Mostrando entradas con la etiqueta BID. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta BID. Mostrar todas las entradas

Maldición de Malinche





Tú, hipócrita que te muestras humilde ante el extranjero
pero te vuelves soberbio  con tus hermanos del pueblo.
¡Oh!, Maldición de Malinche, enfermedad del presente
¿cuándo dejarás mi tierra, cuándo harás libre a mi gente?
(Gabino Palomares)

La misión internacional involucrada en la reforma educativa ha arribado a este país andino: bilaterales y multilaterales, bancos y no bancos, estamos alrededor de esta mesa en la que se discute el plan de reforma. Con ayuda de varios consultores extranjeros y a un precio considerable (30 estudios-documentos, honorarios de entre 300 y 450 dólares diarios por consultor) se ha concluido un primer diagnóstico de la situación educativa del país. Estamos aquí - yo representando a UNICEF, como asesora de la Sección Educación de UNICEF en Nueva York - para escuchar el informe final de dicho diagnóstico y luego discutir las recomendaciones derivadas de éste.


Hasta el primer café de la mañana estamos todos tensos, incluso físicamente alineados en dos bandos, los nacionales y los no-nacionales, cada cual tanteando su espacio y el de los demás. Pero a partir de la media mañana y, sobre todo, después del almuerzo, el clima se distiende y es como si fuéramos amigos de mucho tiempo. Sintiéndose en confianza e intentando ganar la de los financistas, el equipo nacional empieza a desnudar los problemas, sin problemas. Ante la misión internacional - gringos, europeos y latinoamericanos - desfilan toda clase de confesiones y de cuitas, esas que suelen formar parte del
«puertas adentro» de cada país y de cada Ministerio de Educación.

No falta nada. El
«diagnóstico» ha dejado al descubierto los vicios enquistados en el sistema escolar, esos que están en todos lados y que ya no sorprenden a ningún experto internacional, pero que tienden a creerse únicos y propios por los equipos locales dentro de cada país y son ignorados en general, y en su verdadera magnitud, por la ciudadanía.

Allí está el largo y conocido listado de problemas: falta de articulación vertical y horizontal, obsolescencia del currículo y la pedagogía, un Ministerio burocratizado, alto número de maestros sin capacitación o deficientemente capacitados, malos salarios, maestros-fantasmas repartiéndose salarios de jubilados o de muertos, ineficiencia y corrupción administrativas, improvisación, nepotismo y favores políticos, criterios antojadizos en la asignación de recursos, desperdicio de recursos y materiales, cajas de libros sin distribuir pudriéndose en una bodega, laboratorios y equipos sin uso y  presumiblemente resultado de algún negociado, estudios costosos elaborados por consultores internacionales y que no han sido usados, descubrimiento de que uno de esos estudios es copia de uno presentado por el consultor en otro país, etcétera, etcétera. Lejos de generar estupor o indignación, el listado genera más bien aburrimiento. Algunos ítems incluso suscitan risa, por particularmente curiosos o por la manera jocosa como son expuestos. Al final del día, se vive en la sala un ambiente casi festivo, de complicidad y hasta camaradería. Todos hemos compartido en este pequeño cuarto algunos inconfesables “secretos”  de este país, vicios perniciosos del sistema educativo nacional con la activa colaboración de la cooperación internacional.


¿Quién dice que los trapos sucios se lavan en casa? ¿Quién quiere tender en el cordel doméstico sapos y culebras y espantar a los connacionales, ciudadanos que votan, individuos desinformados, ajenos a los mecanismos del poder y al uso de los recursos, pero que, cuando se informan, pueden llegar a opinar, criticar, reclamar y hasta organizar protestas masivas y tumbar gobiernos?.


Al día siguiente, los diarios hacen noticia en primeras planas: misión internacional de visita en el país discutiendo la reforma educativa, grandes préstamos y donaciones en ciernes, gran éxito, grandes augurios. El ciudadano corriente leerá esa mañana el diario y pasará incluso por alto la noticia, noticia árida con cariz de reunión técnica, de discusión entre expertos, de convenio internacional. El verdadero contenido de la reunión no es materia informativa para la población, para los electores, para quienes padecen las consecuencias de todos esos males y financian los costos no sólo de los males sino de su diagnóstico, y en cuyo nombre se diseñan las reformas y contraen las deudas para llevarlas a cabo. Los trapos sucios de la educación no se lavan en casa sino en la tintorería de las agencias internacionales, a puerta cerrada, en pequeños conciliábulos entre cúpulas nacionales y extranjeras. La Maldición de Malinche.




* Reportaje incluido en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes, Editorial Paidós, Buenos Aires-México-Barcelona, 2000; Itinerários pela Educação Latino-Americana, Artmed Editora, Porto Alegre, 2001. Prólogo de Fabricio Caivano.

Quito: Encuesta de Cultura Ciudadana

(actualización: 14 enero 2023)

El Centro Histórico de Quito fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad (8 septiembre 1978). Quito fue Capital Americana de la Cultura 2011. Desde hace varios años es miembro de la Red Internacional de Ciudades Educadoras. En 2018 fue aceptada en la Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje del UIL-UNESCO.

Quito es una bella ciudad, pero tiene serios problemas de «cultura ciudadana», como puso de manifiesto la Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC) aplicada en 2010 en esta ciudad. No contamos con una nueva ECC pero, a partir de varias fuentes parciales, confirmamos que varios de estos problemas se han agudizado en los últimos años. Actualizamos aquí la información y el análisis provistos en una versión anterior de este artículo.

Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC) aplicada en Quito en 2010

Antípodas de la violencia,
Desafíos de cultura ciudadana para la crisis de (in)seguridad en América Latina,
BID-Corpovisionarios, 2012.


Entre el 13 y el 22 de mayo de 2010 se aplicó en Quito la Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC) de Corpovisionarios, organización creada por Antanas Mockus, dos veces alcalde de Bogotá, senador y excandidato a la presidencia de Colombia. La encuesta (54 preguntas) se aplicó a 1600 personas mayores de 18 años de diversos estratos sociales. La encuesta fue resultado de un convenio con el Municipio de Quito, con la participación de una encuestadora local y con apoyo del BID.

