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100 años de brecha educativa: ¿alcanzar a los «países desarrollados»?

Rosa María Torres

(Actualización: 8 dic. 2023)

Brookings Institution

 

"Cuando se muestra como número promedio de años de escolaridad y niveles de logro educativo, el mundo en desarrollo está cerca de 100 años atrás de los países desarrollados".



Esta es la conclusión del estudio Why wait 100 years? Bridging the gap in global education. (¿Por qué esperar 100 años? Cubriendo la brecha en la educación global) y , (Brookings Institution, Washington, D.C., 2015).

El estudio adoptó las definiciones y la clasificación de «países desarrollados» y «países en desarrollo» de Naciones Unidas  (Norte global y Sur global, en otras denominación). Se considera «desarrollados» a Europa, América del Norte, Japón, Australia y Nueva Zelanda, y «en desarrollo» al resto del mundo: América Latina, Asia y Africa. El estudio destaca que la brecha educativa es mayor a 100 años en países de Africa subSahariana y en Asia meridional y occidental. 


Este es el razonamiento (nuestra traducción):

"Al mismo tiempo que ha habido una convergencia global en torno a la matrícula infantil en la escuela primaria, se mantiene una clara desigualdad entre los «países desarrollados» y los «países en desarrollo». Cuando se muestra como número promedio de años de escolaridad y niveles de logro educativo, el «mundo en desarrollo» está cerca de 100 años atrás de los «países desarrollados». Estos países más pobres todavía tienen en el siglo XXI niveles promedio de educación que muchos países occidentales lograron en las primeras décadas del siglo XX. Si continuamos con los enfoques actuales para la educación, esta brecha de un siglo continuará en el futuro.

Aunque la brecha varía entre regiones y niveles educativos, es lo suficientemente grande y persistente como para exigir una respuesta. Para entender mejor lo que podemos hacer para encarar estos niveles profundos de desigualdad educativa global debemos entender primero cómo llegamos aquí. ¿Cómo se ha desarrollado la escolarización de masas? ¿Cuál es hoy la naturaleza de esta brecha de 100 años? ¿Cuáles son las posibles trayectorias futuras para la educación global? Estas son preguntas cruciales a responder antes de poder aterrizar en una solución para el problema".  


El estudio analiza la brecha educativa a partir de tres datos: la matrícula escolar infantil, los años de escolaridad de la población adulta, y los resultados de aprendizaje de niños y adolescentes en lectura, cálculo y ciencia (las tres áreas que evalúa la prueba internacional PISA de la OCDE). 

La brecha es una brecha de origen. La idea de que la educación debía dejar de ser un privilegio y extenderse a toda la población prendió en Europa a mediados del siglo XIX. Un siglo después, con el impulso de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la educación empezó a ser reconocida como un derecho universal. El ideario de la «sociedad escolarizada» impulsó un verdadero movimiento de escolarización de masas. La matrícula escolar llegó al 90% de la población mundial en 2010. Hoy, los mayores desafíos de los sistemas educativos no son de acceso sino de aprendizaje. 

En cuanto a la escolaridad de la población adulta, los adultos en los «países desarrollados» habían completado en promedio 12 años de escolaridad en el año 2013, mientras que en los «países en desarrollo» habían completado 6.5 años, es decir, casi la mitad. 

Lant Pritchett, economista de la Harvard Kennedy School, citado en el estudio de Brookings Institution (Pritchett, L., The Rebirth of Education: Schooling Ain’t Learning, Washington, D.C., Center for Global Development, 2013) estima que tomará al menos 100 años para que niños y niñas en los «países en desarrollo» alcancen los niveles de escolaridad que tienen hoy niños y niñas en los «países desarrollados». En matemáticas el cambio promedio a lo largo del tiempo viene siendo negativo si se observa la evolución de ocho «países en desarrollo» cuyos estudiantes de octavo año tomaron el TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study) en 1995 ó 1999 y en 2007. Nivelarse en ciencia, según Pritchett, tomará 126 años, es decir, al menos seis generaciones.

En 2015 Brookings Institution estimaba que tomará 85 años para que los «países en desarrollo» alcancen los niveles educativos de los «países desarrollados» y que los países más pobres alcanzarán ese nivel recién en el año 2100. Entretanto, el nivel de escolaridad continuará aumentando en los «países desarrollados». 

Lo cierto es que los aprendizajes escolares están estancados y no están mejorando en muchos «países en desarrollo». ASER en la India describe la curva de aprendizaje como horizontal y no observa avances en el aprendizaje de la lectura. En el caso de América Latina el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE) de UNESCO-OREALC encuentra estancamiento en los últimos estudios regionales que viene haciendo desde 1997. 

ERCE 2019: "Los datos del ERCE 2019 nos indican que la región se encuentra prácticamente estancada en niveles de logros de aprendizaje muy bajos. Esto pone a una generación entera en riesgo de no poder desarrollar su pleno potencial. Las medidas y reformas educativas para mejorar los aprendizajes desde los años más tempranos de escolaridad no pueden seguir esperando y deben ser priorizadas". Claudia Uribe, directora de la OREALC/UNESCO Santiago, 30 nov. 2021.

¿Qué nos dice este estudio? 

Brookings Institution publicó este estudio en 2015, año clave para la política educativa internacional pues era el plazo de cierre de dos grandes agendas mundiales, la Educación para Todos (1990-2015) y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2000-2015), y el año en que se aprobaría la nueva agenda mundial de desarrollo, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). No obstante, el estudio pasó desapercibido en el proceso de adopción de los ODS.

Matrícula escolar, escolarización y aprendizaje

Un estudio del Banco Mundial publicado en febrero de 2022 destacó el aumento acelerado de la matrícula escolar en las últimas décadas pero a la vez encontró que a partir del año 2000 hay un estancamiento de los aprendizajes escolares en todo el mundo. Desde 2014 los organismos internacionales vienen hablando de una "crisis global de aprendizaje" referida al hecho de que millones de niños y niñas no están aprendiendo a leer, escribir y calcular después de cuatro años o más de asistir a la escuela. Por todo esto se ve cada vez más la importancia de diferenciar escolarización y aprendizaje: más años de escolaridad no significan necesariamente mayor aprendizaje.

