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El correísmo ofrece "erradicar el analfabetismo puro, funcional y digital"

 Rosa María Torres



Los sucesivos programas de gobierno presentados por el Movimiento Revolución Ciudadana (RC) al Consejo Nacional Electoral  (CNE) para terciar en las tres últimas elecciones presidenciales en el Ecuador (2021-2025, 2023-2025, 2025-2029) proponen esencialmente dar continuidad a la década de gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Entre las propuestas para la educación está "erradicar el analfabetismo puro, funcional y digital", a la que nos referiremos aquí. 

 Ciudadanía con educación 


30. Recuperar las Universidades públicas y las Universidades emblemáticas del país, el programa de becas en el exterior, la excelencia y calidad. 

31. Cumplir con la preasignación presupuestaria constitucional para la educación e incrementar la inversión educativa. 

32. Garantizar el derecho de los estudiantes a una educación pública, de calidad y gratuita en todos los niveles educativos, desde el inicial, educación general básica, bachillerato y tercer nivel universitario. 

33. Garantizar los derechos de los docentes ecuatorianos para mejorar la calidad educativa, fortalecer su trabajo mediante la regulación de la carrera docente y el escalafón, que reivindique derechos y responsabilidades como: 

- Política salarial con una remuneración justa, de acuerdo a la profesionalización, desempeño y méritos académicos en todos los niveles educativos. 

- Estabilidad docente en todos los niveles y modalidades. 

- Promoción, movilidad y alternancia docente. 

- Profesionalización, actualización, formación continua para el mejoramiento personal, pedagógico y académico. 

34. Fortalecer e incrementar los Institutos de Educación Superior. 

35. Revisar los modelos pedagógicos para incentivar el pensamiento crítico en los estudiantes. 

36. Revisar el Plan Decenal educativo para el fortalecimiento del sistema educativo nacional. 

37. Garantizar la cobertura universal de la oferta educativa pública a nivel nacional, bajo los principios de equidad social, territorial y regional. 

38. Implementar políticas para facilitar el acceso universal a los diferentes niveles de la educación, con facilidad de movilidad entre las regiones geográficas. 

39. Fortalecer las Unidades Educativas del Milenio (UEM) para garantizar el acceso de la población escolar de las zonas rurales usualmente excluidas de los servicios educativos. 

40. Distribuir los recursos para la educación con criterios de equidad social, poblacional y territorial para eliminar brechas y desigualdades étnicas, de género, urbano rural y por condición física. 

41. Requerir la rendición de cuentas sobre resultados educativos y gestión de recursos públicos de parte de las instituciones fisco-misionales, artesanales y comunitarias para que, con el financiamiento estatal, estén garantizados los principios de gratuidad e igualdad de oportunidades. 

42. Erradicar el analfabetismo puro, funcional y digital. 

43. Desarrollar modalidades formales y no formales que permitan oportunidades educativas para personas adultas y la superación del rezago educativo. 

44. Enlazar la educación con las necesidades económicas, productivas, sociales, culturales y ambientales del territorio. 

45. Mejorar la infraestructura y equipamiento físico y tecnológico de las instituciones educativas. 

46. Reducir la brecha tecnológica y de conectividad entre lo urbano, urbano-marginal y rural, mediante la cobertura universal de energía eléctrica, telecomunicaciones e internet en todo el territorio nacional.

47. Recuperar los infocentros como un mecanismo democrático y equitativo de acceso a la tecnología, y mejoramiento educativo de la población rural y urbana de escasos ingresos económicos. 

48. Incorporar las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en el proceso educativo y otorgar becas de conectividad a la población juvenil. 

49. Erradicar todas las formas de violencia en el sistema educativo, y velar por su integridad física, psicológica y sexual de los y las estudiantes. 

50. Brindar atención psicopedagógica oportuna y adecuada de todos los estudiantes con capacidades y necesidades especiales del país. 

51. Adaptar el sistema de educación rural a la realidad y necesidades territoriales, para potenciar el desarrollo de las capacidades de niños y jóvenes hombres y mujeres rurales, y así generar oportunidades en territorio y garantizar las mejores condiciones para el ejercicio de su derecho a la libre movilidad. 

