan a agradecer por la experiencia vivida. Me preguntan que por qué
no hemos hecho más y para cuándo la próxima. Algunas personas me dicen:
“te mereces el éxito”, por “el esfuerzo que le has metido”. Y yo más
bien, pienso: esto no se trata de éxito, mi objetivo no es ser famoso
por hacer estas cosas. Son cosas que me salen de la mente, producto de
esta sociedad en que me toca vivir y convivir. Siento que lo que la
gente está diciéndome es: queremos más de esto, igual que tú estamos
ansiosos de ver algo distinto, realmente distinto y arriesgado. No
masticado ni fácil ni repetido. Y eso, para mí, es un milagro. Que la
gente busque escapar de la publicidad, de tanta propaganda, de tanta
ley, corrupción, represión, de cada vez menos contacto humano y cada vez
más realidad virtual. Es bueno saber que todavía queda mucha gente que
quiere volver a sentir por sí misma, a través de sus sentidos y no del
bombardeo mediático.
12. Una anécdota curiosa...
Una cosa que nos dimos cuenta en el proceso de investigación y
adaptación a la oscuridad fue lo difícil que es caminar en línea recta.
Es prácticamente imposible, sin referencia visual. De ahí otra
anécdota: lo que más no ha costado es aforar al 100% el lugar. Un
mínimo punto de luz hace que toda la obra se arruine.
13. Una anécdota dramática...
Por suerte no dramáticas pero sí un chance peligrosas. Hemos tenido
accidentes (ninguno grave) durante los ensayos: golpes, magulladuras,
caídas. Pero todos nos involucramos tanto en el proyecto que nada de
esto nos detuvo.
Cuando empezamos los ejercicios de adaptación a la oscuridad con el
Juanjo, estábamos corriendo en la terraza y yo le iba guiando mientras
el corría a ciegas. Y como yo iba de espaldas le iba guiando diciéndole
izquierda, derecha, etc…pero me confundía por mi posición opuesta a
él. En un momento le guié mal y casi se cae por el borde de la terraza.
¡Le agarré con las justas!
Justo el día del estreno me trepé a una escalera fuera de la sala, para
tapar con un plástico las ventanas que dejaban entrar un poco de luz.
Por el apuro no había asegurado bien la escalera y me caí como 7-8
metros. Por suerte aterricé de pie. Habría sido un estreno trágico,
pero no…no podía ser así. Todo estuvo increíble y ¡el estreno fue
magnífico!
14. Una anécdota jocosa...
Un ensayo con los actores, antes de definir bien el guión. Estaba
haciendo pruebas de personajes todavía. Les pedí que improvisaran sus
personajes teniendo como base la historia. Fue muy divertido, porque
estaban vendados, en un espacio con el que todavía no se familiarizaban
del todo, y empezaron a chocarse tanto entre ellos que la improvisación
fue un caos pero muy divertida y enriquecedora.
15. ¿Cómo funcionaron los ensayos abiertos, con público?
Un poco lo que me esperaba. Ver una obra en construcción hace que uno
pueda percibir errores obvios. En general, reafirmar que lo
que se buscaba funcionó, es muy reconfortante. Por ejemplo, los
diferentes puntos de vista; algunos disfrutaron de unas cosas, a otros
les molestó, algunos sintieron algunas cosas y otros, otras. Este tipo
de arte permite gran diversidad de percepciones y reacciones. Los
mismos hechos, los mismos estímulos son percibidos de forma distinta.
Ningún espectador percibe lo mismo que otro.
Los ensayos abiertos fueron útiles sobre todo para que los actores
sintieran la diferencia de hacer la obra con público. En uno de esos
ensayos vino una chica que apenas entró a la sala oscura, volvió a
salir. Fui a buscarla para ver qué le había pasado. Justamente, estos
ensayos abiertos debían permitirnos ver los límites de la gente y saber
qué hacer. La chica me dijo que era actriz, amiga de todos los actores
en la obra, y le parecía raro lo que le había pasado, pues no tenía
miedo a la oscuridad ni era claustrofóbica. Pero la oscuridad absoluta
le causó algo inexplicable. Finalmente le convencí de que entrara. Le
senté en un extremo de la sala, cerca de la puerta, para que se
sintiera segura. Cuando se acabó la función, me dijo que se había
arrepentido y que le habría gustado vivir la obra mucho más
vivencialmente.
Entrevista con Radio UDLA
Más adelante, cuando fuimos agregando ubicaciones innovadoras en la sala, fuimos preguntando a la gente y descubrimos que las sillas flotantes y las sillas inmersas realzan las posibilidades de un teatro a ciegas. La gente nos agradecía por la experiencia.
15. ¿Creíste que la obra podía interesar al público ecuatoriano?
Antes de empezar las funciones no tenía la certeza de que iba a tener
el éxito que terminó teniendo. Sí sabía que las personas, una vez en
la sala, vivirían tal experiencia que no se arrepentirían. Tenía la
certeza de que cualquier persona, por más insensible que sea, saldría
sintiendo muchas cosas. Pero también tenía miedo de que el público
ecuatoriano, acostumbrado a cierto tipo de shows, de arte, de eventos,
no quisiera arriesgarse a algo tan «raro» como un teatro a ciegas.
Finalmente, la reacción de la gente fue totalmente inesperada.
Muchos me preguntan por qué no hacemos más, por qué no hemos hecho
antes, cuándo es la próxima obra. Eso reafirmó mi convicción de que la
gente está harta de lo que hay. Porque el arte es expresión de lo que
vivimos como sociedad, se vende a las grandes empresas, al comercio, a
la publicidad, a la propaganda, a la fama, al éxito por ratings, likes, followers, views,
etc. De alguna forma, siento que la misión principal de Confundamiento
es cambiar eso, volver al hacer por el placer de hacer, sin intereses
materiales, inmediatos o sociales. Es posible dejar fluir el espíritu
artístico y entregarse al público, entregarle ese don y esa misión que
tenemos como artistas de recuperar y sacar a la luz muchas de esas
cosas que hemos perdido como humanidad.