La ECC mide percepciones, actitudes y comportamientos de las personas en 13 ámbitos: Ley, Moral y Cultura, Sistemas reguladores del comportamiento, Movilidad, Tolerancia, Cultura Tributaria, Cultura de la Legalidad, Seguridad, Disposición a realizar acuerdos, Participación Comunitaria, Confianza, y Mutua Regulación o Regulación Social.

Corpovisionarios ha aplicado la ECC en 12 ciudades latinoamericanas: Bogotá y Medellín (Colombia), La Paz (Bolivia), Belo Horizonte (Brasil), México D.F. y Monterrey (México), Caracas (Venezuela) y Quito (Ecuador). En los últimos años la ha aplicado también en otras 10 ciudades de Colombia.

Por «cultura ciudadana» se entiende

el “conjunto de actitudes, costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas por los individuos de una comunidad, que permiten la convivencia y generan sentido de pertenencia. Incluye el respeto al patrimonio común y el reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos frente al Estado y a los demás ciudadanos”. Desde el punto de vista de la política y la gestión, el enfoque de «cultura ciudadana» propone trabajar por la (auto)regulación y la mutua regulación entre las personas antes que mediante el control y el castigo.

"En lugar de concentrarse en el incremento del control y el castigo, el enfoque de «cultura ciudadana» apuesta por la formación de ciudadanos con disposición y capacidad de autorregularse, así como con disposición y capacidad de regular a otras personas y de ser regulados por otras personas de forma pacífica.

Particularmente la mutua regulación se ha revelado como una herramienta muy poderosa en el cambio de comportamientos colectivos pues en ocasiones es más fuerte el deseo de ser aceptado por la comunidad o bien el miedo a ser rechazado, que el miedo a la sanción externa como una multa o la cárcel".
Generalmente se asume que los comportamientos problemáticos de los ciudadanos resultan de un determinismo económico (pobreza, desempleo, etc.) y se resuelven con sanciones y con fuerza policial. No obstante, más sanciones no necesariamente garantizan más respeto de las reglas de convivencia. Una ciudad con mayor densidad de policías por habitante que otra, puede ser significativamente más violenta.

Se atribuye por lo general al Estado el papel de guardián, represor y castigador de las transgresiones de los ciudadanos. No obstante:

a) El primero en cuidar su comportamiento es el propio individuo: el universo moral de cada uno determina qué es aceptable y qué no. A la mayoría de personas les resulta inaceptable matar. "No mentir, no robar, no ser ocioso" son preceptos transmitidos en el mundo indígena. Las personas se abstienen de matar, robar o mentir porque estos son principios de vida. El enfoque de «cultura ciudadana» le otorga al ciudadano la corresponsabilidad, compartida con el Estado, de crear y preservar la convivencia, respetar la ley y los derechos de los otros, así como las propias obligaciones.

b) Toda acción del Estado debe orientarse a la formación de ciudadanía, como estrategia de prevención o de contención. La «cultura ciudadana» es un enfoque transversal que actúa tanto en las dimensiones preventivas como coercitivas.

"Si reconocemos que el sustento del orden social es en última instancia la cultura, y si la «cultura ciudadana» de una comunidad es la garantía primera del respeto a la vida y a la integridad de las personas, entonces construir «cultura ciudadana» se convierte prácticamente en el objetivo central de las políticas de seguridad ciudadana (incluso de las coercitivas)".

La evidencia muestra que en los problemas juegan un papel importante las creencias y las actitudes de las personas, más allá de las condiciones socioeconómicas. No es suficiente con aumentar la capacidad policial, disminuir las desigualdades socioeconómicas o modificar las leyes.

El enfoque de seguridad en una agenda de construcción de ciudadanía («cultura ciudadana») reconoce tres niveles de regulación: la autorregulación, la regulación cultural (o social) en la interacción entre los ciudadanos, y la regulación legal. Un enfoque integral de seguridad debe contemplar los tres niveles. El desafío de la «cultura ciudadana» es lograr armonizar el sistema regulatorio legal, el cultural y el moral.

Existen asimismo tres impunidades: la impunidad moral, cuando la persona no se autorregula y no experimenta culpa al cometer una falta contra otras personas o contra la sociedad; la impunidad social, cuando alguien comete un acto reprochable y sus conciudadanos no lo condenan; y la impunidad legal.

«Cultura ciudadana» es un enfoque de política pública que busca promover el bienestar de la ciudadanía y la democratización de las ciudades mediante la transformación de los comportamientos. Reconocer al individuo como sujeto capaz de autorregularse y de ser regulado permite avanzar en una agenda de transformación cultural.

Una política de «cultura ciudadana» debe contribuir a la construcción y apropiación por parte de los ciudadanos de hábitos cívicos, es decir, de hábitos que tengan en cuenta la empatía, la preocupación por el otro.

Algunas medidas tomadas en Bogotá durante la administración de Antanas Mockus ilustran cómo una política de «cultura ciudadana» puede tener impacto en la seguridad de las ciudades. Programas como Vida Sagrada (que promovía el respeto a la vida humana a fin de reducir la validación social de la violencia), Plan Desarme (cuyo objetivo era disminuir la justicia por mano propia), Vacuna contra la Violencia (desarrollado a partir del hallazgo de que gran parte de la violencia en la ciudad se origina en la violencia intrafamiliar), y otros, alcanzaron resultados extraordinarios, entre ellos la reducción de la tasa de homicidios.

El análisis de seguridad que propone el enfoque de «cultura ciudadana» parte de la necesidad de comprender los comportamientos de los individuos y sus motivaciones para actuar comprendiendo los contextos sociales y culturales en los cuales se desarrollan y validan los comportamientos problemáticos.

No basta con informar sobre las normas. El proceso informativo debe acompañarse de un trabajo de cambio cultural en el que se involucre a los actores en la modificación de comportamientos y se les proporcione herramientas para llevarla a cabo.

9 problemas principales de cultura ciudadana en Quito

Los resultados de la Encuesta de Cultura Ciudadana aplicada en Quito, entregados a las autoridades de la ciudad en diciembre de 2010, destacaron nueve problemas principales de «cultura ciudadana» en esta ciudad:


1. Alta accidentalidad vinculada al tránsito.
2. Propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera.
3. Intolerancia a la diversidad o abierta discriminación.
4. Incumplimiento de la ley y de la legalidad.
5. Predisposición a la justicia por mano propia.
6. Posición favorable a portar armas para protegerse.
7. Indiferencia frente a la violencia intrafamiliar contra niños y mujeres.
8. Débil confianza interpersonal.
9. Desconfianza en la justicia y las autoridades judiciales.


