Círculos de alfabetización «Sí Podemos» (Perú)


Rosa María Torres

Cruzada Nacional por la Alfabetización «Sí Podemos» – Derrama Magisterial.
Visita a círculos de alfabetización en la Provincia de Huaura y en Lima, Perú
(20-24 Abril, 2006)

Este reportaje es parte del estudio “Alfabetización y acceso a la cultura escrita por parte de jóvenes y adultos excluidos del sistema escolar en América Latina y el Caribe”, financiado por el CREFAL. Entre 2006 y 2009 visité programas de alfabetización y de promoción de la lectura y la escritura en nueve países de la región (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).


Junto en este reportaje impresiones de visitas a varios círculos de alfabetización en Huacho, capital de la provincia de Huaura, así como en el distrito El Agustino, en Lima. Todos ellos vinculados a la “Cruzada Nacional por la Alfabetización” desarrollada desde fines de 2004 por la Derrama Magisterial, en convenio con el Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño (IPLAC) de Cuba y con auspicio del Ministerio de Educación del Perú. Las visitas fueron organizadas por Luis Alberto Macazama, maestro peruano coordinador de la cruzada, y por Nora, asesora cubana. Ambos me acompañan en los recorridos, durante cuatro días.

La Derrama Magisterial, creada en 1965, es la organización previsional del magisterio peruano. Con cerca de 300.000 asociados (aportantes) a nivel nacional, ha sido declarada una de las 50 mejores empresas del Perú. Los fondos de la empresa provienen del pago de 17 Soles que hace mensualmente cada maestro afiliado al Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP). (Nota: Al momento de esta visita, el cambio estaba a 3.3 Soles por 1 US Dólar).

La cruzada usa el método cubano de alfabetización ‘Yo, Sí Puedo’, que combina cartilla, videos y apoyo presencial de un(a) facilitador(a). Según el tríptico informativo, la cruzada está dirigida a esas “miles de personas que no tuvieron oportunidad de ir a la escuela” y se propone alfabetizar en dos meses, con clases diarias de 2 horas. Para abrir un círculo se requiere al menos 15 alumnos. Los facilitadores son jóvenes estudiantes o maestros, a quienes se capacita y otorga un pequeño subsidio (9 Soles diarios, 180 Soles mensuales) para gastos de movilización.

Se arrancó en septiembre 2004 con un proyecto piloto en dos asentamientos del cono norte de Lima, La Ensenada y Laderas de Chillón. Ahora se ha entrado en una etapa de ampliación. Tanto la asesoría técnica cubana como los materiales de alfabetización – cartilla y juego de 17 cassettes con 65 videoclases – son donados gratuitamente a la Derrama por el gobierno cubano. Se busca convocar a otros grupos a sumarse a la iniciativa, cobrando por los materiales: 75 dólares el juego de videos y 1 dólar la cartilla.

Los círculos operan en zona urbana. Cuando se plantearon llegar a la zona rural, encontraron que 60% de los potenciales beneficiarios hablan quechua y el 25% no tiene energía eléctrica, indispensable para un método que se basa en teleclases a través del video. Se considera por ello adaptar el método a la radio y traducirlo al quechua.

Con esta cruzada la Derrama Magisterial se ha propuesto aportar al combate del analfabetismo en el país (11%, 2 millones de personas mayores de 15 años, según el censo de 2005), complementando acciones que vienen haciendo a escala nacional programas como: PNA (Programa Nacional de Alfabetización) del Ministerio de Educación, que llega al 16% de los analfabetos y cuya meta es alfabetizar a 250.000 personas hasta 2012;  PAEBA, programa oficial iniciado en 2003, financiado y coordinado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI); e IRFEYAL, programa radiofónico de Fe y Alegría, que ofrece educación de adultos desde alfabetización hasta bachillerato.

Antes de adoptar el «Yo Sí Puedo», el coordinador de la cruzada había preparado un material fotocopiado titulado “Dame la Mano: Un programa para enseñar a leer y escribir a jóvenes y adultos”. No obstante, la iniciativa se descartó y el material no llegó a usarse. Lástima. Había ahí ideas interesantes, como ésta: “La propuesta está orientada a promover desde el comienzo el contacto constante con todo tipo de material escrito, buscando la interacción del participante con el texto, la comparación de sus propias producciones con los textos producidos por sus compañeros. No estamos sujetos a un texto de lectura, pero se hace necesario contar con textos variados para uso de los participantes, no descartando el uso de los medios audiovisuales, para lo cual nos estamos preparando”.

Una clase de “aprestamiento”

En el asentamiento que visitamos en Huacho los círculos de alfabetización funcionan en domicilios particulares. Por 3 Soles (menos de 1 Dólar) por clase, los dueños de casa alquilan la sala, el televisor y el aparato de VHS. La alfabetización ha pasado a ser, así, motivo de encuentro entre vecinos y fuente de un pequeño ingreso para algunas familias.

El primer círculo que visitamos funciona en una casa que aloja al mismo tiempo una pequeña tienda, una minihabitación con ventana a la calle. Durante las dos horas que dura la clase todos los días, la ventana se cierra y la venta se suspende. Una breve ojeada a la tienda permite inventariar los productos de primera necesidad del barrio. Dispuestos prolijamente en estanterías semivacías vemos sal, huevos, gaseosas, fideos, té, bolsitas de especias y aliños, cloro, papel higiénico, sobres de Nescafé, sobres de Sal de Andrews, pasta de diente Kolynos y toallas higiénicas Nosotras.

La sala de la casa – piso de cemento - ha sido acondicionada para la clase. A continuación está el comedor y, al fondo, una cortina de tela que seguramente separa este espacio social del o de los dormitorios. Los adornos en las paredes incluyen una estampa de Jesús, un crucifijo, un calendario con fotos de caballos, un cuadro de flores. Junto a la mesa del comedor hay una vitrina con libros, en la que divisamos sobre todo textos escolares, además de revistas, cómics, una enciclopedia de lomo dorado, y adornos en miniatura.

Todo asiento disponible en la casa ha sido puesto al servicio de la clase: dos sillones de paja, una banca de madera, varias sillas de plástico. Todos los sentados son mujeres, de diversas edades. Luego sabremos que aquí están juntos hoy dos grupos, el que estudia de 3 a 5 p.m. y el que estudia de 5 a 7 p.m.

- “Juntamos las dos clases porque las señoras del primer grupo no vinieron todas, tienen reunión en la escuela”, explica Shirley, la joven facilitadora.

El televisor de la casa, un Sony de 17 pulgadas, ha sido colocado en el centro, entre la sala y el comedor. El cartel con letras y sus respectivos números, que recomienda y usa el método ‘Yo Sí Puedo’, ha sido confeccionado y está a la vista, pegado con cinta adhesiva en la pared. Una pequeña pizarra blanca, arrimada sobre una silla, en la habitación contigua, aguarda su momento.

Esta es apenas la segunda clase. Empezaron ayer, presentándose entre ellas y aprendiendo a sostener y manejar el lápiz.

Shirley, nerviosa, no logra hacer funcionar el VHS. Nora acude en su  ayuda. Finalmente, entre ambas logran prenderlo. Antes de empezar a correr el video, Shirley aclara a la audiencia:

- “Esta clase les va a dar la señorita Angela, ella es la que les va a enseñar a leer”.

