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Repensar los tiempos escolares





La discusión sobre el tiempo escolar está más viva que nunca en todo el mundo, pero lastimosamente centrada, como ha sido tradición, en el eje lineal más/menos. En este texto buscamos mostrar que el asunto es bastante más complejo y ratificar lo que debería ser ya a estas alturas conocimiento corriente en el campo educativo: más tiempo, por sí mismo, no necesariamente mejora nada.

Si pudiéramos partir de cero, ¿cómo habría que distribuir el tiempo escolar a lo largo del año y del día? ¿cuánto debería durar cada clase y cuánto los recreos? ¿cuánto deberían durar las vacaciones y cómo deberían distribuirse a lo largo del año escolar? ¿tiempo solo en la escuela o también en la casa? ¿tiempo para qué y por qué razones? ¿quién debe decidir: los administradores, los profesores, los padres de familia, los alumnos, todos ellos? ¿con qué criterios?. Lo cierto es que en este terreno los argumentos suelen ser muy dispares, como dispares son los intereses de cada uno de estos grupos.

Quien cree que la temporalidad escolar convencional - cinco días a la semana, nueve o diez meses de clases, dos meses de vacaciones al final - es la única existente, está equivoca­do. Hay diferencias muy grandes entre países en el número obligatorio de días y horas de enseñanza al año, a la semana y al día, y a la organización del calendario y la jornada escolares

Las «escuelas de doce meses» (Year-Round Education) tienen su propia asociación y constituyen un movimiento en EE.UU. Hay países o programas en los que las vacaciones finales duran un mes y hasta menos. El año escolar se divide en trimestres,  quimestres o semestres, con períodos de descanso entre uno y otro. El caso de España es peculiar: es el país de Europa con menos días lectivos (175) y más vacaciones al año, pero con más horas de clase.
 

En varios países y programas, la semana escolar dura no cinco sino seis días, o bien cuatro y hasta tres. La jornada diaria puede tener mayor o menor carga horaria, más o menos intervalos de recreo y descanso, e incluir o no desayuno o almuerzo en la escuela. 


Millones de escuelas en el mundo - sobre todo en los «países en desarrollo» - tienen dos, tres o más turnos diarios, debido a limitaciones de espacio o bien a fin de aprovechar al máximo las instalaciones. Organizar varios turnos - aún a costa de reducir la duración de la jornada escolar y, por ende, la calidad educativa y los aprendizajes escolares - fue una recomendación de política del Banco Mundial a los «países en desarrollo» en los 1990s. Países como Colombia están empeñados en deshacer esa herencia e impulsan la jornada de tiempo completo. Al revés: el Ecuador adopta la doble jornada en las Unidades Educativas del Milenio, megaplanteles con más de 2 mil estudiantes considerados símbolo de la 'revolución educativa' que impulsa el gobierno desde 2007.

Francia optó en 2008 por una semana escolar de cuatro días. Alemania, en cambio, instaló en 2003 la jornada escolar extendida. La jornada de tiempo completo es una aspiración y una tendencia actual en muchos países latinoamericanos, especialmente para la educación primaria o básica, por ejemplo en Chile (establecida desde fines de 1990), Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y México. En España, donde dominaba tradicionalmente la jornada partida (clases mañana y tarde), se impone la jornada continua (o jornada intensiva, clases solo a la mañana), preferida por los docentes y empujada por las administraciones y por la crisis.

Hay programas en los que, a fin de adecuarse a las posibilidades de las familias más pobres, la escuela funciona tres horas al día, seis días a la semana, once meses al año (por ejemplo, las «escuelas primarias no-formales» del BRAC en Bangladesh, reconocidas y premiadas a nivel mundial). Ese horario reducido facilita el acceso escolar a familias que, de otro modo, no podrían enviar a sus hijos (y sobre todo a sus hijas) a la escuela. Al contrario de lo que podría creerse, con estos horarios reducidos y calendarios extendidos logran en muchos casos no sólo resultados similares sino superiores a los de los planteles con más tiempo escolar, con horarios y calendarios convencio­nales (por ejemplo, las mismas escuelas del BRAC).


La Pedagogía de la Alternancia, surgida en 1935 en Francia como una alternativa escolar para las zonas rurales, se ha extendido en el mundo como un sistema altamente innovador que pone patas arriba muchos esquemas considerados intocables en los sistemas escolares, entre ellos la organización del espacio y del tiempo. El sistema funciona con períodos alternados de una o dos semanas en la escuela - con régimen de internado - y una o dos semanas en la familia. Los estudiantes llevan trabajo escolar a sus casas, fundamentalmente investigación que deben hacer en su comunidad; los profesores les visitan y revisan el trabajo a domicilio. Un modo radicalmente distinto de pensar no solo el calendario escolar sino la organización escolar, el currículo y la pedagogía.