Alta accidentalidad vinculada al tránsito
- En 2009 hubo en Quito 19 muertes por accidentalidad por cada 100.000 habitantes; casi dos tercios de las víctimas fueron atropelladas. En Bogotá en 2009 hubo 8 ó 9 muertes por accidentes de tránsito por cada 100.000 habitantes.
- En Quito las sanciones por exceso de velocidad y conducción en estado de embriaguez eran más fuertes que en otras ciudades; en La Paz y Bogotá se sancionaba con multas, en Quito con cárcel.
- Según el informe sobre seguridad ciudadana del OMSC (Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana) del Distrito Metropolitano de Quito la tasa de policías por 100.000 habitantes fue de 565 en 2009, una de las más altas de América Latina (en La Paz 287 en 2007, en Bogotá 148 en 2007). Sin embargo, la tasa de muertes en accidentes de tránsito en Quito sobrepasaba las cifras de los demás tipos de muerte por causa externa.
- El alcohol es uno de los principales factores de riesgo para los accidentes de tránsito, según la OMS, junto con el exceso de velocidad.

En 2010 los accidentes de tránsito producían la mayor cantidad de muertes por causas externas en Quito. Entre 2005 y 2009 hubo 2.061 casos, la mayoría de víctimas fueron hombres y jóvenes. La principal circunstancia en la que se producen las muertes por accidente de tránsito es el arrollamiento o atropellamiento. En 2009 murieron así 238 personas (59% de los casos).

El arrollamiento de peatones apareció como el principal problema de accidentalidad vial en Quito. La administración de la ciudad admitía que ésta ha sido planeada pensando en los autos, no en peatones ni en ciclistas. Los puentes peatonales se usaban poco y no estaban pensados para personas mayores, discapacitadas, mujeres embarazadas o niños. Solo 5 de los 98 pasos peatonales existentes entonces tenían rampas de acceso. La situación de los peatones y los pasos peatonales no ha cambiado mucho desde entonces.

Propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera
- Las discusiones masculinas derivan fácilmente en golpes y agresión física. Los problemas se resuelven a menudo con las manos antes que con diálogo y negociación.
- En 2009 se registraron en Quito 223 casos de riñas; en 2010 fueron 281.
- Las principales causas de muerte violenta fueron las riñas (39%) y la venganza (29%). La venganza era en 2009 la tercera causa de homicidio; en 2011 pasó a ser la primera.
- Según la Secretaría de Seguridad del Municipio, la tasa de homicidios aumentó en Quito de 10,5 a 13,6 muertos por cada 100.000 habitantes.

Intolerancia a la diversidad y discriminación de ciertos grupos
- Las 8 ciudades latinoamericanas encuestadas mostraron alta intolerancia a drogadictos, alcohólicos, prostitutas y homosexuales, así como un rechazo alto de los narcotraficantes.
- En Quito 3 de cada 4 personas encuestadas dijeron que no quisieran tener como vecinos a prostitutas u homosexuales, 4 de cada 10 a enfermos de Sida, y 4 de cada 10 a colombianos, cubanos y rockeros.
- "El primer factor determinante en la percepción de seguridad de los quiteños es asumir el delito como algo ajeno: se culpa a los extranjeros por los problemas de la ciudad" dice el informe. La desconfianza hacia los provincianos («chagras»)K_- creció a raíz de la masiva migración campo-ciudad en las primeras décadas del siglo XX.
- Una encuesta nacional realizada por FLACSO-Ecuador en 2014 sobre actitudes y percepciones de los ecuatorianos en torno a política internacional ratificó que "El ecuatoriano mira con recelo al extranjero" (El Comercio, 7 nov. 2015). Estados Unidos es el país con la opinión más favorable.

Incumplimiento de la ley y la legalidad
- Quito mostró la mayor disposición a desobedecer las leyes entre las 8 ciudades latinoamericanas estudiadas.
- En todas las ciudades encuestadas la principal justificación para violar la ley es ayudar a la familia («familismo»); la aprobación de la violación de la ley para ayudar a un familiar es mucho más fuerte que la disposición a hacerlo debido a la percepción de impunidad.

Predisposición a la justicia por mano propia
- Quito obtuvo el porcentaje más alto de predisposición a ejercer justicia por mano propia entre las ciudades latinoamericanas encuestadas.
- “Cuando los ciudadanos atrapan a un ladrón deberían darle una golpiza”. 54% de los encuestados en Quito dijo que sí (40% en La Paz y 37% en Caracas y Belo Horizonte).
- “Cuando los policías atrapan a los delincuentes deberían matarlos”. Quito volvió a tener el porcentaje afirmativo más alto: 20% (11% en Belo Horizonte, 12% en Caracas y La Paz, 10% en México D.F. y Monterrey. 10% es el promedio entre las ciudades latinoamericanas).
- El informe de la encuesta considera «alarmantes» estos datos de Quito, al compararlos con los de las otras ciudades.

Posición favorable a portar armas para defensa personal
- Quito y La Paz registraron los porcentajes más altos de posición favorable al porte de armas: 4 de cada 10 personas en La Paz y 3 de cada 10 en Quito, en este último caso predominantemente entre los hombres (36%) y los jóvenes entre 23 y 32 años (38%).
- Según el Informe de Calidad de Vida de Quito Cómo Vamos en 2021 las muertes provocadas por armas de fuego se incrementaron en un 119%.

Indiferencia ante la violencia contra niños y mujeres
- "Si usted observa a su vecino(a) golpeando a su hijo: a) interviene para detener la agresión, b) llama a una autoridad, c) prefiere no meterse y no hace nada". El promedio de las respuestas en las 8 ciudades encuestadas mostró que se acude más a la autoridad (52%), luego a la intervención directa (25%) y en tercer lugar no se hace nada (21,41%).
- En Quito fue más alta la indiferencia que la disposición a llamar a la autoridad o a intervenir.