Un análisis de Max Roser de Our World in Data ("Millions of children learn only very little. How can the world provide a better education to the next generation?", junio 2022) muestra que niños y niñas están aprendiendo muy poco en la escuela no solo en los países pobres sino también en los de ingresos medios y altos: 90% de los niños en los países pobres no pueden leer al terminar la educación primaria, 55% en los países de ingresos-bajos-medios, 29% en los países de ingresos altos-medios y 9% en los países de ingresos altos. Las diferencias son grandes en estas cuatro categorías de países. Los niveles de aprendizaje están asociados al nivel de ingreso de los países y de las familias.


La pandemia del COVID-19 (2020-2022) trastocó percepciones y predicciones. Las desigualdades educativas entre el Norte y el Sur no solo se volvieron evidentes sino que se han agrandado a raíz de la pandemia. Las «pérdidas de aprendizaje» ocasionadas por el confinamiento, que en muchos países llegó a prolongarse hasta por dos años, como en el caso de América Latina, se han dado también en los países del Norte pero en magnitudes mucho menores. La brecha digital resultó ser mucho más grande que lo que se estimaba antes de la pandemia, no solo en términos de conectividad sino de competencias digitales. En 2018, antes de la pandemia, prácticamente la mitad de la humanidad no tenía acceso a Internet; 96% de los no conectados vivían en «países en desarrollo» (ITU Facts and Figures 2021). En 2022, y pese a los avances post-pandemia, un tercio de la humanidad no usaba Internet (ITU, Global Connectivity Report 2022).

Las pruebas PISA

La evolución de los resultados de aprendizaje en las pruebas internacionales PISA de la OCDE, que vienen aplicándose cada tres años desde el año 2000 a jóvenes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencia, ratifica la persistente brecha de aprendizaje entre «países desarrollados» y «países en desarrollo». (La OCDE - Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos - conocida como el «club de los países ricos», es un organismo de cooperación internacional creado en 1961 e integrado a la fecha por 38 países)

Los países latinoamericanos que participan en PISA aparecen reiteradamente a la cola del ranking mundial; en cada nueva aplicación avanzan poco o nada, e incluso hay retrocesos en algunos países, y se calcula cuántos años de escolaridad lleva de «rezago» cada país en comparación con los países de la OCDE. 
BID, PISA 2018, América Latina y el Caribe ¿Cómo nos fue en lectura?

Según los resultados de PISA2018 "todos los países de la región se encuentran al menos a un año de escolaridad por detrás de la OCDE". Costa Rica, México, Brasil, Colombia, Argentina y Perú tenían un «rezago» de dos años de escolaridad respecto de los países de la OCDE. Y República Dominicana 4 años de escolaridad.

Los resultados de la prueba PISA 2022 - centrada en la matemática - mostraron un declive sin precedentes en los aprendizaje en casi todos los países del mundo. El declive no se debió solo a la pandemia sino que, según ha podido analizarse, venía de antes. La brecha educativa entre los países latinoamericanos y los países de la OCDE se amplió en las tres áreas. En matemática el «rezago» llegó a ser de 5 años de escolaridad. 
 
BID, ¿Cómo le fue a América Latina y el Caribe en PISA 2022?, dic. 2023.

¿Qué sentido tiene en perspectiva histórica seguir insistiendo en que los «países en desarrollo» - y los de América Latina y el Caribe concretamente - alcancen a los «países desarrollados» en términos educativos, según parámetros definidos por estos últimos desde sus propias realidades y perspectivas, y teniendo en cuenta que los países de la OCDE invierten tres veces más por estudiante que el promedio de los países de América Latina y el Caribe?

El modelo educativo

Brookings Institution preguntaba en 2015 qué se puede hacer para cerrar la brecha educativa entre los «países en desarrollo» y los «países desarrollados» y para hacerlo en el menor tiempo posible. La pregunta se planteaba en términos de "catch up", es decir, de cómo pueden los primeros alcanzar a los segundos. (Rebecca Winthrop, Global '100-year gap' in education standards, BBC, 29 April 2015).

"La pregunta real es qué se puede hacer para cerrar la brecha. ¿Pueden saltarse algunos pasos evolutivos para agilitar el progreso?. ¿Existen modelos totalmente diferentes que podrían acelerar el cambio? 

¿O existe una vía tecnológica para lograr que los sistemas educativos se salten etapas, como ha sido el caso de la banca en los «países en desarrollo» usando móviles sin pasar por la etapa de construir una red de sucursales bancarias?

¿Podemos imaginar un mundo en el que no les tome a los «países en desarrollo» 50 u otros 100 años «igualarse»?"  (Nuestra traducción)


Más de dos décadas de aplicaciones de PISA dejan claro que "cerrar la brecha" es un falso objetivo, una misión que tomaría en todo caso varias décadas, como advierte Prichett. 

Definitivamente, no se trata de alcanzar a los «países desarrollados», siguiendo linealmente el mismo proceso y el mismo camino seguido por estos, sino de considerar otras vías y otros modelos educativos, sintonizados con las especificidades de los países agrupados en el llamado «mundo en desarrollo». Un mundo heterogéneo y complejo en el que persisten y conviven modelos educativos afianzados en ideas y prácticas que poco o nada tienen que ver con el modelo educativo occidental heredado. 

La crisis educativa mundial develada y agudizada por la pandemia nos invita a repensar la educación a nivel local, nacional y mundial, desde las necesidades y posibilidades de cada país, superando la visión del modelo único y del «rezago». 


Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "100 años de brecha educativa entre «países desarrollados» y «países en desarrollo»", blog OTRAƎDUCACION, actualización: 8 dic. 2023.



El gran problema de la educación en el Ecuador es que no se percibe como un problema

 Rosa María Torres

(actualizado: 29 febrero 2024)


Claudius Ceccon - Brasil


La educación concita poco interés en el Ecuador, tanto del gobierno como de la academia, el periodismo y la ciudadanía en general. Esta es una de las razones principales del problema educativo, que permanece en gran medida invisibilizado o negado.