Una larga vacación es generalmente deseada por los profesores pero tiene muchos inconvenientes para las familias y los alumnos. Todos, incluidos los profesores, requieren cortar, cada tanto, con sus respectivas obligaciones escolares. No obstante, es necesario distribuir mejor y hasta diferenciadamente ese descanso, teniendo en cuenta múltiples actores, ángulos y factores. Para las familias pobres, cada día sin escuela significa muchas veces día de encierro de los hijos pues no tienen con quién dejarlos, o día sin alimentación y otros servicios sociales provistos por la escuela. Una vacación prolongada, en general, no es aconsejable ni desde el punto de vista cognitivo ni desde el punto de vista afectivo y emocional. No sólo para los alumnos sino también para profesores y familias. Y no solo para el sistema escolar sino para toda la sociedad, cuyos ritmos están organizados, en buena medida, en torno a los ritmos escolares.  

Uno de los ámbitos más difíciles de cambiar es la propia concepción del horario escolar. Segmentar el conocimiento y el aprendizaje en pequeñas dosis de 40 ó 45 minutos de clase es un absurdo desde todo punto de vista. Lo es desde el punto de vista curricular (la clásica segmentación del conocimiento en asignaturas o materias, que a menudo no se relacionan entre sí, igual que los profesores a cargo de dictarlas), y también desde el punto de vista pedagógico. Pocas son las instituciones escolares, y menos aún los programas y las políticas, que se atreven a una revolución genuina y profunda de los horarios escolares convencionales. 

El mundo moderno, con sus múltiples crisis y amenazas, y con sus desarrollos tecnológicos, plantea nuevas razones para repensar los tiempos escolares. Existe una epidemia mundial de déficit de sueño, como la califica la Asociación Mundial de Medicina del Sueño. Para ahorrar energía, algunos países (por ejemplo Japón) han empezado a reorganizar el horario escolar a fin de reducir el consumo de calefactores o aires acondicionados en los establecimientos así como racionalizar el transporte de y hacia el hogar. El cambio climático, con sus drásticos cambios de clima y temperatura, está obligando a repensar horarios y períodos de estancia en la escuela. Los congestionamientos de tráfico en muchas ciudades fuerzan a imaginar alternativas que cuando menos reduzcan en días específicos y en horas pico la congestión adicional ocasionada por la actividad escolar. Otros asuntos a tener en cuenta son la polución, la creciente inseguridad, la necesidad de aprovechar la infraestructura escolar para la educación de adultos o la educación comunitaria, etc.

Es pues hora de repensar los tiempos escolares, componente indispensable de la reforma educativa. No simplemente en términos de más o menos, sino de diferente. Abundantes investigaciones y evaluaciones a nivel internacional, incluida la prueba PISA, muestran que más tiempo dedicado a la enseñanza o al estudio no siempre ni necesariamente equivale a mejor educación y a mejores resultados académicos; importa mucho cómo se usa y distribuye el tiempo disponible. Finlandia, modelo educativo a nivel mundial, y entre las top de las pruebas PISA, tiene menos años de escolaridad obligatoria, menos días y horas de clase al año, menos tareas escolares, clases más cortas y más tiempo de recreo que sus «pares» (los países de la OCDE). Al otro extremo, países del Sudeste asiático como Corea del Sur o Singapur, también ubicados en los primeros lugares de PISA, cultivan la competencia y el máximo tiempo de estudio (después de la jornada escolar, la mayoría de alumnos asiste a clases particulares de refuerzo), logrando con ello no solo altos rendimientos escolares sino también altos niveles de agotamiento, depresión y suicidio entre adolescentes y jóvenes

Enseñar y aprender requieren motivación, interés, esfuerzo, comprensión, sistematicidad, regularidad, (auto)disciplina. Es dificíl conseguir todo esto con currículos y horarios recargados, jornadas agotadoras o largas vacaciones anuales que paralizan al sistema escolar durante varias semanas y hasta meses. Y es muy difícil satisfacer a todos, conciliando intereses y agendas encontradas: profesores y alumnos por lo general reclamando menos tiempo escolar y padres de familia reclamando más. Todos ellos, y la sociedad en su conjunto, deben acordar y poner en marcha los reacomodos necesarios y diversificados en cada caso para poner al aparato escolar - incluidas la educación inicial y la superior - genuinamente al servicio de los alumnos, del aprendizaje y de la calidad de la enseñanza.