- "Si usted observa a su vecino dando una golpiza a la esposa: a) interviene para detener la agresión, b) llama a alguna autoridad, c) prefiere no meterse y no hace nada". Quito obtuvo el porcentaje más bajo de llamar a la autoridad (27%).
- Quito venía teniendo un crecimiento preocupante de violencia intrafamiliar contra la mujer en 2006-2009. La causa principal de dicha violencia era los celos.
- La violencia contra las mujeres es alta y persistente en el Ecuador. La violencia es mayor contra las mujeres indígenas y con menor nivel de escolaridad. En 2004, las mujeres con 0-3 o 4-6 años de escolaridad tenían probabilidades significativamente mayores de ser agredidas por la pareja o expareja que las mujeres con 12 o más años de escolaridad (Violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe, Análisis comparativo de datos poblacionales de 12 países, Washington, DC: OPS, 2014).

Guagua botado, Omar Arregui - Quitomas

- La violencia contra los niños y niñas es alta en el Ecuador y viene creciendo, no solo en el ámbito familiar sino también en el ámbito escolar. Según el informe "Situación de la Niñez y Adolescencia en Ecuador: Una mirada a través de los ODS" (UNICEF, 2018), 3 de cada 10 niños y adolescentes sufren castigo físico de sus padres, 1 de cada 4 recibe trato violento de sus profesores, 1 de cada 5 padece bullying, 40 niñas entre 10 y 14 años dan a luz cada semana, y 1 de cada 4 niños y niñas menores de 5 años padece desnutrición crónica.

Desconfianza interpersonal
- 7 de cada 10 personas en Quito dijeron desconfiar de los demás.
- La desconfianza interpersonal es un problema latinoamericano. América Latina es la región más desconfiada del mundo, según destacó el Latinobarómetro 2018.

Desconfianza en la justicia y las autoridades judiciales
- En promedio, en las 8 ciudades encuestadas solo el 15% de los ciudadanos dijo confiar en los órganos de justicia y 20% en los jueces. Fue mucho más alta la confianza en la policía que en los jueces.
- En 2014, solo 47.4% de las personas en el Ecuador confiaba en que el sistema de justicia castigaría al culpable (LAPOP, Barómetro de las Américas, 2014).

- La desconfianza en la justicia refuerza la validación social de la justicia por mano propia.
- En todos los países de América Latina hay descoordinación entre las autoridades de seguridad y justicia. "Los celos institucionales y políticos (debidos a tensiones partidistas) hacen que las políticas en este campo, que deberían ser públicas y de Estado, apenas sean de gobierno y en algunos casos de partido".

Percepción negativa de la seguridad en Quito
- La encuesta mostró una percepción negativa de la seguridad en Quito. Las personas encuestadas calificaron a Quito con un 2.27 en seguridad de la ciudad (1 muy insegura, 5 muy segura).
- La Paz fue calificada con 2,26 por los paceños y el problema mayor identificado fue el alcohol.
- Monterrey obtuvo el índice más bajo de todas las ciudades encuestadas (1,7), debido al crimen organizado y al tráfico de drogas.
- La principal causa de inseguridad en Quito fue atribuida a la delincuencia común, seguida -en este orden- de indiferencia de la gente, consumo de drogas y alcohol, crimen organizado y tráfico de drogas, y desconfianza en los organismos de seguridad del Estado (17% este último).
- La principal preocupación de inseguridad fueron los hurtos, los cuales afectaban sobre todo a los estratos bajos y a los hombres jóvenes.
- Los encuestados afirmaron que la seguridad privada sí funciona y pedían patrullaje a las autoridades.
- Quito mostró un alto grado de victimización, el más alto después de Ciudad de México. 44% de los encuestados dijeron haber sido víctimas de algún delito en 2009 y 52% haber vivido con una víctima, en especial de robo en la calle (55%) y en la residencia (19%).

Preguntas necesarias para orientar la acción

Frente a los problemas de cultura ciudadana identificados por la Encuesta de Cultura Ciudadana en Quito cabe plantear una serie de preguntas:

▸ ¿Qué incidencia tienen en dichos problemas la familia, la comunidad, el sistema educativo, los medios masivos, la cultura política y los políticos, las organizaciones sociales, las instituciones religiosas, el Estado, los organismos internacionales?

▸ ¿Qué políticas y medidas deben ponerse en marcha para lidiar con las condiciones que alimentan la inseguridad, la violencia fisica y verbal, la desconfianza en la justicia, en las instituciones y en las personas, el desprecio por la vida y por las leyes, la violencia contra los niños y contra las mujeres, la violencia sexual, la homofobia, la xenofobia y las discriminaciones de todo tipo?

▸ ¿Qué espacios culturales, deportivos, recreacionales, de creación, expresión y participación es preciso crear, potenciar o aprovechar en la ciudad?

▸ ¿Qué información, formación y capacitación requieren los políticos, los empresarios, los servidores públicos, los profesores, los periodistas, los dirigentes de toda clase, los padres y madres de familia, los vecinos, los policías, los choferes, los proveedores de servicios, la población en general?

▸ ¿Qué clase de educación y qué cambios se requieren en el sistema escolar (público y privado), en la familia, en la comunidad, en los medios de comunicación?

▸ ¿Qué reglas de convivencia social es posible y necesario establecer, qué buenas prácticas es posible identificar, investigar, documentar y difundir?

▸ ¿Qué están haciendo o pueden hacer respectiva y articuladamente el municipio, el gobierno central, la ciudadanía organizada?

Cultura ciudadana y educación
Omar Arregui - Quitomas


Los problemas y las soluciones atañen a toda la sociedad y no solo a la sociedad adulta. Problemas y soluciones son de diversa índole: políticos, económicos, sociales, culturales, éticos, ideológicos, comunicacionales, educacionales, pedagógicos. Por tanto, no pueden ser encarados por una única institución ni solo a través de campañas mediáticas. Se requiere información y sensibilización a todos los niveles e intervenciones inteligentes y duraderas.

Violencia, maltrato, desconfianza, intolerancia, indolencia, insolidaridad, son comportamientos que se aprenden y afianzan cotidianamente en todos los espacios: en la familia, en el barrio, en el grupo de amigos, en la escuela, en los medios de comunicación, en internet, etc.