17. ¿Qué le dices a la gente para que se acerque a ver la obra?
Esta no es una obra que hay que «ver» porque está de moda o porque
tiene éxito. Es una obra humana para seres humanos. Para la gente que
quiere experimentar algo nuevo y quizás no tan nuevo sino olvidado en
su ser. Se la recomiendo a la gente que quiere despertar sus sentidos,
que quiere vivir una experiencia realmente nueva, que le gusta los
cuentos de terror, sobre todo los cuentos de Poe. A la gente que tiene
dudas, arriésguense, ¡no se arrepentirán!
18. ¿Cuándo y cómo surgió el Colectivo Confundamiento?
Yo venía de trabajar en una productora de TV y publicidad. Fue la
primera vez que me tocó aceptar un trabajo fijo, ya que estaba en
quiebra. Después de 5 meses estaba aburrido y harto de trabajar en la
misma oficina, el mismo horario, los mismos videos. Por suerte pude
ahorrar algo de plata y renuncié.
Primero vino Uli Kudrass, una traductora alemana y cantautora. Nos
conocimos en el Café Mare de Tumbaco, me pidió si le podía grabar un
videoclip de una canción de su disco. Le dije, claro, ¡te grabo cuatro
por el precio de uno! Estaba desesperado por hacer algo artístico, no
comercial. Ahí conocí a Greta Salgado, su hija, recién graduada del
Colegio Alemán, también con ansias artísticas, todavía no obligada a
hacer cosas por dinero para mantenerse. Ella me inspiró muchísimo. Ella
venía haciendo danza contemporánea, yo vengo del mundo audiovisual.
Empezamos haciendo pruebas para sacar un proyecto que involucrara
nuestras ramas artísticas. Así surgió SENSASORIAL. Un proyecto ambicioso
que queríamos explorar. Nos pasamos llenando formularios y redactando
dossiers buscando auspicios gubernamentales para llevar la obra, de
manera gratuita, a cinco ciudades del Ecuador.
Dos meses de espera, “no hay plata”, ninguna respuesta formal. La única
respuesta que obtuvimos fue de una secretaria de algún piso del
Ministerio de Cultura. El sistema que han construido para pedir ayuda al
gobierno, para hacer cosas no en beneficio propio sino de la gente,
tiene una burocracia inentendible y finalmente le dicen a uno que no hay
plata. Sí hay plata para muchas otras cosas. En una “rendición de
cuentas” pueden gastar entre 30 y 50 mil dólares, para presentarse entre
ellos mismos algo que podrían mandar con un PDF o publicar en una
página web pública. Los banquetes y las medidas de seguridad también son
gastos que se supone benefician al pueblo. Pero el arte todavía no.
La rabia que me causó la burocracia hizo que me propusiera invertir yo
mismo en el proyecto. No tenía los 25 mil dólares para hacer realidad el
sueño que tenía, pero pude invertir 1.000 dólares y realizar una
versión reducida del proyecto durante 5 días en el CAC. Asistieron 350
personas sin pagar entrada, gente del barrio y de otras áreas de Quito,
solo por el boca a boca, pues en esa época todavía no teníamos ni
Facebook. La gente salió tan contenta y agradecida que decidí que éste
era el camino.
Confundamiento pasó a ser mi comodín para escapar de la realidad
cotidiana. Es un espacio para crear sin otro fin que el de expresar y
hacer sentir, tanto a los espectadores como a los artistas
participantes. Si viene la plata, el éxito, la fama, que vengan. Les
tengo preparada su bienvenida… por la puerta trasera. Jajaja. No es que
no sean útiles, pero quiero que este espacio no se corrompa. Yo mismo soy sensible a esas tentaciones. Vengo de una
familia reconocida por lo que hace. Siempre he sido el hijo de o el
hermano de. La fama siempre me ha rodeado a través de mi hermano y de
sus colegas músicos. Con el tiempo he ido sintiendo que la fama te aleja
de quien eres originalmente, de tus costumbres y de tu libertad como
ser humano, es una jaula de cristal. Prefiero evitar todo eso. Y seguir
mi camino anónimamente, que la gente se entere y diga: Confundamiento es
sinónimo de “seguramente es a lo bestia”, “no hay que pagar entrada”
(al menos cuando se pueda), “siempre hacen algo innovador y no
comercial”, y que exijan más de eso, nada más.
En este momento Confundamiento está organizado e impulsado por mí como
director del colectivo. Hasta ahora he realizado dos proyectos como
director: SENSASORIAL y El Corazón Delator. La idea a futuro es generar
un espacio para que más artistas, y más ramas artísticas, unan sus
fuerzas y creatividad y logremos hacer de esto un sueño hecho realidad.
En este momento contamos con músicos, actores, ingenieros, diseñadores
industriales, diseñadores gráficos, administradores contables,
productores, directores, videastas, cineastas, danzantes contemporáneos,
danzantes aéreos, y sigue creciendo la lista. Por el momento, estoy
buscando un ingeniero de sonido y un productor ejecutivo, dos roles
importantísimos en este colectivo que todavía no logro encontrar y me
toca ejercer a mí mismo.
Como estamos comenzando, todavía hay el conflicto de hacer los proyectos
cobrando entrada, lo cual no me gusta. Lamentablemente será
así hasta que alguien nos auspicie para poder realizarlo sin pagar
entrada. No es que no quiero vivir de lo que hago, como dicen mis
colegas artistas, que abren los ojos cada vez que digo que no deberíamos
cobrar entradas. Yo solo quiero expresar con arte. Pero no me parece
justo que la gente pague impuestos y además pague entradas para un
evento que debería ser público. Los impuestos deberían ser la entrada
para este tipo de eventos, financiados por las instituciones
gubernamentales con lo que recaudan de la misma gente. Para el pueblo lo
que es del pueblo, ¿no?
Daniel Sevilla Toledo
1. Eres percusionista
Aprendí percusión en Tambores y Otros Demonios un año. Luego fui parte del grupo seis años. He hecho proyectos
musicales y dado talleres de percusión. Ahora estudio en CEFORMA (Corporación Ecuatoriana de Formación Artística).