Textos relacionados en  OTRAƎDUCACION

» ¿Más de lo mismo? Un sistema escolar que se estira
» ¿China, Corea del Sur o Finlandia?
» Lógicas de la política, lógicas de la educación
» Jornada única versus doble jornada escolar

Para saber más
» OECD Indicators 2011
» Emilio Tenti (coord.), "Escolaridad primaria y la jornada escolar en el contexto internacional. Estudio de casos en la Europa y América Latina", Secretaría de Educación Pública de México, IIPE-UNESCO Buenos Aires, Junio 2010.

El barrio como espacio pedagógico: Una escuelita itinerante (Brasil)




Fotos: CPCD - Sementinha

“Atención a niños de 0 a 4 años
haciendo de cada niño un ciudadano
de cada comunidad un espacio escolar
y de cada participante un educador”.

Sementinha (Semillita) es un proyecto de educación preescolar que funciona en barrios pobres de varias ciudades brasileñas: empezó en Curvelo (Minas Gerais) y luego se extendió a São
Paulo, Maranhão, Bahía y Espírito Santo. El proyecto es desarrollado por un organismo no-gubernamental, el Centro Popular de Cultura e Desenvolvimento (CPCD).
"El CPCD es una ONG fundada en 1984 en Belo Horizonte/Minas Gerais con la misión de promover la educación popular y el desarrollo comunitario a partir de la cultura. Nos dedicamos a la implementación de proyectos innovadores, programas integrados y plataformas de transformación social y desarrollo sostenible a través de pedagogías alternativas y tecnologías sociales".
El proyecto Sementinha - conocido como “a escola debaixo do pé de manga” ("la escuela debajo del árbol de mango”) - fue el primer proyecto del CPCD. Surgió de la pregunta: ¿es posible hacer educación sin escuela? Sementinha mostró que sí. Hizo del preescolar una experiencia educativa itinerante y del barrio el espacio diario de aprendizaje.

Conocí el proyecto en 1995. Me invitó y acompañó en la visita Tião Rocha, director del CPCD, educador y antropólogo conocido en Brasil por sus ideas y proyectos innovadores y su capacidad para plasmarlos en la realidad como experiencias transformadoras e inspiradoras.

La "escuelita", como la llaman, no tiene edificio. Ni currículo oficial. Lo que se aprende son esencialmente los saberes y haceres - la cultura - de la comunidad, con ayuda de los coordinadores que acompañan a los niños en los recorridos por el barrio, de las familias que les reciben en sus casas, y de los vecinos que abren sus puertas o se involucran en actividades con los niños.

Una vez al mes se realizan reuniones con representantes del barrio para acordar las actividades que se realizarán con la escuelita.

Los elementos metodológicos del proyecto son:
-
rueda, al inicio y al final del día;
- pauta
, plan de trabajo diario y semanal, definido colectivamente;
- evaluación
, realizada al fin del día, también en la rueda;
- memoria
del trabajo, registrada y elaborada por los coordinadores a través de textos, dibujos, fotos, videos, etc.

A las 7:30 a.m. cada grupo (no más de 15 niños) y sus coordinadores se encuentran en un lugar acordado.
En la rueda, sentados en el suelo, definen el itinerario y las actividades del día. En el recorrido comen un refrigerio (merienda) y van parando en los lugares previamente acordados con los moradores del barrio.

Una parada obligada es la casa de uno de los niños. Las familias rotan como anfitrionas de la escuelita. La madre anfitriona prepara un té de hierbas medicinales y los niños se encargan de servirlo. 

La “ceremonia del té” se aprovecha para que los niños socialicen entre ellos y con sus respectivas familias. Abuelos y hermanos se suman a la actividad.

Niños y niñas aprenden acerca de las plantas medicinales y, en general, acerca de la comida y su preparación.

Cuando pueden, las madres preparan arroz cocido y papaya verde u otros alimentos para agasajar a los invitados.

En los recorridos se incluyen actividades de juego, lectura, dibujo, manualidades, cocina, huerta, dependiendo de las posibilidades de las familias y de los vecinos.
 
Al final de la mañana, en la rueda, se evalúa la jornada del día. A las 11 a.m. terminan las actividades y los niños emprenden el camino de vuelta a su casa.


Los indicadores de calidad desarrollados para la evaluación del proyecto son:
apropiación, creatividad, protagonismo, cooperación, felicidad, dinamismo, estética, armonía, coherencia, eficiencia, oportunidad y transformación.