Es fácil atribuir todos los problemas a la educación y endilgar las «soluciones» al sistema escolar. Pero la escuela sola no puede y no todo se resuelve con educación. Construir ciudadanía no es algo que se logra con un programa de «educación ciudadana» , reincorporación de asignaturas como cívica o ética, y profesores para enseñarlas en las aulas. Se trata no solo de educar para la ciudadanía sino en el ejercicio de la ciudadanía.

La calidad de la educación no se percibe a cabalidad en las pruebas ni en los ránkings escolares sino en la calidad ciudadana y en la calidad de la convivencia social.

La misión de la educación es contribuir a formar ciudadanos - niños, jóvenes y adultos -, personas amables, respetuosas, empáticas, serviciales, conscientes de sus derechos y obligaciones, capaces de comprender y ejercer los principios del Buen Vivir: armonía con uno mismo, con los demás, y con la naturaleza.

Una ciudad educadora no solo invierte en educación, escuelas, libros, computadoras, plazas, parques. Una ciudad educadora desarrolla cultura ciudadana.

En contraposición a esta visión fatalista sobre el comportamiento y las intenciones de las personas, la experiencia que los ecuatorianos vivieron el 30 de septiembre de 2010 sobresale por la evidencia del alto nivel de civismo y respeto que mostró la gran mayoría de ellos en una situación tan excepcional de orden público.

Así pues, el sustento del orden social y la convivencia no radica en la capacidad del Estado para regular o sancionar a las personas; es más bien la apropiación colectiva de reglas y normas sociales de respeto entre ciudadanos lo que los hace posibles.

* Una versión anterior de este artículo fue publicada en ALAI 28/07/2011
https://www.alainet.org/es/active/48334

Referencias nacionales
- Municipio de Quito https://www.quito.gob.ec/
- Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana http://www.omsc.quito.gob.ec/
- Quito Cómo Vamos https://quitocomovamos.org/
- ‘En Quito debemos reconstruir los valores’: entrevista a Augusto Barrera, Alcalde de Quito, por Rubén Darío Buitrón, El Comercio, Quito, 26/12/2010.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/debemos-reconstruir-valores.html
- ‘Un problema en Quito es la intolerancia a la diversidad'. Entrevista a Antanas Mockus por Dennis Rodríguez, Corresponsal en Bogotá, El Comercio, Quito, 05/01/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/problema-quito-intolerancia-a-diversidad.html
- Poca tolerancia en Quito, editorial El Comercio, Quito, 05/01/2011.
https://www.elcomercio.com/opinion/editorial/tolerancia-quito.html
- Antanas alerta, Gonzalo Ruiz Alvarez, El Comercio, Quito, 07/01/2011.
https://www.elcomercio.com/opinion/antanas-alerta.html
- ‘La inclusión de las minorías se debe promover desde el hogar’, entrevista a Antanas Mockus por María Amelia Viteri, El Comercio, Quito, 21/01/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/inclusion-de-minorias-se-debe.html
- 5 muertes violentas por venganza cada mes, El Comercio, 18/07/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/seguridad/muertes-violentas-venganza-mes.html
- La riña es muy común en Quito, El Comercio, Quito, 07/02/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/rina-comun-quito-1.html
- INEC, Encuesta nacional sobre relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres, Nov. 2019.
https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Estadisticas_Sociales/Violencia_de_genero_2019/Documento%20metodologico%20ENVIGMU.pdf
- El insulto político en el Ecuador, su historia y sus abanderados, GKEcuador, 05/08/2019
https://gk.city/2019/08/05/insulto-politico-ecuador/
- La desigualdad hace desconfiados a los latinoamericanos, El País, Madrid, 09/10/2019.
https://elpais.com/elpais/2019/10/08/planeta_futuro/1570552365_222520.html?ssm=TW_AM_CM&hootPostID=83f8bf2f78ad496fad8f49ed2193eb4c

Para saber más sobre Cultura Ciudadana
- Antanas Mockus https://es.wikipedia.org/wiki/Antanas_Mockus
- Antanas Mockus, Comunicación intensificada y cultura ciudadana: caso Bogotá https://biblio.flacsoandes.edu.ec/catalog/resGet.php?resId=17540
- Corpovisionarios: Cultura Ciudadana: Innovación para aprender a vivir juntos
https://hojasdeinspiracion.com/cultura-ciudadana-innovacion-para-aprender-a-vivir-juntos/
- Antanas Mockus, Cultura ciudadana, programa contra la violencia en Santa Fe de Bogotá, Colombia 1995-1997. Estudio Técnico, Washington D.C, julio 2001
https://web.archive.org/web/20050514024627/http://www.iadb.org/sds/doc/Culturaciudadana.pdf
- Guía práctica de cultura ciudadana. Documento construido para el Programa de gobernabilidad local-PNUD
https://es.scribd.com/document/14741154/Guia-Practica-de-Cultura-Ciudadana
- Ciudadanos, Ciudadania y Cultura Ciudadana, enero 15, 2010.
https://www.slideshare.net/gabrielacofre/ciudadanos-ciudadania-y-cultura-ciudadana-2925328
- Cultura ciudadana en Medellín, El Tiempo, Bogotá, 17 junio 2019
https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/cultura-ciudadana-en-medellin-como-ciudad-inteligente-376624
- Corpovisionarios, Resultados de Medición de Cultura Ciudadana en Monterrey, México, 2012
https://convenioandresbello.org/cab/wp-content/uploads/2020/09/Medicio%CC%81n-Monterrey-2010_2012-Evento-Pu%CC%81blico-viernes-07-12-2012.pdf
- Presidencia Uruguay, Primera encuesta de cultura ciudadana y convivencia en Uruguay destaca valores sociales, 10/04/2013
https://www.gub.uy/presidencia/comunicacion/noticias/primera-encuesta-cultura-ciudadana-convivencia-uruguay-destaca-valores

Textos relacionados en OTRAƎDUCACION
- Basura, cultura ciudadana y calidad de la educación
- Estaciones de gimnasia al aire libre en Pekín y en Quito

Incidir en la educación


I. PRESENTACIÓN
“La incidencia política son los esfuerzos de la ciudadanía organizada para influir en la formulación e implementación de las políticas y programas públicos, a través de la persuasión y la presión ante autoridades estatales, organismos financieros internacionales y otras instituciones de poder. Son las actividades dirigidas a ganar acceso e influencia sobre las personas que tienen poder de decisión en asuntos de importancia para un grupo en particular o para la sociedad en general”.