2. ¿Cómo te vinculaste al Colectivo?
Cosas del destino. Donde vivo casi no
pasan buses.Estiro el dedo y alguien me lleva. El Julián me llevó. Ahí nos conocimos e hicimos el
primer montaje, SENSASORIAL.Ahora se presentó el
Teatro a Ciegas, donde hago la parte musical. Esta es la primera
obra en que actúo y toco.
3. ¿Cuál es tu papel en la obra?
Principalmente la musicalización en vivo, haciendo efectos sonoros con
distintos instrumentos. Durante los ensayos se dio la oportunidad de
actuar un papel pequeñito.
4. ¿Cómo ha sido para tí la experiencia?
Totalmente enriquecedora en todos los aspectos. Aprendes a ser
creativo, a trabajar en grupo. Me he divertido mucho en los ensayos.
Descubres el potencial que puedes tener como persona y como artista.
5. ¿Qué desafíos implica trabajar a oscuras?
En mi caso básicamente la coordinación, porque tienes que frotar, raspar
y golpear varios instrumentos a la vez mientras caminas sin ver nada.
También, escuchar los textos de los actores es un trabajo de mucha
concentración.
6. ¿Te gustaría seguir vinculado al teatro?
¡De ley!! No sé si como actor, pero me gustaría mucho estar en otras obras de teatro o cine también.
7. ¿Alguna anécdota?
En realidad, muchas. Lo que me pareció interesante es saber que el lugar donde estamos haciendo la obra, el Centro de Arte Contemporáneo (CAC),
era un hospital. La gente cuenta que existen fantasmas. Es
interesantísimo estar en una obra de teatro de terror o suspenso
imaginando lo que pasó en este antiguo hospital. Te pone a temblar.
Nicolás Jesús
1. Cuéntanos sobre tu trayectoria y experiencia
Empecé a actuar a los 14 años. Transcurrido el tiempo decidí ingresar a
la universidad a la carrera de Ingeniería Civil, de la cual egresé. ¿Qué tiene que ver la actuación con la ingeniería?. Nada.
Pero cuando tienes obligaciones y responsabilidades te toca decidir y
sacrificar. Las dos profesiones son muy duras y complejas; son polos
opuestos, respetables cada una en su rama. Actualmente estoy en
camino de profesionalizarme. Mi formación actoral se ha dado con
profesores internacionales. Ahora estudio en la Escuela y Taller de
Formación Actoral Demiurgos Films & Teatro. He realizado televisión, radio, teatro y cine en roles desde extra hasta protagónico.
2. ¿Cómo llegaste al Colectivo?
Gracias a la propuesta de Juan José Franco, el protagonista, de
arriesgar con un personaje en un teatro a ciegas. Para mí, una
propuesta nueva. Le agradezco profundamente a él y al Colectivo por
esta experiencia.
3. ¿Cuál ha sido para tí el mayor reto al participar en una obra de teatro a ciegas?
Perder el sentido visual de perspectiva, distancia, profundidad con la
escenografía y los recursos utilizados en la misma para poder confiar
en la oscuridad.
4. ¿Qué es lo más importante que has aprendido en esta experiencia?
A considerar a la gente con inhabilidad visual, lo frustrante que esto
es al inicio. Aceptar vivir sin el sentido de la vista y que de ahí
nazca tu valentía para afrontar los límites que impone la sociedad.
5. Tú eres aquí el policía. ¿Has hecho de policía en otras obras?
En teatro es la primera vez que actúo de policía. Lo hice también en la película "Entre Sombras"
del director Xavier Bustamante, que se filmó en Guayaquil y que
coincidió con el proceso de montaje de "El corazón delator", aunque me
tocó matizar de diferente manera los personajes para que no se
parezcan entre sí. He ahí el trabajo del actor.
5. ¿Habías leído algo de Poe?
Realmente no. Yo tiendo a leer obras de ficción teatral de Fyodor
Dostoyevsky, Edward Albee, T. Williams, Eugene Ionesco, por mencionar
algunos. Para esta obra me puse a investigar y quedé absorto al
enterarme de que fueron los cimientos iniciales para trasladarlos al
cine (porque soy un cinéfilo) siendo Poe una influencia para
Hitchcock.
6. ¿Cómo habría que promover la obra?
La promoción en nuestra realidad es boca a boca. Están también las
redes sociales hoy en día. Solo se vale para gente que arriesga y quiere
sentirse dentro de una escena real. La obra es para todos aquellos que
gusten de la curiosidad y quieran salir de la rutina. Es algo nunca
realizado en Quito.
7. Todo esto se ha hecho sin un centavo. ¿Cómo sobreviviste estos meses?
(Risa) De los ahorros de la ingeniería civil y de trabajos actorales freelance.
8. Alguna anécdota de los ensayos...
Tuve que caminar con el director de Confundamiento, Julián Coraggio,
vendado por todo el Centro de Arte Contemporáneo con Flora Resl
(Teniente Guerrero) y Beto Noboa (Coronel Mantilla). Se les ocurrió
hacerme un entrenamiento policial físico extremo en el que incluso caí
en un agujero, pero me rescataron a tiempo.
9. ¿Qué te parecieron los comentarios de la gente en el primer ensayo abierto, cuando actuaron con público por primera vez?
Me sorprendió que ya teníamos la adaptación lista con el montaje,
escenografía, recursos, efectos, salidos de la mano de Poe y al que el
Colectivo aportó con sus propias ideas. Confirmé que es difícil hacer
humor, sacar al espectador del suspenso psicológico de la trama. Y que
logré vivir la obra intensamente. Comentarios positivos hubo muchos.
En lo personal me quedo con los comentarios que aportan a mi personaje
desde todo punto de vista y me plantean nuevos retos artísticos.
Beto Noboa
Actores adaptándose a la oscuridad
1. Esta es tu primera experiencia como actor. ¿Qué te llevó a meterte en la obra?
Pura curiosidad artística. Siempre quise incursionar en este espacio, se presentó la oportunidad y la aproveché.