Estudios y encuestas a nivel mundial muestran, salvo pocas excepciones, altos niveles de complacencia con la educación en cada país. Hay una sobresatisfacción, que a menudo no se compadece con las realidades y los resultados de los sistemas educativos. Esto se debe en gran parte a la falta de información, a la falta de conocimiento sobre el tema, y a la vigencia de viejas creencias y viejos marcos mentales en torno al tema educativo. La complacencia es mayor entre personas con ninguna o baja escolaridad, quienes se conforman con poco y no exigen una educación de calidad. Pero ocurre también en sectores medios y altos.

En el caso del Ecuador se agrega la desinformación en torno a la «revolución educativa» impulsada en la década de gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Muchos ecuatorianos creen que en la llamada «década ganada» el Ecuador pasó a ser referente educativo mundial, que fue el país que más avanzó en calidad educativa según la UNESCO, que se eliminaron las escuelas unidocentes, que las escuelas del milenio pasaron a convertirse en modelo escolar universal, que Rafael Correa fue nombrado El Mejor Presidente del Mundo por Naciones Unidas. Correa y sus ministros de educación incluso anunciaron que en 2018 el Ecuador tendría "uno de los mejores sistemas educativos del mundo"


La educación ocupa uno de los últimos lugares, si no el último, en las encuestas que preguntan sobre el problema principal en el país. La educación no se considera un problema, es decir, algo de lo que hay que preocuparse y ocuparse. La economía, la política, la corrupción vienen ocupando los primeros lugares. En los últimos años, la brutal escalada de la violencia, el narcotráfico y la inseguridad convirtió estos asuntos en absoluta prioridad y preocupación. La educación ha terminado siendo un problema invisible,  lo fue incluso en la pandemia del COVID-19 y el confinamiento (2020-2021), y sigue siéndolo ahora en medio de tanta crisis. La que aparece de tanto en tanto como problema es la educación superior, a raíz de las pruebas de admisión, del presupuesto y de recortes presupuestarios, y del insuficiente número de cupos en las universidades públicas y en las carreras más demandadas.


CEDATOS, 2017-2019


La sociedad ecuatoriana no percibe la educación (la falta de educación o la mala educación) como un problema que está detrás de muchos de los grandes problemas nacionales: desnutrición crónica infantil, embarazo adolescente, corrupción, violencia, intolerancia, autoritarismo, machismo, racismo, homofobia, xenofobia, desempleo, mala alimentación, obesidad, mala calidad de la política, problemas ortográficos, falta de lectura, dificultades para argumentar y debatir, etc.

La lectura es tema problemático. A nivel de opinión pública viene siendo tratado esencialmente como que "el Ecuador no lee", pero el problema es mucho más complejo y tiene raíces en un sistema educativo deficitario que no enseña a leer y a gustar de la lectura. 

La Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales (2022) reveló que 7,4% de los ecuatorianos, es decir más de un millón de personas, no lee en ningún formato. En el área urbana las personas que no leen representan un 6,5%, y en las áreas rurales un 9,5%.

Es más bien reciente la preocupación con la lectura en el ámbito escolar. En 2019 el Banco Mundial empezó a hablar de «pobreza de aprendizaje», entendida como porcentaje de niños y niñas de 10 años de edad que tienen dificultad para leer comprensivamente un texto corto adecuado para su edad. El Ecuador apareció como un país con alta «pobreza de aprendizaje» ("Ecuador: Learning Poverty Brief", Learning Poverty Briefs, Banco Mundial, 2023):

en
2018: 61% 
en 2019: 63% (12% peor que el promedio regional)
en 2021: 63%
en 2022: 66%

Esto, a pesar de que el 98% de los niños y niñas en edad escolar va a la escuela y solo 2% no lo hace (2019-2022).

En definitiva, los problemas de enseñanza y aprendizaje de la lectura en el medio escolar son anteriores a la pandemia y el confinamiento; éstas solo lo agravaron.

Los niveles de alfabetismo digital son bajos. En el PIAAC (población de 16 a 65 años) el Ecuador obtuvo los más bajos niveles en resolución de problemas informáticos. Solo 5.2% de los adultos obtuvo puntajes altos (niveles 2 y 3) (OECD/INEVAL, 2019; OECD, 2019). Si bien el uso de redes sociales es alto, pocos usan las redes y el Internet para obtener información o continuar formándose por su cuenta. Apenas 3.97% de los ecuatorianos usa las redes para buscar información sobre salud y 9.09% para buscar información relacionada con educación. Estos porcentajes están entre los más bajos en América Latina (CAF/CEPAL, 2020).

El paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida, propuesto por la UNESCO como paradigma para la educación y los aprendizajes en el siglo 21, no ha sido adoptado en el Ecuador como enfoque para la política educativa desde el Ministerio de Educación y desde los múltiples entes estatales y no-estatales vinculados a la educación, la capacitación, la formación y los aprendizajes de niños, jóvenes y adultos dentro y fuera del sistema educativo. Persiste la desvinculación entre educación y cultura, educación y trabajo, educación y medios de comunicación, educación familiar, comunitaria y escolar, así como la fragmentación y descoordinación de las entidades gubernamentales y no-gubernamentales que promueven educación y aprendizajes a lo largo de la vida.

Estudios y evaluaciones sobre la situación de la educación escolar en el país, en la región y en el mundo pasan desapercibidos para la sociedad ecuatoriana. Pocos medios se ocupan de ellos y analizan la información en profundidad. Así ha acontecido, en los últimos años, con los resultados de la prueba PISA-D coordinada por la OCDE (aplicada en el Ecuador en 2017), la cual reveló bajos desempeños (bajo el nivel 2) de los estudiantes de 15 años en las tres áreas evaluadas en PISA: lectura (51% obtuvo bajo desempeño), matemáticas (71% obtuvo bajo desempeño, y 89% de los estudiantes pobres), y ciencia (57% obtuvo bajo desempeño). Así ocurrió también con los resultados del Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo ERCE (aplicado en 2019) del Laboratorio Latinoamericano de la Evaluación de la Calidad de la Educación coordinado por la UNESCO.