“La incidencia política es una herramienta para la participación real de la ciudadanía en la toma de decisiones del gobierno o en otras instancias de poder. Es una de las vías, junto con los procesos electorales, cabildos abiertos, comisiones especiales, entre otros, a través de la cual diferentes sectores de la sociedad civil pueden avanzar en sus agendas y tener impacto en las políticas públicas, participando de forma democrática y sistemática en la toma de decisiones sobre asuntos que afectan su vida”.
- “Manual para la facilitación de procesos de incidencia política”, WOLA-Programa Centroamericano de Capacitación en Incidencia, 2005.

«Incidir en las políticas públicas» - también llamada «incidencia política», «incidencia civil», «incidencia ciudadana», «co-producción» de las políticas o «incidencia» a secas ** - se ha convertido en capítulo de la moderna participación ciudadana y de la gestión pública participativa, tema de creciente interés en la esfera no-estatal, especialmente en el seno de la «sociedad civil» así como entre organismos de iglesia y el sector empresarial.
 

Proliferan las iniciativas, los eventos, cursos y talleres, presenciales y virtuales, e incluso los manuales de capacitación en metodologías y técnicas para dicha incidencia. Esta ha venido agregándose como una línea regular de actividad en los informes y sitios web de muchas instituciones nacionales e internacionales.

En este marco,
«incidir en la política educativa» ha pasado a ser un objetivo de muchos grupos y organizaciones que trabajan en el campo educativo desde fuera del Estado y desde fuera del mercado. Por tal se entiende por lo general una iniciativa de la sociedad civil (entendida a menudo de manera reducida como ONGs) dirigida a actores gubernamentales (y no también a las agencias internacionales) a fin de ejercer influencia sobre la política educativa (y no también sobre el quehacer educativo, así como sobre otras políticas que a su vez inciden en la educación) y específicamente sobre la educación escolar (antes que sobre la educación en general).

Levanto aquí algunas interrogantes y reflexiones en torno a esta visión de la incidencia en educación.

Propongo entender y asumir dicha incidencia:

(a) no solo en relación al sistema educativo sino al campo educativo en su conjunto;

(b) no solo sobre la política educativa sino sobre todas las políticas que tienen que ver con la educación, es decir, con las condiciones de enseñanza y aprendizaje (la política económica y la política social en sentido amplio);

(c) no solo sobre las políticas sino sobre el quehacer educativo, los escenarios, actores, mentalidades, relaciones, prácticas que configuran y sostienen cotidianamente a la educación a nivel local y nacional, dentro y fuera del sistema escolar;

(d) no solo sobre las políticas sino sobre La Política, matriz en la cual se moldean todas las políticas y el modo mismo de diseñar y gestionar la política pública;

(e) no solo desde organizaciones de la sociedad civil sino desde la comunidad educativa y la ciudadanía en general, especialmente padres de familia, estudiantes y comunidades territoriales;

(f) no solo interpelando a los gobiernos (nacionales, locales) sino también al sector privado, los medios de comunicación, las Iglesias y los organismos internacionales, actores fundamentales detrás de las políticas y de la política a nivel nacional e internacional.

(g) no solo ni principalmente mirando "hacia arriba" (autoridades, decisores de política, burocracias, y tecnocracias nacionales e internacionales, autoridades), sino mirando y escuchando "hacia abajo", promoviendo ciudadanía informada y activa en torno a las realidades y los problemas de la educación. No son las tecnocracias sino la gente, los grupos de base, los movimientos sociales, los actores principales e insustituibles de la defensa del derecho a la educación y al cambio educativo.

La “incidencia” surge como respuesta al tradicional elitismo y hermetismo con que se deciden las políticas y los presupuestos públicos, un ejercicio de cúpulas (Estado/gobierno, partidos políticos, grupos económicos y de presión, agencias internacionales) acorazado en un poder político-técnico (tecno-burocracias nacionales e internacionales), sin información pública y sin participación social.

Esta tradición está cuestionada en todo el mundo. Venimos presenciando una (a la vez interesante y preocupante) redefinición de los territorios, límites y roles entre lo público y lo privado, entre Estado y sociedad civil, y entre estos y los organismos internacionales. Se acepta que la formulación y la ejecución de las políticas públicas – teóricamente llamadas a ocuparse del “bien común”, del “interés de todos” – deben dejar de ser dominio exclusivo del Estado; que una democracia genuina requiere no solo mecanismos de representación política sino también de participación ciudadana directa; y que esta co-producción de las políticas es esencial para su coherencia, relevancia, apropiación, viabilidad, sustentabilidad y eficacia.

De hecho, como tendencia mundial y particularmente en América Latina venimos observando una creciente apertura:

1. del Estado a la participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) en el “diálogo de políticas” y en la ejecución de programas y proyectos;

2. de los organismos financieros internacionales a la consulta y participación de las OSC en los planes, políticas y proyectos financiados por dichos organismos, abriendo así rendijas en su tradicional hermetismo en relación con los ‘países clientes’. ***

Lamentablemente, en nuestros países - los mal llamados ‘países en desarrollo’ - observamos también una cada vez mayor apertura (y dependencia) por parte del Estado y de la sociedad civil en relación a los organismos internacionales como fuentes de financiamiento, asesoría, investigación y capacitación, y como garantes de continuidad de políticas y programas – las anheladas ‘políticas de Estado’.

De hecho, la ‘participación social en las políticas públicas’, reivindicación de los movimientos sociales y las posiciones progresistas, ha sido apropiada y viene siendo promovida desde arriba, desde las agencias internacionales – especialmente desde el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en el caso de América Latina y el Caribe – como parte del ‘fortalecimiento de la sociedad civil’, visto como condición indispensable de la modernización del Estado y estrategia prioritaria de los organismos financieros en las últimas décadas.