Las opiniones de madres y padres sobre el proyecto son muy positivas. Preguntados al respecto, contar con un local físico sigue siendo una aspiración de muchos.
La asociación educación = edificio e incluso aprendizaje = edificio es muy fuerte y es difícil de romper.

La "obra física" es muy valorada por la población y, por eso mismo, muy valorada por los políticos en sus promesas electorales y en sus políticas una vez en el gobierno. A menudo la obra física confunde y crea espejismos, relega a un segundo plano la importancia y la calidad del currículo, de la pedagogía, de los profesores.

¿Es posible educación sin escuela?¿Es posible escuela sin edificio?
 
¿Es posible educación sin escuela? Por supuesto. El sistema escolar no es el único sistema educativo. Se hace educación también en la familia, en la comunidad, en los medios, en el trabajo.

¿Es posible educación escolar sin escuela? Ciertamente. La pandemia del COVID-19 mostró, a escala masiva, que se puede hacer educación escolar con base en el hogar recurriendo a la educación a distancia. El homeschooling es asimismo una modalidad que eligen muchas familias.

¿Es posible escuela sin edificio? Millones de escuelas en el mundo funcionan debajo de un árbol, en buses acondicionados, en graderíos, en espacios prestados, al aire libre.

La nueva arquitectura escolar viene hablando, hace ya tiempo, de espacios de aprendizaje más que de aulas y escuelas. Las nuevas tendencias arquitectónicas buscan aprovechar los espacios exteriores y crear un continuo entre el adentro y el afuera de las instituciones educativas.

Una de las buenas cosas de la pandemia y el confinamiento fue sacar la escuela de la escuela, mostrar que se puede hacer educación escolar desde el hogar. El cierre del edificio escuela, forzado por la pandemia, obligó a considerar otros lugares y otras vías de enseñanza y aprendizaje, menos dependientes del edificio. La necesidad de distanciamiento social y de  buena ventilación como medidas de bioseguridad contra el virus ayudó a visualizar y valorar la educación y el aprendizaje al aire libre.

Sementinha convierte la "carencia" de local físico en ventaja pedagógica, social y cultural, en dinamizador de un proyecto educativo que integra educación escolar, familiar y comunitaria.

EL CPCD ha recibido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales, entre ellos algunos relacionados específicamente con el proyecto Sementinha http://www.cpcd.org.br/historico/premios-e-destaques-2/ En 1998 Sementinha fue nombrado “proyecto ejemplar” por la Secretaría de Educación de Minas Gerais en 1998. En 1997 la Organización Mundial de Educación Preescolar (OMEP) declaró a Sementinha “ejemplo de modelo educacional para los países del Tercer Mundo”. En verdad, Sementinha es un referente educativo innovador, inspirador y transformador no solo para el "Tercer Mundo" sino para cualquier país.

Para saber más
» Tião Rocha, "La escuela debajo del árbol de mango", Espacio para la Infancia, No.22, Fundación Bernard Van Leer, La Haya, Nov. 2004 file:///Users/rosamariatorres/Downloads/La_participacion_infantil_Retorica_o_una_creciente_realidad.pdf
» Rosa María Torres, Los espejismos de la infraestructura educativa
https://otra-educacion.blogspot.com/2015/10/los-espejismos-de-la-infraestructura_19.html

» Rosa María Torres, Escuelas sin aulas, aulas sin escuelas
https://otra-educacion.blogspot.com/2013/07/escuelas-sin-aulas-aulas-sin-escuelas.html

Soñar como consigna: De la necesidad al deseo

Gürbüz Doğan Ekşioğlu    


Soñar como consigna:
Una red de organizaciones comunitarias en el Gran Buenos Aires


Rosa María Torres

Para Ana, Daniel, Karina y los demás compañeros de El Encuentro


¿Con qué sueñan los muchachos?
¿Con qué sueñan las muchachas?

- Agrandar más el grupo con chicos y chicas.
- Ir de campamento por una semana.
- Seguir con la huerta. Ayudar en la guardería a arreglar algo. Hacer una vida nueva.
- Que los días de la huerta estén todos los chicos.
- Hacerle un regalo o una carta a Karina (la coordinadora).
- No tener problemas con los chicos del apoyo escolar.
- Tener un conjunto de ropa con el sello de la huerta. Tener carpas, colchonetas, pelotas.
- Cuidar nuestras cosas.
- Juntarse con chicos de otras guarderías, salir juntos.
- Terminar la red para no molestar a los vecinos (para que no se pase la pelota).
- Ir a la cancha de Boca o de River.
- Tener herramientas para la huerta y para carpintería.



