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¿Qué recomendaba el Banco Mundial para la reforma educativa en los 1990s?


En los 1990s el Banco Mundial se definía a sí mismo no solo como el mayor financista de la educación en los "países en desarrollo" sino como su principal asesor. Pese a tratarse de un banco, consideraba que esta función de asesoría era mucho más importante que la de prestamista. Aquí, en resumido, algunas de las principales recomendaciones que hacía el BM en los 1990s para la reforma de la educación primaria o básica en dichos países. Muchas de esas recomendaciones de política siguen hoy vigentes en las reformas de los países y en las agendas de la cooperación internacional.

(Basado en: José Luis Coraggio y Rosa María Torres, La educación según el Banco Mundial. Un análisis de sus propuestas y métodos, Miño y Dávila/CEM, Buenos Aires, 1997; 2a. edición, Buenos Aires/ México/Madrid, 1999).


Virajes del Banco Mundial en torno al tema educativo

El Banco Mundial (BM) identificaba seis virajes fundamentales respecto del tema educativo dentro de la institución desde 1980:
1. Incremento significativo de los préstamos para educación.
2. Creciente importancia asignada a la educación primaria y, después, al tramo inferior de la educación secundaria.
3. Extensión del financiamiento a todas las regiones del mundo.
4. Menor importancia asignada a las construcciones escolares.
5. Atención específica a la educación de la niña.
6. Paso de un enfoque estrecho de "proyecto" a un enfoque sectorial amplio.

Como evoluciones posteriores a 1990 identificaba una mayor atención a:
- el desarrollo infantil y la educación inicial/pre-escolar
- las poblaciones indígenas y las minorías étnicas
- el punto de vista de la demanda (como complemento al tradicional enfoque centrado en la oferta educativa).
- la educación de adultos y la educación no-formal como no prioridad.

                    El paquete de reforma educativa propuesto por el Banco Mundial

Según el BM, los sistemas educativos de los "países en desarrollo" tenían en ese momento por delante cuatro desafíos fundamentales: (a) acceso, (b) equidad, (c) calidad, y (d) reducción de la brecha entre la reforma educativa y la reforma de las estructuras económicas.

A continuación, algunos de los rasgos distintivos del paquete de reforma educativa propuesto por el BM para los "países en desarrollo":

▸ Prioridad a la educación básica
El BM estimulaba a los países a concentrar los recursos públicos en la educación básica (8 años de escolaridad o los que cada país considerara tal), considerada esencial para un desarrollo sustentable y de largo plazo así como para "aliviar la pobreza", y a la que se asociaban comparativamente los mayores beneficios sociales y económicos.

La concepción de educación básica manejada por el BM no era la acordada en 1990 en la Conferencia Mundial sobre "Educación para Todos", una de cuyas agencias patrocinadoras y organizadoras fue precisamente el BM, junto con UNESCO, UNICEF, el PNUD y el FNUAP. Allí se acordó una "visión ampliada de la educación básica" que incluye a niños, jóvenes y adultos, se inicia con el nacimiento y dura toda la vida, no se reduce a la educación escolar ni a escuela primaria ni a un determinado número de años o niveles de estudio, sino que se define por su capacidad para "satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje" de cada persona.

▸ Mejoramiento de la calidad (y eficiencia) de la educación como eje de la reforma
El BM entendía la calidad educativa relacionada a la presencia de determinados "insumos". Para el caso de la escuela primaria, se consignaban 9 insumos como determinantes de un aprendizaje efectivo, en este orden de prioridad:
(1) bibliotecas;
(2) tiempo de enseñanza (teaching traducido al español como instrucción);
(3) tareas en casa;
(4) libros de texto;
(5) conocimientos del profesor;
(6) experiencia del profesor;
(7) laboratorios;
(8) salario del profesor; y
(9) tamaño de la clase.

A estas conclusiones arribaba el BM a partir de un conjunto de estudios realizados en diversas partes del mundo, que mencionaban y jerarquizaban estos elementos. De aquí derivaba el BM sus recomendaciones a los "países en desarrollo" respecto de cuáles insumos priorizar en términos de políticas y asignación de recursos. Al tiempo que desestimulaba a invertir en los tres últimos - laboratorios, salarios docentes, y reducción del tamaño de la clase - aconsejaba invertir en los primeros y, específicamente, en tres de ellos:

(a) incrementar el tiempo de enseñanza, a través de la prolongación del año escolar, flexibilización y adecuación de los horarios, y asignación de tareas en casa;

(b) proveer libros de texto, vistos como expresión operativa del currículo y como compensadores de los bajos niveles de formación docente. El BM aconsejaba a los países dejar la producción y distribución de los textos en manos del sector privado, capacitar a los profesores en su uso y elaborar guías didácticas para ellos; y

(c) mejorar el nivel de conocimiento de los profesores (privilegiándose la capacitación en servicio sobre la formación inicial y estimulándose las modalidades a distancia).

La infraestructura dejó de ser considerada un insumo importante tanto para el acceso como para la calidad. A fin de minimizar costos en este rubro se recomendaba:
(a) compartir costos con las familias y comunidades;
(b) usar los locales escolares en varios turnos; y
(c) mantenimiento de la infraestructura escolar.

La enseñanza se resumía en un conjunto de insumos (inputs) - el maestro, un insumo más - y el aprendizaje era visto como el resultado predecible de la presencia (y eventual combinación) de esos insumos. Cada insumo se valoraba por separado y se priorizaba o no en virtud de dos cuestiones: su incidencia sobre el aprendizaje (según estudios empíricos que mostrarían tal incidencia) y su costo. A la luz de estos parámetros el BM estableció un conjunto de "avenidas promisorias" y de "callejones sin salida" para la reforma de la escuela primaria, priorizando, por ejemplo, el libro de texto (alta incidencia y bajo costo) sobre el docente (alta incidencia pero alto costo), la capacitación en servicio sobre la formación inicial, o el texto único sobre la biblioteca escolar. (Ver recuadro más abajo).

▸ Prioridad a los aspectos financieros y administrativos de la reforma
(en el contexto más amplio de la reforma administrativa del Estado), dentro de los cuales cobraba gran importancia la descentralización. Se proponían, específicamente:
(a) reestructuración orgánica de los ministerios, las instituciones intermedias y las escuelas;
(b) fortalecimiento de los sistemas de información (destacándose de manera específica la necesidad de recoger datos de: matrícula, asistencia, insumos y costos); y
(c) capacitación del personal en asuntos administrativos.

▸ Descentralización e instituciones escolares autónomas y responsables por sus resultados
Junto a un esfuerzo importante y acelerado de descentralización, el BM aconsejaba a los gobiernos mantener a nivel central cuatro funciones para mejorar la calidad de la educación:
(a) fijar estándares;
(b facilitar los insumos que influyen sobre el rendimiento escolar;
(c) adoptar estrategias flexibles para la adquisición y uso de dichos insumos; y
(d) monitorear el desempeño escolar.

Para lograr la autonomía de las instituciones escolares se aconsejaban medidas financieras y administrativas. Las medidas financieras propuestas eran:
(a) hacer uso de los impuestos del gobierno central y los gobiernos locales;
(b) compartir los costos con las comunidades locales;
(c) asignar donaciones a las comunidades y las escuelas sin establecer requisitos para el uso de dichas donaciones;
(d) cobrar aranceles en la educación superior;
(e) estimular la diversificación de los ingresos;
(f) certificados y préstamos educativos; y
(g) financiamiento basado en resultados y calidad.

En el plano administrativo se aconsejaba mayor autonomía tanto para los directores como para los profesores. En el caso de los directores, se proponía que tuvieran autoridad para definir ciertos asuntos tales como asignar recursos, contratar o despedir personal, y determinar cuestiones tales como el calendario, el horario escolar y la lengua de instrucción, a fin de lograr un mayor ajuste a las condiciones locales. En el caso de los profesores, se proponía su autonomía para definir las prácticas de aula, dentro de ciertos límites dados por un currículo nacional, sujeto a normas y estándares, exámenes, evaluaciones de aprendizaje e inspectores escolares.

La autonomía escolar se centraba en los factores financieros y administrativos pero no se contemplaban medidas dirigidas específicamente a la calificación y profesionalización de docentes y directores.

▸ Mayor participación de los padres de familia y la comunidad en la oferta educativa
Dicha participación se refería a tres ámbitos:
(a) contribución económica al sostenimiento del aparato escolar;
(b) selección de la escuela; y
(c) mayor involucramiento en la gestión escolar.

Cuatro "riesgos" se atribuían a la mayor participación de las familias en el ámbito escolar:
(a) mayor dificultad para impulsar objetivos nacionales amplios (tales como la educación de la niña);
(b) incremento de la segregación social;
(c) fomento de la inequidad (al depender cada escuela de las condiciones económicas de la comunidad y las familias); y
d) limitaciones derivadas de la falta de información y educación de los padres.

▸ Participación del sector privado y los organismos no-gubernamentales (ONGs)
en el terreno educativo tanto en las decisiones como en la ejecución. Esto se enmarcaba en una propuesta de diversificación de la oferta educativa, a fin de introducir la competencia en el terreno educativo (la competencia como mecanismo clave de la calidad).

▸ Movilización y asignación eficaz de recursos adicionales para la educación primaria como temas principales del diálogo y la negociación con los gobiernos
Las propuestas del BM en relación a este tema partían de la premisa de que la distribución vigente del gasto educativo - entre niveles y dentro de cada nivel del sistema - era desigual e inequitativa, privilegiándose "los intereses de los sindicatos de maestros (en la medida que el grueso del gasto educativo se va en salarios y su negociación ocupa buena parte de las energías de los gobiernos, que en los últimos años se ha incrementado desproporcionadamente el número de maestros y reducido - en lugar de incrementado, a la par de la matrícula escolar- la relación maestro-alumnos, etc)" (BM, 1995:153). El BM proponía redefinir el papel tradicional del Estado respecto de la educación, una redefinición de los patrones y prioridades del gasto público, con fuerte énfasis en la educación inicial y básica.

▸ Definición de políticas y prioridades en base al análisis económico
El BM recomendaba hacer mayor uso del análisis económico en las decisiones de política y en la priorización de los insumos instruccionales a invertir. La relación costo-beneficio y la tasa de rentabilidad constituian las categorías centrales desde las cuales se definía el quehacer educativo, las prioridades de inversión (niveles educativos e insumos a considerarse), los rendimientos, y la calidad misma. “El análisis económico aplicado a la educación se centra en la comparación entre los beneficios y los costos, para las personas y para la sociedad en su conjunto. Se comparan los costos de las distintas intervenciones para lograr un objetivo educacional determinado y se mide la relación entre los beneficios y los costos, generalmente calculando la tasa de rentabilidad, considerando como el beneficio la mayor productividad de la mano de obra, medida por las diferencias de salarios” (BM, 1995:105).

▸ Opciones binarias de política (lo que "funciona" y lo que "no funciona")
A partir de una serie de estudios, buena parte de ellos promovidos por el BM, así como de su propia historia de inversión en el sector educativo, el BM extraía una serie de conclusiones acerca de "lo que no funciona y lo que funciona" en educación primaria en los países en desarrollo, y las proponía a estos como opciones de política (ver Avenidas Promisorias y Callejones sin salida).

▸ Reforma curricular versus textos escolares
El BM desaconsejaba las reformas curriculares empeñadas en modificar el currículo prescrito, aduciendo su complejidad, el hecho de que generan demasiadas expectativas y de que, finalmente, no se traducen en mejoras en el aula. En su lugar, aconsejaba invertir en mejores textos escolares, considerando que: (a) "en la mayoría de países en desarrollo" los textos escolares constituyen en sí mismos el currículo efectivo, y (b) se trata de un insumo de bajo costo y alta incidencia sobre la calidad de la educación y el rendimiento escolar.
“Los maestros más eficaces parecen ser los que tienen un buen conocimiento de la materia y un amplio repertorio de técnicas de enseñanza. La estrategia más eficaz para asegurar que los maestros tengan un conocimiento adecuado de la asignatura es contratar profesionales con formación suficiente y conocimientos demostrados durante la evaluación del desempeño. Esta estrategia se aplica para los maestros de enseñanza secundaria y superior, pero es rara en el nivel primario. La capacitación en el servicio para mejorar el conocimiento de las asignaturas por parte de los maestros y las prácticas pedagógicas conexas es especialmente eficaz cuando está directamente vinculada a la práctica en el aula y es impartida por el jefe de docentes" (BM, 1995:8).
"En general, la capacitación en servicio es más determinante en el desempeño del alumno que la formación inicial” (Lockheed y Verspoor, 1991:134).
▸ Formación docente inicial versus en servicio
El BM desaconsejaba a los gobiernos invertir en la formación inicial de los docentes y priorizar la capacitación en servicio, considerada más costo-efectiva - y recomendaba para ambas explorar las modalidades a distancia, consideradas más costo-efectivas que las modalidades presenciales y/o residenciales. En cuanto al contenido de la formación/capacitación docente, los documentos del BM afirmaban que el conocimiento de la materia tiene más peso sobre el rendimiento de los alumnos que el conocimiento pedagógico, este último reducido a un problema de manejo de "un amplio repertorio de técnicas de enseñanza".