2. ¿Qué es lo más importante que has aprendido?
Me ha hecho reaccionar y darme cuenta de que tenemos otros sentidos y que en el diario vivir casi no los tomamos en cuenta.
3. ¿Te gustaría seguir vinculado al teatro?
Por supuesto que sí.
4. Tu mujer y tu hija vinieron al ensayo abierto el primer día. ¿Qué te comentaron?
Estaban emocionadas y admiradas. Mi familia siempre me apoya en mis locuras.
5. ¿Crees que la obra logrará atraer el interés del público quiteño?
Como tú misma pudiste ver, sí. La obra atrae la atención. Claro que es
difícil, ya que no existe cultura teatral ni musical en el país.
6. ¿Cómo habría que promoverla, sobre todo entre los jóvenes?
Tenemos las redes sociales, que por ahora es lo que los jóvenes usan.
La radio y tv nacional no están a la altura de estos medios.
7. ¿Qué hacer para lograr apoyos desde el Estado y la empresa privada?
En realidad, no tengo idea. Trabajo en una institución cultural y desde
adentro veo que no se apoya estas iniciativas. Tal vez se debe cambiar
radicalmente la manera de vivir y sentir el arte, ya que aún no es
visto como un trabajo dignificante, como lo es, para los que
quisiéramos vivir de esto.
8. Tú trabajas en el CAC. ¿Cómo ves el rol del CAC en esta obra y en el desarrollo cultural en el Ecuador? Es difícil apoyar ya que no se reciben fondos suficientes, y cuando
los hay, aquí o en otras instituciones, siempre prevalecen las "palancas
y amistades" sobre la calidad.
9. ¿Alguna anécdota que quieras contarnos de los ensayos?
Jajaja. No se imaginan lo que cuesta cambiar la vista por los otros
sentidos. Pero cuando se logra, es increíble. Algo curioso es que al
comienzo, en total oscuridad, teníamos que abrir los ojos para sentirnos
seguros. Aunque no ves nada, da seguridad abrir los ojos.
Flora Resl
1. Eres actriz profesional. También leí en tu blog que cantas, bailas, diriges, das clase ...
Hice la licenciatura en artes escénicas (actuación, danza y canto) en
Viena-Austria. Durante mis estudios allá participé en obras de teatro,
teatro musical, danza teatro y cine, todo lo cual aportó mucho a mi
formación. Al graduarme, decidí volver al Ecuador para explorar y hacer
arte aquí. Paralelamente a mis trabajos en escena y frente a cámara,
dirigí una obra de teatro musical en un colegio para el Teatro México y doy clases particulares de canto y en la academia de artes escénicas Arte n3.
Siempre intento fusionar las tres ramas de las artes escénicas en las
que me desempeño, dentro de cualquier proyecto en que participo.
2. Esta es tu primera vez en una obra de teatro a ciegas. ¿Qué tal la experiencia?
Locaza...muy interesante. A pesar de que con cada ensayo y con cada
función “vemos” cada vez más el espacio, en cada función nos tenemos
que concentrar más porque siempre hay elementos nuevos y puestos
nuevos para el público ¡incluso en el escenario! Constantemente estamos
asumiendo retos. Cada tanto agregamos cosas nuevas y nos adaptamos a
la realidad del momento (objetos, localidades nuevas para el público,
redistribución del espacio y cosas incluso en las que no podemos tener
control como el actor sin voz por gripe, la inclusión de un actor por
cuestiones de fuerza mayor como reemplazo por una función, etc.), por
lo que siempre vivimos en el momento. Eso nos ayuda a no caer en
el simple repetir de la obra en cada función, a vivirla como si fuera
la primera vez. Como debe ser.
3. ¿Qué implica actuar a oscuras? ¿Qué cambia respecto de actuar con luz?
Uf...bastante. O sea, la actuación en sí, el trabajo del personaje y
todo, es básicamente lo mismo. Pero hay una gran dificultad adicional:
el moverte en total oscuridad, tienes que conocer el espacio a
un 300% ¡para no chocarte con nada! Y no quemarte o cortarte, ya que
tenemos de todo en el escenario. En una función en que por un error
técnico no se prendió el sonido del reloj, que da una referencia de
espacio, nuestro protagonista se chocó aparatosamente en la esquina de
un mueble y le quedó un ojo morado. Entonces, más que en cualquier
otro tipo de teatro, en éste es importantísimo que todo esté siempre en
su lugar, tanto lo material como lo sonoro.
4. ¿Qué es lo más importante que has aprendido en esta experiencia?
Hmmm…El moverme de tal manera que no se me perciba en todo el espacio, para que los efectos tengan su efecto.
5. Tú haces de teniente ... También te ocupas de algunos efectos ...
Foto: Confundamiento
Me encanta hacer los efectos. Como es una obra sensorial, yo me encargo
también de actividades que intensifican la percepción de la
historia y la tensión en el espectador. Me gusta mucho hacer eso ya que
cada persona reacciona distinto a estos efectos y eso de alguna manera
es un diálogo constante con el público. Y con respecto a mi personaje,
su presencia junto con el cabo causa un giro en la historia y al
final mi personaje tiene un giro también en su calidad de presencia al
sufrir el impacto del desenlace de la obra.
6. ¿Cómo habría que promocionar la obra? ¿Qué estás haciendo para promocionarla?
Debería haber reportajes en medios escritos como diarios, revistas y
online, ya que es algo absolutamente nuevo en Quito, que todos deberían
poder vivir! Yo por mi parte publico varias veces a la semana
anuncios, fotos y videos en páginas de eventos y teatro de Facebook.
Además, reparto flyers y los cuelgo en murales de varios locales de la ciudad y, por último, envío invitaciones personales a mis contactos.
7. Todo esto se ha hecho sin financiamiento. ¿De qué has vivido en estos meses?
He vivido de mis clases de canto que doy en el Arte n3 y de rodajes de diferentes proyectos como Enchufe TV,
un video Musical en Riobamba. A principios de año trabajé en la
organización de un taller de actuación con un maestro de Nueva York,
con lo que me quedó algo para solventar mis gastos durante este tiempo.
