Una escuela comunitaria hecha de madera, caña y paja, ubicada al lado del mar, en una humilde comunidad de pescadores en la costa ecuatoriana, fue una de las seleccionadas en el Concurso Escuelas del Siglo XXI en América Latina y el Caribe organizado por el BID en 2018.
170 escuelas se presentaron, 4 resultaron ganadoras y 62 recibieron un reconocimiento. El concurso buscaba "experiencias ejemplares de innovación en infraestructura escolar en ALC, con alto nivel de innovación en: condiciones de confort, sustentabilidad ambiental, integración con la comunidad, métodos de construcción, inclusión de personas con discapacidad, acceso a tecnologías de información y comunicación, seguridad y protección, mecanismos alternos de financiamiento, y diseño creativo".
Los habitantes de Puerto Cabuyal, en la provincia de Manabí, una de las más pobres del Ecuador, viven de la pesca y la agricultura. Hasta 2016 no tuvieron luz eléctrica. No lograron que el estado les pusiera una escuela. Pero desde 2009 niños y adolescentes estudian en una escuela arquitectónica y pedagógicamente de avanzada, que envidiarían muchos niños y niñas en escuelas particulares de la ciudad. Haber elegido a esta escuela entre las 62 merecedoras de reconocimiento en la región habla muy bien del jurado de este concurso.
La otra escuela del Ecuador que recibió un reconocimiento fue el Centro de Desarrollo Infantil Peekaboo, un centro privado en la ciudad de Daule, provincia del Guayas, también en la Costa.
Para conocer la historia, el quehacer y la singularidad de esta escuela hay que ver el video Esperanzas: Felipe y la escuela de Puerto Cabuyal (23 min).
En la comunidad de Puerto Cabuyal viven 30 familias, más o menos 150 personas. Una comunidad solitaria, la única en un radio de 30 ó 40 kilómetros. No tiene un buen camino. Cuando llueve, es difícil entrar.

Un año después de que Felipe Gangotena se instalara en Puerto Cabuyal, las familias le pidieron que les ayudara con la escuela. Así surgió la primera escuelita, una cabaña de 3 x 4 a la que empezaron asistiendo 9 niños.

La escuela es gratuita. Ofrece educación inicial, básica y bachillerato, y tiene hoy capacidad para 30 alumnos. Es una escuela multigrado, en la que estudian niños y adolescentes de diversas edades.

Los materiales son caña (bambú), madera, y paja (cade, hoja de la palma de tagua). Se usan los mismos materiales y las mismas técnicas de construcción usadas por las familias del lugar para hacer sus casas.

Esperanza_dos se construyó en 2011 y la Ultima Esperanza en 2013. USD 700 costó la construcción de esta última, más el aporte en material y en trabajo de la comunidad y de voluntarios.

Finalmente, después de mucho bregar, lograron reconocimiento oficial de la escuela. Los alumnos ya pueden obtener un certificado de estudios.

La escuela funciona con el apoyo de toda la comunidad. El "profe" Felipe no gana sueldo; vive de su propio negocio de venta de miel de abejas. Los padres de familia han asumido las construcciones y diversas formas de acompañamiento en la escuela. Las madres preparan la colada que se da a los niños cada mañana.
Los más pequeños son atendidos por las madres de familia y por los adolescentes. Dos madres van todos los días a ayudar en la escuela: una a la Ultima Esperanza y otra a Nueva Esperanza.

El papel de los acompañantes es sobre todo observar a los niños y aprender de ellos, para revertirlo luego en el trabajo con ellos.
El día empieza con una rueda de todos. Aquí se acuerdan y comunican las actividades que se desarrollarán durante el día. Todos llevan un diario en el que anotan lo que hacen en la escuela.

Lo que ha terminado aprendiendo y desarrollando es una pedagogía activa en la que los protagonistas son los niños; aprender haciendo, explorando, experimentando, en libertad y con mucha autonomía. Al explicar lo que hace no cita autores; describe cómo y por qué lo hace.

La Secretaría del Buen Vivir se interesó e hizo un video de la experiencia en 2014. Entretanto, en otras partes del país el gobierno intervenía y cerraba escuelas comunitarias innovadoras, como Inka Samana, en territorio salasaca, al sur del Ecuador.
"Escuela de caña" es casi lo peor que puede decirse de una escuela en el Ecuador. Como en muchos otros lados, la caña se considera material de construcción de pobres y para pobres. La gente valora el hormigón, el cemento. En noviembre de 2018, cuando Lenin Moreno y su ministro de educación, Fander Falconí, presentaron el modelo "La Nueva Escuela", un nuevo modelo educativo que, en el plano arquitectónico, usa caña, madera y paja, la reacción de Correa y el correísmo fue rechazar el nuevo modelo, considerándolo un retroceso respecto de las encementadas Unidades Educativas del Milenio.
Qué bueno que las Tres Esperanzas existen y persisten. Necesitamos cuidarlas porque son musa que inspira una auténtica innovación en educación, desde lo propio, desde lo local y desde abajo, no solo en este país sino más allá.
Textos relacionados en OTRAƎDUCACION
- Ecuador: Adiós a la educación comunitaria y alternativa
- El cierre de la escuela comunitaria Inka Samana
- Escuelas multigrado, ¿escuelas de segunda?