Los ecuatorianos duermen tranquilos no sabiendo - o sabiendo - que los estudiantes de primaria y secundaria tienen graves problemas con la lectura, la escritura y la matemática, que la diferencia de desempeño en lectura entre planteles públicos y privados es un año de escolaridad una vez controlado el factor socio-económico, y que la brecha de desempeño en lectura es una de las más altas de la región (60% de los estudiantes en planteles públicos tiene bajo desempeño en lectura en comparación con 27% de los estudiantes en planteles privados).

La llamada «crisis global de aprendizaje» resaltada por los organismos internacionales desde 2014 es prácticamente desconocida en el Ecuador. Tampoco tuvo eco la alerta de la UNESCO en 2021 en torno al estancamiento de la región desde 2013 en calidad de la educación, a partir de los resultados del ERCE: "Los datos del ERCE 2019 nos indican que la región se encuentra prácticamente estancada en niveles de logros de aprendizajes muy bajos. Esto pone a una generación entera en riesgo de no poder desarrollar su pleno potencial. Las medidas y reformas educativas para mejorar los aprendizajes desde los años más tempranos de escolaridad no pueden seguir esperando y deben ser priorizadas". Y no se ha registrado el estudio sobre la crisis global de aprendizaje divulgado en febrero de 2022, el cual concluye que la matrícula escolar creció notablemente a nivel mundial entre 2000 y 2015 pero el aprendizaje se ha mantenido estancado en todas las regiones del mundo.

El Ecuador es uno de los países en la región que tuvo las aulas cerradas por más tiempo a raíz de la pandemia (más de dos años). No obstante, el asunto no tuvo la preocupación y el sentido de urgencia que habría sido de esperar. Los sucesivos anuncios de apertura de las aulas fueron recibidos con temor y resistencia por muchos padres de familia y por las organizaciones docentes. La oficina de UNICEF en el Ecuador insistió permanentemente en la importancia de la reapertura. En diciembre de 2021 Guillermina Tiramonti, en Argentina, se lamentaba que "La educación sigue sin importarle a nadie en nuestro país". En el Ecuador no solo existe negacionismo sino que éste no se cuestiona.

Tomado de: Banco Mundial, UNICEF, UNESCO, Dos años después: Salvando a una generación, Washington D.C., junio 2022.

La educación no existe como problema en el presente ni como expectativa de otro futuro posible. La consulta en línea sobre cómo podría ser la educación en el futuro, organizada por el Ministerio de Educación en marzo de 2021, con aulas todavía mayoritariamente cerradas, dejó pocos insumos y resultados descorazonadores. Preguntados sobre cómo quisieran que sean sus planteles educativos, los estudiantes ecuatorianos básicamente aspiran a mantener lo que tienen. La chatura de las expectativas refleja la chatura de la educación que reciben y la chatura (o llana ausencia) de la conversación nacional sobre el tema educativo.

El artículo "Los 10 retos de Ecuador en 2022" de la Agencia EFE (30/12/2021) fue reproducido a inicios de 2022 por varios medios ecuatorianos, entre ellos Ecuavisa y diario Expreso. "Reducir sustancialmente la pobreza después de tres años de grave crisis económica y llegar al Mundial de Catar se perfilan como los dos grandes retos de Ecuador en 2022, cada uno en su propia dimensión pero ambos convertidos en símbolo de un nuevo renacer. Estos son los mayores desafíos para el nuevo año".

7 de febrero 2022. Inició el retorno obligatorio a clases presenciales de los estudiantes de Básica Superior y Bachillerato, así como de los estudiantes que asisten a planteles unidocentes, bidocentes y pluridocentes en la zona rural. Siendo un evento tan esperado y tan importante para millones de familias y estudiantes, éste pasó relativamente desapercibido en los medios y en las redes sociales, después de varios anuncios fallidos.

14 de marzo 2022. Más de 1 millón 800 mil estudiantes de la Sierra y la Amazonía volvieron a clases presenciales. Pero el país estaba ocupado en otras cosas: el último pleito del congreso (Asamblea Nacional), el fútbol, la escalada de la guerra en Ucrania, el aumento del precio de la gasolina a consecuencia de la guerra, etc. Las portadas de algunos de los principales medios escritos del Ecuador - El Universo, Expreso, La Hora - ni siquiera registraron la noticia del regreso a las aulas. El Comercio fue el único que le dedicó gran espacio en la portada.



6 de mayo 2022. Volvieron a las aulas 2 millones 400 mil estudiantes de más de 9 mil planteles fiscales, fiscomisionales, particulares y municipales del régimen Costa y Galápagos, completándose así el retorno a la presencialidad de todo el alumnado del país.

13 de junio 2022. A poco más de un mes de haberse universalizado el retorno a las aulas, después de dos años de cierre, la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) inició un paro nacional indefinido que obligó nuevamente a cerrar los planteles educativos en todo el país. Se calcularon las pérdidas económicas ocasionadas por los 18 días que duró el paro, el aumento del riesgo país, etc., pero nadie estimó los costos educativos de esta nueva paralización.

La educación fue uno de los 10 puntos del petitorio planteado por la CONAIE al gobierno. En país racista, de enorme desigualdad social y educativa, que perjudica de manera especial a los indígenas, la preocupación planteada por la CONAIE en su petitorio fue el acceso a la educación superior y el mejoramiento de la infraestructura educativa.


■ En el marco de la campaña electoral para la segunda vuelta de la elección presidencial (sep. 2023) la encuestadora Comunicaliza indagó las percepciones ciudadanas en torno a diversos asuntos: justicia, salud, policía, infraestructura pública, igualdad de género y derechos de las mujeres, y educación. Sólo el 6,5% cree que la justicia es confiable y 12,9% cree que el sistema de salud proporciona un acceso equitativo y de calidad. ¿Consideras que la educación pública en Ecuador ofrece oportunidades de calidad para todos los estudiantes? 30.9% responde que sí. Esto, como hemos visto, no responde a la realidad.