▸ Tamaño de la clase versus tiempo de instrucción
Según estudios manejados por el BM, el tamaño de la clase (número de alumnos por maestro) no incide - o tiene una incidencia poco significativa - sobre el rendimiento escolar: por encima de los 20 alumnos por aula, se afirmaba, no hace diferencia si son 30, 50 o más. Sobre esta base, el BM aconsejaba a los países en desarrollo no empeñarse en reducir el tamaño de la clase y, por el contrario, incrementar la proporción maestro-alumnos a fin de bajar costos y utilizar esos recursos en libros de texto y capacitación en servicio.

El tiempo de instrucción escolar es una de las variables que diferencia notoriamente a los sistemas escolares de los países industrializados de los en desarrollo: buena parte de estos últimos estarían por debajo del promedio mundial estimado de 880 horas de instrucción escolar al año, mientras que varios países industrializados tendrían hasta 1200 horas. Como medidas concretas para incrementar el tiempo de instrucción recomendaba el BM:
(a) prolongar la duración del año escolar;
(b) fijar horarios flexibles para acomodarse a las necesidades locales; y
(c) asignar tareas en casa.

En cuanto al rol de quienes hacen la política educativa, recomendaba seguimiento y control para asegurar que:
(a) las escuelas funcionen efectivamente en los períodos establecidos;
(b) los profesores asistan regularmente a clases;
(c) se eviten distracciones en asuntos administrativos o visitas frecuentes; y
(d) se tomen medidas para asegurar el funcionamiento regular de las escuelas en emergencias climáticas (Lockheed y Verspoor, 1991).

En particular, se destacaba como un problema la variable "ausentismo docente" -atribuida a "trabajos adicionales", "baja moral ocasionada por las deficientes instalaciones y la falta de textos escolares", así como a la "falta de responsabilidad por los resultados"-, frente a lo cual se aconsejan incentivos para estimular la asistencia de los maestros y una vigilancia más cercana de la misma por parte de las comunidades y las autoridades educacionales.

▸ Almuerzos versus desayunos escolares, programas de salud y educacion pre-escolar
"La principal fuente de capacidad y motivación para aprender de los niños es la familia, a través de las dotes genéticas y del suministro directo de nutrientes, de atención de la salud y de estímulo. Para los niños cuyas familias no pueden suministrar los insumos necesarios, los programas preescolares y escolares de salud y nutrición pueden servir de sustitutos” (BM, 1995:82).

"Muchos gobiernos mantienen grandes y costosos programas de alimentación escolar. Se puede mejorar la relación costo-beneficio de esos programas destinándolos específicamente a los pobres, ofreciendo desayunos y refrigerios antes de las clases en lugar de una comida más grande más adelante en la jornada, y seleccionando alimentos enriquecidos con alto contenido de micronutrientes esenciales” (BM, 1995:84).
El BM agrupaba en cinco los tipos de insumos que intervienen en el aprendizaje:
(a) la motivación y la capacidad para aprender de los alumnos;
(b) el contenido a aprender;
(c) el maestro;
(d) el tiempo de aprendizaje; y
(e) las herramientas necesarias para enseñar y aprender.

El primer factor tiene que ver con la "educabilidad". Al aplicarse a los alumnos de sectores pobres, se proponían medidas de "discriminación positiva" hacia dichos sectores. A fin de mejorar la motivación y capacidad de aprender de estos alumnos se aconsejaban intervenciones en tres áreas: nutrición (no a través de almuerzos sino de desayunos o pequeños lunches escolares); salud (se recomendaba priorizar las infecciones parasitarias y los problemas de visión y audición, considerados los problemas más comunes y con incidencia directa sobre la asistencia y la capacidad para aprender) y educación pre-escolar (como estrategia para compensar las desventajas de partida de los alumnos pobres).

El desayuno escolar se recomendaba sobre el almuerzo escolar en razón de un cálculo de costo-beneficio: cuesta menos y atiende el “hambre de corto plazo” (la que se experimenta durante el período que se permanece en la escuela); el almuerzo cuesta más y excede lo propiamente educativo, haciéndose cargo del hambre de largo plazo, lo que sería una manera de transferir ingresos a los sectores pobres.

▸ Participación, alianzas y consenso social para la reforma
El BM afirmaba que una mayor participación social y la construcción de un amplio consenso nacional son condición de viabilidad de la reforma educativa: “Las reformas de la educación, cualquiera sea su mérito técnico, no se afianzarán a menos que sean política y socialmente aceptables” (BM, 1995:153).

▸ Dificultades de las reformas
El BM concluía que la reforma educativa así planteada está al alcance de los países en desarrollo, y que las medidas necesarias "no suelen adoptarse debido al peso de los gastos en educación y de las prácticas de administración existentes, y de los intereses creados vinculados con ellos" (BM, 1996:7). En otras palabras, el principal obstáculo a la reforma no es ni económico ni técnico sino político y, por último, cultural.
"La educación tiene un intenso contenido político porque afecta a la mayoría de ciudadanos y a todos los niveles de gobierno, es casi siempre el componente más grande del gasto público y recibe subsidios estatales que tienden a favorecer a la élite. Los sistemas prevalecientes de gastos y administración suelen proteger los intereses de los sindicatos de maestros, los estudiantes universitarios, la élite y el gobierno central en desmedro de los padres, las comunidades y los pobres". (BM, 1995:153)
¿Recomendaciones o imposiciones?

El BM afirmaba que su rol es poner al alcance de los países un menú de opciones de política para que éstos seleccionen las opciones más adecuadas a sus necesidades. La variación se limitaba a la posibilidad de que cada país decida cómo combinar los insumos educativos establecidos como fundamentales: “Para que el aprendizaje sea eficaz, la combinación de insumos inevitablemente varía de un país a otro y de una institución a otra, de conformidad con las condiciones locales” (BM, 1995:64).

* Basado en: José Luis Coraggio y Rosa María Torres, La educación según el Banco Mundial. Un análisis de sus propuestas y métodos, Miño y Dávila/CEM, Buenos Aires, 1997; 2a. edición, Buenos Aires/ México/Madrid, 1999.
 

Referencias
- Marlaine E. Lockheed and Adriaan M. Verspoor, Improving Primary Education in Developing Countries, World Bank, Oxford University Press, 1991.
- The World Bank. 1995. Priorities and Strategies for Education: A World Bank Review. Washington: World Bank.

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La escuela de la libertad de los Zapatistas

Rosa María Torres

Escuelita zapatista. Tomado de: EZLN-Enlace Zapatista


"Después de los cursos de la Escuelita Zapatista del año pasado y principios de éste, nos dimos cuenta que ya había una generación que podía mirarnos de frente, que podía escucharnos y hablarnos sin esperar guía o liderazgo, ni pretender sumisión o seguimiento. Marcos, el personaje, ya no era necesario. La nueva etapa en la lucha zapatista estaba lista”.
Subcomandante Marcos, 24 mayo 2014.
Día en que anunció que 'deja de existir' como Subcomandante Marcos y como vocero del EZLN.
Entre la Luz y la Sombra


EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL - MÉXICO
Marzo del 2013.

Compañeras y compañeros, hermanas y hermanos, de la Sexta:

