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Relanzamiento de la Red Latinoamericana de Alfabetización. El legado de Emilia Ferreiro

https://www.facebook.com/redalf.org


La Red Latinoamericana de Alfabetización creada por Emilia Ferreiro en la década de 1990 fue relanzada el 5 de mayo de 2023. Ver abajo información al respecto. Transmisión en Yahoo 

El relanzamiento de la Redalf se da en un momento muy importante en esta región y en el mundo. La lectura y la adquisición de la lectura en el sistema escolar atraviesan por una situación especialmente crítica a raíz de la pandemia del COVID-19, el cierre de las aulas y el confinamiento (2020-2021). América Latina fue la región con el confinamiento más prolongado.

Mucho antes de la pandemia, en 2014, hubo alerta mundial en torno al hecho de que millones de niños y niñas no estaban aprendiendo a leer, escribir y calcular después de 4 años o más de ir a la escuela. Se habló de «crisis de aprendizaje».

La pandemia vino a profundizar dicha crisis. Las llamadas «pérdidas de aprendizaje» resultado del confinamiento, así como las medidas de «aceleración» y «nivelación» sugeridas para enfrentarlas, se han centrado en la lectura.

«Pobreza de aprendizaje»
llamó el Banco Mundial a la situación de niños y niñas de 10 años que "leen" textos simples sin comprenderlos.

Reducir a la mitad dicha «pobreza de aprendizaje» es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cuyo plazo es el año 2030.

La lectura es asimismo pieza central de la Transformación Educativa propuesta a nivel global por Naciones Unidas en 2022.

 


COMUNICADO ABRIL 2023

La Red Latinoamericana de Alfabetización moviliza a miles de educadores en la región

La iniciativa de Emilia Ferreiro en los años 1990s se retoma con el propósito de ampliar y actualizar el debate sobre los desafíos de la alfabetización en América Latina.

Fundada por la investigadora argentina Emilia Ferreiro, la Red Latinoamericana de Alfabetización (Red) será relanzada el 5 de mayo, con el propósito de retomar su compromiso político frente a las discusiones y propuestas relacionadas con la alfabetización en América Latina.

"La Red tiene sus raíces en un movimiento iniciado en octubre de 1987, cuando Emilia Ferreiro reunió a educadores de diferentes países de América Latina que creían en el derecho de los estudiantes a ser escuchados y respetados como sujetos capaces de aprender. Este fue el embrión de un movimiento que renace ahora con el mismo propósito y que acumula las contribuciones teóricas de los últimos 36 años, producidas desde el marco psicogenético", afirma la Dra. Giovana Zen, profesora de la Universidad Federal de Bahía, con posdoctorado en Alfabetización, orientado por la Dra. Ferreiro.

La iniciativa está siendo articulada por un grupo de educadoras que desde 2019 trabajan voluntariamente para rescatar la Red Latinoamericana de Alfabetización y su constitución como Asociación. Desde su divulgación, el grupo ha recibido innumerables mensajes de apoyo de educadores de diversas partes de América Latina y de instituciones públicas, privadas y del tercer sector. La Red pronto admitirá asociados.

“(...) sólo de manera colectiva es posible avanzar en la resolución de los complejos problemas políticos sociales y educativos que desafía nuestra región. Así lo pensamos cuando la Red se inició allá por la década del 90’. Lo sostuvimos en todas nuestras trayectorias y nuestros espacios de trabajos y por eso que celebramos muy enfáticamente esta nueva iniciativa de las colegas brasileñas, que ya mismo está enraizando en otros países de nuestra patria latinoamericana” – afirma la Dra. Mirta Castedo – Profesora Emérita e investigadora de la Universidad Nacional de La Plata-Argentina y Coordinadora del Ministerio de Educación Nacional de la Nación Argentina para el postítulo “Lecturas y Escrituras en la Educación Primaria”.

Hoy, pasados treinta años, la Red resurge uniendo la generación de Emilia Ferreiro, Telma Weisz y Delia Lerner con profesores e investigadores más jóvenes que desean fomentar la articulación de un colectivo capaz de debatir los desafíos de la alfabetización en América Latina, tanto desde el punto de vista de la formación como de las políticas públicas, congregando a investigadores y profesores latinoamericanos que siguen creyendo que detrás de la mano que sostiene el lápiz, de los ojos que miran, de los oídos que escuchan, hay un niño o niña que piensa.

Desde su anuncio a mediados de abril, más de 6 mil educadoras y educadores se han inscrito para acompañar el evento virtual de relanzamiento.

En el evento tendremos la presentación de la primera directiva de la Asociación, además de una mesa compuesta por ilustres invitados. Participarán en la mesa Alexsandro Santos, director de políticas y directrices de la Educación Básica en el Ministerio de Educación (MEC); Cybele Amado, directora nacional de formación del MEC; Roberto Sidnei Macedo, director de la FACED de la Universidad Federal de Bahía; Zuleica Mara Brandão dos Santos, profesora en la Escuela Municipal de Educación Infantil Kimimo Boa Vista, Chapada Diamantina, Bahía; y Delia Lerner, especialista en didáctica y renombrada investigadora argentina. El evento contará con traducción en Libras y en la Lengua de Señas Argentina.

Los propósitos de la Red son:

- Luchar por el derecho de niños, jóvenes y adultos a ser escuchados y respetados en sus procesos de apropiación de las culturas de lo escrito. 