Angela, la maestra cubana protagonista en los videos, enseña a sus alumnos y alumnas ficticios los clásicos ejercicios de aprestamiento para la escritura. Las alumnas de carne y hueso, en esta casa en Huacha, tratan de imitarlos. Pero mientras los alumnos de Angela en la pantalla tienen pupitres, las alumnas de Shirley en esta casa tratan de escribir en hojas blancas sueltas, apoyándolas sobre las piernas. El facilitador del otro grupo, presente en esta clase, advierte el problema, saca rápidamente libros de la vitrina y empieza a distribuirlos entre las señoras, para que apoyen las hojas.

Desde adentro de la pantalla, Angela sigue orientando:
-       “Ahora vamos a hacer líneas curvas”    U U U U U U
-       “Ahora trazamos la línea curva al revés”                         
-       “Ahora eliminamos los pespuntes, sin levantar el lápiz”

Las mujeres siguen bien las instrucciones. Algunas borran y vuelven a escribir. Las hojas blancas se van llenando de líneas rectas y curvas, temblorosas, sumamente imperfectas, muy diferentes de las que vemos desfilar en el televisor.

- Angela: “Ahora vamos a repasar los números, aunque yo sé que ustedes ya los conocen… Vamos a asociar letras con números: 1  2  3  4  5”.
-  Alumna en el video: “Los dedos de la mano son 5”.
-  Angela: “Muy bien. Eres muy inteligente y muy observadora”.

No es fácil concentrarse y ver la pantalla, por varias las razones: niños y niñas pequeños corretean por la sala, distraen y tapan intermitentemente la pantalla; demasiado brillo, apenas si se divisan las siluetas de Angela y sus alumnos, y los trazos de las líneas se ven muy borrosos; el video corre muy rápido, es imposible seguir la pantalla y atender al mismo tiempo el propio papel.

Ahora se apaga el televisor y entra en funciones la pizarra. Paula, “la mayorcita” del grupo, es invitada a estrenarla. Shirley dibuja líneas punteadas y le pide a la señora Paula que las repase, “tal y como hizo antes en su hoja”. Parece sencillo, pero no lo es. Hay diferencias importantes entre un lápiz y un marcador, y entre una hoja de papel y una pizarra como instrumentos de escritura. Ni qué hablar de lo que significa pasar por primera vez a una pizarra, acto público de gran compromiso y alto riesgo para toda persona colocada en el rol de aprendiz.

En la conversación que sigue, resulta que la mayoría de estas mujeres fue algún día a la escuela, hasta 1º, 2º o 3er grados. La señora Paula es la única aquí realmente comenzando a aprender a leer y escribir.

A una señora que estuvo tres años en la escuela le pregunto si sabe leer. Dice que sí. Le pido que lea la última página de la cartilla. Lee “Ya sé leer”, sin dificultad. En su caso, es estrictamente cierto. ¿Qué hace, entonces, aquí? Este material y este programa no son para ella.

Una clase con mesa que se lleva y se trae todos los días

Visitamos otra casa del barrio. Aquí lo que se alquila para la clase de alfabetización no es la sala sino un patio a la entrada, una especie de galpón techado con carrizo. En el centro una mesa y alrededor 11 mujeres, sentadas en troncos de madera y algunas en el suelo, arrimadas contra la pared. Luego sabremos, por Nelly, la facilitadora, que ella trae la mesa todos los días desde su casa, para que “al menos algunas de las señoras se sientan cómodas, como si estuvieran en la escuela”.

También aquí todas las alumnas son mujeres, la mayoría de la tercera edad. Una de las señoras usa audífonos. Dos mujeres jóvenes, en sus treintas, son las que llevan la delantera.

También aquí están empezando con los ejercicios de aprestamiento y escribiendo en hojas sueltas. A quienes se sientan en el suelo, sin apoyo para escribir, les vemos intentar las posiciones más extrañas para ajustarse a los requerimientos de un lápiz y un papel.

El televisor, un Sony viejo, es muy pequeño y está lejos de las alumnas. Es difícil ver incluso estando cerca, en particular las líneas punteadas. Al momento de alquilarlos, ¿no se ponen requisitos en cuanto a las condiciones del lugar y del equipamiento?. La respuesta es: no hay mucho donde escoger, sobre todo porque aunque en todas las casas hay televisor, son pocas las que tienen un aparato VHS.

El Agustino

Vamos ahora a El Agustino, un distrito periférico de Lima surgido en 1947 a partir de una invasión violenta. Violenta es, también, la pobreza circundante. Más de medio siglo después, y de sucesivas invasiones, los ocupantes de estos cerros siguen viviendo mal, aunque 85% ya tiene acceso a servicios básicos. El Agustino se asocia con pobreza, hacinamiento, delincuencia, droga.

En vehículo se puede llegar hasta el Ovalo, una pequeña meseta  congestionada con mototaxis o ‘cholotaxis’ y muchos pasajeros. De aquí en adelante hay que subir a pie por lo que, desde abajo, parece una inmensa cascada de gradas.

Aquí, en medio de la mayor precariedad, surge la discusión en torno a la tecnología: ¿por qué se usa para las teleclases el sistema VHS en lugar del más moderno DVD? Hemos visto cómo florece en Lima la industria de la piratería, la proliferación de puestos que venden videos en formato DVD. El DVD, con su sistema de almacenamiento óptico, tiene muchas ventajas frente al VHS, claramente para fines educativos: mayor calidad de imagen y sonido, menor degradación de la grabación con el uso, capacidades multimedia e interactivas, con iguales e incluso menores costos. Además, los cassettes en VHS son muy grandes, lo que hace más difícil trasladarlos y encarece el costo de traerlos desde Cuba.

Así es, en efecto. El coordinador nos confirma además que en El Agustino la gente no tiene VHS sino DVD. Ya es difícil encontrar en Lima un aparato VHS. Un VHS cuesta 20 dólares, un DVD no llega a 100. Justamente se está planteando a Cuba la necesidad de que los videos del ‘Yo Sí Puedo’, grabados en VHS, se pasen a DVD.

Un círculo de “Nivelación”

El primer círculo que visitamos, en la Sala Comunal, está iniciando la segunda etapa del proceso, denominada «Nivelación». No hay video. La teleclase ha cedido su lugar a la clase presencial y la cartilla ha sido sustituida por un breve material con lecturas contextualizadas a la realidad peruana.

La facilitadora, Esperanza, tiene a su cargo seis alumnas, señoras de 60 años y más, todas quechuahablantes. Hablan entre ellas en quechua y con nosotros en español.

¿Dónde aprendieron a leer y escribir? Una señora terminó el primer grado. Otras cuatro asistieron al programa de alfabetización ofrecido el año pasado por el Comité de Damas de la Municipalidad. Una de ellas explica que ha venido aprendiendo “de a poquito”, entre escuelas nocturnas y programas de alfabetización. De las nocturnas la echaban por no tener partida de nacimiento.

- “Cuando terminé el primer nivel mi marido me regaló de premio el Coquito”, cuenta una señora. Coquito, cartilla de autor peruano - Everardo Zapata - con la que han aprendido a leer y escribir millones de personas hispanoblantes, y que en 2005 cumplió 50 años.