Sobre las visitas, caravanas y proyectos.
Ustedes saben que estamos preparando nuestras clases para las escuelitas, en eso vamos a concentrarnos para que salga bien y haya buenos y buenas alumnas y alumnos.
Y nosotros, junto con las autoridades, pensamos que hay cosas que no vamos a poder ver todo para no distraernos, como por ejemplo: recibirlos de una entrevista, intercambiar experiencias, o caravanas, o brigadas de trabajo, o discutir idea de un proyecto.  Así que por favor no hagan el viaje de balde porque ni en Junta de Buen Gobierno, ni en autoridades autónomas, ni en comisiones de proyectos se les va a poder atender.
Si alguna persona, grupo o colectivo piensa de traer caravana con apoyo para las comunidades, les pedimos de favor que se esperen a que llega su tiempo para eso, o si ya tienen el viaje arreglado, entonces que por favor dejen en el CIDECI, con el Doctor Raymundo, ahí en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México.
No decimos que no nunca, sino por ahora NO porque queremos concentrarnos de la escuelita.  Queremos avisarles para que no se entienda mal, el por qué no se les atiende.
Queremos decirles esto para que no programen sus viajes que requieren pláticas con nuestras autoridades, porque no vamos a poder atenderles, por la sencilla razón que todo nuestro esfuerzo va por nuestra escuelita, por ustedes, por México y del mundo, es por eso se va el esfuerzo ahí.
Y así vamos a estar en las Juntas de Buen Gobierno de los 5 caracoles, no vamos a poder atenderlos. Pero sí pueden visitar los caracoles.
Igual con los proyectos que ya están funcionando de las 5 juntas, hay cosas que no vamos a poder atender, sólo lo que está en nuestro alcance que no nos implique consultas o mucho movimiento para nuestros pueblos. Si es lo contrario, para otra ocasión se verá.
Queremos que nos entiendan, que para nosotros no es tiempo de caravanas, ni proyectos, ni entrevistas o intercambio de experiencia y otras cosas. Para nosotros las zapatistas, los zapatistas, es tiempo de prepararnos para la escuelita. NO vamos a tener tiempo para otras cositas, a menos que sea del mal gobierno que nos quiera hacer una gran chingadera ahí sí cambia la cosa.
Con ustedes compañeras y compañeros, hermanas y hermanos creemos que hay comprensión.
Sobre escuelita.
Aquí les paso los primero datos para la escuelita, para que vayan preparando sus cosas quienes van a recibir las clases.
1.- A la fiesta de los Caracoles están invitados todas y todos quienes se hayan sentido convocados. La fiesta es en los 5 caracoles, así que pueden ir al que gusten. La llegada es el 8 de agosto, fiesta el 9 y 10, y el 11 el regreso. Ojo: no es lo mismo la fiesta de los 10 años de Los Caracoles, que la escuelita. No confundir.
2.- Con esa fiesta, las bases de apoyo zapatistas celebran el décimo cumpleaños de las Juntas de Buen Gobierno, pero no sólo.
3.- Por esos días empieza nuestra pequeña escuela muy otra donde nuestr@s jef@s, es decir, las bases de apoyo zapatistas, van a dar clase de cómo ha sido su pensamiento y su acción en la libertad según el zapatismo, sus aciertos, sus errores, sus problemas, su soluciones, lo que han avanzado, lo que está atorado y lo que falta, porque siempre falta lo que falta.
4.- El primer curso (vamos a hacer muchos, según vayan pudiendo quienes asistirán), del primer nivel es de 7 días tomando en cuenta llegada y regreso. Llegada el 11 de agosto, la clase empieza el 12 de agosto del 2013 y termina el 16 de agosto del 2013. Y el 17 de agosto del 2013 es la salida. Quienes ya hayan terminado el curso y quieran estar más tiempo, podrán visitar otros caracoles distintos a donde les tocó tomar el curso. El curso es el mismo en todos los caracoles, pero pueden conocer otros caracoles diferentes a donde les tocó, pero ya va en su cuenta.
5.- Poco a poco les vamos a ir diciendo cómo está eso de la inscripción a la escuelita de la libertad según las zapatistas, los zapatistas, pero sí les decimos que es laica y gratuita. La preinscripción será con los Equipos de Apoyo a la Comisión Sexta, nacional e internacional, en la página web de Enlace Zapatista, y a través de correos electrónicos. El registro de alumnas y alumnos será en el CIDECI, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Las invitaciones se van a empezar a mandar, según vamos pudiendo, a partir del 18 de marzo del 2013.
6.- Pero no puede entrar el que quiera a la escuela, sino que vamos a invitar directo nosotr@s. Es@s compas que invitemos, nosotr@s l@s vamos a cuidar, les vamos a dar de comer, un lugar dónde dormir, que esté limpio y contento, y les vamos a poner uno su guardián o una su guardiana, o sea un su “Votán” que lo mira que está bien y que no sufra mucho en la clase, sólo un poco, pero siempre sí un tanto.
7.- Las alumnas y los alumnos van a tener que estudiar muy duro. El primer nivel tiene 4 temas que son: Gobierno Autónomo I, Gobierno Autónomo II, Participación de las Mujeres en el Gobierno Autónomo, y Resistencia. Cada tema tiene su libro de texto.  Los libros de texto tienen entre 60 y 80 páginas cada uno, y lo que ya les dio a conocer el SupMarcos es sólo una pequeña parte de cada libro (3 ó 4 páginas). Cada libro de texto tiene un costo de 20 pesos, que es lo que calculamos que cuesta hacerlo.
8.- El curso dura 7 días el primer nivel y según lo que tenga tiempo el compa, la compa, porque sabemos que tiene su trabajo, su familia, su lucha, su compromiso, o sea que su calendario y su geografía.
9.- El primer curso es sólo de primer grado, faltan muchos más, o sea que no rápido se acaba la escuela, sino que tarda. Quienes pasen el primer nivel podrán pasar al segundo nivel.
10.- De los gastos: el compa, la compa sí tiene qué ver de su pasaje hasta llegar al CIDECI, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, y para regresar a su rincón. Del CIDECI, ya se van a la escuelita que les toque, y cuando terminen, el regreso es al CIDECI y ya de ahí se van a sus lugares de cada quien. Ahí en la escuela, que sea en el pueblo, no va a tener pena, aunque sea su frijolito, su tortillita y sus verduritas no le van a faltar en su mesa. O sea los gastos de cada estudiante los van a cubrir l@s zapatistas. Cada estudiante o estudianta va a vivir con una familia indígena zapatista.  En los días que esté en la escuela, ésa va a ser su familia de la alumna o alumno. Con esa familia va a comer, a trabajar, a descansar, a cantar, a bailar, y lo van a encaminar a la escuela que le toque, o sea al centro de educación. Y el “Votán“, o sea el guardián o guardiana, siempre lo va a acompañar. O sea que vamos a estar pendientes de cada estudiante o estudianta. Y si se enferma, pues ahí lo vamos a curar o, si está grave, lo vamos a llevar en un hospital. Pero lo que esté en su cabeza como llegó y como se va, pues eso sí no podemos hacer nada, o sea que va en su cuenta del compañero o compañera lo que haga con lo que mire, escuche y aprenda. O sea que se les va a enseñar la teoría, y la práctica pues ahí lo van a ver en sus rincones de cada quien.
11.- Para poder pagar el gasto de su escuela pues ahí lo vamos a ver nosotros. De repente podemos hacer un festival de música y baile, o una pinturas o unas artesanías, pero no se preocupen, porque buscamos el modo y además siempre hay gente buena que apoya las cosas buenas. Para quienes quieren dar una donación para la escuela, vamos a poner un bote en el lugar del registro de alumnos, o sea en el CIDECI, con los compas de la Universidad de la Tierra, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. Ahí en el bote, quien quiera donar algo de paga, lo pone y nadie sabe quién dio ni cuánto dio, para que no se presumen un@s que dieron más ni se ponen tristes quienes dieron poco.  No se va a permitir que en las escuelas, caracoles o familias que les toquen, den dinero o dejen cosas de regalo. Esto es para no desequilibrar que unos reciben y otros no.  Todo lo que quieran donar, es en el CIDECI, con los compas de la Universidad de la Tierra, en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, México. Ahí se junta todo y ya se reparte luego parejo para tod@s, si es que hay algo. Si no, no importa, lo que importa son ustedes.
12.- Hay otras formas de tomar la clase de la escuela zapatista. Vamos a pedir apoyo con los y las compas de medios libres, libertarios, autónomos, y con quien le sepa a eso de las videoconferencias. Porque lo sabemos que mucha gente no va a poder venir por sus cuestiones de trabajo o personales o de familia. Y también que hay personas que no entienden el español pero sí tienen ganas de aprender cómo es que las zapatistas, los zapatistas han hecho lo que han hecho y cómo han deshecho lo que han deshecho.  Entonces vamos a tener un curso especial para que se toma con video cámara y se manda donde haya un grupo de alumn@s dispuest@s y que estén list@s con su libro de texto  y ahí lo van viendo el curso y con eso del internet pueden hacer sus preguntas de lo que están dando clase los maestras y maestras, las bases de apoyo zapatistas. Para planear esto, vamos a invitar a una reunión especial a algunos medios alternativos para ponernos de acuerdo en cómo se van hacer las videoconferencias y también que tomen foto y video de los lugares que se explican en las clases, para que tod@s puedan ver si es cierto o no lo que están enseñando las profesoras y profesores. Y otra forma es que vamos a hacer copia de los cursos en dvd para que quien no pueda ir a ningún lado y sólo puede estudiar la clase en su casa, pues lo pueda hacer y así también aprende.
13.- Para poder asistir a la escuelita zapatista, tendrán que tomar un curso de preparación donde les va a explicar cómo es la vida en los pueblos zapatistas, sus reglas internas. Para que no vayan a tener delito. Y lo que necesitan llevar. Por ejemplo, no deben llevar esas que se llaman “casas de campaña” que, además, no sirven para nada; porque l@s vamos a acomodar con familias indígenas zapatistas.
14.- De una vez claro les decimos que está PROHIBIDO producir, comerciar, intercambiar y consumir cualquier tipo de drogas y alcohol. También está prohibido portar y usar cualquier tipo de armas, sean de fuego o “blancas”. Quienes pidan ingresar al EZLN o cualquier cosa militar, serán expulsados. No se está reclutando ni promoviendo la lucha armada, sino la organización y la autonomía por la libertad. También está prohibida la propaganda de cualquier tipo, política y religiosa.
15.- No hay límite de edad para asistir a la escuelita; pero si son menores de edad, deben venir con un adulto que se haga responsable del o la menor de edad.
16.- Cuando se inscriban, después de ser invitad@s, les pedimos que aclaren si son otr@, mujer u hombre, para ver cómo acomodamos, porque cada un@ es un individuo, individua o individuoa y como tal será respetad@ y cuidad@. Aquí no se discrimina por cuestiones de género, preferencia sexual, raza, credo, nacionalidad. Cualquier acto de discriminación será castigado con la expulsión.
17.- Si alguien tiene alguna enfermedad crónica, le pedimos que cargue con su medicina y que nos avise cuando se inscriba para estar pendientes de él o ella.
18.- Cuando se inscriban, después de ser invitad@s, les vamos a pedir que aclaren su edad física y sus condiciones de salud para acomodarlos en una de las escuela donde no sufran más de lo que van a sufrir de por sí.
19.- Si es invitad@ y no puede asistir en esa primera fecha, no tenga pena. Sólo nos avisa cuándo sí puede y nosotros hacemos el curso cuando ya puede venir. También si alguien no puede terminar el curso o no puede llegar cuando ya está inscrito, no hay problema, puede completar después. Aunque recuerde que también puede asistir a las videoconferencias o a los cursos que se van a dar fuera de territorio zapatista.
20.- En otros escritos les voy a ir explicando más cosas y aclarando las dudas que puedan tener.  Pero esto que les digo es lo básico.
Es todo por ahora.
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Subcomandante Insurgente Moisés.
Rector de la Escuelita Zapatista.
México, Marzo del 2013.
P.D.- Ahí le encargué al SupMarcos que le ponga a este escrito unos videos que tengan que ver.
* Tomado de:  Fechas y otras cosas sobre la escuelita - marzo 17 2013



Esta es la convocatoria con que los Zapatistas invitaron al mundo, en marzo de 2013, a participar en el arranque de "la primera escuelita zapatista", en Chiapas. El curso
“La libertad según l@s zapatistas” se hizo entre el 11 y el 18 de agosto, con 1.700 participantes - de todas las edades - vinculados a organizaciones sociales en México y en todo el mundo. No cualquiera fue invitado: “A partir de ahora, nuestra palabra empezará a ser selectiva en su destinatario y, salvo en contadas ocasiones, sólo podrá ser comprendida por quienes con nosotros han caminado y caminan, sin rendirse a las modas mediáticas y coyunturales”, anticipaba uno de los varios comunicados Ellos y Nosotros.

El uso del diminutivo - "escuelita" - denota sin duda muchas más cosas que las que me animo a especular. Se habla de "escuela", de "curso", de "clases", de "profesor", de "alumnos", pero se trata de otra clase de escuela, otra clase de curso, otra clase de clases, otra clase de profesor, otra clase de alumnos, otra clase de educación. La mejor versión de educación comunitaria y en comunidad, de abajo para arriba antes que al revés.

Se habla de pedagogía, pero se trata de
otra pedagogía: una pedagogía vivencial, una pedagogía del compartir, de la convivencia y del compromiso, antes que una pedagogía discursiva, aunque estén ahí el Subcomandante Marcos y los comandantes indios; una pedagogía incluyente, en la que todos - niños, jóvenes y adultos - son sujetos de educación, de enseñanza y de aprendizaje; una pedagogía que reconoce y valora la diversidad, que rechaza lo homogéneo, lo igual para todos; una pedagogía donde lo importante no es la infraestructura - sigue siendo la disponible: básica, precaria - sino las relaciones humanas, los vínculos entre las personas, la confianza en el otro, el compromiso y el norte de un proyecto para la transformación social y política.

De entrada habían anunciado: "El EZLN prepara ya la escuela de la libertad", generando gran curiosidad y expectativa. Ya en junio avisaban que había cupo lleno en comunidades para escuela zapatista. En julio daban a conocer Nuevas fechas para la escuelita, información y videoconferencias y de otras cosas, entre otras que habían ampliado el cupo a 1.700 participantes y que harán nuevas convocatorias. El 4 de agosto, a pocos días de iniciarse la escuelita y en entusiasta espera por los visitantes, divulgaban la lista de exentos... Somos sin duda miles los que estamos en espera, ilusionados con la idea de recibir algún día una invitación.
A continuación, los testimonios de dos conocidos intelectuales y activistas sociales que tuvieron el privilegio de participar en esta primera experiencia: Ruth Martín y Raúl Zibechi. Disfrutemos lo que nos cuentan, aprendamos, inspirémonos. Porque los Zapatistas nos vienen mostrando, en efecto, que otros mundos, otras educaciones y otras escuelas son posibles. “Lo que sigue de la escuelita es algo que usted y solo usted debe decidir”, fue el mensaje final enviado por el Comandante Marcos a los asistentes. Incluimos al pie referencias y testimonios de otras personas que asistieron.
Zapatistas: diez años probando un "mundo nuevo"
por Ruth Martín

Desde 2003, unos 65.000 seguidores de las doctrinas del EZLN conviven en comunidades autogobernadas en las montañas mexicanas

"Servir y no servirse, representar (al pueblo) y no suplantar (sus decisiones), construir y no destruir...". Estos son tres de los siete principios de las comunidades indígenas que, desde 2003, conviven bajo una forma de gobiernos autonómos al margen del poder establecido. Son los llamados "caracoles", municipios mexicanos donde unos 65.000 seguidores de las doctrinas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) han celebrado recientemente sus diez años de independencia. Mientras, su líder, Rafael Guillén, 'el subcomandante Marcos', ha seguido lanzando sus mensajes desde las montañas del Sureste de México al Gobierno. ¿Sus peticiones? Las mismas de hace 20 años: "democracia, libertad, tierra, pan y justicia para los indígenas".

Nacido el 1 de enero de 1994 en Chiapas como una plataforma en la que dar voz a las comunidades indígenas mexicanas, el EZLN ha pasado por numerosas etapas en estos años. Las peticiones de libertad, justicia, democracia, paz, educación, tierra, alimentación, trabajo, techo e independencia, que durante los primeros años tomaron un cariz de guerrilla y lucha armada frente al Gobierno Federal de la nación de México, poco a poco han abandonado los enfrentamientos para continuar con su trabajo de construir un gobierno autónomo.

Desde 1994 a 2001, el movimiento ha negociado continuamente con el Gobierno Federal de México, para lograr un acuerdo social y político que les permitiera ser reconocidos como nación y con derecho a la autodeterminación, como se materializaba en los Acuerdos de San Andrés, que el Congreso posteriormente no aprobaría. Un hecho que se convirtió en detonante para el desarrollo y la puesta en práctica de los gobiernos autónomos zapatistas.

Durante estos años de llamada tregua, el año 2005 marcó un antes y un después en la historia del movimiento, al emitir la Sexta Declaración de la Selva Lacondana -conocida como La Sexta- por la que el EZLN asegura que depone las armas y comienza a hacer política, además de ser una llamada para construir un movimiento para combatir el neoliberalismo y, en el caso de México, construir una nueva Constitución.

Para ellos, la política dictada por el neoliberalismo actual no sirve como tal y organizan su propio gobierno comprometiéndose a "no hacer ningún tipo de relación secreta con organizaciones político-militares nacionales o de otros países y defender, apoyar y obedecer a las comunidades indígenas que lo forman y son su mando supremo, sin interferir en sus procesos democráticos internos y en la medida de sus posibilidades, contribuir al fortalecimiento de sus autonomía, buen gobierno y mejora de sus condiciones de vida."

Hoy en día el movimiento se organiza en lo que ellos denominan caracoles (de la Realidad, Morelia, la Garrucha, de Robertdo Barrios y de Oventik), que nacieron entre los días 8 y 10 de agosto de 2003 recogiendo lo suscrito por el EZLN y el Gobierno federal en los Acuerdos de San Andrés, donde se reconocía -entre otras cosas- el derecho a la autonomía. Como explica Luis Saracho desde Uníos -una de las oficinas de apoyo al movimiento EZLN en la ciudad de México-, han creado una estructura de gobierno en el que un conjunto de pueblos ha generado un municipio cuyo conjunto, a su vez, conforma una región administrativa o caracol.