Quisiéramos para nosotras
- No tener más problemas en nuestra familia.
- No tener problema con nuestros hermanos.
- Tener un barrio tranquilo.
- Tener a nuestra familia unida.

Queremos para los otros jóvenes:
- Que cada chico tenga su familia.
- Que nunca les falte el hogar y el alimento de cada día.
- Que no anden más en la droga y en problemas.
- Que no se arruinen la vida.
- Que no roben, y que es mejor pedir.
- Que convivan bien con su familia.
- Que no maltraten a los chicos que andan en la calle.
- Que a sus padres nunca les falte el trabajo.
- Que siempre tengan una mamá con quien hablar y conversar.
- Que el padre siempre los quiera.
- Tener un botiquín para el comedor y en la guardería

Trabajando en grupo, hombres y mujeres por separado, bajo la consigna de “¿Con qué sueñan los jóvenes de este barrio?”, estos son los sueños que, para sí mismos y para otros, soñaron estos muchachos y muchachas vinculados a “El Ceibo”, un centro comunitario ubicado en una zona deprimida del Gran Buenos Aires.

“El Ceibo” forma parte de la Red de Jardines Maternales, Apoyos Escolares y Comedores Comunitarios “El Encuentro”, una red de 16 organizaciones comunitarias esparcidas en un ámbito geográfico amplio, que empezaron a funcionar como red en 1990. Entre todas ellas atienden a alrededor de 1.200 niños, con actividades que incluyen, entre otros, cuidado, salud, alimentación y apoyo escolar. "El Encuentro" forma a su vez parte de Inter-Redes, una red de cinco redes que aglutina a más de 100 instituciones que atienden aproximadamente a 10.000 niños y adolescentes en zonas muy pobres del Conurbano  Bonaerense.

Inicialmente surgidas como guarderías, literalmente destinadas a guardar, durante varias horas al día, a los hijos de madres trabajadoras expuestos, de otro modo, al abandono y al candado, la propia realidad y la agudización de las necesidades fue obligando a expandir la edad de los niños -hoy de 0 a 16 años- y las áreas de trabajo: las guarderías originales se han transformado en instituciones polivalentes que, además de guarderías infantiles, funcionan como centros de atención en salud, comedores escolares y comunitarios, red de apoyo escolar, espacios de encuentro y contención para los jóvenes, colchones para amortiguar los golpes de la pobreza, el desempleo, la violencia, la desesperanza. Curiosamente -para nosotros- adolescentes y jóvenes continúan llamando guarderías a estos centros de los cuales han venido, poco a poco, apropiándose. Evidentemente, para ellos, el propio concepto de guardería ha pasado a adquirir aquí un nuevo significado.

Cuando, en 1997, entré en contacto con El Encuentro, el equipo coordinador - formado por los responsables de cada centro y un equipo central - estaba elaborando un proyecto para intensificar su capacitación. Fue en esa primera visita que surgió la posibilidad de que, además del proyecto común como red, cada uno de los 16 centros diseñara un proyecto específico, y que lo hiciera inspirado no tanto en las necesidades como en los deseos de la gente. Elevándose por sobre las necesidades inmediatas dictadas por la pobreza y las soluciones mínimas dictadas por la falta de recursos, qué era, en definitiva, lo que niños, jóvenes y adultos deseaban ver realizado para sí mismos y para su barrio si tuviesen acceso a una pequeña cantidad de dinero, dinero para permitirse cumplir con sueños, no para responder a problemas. Cuando, durante la conversación, me permití sugerir que, para la elaboración de dichos proyectos, el “sueño” debía imponerse sobre la “necesidad”, no sospechaba cuán importante y cuán movilizador puede ser “soñar” como consigna, sobre todo, precisamente, para quienes no se permiten ya, ni siquiera, soñar.

Enseguida, y en un proceso de participación, reflexión y elaboración que se extendería a lo largo de varios meses, los coordinadores de cada centro organizaron la consulta a nivel comunitario y, en particular, con los jóvenes. Así surgieron los once proyectos finalmente en marcha (en un acto de gran madurez y responsabilidad, considerando las carencias que predominan en la zona, cinco centros decidieron, en el camino, que no estaban maduros o no tenían condiciones para emprender con un proyecto institucional). Como se esperaba, los proyectos que resultaron son muy diferentes entre sí. Porque mientras que las necesidades homogenizan, los sueños -si son sueños de verdad- son propios, específicos, idionsincráticos, necesariamente diversos.