Entusiasmada con su entusiasmo, les pido que me muestren cómo leen. No pueden leer ni en la cartilla ni en las hojas de nivelación, sobre todo porque la letra es muy chica. Esperanza saca el texto que ha preparado, escrito en letra grande, en el reverso de un afiche. Aquí empiezan a leer, la mayoría con dificultad.

La mayor dificultad es que no logran “juntar las letras”, como dicen ellas. Habiendo aprendido con el alfabeto y los nombres de las letras, la palabra PERU es leída como PE-E-ERE-U. Algunas tratan de adivinar, completando la palabra a partir de la letra o la sílaba iniciales. “No tengo memoria”, “Me falla la cabeza”, “Me falla la vista”, son las explicaciones que dan estas mujeres, igual que en todos lados. Mujeres sencillas, canosas, desdentadas, sudan ante el compromiso que significa leer en voz alta, sobre todo en presencia de visitantes.

Una Iglesia evangélica con vista panorámica


Un poco más arriba está una iglesia evangélica, una casa de dos pisos en cuya parte alta funciona un círculo de alfabetización. Al subir nos encontramos con una habitación de piso de tierra a medio construir y llena de materiales de construcción, con una pared inexistente que conduce a una azotea abierta, sin bordes, con vista panorámica a El Agustino y su laberinto de cerros, casas, caminos, gradas, antenas y cables de televisión, ropas colgadas, gentes subiendo y bajando, atareadas en sus quehaceres.

El televisor y el VHS, aunque modestos, parecen aquí objetos de lujo. Al igual que la pizarra blanca, ubicada a un costado, sobre un atril.

La clase va de 4 a 6 de la tarde. Sandra, la facilitadora, tiene 25 años, terminó Administración de Empresas, recorrió todo Lima buscando trabajo y no lo consigue. Se inscribió en este programa como voluntaria y está descubriendo que le gusta enseñar. Hay otros facilitadores trabajando más arriba del cerro. La Municipalidad no les paga pero les trae en transporte hasta aquí y luego les recoge para llevarlos de vuelta hasta abajo.

De las 6 alumnas inscritas, hoy han venido 3. Ya las encontramos sentadas en la banca frente al televisor, el VHS y la pared inexistente con acceso a la azotea y vista a los cerros.

La señora Silvia, 54 años, trabaja de ayudante en un comedor. Las otras dos lavan ropa, una de ellas tiene una tienda. Viven en familia, con hijos y nietos.

Cuando vienen a estudiar, ¿a dónde dicen a sus familias que van?, pregunto.
-       “Voy a mis clases”, dice doña María.
-       “Voy al colegio”, dice doña Silvia. “Yo sí estuve en la escuela, dos años”

¿Y qué aprendió en la escuela?
- “Un poco de suma, las cinco vocales, ba-be-bi-bo-bu, ma-me-mi-mo-mu, pa-pe-pi-po-pu. Deletreando leo la Biblia, algo de libros, el periódico, revistas”.

Le pido que lea la portada interior de la cartilla ‘Yo Sí Puedo’. En el centro de esa página dice: “UN PROGRAMA PARA PONER FIN AL ANALFABETISMO EN LA AMÉRICA DE BOLÍVAR Y MARTÍ”. Al llegar a “ANALFABETISMO”, Doña Silvia se traba, no la puede leer.

-       “Es muy larga la palabra”, dice.

¿Alguna ha visto una computadora? ¿Les gustaría aprender a manejar una? Todas dicen que sus hijos y nietos saben usarla, ellas no. ¡Claro que les gustaría!

Son las 6 de la tarde, hora de cerrar. Al salir nos fijamos en un cartel escrito a mano, ubicado en la casa junto a la iglesia:

SE DEJA A CREDITO UNIFORMES COMO PANTALONES, FALDAS, CAMISAS Y CHOMPAS PARA PAGAR S/ 10.00 SEMANAL

El cartel es obra de estas mujeres, una colaboración de este círculo con una familia del barrio y su pequeña empresa familiar. Una muestra maravillosa de la utilidad social de la escritura, de su madera solidaria, de su función pública, de su relevancia para la reproducción de la vida.

Un poco más abajo, nos topamos con un café Internet. El rótulo, muy visible, pegado sobre la puerta de madera, abierta de par en par, invita a entrar:
INTERNET (1 SOL LA HORA)


Foto Diana Paredes
Seguimos bajando y fotografiando todo lo que hay para leer en un día cualquiera, con sólo subir o bajar por la escalinata. ¡Una mina de oro! Rótulos y anuncios a granel, en diversos tipos y tamaños de letra, con y sin dibujos, con y sin errores ortográficos. Placas con los nombres de las familias en las puertas de algunas casas, nombres de las calles y pasajes, leyendas pintadas en las paredes, grafittis, avisos, marcas de productos, anuncios comerciales, carteleras, propaganda electoral, el menú de un restaurante, etc. Mucho más y más útil que lo que ofrecen cartillas y textos para adultos. Si solo los programas de alfabetización y promoción de la lectura y la escritura tuvieran más en cuenta los contextos de vida de la gente, los textos reales que forman parte de su cotidianeidad, las oportunidades de leer y escribir que aguardan en cada esquina, en cada mirada llena de curiosidad.

Psje. Tayacaja 110
Imágenes prestadas
Fam. Huaringa Pomajulca

ESCAPE
RUTA DE EVACUACION

INCA KOLA
EL SABOR DE LO MISMO

SE VENDE CASA

HOY
Arroz chaufa
Alitas Broster

Limambulante
Lomo saltado
Papa revuelta
Pescado c/arroz
Milanesa arroz
Hamburguesa

Las Estrellas de la Cumbia
Baile y Artistas Invitados
domingo Mayo 5 pm

SE VENDE CERVEZA Y GASEOSA
POR MAYOR Y MENOR 
TELEFONO PUBLICO
NACIONAL E INTERNACIONAL

UBICACIÓN MESA DE SUFRAGIO
OLLANTA Presidente - Amor por el Perú
APRA Alan con el pueblo Presidente 

Referencias / Para saber más
-
Fe y Alegría Perú 
-
Método de alfabetización «Yo, Sí Puedo» (Wikipedia) 

Quito: Encuesta de Cultura Ciudadana

(actualización: 14 enero 2023)

El Centro Histórico de Quito fue declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad (8 septiembre 1978). Quito fue Capital Americana de la Cultura 2011. Desde hace varios años es miembro de la Red Internacional de Ciudades Educadoras. En 2018 fue aceptada en la Red Mundial de Ciudades del Aprendizaje del UIL-UNESCO. Es asimismo miembro de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO.

Quito es una bella ciudad, pero tiene serios problemas de «cultura ciudadana», como puso de manifiesto la Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC) aplicada en 2010 en esta ciudad. No contamos con una nueva ECC pero, a partir de varias fuentes parciales, confirmamos que varios de estos problemas se han agudizado en los últimos años. Actualizamos aquí la información y el análisis provistos en una versión anterior de este artículo.

Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC) aplicada en Quito en 2010

Antípodas de la violencia,
Desafíos de cultura ciudadana para la crisis de (in)seguridad en América Latina,
BID-Corpovisionarios, 2012.


Entre el 13 y el 22 de mayo de 2010 se aplicó en Quito la Encuesta de Cultura Ciudadana (ECC) de Corpovisionarios, organización creada por Antanas Mockus, dos veces alcalde de Bogotá, senador y excandidato a la presidencia de Colombia. La encuesta (54 preguntas) se aplicó a 1600 personas mayores de 18 años de diversos estratos sociales. La encuesta fue resultado de un convenio con el Municipio de Quito, con la participación de una encuestadora local y con apoyo del BID.

La ECC mide percepciones, actitudes y comportamientos de las personas en 13 ámbitos: Ley, Moral y Cultura, Sistemas reguladores del comportamiento, Movilidad, Tolerancia, Cultura Tributaria, Cultura de la Legalidad, Seguridad, Disposición a realizar acuerdos, Participación Comunitaria, Confianza, y Mutua Regulación o Regulación Social.

Corpovisionarios ha aplicado la ECC en 12 ciudades latinoamericanas: Bogotá y Medellín (Colombia), La Paz (Bolivia), Belo Horizonte (Brasil), México D.F. y Monterrey (México), Caracas (Venezuela) y Quito (Ecuador). En los últimos años la ha aplicado también en otras 10 ciudades de Colombia.

Por «cultura ciudadana» se entiende

el “conjunto de actitudes, costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas por los individuos de una comunidad, que permiten la convivencia y generan sentido de pertenencia. Incluye el respeto al patrimonio común y el reconocimiento de los derechos y deberes ciudadanos frente al Estado y a los demás ciudadanos”. Desde el punto de vista de la política y la gestión, el enfoque de «cultura ciudadana» propone trabajar por la (auto)regulación y la mutua regulación entre las personas antes que mediante el control y el castigo.

"En lugar de concentrarse en el incremento del control y el castigo, el enfoque de «cultura ciudadana» apuesta por la formación de ciudadanos con disposición y capacidad de autorregularse, así como con disposición y capacidad de regular a otras personas y de ser regulados por otras personas de forma pacífica.

Particularmente la mutua regulación se ha revelado como una herramienta muy poderosa en el cambio de comportamientos colectivos pues en ocasiones es más fuerte el deseo de ser aceptado por la comunidad o bien el miedo a ser rechazado, que el miedo a la sanción externa como una multa o la cárcel".

Generalmente se asume que los comportamientos problemáticos de los ciudadanos resultan de un determinismo económico (pobreza, desempleo, etc.) y se resuelven con sanciones y con fuerza policial. No obstante, más sanciones no necesariamente garantizan más respeto de las reglas de convivencia. Una ciudad con mayor densidad de policías por habitante que otra, puede ser significativamente más violenta.

Se atribuye por lo general al Estado el papel de guardián, represor y castigador de las transgresiones de los ciudadanos. No obstante:

a) El primero en cuidar su comportamiento es el propio individuo: el universo moral de cada uno determina qué es aceptable y qué no. A la mayoría de personas les resulta inaceptable matar. "No mentir, no robar, no ser ocioso" son preceptos transmitidos en el mundo indígena. Las personas se abstienen de matar, robar o mentir porque estos son principios de vida. El enfoque de «cultura ciudadana» le otorga al ciudadano la corresponsabilidad, compartida con el Estado, de crear y preservar la convivencia, respetar la ley y los derechos de los otros, así como las propias obligaciones.

b) Toda acción del Estado debe orientarse a la formación de ciudadanía, como estrategia de prevención o de contención. La «cultura ciudadana» es un enfoque transversal que actúa tanto en las dimensiones preventivas como coercitivas.

"Si reconocemos que el sustento del orden social es en última instancia la cultura, y si la «cultura ciudadana» de una comunidad es la garantía primera del respeto a la vida y a la integridad de las personas, entonces construir «cultura ciudadana» se convierte prácticamente en el objetivo central de las políticas de seguridad ciudadana (incluso de las coercitivas)".

La evidencia muestra que en los problemas juegan un papel importante las creencias y las actitudes de las personas, más allá de las condiciones socioeconómicas. No es suficiente con aumentar la capacidad policial, disminuir las desigualdades socioeconómicas o modificar las leyes.

El enfoque de seguridad en una agenda de construcción de ciudadanía («cultura ciudadana») reconoce tres niveles de regulación: la autorregulación, la regulación cultural (o social) en la interacción entre los ciudadanos, y la regulación legal. Un enfoque integral de seguridad debe contemplar los tres niveles. El desafío de la «cultura ciudadana» es lograr armonizar el sistema regulatorio legal, el cultural y el moral.

Existen asimismo tres impunidades: la impunidad moral, cuando la persona no se autorregula y no experimenta culpa al cometer una falta contra otras personas o contra la sociedad; la impunidad social, cuando alguien comete un acto reprochable y sus conciudadanos no lo condenan; y la impunidad legal.

«Cultura ciudadana» es un enfoque de política pública que busca promover el bienestar de la ciudadanía y la democratización de las ciudades mediante la transformación de los comportamientos. Reconocer al individuo como sujeto capaz de autorregularse y de ser regulado permite avanzar en una agenda de transformación cultural.

Una política de «cultura ciudadana» debe contribuir a la construcción y apropiación por parte de los ciudadanos de hábitos cívicos, es decir, de hábitos que tengan en cuenta la empatía, la preocupación por el otro.

Algunas medidas tomadas en Bogotá durante la administración de Antanas Mockus ilustran cómo una política de «cultura ciudadana» puede tener impacto en la seguridad de las ciudades. Programas como Vida Sagrada (que promovía el respeto a la vida humana a fin de reducir la validación social de la violencia), Plan Desarme (cuyo objetivo era disminuir la justicia por mano propia), Vacuna contra la Violencia (desarrollado a partir del hallazgo de que gran parte de la violencia en la ciudad se origina en la violencia intrafamiliar), y otros, alcanzaron resultados extraordinarios, entre ellos la reducción de la tasa de homicidios.

El análisis de seguridad que propone el enfoque de «cultura ciudadana» parte de la necesidad de comprender los comportamientos de los individuos y sus motivaciones para actuar comprendiendo los contextos sociales y culturales en los cuales se desarrollan y validan los comportamientos problemáticos.

No basta con informar sobre las normas. El proceso informativo debe acompañarse de un trabajo de cambio cultural en el que se involucre a los actores en la modificación de comportamientos y se les proporcione herramientas para llevarla a cabo.

9 problemas principales de cultura ciudadana en Quito

Los resultados de la Encuesta de Cultura Ciudadana aplicada en Quito, entregados a las autoridades de la ciudad en diciembre de 2010, destacaron nueve problemas principales de «cultura ciudadana» en esta ciudad:


1. Alta accidentalidad vinculada al tránsito.
2. Propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera.
3. Intolerancia a la diversidad o abierta discriminación.
4. Incumplimiento de la ley y de la legalidad.
5. Predisposición a la justicia por mano propia.
6. Posición favorable a portar armas para protegerse.
7. Indiferencia frente a la violencia intrafamiliar contra niños y mujeres.
8. Débil confianza interpersonal.
9. Desconfianza en la justicia y las autoridades judiciales.