Recientemente, durante los días 12 a 16 de agosto ha tenido lugar la llamada Escuelita zapatista en San Cristóbal, en la que no sólo se ha celebrado el décimo aniversario de la formación del gobierno autónomo, también se ha impartido un curso bajo el nombre de La libertad de l@s Zapatistas, en torno a una década de gobierno autónomo. En ella, repartidos en los cinco caracoles administrativos, más de 1.700 invitados de todo el país (acompañados cada uno de su guardián) compartieron durante esos días la experiencia autónoma de gobierno, poniendo en práctica el trabajo desarrollado durante los últimos años y estudiando los materiales impartidos por las comunidades.

"Ellos no han sido preparados para ser gobernantes", apunta Luis Saracho, "pero lo fundamental de esta experiencia es que nos encontramos ante una sociedad indígena, con una cultura mesoamericana, con cinco idiomas en cinco pueblos distintos, que comulgan con una cultura local y que, a partir de siete principios, han construido su sociedad", prosigue. Los siete principios se resumen de la siguiente manera: servir y no servirse (los que gobiernan viven de la solidaridad del resto), representar y no suplantar (la decisión del pueblo), construir y no destruir (consensos), obedecer y no mandar, proponer y no imponer, convencer y no vencer y por último, bajar y no subir (trabajar desde el último a los más encumbrados). La mujer, "igual ante las balas"

Las dinámicas de la Escuelita han pasado por vivir el día a día de los pueblos, alojarse en sus casas, involucrarse en sus actividades, trabajar sus tierras, compartir sus necesidades y vivir en igualdad hombres y mujeres, como establece la Ley de Mujeres Zapatistas, que dio un nuevo estatus social a la mujer. Las mujeres se volvieron visibles con ésta norma, que les permite "ser iguales ante las balas", pero también educarse, trabajar o ser milicianas, entre otras cosas.

Alrededor de 6.000 personas pudieron comprobar durante estos días de agosto cómo se está resistiendo frente a los ataques sin éxito del Gobierno Federal. A pesar de sus intentos de corromper a la sociedad indígena, no lo está consiguiendo, según revela Luis Saracho desde DF. "Calculamos que en la actualidad el movimiento debe estar formado aproximadamente por unos 65.000 zapatistas", añade. En las zonas del movimiento hoy la población está creciendo, no hay desnutrición, nadie se encuentra sin escolarizar, la salud es primordial, todos tienen un lugar en la sociedad y en ese marco, para mantener la resistencia autónoma, están construyendo las condiciones necesarias para sustentar las estructuras de gobierno, algo que pudieron comprobar los asistentes a la Escuelita.

Desde las montañas del Sureste mexicano, donde el 'subcomandante Marcos' -convertido en asesor y puente entre los dos mundos- sigue lanzando sus mensajes y misivas, se hizo eco del poder de las redes sociales, algo que aunque pueda suponer una paradoja, el movimiento zapatista ha sabido utilizar eficazmente como arma para mantenerse visible. En el 2006, junto con La Sexta Declaración nació una iniciativa denominada La Otra Campaña, cuyo planteamiento no iba más allá de identificar a quiénes luchan, dónde están, qué piden y cómo les trata el Gobierno.

En esas circunstancias se generó un movimiento mediático muy importante y nació la Red Contra la Represión, que ha generado un movimiento de defensa de las libertades de los presos políticos, apoyado hoy en día por las redes sociales. A través de ellas se lanzan los comunicados que hoy sirven para reconstituir la politización del movimiento.

"En un primer momento el movimiento se veía por parte de la sociedad civil como un acontecimiento anecdótico, pero el próximo 1 de enero cumplirá 20 años y pocos movimientos que se presupongan anecdóticos se mantienen durante tanto tiempo", reflexiona Luis Saracho.

Habrá que esperar a ver cómo afecta a los asentamientos zapatistas la actual Reforma Energética propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto, que se debate estos días en la Cámara de Diputados en la ciudad de México, debido a la riqueza e importancia de los recursos que allí se encuentran. De momento, los asentamientos siguen manteniéndose al margen y caminando en sus dinámicas, sus proyectos y circunstancias de gobiernos autónomos, tratando de generar un movimiento social y político basado en el anticapitalismo.

Y, como resume Luis Saracho, "la Escuelita ha sido una muestra de la determinación del pueblo, demostrando que la autonomía es importante, que tiene un precio dispuesto a pagarla y que no hay marcha atrás, con una nueva generación de muchachos preparados con un pie en el pasado y otro en el futuro".

Un horizonte resumido, de nuevo, en palabras del 'subcomandante Marcos': "¿La toma del poder? No, apenas algo más difícil: un mundo nuevo".



Las escuelitas de abajo 
por Raúl Zibechi
Habrá un antes y un después de la escuelita zapatista. De la reciente y de las que vendrán. Será un impacto lento, difuso, que se hará sentir en algunos años pero marcará la vida de los de abajo durante décadas. Lo que vivimos fue una educación no institucional, donde la comunidad es el sujeto educativo. Autoeducación cara a cara, aprendiendo con el alma y con el cuerpo, como diría el poeta.

Se trata de una no pedagogía inspirada en la cultura campesina: seleccionar las mejores semillas, esparcirlas en suelos fértiles y regar la tierra para que se produzca el milagro de la germinación, que nunca es segura ni se puede planificar.

La escuelita zapatista, por la que pasamos más de mil alumnos en comunidades autónomas, fue un modo diferente de aprendizaje y de enseñanza, sin aulas ni pizarras, sin maestros ni profesores, sin currícula ni calificaciones. La verdadera enseñanza comienza con la creación de un clima de hermanamiento entre una pluralidad de sujetos antes que con la división entre un educador, con poder y saber, y alumnos ignorantes a los que se deben inculcar conocimientos.

Entre los muchos aprendizajes, imposibles de resumir en pocas líneas, quiero destacar cinco aspectos, quizá influenciado por la coyuntura que atravesamos en el sur del continente.

La primera es que los zapatistas derrotaron las políticas sociales contrainsurgentes, que son el modo encontrado por los de arriba para dividir, cooptar y someter a los pueblos que se rebelan. Al lado de cada comunidad zapatista hay comunidades afines al mal gobierno con sus casitas de bloques, que reciben bonos y casi no trabajan la tierra. Miles de familias sucumbieron, algo común en todas partes, y aceptaron regalos de arriba. Pero lo notable, lo excepcional, es que otras miles siguen adelante sin aceptar nada.

No conozco otro proceso, en toda América Latina, que haya conseguido neutralizar las políticas sociales. Este es un mérito mayor del zapatismo, conseguido con firmeza militante, claridad política y una inagotable capacidad de sacrificio. Esta es la primera enseñanza: es posible derrotar las políticas sociales.

La autonomía es la segunda enseñanza. Hace años escuchamos discursos sobre la autonomía en los más diversos movimientos, algo valioso por cierto. En los municipios autónomos y en las comunidades que integran el caracol Morelia, puedo dar fe de que construyeron autonomía económica, de salud, de educación y de poder. O sea, una autonomía integral que abarca todos los aspectos de la vida. No tengo la menor duda de que lo mismo sucede en los otros cuatro caracoles.

Un par de palabras sobre la economía, o la vida material. Las familias de las comunidades no tocan la economía capitalista. Apenas bordean el mercado. Producen todos sus alimentos, incluyendo una buena dosis de proteínas. Compran lo que no producen (sal, aceite, jabón, azúcar) en tiendas zapatistas. Los excedentes familiares y comunitarios los ahorran en ganado, con base en la venta de café. Cuando hay necesidad, por salud o para la lucha, venden alguna cabeza.

La autonomía en la educación y en la salud se asienta en el control comunitario. La comunidad elige quiénes enseñarán a sus hijos e hijas y quiénes cuidarán la salud. En cada comunidad hay una escuela, en el puesto de salud conviven parteras, hueseras y quienes se especializan en plantas medicinales. La comunidad los sostiene, como sostiene a sus autoridades.

La tercera enseñanza se relaciona con el trabajo colectivo. Como dijo un Votán: Los trabajos colectivos son el motor del proceso. Las comunidades tienen tierras propias gracias a la expropiación de los expropiadores, primer paso ineludible para crear un mundo nuevo. Varones y mujeres tienen sus propios trabajos y espacios colectivos.

Los trabajos colectivos son uno de los cimientos de la autonomía, cuyos frutos suelen volcar en hospitales, clínicas, educación primaria y secundaria, en fortalecer los municipios y las juntas de buen gobierno. Nada de lo mucho que se ha construido sería posible sin el trabajo colectivo, de hombres, mujeres, niños, niñas y ancianos.

La cuarta cuestión es la nueva cultura política, que se arraiga en las relaciones familiares y se difumina en toda la sociedad zapatista. Los varones colaboran en el trabajo doméstico que sigue recayendo en las mujeres, cuidan a sus hijos cuando ellas salen de la comunidad para sus trabajos de autoridades. Las relaciones entre padres e hijos son de cariño y respeto, en un clima general de armonía y buen humor. No observé un sólo gesto de violencia o agresividad en el hogar.

La inmensa mayoría de los zapatistas son jóvenes o muy jóvenes, y hay tantas mujeres como varones. La revolución no la pueden hacer sino los muy jóvenes, y eso no tiene discusión. Los que mandan, obedecen, y no es un discurso. Ponen el cuerpo, que es otra de las claves de la nueva cultura política.

El espejo es el quinto punto. Las comunidades son un doble espejo: en el que podemos mirarnos y donde podemos verlas. Pero no una o la otra, sino las dos en simultáneo. Nos vemos viéndolas. En ese ir y venir aprendemos trabajando juntos, durmiendo y comiendo bajo el mismo techo, en las mismas condiciones, usando las mismas letrinas, pisando el mismo lodo y mojándonos en la misma lluvia.

Es la primera vez que un movimiento revolucionario realiza una experiencia de este tipo. Hasta ahora la enseñanza entre los revolucionarios reproducía los moldes intelectuales de la academia, con un arriba y un abajo estratificados, y congelados. Esto es otra cosa. Aprendemos con la piel y los sentidos.

Por último, una cuestión de método o de forma de trabajo. El EZLN nació en el campo de concentración que representaban las relaciones verticales y violentas impuestas por los hacendados. Aprendieron a trabajar familia por familia y en secreto, innovando el modo de trabajo de los movimientos antisistémicos. Cuando el mundo se parece cada vez más a un campo de concentración, sus métodos pueden ser muy útiles para quienes seguimos empeñados en crear un mundo nuevo.

Fuente: La Jornada, México
Para saber más 
» Enlace Zapatista
» La escuelita de la libertad: el ABC zapatista, María Verza, Periodismo Humano, 27 agosto 2013.
» El arte de construir un mundo nuevo: La libertad según los zapatistas, Americas Program, Raúl Zibechi, 29 agosto 2013.
» Entrevista a Mumia Abu-Jamal: “El camino zapatista es digno de aprender y es digno de enseñar”, Rebelión, 9 septiembre 2013.
» Fotos Una mirada dentro de la escuela zapatista

Las tareas domésticas en los textos escolares


Rosa María Torres




Publicado también en el Blog de la Educación Mundial,
Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 10 feb. 2017.


Bastante se ha trabajado el sexismo en las imágenes de los textos escolares, particularmente de la escuela primaria. En los 1970s y 1980s hubo un boom de este tipo de análisis en varios países latinoamericanos. No obstante, mucho menos se ha analizado el sexismo que transpiran los textos, la parte medular de un texto escolar.

Durante años me dediqué a coleccionar textos escolares del Ecuador y de otros países latinoamericanos y a analizarlos a partir de diferentes temas (un análisis mucho más práctico y productivo que analizar documentos curriculares, por lo general abstractos y alejados de la práctica vivencial en las aulas). Dos temas, en particular, me interesaron y llamaron siempre la atención: el tratamiento de la mujer y el tratamiento de los indígenas, ambos víctimas de discriminación y maltrato en el Ecuador y en la mayoría de países de esta región.

Las "tareas domésticas" - y el tradicional oficio de "ama de casa", tan viejo como el de la prostitución - constituyen un ámbito histórico, cotidiano y palpable de subordinación femenina, tanto de niñas como de mujeres. Dichas tareas, dicho oficio y dicha subordinación son naturalizados en todo el mundo por la ideología dominante - machista - que es compartida y apuntalada, lastimosamente, por hombres y mujeres.