■ 9 enero 2024. El gobierno de Daniel Noboa, posesionado en dic. 2023, declaró Conflicto Armado Interno en el territorio ecuatoriano, guerra abierta contra las bandas narcoterroristas que han venido tomándose el país en los últimos años y aterrorizando a la población. El Ejército tomó el mando y la Policía pasó a ocupar un segundo lugar. Las clases volvieron a suspenderse visto el alarmante clima de inseguridad, los asesinatos cotidianos y el creciente reclutamiento de niños y jóvenes por parte de las bandas delincuenciales. El "retorno a la virtualidad" volvió a prescribirse en esta segunda pandemia y el "retorno a la presencialidad" volvió a anunciarse de manera progresiva por parte del ministerio de educación y la SENESCYT. Una vez más, los más perjudicados los más pobres y vulnerables. Una vez más, como en la pandemia, la "virtualidad" como recurso ante la emergencia y campo abierto a la improvisación. Nuestro llamado a reactivar y transformar la educación, a no dejarnos atrapar por lo urgente y por el corto plazo, no encontró eco.  

¿Qué aprendimos de la pandemia y del confinamiento en términos educativos? ¿Qué lecciones nos dejó el recurso a la tecnología, el tránsito de la presencialidad a la virtualidad, el papel y las necesidades de los docentes y de los padres de familia, de las escuelas y de los hogares en estos improvisados ensayos y en estas nuevas realidades? ¿Qué aprendimos sobre lo que es preciso hacer y cambiar en educación, tanto en el sistema educativo como en el hogar? ¿Cuál es la «nueva normalidad» que necesitamos y podemos construir para esta maltratada educación ecuatoriana? En medio de y a pesar de los acuciantes problemas nacionales nos debemos la oportunidad de repensar los futuros de la educación y de los aprendizajes de nuestros niños, jóvenes y adultos, dentro y fuera de las aulas.

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¿Qué es «educación popular»? Habla Paulo Freire


Rosa María Torres

Caricaturas: Claudius Ceccon - CECIP


El término «educación popular» (EP) se asocia a «educación de adultos» en América Latina. Y, frecuentemente, a «educación no-formal». Por otro lado, EP se asocia generalmente a Paulo Freire (1) y PF, a su vez, a «educación de adultos» y, más específicamente, a «alfabetización de adultos». En este artículo reviso estas asociaciones, a partir de la trayectoria y obra de PF.

En 1985 le entrevisté a PF sobre la
«educación popular» (Torres, 1986) aprovechando una invitación que él y Moacir Gadotti me hicieron para participar en un seminario en Diadema, Sao Paulo. Yo trabajaba en Nicaragua por entonces y vivía la efervescencia de la EP y los debates en torno a ésta en el contexto de la Revolución Sandinista, trabajando primero como asesora en el Viceministerio de Educación de Adultos, luego en el Ministerio de Reforma Agraria, y después como coordinadora de Educación y Comunicación Popular en INIES-CRIES, en Managua.

Discrepaba con las asociaciones entre EP y educación de adultos, con el divorcio entre educación de adultos y educación de niños/educación escolar, así como con la afirmación de PF de que "nadie educa a nadie", la cual estaba llevando en Nicaragua a la negación del rol del educador. Algunas de mis preguntas a PF tuvieron que ver con estos asuntos.

RMT: La relación horizontal entre educadores y educandos suele asociarse a Paulo Freire y su crítica a la educación bancaria. Quisiera pedirte que desarrollaras este punto.

PF: El educador que dice que es igual a los educandos o es demagógico o miente o es incompetente. El educador es obviamente diferente, de otro modo no reconocería al educando. En segundo lugar, toda educación es directiva. No existe una educación no-directiva, y esto ya está dicho en la Pedagogía del oprimido.

RMT: La expresión «educación popular» se ha difundido ampliamente en América Latina y viene siendo entendida y utilizada de maneras y con enfoques diversos. «Educación popular» se asocia a adultos y a educación no-formal. ¿Cómo concibe el Paulo Freire de hoy la «educación popular»?.

PF: La «educación popular», a mi juicio, no se restringe a los adultos. Yo diría que lo que define a la «educación popular» no es la edad de los educandos, sino la opción política. Para mí la EP se da y puede darse también dentro del espacio escolar. No hay que rechazar el espacio de la escuela, esperando el triunfo revolucionario para convertirla en un espacio a favor de las clases populares.

RMT: ¿Dices que la EP no se restringe a los adultos y que abarca también la educación infantil?

PF: Exacto. Mira, precisamente, nuestra hija Magdalena, la mayor, ha escrito un libro que se llama La pasión de conocer el mundo, el cual trata de su experiencia con niños de preescolar. Cuando salió este libro, hace dos años y medio, mucha gente comentó que Magdalena había trabajado con niños de un nivel social alto. Ella decidió entonces dedicarse a una experiencia integral en una favela. Desde hace algunos meses está trabajando en una favela de Sao Paulo. Y está haciendo un trabajo formidable de
«educación popular», con niños llamados "carentes" (siendo ésta una palabra cortés, pues en verdad no son carentes sino explotados).

Paulo Freire y la educación escolar

A muchos sorprenderá saber que PF no concebía la EP solo como educación de adultos o educación no-formal.
Asimismo, muchos se sorprenderán al saber que PF no se consideraba un especialista en alfabetización.

“Mucha gente piensa que yo desarrollé estos temas porque soy un especialista en alfabetización de adultos. No es así. Por supuesto, la alfabetización de adultos es algo que he estudiado en profundidad, pero yo estudié la alfabetización como un momento de la educación. Estudié la alfabetización de adultos por una necesidad social en mi país, como un desafío” (Freire, 1979).

La vinculación de PF al sistema educativo fue permanente en su trayectoria de vida y en su obra. Destaco algunos datos.