Alta accidentalidad vinculada al tránsito
- En 2009 hubo en Quito 19 muertes por accidentalidad por cada 100.000 habitantes; casi dos tercios de las víctimas fueron atropelladas. En Bogotá en 2009 hubo 8 ó 9 muertes por accidentes de tránsito por cada 100.000 habitantes.
- En Quito las sanciones por exceso de velocidad y conducción en estado de embriaguez eran más fuertes que en otras ciudades; en La Paz y Bogotá se sancionaba con multas, en Quito con cárcel.
- Según el informe sobre seguridad ciudadana del OMSC (Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana) del Distrito Metropolitano de Quito la tasa de policías por 100.000 habitantes fue de 565 en 2009, una de las más altas de América Latina (en La Paz 287 en 2007, en Bogotá 148 en 2007). Sin embargo, la tasa de muertes en accidentes de tránsito en Quito sobrepasaba las cifras de los demás tipos de muerte por causa externa.
- El alcohol es uno de los principales factores de riesgo para los accidentes de tránsito, según la OMS, junto con el exceso de velocidad.

En 2010 los accidentes de tránsito producían la mayor cantidad de muertes por causas externas en Quito. Entre 2005 y 2009 hubo 2.061 casos, la mayoría de víctimas fueron hombres y jóvenes. La principal circunstancia en la que se producen las muertes por accidente de tránsito es el arrollamiento o atropellamiento. En 2009 murieron así 238 personas (59% de los casos).

El arrollamiento de peatones apareció como el principal problema de accidentalidad vial en Quito. La administración de la ciudad admitía que ésta ha sido planeada pensando en los autos, no en peatones ni en ciclistas. Los puentes peatonales se usaban poco y no estaban pensados para personas mayores, discapacitadas, mujeres embarazadas o niños. Solo 5 de los 98 pasos peatonales existentes entonces tenían rampas de acceso. La situación de los peatones y los pasos peatonales no ha cambiado mucho desde entonces.

Propensión a la pelea, la riña, la bronca callejera
- Las discusiones masculinas derivan fácilmente en golpes y agresión física. Los problemas se resuelven a menudo con las manos antes que con diálogo y negociación.
- En 2009 se registraron en Quito 223 casos de riñas; en 2010 fueron 281.
- Las principales causas de muerte violenta fueron las riñas (39%) y la venganza (29%). La venganza era en 2009 la tercera causa de homicidio; en 2011 pasó a ser la primera.
- Según la Secretaría de Seguridad del Municipio, la tasa de homicidios aumentó en Quito de 10,5 a 13,6 muertos por cada 100.000 habitantes.

Intolerancia a la diversidad y discriminación de ciertos grupos
- Las 8 ciudades latinoamericanas encuestadas mostraron alta intolerancia a drogadictos, alcohólicos, prostitutas y homosexuales, así como un rechazo alto de los narcotraficantes.
- En Quito 3 de cada 4 personas encuestadas dijeron que no quisieran tener como vecinos a prostitutas u homosexuales, 4 de cada 10 a enfermos de Sida, y 4 de cada 10 a colombianos, cubanos y rockeros.
- "El primer factor determinante en la percepción de seguridad de los quiteños es asumir el delito como algo ajeno: se culpa a los extranjeros por los problemas de la ciudad" dice el informe. La desconfianza hacia los provincianos («chagras»)K_- creció a raíz de la masiva migración campo-ciudad en las primeras décadas del siglo XX.
- Una encuesta nacional realizada por FLACSO-Ecuador en 2014 sobre actitudes y percepciones de los ecuatorianos en torno a política internacional ratificó que "El ecuatoriano mira con recelo al extranjero" (El Comercio, 7 nov. 2015). Estados Unidos es el país con la opinión más favorable.

Incumplimiento de la ley y la legalidad
- Quito mostró la mayor disposición a desobedecer las leyes entre las 8 ciudades latinoamericanas estudiadas.
- En todas las ciudades encuestadas la principal justificación para violar la ley es ayudar a la familia («familismo»); la aprobación de la violación de la ley para ayudar a un familiar es mucho más fuerte que la disposición a hacerlo debido a la percepción de impunidad.

Predisposición a la justicia por mano propia
- Quito obtuvo el porcentaje más alto de predisposición a ejercer justicia por mano propia entre las ciudades latinoamericanas encuestadas.
- “Cuando los ciudadanos atrapan a un ladrón deberían darle una golpiza”. 54% de los encuestados en Quito dijo que sí (40% en La Paz y 37% en Caracas y Belo Horizonte).
- “Cuando los policías atrapan a los delincuentes deberían matarlos”. Quito volvió a tener el porcentaje afirmativo más alto: 20% (11% en Belo Horizonte, 12% en Caracas y La Paz, 10% en México D.F. y Monterrey. 10% es el promedio entre las ciudades latinoamericanas).
- El informe de la encuesta considera «alarmantes» estos datos de Quito, al compararlos con los de las otras ciudades.

Posición favorable a portar armas para defensa personal
- Quito y La Paz registraron los porcentajes más altos de posición favorable al porte de armas: 4 de cada 10 personas en La Paz y 3 de cada 10 en Quito, en este último caso predominantemente entre los hombres (36%) y los jóvenes entre 23 y 32 años (38%).
- Según el Informe de Calidad de Vida de Quito Cómo Vamos en 2021 las muertes provocadas por armas de fuego se incrementaron en un 119%.

Indiferencia ante la violencia contra niños y mujeres
- "Si usted observa a su vecino(a) golpeando a su hijo: a) interviene para detener la agresión, b) llama a una autoridad, c) prefiere no meterse y no hace nada". El promedio de las respuestas en las 8 ciudades encuestadas mostró que se acude más a la autoridad (52%), luego a la intervención directa (25%) y en tercer lugar no se hace nada (21,41%).
- En Quito fue más alta la indiferencia que la disposición a llamar a la autoridad o a intervenir.

- "Si usted observa a su vecino dando una golpiza a la esposa: a) interviene para detener la agresión, b) llama a alguna autoridad, c) prefiere no meterse y no hace nada". Quito obtuvo el porcentaje más bajo de llamar a la autoridad (27%).
- Quito venía teniendo un crecimiento preocupante de violencia intrafamiliar contra la mujer en 2006-2009. La causa principal de dicha violencia era los celos.
- La violencia contra las mujeres es alta y persistente en el Ecuador. La violencia es mayor contra las mujeres indígenas y con menor nivel de escolaridad. En 2004, las mujeres con 0-3 o 4-6 años de escolaridad tenían probabilidades significativamente mayores de ser agredidas por la pareja o expareja que las mujeres con 12 o más años de escolaridad (Violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe, Análisis comparativo de datos poblacionales de 12 países, Washington, DC: OPS, 2014).

Guagua botado, Omar Arregui - Quitomas

- La violencia contra los niños y niñas es alta en el Ecuador y viene creciendo, no solo en el ámbito familiar sino también en el ámbito escolar. Según el informe "Situación de la Niñez y Adolescencia en Ecuador: Una mirada a través de los ODS" (UNICEF, 2018), 3 de cada 10 niños y adolescentes sufren castigo físico de sus padres, 1 de cada 4 recibe trato violento de sus profesores, 1 de cada 5 padece bullying, 40 niñas entre 10 y 14 años dan a luz cada semana, y 1 de cada 4 niños y niñas menores de 5 años padece desnutrición crónica.