Los “sueños” de los muchachos y muchachas de El Ceibo - reveladores de los estragos que tiene la pobreza sobre la capacidad de soñar de niños y jóvenes, y de las diferencias que marca la pertenencia de género en materia de sueños y expectativas - se plasmaron en un proyecto al que titularon “Sembradores de Esperanzas”, cuyos ejes son la recreación y la cultura. Otros tantos sueños, soñados entre niños, jóvenes y adultos articulados alrededor de cada centro, produjeron otros tantos proyectos, con sus respectivos nombres e identidades.

INSTITUCION
PROYECTO
¿QUE?
¿QUIENES?
La Merced
“Acampantes del 2000”
Recreación
Niños/Adolescentes
Sol Naciente
“Energía Joven”
Deporte
Organización comunitaria
Adolescentes/Jóvenes
Nuestro Futuro
“Sembrar”
Organización comunitaria
Niños/Familia/
Comunidad
La Esperanza
“Huerta Orgánica”
Organización comunitaria
Niños/Adolescentes/
Padres
Juan Bautista
“Aprovechá tu Tiempo”
Educación
Niños/Adolescentes
Sagrada Familia
“Reconstruir”
Salud
Hombres golpeadores/
Familias en situación de violencia
El Ceibo
“Sembradores de Esperanza”
Recreación y cultura
Adolescentes/Jóvenes/
Adultos
Ardillita Dormilona
“Protección y Cuidado del Niño en la Comunidad”
Protección y cuidado del niño
Instituciones del barrio/
Padres y madres
Centro Infantil Belén
“Para Entendernos Mejor”
Comunicación
Comunidad/Adultos/ Jóvenes/Niños
La Amistad
“Aprendiendo a Organizarnos en Comunidad”
Organización comunitaria
Organizaciones del barrio/Comunidad
Creciendo
“Comunicar es Crecer”
Comunicación
Organizaciones del barrio/Comunidad

El armado de los proyectos desencadenó un proceso inédito, sumamente rico y formativo, de gran autoexigencia tanto para el equipo coordinador de la red como para los jóvenes y los pobladores de los barrios que participaron en torno a cada uno de los centros. Dicho proceso fue registrado y documentado paso a paso, convertido en tema de reflexión y análisis colectivo, en carteles y fotos, en murales y transparencias, primero para devolverlo hacia adentro y, más tarde, para compartirlo hacia afuera, con otros. Modestos en la formulación y en los presupuestos, la calidad de estos proyectos es infinitamente superior, por el proceso de construcción que está detrás, que muchos que, en el papel, lucen elegantes, rimbombantes, impecables. Aquí, en la humildad de estas guarderías, en la modestia infinita de quienes trabajan pegados a las necesidades y los sueños de los pobres, puede darse una calidad que escasea en general en el mundo de las políticas, los programas y los proyectos: la calidad de la participación popular, de la consulta democrática, del aprendizaje colectivo, de la labor autogestionaria, del verdadero compromiso con la gente. 

La biblioteca como núcleo de desarrollo comunitario (Una experiencia en Córdoba, Argentina)

Biblioteca Popular de Bella Vista
"Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía serán aptos para el combate decisivo: recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido". Ernesto Sábato

Dedicado a Susana Fiorito, argentina como Sábato,
que honra con su trabajo esa utopía.
("Memoria para reincidentes": Lucha y militancia obrera en los 1970s)

La Biblioteca Popular de Bella Vista abrió sus puertas el 4 de junio de 1990. Surgió de la iniciativa de la Fundación Pedro Milesi, fundación privada sin fines de lucro creada por un grupo de personas - intelectuales, profesionales, artesanos y obreros - dispuestas a contribuir tiempo, esfuerzo y dinero para el desarrollo de la gente del barrio Bella Vista, un barrio pobre y marginalizado de la ciudad de Córdoba, Argentina, un
barrio en el que vivían 1800 familias de artesanos, obreros industriales, pequeños comerciantes y algunos empleados públicos. En la casa comprada para la biblioteca había funcionado el primer Centro Cultural del barrio.

Foto La Nación

No se trata de una biblioteca convencional. La biblioteca es parte de un proyecto político-pedagógico, una estrategia destinada a “promover valores y conductas que contribuyan a desarrollar una conciencia cívica autónoma y crítica, y a que los vecinos sean sujetos activos, protagonistas de su propia historia y multiplicadores de un proyecto solidario y socialmente productivo, así como facilitar a quienes carecen de medios materiales o de estímulos culturales, la apropiación del conocimiento, que es un bien social, producto del desarrollo de la humanidad”.