▸ En 1946 fue nombrado director de Educación y Cultura en el Servicio Social de Industrias (SESI) en Pernambuco. En los 1950s fue miembro del primer Consejo Estatal de Educación del estado. En 1961 asumió la dirección del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. Carlos Rodrigues Brandão recuerda que PF y su equipo en la U. de Recife pensaron un sistema de educación desde la alfabetización (niños y adultos) hasta la universidad. El golpe de estado (1964) truncó ese proyecto.

Uno de los primeros textos de PF (1955) fue una “Guía para la discusión en los Círculos de Padres y Maestros” (Gadotti,1996).

En Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa (1966) PF desarrolló 20 saberes que todo educador debe manejar “‪no importa si trabajamos con niños, jóvenes o adultos”.

NO HAY DOCENCIA SIN DISCENCIA
1. Enseñar exige rigor metódico. 2. Enseñar exige investigación. 3. Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos. 4. Enseñar exige critica. 5. Enseñar exige estética y ética. 6. Enseñar exige la corporificación de las palabras por el ejemplo. 7. Enseñar exige riesgo, asunción de lo nuevo y rechazo de cualquier forma de discriminación. 8. Enseñar exige reflexión critica sobre la práctica. 9. Enseñar exige el reconocimiento y la asunción de la identidad cultural.

ENSEÑAR NO ES TRANSFERIR CONOCIMIENTO
1. Enseñar exige conciencia del inacabamiento. 2. Enseñar exige el reconocimiento de ser condicionado. 3. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando. 4. Enseñar exige buen juicio. 5. Enseñar exige humildad, tolerancia y lucha en defensa de los derechos de los educadores. 6. Enseñar exige la aprehensión de la realidad. 7. Enseñar exige alegría y esperanza. 8. Enseñar exige la convicción de que el cambio es posible. 9. Enseñar exige curiosidad.

ENSEÑAR ES UNA ESPECIFlCIDAD HUMANA
1. Enseñar exige seguridad, competencia profesional y generosidad. 2. Enseñar exige compromiso. 3 Enseñar exige comprender que la educación es una forma de intervención en el mundo. 4. Enseñar exige libertad y autoridad. 5. Enseñar exige una toma consciente de decisiones. 6.Enseñar exige saber escuchar. 7. Enseñar exige reconocer que la educación es ideológica. 8. Enseñar exige disponibilidad para el diálogo. 9. Enseñar exige querer bien a los educandos.

En 1989-1991 fue Secretario Municipal de Educación en Sao Paulo. Su libro La educación en la ciudad (1995) recoge hechos y reflexiones sobre su gestión.

En Cartas a quien pretende enseñar (1993) dirigió 10 cartas a las y los profesores brasileños. A pedido de PF, prologué este libro en su versión en español.

En À sombra desta mangueira (1995) repasó su infancia y su experiencia de gestión en la Secretaría de Sao Paulo y reafirmó:

“No tenemos por qué arrepentimos de nuestra insistencia para que la escuela pública se convierta en popular y democrática, esto es, menos autoritaria y elitista”.

Muchos creen que PF promovió la anti-escuela. En verdad, como destaco en el prólogo del libro Cartas a quien pretende enseñar, PF fue crítico de Illich por su postura desescolarizadora.

"La impresión que uno tiene al estudiar a Illich es que la escuela como institución aparece como poseyendo una esencia demoníaca, lo que equivale a decir que es inmutable" (CEDECO, 1985).

Las ideas de PF han tenido impacto en la educación escolar, aunque no como habría sido deseable. En Brasil, las escuelas del Movimiento de los Sin Tierra se inspiran en el legado de PF (Gonzaga, 2007).

Su "lucha por una escuela democrática" es mención constante en su obra. De hecho, su crítica a la «educación bancaria» - como la denominó -, su crítica más conocida, tuvo como referente principal a la educación escolar.

Educación de adultos (EA) y educación popular (EP)

Hay quienes asocian EP y EA y quienes las diferencian y hasta disocian. Habemos quienes entendemos EP como un paraguas que abarca todas las edades. Entre estos últimos está Carlos Rodrigues Brandão, quien siempre ha diferenciado EA y EP.

"La educación de adultos es una forma compensatoria de la necesidad de distribución desigual del saber necesario. La educación popular es un proyecto radical que parte de las clases populares y del trabajo político de éstas para transformar el orden social". (Brandão, 1983)

PF usó poco el término educación no-formal (Pazos, 2018). Sobre la asociación entre educación no-formal y EP, Castillo y Latapí (1983) escribían:

"Tan insatisfactoria es la connotación de no-formal que los representantes de la EP suelen ver un antagonismo entre educación no-formal de adultos y la que ellos postulan, entendiendo la primera como necesariamente integracionista y la segunda como liberadora".

'Educación bancaria' y «educación popular»

La gran boca y las grandes orejas ilustran perfectamente la ‘educación bancaria’. Ni boca ni orejas tienen edad. La gran boca y las grandes orejas abundan no solo en las aulas sino en la familia, la comunidad, la organización social, el partido o movimiento político.

La crítica de PF a lo que llamó 'educación bancaria' no es solo la crítica a un método de enseñanza. Es una crítica radical a:

- las relaciones de poder en la educación, jerárquicas y a menudo autoritarias
- la noción de enseñanza como transmisión de conocimientos
- la relación educativa pensada como un educador que sabe y enseña y un educando que no sabe y aprende
- el desprecio del punto de partida y de los saberes de los educandos, especialmente de los adquiridos a través de la experiencia.

El diálogo, el ‘educador-educando’, el ‘nadie educa a nadie’ son recursos e imágenes que PF activó en la lucha por una educación democrática.

Escuela pública y escuela pública popular


Claudius Ceccon

PF defendió la escuela pública, pero una escuela pública popular, vale decir, sintonizada con las realidades, necesidades e intereses de los sectores populares.

La escuela convencional que conocemos no está pensada para los pobres, para las minorías étnicas, para los marginados, para las personas con alguna discapacidad,
para las niñas, para los desconectados, para los que obtienen sistemáticamente puntajes bajos en las evaluaciones de aprendizaje escolar. El sistema escolar devuelve a los sectores populares – niños, jóvenes, adultos – una imagen devaluada de sí mismos, una percepción equivocada de que lo que está mal son ellos, no el sistema.