A manera de muestra, transcribo a continuación fragmentos de un artículo que publiqué en los 1990s diseccionando Abramos Surcos, serie de libros de texto ecuatorianos producidos por el Ministerio de Educación y Cultura dentro del Proyecto AMER, Quito, 1987 (edición experimental). El texto corresponde al libro de tercer grado.
Papá "ayuda" de vez en cuando a mamá. Mamá Tránsito prepara la comida para la familia, atiende a Rosario y a nuestro perro Carbón. Algunas veces papá tuesta maíz, muele morocho y asa cuyes. ¡A él le gusta ayudar a mamá! (p.12).
Como es usual en la vida real, mamá se hace cargo de la reproducción de la vida de la familia y de cada uno de sus miembros, incluyendo la preparación de los alimentos, la atención de los hijos y de los animales que hacen parte del hogar. Papá "ayuda" ocasionalmente. Los signos de admiración llaman la atención sobre lo inusual (y ejemplar) de esta ayuda.

En verdad, sin embargo, no se trata de que papá "ayude a mamá" sino de que ambos asuman y compartan los "quehaceres domésticos", nombre inapropiado y devaluado para llamar a las responsabilidades asociadas al sostenimiento y la reproducción de la vida familiar, indispensables en cualquier lugar, cultura y estrato social.

Cuando papá cocina, se come bien.
Las tres mujeres arreglamos la casa y preparamos la comida. Los domingos, papá cocina. Ese día comemos platos ricos o platos raros (p.13).
Las tres mujeres (dos hijas y una madre) arreglan la casa y cocinan todos los días. Papá cocina los domingos, ¡y ese es justamente el día en que se come bien!. Si incluso la cocina, tradicional reino femenino, es superada por papá, ¿qué le queda a mamá? ¿Por qué alabar en un texto escolar las habilidades culinarias de papá, cocinero ocasional, en vez de alabar y agradecer las de mamá e hijas, cocineras habituales? Posiblemente los autores del texto asumen que están estimularndo a los hombres a seguir el ejemplo del protagonista: alguien que "ayuda", cocina los domingos y le va de perlas.

Niñas entrenadas para amas de casa:
En el estero que queda junto a la casa, mi hermana mayor y yo lavamos la ropa de la familia. Cumplido el trabajo nadamos un rato. Luego ayudé a mamá a dar la comida a las gallinas y pollos. Hacía hervir la leche recién ordeñada y sacaba agua del pozo (p.17).
Esto relata Feliza Pincay, una niña que, como millones de niñas en el mundo, trabaja todo el día - lava, cocina, cuida animales, acarrea agua- sin que nadie considere esto "trabajo" pues no aporta formalmente al ingreso familiar. El texto escolar nos cuenta que los dos hermanos varones se fueron de la casa, uno está en el cuartel. Feliza traza, así, el destino inevitable de niñas y mujeres - quedarse atrancadas en la casa, la comarca, el barrio - y el de niños y hombres - escapar, liberarse, conocer mundo, contar con alternativas.

Papá es el que sabe:
- "Papá, ¿cómo podemos organizarnos?", pregunta el niño.
- "Tío Lorenzo, ¿para qué nos organizamos?", pregunta la niña".
- "Nos organizamos, Bremilda, para solucionar nuestros problemas" (p. 20)
Niño y niña preguntan al papá y al tío, respectivamente, no a las mamás presentes que, dos páginas antes, habían aportado ideas y trabajo para arreglar el camino. La respuesta del tío Lorenzo bien pudo haber sido puesta en boca de mamá Tránsito, que seguramente sabe mucho de organizaciones. Pero "saber" es asunto de hombres, sobre todo en presencia de mujeres. Son usualmente las mamás las encargadas por el sistema escolar y la sociedad del cumplimiento de las tareas escolares, extensión de la labor de la escuela y un capítulo más de las "tareas domésticas", pero son los papás la fuente oficial de información, conocimiento, sabiduría.

Se argumentará que los textos solo reflejan la realidad, los estereotipos de nuestra cultura machista. Pero precisamente porque ésta es la realidad, estamos llamados a cambiarla. El sistema escolar, con sus profesores, su currículo y sus textos, tiene la obligación de contribuir a ese cambio. Presentar la realidad tal cual es solo se justifica si sirve para tomar conciencia de ella y cuestionarla, para llevar a los alumnos a reflexionar sobre la discriminación de que son objeto niñas y mujeres (alumnas, madres, profesoras) en la familia, en el sistema escolar, en la sociedad.

Pero no hay esperanza si los propios funcionarios, los diseñadores de currículos y textos escolares, los propios docentes, son pasto de la ideología dominante, comparten y reproducen la subordinación de la mujer en todos los ámbitos y en todas sus formas.

*******

Hasta aquí el artículo en cuestión, publicado en los 1990s. Pensará usted que textos escolares más recientes presentan una visión un poco más "moderna" de la relación hombres-mujeres. Lamento decirle que no es así. Los estereotipos duros en torno a la mujer siguen ahí, en los textos y en la vida real. Las mujeres siguen sintiéndose benditas y bien casadas si los hombres "ayudan" en las tareas domésticas; siguen contentas fregando platos y limpiando el chiquero que dejan muchos hombres cuando cocinan; siguen cediendo espacios y créditos incluso en aquellos dominios tradicionalmente vinculados al (re)conocimiento y al afecto femenino (en todo el mundo, el arte culinario y la carrera de chef han pasado a ser atractivos para el género masculino); siguen sintiéndose orgullosas del "saber masculino" y dispuestas a ocultar o dudar del propio cuando se trata de saber prestigiado y socialmente útil, como el asociado a consultas y tareas escolares.

Qué esperanza hay de que los contenidos escolares cambien si no cambian las realidades familiares y sociales de las cuales se nutren así como las mentalidades que trasladan esas realidades a currículos y a textos (no importa si en papel o digitales). ¿Qué pasaría si, en los textos, al menos por una vez, son las mamás las consultadas y las que "ayudan" en las tareas domésticas, y las hermanas las que "ayudan" a los hermanos a hervir la leche, lavar la ropa y cuidar los animales?

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Educación y Salud: juntas pero separadas



Educación y Salud deben ir obviamente juntas. La Educación requiere buena Salud física y mental: comer bien, dormir bien, mantenerse activo, descansar, son esenciales para la buena enseñanza y para el buen aprendizaje. A su vez, la Salud se beneficia de la Educación: leer y escribir comprensivamente, saber buscar información, comprender instrucciones, anticipar y resolver problemas, son esenciales para cuidar la propia salud y la de los demás.

Pero Educación y Salud también deben ir obviamente separadas. Cada una tiene especificidad. No son meramente «servicios»: configuran campos de conocimiento especializado, en constante investigación y evolución.

» Si la Educación fuera como la Salud, los alumnos serían considerados y tratados como pacientes - personas con déficits, con algún desperfecto o falla a reparar - antes que como personas en proceso de aprendizaje. Si bien es cierto que la educación tiende a patologizar lo que considera problemas - el alumno «lento», el hiperactivo, el que se distrae, etc. - el avance del campo ha venido mostrando cada vez más las limitaciones e ignorancias del propio campo respecto de cómo funciona el aprendizaje y cómo aprenden niños, jóvenes y adultos. Aprender es complicado y toma tiempo. Todos podemos aprender; cada uno lo hace de manera diferente y a su propio ritmo; toda edad es buena para aprender.

» Si la Educación fuera como la Salud, los profesores serían formados para sanar, para transmitir información, para dar instrucciones más que para facilitar aprendizajes. La cultura médica se ha forjado históricamente como una cultura elitista, que no se siente obligada a explicar a los pacientes e incluso a que su caligrafía sea comprensible cuando se prescribe una receta o garabatea un diagnóstico. La cultura docente está obligada a la explicación, a la máxima claridad, a la mejor pedagogía.

» Si la Educacion fuera como la Salud, usaríamos la investigación educativa como vía para determinar «qué funciona» y «qué no funciona», o «qué funciona mejor» en términos de estrategias, tratamientos y medicamentos. Esto, que está en la base de la medicina, la investigación y la práctica médica, no es aplicable a la educación pues aquí tienen gran importancia los contextos, las condiciones, las edades, las historias personales, etc. No hay "tratamiento", currículo, método, materiales, que funcionen o no funcionen en general y para todos.

» Si la Educacion fuera como la Salud, podríamos aplicar la misma receta o el mismo procedimiento a los que presentan idénticos síntomas, sin importar su lengua, su cultura, su condición social, su conocimiento previo, sus intereses, sus preferencias... La educación, por el contrario, requiere tratos específicos, personalizados. No hay dos alumnos ni dos trayectorias de aprendizaje iguales.
Frato

»
Si la Educación fuera como la Salud, podríamos inyectar a los docentes en lugar de pasar por el complicado y penoso esfuerzo de formación y capacitación permanente que implica su desarrollo profesional. Inyecciones en vez de lecturas, cursos,  pasantías...

» Si la Educación fuera como la Salud, podríamos recurrir a pastillas para cada una de las materias: una para geografia, otra para historia, otra para música, otra para filosofía, etc., en las dosis requeridas para cada edad y nivel. Monografías y tesis podrían facilitarse con jarabes y sueros multivitamínicos.

» Si la Educación fuera como la Salud, podríamos emprender campañas de vacunación para evitar la repetición, la deserción, la copia, el plagio, el analfabetismo, el miedo a las matemáticas, la tensión antes de los exámenes, las bajas calificaciones.

» Si la Educación fuera como la Salud, en vez de instituciones educativas tendríamos centros de salud y hospitales. La infraestructura escolar convencional se parece mucho a la infraestructura hospitalaria (y carcelaria) pero no hay razón para que esto sea así. La nueva infraestructura educativa - preescolares, escuelas, colegios, universidades - busca justamente alejarse del modelo hospitalario, con sus pabellones y sus largos corredores.

» Si la Educación fuera como la Salud, sería más fácil identificar malas prácticas. Malas prácticas educativas abundan, desde las políticas nacionales e internacionales hasta la enseñanza dentro y fuera de las aulas, afectando a millones de niños, jóvenes y adultos en todo el mundo, pero rara vez se perciben como tales pues políticos y expertos atribuyen las falencias a los docentes y todos ellos a los alumnos y sus familias. Nadie asume la responsabilidad y los costos de las malas prácticas de investigación, diagnóstico, planificación, ejecución y evaluación que matan todos los días ilusiones, talentos, vocaciones, autoestimas.

Desafortunadamente, por otra parte, la Educación no es como la Salud. No hay grandes manifestaciones y protestas reclamando buena educación como sí las hay reclamando buena atención de salud; la salud se percibe como cuestión de vida o muerte, la educación no. Enseñar es mucho más complicado que recetar y administrar medicamentos. No hay vacuna, inyección, pastilla, suero o pomada capaz de asegurar el aprendizaje.

En buena hora, asimismo, la Buena Salud y el Buen Aprendizaje tienen cosas importantes en común. Para mantenernos sanos y para mantenernos curiosos dependemos más de nosotros mismos que del auxilio externo de especialistas y de instituciones especializadas. Aprender a cuidar la propia salud es la clave de una vida sana, del mismo modo que aprender a aprender es la clave de una vida desafiada por el deseo de saber, resolver problemas, cambiar y ser mejores.

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La escuela como liberación


Para Bernardo 



Bernardo me contaba que, cuando niño, veía la llegada de las vacaciones como un tormento y el regreso a clases como una liberación.

Nacido en España, en familia pobre y campesina, Bernardo debía caminar más de una hora todos los días para ir y regresar de la escuela, y acomodar el estudio dentro de esa larga lista de tareas que son parte de la vida cotidiana de un niño rural.

La llegada de las vacaciones significaba trabajo desde el amanecer hasta el anochecer. La vuelta a la escuela - escuelita rural, lejana, precaria - era motivo de regocijo. Volver a la escuela era volver a ser niño, volver al juego, a los amigos, al trabajo dosificado, a la caminata que permitía un tiempo a solas para pensar y para soñar.

Es bueno recordar que no todos los niños y adolescentes se alegran con la llegada de las vacaciones, que no todos ven el retorno a clases como el fin de la diversión y el reinicio de las obligaciones. Para millones de niños y niñas como Bernardo, en todo el mundo, la escuela es liberación más que castigo.

Desde temprana edad, niños y niñas de familias pobres, en el campo y en la ciudad, ayudan en los quehaceres domésticos y asumen responsabilidades que en otros contextos son consideradas propias de los adultos. Muchos contribuyen a la supervivencia y al sustento familiar. Para estos trabajadores infantiles, el propio concepto de vacación es inexistente. La vacación es sencillamente ausencia de escuela. Lo normal, lo de todos los días, lo de toda la vida, es el trabajo. La escuela es una incrustación en la rutina laboral.

Millones de niños encuentran en la escuela el espacio, el agua potable, la luz eléctrica, el servicio higiénico o la letrina, la mesa y hasta la silla que no tienen en sus casas. La escuela provee a menudo la única comida del día, la única posibilidad de acceder a servicio médico o dental y, más recientemente, para muchos, la posibilidad de tener a mano una computadora, aunque sea vieja, lenta, compartida con muchos.