Compartir y ampliar las discusiones sobre los aspectos psicolingüísticos, sociohistóricos y didácticos que respaldan la perspectiva constructivista psicogenética. 

- Fomentar el intercambio entre investigadores, profesores, formadores y gestores de la Educación Básica y de la Enseñanza Superior en América Latina.

El evento homenajeará a Emilia Ferreiro en el día en que cumple 86 años y también a la investigadora brasileña Telma Weisz.

Más informaciones

Rosaura Soligo
Articuladora de la Red
Tel. 55 19 981770851
E-mail: contato@redalf.com


Palabras de Giovana Zen

 en el evento de relanzamiento de la Red


En 2019 nuestros fundamentos teóricos fueron cuestionados aquí en Brasil por un gobierno que asumió el método fónico como único y supuestamente con bases científicas. Más adelante, cuando la pandemia puso en evidencia una vez más que las tragedias y la negación de los derechos afectan sobre todo a los más vulnerables, percibimos la urgencia de una articulación capaz de luchar por justicia social y por la atención de los derechos sociales, lo que incluye la alfabetización.

 Una articulacion con raíces lo suficientemente fuertes para encarar los desafíos que enfrenta América Latina para alfabetizar a sus hijos.

Este año, con esperanzas renovadas, reafirmamos nuestra convicción de que se necesita intensificar la lucha para que nuestros niños y niñas nunca más sean amenazados con propuestas que no respetan lo que ellos son: sujetos que producen cultura y que son producidos por ésta. 

La lucha también aspira al reconocimiento de jóvenes y adultos como sujetos capaces de aprender, que ejercen plenamente su derecho de existir con dignidad en este mundo haciendo uso de las diversas prácticas sociales asociadas a la lectura y la escritura.



Después de 36 años, la Red Latinoamericana de Alfabetización renace con el mismo espíritu: congregar a investigadores y educadores de toda América Latina que luchan por los derechos de niños, jóvenes y adultos a ser escuchados y respetados en su proceso de apropiación de la cultura escrita, lo cual presupone profesoras y profesores con una sólida formación didáctica. 



Ese es un sueño que solo puede ser vivido con la fuerza de un colectivo. Por esa razón, la Red pretende asumir fuertemente un papel articulador, poniendo en diálogo a universidades, redes de enseñanza públicas y privadas, organizaciones no-gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil con interés en lo público. 



Si en un pasado las distancias físicas representaban un enorme desafío para establecer un diálogo fructífero entre instituciones educativas y sectores sociales, hoy ya sabemos cómo mantenernos conectados. Sin duda, en este caso la tecnología está a nuestro favor.



Es compromiso de la Red difundir el conocimiento psicolingüístico y didácticio producido por investigadores latinoamericanos a partir de un marco constructivista psicogenético. Es urgente que esa producción científica actualice las discusiones para poder comprender lo que piensan niños y niñas cuando se enfrentan al desafío de aprender a leer y escribir. Y para que se pueda entender definitivamente el papel importante que tienen los profesores en la realización de intervenciones didácticas que ayuden a los niños a avanzar en sus conceptualizaciones sobre la escritura.



La Red pretende reafirmar convicciones de renovar el compromiso pedagógico, por tanto político, de profesores que enseñaron a leer y escribir considerando qué piensan niños, jóvenes y adultos, que tienen en cuenta su inteligencia, y que se niegan a realizar prácticas pedagógicas mecanicistas y espontaneístas.



Lo que hemos visto desde que lanzamos la convocatoria para esta actividad del 5 de mayo de relanzamiento de la Red son millones de profesores, investigadores, gestores y formadores ávidos con la posibilidad de estar juntos trabajando en red. Han sido más de 10.000 inscritos y 13 países representados. Una movilización que revela la potencia de un movimiento que tiene urgencia de transformar sus ideales en acciones.

Esta mañana realizamos la asamblea de constitución de la Red, una asociación civil sin fines de lucro. Elegimos el primer directorio general.























La Red tendrá sede en Brasil pero trabajaremos arduamente para que cada país tenga su propio núcleo capaz de fomentar el debate y realizar las acciones necesarias para ubicar las particularidades de cada contexto sociocultural de esta patria latinoamericana.

Seguiremos acogiendo a quienes se reconozcan en los propósitos de esta Red. El directorio general, compuesto por asociados brasileños, será responsable de las acciones realizadas en Brasil y de la coordinación general de la Red en diálogo permanente con las coordinaciones nacionales. 



Para los próximos dos años asumimos el desafío de construir un colectivo, fomentando, además de la formación de núcleos nacionales, núcleos regionales que puedan discutir los desafíos locales y las alternativas posibles para encararlos. También es nuestro propósito organizar grupos de investigación formados por investigadores de diversas universidades latinoamericanas dedicadas a impulsar la investigación psicolingüistica y didáctica.



El día de hoy, elegido como fecha fundacional de la Asociación Red Latinoamericana de Alfabetización, es el aniversario de quien ha dedicado su vida a comprender qué piensan niños y niñas cuando están frente al desafío de aprender a leer y escribir.  Es preciso decir que esta Red solo existe porque en algún momento de su vida ella decidió escuchar lo que los niños tenían que decir sobre lo escrito. Nace en el mismo día de aniversario de la persona que dio origen a todo este movimiento. Esto tiene un valor simbólico de gran importancia para todos nosotros. Es una forma de homenajearla y garantizar que su obra sea comprendida, respetada y difundida por todos los rincones latinoamericanos.