Ojalá para la próxima temporada u obra contemos con financiamiento.
8. ¿Alguna anécdota?
Algo loco que me pasó es que ¡empecé a tener pesadillas de policías
mujeres! Tenaz. Una anécdota de una de las funciones: en uno de mis
desplazamientos por el escenario haciendo efectos, Juan José (mi
compañero), el que hace de Alberto, el papel protagónico, se topó
conmigo y me agarró fuerte empujándome hacia las sillas del público,
creyendo que yo era un travieso del público que se levantó. Algo
estresada le hice sentir mi objeto de efectos y ahí ya lo entendió.
Jajajaja.
9. ¿Qué te parecieron los comentarios de la gente en el primer ensayo
abierto, cuando por primera vez se presentaron ante público?
Me sorprendió mucho la percepción especial del público, el sentir todo
más lejos de lo que estaba. Fue genial sentir la reacción de algunas
personas a cosas que venía ensayando sin la presencia de
nadie y sin saber si funcionaría o no.
Juan José Franco
1. Cuéntanos sobre tu trayectoria y experiencia actoral
Vengo haciendo camino en este arte profesionalmente desde hace 8 años.
Decidí lanzarme a los 18 años después de que me estuvo invitando
durante toda mi vida. El contar historias es parte de mi esencia y mi
motivo en este mundo, eso lo puedo decir ahora también por mis
experiencias y lo que siento cada vez que lo hago.
Desde que tenía 3-4 años jugué mucho con mis primos y amigos del barrio
armando presentaciones de teatro y de circo para los adultos de la
familia, creando personajes fantásticos. En la escuela y el colegio
participé en montajes de teatro para presentaciones internas. Me gradué
después de intervenir en el programa de difusión cultural estudiantil,
que funcionaba de la misma manera que los programas de alfabetización y
reforestación que hacían los colegiales como requisito para obtener su
titulo de bachiller. Tomé parte de un montaje en el que intervenía un
buen sector de los estudiantes del colegio haciendo 4 personajes en una
obra que la llamaron “Mujeres de Novela” y la presentamos en el Teatro
Nacional de la Casa de la Cultura Ecuatoriana frente a más de dos mil
espectadores. Esa fue mi primera experiencia intensa con el teatro, ya
que la obra arrancaba solo conmigo en el escenario. Por primera ves me
enfrentaba a la energía de un público de esa magnitud, sosteniendo las
cosas solo, pendiente de no cometer un error, nervioso y sin conciencia
del manejo de muchas cosas técnicas que más tarde desarrollé.
Después, en el afán de indagar entre herramientas y lenguajes para
contar historias, decidí estudiar Realización Audiovisual para cine y
televisión paralelamente con actuación dentro del programa del Minor de
Artes Escénicas en la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). Ahí
fundé mi primer grupo de teatro y laboratorio de artes performáticas
que se llamaba Raza Q´eche junto a mi primer maestro de actuación,
Wolframio Benavidez. Lo tuvimos durante 5 años y trabajamos en 3
montajes de creación colectiva, uno de ellos lo llevamos al festival de
teatro universitario en la Universidad Salesiana. Además
experimentamos entre varias acciones, instalaciones, happenings y performances que presentamos en varios sectores de Quito irrumpiendo en el cotidiano de la gente.
Dentro de la misma Universidad tomé mi primer taller de Clown
con un grupo de actores argentinos. Paralelamente arranqué mi
experiencia en la docencia hace casi 5 años en el programa de talleres
extracurriculares del colegio Pensionado Universitario. Ahí trabajé por
cuatro años con primaria y secundaria como profesor de teatro, abriendo
un espacio de descubrimiento de lenguaje físico, oral y espacial,
planteando la libertad de la acción y la creatividad desde el
enfrentamiento a los temores que bloquean nuestra sensibilidad,
comunicación y expresividad. Ahí dirigí y monté tres obras mías a
manera de ensayo, aprovechando la disponibilidad del colegio y los
recursos a los que podíamos acceder puse a disposición tres de mis
guiones - “Retorno”, “Hilo” y “La Hecatombe” - llevándolos a una gran
escala de producción en la que intervinieron un promedio de 50
estudiantes-actores en cada una, haciendo un ensamble muy coreográfico
entre el teatro, el canto y la danza, dedicando meses de preparación
para cada una de las obras y trabajando desde el guión, el diseño, la
construcción y la adaptación de los personajes para los chicos, diseño
de vestuario, diseño del espacio e iluminación, escenografía, utilería,
dirección de actores e incluso dirección de cámaras pues las filmamos y
producimos los DVDs de cada una junto con un pequeño documental de
los procesos que vivimos.
Tuve la oportunidad de dar clases por año y medio en la academia de
artes escénicas Arte´n 3, donde también dirigí el montaje del musical
“El Grinch”. El año pasado en el segundo quimestre del año lectivo di un
taller de creación y movimiento de la máscara teatral en el colegio
Becquerel.
Trabajé también en tramoya y utilería con la empresa Increcendo
Producciones en los montajes de los musicales de Broadway “Cabaret” y
“Avenida Q”. Después de haber vivido esto, puedo decir que la
experiencia y formación del actor crece muchísimo cuando se desempeña en
el resto de oficios que están alrededor de una producción de teatro o
audiovisual.
Con otro compañero de las artes visuales, Diego Herrera, escultor y
fotógrafo, hemos trabajado desde hace 6 años itinerando en escuelas y
colegios de la ciudad con pequeños modulares de educación ambiental e
integración de distintas áreas del conocimiento a través de las artes y
el juego, teniendo como base una pequeña obra de teatro llamada “Del
silencio a la memoria” que aborda mitos andinos y ubica espacialmente
distintos fenómenos ambientales y las especies animales de las tres
regiones continentales del Ecuador. Tras este trabajo fundamos 2
empresas, Entrópico Artes Visuales y ZigZagCine.