Desconfianza interpersonal
- 7 de cada 10 personas en Quito dijeron desconfiar de los demás.
- La desconfianza interpersonal es un problema latinoamericano. América Latina es la región más desconfiada del mundo, según destacó el Latinobarómetro 2018.

Desconfianza en la justicia y las autoridades judiciales
- En promedio, en las 8 ciudades encuestadas solo el 15% de los ciudadanos dijo confiar en los órganos de justicia y 20% en los jueces. Fue mucho más alta la confianza en la policía que en los jueces.
- En 2014, solo 47.4% de las personas en el Ecuador confiaba en que el sistema de justicia castigaría al culpable (LAPOP, Barómetro de las Américas, 2014).

- La desconfianza en la justicia refuerza la validación social de la justicia por mano propia.
- En todos los países de América Latina hay descoordinación entre las autoridades de seguridad y justicia. "Los celos institucionales y políticos (debidos a tensiones partidistas) hacen que las políticas en este campo, que deberían ser públicas y de Estado, apenas sean de gobierno y en algunos casos de partido".

Percepción negativa de la seguridad en Quito
- La encuesta mostró una percepción negativa de la seguridad en Quito. Las personas encuestadas calificaron a Quito con un 2.27 en seguridad de la ciudad (1 muy insegura, 5 muy segura).
- La Paz fue calificada con 2,26 por los paceños y el problema mayor identificado fue el alcohol.
- Monterrey obtuvo el índice más bajo de todas las ciudades encuestadas (1,7), debido al crimen organizado y al tráfico de drogas.
- La principal causa de inseguridad en Quito fue atribuida a la delincuencia común, seguida -en este orden- de indiferencia de la gente, consumo de drogas y alcohol, crimen organizado y tráfico de drogas, y desconfianza en los organismos de seguridad del Estado (17% este último).
- La principal preocupación de inseguridad fueron los hurtos, los cuales afectaban sobre todo a los estratos bajos y a los hombres jóvenes.
- Los encuestados afirmaron que la seguridad privada sí funciona y pedían patrullaje a las autoridades.
- Quito mostró un alto grado de victimización, el más alto después de Ciudad de México. 44% de los encuestados dijeron haber sido víctimas de algún delito en 2009 y 52% haber vivido con una víctima, en especial de robo en la calle (55%) y en la residencia (19%).

Preguntas necesarias para orientar la acción

Frente a los problemas de cultura ciudadana identificados por la Encuesta de Cultura Ciudadana en Quito cabe plantear una serie de preguntas:

▸ ¿Qué incidencia tienen en dichos problemas la familia, la comunidad, el sistema educativo, los medios masivos, la cultura política y los políticos, las organizaciones sociales, las instituciones religiosas, el Estado, los organismos internacionales?

▸ ¿Qué políticas y medidas deben ponerse en marcha para lidiar con las condiciones que alimentan la inseguridad, la violencia fisica y verbal, la desconfianza en la justicia, en las instituciones y en las personas, el desprecio por la vida y por las leyes, la violencia contra los niños y contra las mujeres, la violencia sexual, la homofobia, la xenofobia y las discriminaciones de todo tipo?

▸ ¿Qué espacios culturales, deportivos, recreacionales, de creación, expresión y participación es preciso crear, potenciar o aprovechar en la ciudad?

▸ ¿Qué información, formación y capacitación requieren los políticos, los empresarios, los servidores públicos, los profesores, los periodistas, los dirigentes de toda clase, los padres y madres de familia, los vecinos, los policías, los choferes, los proveedores de servicios, la población en general?

▸ ¿Qué clase de educación y qué cambios se requieren en el sistema escolar (público y privado), en la familia, en la comunidad, en los medios de comunicación?

▸ ¿Qué reglas de convivencia social es posible y necesario establecer, qué buenas prácticas es posible identificar, investigar, documentar y difundir?

▸ ¿Qué están haciendo o pueden hacer respectiva y articuladamente el municipio, el gobierno central, la ciudadanía organizada?

Cultura ciudadana y educación
Omar Arregui - Quitomas


Los problemas y las soluciones atañen a toda la sociedad y no solo a la sociedad adulta. Problemas y soluciones son de diversa índole: políticos, económicos, sociales, culturales, éticos, ideológicos, comunicacionales, educacionales, pedagógicos. Por tanto, no pueden ser encarados por una única institución ni solo a través de campañas mediáticas. Se requiere información y sensibilización a todos los niveles e intervenciones inteligentes y duraderas.

Violencia, maltrato, desconfianza, intolerancia, indolencia, insolidaridad, son comportamientos que se aprenden y afianzan cotidianamente en todos los espacios: en la familia, en el barrio, en el grupo de amigos, en la escuela, en los medios de comunicación, en internet, etc.

Es fácil atribuir todos los problemas a la educación y endilgar las «soluciones» al sistema escolar. Pero la escuela sola no puede y no todo se resuelve con educación. Construir ciudadanía no es algo que se logra con un programa de «educación ciudadana» , reincorporación de asignaturas como cívica o ética, y profesores para enseñarlas en las aulas. Se trata no solo de educar para la ciudadanía sino en el ejercicio de la ciudadanía.

La calidad de la educación no se percibe a cabalidad en las pruebas ni en los ránkings escolares sino en la calidad ciudadana y en la calidad de la convivencia social.

La misión de la educación es contribuir a formar ciudadanos - niños, jóvenes y adultos -, personas amables, respetuosas, empáticas, serviciales, conscientes de sus derechos y obligaciones, capaces de comprender y ejercer los principios del Buen Vivir: armonía con uno mismo, con los demás, y con la naturaleza.

Una ciudad educadora no solo invierte en educación, escuelas, libros, computadoras, plazas, parques. Una ciudad educadora desarrolla cultura ciudadana.

En contraposición a esta visión fatalista sobre el comportamiento y las intenciones de las personas, la experiencia que los ecuatorianos vivieron el 30 de septiembre de 2010 sobresale por la evidencia del alto nivel de civismo y respeto que mostró la gran mayoría de ellos en una situación tan excepcional de orden público.

Así pues, el sustento del orden social y la convivencia no radica en la capacidad del Estado para regular o sancionar a las personas; es más bien la apropiación colectiva de reglas y normas sociales de respeto entre ciudadanos lo que los hace posibles.