En el seminario regional sobre "Alternativas de alfabetización para América Latina y el Caribe" promovido por la UNESCO en mayo de 1987 Paulo Freire se refirió a Emilia Ferreiro como una de las mujeres extraordinarias del siglo XX. Tuvo razón. Qué pena que no esté aquí para ver todo esto que está sucediendo, para ver su inédito viable transformarse en un inédito de hecho por obra de personas comprometidas e involucradas en la lucha por la transformación de realidades adversas y por la transportación de las fronteras.

En mi condición de presidenta de la Red Latinoamericana de Alfabetización hablo en nombre de un colectivo que ha trabajado incansablemente para que todo esto sea posible. Además de las personas que componen la dirección general quiero destacar el esfuerzo de las condiciones creadas desde 2019 para hacer que todo esto suceda: la comisión de producción y difusión de contenidos y la comisión de medios digitales y comunicación. Un agradecimiento especial a Claudia Molinari por su apoyo incondicional, así como a algunos invitados que colaboraron con entusiasmo a la invitación a ser parte de este momento y a todos aquellos que colaboraron de manera expedita en la difusión del relanzamiento de la Red Latinoamericana de Alfabetización. Muchas gracias.

* Transcripción y traducción de este texto (portugués-español): Rosa María Torres

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28 de agosto de 2023

Con profunda tristeza la Red Latinoamericana de Alfabetización comunica el fallecimiento de Emilia Ferreiro, nuestra eterna maestra, artífice de una verdadera revolución conceptual en el campo de la alfabetización. Gracias Emilia por tanto.


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***

Mi presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”, Colección Paideia Latinoamericana, Nº 1, CREFAL, Pátzcuaro, 2007.  México D.F., 28 febrero 2008





Aprendizajes escolares, aprendizajes familiares (Bangladesh)

 Rosa María Torres

Escuela primaria no-formal del BRAC - Bangladesh. Foto: BRAC

Algo que me maravilló de las escuelas rurales no-formales multigrado del BRAC en Bangladesh es su impacto familiar y comunitario.

El BRAC es una ONG, una de las más grandes de Asia. Sus escuelas primarias no-formales (3 horas diarias de clase, 11 meses al año), son un modelo escolar exitoso que tiene ya más de 50 años de vida, ha graduado a más de 12 millones de estudiantes, ha sido premiado internacionalmente y se ha expandido a otros países. Se les llama escuelas no-formales porque adoptan modalidades flexibles en muchos aspectos, diferentes a las de las escuelas formales convencionales. Son escuelas gratuitas. Uno de sus objetivos iniciales fue favorecer la incorporación de las niñas.

Cuando visité estas escuelas en los 1990s observé que se ponía gran énfasis en enseñar a los alumnos a lavarse las manos y a hervir el agua. El aula estaba llena de carteles con mensajes y dibujos alusivos. Con ayuda de la traductora que me acompañaba, le pregunté a la profesora y me explicó.

Lavarse las manos antes de ingerir los alimentos y hervir el agua que se bebe y con que se cocina son actividades cotidianas que tienen enorme impacto sobre la salud. Muchas enfermedades y muchas muertes pueden evitarse siguiendo estos dos procedimientos. Se insiste en esto a los alumnos y se les pide que enseñen estos hábitos a sus familias. Se les orienta cómo hacerlo, con ayuda de breves y sencillos materiales ilustrados. La evaluación de los alumnos y de la escuela incorpora esta dimensión de educación familiar. Hay alumnos entusiasmados que por su cuenta deciden ampliar las enseñanzas a los vecinos e incluso a toda la comunidad.

Qué diferentes serían los sistemas escolares, los currículos, las pedagogías, las escuelas, los profesores, los alumnos y la cultura escolar si esto que hacen estas escuelitas rurales, multigrado, en Bangladesh se incorporara como ingrediente y rutina propia de la escolarización.

Un sistema escolar que promueve el aprendizaje inter-generacional en temas y problemas claves relacionados con la higiene, el cuidado de la salud y el bienestrar familiar.

Una escuela que entiende su misión no solo como educar a los alumnos sino como educar a la familia y a la comunidad a través de ellos. El auténtico Aprendizaje-Servicio.

Unos contenidos elegidos y pensados no solo como currículo escolar sino como currículo ciudadano.

Una pedagogía orientada no solo a aprender a aprender sino también a aprender a enseñar.

Una evaluación escolar centrada no solo en lo que aprenden los alumnos sino en su capacidad para educar a otros.

Cuánto más relevantes y pertinentes serían los currículos escolares si tuvieran en cuenta las necesidades de la familia y la comunidad local; cuánto más realizados y socialmente útiles se sentirían los alumnos si pudieran poner lo que aprenden al servicio de su propia familia; cuántas cosas podrían niños, adolescentes y jóvenes enseñar a sus padres y abuelos mientras avanzan en su propio aprendizaje; cuánto más útil sería el sistema escolar para el bienestar familiar, el desarrollo comunitario, la superación de la pobreza, el cuidado del medio ambiente y el aprendizaje a lo largo de la vida.  

 


Hay que remover la tierra para sembrar la semilla



Para sembrar la semilla, hay que remover la tierra. Sembrar nuevos conocimientos implica conectarlos con creencias y conocimientos previos, que están en el fondo; identificar saberes e ignorancias, descartar lo falso, lo anticuado, lo inútil, y hacer espacio para lo nuevo y lo útil. Des-aprender, aprender y re-aprender, en términos contemporáneos.