Considero que un artista está en constante formación y descubrimiento
de sus capacidades y herramientas, así que he continuado formándome de
manera autodidacta y también con varios talleres y cursos que he hecho
con profesores, directores y actores de Argentina (Norma Angeleri y
Luciano Casaux) y Estados Unidos (Steven Ditmyer y Roberta Brown).
He participado en 22 cortometrajes independientes entre papeles
protagónicos y secundarios, trabajé como figurante en la película “La
Trampa” de Carlos Alberto Poe, hice un papel secundario en la película
23 de Mayo Antes del Amanecer de Pedro Saad y protagonicé la película
“Sangre Dulce” de José Zambrano Brito.
Hace casi 2 años me involucré con el colectivo Confundamiento y
participé en la obra SENSASORIAL haciendo un poco de efectos y voces
durante las funciones, además del personaje de un chef que salió al
final de los videos que se proyectaban, abriendo la puerta de un horno e
invitando al público a salir del cubo. A partir de octubre del año
pasado me involucré más profundamente con el colectivo después de un
reencuentro con Julián Coraggio, donde hablamos de lo gratificante y
valiosa que fue la experiencia de SENSASORIAL y la necesidad de
retomarlo y seguir construyéndolo, plantear otros proyectos
individuales para llevarlos a cabo en colectivo y continuar
investigando para hacer muchas más cosas alrededor de las artes
escénicas y audiovisuales, trazando una tangente que difiera del
formato y el proceso de ejecución de proyectos dentro de nuestro medio
que gira alrededor de otras competencias que a los artistas no nos
corresponden directamente y si bien es cierto, dentro de nuestra labor
nos limitan.
Para arrancar con las ideas en las que divagamos en esa conversación, él
me planteó continuar trabajando con el lenguaje de sensaciones
haciendo un montaje de teatro a ciegas, después de contarme su
experiencia como público en una obra a la que asistió en el Teatro
Ciego de Buenos Aires. Y aquí estamos con “El Corazón Delator”, ya con
un mes en temporada y dos meses de trabajo en adaptación y montaje.
2. ¿Cual ha sido el reto más importante al hacer una obra de teatro a ciegas?
El desarrollar mi percepción espacial y adquirir confianza para
desplazarme completamente a oscuras haciendo las acciones de la manera
más limpia posible, entablando relación con el resto de compañeros y el
público, manejando principalmente el lenguaje de sensaciones que hemos
investigado, en una escucha constante de todo lo que está sucediendo
para integrarlo, no dejar escapar un solo detalle y mantener la energía
que la historia requiere de mí como actor para ser contada en este
formato.
3. ¿Qué es lo más importante que has aprendido en esta experiencia?
*El desplazarme a oscuras y tener más presente aún la escucha, que es
algo que los actores constantemente estamos ejercitando, pero puedo
decir ahora que con esta experiencia la he intensificado.
*La conciencia, manejo y uso de los sentidos como lenguaje paralelo y
forma de transportarnos colectivamente hacia el universo de una
historia determinada en tiempo y espacio.
*Una vez más reconocer el valor de los sentidos y la magnitud de su importancia en nuestra vida.
*He concientizado también que la oscuridad acompañada del temor o
suspenso generan un canal muy directo para conectarle al público con el
resto de sentidos ya que nos pone alerta y activa sensores que en el
cotidiano quizás están funcionando con otras intensidades o algunos ni
siquiera funcionan diariamente. Es genial que hayamos generado un
espacio así en donde realmente afectemos en la estructura de cada
persona con la que compartimos esto, creamos conciencia individual,
colectiva y sucede algo mas allá del cuento.
4. Tú encarnas al protagonista. ¿Cómo fue el proceso de crear y meterte en el personaje?
El personaje fue todo un reto, quizás el mayor reto que he tenido en
teatro hasta ahora, porque por primera vez protagonizo una obra solo,
llevando el hilo de la historia, casi un monólogo en tres cuartas
partes. Además también por el formato (a oscuras) de la obra que me
introduce en una parte del universo de Alberto y me pone otras
exigencias (yo le puse el nombre y creé su biografía).
Fue muy lindo el proceso de creación, desde lo más general hasta el
detalle más mínimo y sus matices, teniendo como punto de partida el
cuento de Edgar Allan Poe y mi primera visualización de este hombre y
sus componentes con cosas que identifico del mundo y mi alrededor. El
90% del tiempo de creación del personaje lo hice a ciegas (con los ojos
vendados), armando una historia desde el imaginario que llegó a hacerse
cierta y le dio vida a Alberto poniendo yo mi cuerpo en préstamo para
que el personaje viva a través de él. Esa es una de las cosas más
bellas de este arte: permitir que otra vida (que además en este caso es
muy ajena a la mía) modele y transforme la expresión de mi voz y mi
cuerpo para hacerse presente y viva, dejándome sorprender, conociéndole
cada vez más, estando consciente de las cosas que debo estar, teniendo
el control hasta donde lo debo tener porque más que nada lo dejo ser y
sigo sus-mis impulsos.
5. ¿Habías leído alguna obra de Poe?
Hace mucho tiempo leí una secuencia de 5 cuentos de Poe en inglés,
cuando estaba en primer curso u octavo de básica como lo llaman ahora,
por cuestión de trabajo de una clase del colegio. Entre esos estaba “El
corazón delator”, pero debo decir que hasta que lo leí de nuevo y esta
vez en español por la propuesta de Julián de adaptar el cuento. A
pesar de que siempre me ha intrigado el misterio de este tipo de
historias y los rasgos psicológicos de los personajes, no tenía muy
claro el cuento en mi memoria porque lamentablemente la mayoría de
cosas que leí en el colegio no se insertó tanto en mí debido a que
fueron por obligación y lo hice sin convicción ni pasión. Es una pena
que el intento de fomentar la lectura en la educación formal y
tradicional se haga así. Espero que en algo haya cambiado porque ahora
puedo decir que leer un libro con identidad y convicción propia es
fascinante.
6. ¿Cómo promover la obra, de modo de interesar sobre todo a los jóvenes?