En nombre de dicho fortalecimiento de la sociedad civil, muchas ONGs e incluso movimientos sociales perdieron autonomía y pasaron a convertirse en entidades para-estatales, brazos ejecutores de las políticas compensatorias y asistenciales generalizadas desde los 1990s por gobiernos y organismos internacionales para ‘aliviar la pobreza’, bajo el supuesto – empuñado por estos últimos – de un Estado ineficiente y corrupto, y de unas ONGs por definición eficientes y en contacto directo con los pobres. Como se ha analizado abundantemente, el resurgimiento y la expansión del término ‘sociedad civil’ a partir de la década de 1980 ha ido de la mano del discurso anti-Estado y anti-política promovido por el neoliberalismo.


* Este texto tiene su origen en la exposición sobre este tema que realicé en el “Taller de Incidencia” organizado por el Consejo de Educación de Adultos de América Latina (CEAAL) en Bogotá el 29-30 abril 2006. Una versión preliminar fue incluida por el CEAAL en la separata ‘Incidencia en Políticas Educativas: Reflexiones y retos’, publicada con ocasión de su Asamblea Intermedia en La Habana, en enero 2007. La versión ampliada que incluyo aquí fue publicada en Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 5, Nº 16, Santiago de Chile, 2007.

** Cabe recordar que el término incidencia tiene un significado específico en el campo de la salud. Se refiere a la frecuencia con que se presenta una condición, síntoma, enfermedad o lesión en una población determinada y en un período de tiempo específico.

*** Banco Mundial, BID, OEA, UNESCO, entre otros, cuentan con grupos, comisiones, políticas, estrategias y sitios web dedicados al tema Sociedad Civil/ ONGs. Banco Mundial/sociedad civil BID/sociedad civil OEA/sociedad civil UNESCO/ONGs UNESCO/ Consulta Colectiva de ONGs en Educación para Todos (CCONG/EPT).

Textos relacionados en OTRA∃DUCACION
- 12 tesis para el cambio educativo
- Lógicas de la política, lógicas de la educación
- Anecdotario: "Yo solo quiero un ministro de educación"

Participación social en educación y observatorios ciudadanos



Conferencia magistral

Foro "La participación social en educación"

Observatorio Ciudadano de la Educación (OCE) /
Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE)-UNAM
México D.F., 3 agosto 2010

Rosa María Torres del Castillo


No acostumbro leer textos en conferencias, pero esta es una ocasión especial y he preferido confiar en la palabra escrita, que tiene el poder de decir, conservar y perdurar.

Me siento contenta y honrada con esta invitación y son varias las razones. Este foro se realiza en México, país al que me unen lazos familiares, de estudio y profesionales. Lo organizan dos instituciones prestigiosas de este país. A una de ellas, el Observatorio Ciudadano de la Educación (OCE), fundado por Pablo Latapí, me une una historia de colaboración y un largo sentimiento de admiración, que he plasmado en muchos escritos. Este foro convoca a la Cátedra Pablo Latapí Sarre, como una prolongación de su vida y de su obra, a la que tantos educadores debemos tanto.

Dos grandes Pablos latinoamericanos – Freire y Latapí - han marcado a varias generaciones de educadores e investigadores. Sin serlo formalmente, ambos fueron mis maestros, inspirándome con sus ideas y su ejemplo consecuente y militante. Con ambos entré en contacto a través de sus escritos sobre educación de adultos y educación no-formal, que es por donde yo también le tomé cariño a la educación y en donde encontré un lugar para hacer militancia social. Todos nosotros fuimos avanzando hacia nuevas y más amplias comprensiones de lo educativo, que hoy confluyen, para mí, en el Aprendizaje a lo Largo de la Vida.

Con Latapí compartí la redacción del Pronunciamiento Latinoamericano por una Educación para Todos, que preparamos con ocasión del Foro Mundial de Educación en Dakar, en abril 2000. Una iniciativa pionera en esta región, que dio lugar a una comunidad virtual, Comunidad Educativa, que modero desde 2002, la cual tendrá un encuentro presencial en Buenos Aires el 8-11 septiembre y que hemos decidido dedicar a la memoria de Pablo. De aquí saldrá un segundo Pronunciamiento Latinoamericano, actualizado y sintonizado con los nuevos tiempos.

El tema de este foro, sobre el cual OCE me ha pedido hablar – la participación social en educación y el papel de los observatorios – es fundamental. Vengo estudiando y escribiendo al respecto desde que trabajé en la Revolución Sandinista, en la Nicaragua de los 80s, y en sucesivos momentos, caminando con los nuevos escenarios y avanzando sobre mis propios aprendizajes.

Las reflexiones que siguen se enmarcan en este siglo 21 que apenas empieza, rebosante de viejos y nuevos problemas, y aún lidiando con una educación que, en muchos aspectos, corresponde no al siglo anterior sino a siglos anteriores. Me escucharán mencionar a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) pues el mundo virtual no es ya un mundo aparte sino elemento constitutivo del mundo real, un campo más de observación, análisis, uso, aprendizaje, disputa y formación de opinión pública para la participación social en educación.

Participación en educación: discursos y prácticas

Hablar de participación en educación se ha vuelto trivial. Como hablar de calidad. Ambas dejaron de ser banderas progresistas o incluso innovadoras en el campo educativo. Los discursos de la participación y de la calidad se han “democratizado” al punto de incluirnos a todos, incluso al empresariado privado y a los organismos financieros internacionales, quienes han contribuido a popularizarlos y al mismo tiempo a elitizarlos y tecnocratizarlos. El Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han venido promoviendo activamente y financiando con préstamos y asesoría el “mejoramiento de la calidad de la educación”, el “fortalecimiento de la sociedad civil”, la “incidencia en educación”, etc.

Desde posturas progresistas y emancipatorias - la Educación Popular, las pedagogías críticas, el constructivismo, etc. - venimos defendiendo y trabajando hace varias décadas para la participación en educación, no para la “eficiencia social” sino para la transformación social, entendiéndola como derecho, empoderamiento, construcción de ciudadanía activa.

Hay mucho escrito y propuesto al respecto en esta región, para la educación formal y para la no formal. No obstante, persisten grandes vacíos, en los planteamientos y en la práctica, como lo señala OCE para el caso de México pero que de hecho caracterizan a toda la región.