Lo que todo agricultor sabe y hace al momento de sembrar, la humanidad pasa por alto al momento de educar. No hay tiempo para remover la tierra, no se sabe cómo hacerlo ni para qué.

El niño que llega a la escuela es considerado un pozo vacío. El primer día de clases inicia la tarea de relleno. ¿A quién le interesa indagar lo que ese niño sabe y lo que quiere saber? Lo que importa es lo que el profesor sabe (o cree que sabe) y lo que el sistema escolar considera que los alumnos deben aprender. 

Lo cierto es que esos niños y niñas confiados a la escuela para aprender llegan con un cúmulo de saberes y experiencias laboriosamente construidos en la primera infancia, los años fundantes y más importantes en el desarrollo de toda persona.

El niño que estrena escuela no sabe leer ni escribir pero habla y se comunica fluidamente en su lengua, ha reflexionado sobre ella y tiene ideas claras acerca de qué son y para qué sirven la lectura y la escritura. Tal vez no sabe hacer cuentas sobre un papel, pero ya es amigo de los números y ha aprendido a hacer cuentas mentalmente. Y sabe mucho más sobre la vida y las relaciones humanas que lo que cualquier adulto se permite sospechar. Para enseñar a un niño, hay que remover la tierra para encontrar las raíces del juego, la curiosidad, la imaginación, el entusiasmo y la sabiduría infantiles.

Al adulto que decide alfabetizarse se lo trata como si fuese ignorante o como si fuese un niño (lo que, para muchos, es la misma cosa). La propia noción de analfabetismo suele asociarse a ignorancia, ceguera, y hasta estupidez y discapacidad. Muchos materiales de alfabetización y educación básica de adultos son una ofensa a la inteligencia humana, versión adulta del “Mi mamá me mima” o del “Lola lame la mula” con que se ofende, a su vez, la inteligencia infantil. Enseñar a personas adultas implica aceptar que, aún aquellas que no saben leer y escribir, son personas cabales, con criterio, conocimientos, talentos, valores, habilidades, como cualquier otra persona. Para enseñar a una persona adulta hay que remover la tierra y dejar que aflore su historia de vida, sus temores y sus hazañas, sus seguridades e inseguridades.

Con los futuros docentes no se empieza por indagar qué saben, dónde aprendieron lo que aprendieron, y por qué quieren estudiar magisterio antes de empezar a enseñarles. Se va directo a los contenidos, a las teorías, a los autores. Si la formación docente incluyera rememorar junto con ellos su infancia, sus recuerdos familiares, su trayectoria escolar, podrían desentrañarse elementos importantísimos para orientar su carrera y facilitar un acercamiento más sensible y empático con sus alumnos.

Para enseñar a los educadores hay que remover la tierra para que afloren sus motivaciones y temores, sus conocimientos y prejuicios, sus certezas e inseguridades, sus preguntas vitales.

La educación, mañosamente, se acostumbró a mirarse en el espejo de quien enseña, no de quien aprende; a colocarse en la perspectiva de lo que debe ser antes que de lo que es; a definirse por el punto de llegada (el nuevo conocimiento) negando el punto de partida.

Para que la enseñanza se convierta en aprendizaje, es necesario remover la tierra, penetrar en los saberes, las creencias, las motivaciones, las dudas y temores de quienes aprenden. Quien siembra sin remover la tierra, esparce semillas sobre la superficie, sin esperanza de que echen raíces, crezcan y florezcan.

* Versión editada del artículo publicado en 2011 en el suplemento Familia del diario El Comercio de Quito.

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"Este año se espera la reforma educativa"

 

Esther Pearl Watson


Leo en un diario del Ecuador: "Este año será algo especial pues se espera la reforma educativa".

El periodista, como la mayoría de personas, no tiene una idea clara de lo que es una «reforma educativa» . Al leer el titular de la nota pienso en la llegada de la cigüeña o de una nave espacial. Una Reforma Educativa que aterriza o cae de algún lado.

Los ciudadanos abren un buen día el periódico y se encuentran con la noticia de que La Reforma Educativa ha arribado al país. Los alumnos llegan el lunes a clases y se topan en la puerta de la escuela con la Señora Reforma. Los profesores son convocados a reunión urgente para informarles que acaba de posesionarse la Autoridad Reforma. Las familias reciben, al final del año escolar, hijos reformados por la Reforma.

¿Este año? La reforma educativa es un proceso que toma muchos años, incluso décadas. Llevar a la práctica y generalizar cambios significativos en el ámbito educativo es tarea compleja, multisectorial, cultural. Pensarla como «evento» es error frecuente; cambiar la educación es un proceso permanente, siempre inacabado.

¿Un año especial? En muchos países la reforma educativa es cosa trillada. La anuncia cada gobierno e incluso cada nuevo equipo ministerial. El año sería verdaderamente especial si no se anunciara una reforma a la reforma.

¿Se espera? Poca gente espera la «reforma educativa». La mayoría está conforme o relativamente conforme con lo que tiene. Los más conformes son los que reciben la educación de la peor calidad. Los profesores son los más afectados pues todo cambio implica desacomodos, adaptaciones, esfuerzos adicionales y, para algunos, malas noticias.