Me encantaría que esto se promueva además como un proyecto que asista a
los espacios de educación formal y tradicional financiándolo por medio
de una de las entidades competentes, para que todos los jóvenes de las
instituciones educativas de la ciudad a partir de los 12 años de edad
asistan a la obra y adicionalmente tengamos con ellos un espacio de
conversación y acompañamiento en el primer instante de digestión de la
experiencia sensorial a la que les llevamos para que sea algo mutuo y
dinámico, teniendo una realimentación desde ellos y haciendo
conjuntamente un análisis de la experiencia, un análisis del cuento, de
los personajes y de las cosas que identifican ellos o identificamos
conjuntamente.
No creo necesario hacer una readaptación o replantear cosas para
presentarles la obra a los estudiantes. Si bien vivimos en un mundo muy
violento y agresivo en todo sentido, por medio de esta experiencia
pienso que es posible hacerles reparar en eso, para replantear nuestra
comunicación y vivir mejor comunitariamente.
Por otro lado, pienso que el público al que urgentemente debemos llegar
como artistas escénicos son los jóvenes y más que nada dentro de las
instituciones educativas para fomentar la asistencia a los teatros y
crear cultura.
7. La obra se ha hecho sin dinero. ¿Cómo has sobrevivido estos meses?
¿Crees que hay posibilidad de encontrar auspicios en el Estado, la
empresa privada, etc.?
Así es, nos lanzamos a hacer esto asumiendo todos los riesgos que
implicaba esta aventura y uno de esos fue el dedicarle el tiempo
necesario a todo el montaje, en principio sin contar con ningún ingreso
económico que nos permita solventar nuestros gastos y en lo posible
cubrir eso más tarde por medio de la taquilla, sabiendo que había la
posibilidad de que no salga lo suficiente y quizás era más la inversión
que el rédito económico.
Ese riesgo lo asumí no ahora, ni específicamente en este proyecto, creo
que los artistas asumimos ese riesgo el momento en el que decidimos
hacer del arte nuestro camino y oficio porque no contamos con un
ingreso económico fijo a menos que trabajemos para una institución
determinada y eso es por temporadas (por ejemplo el tiempo que estuve
dando clases). No contamos con ningún beneficio de ley en nuestro país
hasta ahora, somos trabajadores de segunda categoría de alguna manera.
Habrán momentos en los que económicamente contemos con más recursos si
es que la obra está vendida o financiada; si no hay que inventarse las
cosas de donde no hay y hacer de todólogos invirtiendo todo lo que está a
nuestro alcance con el fin de sacar la obra y después ver qué sucede.
Yo vivo del teatro y las artes visuales en todas sus posibilidades de
labor que puedo abordar, es mi actividad productiva en todo sentido.
Por suerte yo contaba con unos 250 dólares de un pago de un trabajo del
año pasado. Con eso me pude sostener con las justas los dos meses y
medio que nos tomó esto hasta recibir un primer pago de la taquilla.
Sí creo que es posible obtener auspicios y financiamiento desde el
Estado pero lamentablemente la decisión de cualquier aporte económico
depende del gusto o visión de negocio de quienes están a la cabeza de
estas empresas estatales, el proceso es terriblemente burocrático,
tedioso, enajena al artista de su labor y en algunos casos llega a ser
hasta humillante para quien lo solicita. Al menos las entidades
estatales competentes hasta ahora me han demostrado eso por experiencia
propia y cosas que he visto, ya que no aportan directamente a la labor
de los artistas de manera general y colectiva, creando un movimiento
cultural en el país con todo el supuesto presupuesto que se destina para
esto anualmente. Pienso que hay poco criterio en quienes están en
estas entidades y principalmente se manifiestan muchos intereses
políticos y económicos. En consecuencia, los proyectos que obtienen
alguna suma de dinero de estas entidades son pocos, termina armándose
una argolla, se desvirtúa el arte, componiéndose y fomentando un medio
de información basura, confundiendo lo que es arte con entretenimiento y
otras cosas, además de que se distancia al arte cada vez más de la
educación e identidad del pueblo.
Por medio de la empresa privada también es posible, quizás el proceso
es menos tedioso pero siempre hay un intercambio con algún tipo de
publicidad o mención de la marca que auspicia, que me parece consecuente
y justo, nada más que en muchos casos la o las empresas auspiciantes
pretenden alterar el contenido de la obra en algún aspecto y ahí la
labor del artista se ve comprometida y a mi criterio se disuelve la
esencia del trabajo. Así que hay que saber negociarlo bien y limitarse a
trabajar con empresas que van acorde a la idea de la obra para que no
la comprometan con cosas que la desvirtúan.
Lo más adecuado como artistas sería contar con un fondo que las empresas
públicas y privadas destinen anualmente al movimiento cultural del
país. Algo así como el pago de impuestos, un porcentaje debería
destinarse a la cultura.
Espero que el éxito que ha tenido la obra sirva como prueba de la
necesidad de este tipo de espacios en la comunidad y que ahora podamos
contar con el financiamiento para poder llevar nuestro trabajo a la
mayor parte de lugares posibles sin que al público le cueste, porque
también hay que tener claro que esa es la realidad colectiva en nuestro
país: la mayor parte de eventos artísticos, mas allá del
entretenimiento, son exclusivos y elitistas y no permiten el acceso a
cualquier ciudadano que debería poder ejercer el derecho a experimentar
y vivenciar eventos que enriquecen el espíritu y hacen tangible lo
intangible.
8. Alguna anécdota...
Es loco para mí nada más regresar a principios de diciembre del año
pasado y encontrarme con el Julián leyendo el cuento en su auto, sin
tener idea de lo que íbamos a hacer, porque jamás experimenté tanto en
la oscuridad como para contar una historia a oscuras de la manera en la
que lo hacemos y creo que los dos estábamos en la incertidumbre de lo
que sucedería. Para mí desde ahí ya fue un reto como actor y me lancé a
hacerlo.