Cuando se creó, la biblioteca se pensó como un espacio para personas adultas. No obstante, no bien abrió sus puertas, decenas de niños se sintieron convocados a entrar por ellas. La invasión infantil mostró la necesidad de una biblioteca para todos. En un proceso atento a las demandas y posibilidades, en sus más de 30 años de vida la biblioteca ha venido ampliándose e incorporando una impresionante variedad de servicios y actividades.

Foto: Susana Fiorito, Biblioteca Popular de Bella Vista.

En mi primera visita a la biblioteca, en 1996, quedé maravillada con lo que ví y escuché. La casa - esquinera, modesta, de tres plantas - era el espacio central. La planta baja la ocupaba la biblioteca, amplia, luminosa, amueblada con mesas, sillas y estanterías de estilos muy diversos, donados o recuperados por doquier.

Para los más pequeños había una salita de lectura: una mesa con sillas, almohadones en el suelo, dibujos en las paredes, muchos libros a disposición de los niños.

Arriba, en el altillo, encontré un grupo de abuelas en taller de expresión corporal, mujeres que encuentran aquí un espacio de socialización, esparcimiento y tonificación tanto del cuerpo como del espíritu. También funcionaba ahí el taller de video, a cargo de tres jóvenes, dos videístas-cineastas y una educadora. Una pequeña habitación junto a la escalera servía para la asesoría y la consulta; aquí nos enfrascamos en una interesante charla con la abogada (vecina del barrio) y otros profesionales que escuchan los innumerables problemas que traen niños, padres y maestros.

Foto Rosa María Torres
A pocos metros de la casa se había habilitado un playón en el que se realizaban actividades deportivas y empezaban a hacerse funciones de cine. Un grupo de mujeres de diversas edades - entre ellas tres muchachas con retardo mental - apilaban colchonetas después de concluido el taller de expresión corporal, el cual termina con la lectura colectiva de un cuento corto. 

Dos cuadras más allá, caminando por el barrio llegamos al terreno donde empezaba a funcionar la huerta, terreno antes cubierto de basura, maleza y escombros, y dado a la biblioteca en comodato. Aquí nos recibieron dos biólogas y sus alumnos, hombres y mujeres entusiasmados con lo que han aprendido y con lo que hacen, ilusionados con las múltiples posibilidades de la huerta, incluidos un ingreso económico familiar, la multiplicación de huertas en los hogares del barrio, el uso de la huerta por las escuelas, y la posibilidad de atraer a ella a adolescentes y jóvenes en el futuro.
Foto Rosa María Torres  

En mi segunda visita a la biblioteca, en septiembre de 2010, encontré en pleno funcionamiento y desarrollo todo lo que había visto la primera vez, más varias novedades, principalmente un centro tecnológico comunitario y un grupo de teatro comunitario.

La Biblioteca de Bella Vista ofrece hoy una amplia gama de actividades a los vecinos del barrio, de todas las edades.

servicio bibliotecario Cerca de 1.500 suscriptores y más de 20.700 volúmenes (incluyendo 4.500 libros de literatura infantil y juvenil, 4.500 de no ficción, 5.000 de literatura y 5.000 de ciencias sociales). El catálogo puede consultarse en línea. También hay una hemeroteca. Muchas personas adultas van regularmente a leer los diarios. Para los escolares existe un archivo con recortes en torno a temas que envían a consultar los maestros.

taller de animación a la lectura para niños de 3 a 12 años. La lectura se complementa con expresión corporal, dibujo de historietas y discusión de videos.

talleres de expresión plástica, educación física e iniciación deportiva para niños de 6 a 12 años.

taller de percusión para niños y adolescentes. A partir de este taller se creó una Murga (La Murga que Urga) con 40 integrantes entre 6 y 14 años, la cual realiza actuaciones públicas en otros barrios e instituciones.

taller de producción de video para niños de 8 a 12 años. Este grupo se integra a la producción de videos de la propia biblioteca y de la comunidad.