* Una versión anterior de este artículo fue publicada en ALAI 28/07/2011
https://www.alainet.org/es/active/48334

Referencias nacionales
- Municipio de Quito https://www.quito.gob.ec/
- Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana http://www.omsc.quito.gob.ec/
- Quito Cómo Vamos https://quitocomovamos.org/
- ‘En Quito debemos reconstruir los valores’: entrevista a Augusto Barrera, Alcalde de Quito, por Rubén Darío Buitrón, El Comercio, Quito, 26/12/2010.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/debemos-reconstruir-valores.html
- ‘Un problema en Quito es la intolerancia a la diversidad'. Entrevista a Antanas Mockus por Dennis Rodríguez, Corresponsal en Bogotá, El Comercio, Quito, 05/01/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/problema-quito-intolerancia-a-diversidad.html
- Poca tolerancia en Quito, editorial El Comercio, Quito, 05/01/2011.
https://www.elcomercio.com/opinion/editorial/tolerancia-quito.html
- Antanas alerta, Gonzalo Ruiz Alvarez, El Comercio, Quito, 07/01/2011.
https://www.elcomercio.com/opinion/antanas-alerta.html
- ‘La inclusión de las minorías se debe promover desde el hogar’, entrevista a Antanas Mockus por María Amelia Viteri, El Comercio, Quito, 21/01/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/inclusion-de-minorias-se-debe.html
- 5 muertes violentas por venganza cada mes, El Comercio, 18/07/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/seguridad/muertes-violentas-venganza-mes.html
- La riña es muy común en Quito, El Comercio, Quito, 07/02/2011.
https://www.elcomercio.com/actualidad/quito/rina-comun-quito-1.html
- INEC, Encuesta nacional sobre relaciones familiares y violencia de género contra las mujeres, Nov. 2019.
https://www.ecuadorencifras.gob.ec/documentos/web-inec/Estadisticas_Sociales/Violencia_de_genero_2019/Documento%20metodologico%20ENVIGMU.pdf
- El insulto político en el Ecuador, su historia y sus abanderados, GKEcuador, 05/08/2019
https://gk.city/2019/08/05/insulto-politico-ecuador/
- La desigualdad hace desconfiados a los latinoamericanos, El País, Madrid, 09/10/2019.
https://elpais.com/elpais/2019/10/08/planeta_futuro/1570552365_222520.html?ssm=TW_AM_CM&hootPostID=83f8bf2f78ad496fad8f49ed2193eb4c

Para saber más sobre Cultura Ciudadana
- Antanas Mockus https://es.wikipedia.org/wiki/Antanas_Mockus
- Antanas Mockus, Comunicación intensificada y cultura ciudadana: caso Bogotá https://biblio.flacsoandes.edu.ec/catalog/resGet.php?resId=17540
- Corpovisionarios: Cultura Ciudadana: Innovación para aprender a vivir juntos
https://hojasdeinspiracion.com/cultura-ciudadana-innovacion-para-aprender-a-vivir-juntos/
- Antanas Mockus, Cultura ciudadana, programa contra la violencia en Santa Fe de Bogotá, Colombia 1995-1997. Estudio Técnico, Washington D.C, julio 2001
https://web.archive.org/web/20050514024627/http://www.iadb.org/sds/doc/Culturaciudadana.pdf
- Guía práctica de cultura ciudadana. Documento construido para el Programa de gobernabilidad local-PNUD
https://es.scribd.com/document/14741154/Guia-Practica-de-Cultura-Ciudadana
- Ciudadanos, Ciudadania y Cultura Ciudadana, enero 15, 2010.
https://www.slideshare.net/gabrielacofre/ciudadanos-ciudadania-y-cultura-ciudadana-2925328
- Cultura ciudadana en Medellín, El Tiempo, Bogotá, 17 junio 2019
https://www.eltiempo.com/colombia/medellin/cultura-ciudadana-en-medellin-como-ciudad-inteligente-376624
- Corpovisionarios, Resultados de Medición de Cultura Ciudadana en Monterrey, México, 2012
https://convenioandresbello.org/cab/wp-content/uploads/2020/09/Medicio%CC%81n-Monterrey-2010_2012-Evento-Pu%CC%81blico-viernes-07-12-2012.pdf
- Presidencia Uruguay, Primera encuesta de cultura ciudadana y convivencia en Uruguay destaca valores sociales, 10/04/2013
https://www.gub.uy/presidencia/comunicacion/noticias/primera-encuesta-cultura-ciudadana-convivencia-uruguay-destaca-valores

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Madre Tierra


Silvio Alvarez


¡Ahí viene la Ecología!, ¡Ahí viene la Ecología!”, empiezan a gritar los niños ubicados junto al portón de entrada, al vernos llegar a la escuela, escuela pública, rural, en la Sierra Gorda de Querétaro, México.

“La Ecología” está encarnada en el joven a quien acompaño, encargado de guiarme en esta visita y Monitor Comunitario de un organismo no-gubernamental dedicado al tema ecológico que viene trabajando varios años en la zona con diversos programas orientados a generar acciones y conciencia ecológica, primero a nivel comunitario y, más recientemente, con un trabajo directo en las escuelas. En estas últimas, el programa es acordado mediante convenio con el director o directora de cada plantel: cada viernes, un Monitor llega a la escuela y realiza diversas actividades con los distintos grupos de alumnos. Sus herramientas didácticas son, esencialmente, su propia voz y una guitarra, además de una serie de materiales y juegos didácticos diseñados dentro del programa. También se hacen actividades fuera del aula y fuera de la escuela, excursiones y jornadas para plantar árboles, recoger la basura, etc.

Los días viernes -“Viernes Ecológicos”, como se los llama- se han convertido así en un día muy especial y muy esperado por los niños. No está claro, sin embargo, cómo lo esperan y viven los maestros de planta de la escuela... Por más que se diga que el Monitor alivia su trabajo y les permite algún tiempo libre cada viernes, el ingreso a la escuela de un agente externo siempre es conflictivo, más si irrumpe de este modo, como portador ocasional de lo novedoso, de lo no sujeto a la rutina diaria y a las normas implacables del programa de estudios y de la evaluación. En cuanto al director, con quien nos reunimos antes de pasar a las aulas, sólo tiene alabanzas para el programa y agradecimientos para la ONG que lo coordina y los organismos nacionales e internacionales que lo financian.

Cortejados por los niños, entramos a un salón de clase. Allí, el monitor da rienda suelta a la guitarra y entona diversas canciones de contenido ecológico -canciones que da gusto escuchar y cantar- coreadas a viva voz por los niños. El joven se maneja muy bien con ellos, tiene buena voz y hasta se diría que toca bien la guitarra. Investido de Monitor Comunitario, es en verdad maestro, maestro graduado hace poco de la Escuela Normal de la zona, a quien la ONG reclutó y capacitó en el tema ecológico antes de incorporarlo al equipo junto con otros doce jóvenes maestros, de ambos sexos. Cada uno de ellos atiende un determinado número de escuelas, según un calendario y una distribución de tareas perfectamente sincronizados. 

En el camino hacia la siguiente escuela, el Monitor y otra persona del equipo que nos acompaña me van contando más sobre el programa y sus logros. La población de la zona ha desarrollado una importante conciencia ecológica. Uno de los frentes más exitosos y nombrados es el de la basura y la limpieza: se han creado centros de acopio y reciclado, ya no se ven basuras ni en las escuelas ni en los espacios públicos. La propia carretera -sobre la que llaman una y otra vez mi atención- no tiene un sola basura a los costados. Hay aquí un trabajo prolongado, sistemático, casi misionero, en torno a la ecología y, en particular, un fervor militante en torno a la protección del medio ambiente, la “madre tierra”, como la llaman.