52. Establecer un sistema nacional de evaluación que fomente su mejora continua. 

53. Fortalecer y ampliar el Bachillerato Técnico y de los Institutos Técnicos y Tecnológicos Superiores, tanto en calidad como en su pertinencia con las necesidades y potencialidades de los territorios. 

54. Mejorar el sistema de nivelación y admisión para el ingreso a la educación superior pública, con criterios de accesibilidad, equidad y justicia social. 

55. Establecer mecanismos regulados de becas, créditos, cobros, cuotas de ingreso u otros que permitan la equidad social en el ingreso a la educación superior particular. 



¿Es posible "erradicar el analfabetismo puro, funcional y digital"? 

La extensa experiencia mundial en el terreno del analfabetismo y la alfabetización ha venido mostrando lo complicado de esa batalla. De hecho, el objetivo de "erradicar" el analfabetismo (planteado entre otros en el Proyecto Principal de Educación para América Latina y el Caribe 1980-2000 y en la Educación para Todos 1990-2000) fue abandonado a principios de siglo a favor del objetivo más modesto de "reducir" el analfabetismo a la mitad (Educación para Todos 2000-2015). Este mismo viene siendo sistemáticamente incumplido y postergado (Torres, 2024). 

El propio correísmo tuvo un tropiezo al respecto. En 2009 Correa declaró al Ecuador «Patria Alfabetizada» y celebró el haber pasado del 9% al 2.7% de analfabetismo. Poco después debió dar marcha atrás pues los datos no cuadraban. Hubo que cambiar la declaratoria de «Patria Alfabetizada» por la de «Patria Alfabetizándose» (Torres, 2014).

En realidad, "erradicar el analfabetismo" viene siendo oferta del correísmo desde los inicios de su gobierno, en 2007. Fue una de las 7 políticas del Plan Decenal de Educación 2006-2015. No obstante, a 2015 se llegó  con 5,4% de analfabetismo entre las personas mayores de 15 años. La cifra es posiblemente mayor pues los datos de analfabetismo/alfabetismo siguen consignándose a partir de la declaración de las personas, no a partir de una evaluación de competencias efectivas.

La Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales (EHLPCC) realizada en 2021 en hogares de 23 provincias del Ecuador reveló que: 
  • El 91.4% de la población mayor de 5 años sabía leer y escribir.
  • El 92% leía en diferentes formatos.
  • El 76.7% leía diariamente.
  • El soporte más utilizado para la lectura era el celular (56.7%), seguido de material impreso (33.9%) y de computadora o laptop (8.5%).
  • El 57.5% leía libros.
  • En el Ecuador se leía en promedio un libro completo y 2 libros incompletos al año (Ministerio de Cultura y Patrimonio, OEI, INEC, FLACSO, 2022).
No obstante, sucesivas evaluaciones de aprendizaje en el medio escolar han venido mostrando que niños, adolescentes y jóvenes en el Ecuador tienen serios problemas de comprensión lectora, lo que pone en entredicho las afirmaciones de este encuesta acerca de niveles de alfabetismo así como de hábitos y prácticas lectoras.

«Pobreza de aprendizaje» y «crisis de aprendizaje»

En 2019 el Banco Mundial acuñó el término «pobreza de aprendizaje» para referirse a la situación de niños y niñas de 10 años que, después de asistir 3-4 años a la escuela, no pueden leer comprensivamente un texto corto adecuado a su edad. Estimó que 70% de los niños y niñas de 10 años en el mundo, la mitad de los niños y niñas en América Latina y el Caribe, padecían «pobreza de aprendizaje»En el caso del Ecuador se estimó que ésta afectaba a 63% de los niños de 10 años. En 2022, después de la pandemia, ese porcentaje subió a 66%. En 2013, 62% de los niños y niñas no alcanzaba el Nivel Mínimo de Aprendizaje al terminar la educación primaria y 2% no iba a la escuela (Banco Mundial, 2019).