Por eso la EP también tiene que ver con la escuela, con la lucha por una educación distinta, orientada por un proyecto social transformador.
Más que citar a Paulo Freire, se trata de poner sus ideas a actuar en la realidad.

* Artículo publicado en 100 voces (y una carta) para Paulo Freire, CLACSO / Secretaría de Educación de Bogotá, Buenos Aires, 2021.

Notas
(1) Hay educadores que consideran que la EP es una superación de PF. Ver, por ejemplo, Aguilar, R. y Barquera, H., "Freire: Una síntesis histórica de lo que propone y una perspectiva", en: Latapí, P. y Castillo, A. (comp.), Lecturas sobre educación de adultos en América Latina, CREFAL/OEA, Michoacán, México, 1985.
https://alfamadrid.files.wordpress.com/2017/04/latapicc81castillo-lecturas-sobre-educaciocc81n-de-adultos-en-amecc81rica-latina.pdf

Referencias
» Arrata, N. (coord.) (2021). 100 voces (y una carta) para Paulo Freire, CLACSO / Secretaría de Educación de Bogotá, Buenos Aires.
https://biblioteca-repositorio.clacso.edu.ar/bitstream/123456789/15175/1/100voces.pdf
» Brandão, Carlos R. (1983). O que é educação popular, Brasiliense, Sao Paulo.
https://apartilhadavida.com.br/wp-content/uploads/2017/03/o_que_ed_popular.pdf
» Castillo, A. y Latapí, P. (1983). Educación no-formal de adultos en América Latina. Situación actual y perspectivas, UNESCO-OREALC, Santiago.
» CEDECO. (1985). “Paulo Freire: La dimensión política de la educación”, Cuadernos Pedagógicos No. 8, Quito.
» Freire, P. (1966, 1a. ed. en portugués). Pedagogía de la autonomía. Saberes necesarios para la práctica educativa, Paz e Terra, Sao Paulo.
» Freire, P. (1979). “To know and to be: A dialogue with Paulo Freire”, Indian Journal of Youth Affairs, New Delhi.
http://acervo.paulofreire.org:8080/xmlui/handle/7891/90046
» Freire, P. (1994). Cartas a quien pretende enseñar, Siglo XXI, México.
» Freire, P. (1995). À sombra desta mangueira, Olho D’Àgua, Sao Paulo.
» Gadotti, M. (org.). (1996). Paulo Freire: Uma biobibliografia, Cortez/Instituto Paulo Freire, Sao Paulo.
http://www.ciieduc.org/repositorio/archivo/100cartasParaPauloFreire.pdf

» Gonzaga, José Guilherme Franco. (2007). “Diálogos: enxadas e lápis, cultivando aprendizados!”, ‪Revista Proposta, Edição 113, FASE, julho 2007.
https://fase.org.br/pt/acervo/revista-proposta/?k=Edi%C3%A7%C3%A3o+113

» Pazos, C. (2018). “Algunas reflexiones sobre la educación no-formal y el aporte de Paulo Freire”, en: Revista Enfoques, No. 2, Instituto de Formación Docente de Salto, Uruguay.
https://revistaifd.files.wordpress.com/2018/07/algunas-reflexiones-sobre-la-educacic3b3n-no-formal-y-el-aporte-de-paulo-freire-c-pazos.pdf

» Streck, D., Redin, E. y Zitosky, J.J. (orgs.) (2015). Diccionario Paulo Freire, CEAAL, Lima.
https://ceaal.org/v3/libceaal_diccionariopaulofreire/

» Torres, R.M. (1986). Educación popular: Un encuentro con Paulo Freire, CECCA/CEDECO, Quito, 1986 / Loyola, Sao Paulo/ Centro Editor de América Latina, Buenos Aires / TAREA, Lima. La entrevista fue publicada también en Educación de Adultos y Desarrollo, Nº 53, DVV, Bonn, 1999.
» Torres, R.M. (1994). Prólogo al libro de Paulo Freire Cartas a quien pretende enseñar, Siglo XXI, México.

Mamá y papá escolarizan en casa forzados por la pandemia y con todo en contra

 Rosa María Torres

Foto Ecuador, Diario Expreso

Nunca han sido las familias pobres tan exigidas y perjudicadas en términos educativos y a escala mundial como durante la pandemia y el confinamiento del COVID-19 en 2020-2021. Perjudicados no solo los alumnos sino los padres y madres de familia. La pandemia amplificó las ventajas educativas de los sectores favorecidos y amplificó las desventajas educativas de los sectores más desfavorecidos.

La educación escolar a distancia no funcionó según lo imaginado, sobre todo la educación virtual, no solo por falta de internet y de dispositivos digitales en los hogares pobres y en los lugares apartados sino porque faltaron otras condiciones indispensables para plasmar la educación virtual a distancia de manera inclusiva, equitativa y con calidad. Veamos. 

Conectividad

La pandemia encontró al mundo con una gran brecha digital (en 2020 la mitad de la población mundial no tenía acceso a Internet) que fue haciéndose evidente a lo largo del propio confinamiento.

Dramática desigualdad entre países del Norte y del Sur, entre zonas urbanas y rurales, entre ricos y pobres, entre conectados y desconectados, entre educación privada y pública en cuanto a equipamiento tecnológico y competencias digitales. Ante la falta de conectividad, se buscó llegar a los pobres con televisión, radio e impresos.

Foto Perú, AP
En América Latina las familias pobres debieron endeudarse para comprar planes de Internet y celulares. Niños y adolescentes debieron estudiar pegados a la minipantalla de un celular y terminaron recibiendo no clases a distancia sino instrucciones y deberes a través de whatsapp.

Para captar la señal de internet, muchos debieron trepar cerros, árboles, tejados, antenas.