¿La reforma? Hay reformas educativas de todo tipo. La mayoría - aunque se rebauticen como «revolución», «transformación», etc.- realiza ajustes cosméticos de orden administrativo y/o legal, antes que cambios integrales y sistémicos, con visión de mediano y largo plazo. Pocas se animan con cuestiones complejas y de fondo como el aprendizaje, el currículo, la pedagogía, la evaluación, la selección y evaluación docente, etc. Menos aún con cuestiones de inclusión y de equidad: priorizar la primera infancia y los grupos más pobres y vulnerables, reducir - antes que seguir ampliando - desigualdades, ocuparse del bienestar de las familias y de la educación de padres y madres, replantear las políticas docentes, poner en el centro el aprendizaje, el derecho a aprender y el paradigma del aprendizaje a lo largo de la vida.

Cada ministro o ministra aspira a que su gestión pase a la historia como la que fue capaz de hacer una reforma sustantiva que sienta bases y deja huella, no la reforma pasajera que se desarma o desanda al poco tiempo. 

Al final, la experiencia acumulada muestra que las reformas duran y reforman poco. La gran mayoría no tiene seguimiento ni evaluación. Son pocos los procesos de reforma educativa que tienen consistencia y permanencia en el tiempo, y que se hacen informando e involucrando a la ciudadanía.

Algún día la sociedad avanzará lo suficiente como para exigir y comprometerse con cambios educativos profundos, que superen viejas recetas y viejas lógicas, que logren visualizar una educación realmente diferente, igualitaria, plena de sentido, que saque y desarrolle lo mejor de nuestros niños, jóvenes y adultos. 

* Publicado originalmente en la revista Familia del diario El Comercio de Quito, 8 enero 1995.

Los usos escolares del diccionario



Escribí y publiqué este artículo en 1999. Recoge una anécdota escolar de mi hijo menor. Una anécdota más sobre la nefasta cultura de los deberes, en este caso vinculada al diccionario. Poco se usan hoy los diccionarios pero los deberes escolares siguen repitiendo muchos de los problemas de antaño, esta vez con ayuda de un nuevo convidado: el Internet. Lastimosamente ya no tengo hijos escolares para poder testimoniar de cerca y documentar esta nueva etapa de la cultura escolar.


Para Julián

Vino una tarde mi hijo, tercer grado, con una tarea que debía hacer utilizando el diccionario. Con aire triunfal anunció que era una tarea fácil y que en media hora estaría libre para salir a jugar. Pasada la media hora, disgustado y ansioso se acercó a decirme que no encontraba en el diccionario las palabras que debía buscar.

Le pedí que bus­cara nuevamente. Pocos días antes la directora de la escuela nos ha­bía pedido a padres y madres no ayudar a nues­tros hijos en las tareas y mucho menos hacerlas por ellos. Las tareas deben hacerlas los niños solos, a fin de que sean un re­fuerzo de lo aprendido en la escuela. Esta ha sido para mí batalla permanente como mamá y como pedagoga. No podía estar más contenta. Y así lo dije en la reunión. Diez hurras para la escuela.

Un rato más tarde mi hijo volvió a acercarse. Definitivamente, no en­contraba esas palabras. Decidí entonces fijarme en qué consistía la tarea. Esa mañana la maestra les había dictado 20 palabras. Había puesto una cruz roja junto a las palabras mal escritas por los niños en sus cuadernos, y les había pedido como tarea corregirlas en sus casas usan­do el diccionario y copiar su defini­ción. El pequeño detalle que la maestra no tuvo en cuenta es que los niños consultarían en el diccionario dichas palabras tal y como ellos las habían escrito, es decir, mal. Mi hijo estaba buscando en el diccionario aderir, lusiérnaga, ecselente...

Así pues, corregí en su cuaderno las palabras mal escri­tas, antes de enviarle de vuelta al diccio­nario. En veinte minutos terminó la tarea que le había atormentado.

Dos semanas más tarde hubo en la escuela una nueva reunión de padres de familia. Entre los puntos tratados se insistió otra vez en la no interferencia en las tareas escolares. Alcé la mano y expuse la anécdota que cuento aquí. Nadie reaccionó ni dijo nada. La escuela no está preparada para reconocer sus errores y dialogar profesionalmente con los padres de familia. Los padres de familia tampoco están preparados para esta clase de relación con la escuela. Prefieren ignorar o pasar por alto los problemas. Todos se acogen al silencio.

Cuando, esa tarde, mi hijo terminó la tarea y salió a jugar, feliz, pensé en los millones de niños y niñas escolares en todo el mundo que padecen diariamente los deberes, en la casa y en la escuela, muchos sin tener a quién acudir, y sin sospechar siquiera que otra escuela es posible, una en la que niños y familias tienen derecho a hablar, a argumentar, a señalar errores y exigir aprendizajes y rectificaciones.

* Publicado en Familia, El Comercio, Quito, 13 enero 1999.

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Caperucita, Cenicienta y Camila

Rosa María Torres


Para Camila, en su tercer cumpleaños

Le conté a mi nieta la Caperucita Roja y la Cenicienta cuando tenía dos años, mientras pasábamos unas vacaciones en la playa, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas. Sensible a la nieta y al contexto, en lugar de sabrosos pastelillos, nuestra Caperucita llevó bolones de verde a su abuelita. A la medianoche, en el gran salón del palacio, nuestra Cenicienta no bailó vals con el príncipe sino rock (y al son de Tercermundo, la banda de su papá).