Reducir la «pobreza de aprendizaje» a la mitad hasta el año 2030 apareció como la nueva gran cruzada de la política educativa-escolar a nivel mundial, así como avanzar a pasos acelerados con la alfabetización digital y la conectividad en un mundo en el que un tercio de la población carece todavía de acceso al Internet (Torres, 2023).

Los organismos internacionales hablaron de una «crisis global de aprendizaje», una crisis que habría iniciado mucho antes de la pandemia, alrededor del año 2000. Se trata, en verdad, de una crisis de los sistemas escolares y de los sistemas educativos en sentido amplio, necesitados de transformaciones profundas de cara a los nuevos tiempos, al nuevo conocimiento científico disponible en torno a la educación y el aprendizaje, y a la irrupción de las nuevas tecnologías (Torres, 2023).

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4, 2015-2030), dedicado a la educación y parte de la Agenda 2030, no propuso erradicar ni reducir el analfabetismo adulto a la mitad sino "asegurar que todos los jóvenes y una proporción considerable de los adultos, tanto hombres como mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética" (Meta 4.6). 

¿Qué son el analfabetismo puro, funcional y digital?


Quienes redactaron en 2020 el Programa de Gobierno de la Revolución Ciudadana, y sucesivamente en 2023 y 2024, comprometiéndose a "erradicar el analfabetismo puro, funcional y digital" en el Ecuador, desconocen por completo del tema. La sociedad no comenta ni reacciona pues tampoco sabe del tema y poco le interesa. Los organismos que hacen fact-cheking se dedican sobre todo a la verificación de datos. 

Se llama analfabetismo puro (o absoluto) al analfabetismo de quienes no fueron a la escuela o nunca aprendieron a leer, escribir y calcular. El analfabetismo puro es cada vez más raro en el Ecuador (y en el mundo) en la medida que las nuevas generaciones vienen accediendo más a la escuela. En todo caso, erradicar el analfabetismo implica no solo alfabetizar a jóvenes y adultos sino universalizar la educación (una educación de buena calidad) y erradicar la pobreza. Mientras haya niños, jóvenes y adultos al margen del sistema escolar y mientras siga existiendo pobreza, seguirá reproduciéndose el analfabetismo.

El término analfabetismo funcional se aplica a la situación de quienes - niños, jóvenes, adultos - accedieron a los rudimentos de la lectura, la escritura y el cálculo, sin haber logrado un manejo suficiente como para usar esas habilidades de manera autónoma en la vida cotidiana. Hay quienes tienen una corta experiencia escolar, «leen» a tropezones o garabatean su nombre y se consideran o son dados por «alfabetizados». La falta de uso de la lectura, la escritura y el cálculo produce lo que se conoce como «analfabetismo por desuso».

La noción de analfabetismo digital surgió más recientemente, a raíz de la aparición y expansión del Internet en el mundo. Hay diversas definiciones de analfabetismo digital, pero de modo general se entiende por tal la falta de manejo del Internet y los dispositivos digitales para fines de información, comunicación y aprendizaje.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) contabiliza como analfabeto digital a "una persona de 15 a 49 años que cumple simultáneamente con tres características: 1) no tiene celular activado, 2) en los últimos 12 meses no ha utilizado computadora, y 3) en los últimos 12 meses no ha utilizado Internet". 

Según el INEC, el analfabetismo digital afecta hoy al 31% de los indígenas, 11,1% de los afroecuatorianos, 8,3% de los montubios y 4,6%de los mestizos. En las áreas urbanas disminuyó del 7,5 % en 2020 al 3,6% en 2022, mientras que en las áreas rurales aumentó del 16,8% en 2020 al 19% en 2022. A nivel nacional, el analfabetismo digital pasó de 8.2% en 2022 a 5.4% en 2024 (INEC, 2024).


Referencias

Banco Mundial, Ecuador: Learning Poverty Brief, Oct. 2019.

Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), Tecnologías de la Información y la Comunicación, Quito, julio 2024.

Torres, Rosa María. La «Patria Alfabetizada» que no fueBlog OTRAƎDUCACION, Quito, 2014. 






Torres, Rosa María. ¿Renuncia a un mundo alfabetizado?Blog OTRAƎDUCACION, Quito, 2024.


Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, “El correísmo ofrece erradicar el analfabetismo puro, funcional y digital”, blog OTRAƎDUCACION, enero 2025.
https://otra-educacion.blogspot.com/2025/01/erradicar-el-analfabetismo-puro.html



Hay que remover la tierra para sembrar la semilla



Para sembrar la semilla, hay que remover la tierra. Sembrar nuevos conocimientos implica conectarlos con creencias y conocimientos previos, identificar saberes e ignorancias, descartar lo falso, lo anticuado, lo inútil, y hacer espacio para lo nuevo y lo útil. Des-aprender, aprender y re-aprender.

Lo que todo agricultor sabe y hace al momento de sembrar, la humanidad pasa por alto al momento de educar. No hay tiempo para remover la tierra, no se sabe cómo hacerlo ni para qué.

El niño que llega a la escuela es considerado un pozo vacío. El primer día de clases inicia la tarea de relleno. ¿A quién le interesa indagar lo que ese niño sabe y lo que quiere saber? Lo que importa es lo que el profesor sabe (o cree que sabe) y lo que el sistema escolar considera que los alumnos deben aprender. 

Lo cierto es que esos niños y niñas confiados a la escuela para aprender llegan con un cúmulo de saberes y experiencias laboriosamente construidos en la primera infancia, los años fundantes y más importantes en el desarrollo de toda persona.

El niño que estrena escuela no sabe leer ni escribir pero habla y se comunica fluidamente en su lengua, ha reflexionado sobre ella y tiene ideas claras acerca de qué son y para qué sirven la lectura y la escritura. Tal vez no sabe hacer cuentas sobre un papel, pero ya es amigo de los números y ha aprendido a hacer cuentas mentalmente. Y sabe mucho más sobre la vida y las relaciones humanas que lo que cualquier adulto se permite sospechar. Para enseñar a un niño, hay que remover la tierra para encontrar las raíces del juego, la curiosidad, la imaginación, el entusiasmo y la sabiduría infantiles.

Al adulto que decide alfabetizarse se lo trata como si fuese ignorante o como si fuese un niño (lo que, para muchos, es la misma cosa). La propia noción de analfabetismo suele asociarse a ignorancia, ceguera, y hasta estupidez y discapacidad. Muchos materiales de alfabetización y educación básica de adultos son una ofensa a la inteligencia humana, versión adulta del “Mi mamá me mima” o del “Lola lame la mula” con que se ofende, a su vez, la inteligencia infantil. Enseñar a personas adultas implica aceptar que, aún aquellas que no saben leer y escribir, son personas cabales, con criterio, conocimientos, talentos, valores, habilidades, como cualquier persona. Para enseñar a una persona adulta hay que remover la tierra y dejar que aflore su historia de vida, sus temores y hazañas, sus seguridades e inseguridades.

Con los futuros docentes no se empieza por indagar qué saben, dónde aprendieron lo que aprendieron, y por qué quieren estudiar magisterio. Se va directo a los contenidos, a las teorías, a los autores. Si la formación docente incluyera rememorar junto con ellos su infancia, sus recuerdos familiares, su trayectoria escolar, podrían desentrañarse elementos importantísimos para orientar su carrera y facilitar un acercamiento más sensible y empático con sus alumnos.

Para enseñar a los educadores hay que remover la tierra para que afloren sus motivaciones y temores, sus conocimientos y prejuicios, sus certezas e inseguridades, sus preguntas vitales.

La educación, mañosamente, se acostumbró a mirarse en el espejo de quien enseña, no de quien aprende; a colocarse en la perspectiva de lo que debe ser antes que de lo que es; a definirse por el punto de llegada (el nuevo conocimiento) negando el punto de partida.

Para que la enseñanza se convierta en aprendizaje es necesario remover la tierra, penetrar en los saberes, las creencias, las motivaciones, las dudas y temores de quienes aprenden. Quien siembra sin remover la tierra, esparce semillas sobre la superficie, sin esperanza de que echen raíces, crezcan y florezcan.

* Versión editada del artículo publicado en 2011 en el suplemento Familia del diario El Comercio de Quito.