Millones de niños no tienen en sus hogares condiciones para jugar. Para ellos, la escuela es no solo disciplinamiento sino esparcimiento, socialización, lugar para estar con otros niños, zona liberada y pequeño territorio autónomo respecto de la familia.

Para millones de niños pobres la escuela es el único recinto intelectual: el encuentro con el mundo impreso, la lectura y la escritura, el dibujo, el arte, el cuaderno, el libro, la biblioteca, el cuento, el periódico, el conocimiento sistemático, por elemental que sea.

Tanto en hogares pobres como acomodados, millones de niños y niñas padecen maltrato, abuso, abandono. Para ellos, pobres y ricos, la escuela puede ser la posibilidad de un confidente o un amigo de verdad, la ilusión del primer amor, la suerte de un maestro o maestra que brinde atención, afecto y apoyo.

Para millones de niños y niñas en el mundo aún la escuela más precaria y el profesor más humilde pueden ser un oasis de esperanza y felicidad en medio de la pobreza, el hacinamiento, el trabajo infantil, la violencia doméstica, el desafecto, la desatención, el maltrato. El derecho a la escuela es, para estos niños, parte esencial del derecho a ser niños.

A los discursos demoledores de la escuela no está demás recordarles y reiterarles: para millones de niños y niñas en todo el mundo, la escuela real - esa que tienen a mano, a menudo con muchas carencias y urgida de cambios y mejoras - es bendición y liberación antes que tortura.

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Rendimientos escolares y programas compensatorios: El P-900 en Chile


La noche de los pobres - Diego Rivera

(Visita a una escuela del "Programa de las 900 Escuelas" en Santiago)



Las políticas y programas de «discriminación positiva» pasaron a ser parte constitutiva de los proyectos de «mejoramiento de la calidad de la educación» y de las reformas educativas desde la década de los 1990s en los países latinoamericanos. Uno de los primeros programas de este tipo, y uno de los más reconocidos y difundidos regional e internacionalmente, fue el Programa de las 900 Escuelas (P-900), en Chile. Este relato recoge lo visto, escuchado y reflexionado durante la visita a una de las escuelas inscritas dentro del programa, ubicada en un barrio marginalizado de Santiago. Esta fue parte de una visita de estudio realizada en agosto de 1991, la cual incluyó entrevistas y conversaciones con directivos del P-900. Lo que comparto aquí es un extracto del texto que escribí en 1998, siete años después de la visita, el cual pasó a incorporarse a la Colección Educación del Instituto Fronesis.

Aunque mi contacto con el P-900 continuó por varios años, preferí “congelar” el registro de la visita en el momento en que ésta se dio y como la viví entonces. De hecho, el propósito principal de este texto no fue dar cuenta del P-900, sus avances o resultados - nótese que la visita tuvo lugar apenas un año después de iniciado el programa- sino penetrar, aunque sea epidérmicamente, en la problemática, las escuelas, los sujetos de carne y hueso que están detrás de las políticas y programas de discriminación positiva y de éste específicamente.

¿Quiénes son, en definitiva, esos niños y niñas, esos profesores, supervisores y directores, esas escuelas que, en Chile y en tantos otros países de América Latina, producen resultados escolares tan pobres que logran, finalmente, llamar la atención y provocar políticas y programas compensatorios, «unidades de tratamiento intensivo», que es como llaman al P-900 los propios chilenos? ¿Qué dicen, cómo piensan, qué expectativas y prejuicios tienen, cómo se perciben a sí mismos, a su situación, a estos programas que acuden en su ayuda? ¿Qué clase de ambientes y tiempos, relaciones y tramas, dinámicas interpersonales e institucionales se conjugan, en cada situación para producir estos resultados? ¿Dónde están los hilos del ovillo de los que, en medio de todo eso y con ayuda de la propia intervención compensadora, hay que tirar para empezar a desenredar y revertir dicha situación?


El Programa de las 900 Escuelas (P-900)

El Programa de las 900 Escuelas (P-900, abreviado) se inició en marzo de 1990 y fue el primer programa educativo con el que el gobierno chileno reinició su etapa democrática. Fue financiado en sus inicios con fondos de los gobiernos de Suecia y Dinamarca.

El programa, de atención focalizada, se propuso inicialmente mejorar el rendimiento escolar en 969 escuelas (10% de las escuelas básicas) de Chile ubicadas en sectores urbanos y rurales muy pobres  e identificadas como muy pobres también en términos de sus rendimientos escolares. En 1991 el número de escuelas atendidas había subido a 1.278, con un total de 219.594 alumnos en los cuatro primeros grados.

Para lograr sus objetivos - mejorar los aprendizajes de los alumnos del primer ciclo básico (primero a cuarto grado) de estas escuelas, particularmente en lectura, escritura y cálculo, competencias comunicativas y autoestima - el P-900 adoptó siete líneas de acción: mejoramiento de la infraestructura y el equipamiento, capacitación y perfeccionamiento docente a través de los Talleres de Profesores (TP),  provisión de textos escolares, provisión de bibliotecas de aula y de materiales educativos, refuerzo escolar para los niños a través de Talleres de Aprendizaje (TA), apoyo técnico a los profesores y administradores, y procesos de apoyo tales como comunicación y evaluación.

Uno de los componentes más innovadores del P-900 fueron los Talleres de Aprendizaje, destinados a los niños que los profesores consideran necesitan ayuda o refuerzo personalizado. (En 1991, cerca de 50.000 niños se encontraban asistiendo a estos talleres). Los TA buscaban reforzar lo aprendido en clase así como promover la creatividad y la autoestima de los niños. Estaban a cargo de jóvenes de la comunidad, llamados monitores, capacitados especialmente para la tarea  (2.086 jóvenes - hombres y mujeres - fueron capacitados en 1990 y 2.766 en 1991), recibían una pequeña remuneración llamada bono o beca (17.500 pesos mensuales en ese momento, equivalentes a aproximadamente 50 dólares) y se comprometían a trabajar 20 horas a la semana: 8 horas de taller con los niños y el resto dedicado a planificar y a trabajar con la supervisora, los profesores y los apoderados. Los TA operaban con grupos pequeños (entre 15 y 20 niños), antes o después del horario regular de clases, dos veces por semana, bajo la coordinación de dos monitores trabajando en equipo, apoyados por materiales especialmente diseñados y por supervisores del Ministerio de Educación.

A través de este paquete integrado de medidas, se esperaba que las escuelas mejoraran progresivamente sus resultados, y pudieran ser «dadas de alta» del programa, dejando así paso a otras escuelas también necesitadas de atención focalizada. Entre 1990 y 1996, el P-900 llegó a 2.099 escuelas. En 1990, al inicio del programa, el puntaje escolar promedio en matemáticas y lenguaje de las escuelas incluidas en el P-900 era de 52,11 sobre 100; para 1996 ese puntaje había subido a 64,06, un incremento de casi 12 puntos, un puntaje por encima del incremento promedio (8.5 puntos) de las escuelas subvencionadas del país, en ese mismo período.

La escuela

La escuela que visitamos está en un barrio urbano-marginal de Santiago, llamado Santa Julia. En el camino nos lo han descrito como un barrio pobre, marginal, peligroso, de alto riesgo, y nos han contado situaciones de drogadicción, robo, asalto, crimen.

En la entrada hay un cartel que previene sobre el cólera. Adentro nos recibe la directora, una mujer alta, blanca, enfundada en gorro y bufanda de lana gruesa para aplacar el frío. Su oficina es un cuarto pequeño, modesto, con varios diplomas en la pared y el retrato del Presidente Alwyn colgado detrás del escritorio. Cecilia, de las oficinas centrales del P-900, y Eliana, la supervisora de esta escuela, quien nos acompaña, hacen las presentaciones de rigor. La directora pide a Eliana que nos guíe en la visita y se disculpa por tener que atender otros asuntos. La ausencia de ceremonia y pleitesía con que nos recibe a las visitantes es, de por sí, un signo alentador.

Camino al Taller de Aprendizaje cruzamos el patio y vemos, a través de las puertas, algunas aulas por adentro. Aulas limpias y ordenadas, con mesas y sillas evidentemente nuevas, estantes de libros, el piso de vinil, brillante, en distintos tonos de verde. El ambiente, siendo pobre y precario, es bonito, incluso alegre. El único problema es que no hay calefacción y hace mucho frío tanto afuera como adentro. Y que las ventanas son muy altas, muy pequeñas y tienen barrotes.

Eliana me explica que mucho de lo que se ve como nuevo o mejorado en materia de infraestructura y equipamiento es parte de lo que trae consigo el P-900 a las escuelas que se adhieren al programa. En ésta, concretamente, se ha comprado nuevo mobiliario y libros para las bibliotecas de aula, se han pintado las paredes, arreglado los baños y reparado todos los vidrios que estaban rotos. No es difícil imaginar lo que habrá sido esta escuela un año atrás...

Los niños y las niñas

Los Talleres de Aprendizaje (TA) que conducen los monitores del P-900 con los niños se inician precisamente hoy en todo el país y durarán cuatro meses y medio. Desde este año, y teniendo en cuenta la experiencia del año pasado, en el que se hicieron patentes resistencias y recelos frente a los jóvenes monitores por parte de los profesores de planta de las escuelas adscritas al programa, los monitores han pasado a ser seleccionados por las autoridades y profesores de cada plantel. 

Los TA se hacen con los niños de tercero y cuarto grado; entre primero y segundo grado hay promoción automática, siendo la lectura y la escritura un objetivo del primer subciclo (primero y segundo grados). A los TA no van todos los niños de una clase, sino “solamente los niños con problemas socioafectivos y de retraso escolar” - según nos explica la supervisora - definidos como tales por los respectivos profesores. Así pues, a los TA llega una selección dentro de la selección: los niños con mayores problemas dentro de las escuelas seleccionadas por ser precisamente identificadas como con mayores problemas.

En cada escuela hay dos talleres: uno que funciona a la mañana y otro a la tarde, dos veces a la semana, durante dos horas. Los niños que estudian a la mañana van al taller de la tarde, y viceversa.

Los TA funcionan por lo general en un cuarto o aula que no se utiliza dentro de la escuela. En ésta, el espacio reservado para el TA funcionaba antes como bodega -como lo delatan el olor a guardado y a moho que aún impregnan el ambiente- y ha sido ahora adaptado y arreglado. Hay estantes con libros y muchos afiches y colorido en las paredes. En el centro se han juntado varias mesas y alrededor de ellas están sentados siete niños, dos niñas y cinco niños, de 9 y 10 años, todos ellos de cuarto grado, pulcramente uniformados con saco azul y camisa celeste. Luego sabré sus nombres: Roberto, Jonathan, Olivia, Elizabeth, Daniel, Abraham y Daniel Gutiérrez, para diferenciarse del otro Daniel.

Este es, como se ha dicho, el primer día de funcionamiento del taller. Se integrarán los niños de tercero y cuarto, pero los de tercero vendrán recién a partir de mañana. Habrá que apretar el espacio y juntar más las mesas, para que entren todos, pues el espacio es pequeño, explican Carmen y Jacqueline, las dos muchachas monitoras. El taller funcionará de 10 a 12 de la mañana, y el de la tarde de 2 a 4.

Cuando entramos al taller, las monitoras ya han iniciado el trabajo con los niños, quienes están ahora dibujando, cada cual lo suyo, a partir de la consigna “Fíjense en alguna ilustración del libro”. Mientras los niños dibujan y nos acercamos, uno por uno, a ver lo que hacen, vamos poco a poco entablando diálogo con ellos.

Al escucharme hablar, lo primero que los niños quieren saber es de dónde soy. Les pregunto si han oído hablar del Ecuador.

- "El Ecuador jugó fútbol en la Copa América, le ganó Argentina", dice Abraham.
- "En el Perú está el cólera", dice Roberto.

¿Qué les explicó la profesora sobre este taller?
- "Nos dijo que todos los martes y jueves tenemos que venir a este taller", dice Roberto.

¿Por qué?
Jonathan: "Porque nos falta aprender un poco".
Elizabeth:  "A mí me cuesta mucho multiplicar".
Abraham: "A mí me cuesta Historia, cuando hacen las pruebas".
Daniel:  "A mí me da vergüenza cuando salgo adelante".
Roberto: "A mí me cuesta dividir y multiplicar. Es difícil. No sé por qué".
Olivia: "A mí porque me da mucha vergüenza. Cuando me sacan adelante me pongo nerviosa. Me da vergüenza. La profesora nos dijo que aquí se nos va a quitar la vergüenza".
Jonathan: "También dijo que íbamos a aprender harto aquí. Que yo iba a aprender a  leer. Yo tengo problemas para leer".