Nuestra Caperucita y nuestra Cenicienta, hechas a medida, se sacaron el olor a viejo y a europeo, y se volvieron contemporáneas y ecuatorianas, como la Camila; hablando, comiendo y bailando como ella habla, come y baila. Caperucita, Cenicienta y Camila se encontraron en una playa desconocida para la tres, pero con lugares, sonidos y gustos conocidos. No por llevar bolones en lugar de pastelillos la Caperucita dejó de ser menos Caperucita; la abuelita se los comió igual y le encantaron. La Cenicienta bailó rock con la misma gracia que hubiera bailado vals y el príncipe se enamoró de ella y de sus contorsiones tal y como se hubiera enamorado al verla deslizarse grácilmente entre sus brazos. Igual, terminaron casándose y viviendo felices. Y nosotras, divirtiéndonos mucho.

Esto, llevado al plano de la escuela, es lo que permite un currículo contextualizado y flexible: la posibilidad de que cada región, cada escuela y cada profesor adapte contenidos y métodos a las necesidades e intereses de los alumnos. Los mejores caminos hacia el aprendizaje son aquellos que se conectan con las particularidades, los conocimientos previos y las experiencias de quienes aprenden.

Se puede enseñar y aprender Matemáticas mucho mejor si los problemas se vinculan con la vida de los alumnos. No hay razón para sumar avellanas donde no se conocen, para dividir un pastel de manzana donde éste es inaccesible, o para sacar la superficie de un campo de golf donde el deporte resulta tan extraño como el problema. Juanito puede comprar galletas, panes y huevos en la tienda de la esquina mientras aprende a sumar, restar, dividir o multiplicar.

Se puede iniciar en la lectura a niños pequeños con textos que hablan sobre los orígenes del himno nacional, la biografía de algún personaje de la historia patria, los beneficios del buen comer o el respeto a los mayores. Pero niñas y niños mostrarán más interés si lo que se lee habla de lo que les entusiasma, de lo que conocen o quieren conocer. Un niño rural aprenderá a leer con textos pensados para el medio urbano, pero concluirá pronto que la lectura, igual que la ciudad, son realidades ajenas, inasibles, extrañas.

Se puede iniciar a los alumnos en el estudio de la Historia sumergiéndoles en las migraciones de los primeros habitantes del planeta, en la evolución de la orfebrería en las culturas prehispánicas o en la cronología de la conquista. Pero son altas las probabilidades de que, por esta vía, se les esté iniciando más bien en la antipatía hacia la Historia. Para un niño, para un joven, la historia tiene sentido y se comprende en su conexión con el presente, con su propia historia, la de su familia, la de su comunidad.

Y así siguiendo. Para cada materia, para cada contenido, siempre existe la posibilidad de poner el nuevo conocimiento al alcance de niños y jóvenes, acercándolo a su realidad y a su cultura, despegándolo del libro de texto y del manual, y devolviéndoles así a profesores y alumnos la facultad para crear, para hacer de la enseñanza y el aprendizaje una actividad placentera y plena de sentido.

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Malentendidos sobre la alfabetización, la lectura y la escritura

Analizamos aquí varios malentendidos - algunos de ellos muy generalizados - en torno al aprendizaje y uso de la lectura y la escritura en todas las edades. Avanzar en este campo implica abandonar viejas creencias, desaprender y re-aprender en un campo en el que hay mucha nueva información y mucho nuevo conocimiento, así como nuevas prácticas y posibilidades creadas por las nuevas tecnologías y el Internet.


Las personas analfabetas no son ignorantes

Las personas analfabetas no son ignorantes. Saben muchas cosas. De otro modo no podrían sobrevivir y subsistir. Y siguen aprendiendo a lo largo de la vida.

El lenguaje escrito no es la única fuente de información y conocimiento. Están entre otros el lenguaje oral, la comunicación sin mediación escrita (visual, auditiva, etc.), las relaciones interpersonales, la experiencia, la observación, la reflexión, la colaboración, las artes, el trabajo, el contacto con la naturaleza.

Nadie sabe todo, nadie ignora todo.

Quien asocia analfabetismo con ignorancia revela prejuicio e ignorancia. El analfabetismo genera rechazo en nuestras sociedades letradas.
«Analfabeto» se usa como insulto.

José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998, en la ceremonia de entrega del premio dijo: "El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir". Se refería a su abuelo.

- Analfabetismo no es ignorancia

■ La alfabetización no tiene edad

Aunque el término alfabetización suele asociarse a personas adultas (mayores de 15 años), aprender a leer, escribir y calcular son aprendizajes que no tienen edad. También los niños, los adolescentes y los jóvenes se alfabetizan. La escuela es la principal institución alfabetizadora.

Lastimosamente la UNESCO sigue conmemorando el Día Internacional de la Alfabetización como equivalente a Día Internacional de la Alfabetización de Adultos.

- Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”

■ El sistema escolar es la principal institución alfabetizadora

Es preciso recordar que la principal misión del sistema escolar es alfabetizar, enseñar a leer y escribir a niños, adolescentes y jóvenes en las aulas. El sistema escolar viene malcumpliendo esa misión. La llamada
«crisis global de aprendizaje» es en verdad, sobre todo, crisis de enseñanza y del sistema educativo como tal.

Es importante aclarar esto pues la asociación alfabetización = adultos ha llevado a asociar también alfabetización = educación no-formal e incluso educación remedial. Lo cierto es que muchos países ofrecen a las personas adultas analfabetas o con baja escolaridad oportunidades de educarse en el sistema formal, con programas acelerados de «segunda oportunidad» que culminan con certificación oficial de estudios.