Espacio

Foto México, The Economist

Las recomendaciones sobre cómo organizar un rincón de estudio en el hogar no fueron empáticas con los pobres. La «casa» de los pobres consiste muchas veces de una sola habitación multifuncional. Techo y paredes tienen orificios y rendijas por donde entran el frío y el agua. No se conoce lo que es la privacidad. 

Durante el confinamiento los escolares de la casa debieron acomodarse donde pudieron, estudiar y hacer deberes junto al fogón, en el piso, sobre la cama, en mesas improvisadas, en la hamaca, en el zaguán. Los televisores, generalmente pequeños, se ubicaron a gran altura; la radio muchas veces fuera de la casa.
Hubo adolescentes y jóvenes que se organizaron rincones de aprendizaje en árboles y veredas, ganándole espacio a la calle.

Tiempo

El pedido de "quédate en casa" funcionó para quienes podían hacerlo. Los pobres no pueden quedarse en casa porque tienen que salir a ganarse la vida. Para ellos no existe la posibilidad del teletrabajo.

Muchas madres debieron dejar de trabajar para acompañar en sus rutinas y deberes a sus hijos escolares. Madres que salieron trabajar debieron encerrar a sus hijos y confiar en que podrían arreglárselas solos con las tareas escolares.

Libros y otros materiales de lectura

Foto Ecuador, Expreso
En las casas de los pobres a menudo no hay libros u otros materiales de lectura.

Tener libros y, en general, materiales de lectura en el hogar tiene un impacto positivo sobre la curiosidad y el desarrollo de la lectura entre niños y niñas desde la primera infancia. El número de libros en el hogar es uno de los indicadores que se manejan en el ámbito de la lectura y una de las preguntas que se hace en encuestas de lectura.

Durante el confinamiento hubo maestros y maestras que fueron a las comunidades más pobres y apartadas y llegaron una por una a las casas de sus alumnos a dejar materiales, textos escolares, guías de aprendizaje, movilizándose a pie, en bicicleta, moto, o a caballo.

Educación y capacitación de los padres 

Padres y madres de familia se estrenaron de un día para otro como ayudantes a distancia de la escuela y de los profesores, un papel que la mayoría - y especialmente los más pobres - no estaban en condiciones de asumir. Pero no tuvieron opción. Ante el cierre de las escuelas surgió como solución provisional y de emergencia la propuesta de educación virtual a distancia afincada en el hogar. Se pensó que el confinamiento duraría poco tiempo y se asumió que la conectividad estaría en gran medida asegurada. Ambas presunciones resultaron falsas: el cierre de los planteles educativos se prolongó por dos años o más en América Latina (la región con el confinamiento más largo) y el acceso a internet sigue siendo muy deficitario en las zonas rurales de muchos países.

Foto Ecuador, La Hora

La urgencia de alfabetización digital y capacitación del profesorado en enseñanza virtual fue asumida en la mayoría de países. No así la urgencia de apoyar con información y capacitación a padres y madres encargados de mediar con los profesores y ayudar a sus hijos en casa. Muchos de esos padres y madres son personas analfabetas o con poca escolaridad y/o sin manejo de dispositivos digitales. Vimos en este terreno indolencia del Estado y de la sociedad ante las evidentísimas necesidades de las familias para asumir, en situación de emergencia y precariedad, la compleja tarea educativa encomendada.

- en escuelas públicas y privadas reveló dos problemas principales en la implementación de la enseñanza remota, según 93% de los gestores escolares de Brasil: la falta de acceso al Internet y las dificultades de los padres y madres de familia para ayudar a sus hijos e hijas con las actividades y tareas escolares en casa.

En un informe sobre el aprendizaje remoto durante la pandemia, el Banco Mundial anotó (World Bank, 2021. Nuestra traducción):

"Para que el aprendizaje remoto sea efectivo necesita tres componentes críticos y complementarios: profesores efectivos, tecnología adecuada, y alumnos involucrados".
 
Faltó mencionar un cuarto componente: padres y madres con condiciones y conocimientos mínimos para cumplir su rol de mediadores escolares. No obstante, una de las lecciones aprendidas en la pandemia se registra como:

"Padres y madres de familia son socios claves de los profesores: El involucramiento de padres y madres ha jugado un papel ecualizador, mitigando algunas de las limitaciones del aprendizaje remoto. A medida que los países transitan hacia un modelo de aprendizaje híbrido más consistente, es necesario priorizar estrategias que guíen a los padres y les equipe con las herramientas requeridas para ayudar a los estudiantes".

El mismo informe reconoció:

"La evidencia sugiere que el aprendizaje remoto no produjo tanto aprendizaje como el aprendizaje escolar presencial anterior a la pandemia. Cabe esperar que los resultados en países en desarrollo revelen un panorama aún más sombrío dado que muchos ofrecieron muy poca educación a distancia".

El informe confirmó que la educación de padres y madres juega un papel muy importante en la educación a distancia. Padres y madres con poca o ninguna escolaridad pudieron hacer poco para ayudar a sus hijos en términos escolares durante la pandemia. 

Un estudio en el Reino Unido mostró que las familias acomodadas dedicaron más tiempo y fueron más eficaces en la ayuda escolar a los hijos que las familias sin recursos. Otro estudio en los Países Bajos mostró que 75% de los padres y madres con estudios superiores se sintieron capaces de ayudar a sus hijos de educación secundaria, en comparación con 40% de los padres con menos años de escolaridad (World Bank, 2021).

Referencias
» World Bank, Remote learning during COVID-19: Lessons from Today, Principles for Tomorrow, Washington D.C., 2021.
https://documents1.worldbank.org/curated/en/160271637074230077/pdf/Remote-Learning-During-COVID-19-Lessons-from-Today-Principles-for-Tomorrow.pdf
» "Dificuldade dos pais para apoiar alunos e falta de acesso à Internet foram desafios para ensino remoto, aponta pesquisa TIC Educação", CETIC.br, Sao Paulo, 31 agosto 2021.
https://cetic.br/pt/noticia/dificuldade-dos-pais-para-apoiar-alunos-e-falta-de-acesso-a-internet-foram-desafios-para-ensino-remoto-aponta-pesquisa-tic-educacao/

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