Le pido a Jonathan que lea un poco del libro que tienen todos sobre la mesa y que es parte de la biblioteca. Le busco una página al azar, pero él insiste en leer el primer párrafo de la primera página. No hay manera de convencerle. Me explica:

- "Acá (primer párrafo) entiendo, acá (segundo párrafo) no entiendo". Por la manera de leer, tampoco entiende el primer párrafo.

¿Quién te dice que no sabes leer?
- "La profesora Graciela."

¿Y qué hace tu profesora cuando no puedes leer?
- "Nos pega con la mano, nos castiga. Nos dice: ´No hay recreo´".

Roberto y Elizabeth ya estuvieron en el TA el año pasado. Son los únicos que pueden contar, en definitiva, de qué se trata. Les pregunto qué hacían en el TA.

Roberto: "Jugábamos, hacíamos títeres. Nos pasaban un librito donde hacíamos trabajo. Salíamos a pasear".
Elizabeth:  "Una vez fuimos a la plaza".

Escucho que les llaman tías a las monitoras. ¿Les gusta llamarlas así?
Jonathan: "Sí, es mejor, sale más bonito la voz".
Olivia: "También, por más respeto".

¿Y cómo les llaman a las profesoras?
Olivia:  "A las profesoras les llamamos señoritas o profesoras".

¿Las monitoras no son profesoras?, pregunto. Es, aparentemente, una pregunta difícil, para pensar. Todos los niños me miran y hay silencio por un momento. Jonathan se anima a intentar una explicación:

- “Las profesoras son las que nos enseñan en la clase. Las monitoras sólo enseñan aquí en los talleres”.

Al final los niños se acercan a conversarme espontáneamente. Algunos me obsequian sus dibujos que acaban de hacer. Todos me hablan de sus hobbies, de sus fortalezas y debilidades.

Olivia: “Yo también voy a los Scouts".
Abraham: "Yo soy buen arquero", me dice, y me regala un lindo dibujo que acaba de hacer precisamente de un niño junto a una pelota.
Elizabeth:  "A mí me han puesto un apodo. Me dicen Hueso y Esqueleto Humano".
Olivia: “A mí me dicen Bolivia".
Jonathan: "Yo soy bueno para la pelota".

Nos hemos hecho amigos, así que les paso mi cuaderno y les pido que me escriban sus nombres. Las dos niñas, a su vez, me piden que les escriba el mío en un papel. Me insisten en que agregue el teléfono, a pesar de que les advierto que las llamadas a otros países cuestan muy caro.

Olivia: “Escríbalo, por si acaso. Tal vez algún día pueda llamarle".

Los niños y sus familias

Santa Julia, según sabré después, es un distrito hoy conocido por su delincuencia y, antes,  por sus protestas civiles durante la dictadura militar. Los niños van y vienen caminando a la escuela pero no saben decir cuánto tiempo caminan. Luego conoceré el barrio y sus alrededores, y constataré que algunos tienen que caminar bastante. Sus casas son muy pobres. 

¿Qué hace tu mamá?, le pregunto a Olivia.
-"Mi mamá trabaja puertas adentro".

¿Y tu papá?
- "Mi papá se separó de mi mamá. Tomaba mucho. Ahora vive con mi abuela, con la mamá de él".

¿Tú le ves a tu papá?
- "No, porque él vive en La Molina. El vive allá y yo acá. Mi mamá no tiene plata para que yo vaya allá. A lo mejor estas vacaciones puedo ir".

¿Eres buena alumna?.
- "Más o menos. Las restas y las divisiones no las sé muy bien".

¿Qué hace tu papá?, le pregunto a Jonathan.
- "Hace alfombras".

Intento hacer conversación con Daniel Gutiérrez, un niño muy tímido, el único que hasta ahora no ha hablado. ¿Quién te la compró?, le pregunto, refiriéndome a una Tortuga Ninja que tiene en la mano.

- "Mi mamá", dice bajito. 

Jonathan y Daniel Gutiérrez, me explican las monitoras, viven en un Hogar de Menores. Los viernes, cada quince días, salen a su casa.

¿Por qué vives en un Hogar de Menores?, le pregunto a Daniel Gutiérrez.
- "Mi papá me pegaba".

¿Por qué?
- "Porque me pegaba".

¿Y qué hizo tu mamá?
- "Se separó".

¿En qué trabaja tu mamá?
- "En un departamento. Hace aseo".

¿Te gusta el Hogar donde vives?
- "Ahí me cuidan. Es un internado".

¿Tú tienes papá y mamá?, le pregunto a Daniel, el Daniel a secas.
- “A mi papá lo mataron en un asalto”.

Sé que no debo seguir preguntando más. Tengo la impresión de que pueden empezar a aparecer cosas verdaderamente terribles...

Las monitoras

Carmen tiene 19 años. Terminó quinto de Comercial el año pasado. Aplicó a este colegio para trabajar como monitora y es la primera vez que trabaja con niños aunque –aclara- tiene experiencia con jóvenes. Jacqueline, por su parte, estudió para Técnico en Párvulos, fue profesora de pre-kinder en esta escuela el año pasado y su hermana fue monitora de un Taller de Aprendizaje.

Eliana, la supervisora, nos explica que entre los requisitos para ser monitor está no ser mayor de 25 años y tener como mínimo cuarto año de básico. Comenta que, en su experiencia con el P-900 y con los TA específicamente, los jóvenes comprometidos con comunidades eclesiales de base, son muy buenos, entusiastas, cumplidores.

Le pido a Jacqueline que me explique exactamente qué es el Taller de Aprendizaje.
- "Esto no es una sala de clases. Es otro sistema el que se usa. Se busca que el niño aprenda a liberarse, a no tener vergüenza. También se les enseña a que se organicen, a que sepan que hay momentos para estudiar y momentos para jugar. Es poco lo que se les tiene sentados en el aula. La mayor parte es jugar".

En otras palabras, ¿ustedes no les ayudan a los niños con las materias?
- “Nosotras no somos profesoras propiamente, pero les ayudamos a las profesoras con las materias cuando nos piden. Una profesora, por ejemplo, nos ha pedido que le ayudemos, en el taller, a reforzar la lectura y la escritura con sus alumnos”, dice Jacqueline.

La semana pasada fueron las Jornadas de Capacitación de los monitores en todo el país. Eliana nos explica la capacitación de los monitores en estos términos: se hace al inicio del año escolar, en una jornada de cuatro días, con internado, seguida de la “capacitación en acción”, es decir, a lo largo del propio trabajo. Las jornadas tienen varios momentos: uno de sensibilización, donde los jóvenes expresan sus temores y expectativas; luego viene el estudio de los manuales; luego una parte sobre comunicación, donde se aprende por ejemplo a definir conductas; y finalmente una feria, en la que todos los grupos enseñan lo que saben y son capaces de hacer, se enseñan unos a otros a cantar, tocar, bailar, etc.

Los monitores que fueron capacitados y trabajaron el año pasado, ¿continúan trabajando este año? En definitiva, ¿cómo se está pensando asegurar la estabilidad y permanencia de los monitores?
- “Desafortunadamente, de los monitores que había el año pasado, 70% se fue, consiguió un empleo mejor remunerado. Aprendieron que valían, ganaron currículo, adquirieron confianza en sí mismos. Una pérdida para el Programa pero un efecto positivo para los jóvenes”, explica Eliana.

La salida y el almuerzo   
       
Son las 12, suena el timbre. Hora de la salida y del almuerzo. Todos los niños de los TA reciben alimentación. Los de la mañana y los de la tarde, que llegan antes, se juntan en el comedor a la hora del almuerzo.

- "No voy a almorzar aquí. Mi mamá dijo que no", le informa Olivia a la monitora. Y luego me confiesa, en voz baja: "No me gusta la comida".

¿Por qué no?
- "Es muy mala. Dan lentejas".

- "A mí tampoco me gusta almorzar aquí. Dan legumbres. No me gustan las legumbres", refuerza Elizabeth.

En el sistema establecido en Chile, el Programa de Alimentación Escolar incluye únicamente a los niños con índices más altos de pobreza y vulnerabilidad. En otras palabras, no son todos los niños, sino los niños más pobres de la escuela, quienes almuerzan en el comedor de la escuela. Eliana ratifica después mis sospechas: hay padres de familia que optan por no aceptar estas formas de “discriminación positiva” para sus hijos y para ellos mismos dentro de la escuela.

- “Cada profesor en su grado selecciona quiénes merecen el almuerzo”, me explica Eliana. Entre los criterios están, por ejemplo, padres sin trabajo, padres que viven de recoger cartón, madres solteras”.

Los niños empacan sus cosas. Todos se despiden con beso de las monitoras y de nosotras. Salen, como buenos niños, corriendo y felices al patio. Con las mochilas puestas -mochilas raídas, descoloridas, muy usadas- los niños van directo a la pelota, una pelota pequeña de caucho. Las niñas se dirigen al comedor, salvo Olivia que se queda un momento mirando a los niños patear la pelota. Luego la vemos acercarse a la puerta, donde la espera su mamá. Me acerco a la mamá -una mujer joven, bonita- y le digo cosas buenas de su hija. Ella sonríe y agradece, complacida. Mientras las veo alejarse, caminando de la mano, me viene a la mente una palabra fuerte: dignidad.  

El comedor es un cuarto mediano, con cuatro mesas largas y bancas a ambos costados, que en un santiamén se repleta de niños. Uno por uno van recogiendo su bandeja y su cuchara, y ubicándose en algún lugar. La bandeja de hoy contiene tallarín con porotos y una manzana. Los chicos comen muy rápido, casi desaforados, concentrándose en el acto de comer. El ruido de las cucharas chocándose contra los platos es el que predomina. Algunos prefieren llevarse la manzana, otros se la comen allí mismo. Luego, uno por uno van pasando a devolver las bandejas con los platos vacíos. La operación no dura más de 10 minutos. Recuerdo aquí lo que alguna vez leí acerca de que uno de los derechos que se les ha negado históricamente a los pobres es el derecho a degustar, a disfrutar de la comida... 

- “Servimos tallarín con porotos, lentejas, arvejas, arroz a la jardinera, papas con chuchuca, fideos con huevo. De postre se dan naranja, pera, manzana, budín, flan, sémola con leche, avena Quaker. A los niños les gusta los porotos. Nos les gusta la papa con chuchuca, el pescado, la lenteja. Hoy no tocó jugo, pero se les da. No se pueden repetir el plato. Están contados”.

Las profesoras

Estamos ahora en la sala de profesores, un cuarto desabrido, con la mesa y las sillas convencionales en el centro, y sin espacio para nada más. Hace un frío que cala los huesos. Alguien nos ofrece un cojín para calentar el asiento. En la hora y media de conversación que sigue, todas estamos entumecidas, frotándonos las manos, con las narices rojas, como payasos.

Hay cinco profesores presentes, todas mujeres: Liliana, Isabel, Luz, Julia y Blanca. Calculo que la mayoría de ellas está por encima de los 40 y 50 años. Liliana destaca como la más joven. Son profesoras de los primeros cuatro grados. Dos de ellas están empezando con el P-900 este año; tres empezaron el año pasado y tienen, por tanto, alguna experiencia y reflexiones sobre el programa.

El frío tiene la ventaja de instalar un tema inicial de conversación, que ayuda a calentar motores para la conversación de verdad.

¿Qué opinan los niños del Taller de Aprendizaje? ¿Lo ven como algo bueno o como un castigo?
- "Les gusta, los alumnos se entusiasman. Unos dicen que van a venir sin cuaderno y sin lápiz, que en el taller van a aprender cosas bonitas".
- "Todos están entusiasmados de ir al taller. Todos quieren ir. A mí me preguntan que por qué elegí a unos y a otros no. Quieren saber por qué. Pero una no les puede explicar”.

¿Por qué no?
- “Porque una  elige para ir al taller a los que tienen problemas sociales, de adaptación".

Y entonces, ¿cómo les explican a los niños cuáles van y cuáles no?
“Les decimos que es para que aprendan más, para que pierdan el miedo a hablar, y esas cosas”.

Pero ellos ven que las profesoras escogen para ir al taller a los alumnos con calificaciones más bajas...
- “Se dan cuenta, pero una tiene que suavizarles, para que ellos no se sientan mal”.

¿Qué hacen los monitores en los Talleres de Aprendizaje?
- "Ellos se fijan más que nada en la parte afectiva, en la timidez de los niños. Son niños tímidos, muchos de ellos. Después de los talleres uno ve que tienen más desplante frente a los demás".
-- "Son niños que les falta cariño, estímulo, no tienen confianza en sí mismos".
- "Estamos conscientes de que los monitores no son docentes. Ellos hacen juegos, paseos, dinámicas de grupo. El taller no le va a solucionar al niño el problema de matemáticas".
- "Por eso, uno de los requisitos es que los niños no tengan problemas de aprendizaje. Son niños lentos, pero normales. Si fueran niños con problemas de aprendizaje, se necesitaría no sólo un docente sino un especialista".
- "Los monitores no pueden hacer eso. No son docentes para tratar con un problema de aprendizaje específico. Son, más que nada, un apoyo afectivo para los alumnos".
- "En el taller no van a aprender cómo se suma o se resta pero van a mejorar su autoestima, su nivel emocional", resume Eliana, como para cerrar. Un tema espinoso. Por eso, vuelvo a la carga.