En América Latina vienen multiplicándose este tipo de programas, destinados a
«combatir el rezago educativo» y hacerse cargo de la «escolaridad inconclusa». (En el Ecuador la dirección de educación de adultos pasó a bautizarse como Dirección Nacional de Educación para Personas con Escolaridad Inconclusa, la cual ofrece desde alfabetización hasta la culminación del bachillerato en 5 años).

- El fracaso alfabetizador de la escuela

■ Analfabeto / alfabetizado es una falsa dicotomía

El dominio de la lectura y la escritura tiene diversos niveles. Entre la persona considerada analfabeta y la considerada alfabetizada hay muchos puntos intermedios. Las evaluaciones actuales establecen niveles de alfabetismo de las personas (competencias que manejan en la lectura y escritura no solo de textos sino de mapas, gráficos, horarios, etc, así como competencias en entornos digitales).

La dicotomía analfabeto /alfabetizado está cuestionada y en paulatino desuso. No obstante, las estadísticas oficiales, y el habla común, siguen replicando esa dicotomía.

■ ¿Tasa de alfabetización o tasa de alfabetismo?

Alfabetización es el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua escrita (en algunas definiciones se agrega el cálculo). No debería decirse
«tasa de alfabetización» - como se dice usualmente - sino «tasa de alfabetismo».

- Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando? 

■ Eliminar el analfabetismo implica eliminar la pobreza

Es común la afirmación y la promesa de
«erradicar» o «eliminar» el analfabetismo. No obstante, para eliminar el analfabetismo hay que eliminar la pobreza, y al revés.

El mapa del analfabetismo coincide con el mapa de la pobreza. Es difícil encontrar personas analfabetas - personas que nunca fueron a la escuela - entre los sectores medios y acomodados.

- Para eliminar el analfabetismo hay que eliminar la pobreza

■ Eliminar el analfabetismo implica trabajar a dos puntas

La mayoría entiende que eliminar el analfabetismo significa alfabetizar a las personas adultas. En realidad, eliminar el analfabetismo implica universalizar el aprendizaje y el manejo de la lectura y la escritura entre toda la población. Esto implica trabajar a dos puntas: con niños y con adultos, dentro y fuera del sistema escolar.

Mientras haya niños y adolescentes excluidos de la escuela, el analfabetismo continuará reproduciéndose y aumentando el número de personas adultas analfabetas.

■ El analfabetismo resulta no solo de la falta de escuela sino tambien de la mala escuela

Antes se consideraba analfabetismo como equivalente a ausencia de escolaridaad (los términos
«analfabeto puro» o «analfabetismo absoluto» se refieren a esta situación). Luego se daba por alfabetizada (o «analfabeta funcional») a una persona que había cursado cuatro años de escuela ("educación incipente» llama el SITEAL a las personas mayores de 15 años que habían completado tres años de escolaridad). Hoy sabemos que producen analfabetismo tanto la falta de acceso a la escuela como el acceso a la mala escuela. Incluso quienes han cursado la primaria, la educación básica y la educación secundaria tienen problemas de lectura y escritura.

Reformar el sistema escolar, mejorar radicalmente la educación que reciben niños y jóvenes en las aulas es por eso una estrategia fundamental para eliminar el analfabetismo.

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■ Los datos oficiales de analfabetismo se basan generalmente en la autopercepción de las personas
 
En América Latina y en muchos países del mundo los datos de analfabetismo siguen obteniéndose a partir de la pregunta: ¿Sabe usted leer y escribir? Sí / No. Es decir, la respuesta depende de la percepción y declaración del entrevistado.

Hay personas que se consideran alfabetizadas porque saben escribir (garabatear) su nombre. Otras consideran que saben leer y escribir porque han ido alguna vez a la escuela y han cursado unos pocos años.

Por esto, es probable que las estadísticas oficiales de analfabetismo estén subestimadas (los datos que maneja y publica la UNESCO son provistos por los gobiernos).

- ¿Renuncia a un mundo alfabetizado?

■ No basta con alfabetizarse; es preciso leer y escribir
 
Campañas y programas de alfabetización de adultos se proponen como objetivo enseñar a leer y escribir. No obstante, el verdadero objetivo no es que las personas aprendan a leer y escribir sino que lean y escriban.

Si la competencia para leer y para escribir no se usa, se pierde. Son muchos los casos de personas dadas por alfabetizadas que
«retornan al analfabetismo» porque no llegan a utilizar las habilidades aprendidas.

- "No basta con enseñar a leer y escribir; hay que acercar la lectura y la escritura a la gente"

 ■ La alfabetización no es un proceso sencillo

La mayoría de personas cree que enseñar y aprender a leer y escribir es asunto sencillo. Por eso se destina a los primeros años de la escuela a los profesores recién graduados, sin experiencia, y se deja la alfabetización de jóvenes y adultos generalmente en manos de voluntarios con mínima capacitación, que trabajan de manera gratuita o con un mínimo pago.

En verdad, aprender a leer y escribir es un proceso complejo. Millones de niños y niñas escolares en nuestros páises repiten el año por no aprender a leer y escribir en los tiempos y modos establecidos por la escuela o por el maestro o maestra. A los primeros grados de la escuela debería destinarse a los mejores profesores (esto es lo que hace Finlandia, país admirado por el desarrollo de la lectura a nivel escolar y por los niveles altos de lectura de toda la sociedad).