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¿Cuál «educación del siglo 21»?


Todos hablan de «la educación del siglo 21»https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?shttps://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=20 :
- habilidades del siglo 21
- alumnos del siglo 21
- educadores del siglo 21
- escuela del siglo 21
- aula del siglo 21

Estrictamente, sin embargo, no existe
«la educación del siglo 21»https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=2'la educación del siglo 21'https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=2https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=20.

▸ ¿Cuál siglo 21?

- 1 de cada 4 personas en el mundo vive en situación de pobreza multidimensional o es vulnerable a ella.
- más del 60% de los trabajadores trabajan en la informalidad (OIT, 2020)
- 1 de cada 10 personas (759 millones de personas) vive sin electricidad (PNUD, 2021)
- más de mil millones de personas viven sin agua potable y 2 de cada 5 no cuentan con herramientas básicas para el lavado de manos.
- 43% de las escuelas del mundo no tienen instalaciones para el lavado de manos con agua y jabón (UNICEF, 2019)
- más de 40% de la población no tiene protección social.

- el 40% de la población mundial no tiene acceso a una educación en una lengua que hable o entienda (UNESCO, 2020)
- 6.5 mil millones de personas (85.5% de la población mundial) no tienen acceso a Internet rápido y confiable.
 
Fuente: ONU/PNUD 2020
Datos anteriores a la pandemia del COVID-19.

El siglo 21 no es el mismo para todos.

Millones de personas en el mundo viven en condiciones de siglos anteriores, sin disfrutar las ventajas o padecer las desventajas de la modernidad, sin agua potable, letrinas, energía eléctrica, trabajo y vivienda dignos, alimentación adecuada, transporte, lectura y escritura, buena educación, Internet, acceso a servicios y a derechos ciudadanos básicos.

En 2020, ante la necesidad de cerrar las escuelas debido a la pandemia del COVID-19, se decidió trasladar la escuela al hogar y continuar enseñando a distancia mediante educación virtual. No obstante, solo la mitad de la población mundial tenía en ese momento acceso a Internet. Internet para todos y aprendizaje virtual para todos continúan siendo una utopía.

Las desigualdades - dentro de cada país, entre países, entre regiones, entre el Norte y el Sur globales - no solo se perpetúan sino que se han profundizado post-pandemia: pobreza y riqueza extremas, hiperconsumo y hambruna, sobreinformación para unos y cero información para otros, analfabetos y sobrecalificados, conectados y desconectados.

Como es evidente, no viven de igual modo «el siglo 21» quienes sobreviven con uno o dos dólares diarios (las millones de personas que viven en pobreza extrema) y quienes hacen parte de la Sociedad de la Información, la Sociedad del Conocimiento, la Sociedad Digital.

▸ ¿Cuál educación?

No existe la educación, en singular, como hecho universal y experiencia común compartida por la humanidad. Existen las educaciones, diversas como las realidades, las culturas, las ideologías, las aspiraciones de sectores y grupos humanos concretos. No existe, por eso, el futuro de la educación sino los futuros de la educación.

No solo se aprende en el sistema educativo: se aprende también en el hogar, en la comunidad, en la biblioteca, en el trabajo, a través de los medios, del arte, de la participación social, del servicio y la solidaridad, del contacto con los demás y con la naturaleza.

Las necesidades de aprendizaje y los aprendizajes se configuran en condiciones y en culturas específicas. No es posible pensar en realidades, necesidades y aspiraciones educativas homogéneas, en soluciones y fórmulas iguales para todos.

El modelo de educación familiar y comunitaria desarrollado históricamente por los pueblos indígenas, que sigue vivo en muchos países, coexistiendo con el sistema dominante de educación formal, se guía por otras lógicas y epistemologías. No se trata solo de modelos educativos diferentes: se trata de sistemas alternativos de conocimiento.

En educación no existe el modelo único para todos.

▸ ¿Educación del siglo 21?

La educación en el siglo 21 es diversa, situada históricamente en este siglo y geográficamente en múltiples lugares y culturas. No corresponde necesariamente al imaginario de «siglo 21» y sus correspondientes «necesidades de aprendizaje en el siglo 21» pensadas como tales desde los países desarrollados.