Hace falta una renovación de fondo, la que exigen las tozudas realidades de nuestros países, las nuevas oportunidades y contradicciones, la presencia ya irreversible de las modernas tecnologías, los muchos fracasos acumulados, los avances y redefiniciones del conocimiento en los campos que atraviesan a la participación y a la educación. Aunque quizás con nuevos ropajes, gobiernos y sociedades siguen en gran medida replicando premisas y mecanismos de una época anterior. La inercia, la inacción, o, peor aún, la acción inconsecuente, carcomen nuestras frágiles democracias, nuestras débiles ciudadanías y nuestros cuestionados sistemas educativos.

Sabemos y hemos reiterado que la participación es esencial por diversas razones y fuimos apoyando tal afirmación en la cada vez más demandada “evidencia” basada en estudios y casos.

Dijimos:

- Que no se trata sólo de más sino de más-y-mejor y, consecuentemente, de “calificar” la participación social y volverla participación ciudadana en ese proceso.

- Que participar en educación es asunto de todos - alumnos, docentes, padres de familia- y no solo de la “comunidad educativa” sino de la ciudadanía en general.

- Que no basta con participación dentro del aula, la escuela, el sistema escolar, pues lo educativo trasciende a lo escolar.

- Que todos somos sujetos de derecho en educación y, por ende, interlocutores válidos en la definición de las políticas – la educativa y las demás que inciden sobre las condiciones de enseñanza y aprendizaje.

- Que no se trata de participar a nivel local solamente sino en las decisiones que se toman a todos los niveles, incluidas las de escala nacional, regional y mundial.

- Que se trata no solo de instaurar procesos participativos sino de promover una cultura participativa.

Esto y mucho más sabemos producto de la investigación y la experiencia acumulada. No obstante, saberlo, decirlo e intentar llevarlo a la práctica no han sido hasta hoy suficientes para modificar sustancialmente modos de pensar y de hacer. Es evidente que algo viene fallando tanto por parte de quienes conceden participación como de quienes están llamados a reclamarla no como dádiva sino como derecho ciudadano.

Si usáramos los viejos esquemas binarios de “Logros y Dificultades” de los 1970s-1980s, podríamos colocar varios ítems en la lista de Logros.

- La participación (social/ciudadana/popular) en educación está instalada, incluso constitucional y legalmente, en varios países, con mecanismos y organismos institucionalizados para el efecto.

- En la mayoría de países contamos hoy con leyes que obligan a los Estados a la rendición de cuentas, la transparencia, el acceso a la información, la participación ciudadana, el control social.

- Las consultas en torno a la educación han pasado a integrarse como componente de muchas políticas y leyes (con eventos nacionales como el Debate Educativo en Uruguay o la aprobación en el Ecuador de un Plan Decenal de Educación mediante votación universal, ambos en 2006, para mencionar dos ejemplos de los últimos años). (1)- Por su parte, pueblos y organizaciones indígenas han empezado a reclamar el derecho a ser consultados en asuntos que atañen a su identidad, sus culturas, sus condiciones de vida, incluido el ecosistema.

- En los bancos de “buenas prácticas” que han venido armando organismos internacionales, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil pueden encontrarse algunas que son efectivamente tales, y que destacan justamente su componente participativo.- Todo esto y más, con el trasfondo de un desarrollo tecnológico que ha facilitado y horizontalizado estos procesos, borrando papeleos y jaqueando jerarquías, con ayuda de unas TICs que no son solo herramientas de información y comunicación sino herramientas de expresión, participación, consulta, debate, articulación, creación, investigación, aprendizaje…

En la columna de “Dificultades” necesitaríamos hacer espacio para un largo listado de “peros”…

- La gran brecha entre lo prescrito y lo actuado, entre políticas y realizaciones, entre las leyes y su aplicación.

- La persistencia de concepciones estrechas de participación (centrada en aspectos instrumentales), de sociedad civil (reducida a menudo a ONGs) y de educación (entendida como educación escolar). (2)

- La continuada visión de las políticas educativas como algo que se piensa y define “desde arriba y desde afuera” (de la escuela, del sistema escolar, incluso del país) y que se “baja” para que otros las ejecuten.

- La imposición a sangre y fuego, en muchos países, de la evaluación docente, aderezada con el pago por desempeño y por mérito, y la retórica de la “valorización” y la “profesionalización” docentes.

- El mal sabor que vienen dejando muchas experiencias de consulta, atropellando tiempos y condiciones fundamentales para llamarse tales.

- La fragilidad de pactos y alianzas en favor de la educación.

- El debilitamiento de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil.

- La burocratización e inoperancia, en muchos casos, de instancias de participación oficiales creadas y reguladas desde el Estado.

- El continuado relegamiento de alumnos y padres de familia como actores centrales del hecho y del cambio educativos, y como sujetos de consulta y participación.

- La desatención a la educación jóvenes y adultos, con esquemas que incluso nos retrotraen a épocas que considerábamos superadas en términos ideológicos y pedagógicos.

- La falta de seguimiento de iniciativas, a menudo congeladas como “proyectos” o “experiencias” que no trascienden ni en el espacio ni en el tiempo.

- La falta de políticas integrales y consistentes de democratización de las TICs, más allá del equipamiento y el acceso a secas, y la ausencia de información y debate públicos al respecto.

- Los dilemas y problemas de la participación que se replican en los nuevos espacios virtuales…
- Etcétera, etcétera.

Seguir leyendo la conferencia completa aquí


(1) Rosa María Torres, “Participación ciudadana en educación: Una mirada amplia y 20 experiencias de América Latina”. Documento presentado en la II Reunión de Ministros de Educación en el marco del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral –CIDI, organizada por la Unidad de Desarrollo Social y Educación (UDSE) de la Organización de Estados Americanos (OEA) (Punta del Este, Uruguay, 24-25 Septiembre, 2001).

(2) El Debate Educativo uruguayo, convocado por el Gobierno, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y la Universidad de la República, y coordinado por la Comisión Organizadora del Debate Educativo (CODE), es una de las experiencias más prolongadas y sólidas de este tipo en la región. Ver http://www.debateducativo.edu.uy/ El proceso ecuatoriano tuvo otro carácter, resultando en una consulta formal. Ver: Rosa María Torres, “Por qué voté en blanco por el Plan Decenal de Educación en la Consulta Popular”, Quito, 15 dic. 2006

Textos relacionados en este blog

Rosa María Torres, Incidir en la educación
Rosa María Torres, 12 tesis para el cambio educativo

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...