Foto Biblioteca Popular de Bella Vista
taller de ajedrez para niños, jóvenes y adultos.

capacitación laboral para jóvenes y adultos Los cursos incluyen: corte, confección y tejido; capacitación para auxiliares administrativos y contables así como talleres de electricidad, carpintería, fotografía, panadería, chocolatería y servicio de lunch.

recuperación de la historia del barrio en un trabajo colaborativo entre los viejos (que aportan su memoria y su relato) y los adolescentes (que buscan la documentación y registran los relatos).

expresión corporal para mujeres de la tercera edad y gimnasia correctiva para mujeres jóvenes y adultas.

taller de filosofía para adultos. Aquí En se da tratamiento filosófico a temas de la vida cotidiana y se los problematiza colectivamente en el grupo de adultos.

cine para adultos y niños. La función para adultos termina con un debate. En el caso de los niños, después de la función se hacen talleres de expresión corporal, plástica, invención de diálogos y elaboración de diapositivas.

asesoría familiar, escolar y comunitaria en conflictos de violencia familiar, abuso, abandono, dificultades de conducta y aprendizaje. Un grupo interdisciplinario de abogados, psicólogos y trabajadores sociales diagnostican, orientan y derivan.

Foto: Rosa María Torres
huerta orgánica comunitaria a la cual se ha integrado a las escuelas del barrio, en un programa en el que participan alumnos y maestros. Siembran hortalizas, plantas aromáticas y ornamentales. También hay lombricultura.

Foto Rosa María Torres
Foto Biblioteca Popular de Bella Vista
taller de computación Esta es un área que se ha expandido notablemente en los últimos años. Cuenta con un predio en el que funciona un moderno Espacio de Formación Tecnológica.

teatro comunitario realizado con asesoría del Grupo de Teatro Catalinas Sur que funciona en la zona de La Boca, en Buenos Aires. Todos los vecinos del barrio, desde niños pequeños hasta ancianos, están convidados a participar en los talleres y en las obras que montan en Bella Vista.

Todo esto se ha hecho y se hace con tesón, mucho trabajo voluntario, escasos recursos financieros que se consiguen por aquí y por allá, y una infraestructura modesta que ha venido ampliándose a medida que se han diversificado las actividades.

Todo esto se hace a partir de una biblioteca que, sin dejar de ser biblioteca y sin renunciar a la centralidad de la lectura, comprende el potencial que tienen una y otra - biblioteca y lectura - para asumir una misión cultural, de organización y movilización comunitaria, de desarrollo humano y desarrollo local. Una biblioteca sensible a la realidad y necesidades de su entorno, que no teme juntar libros con video y con cine, cuentos con colchonetas, literatura con gimnasia, enciclopedias con lombrices, lectura con expresión corporal, conocimiento con placer, aprendizaje con juego. Una biblioteca excepcional, en medio de tantas que hoy languidecen y mueren de inanición, en espera pasiva de lectores que no llegan, encerradas y atemorizadas frente a los avances de la computadora, el libro electrónico y el Internet.

La Biblioteca de Bella Vista y su fundadora y directora, Susana Fiorito, han sido para mí fuente de aprendizaje, admiración e inspiración. Fue aquí, en mi primer contacto con esta biblioteca, que constaté que existía y era posible la "comunidad de aprendizaje" que venía imaginando. De hecho, esta biblioteca fue uno de los proyectos pioneros dentro de la Iniciativa "Comunidad de Aprendizaje" que organicé a nivel latinoamericano entre 1996-2000 siendo directora de programas de la Fundación Kellogg.

Esta biblioteca testimonia también la diferencia entre un proceso y un proyecto o, si se quiere, entre un proyecto de vida y un proyecto de trabajo. Terminado el financiamiento externo, muchos de los proyectos financiados dentro de la Iniciativa dejaron de operar. La Biblioteca Popular de Bella Vista sigue en pie, consolidada y en crecimiento, ejemplo de perseverancia y vitalidad, mostrando que los procesos transformadores siguen siendo posibles aún en este mundo de fuertes dependencias financieras, frágiles voluntades, cosméticas innovaciones y rápidas obsolescencias.

Para saber más
» Fundación Pedro Milesi y Biblioteca Popular de Bella Vista
http://www.fundacionpmilesi.org.ar/
» Comisión Nacional de Bibliotecas Populares
https://www.conabip.gob.ar/
- La Biblioteca Popular de Bella Vista
https://www.conabip.gob.ar/node/298585
- Quema de libros (Centro Editor de América Latina) por la dictadura argentina, 1980
https://www.facebook.com/BiblioPopularBellaVista/videos/1185642231862233

» Bella Vista: un barrio de la periferia cordobesa que vive al compás del narcotráfico, La Nación, Buenos Aires, 28 sep. 2015

»
Entrevista a Susana Fiorito. Sueños de una mujer guerrera, Revista Eñe, Buenos Aires, 27 junio 2017.

https://www.clarin.com/revista-enie/ideas/suenos-mujer-guerrera_0_H1KPrIl4-.html

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