- El secreto finlandés es hacer todo al revés

■ 4 años de escuela son insuficientes para aprender a leer y escribir

El Banco Mundial considera que niños y niñas de 10 años deben saber leer y escribir y comprender lo que leen. Llama «pobreza de aprendizajes» a la situación de niños y niñas de 10 años que no pueden leer y comprender un texto sencillo.

Lo real es que cuatro años son insuficientes para desarrollar la capacidad de leer y escribir comprensivamente y con autonomía, sobre todo para niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad, que enfrentan numerosos obstáculos en el hogar, en la escuela y en la vida.

Varios especialistas venimos planteando que la alfabetización en el medio escolar necesita transformaciones profundas y debería abarcar al menos toda la educación básica.

- 13 errores en la alfabetización escolar

■ Es fundamental alfabetizar en el idioma materno

Nadie puede aprender en una lengua que no entiende o no domina. Sin embargo, esto es lo que sucede con millones de niños y niñas indígenas en el mundo. La escuela pretende enseñarles en una lengua dominante, que no es la suya.

Aprender en la lengua materna es parte del derecho a la educación. Y debería ser obvio, no requerir explicaciones. Los resultados de aprendizaje escolar de niños y niñas indígenas son más bajos que los de niños y niñas no indígenas. Esto es así en todas las asignaturas pero sobre todo en lectura. La elección del idioma de instrucción tiene mucho que ver en estos resultados.

■ La lectura y la escritura se desarrollan y perfeccionan a lo largo de la vida

Como se ha dicho, la alfabetización es un proceso que atraviesa por diversos niveles de aprendizaje y dominio de la lengua escrita.

Antes se concebía leer y escribir como un aprendizaje eminentemente escolar, desarrollado en la infancia y en los primeros años de la escuela y, excepcionalmente, en la edad adulta, para quienes no habían logrado aprender
«a tiempo». La alfabetización de adultos pasó a verse así como un capítulo de la educación compensatoria y remedial.

Hoy en día se reconoce que la lectura y la escritura son habilidades que se desarrollan y perfeccionan a lo largo de la vida, dentro y fuera del sistema escolar, en el hogar, en la comunidad, en el trabajo, en Internet, en contacto con diferentes medios y soportes, físicos y virtuales.

- Alfabetización y aprendizaje a lo largo de la vida: Los vínculos

■ ¿Qué es alfabetismo digital, hoy?
 
Alfabetismo digital no es solo poder usar dispositivos digitales,
tener un celular activado y haber usado una computadora e Internet en el último año. La alfabetización digital en el siglo 21 entiende también que ésta es un proceso de aprendizaje con diferentes etapas y niveles de dominio, lo que descarta la distinción simple entre analfabetismo digital y alfabetismo digital.

La alfabetización digital incluye el desarrollo de competencias para verificar la información, identificar fuentes e informaciones falsas (
«fake news»). Cabe recordar que, según reveló PISA 2018, 1 de cada 2 estudiantes de 15 años en los países de la OCDE no distingue hechos de opiniones.

■ ¿Qué es estar alfabetizado, hoy?

En la década de 1950 la UNESCO estableció que una persona alfabetizada podía considerarse tal en virtud de su capacidad de "leer y escribir un texto simple de la vida cotidiana". Con ese criterio se organizaron las estadísticas de analfabetismo y alfabetismo durante varias décadas.

La vida cotidiana y el mundo de la cultura escrita han venido diversificándose y complejizándose, entre otros a raíz de la emergencia del Internet en la década de 1990. Hoy, el mundo virtual está plenamente integrado a la lectura y la escritura. La llamada
«alfabetización digital» es ya parte de las competencias atribuidas a la alfabetización.

Actualmente la UNESCO entiende la alfabetización como la “habilidad para identificar,
comprender, interpretar, crear, comunicar y calcular, usando materiales impresos y escritos
asociados a contextos diversos”.


■ Los términos analfabetismo y alfabetización vienen usándose en mútiples campos


El término
«analfabetismo» viene usándose en muchos campos para denotar desconocimiento o ignorancia. Por ejemplo: analfabetismo político, analfabetismo ambiental, etc.

A su vez, el término
«alfabetización» viene usándose para denotar educación, enseñanza o aprendizaje también en múltiples campos. Por ejemplo: alfabetización económica, alfabetización financiera, etc.

Como hemos dicho antes, analfabetismo no es sinónimo de ignorancia. No cabe usar el término con esta connotación en ningún campo. Revela desconocimiento de la problemática del analfabetismo e irrespeto a las personas analfabetas.

■ Paulo Freire no fue experto en alfabetización de adultos
 
La mayoría de personas asocia a Paulo Freire con la alfabetización de adultos. En realidad, como Freire reiteró en numerosas ocasiones, él usó la alfabetización de adultos como punto de partida para la crítica a la «educación bancaria' y al sistema educativo convencional. La obra de Freire es un análisis crítico y propositivo en torno a la educación, no solo a la alfabetización ni solo a la educación de personas adultas.

Para Freire, la
«educación popular» no es sinónimo de educación de adultos; comprende también al sistema escolar y a la educación infantil.

Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "Malentendidos sobre la alfabetización", Blog OTRAƎDUCACION, Quito, sep. 2021.


Textos relacionados en este blog
- Sobre analfabetismo y alfabetización: Declaración del Grupo Latinoamericano de Especialistas en Alfabetización y Cultura Escrita - GLEACE (2009)

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