Millones de niños, jóvenes y adultos no han visto una computadora ni han entrado jamás al Internet. Millones de niños, jóvenes y adultos no tienen idea de dónde vienen los alimentos que comen todos los días, no saben cómo se siembra y cosecha una papa, un tomate, un limón. Diferentes ignorancias, ignorancias ambas. 

▸ ¿Cuáles «habilidades del siglo 21»?
 
Muchas habilidades enlistadas hoy como «habilidades del siglo 21» aparecieron antes como «habilidades del siglo 20».

Hay varios listados de «habilidades del siglo 21» propuestos por diferentes organismos internacionales, entre otros la Comisión Europea (competencias clave para el aprendizaje permanente), el Foro Económico Mundial (habilidades clave para los empleos del futuro), la OCDE (aprender para la vida), UNICEF (habilidades transferibles) y el BID (habilidades transversales).

Lo cierto es que las habilidades fundamentales para la vida y para el trabajo son diferentes para personas, grupos, edades, trabajos y condiciones diferentes. Niños, jóvenes y adultos en situación de pobreza en el campo y en la ciudad - la mayoría de la población mundial, con un aumento notable a raíz de la pandemia en 2020 - enfrentan diariamente la lucha por la supervivencia y desarrollan, en gran medida autónomamente, habilidades para sobrevivir, aprender, cuidarse y cuidar a sus familias, cooperar, trabajar y ganarse el sustento.

La pandemia reveló la verdadera magnitud y amplitud de las brechas y desigualdades económicas, sociales, educativas y digitales en el mundo y en el interior de cada país, exigiendo replanteamientos conceptuales y prácticos en muchos órdenes, entre otros en cuanto a qué, dónde y cómo necesitan aprender niños, jóvenes y adultos, familias y comunidades en el mundo de hoy.
» Luces y sombras de la pandemia para el cambio educativo
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4 cifras sobre la alfabetización en América Latina ... y algunas dudas




El 8 de septiembre de 2018, a propósito del Día Internacional de la Alfabetización, la BBC Mundo divulgó una nota, autoría de la periodista Analía Llorente, con el título de "4 cifras sobre la alfabetización en América Latina que quizá te sorprendan". Las cuatro cifras son:
32 millones "De las más de 630 millones de personas que viven en América Latina y el Caribe, unas 32 millones son analfabetas", señala el último informe del Instituto de Estadísticas de la Unesco (UIS). Esto representa aproximadamente el 4% de la población analfabeta del mundo. La región se ubica en la cuarta posición a nivel global con las tasas más altas de alfabetización detrás de Asia central, Europa y América del Norte y el Este y Sudeste Asiático.
94% La tasa de alfabetismo en América Latina y el Caribe alcanza el 94% y en jóvenes es del 98%. Y un importante número de países están sobre el 99%, como Argentina, Bolivia, Chile, Costa Rica y Ecuador. Algunos se mantienen por debajo del 90%, como El Salvador (88%) y Honduras (89%). La tasa de alfabetismo de hombres es del 94% y del 93% para mujeres. (No se indica la fuente de este dato).
26 años  Entre 1990 y 2016 América Latina y el Caribe registró un importante progreso: pasó de una tasa de alfabetismo del 85% al 94%, según el Instituto de Estadísticas de la UNESCO.
72% Haití es el país peor ubicado de la región, con una tasa de alfabetismo del 72%.

Aquí mis dudas.

Los datos de analfabetismo/alfabetismo siguen siendo, en general, inconfiables pues se basan, en la mayoría de nuestros países, en la autopercepción y autodeclaración de las personas en censos y encuestas. ¿"Sabe ud. leer y escribir?" se les pregunta y las personas contestan Sí o No. Se basan, asimismo, en la vieja comprensión del "estar alfabetizado" como "estar en capacidad de leer y escribir un enunciado simple de la vida cotidiana".