¿Cómo es la relación entre ustedes, los profesores y los monitores?
-"El año pasado hubo poca interacción entre el profesor y el monitor. Estamos este año tratando de mejorar esto", dice Eliana.

Dentro del P-900 los profesores tienen una instancia de formación permanente que son los Talleres de Perfeccionamiento. Todos los martes, en una escuela cercana, también participante en el P-900, se reúnen los profesores de esta escuela y de la otra, junto con la supervisora, de 4 a 6 de la tarde, dentro del horario de trabajo.

- “Es oficial, está institucionalizado”, dice Eliana.
- “Ese día es más corto para los alumnos”, agrega una profesora.

¿Qué se hace en los Talleres de Perfeccionamiento?
- "Analizar contenidos y objetivos del primero al cuarto grado".
- "En Matemáticas trabajamos con problemas, cada uno cuenta y socializa".
- "En Lenguaje, por ejemplo, con el vocabulario ilustrado".
- "Los talleres son enriquecedores. Nos han servido para renovarnos".
- "Es una especie de instancia de encuentro".
- "El perfeccionamiento no viene sólo de la universidad”, remata Eliana. “Hay material muy rico en los profesores. Es importante juntar a profesoras de distintas escuelas para que intercambien experiencias".
- "Lo que realizamos en clase lo llevamos al taller y lo que realizamos en el taller lo llevamos a la clase".
- "Allí analizamos las situaciones y los problemas del aula".
- "Se ve que hay diferentes maneras de resolver un mismo problema".
- "Yo recojo lo que ellas producen y remito muchas cosas a nivel central", agrega Eliana.

Llegamos al tema de los salarios, las calificaciones, los años de servicio. La mayoría tiene más de 20 años de trabajo en la docencia. Liliana, la más joven, empezó hace 2 años. Una profesora con 25 años de servicio gana 90.000 pesos (alrededor de 300 dólares) mensuales. Todas ellas son normalistas, menos Liliana que estudió en la universidad y tiene título de Profesora de Enseñanza General Básica (4 años de estudio).

- "No alcanza para vivir. Sólo para sobrevivir".
- “Los sueldos son muy bajos. Una sola persona no puede mantener una familia con eso".
- "Yo pedí que me dieran un primer año, para renovarme. Había estado en quinto y sexto mucho tiempo. Me gusta porque me siento mamá, hay más dulzura en la relación con los niños".

¿Qué han aprendido en los Talleres de Perfeccionamiento?
- "Hacer trabajar más al niño".
- "Sacar de ellos las cosas, más que de uno mismo".
- "Cambiar la organización de las sillas, las mesas, no como antes que los sentábamos en filas".
- "Ahora, si quieren, se sientan en el suelo. Por último, que me enseñen Matemática en el suelo, pero que me enseñen".
- "Trabajar por grupos".
- "Se trata de que aprendan a gusto. Lo importante es eso".
- "Hacer Educación Física con canto, con música".
- "Ellos crean diálogo, situaciones, hacemos foros".
- "Una se entera de muchas cosas, haciendo que los niños 'suelten la pepa', como se dice. Una se entera de que los papás son drogadictos o alcohólicos o esquizofrénicos".
- "Muchos de los niños tienen mamás...
- ...prostitutas, diga nomás”, completa otra.
- "Yo les pedí que se organizaran en grupos y formaran diálogos. En esos diálogos ellos representaron cosas de su medio: peleas de matrimonio, peleas con cuchillos, asaltos. Eso me impactó. Yo pensé que ellos podían crearme cosas más de niños. ¡Pensé que me iban a actuar algún cuento! ".
- "Que ellos participen más que el profesor".
- "Que nos pierdan el miedo".
- "Que pierdan el miedo a hablar. Les cuesta mucho hablar".

¿Por qué?, pregunto.
- "En la casa no les escuchan".

¿Y en la escuela sí?
- "En los Consejos de Curso todos opinan. Ahí se presentan problemas varios".

Los alumnos, ¿les dicen a ustedes también «Tías»?
- "Sí, también".
- "A veces se equivocan y nos dicen Mamá, incluso Abuelita".

¿Les dan beso,  como a las monitoras?
- "A los más grandecitos les va dando pena darnos beso".
- "Hay muchos niños en situación irregular. Hay niños de Hogares. En mi clase, de 38 niños, 6 son de Hogares".
- "En la mía, de 45, 5. Es difícil el trabajo aquí. Son niños abandonados".
- "No se dejan tocar fácilmente, no aceptan el cariño. Cuando se les entrega mucho cariño, se sublevan. Están acostumbrados al látigo. Si no se les pega, creen que aquí se viene solo a jugar. Poco a poco van integrándose. Como esos perritos que se va domesticando".

El patio y las filas

Son las 2 de la tarde. Cuando salimos de la conversación con las profesoras, en el patio se están formando las filas de los alumnos que llegan al turno vespertino. Dos filas -una de niños y otra de niñas- y en orden de estatura. Una profesora de tono chillón dirige las operaciones desde el micrófono:

- "Los cursos tomen distancia, por favor".
- "Mantengan silencio".
- "Bueeenas taardes, niiiiiños".
- "Bueeenas taaardes, señoriiiita".
- "Vamos a empezar los ejercicios: uno, dos, tres..."

Al uno, los niños deben levantar los brazos. Al dos, los brazos adelante, tomando distancia. Al tres, brazos detrás de la espalda. Al cuatro, brazos a los costados.

- "La recomendación de siempre: Traten de mantener la escuela limpia..."
- "Pase tercer año".
- "Pase cuarto año, media vuelta".
- "Avance octavo año".
- "Ahora tercer año".
- "Pase segundo".
- "No corran".
- "Avance kinder".
- "Avance primer año".
- "Oye, ven acá. Allá es el curso".
- "Avance quinto".

La supervisora

Eliana es una mujer de mediana edad, amable, tranquila, con facilidad de palabra. Era profesora de Ciencias Naturales. Cuando se creó el Sistema Nacional de Supervisión concursó y ganó. Era y continúa siendo supervisora de esta escuela, pero su rol -y su ánimo- ha cambiado notablemente a partir del P-900. Supervisa cuatro escuelas inscritas en el P-900, además de las otras escuelas que atiende. 

- "Cuando llegó el P-900 pensé que era un programa más pero para mí ha resultado una maravilla. Yo me había absorbido un 80% de cuestiones administrativas. Lo técnico había quedado en segundo plano. Había perdido el contacto con los profesores, sólo tenía relación con los directores. Llegaba y los profesores escondían los libros, me tenían recelo. Ahora me ven como un aporte técnico, me tienen confianza. El programa me permitió volver a realizar un trabajo técnico, a tener contacto con los profesores, en una relación de confianza. Me hablan de otras cosas, inclusive de cosas gremiales".

Eliana percibe cambios en las profesoras en este último año.
- "Se han soltado. Las profesoras necesitan contar rápido a los niños, quieren ver filas en la clase. Pero se dieron cuenta que era importante cambiar esa distribución. Sin embargo, los rectores y los inspectores no les permitían mover las sillas. Ahora ellas lo hacen libremente, sin miedo".

Me explica su método de trabajo con los profesores.
-- "No voy a supervisarles a la clase. Me busco la manera. Los profesores son celosos de lo que hacen en sus aulas. Cuando intercambiamos, hay algunos que se subestiman y piensan que no tienen nada que aportar. Yo les he levantado la autoestima en su oficio. El año pasado estaban celosas de los monitores. Por qué no llamar a profesores que no tienen trabajo, es lo que muchas dicen, en lugar de a jóvenes que no han pisado una escuela ni saben del oficio. Ha costado. Ellas tienen la fijación de que el monitor no puede enseñar. Hay rectores que no aceptan en su escuela a los jóvenes, sólo aceptan gente especializada, docente. Por qué no pueden los niños aprender de los jóvenes, les digo yo a los profesores y a los rectores, si los niños aprenden de todos lados".

Epílogo: Un intento (entre varios posibles) de descifrado

Al salir de la escuela y, más aún, ahora, siete años después de esta visita, al intentar transvasar a la computadora todo lo registrado y guardado en el cuaderno que me acompañó ese día - diálogos, observaciones, impresiones, nombres y direcciones, ofrecimientos, dibujos y textos infantiles, colores, olores, texturas - resurge la convicción de que en cada uno de los detalles y en el conjunto de lo visto y escuchado en esas pocas horas en la escuela (y en todo lo no visto y no escuchado) radican las claves tanto del problema como de la solución. Que la cuestión está es saber descifrarlo.

Lo que la convención escolar y social cataloga como «bajo rendimiento escolar» resulta de una mezcla compleja de ingredientes que pueden parecer comunes y reconocibles pero que configuran de hecho una condición específica, única, tanto para cada escuela como para cada alumno de manera individual. Difícil discernir qué pone el entorno y qué la escuela, qué es «escolar» y qué “extra-escolar» en esta relación que, precisamente, se sustenta en la complicidad entre el  «afuera» y el «adentro», pero lo seguro es que la problemática no se entiende - y menos resuelve - desde un solo lado. De algún modo, todo termina conectándose y realimentándose: la pobreza, el hambre, la muerte, la discriminación, el desmembramiento de la familia, el abandono, la violencia en el barrio, la violencia intra-familiar, el maltrato infantil, el maltrato y la discriminación de la mujer, el alcoholismo, la prostitución, el cólera, la falta de afecto y la dificultad para expresarlo, la timidez, la inseguridad, el frío, el olor a guardado y a moho, los vidrios rotos, los barrotes en las ventanas, la falta de libros y materiales didácticos, el miedo de los niños a las profesores y el de los profesores a los supervisores, la mala pedagogía, la evaluación como tensión y como castigo, los métodos obsoletos para enseñar a leer, a restar, a dividir, a multiplicar, a comprender y disfrutar de la historia, el temor a hablar y la verguenza de «pasar adelante» junto con la obsesión escolar por exigir precisamente ambas cosas a todos, el castigo en el hogar y en la escuela, el látigo del padre, el golpe en la mano y la negación del recreo de la profesora, la comida como relleno más que como placer, las lentejas, las legumbres, la papa con chuchuca, el pescado, los magros salarios de los profesores, lo poco acogedor de eso que suele llamarse «sala de profesores», la voz chillona en el micrófono, las filas en el patio, la separación entre niños y niñas, el orden de estatura, la supervisora burocratizada y cargada de tareas administrativas, los profesores temerosos y cargados de prejuicios, el desprecio por los jóvenes, la capacitación que sirve de resorte para buscar algo mejor remunerado, el estigma de la propia «discriminación positiva»...

Al mismo tiempo, contradictoriamente, en estos mismos niños y sus familias, en esta misma escuela y en este mismo equipo escolar ampliado están las claves para romper con la complicidad escuela-familia-medio en la reproducción de la pobreza y de los «bajos rendimientros escolares». Aquí, mezclados con todo lo demás, están también la frescura y la espontaneidad de los niños, el seguir siendo niños a pesar de todo, la conversación que hace olvidar el miedo a hablar, la amistad y la cooperación, la pulcritud de los uniformes, la habilidad para el dibujo de algunos, la veta deportista de otros, la pelota y el fútbol como recursos salvadores, el sueño de ser arquero, la expectativa de poder un día hacer una llamada internacional, el juego, los títeres, los paseos, el canto, la música, la educación física, el trabajo en grupo, el diálogo y el foro, la recientemente descubierta posibilidad de sentarse en el suelo, de mover las sillas de lugar, de escuchar a los alumnos y cederles la palabra, los besos en la mejilla, el aroma a porotos y los porotos que gustan a todos, la escuela limpia, los baños arreglados, los vidrios sin roturas, las mesas y sillas de colores, el verde brillante del piso de vinil, las bibliotecas y los libros, la perseverancia y la dignidad de los pobres, la juventud de los monitores, el estilo sin pleitesías de la directora, el re-encuentro de la supervisora con los profesores, con su rol técnico y con su entusiasmo, el resurgimiento de la dulzura y la confianza, el reconocimiento del valor de la afectividad y de la autoestima, la instauración de un espacio para que los niños simplemente sean niños y se sientan bien dentro de la escuela, las profesoras saliendo de la escuela a compartir con otros profesores, la aceptación del aprender siendo adulto y de enseñar siendo joven, los descubrimientos fundamentales -propiciados por el propio efecto simultáneo y colectivo de todo esto- respecto de sus propias capacidades y posibilidades y de las de sus alumnos, la «discriminación positiva», en fin, empezando a actuar como posibilidad y ya no como estigma...

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