Puedo contar algo de los gajes del oficio entonces; cuando arrancamos
los ejercicios de ceguera en el CAC el Julián me guiaba por los
corredores, patios y terrazas. En un momento dado me dijo que me
moviera a la derecha (pero era su derecha) yo me moví a mi derecha, me
golpeé la pierna y estuve cerca de caer desde el segundo piso. Otro
momento fue en el ensayo abierto previo al estreno de la obra: a un
compañero se le olvidó activar el reloj, que nos sirve como referencia
sonora en el espacio y más o menos a las tres cuartas partes de la
función me di un golpazo tenaz en el ojo izquierdo. No detuve la
presentación. Después, en el conversatorio del final, les conté a
todos; nadie sintió que algo me sucedió el momento que pasó y lidié con
un pequeño chichón junto a mi ceja izquierda durante una semana.
9. ¿Qué te parecieron los comentarios en el primer ensayo abierto al público?
La energía fue completamente otra y después de haber presentado esto
por primera vez me di cuenta de la cantidad de posibilidades y la
magnitud de la experiencia que estaba teniendo como actor y a la que le
transportamos al público. Los comentarios y/o críticas fueron muy
válidos y algunas veces fueron aportes que nos permitieron articular
las cosas cada vez de manera más detallada y precisa para llegar al
público.
Soslayar la luz en las escenas invocando a la integración de los otros sentidos, no deja de ser una paradoja del teatro hecho en la oscuridad. Una propuesta artística que, más allá de entretener a la gente, se propone torturarla un poco. La sugestiva intención del grupo Confundamiento cobra sentido en la obra El Secreto Libre, estrenada este fin de semana en el MIC (Museo Interactivo de Ciencias) bajo la dirección de Julián Coraggio. Una historia muchas veces silenciada, protagonizada por Marta y Roberto, dos víctimas de la represión política que tuvo lugar durante la dictadura militar en Argentina en los años setenta. La pareja de jóvenes detenidos sin justicia, recrean el drama vivido en las celdas del sótano de una ex fábrica textil y allí solo logran comunicarse a través de unas tuberías en una atmósfera de dolor y tortura.
El teatro a ciegas puesto en escena en la obra, trabaja con efectos análogos y música en vivo. Los espectadores ingresan con la vista vendada para vivir la experiencia de la ceguera total desde el inicio. La disposición diversa de las localidades motiva la interactividad del público con la trama, en una experiencia integradora de los sentidos. La idea -aclara el director- es que durante la puesta en escena el público sienta que está viviendo la historia en una audaz modalidad histriónica de actores interactuando con los espectadores.
Para el actor Diego Luna la experiencia resulta enriquecedora, puesto que la integración sensorial permite recibir estímulos por diferentes canales táctiles, visuales, gustativos, olfativos, auditivos, etc. Un teatro no convencional que hurga en la vivencia de un público más activo, que es mucho más intensa como experiencia por el hecho de valerse de la oscuridad para estimular la elaboración y la imaginación del espectador, a partir de los elementos que les damos: es como jugar con los actores.
El Teatro a Ciegas es un trabajo que se viene dando en la ciudad por el Colectivo Confundamiento, que antes presentó la obra ‘El Corazón Delator’. Alrededor de esta propuesta surgían varios comentarios; llegó la hora de vivir la experiencia.
Los vecinos del sector de Chimbacalle compartían mi curiosidad. Ellos sabían que en el Museo Interactivo de Ciencia (MIC) se exhibiría una obra a oscuras. Movidos por la intriga, dejaron la comodidad de su hogar para asistir a este espacio frío y lleno de historias.
- Un trabajo sorprendente por novedoso, hablando de la fórmula utilizada: teatro a ciegas.
- Un trabajo muy sugerente, hablando de los sentidos, sobrexpuestos por una forma de oscuridad total no conocida por mí: olores, texturas, sonidos, ruidos, silencios, voces, flashes luminosos, signos codificados y codificables, situaciones y emociones que se intensifican en la oscuridad...
- Un trabajo serio, hablando de rigor y de la juventud de sus realizadores.
- Un trabajo arriesgado, hablando del insuparable y magistral Poe.
- Un trabajo intenso, hablando de actuación a oscuras, de la voz y la dimensión que ésta adquiere al moverse por el espacio.
- Un trabajo muy técnico, hablando de los recursos, ritmos y tiempos de su utilización.
- Un trabajo sobrio y tenebroso. Podrían sugerirse algunos detalles para perfeccionarlo pero estoy seguro de que estos jóvenes trabajadores del arte teatral irán descubriendo poco a poco, durante su propio ejercicio de experimentación escénica, ese intenso y largo parto experimental al que se están enfrentando.
Alfredo Espinosa Cordero (Actor. Conocido entre otros por su actuación en la película Mono con Gallinas)
* Para los que están en Quito les recomiendo que vean la obra de teatro a ciegas "El corazón delator". Una experiencia como ninguna otra que les despertará los sentidos y los dejará comentando, días después, sobre lo que sintieron! Me cuentan qué tal! Abrazo, JF
Juan Fernando Velasco
* Amigoooo te felicito por la obra está muy chevere. Y mira q a mi no me gusta ir al teatro ayer me tomé el riesgo y créeme q valió la pena. Q bueno q sigas tus sueños q persigas lo q te gusta y en lo q crees. Jamás dejes de hacerlo. Te mando un abrazo ju. Muchas bendiciones
* Quiero dejar mis felicitaciones para todo el equipo que hace realidad poder vivir el teatro de esta manera, actuar cualquiera piensa q lo puede hacer pero actuar de verdad permitiendo q el público sienta el paso a paso de una obra es digno de aplaudir. Muy buen estreno chicos q bueno q fui a verlos. Jhina Zuña Argudo
* ¡Hey!! ¡Están a tiempo! Vayan al Centro de Arte Contemporáneo (CAC) en Quito -calle Matovelle- a ver la obra de teatro El corazón delator de Edgar A. Poe con el Colectivo Confundamiento. Es una experiencia en la que la ausencia de lo más básico nos muestra lo más profundo. Carolina Burbano