Un artículo también publicado por la BBC Mundo, en septiembre de 2017, autoría del periodista Angel Bermúdez y también citando al UIS - "Van a la escuela pero no aprenden: por qué más de la mitad de los adolescentes latinoamericanos culminan la secundaria sin saber leer bien" - destacaba que:
"En América Latina, un joven requiere de más de una década de estudios formales para culminar la educación secundaria. De acuerdo con un informe del Instituto de Estadísticas de la UNESCO más de la mitad de los jóvenes en América Latina y el Caribe no alcanzan los niveles de suficiencia requerida en capacidad lectora para el momento en el que concluyen la educación secundaria. En total, hay 19 millones de adolescentes en esta situación". "Según el estudio, 36% de los niños y adolescentes de la región no tienen niveles adecuados de lectura; 52% no alcanzan competencias básicas. La situación es peor en la educación secundaria (62%) que en la primaria (46%)".
Cabe aclarar que el mencionado informe del UIS - "Más de la mitad de los niños y adolescentes en el mundo no está aprendiendo" - llega hasta la secundaria baja; los datos no se refieren a la secundaria alta.

El Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos (PIAAC) de la OCDE que viene aplicándose desde 2008 a personas de 16 a 65 años de edad, evalúa competencias cognitivas (entre otros comprensión lectora y capacidad de cálculo), sociales, físicas, y competencias de aprendizaje. En el PIAAC han participado hasta la fecha más de 40 países. Chile es el único país latinoamericano que ha participado en el PIAAC y que ya cuenta con resultados (Ecuador, Perú y México participaron en 2017; los resultados estarán listos en 2019). Los resultados de Chile en el PIAAC 2015, divulgados en 2016, causaron revuelo nacional y regional. Según evaluación de la OCDE: 62% de personas adultas en Chile no sabe sumar ni restar, titulaba un diario chileno el 29/06/2016, y agregaba que en comprensión lectora el 53% de los adultos chilenos no entiende instrucciones escritas simples, como interpretar los signos de un mapa. Aquí puede verse el informe del PIAAC sobre Chile en español y aquí el informe en inglés.

Chile es el país latinoamericano con mejores puntajes en la prueba internacional PISA y también en las pruebas del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) coordinadas por la UNESCO-OREALC. Si Chile obtiene resultados tan pobres en el PIAAC, ¿qué podemos esperar de países que están por debajo de Chile en el LLECE y en PISA?

Son desconcertantes las diferencias entre los datos sobre alfabetismo de jóvenes y adultos provistos por el Instituto de Estadísticas de la UNESCO y entre estos y los arrojados por el PIAAC de la OCDE. El informe del UIS citado en 2017 indicaba que 53% (19 millones) de los adolescentes en América Latina y el Caribe no están en capacidad de alcanzar niveles mínimos de competencia lectora para cuando debieran estar completando el primer ciclo de la educación secundaria; el informe del UIS citado en 2018 habla de porcentajes de alfabetismo adulto y juvenil de 98% y más del 99%, respectivamente. A su vez, el informe del PIAAC 2015 sobre Chile indicaba que más de la mitad de los adultos chilenos no entiende instrucciones escritas, mientras que el informe del UIS citado en 2018 dice que Chile es uno de los países con tasa de alfabetismo más alta. ¿Con qué datos nos quedamos?

Evidentemente, estamos frente a ideas distintas de lo que se entiende por alfabetización y por alfabetismo. Las cifras por encima de los 90% corresponden a lo que se ha entendido usualmente como "saber leer y escribir". Hoy ya no es posible separar competencia lectora de comprensión lectora: saber leer implica, como mínimo, comprender lo que se lee. La UNESCO define hoy alfabetismo como “la habilidad para identificar, comprender, interpretar, crear, comunicar y calcular, usando materiales impresos y escritos asociados a contextos diversos" (nuestra traducción del inglés). A su vez, los resultados del PIAAC ubican a Chile lejos de ese triunfal 98% y 99% de alfabetismo. Igual sucederá posiblemente cuando se publiquen los resultados del PIAAC para el Ecuador, México y Perú.

Ya ven por qué las cifras circuladas por la BBC en el reciente Día Internacional de la Alfabetización me generan tantas dudas.

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