Al llegar a la siguiente escuela, encontramos a otro Monitor trabajando en un aula con juegos didácticos y libros infantiles, mientras otro trabaja con los niños en una pequeña huerta. La directora comenta orgullosa acerca de la limpieza de su escuela y me desafía a que encuentre una sola basura tirada en el suelo. Al término de la visita, mientras converso con ella, le concedo la victoria y anoto esta vivencia, con satisfacción, en mi cuaderno.

Y entonces, por donde menos se la esperaba, sobreviene la calamidad. A punto de despedirnos, pido un baño. La directora se apresura a facilitarme, del cajón de su escritorio, un rollo de papel higiénico. Al entrar al inodoro, el olor me deja mareada; hay caca untada en todas las paredes del baño. A falta de papel higiénico, o de algo equivalente, los niños se arreglan evidentemente como pueden. Afuera les esperan unos lavaderos para lavarse las manos.

Durante el camino de regreso, comento a mis guías lo visto y vivido en el baño de la escuela: la caca -tema tabú por excelencia- se convierte en tema central de conversación. La escuela rural, con sus patrones semi-urbanos de arquitectura y convivencia, deja a los niños rurales suspendidos entre dos mundos: les pone el inodoro que no tienen en sus casas pero no les pone papel y les quita, en cambio, los recursos tradicionales -hojas de las plantas, cáscaras, la tusa del maíz, un recipiente de agua al alcance- con que cuentan y a los que recurren diariamente en su hogar y en su medio.

La carretera parece un espejo, las escuelas están inmaculadas por fuera, pero baño adentro -donde se juegan cuestiones importantes y sensibles no únicamente de higiene sino de dignidad de las personas- las paredes están tapizadas de color marrón, en distintas capas y matices. ¿No es éste, también, un tema ecológico?, pregunto a mis anfitriones. ¿Acaso importa más la limpieza del suelo que la de los niños, la preservación y el bienestar de la madre tierra que la preservación y el bienestar de sus hijos?

No sé por qué, al bajarme del vehículo y despedirme, ya en la sede del programa, de todo el equipo, tuve la sensación de que me había convertido, súbitamente, en una detractora de la causa verde y en una visitante non grata.  

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Por qué las y los maestros están llamados a ser los primeros defensores de los derechos de niñas y niños


Toda persona adulta debe respetar y hacer respetar a niñas y niños. Pero, sobre todo, las y los maestros. No únicamente porque son adultos y porque son maestros de niños, sino por propio interés. No solo por razones éticas y morales, sino laborales y profesionales. Porque al defender los derechos de los niños, están defendiendo sus propios derechos como educadores. La baja valoración social y profesional de maestras y maestros, sobre todo de quienes trabajan en los niveles inferiores del sistema escolar, está íntimamente relacionada con la baja valoración que tienen niños y jóvenes en nuestras sociedades.

La educación y la enseñanza son mal comprendidas y poco valoradas. En esto inciden la desvalorización del propio campo (la educación), de los sujetos que enseñan (los educadores) y de los aprendices (niños, jóvenes, adultos).

El campo de la educación La educación tiene poca atención como campo de investigación e intervención; continúa debatiéndose si la educación y la pedagogía pueden considerarse campos científicos; la educación no goza del mismo respeto y estatus que tienen otros campos profesionales (como la medicina, la economía o las finanzas); todos se consideran expertos en educación, habilitados para opinar, juzgar y tomar decisiones que requieren conocimiento especializado y experiencia profesional específica. El derecho a la educación se concibe generalmente como derecho al acceso, no a la calidad de la educación ni al aprendizaje.

La actividad de enseñar La enseñanza es una actividad delicada y demandante, especializada, de enorme responsabilidad y entrega, llena de desafíos, que implica aprendizaje permanente, y no reconocida como tal por la mayoría de las personas; se piensa que enseñar es cuestión de paciencia y de sentido común, que el aprendizaje de los alumnos se da automáticamente como respuesta a la enseñanza, sin requerimientos de ninguna índole.

Los educadores Varios factores contribuyen al bajo prestigio y valoración de los educadores en la actualidad (además del bajo prestigio de la educación y de la enseñanza como campos de saber e intervención):

(a) su origen social y su situación económica: la mayoría de maestros en nuestros sistemas escolares proviene hoy de sectores de ingresos medios y bajos, sus condiciones de vida y de trabajo lindan con la supervivencia en muchos países;

(b) su nivel educativo y la calidad de su formación profesional: tanto su trayectoria escolar como profesional son a menudo deficitarios, insuficientes; muchos maestros carecen de títulos habilitantes;  

(c) su condición de género: la mayoría de educadores en los sistemas escolares, especialmente en los niveles inicial y básico, son mujeres, víctimas de la subordinación y la discriminación a la que son sometidas las mujeres en todas las sociedades.

Los educandos Los educandos en el sistema escolar son mayoritariamente niños y jóvenes, los grupos más vulnerables y dependientes de la sociedad. Típicamente, la sociedad adulta se mueve con la idea de que los niños no saben (puede ponérseles en manos de cualquier educador), no piensan (asumirán pasivamente las verdades del maestro y de la escuela), no disciernen (no podrán diferenciar el buen y el mal maestro, el buen o el mal libro, la buena o la mala escuela), no preguntan (no requieren profesores bien informados, actualizados), no reclaman ni se organizan (aceptarán lo que se les dé, incluyendo maestros sin experiencia, sin formación, mal remunerados). En definitiva, si los niños no tienen derechos, quienes les enseñan tampoco.  

Mientras la sociedad adulta no valore y respete a niños y jóvenes, no valorará suficientemente  su educación, capacitación y formación. Son pues los propios educadores los mejor posicionados y los más interesados en levantar la bandera de los derechos infantiles, los cuales incluyen los derechos de todos quienes les ayudan a crecer y a desarrollarse como personas y como ciudadanos.  

* Incluido en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes, Editorial Paidós, Buenos Aires-Barcelona-México, 2000.

Los contorsionistas (A propósito de habilidades y talentos)

Lorenzo Mattotti


Nunca llegué a ver la foto, pero la tengo revelada dentro de mi cabeza: los dos niños, adelante y en el centro, despatarrados frente a nosotros y frente a la cámara de fotos, y toda la escuela alrededor de ellos, niños y niñas felices, divertidos con el espectáculo y orgullosos de posar frente a la cámara. No llegué - repito - a ver la foto, pero la tengo grabada en mi memoria como una vivencia que merece ser compartida.

Pequeña escuela pública ubicada en un barrio empinado y pobre de Quito. No bien entramos, varios niños corren y se agolpan, curiosos, alrededor de nosotros, los visitantes. Alguien descubre la cámara y todos empiezan a pedir que les fotografiemos. El fotógrafo tiene un único rollo, seguramente reservado para tomas importantes, para la reunión posterior con las autoridades, para las demás paradas incluidas en esta visita al barrio. Los niños insisten, pero él no se da por aludido.

Después de conversar un poco, nos disponemos a avanzar para cumplir con las actividades programadas en la escuela. Súbitamente, dos niños se abren paso, hacen campo en el piso de cemento del patio y se tiran al suelo para hacer contorsiones ante nuestros ojos. Expedito, el fotógrafo se apresta, ahora sí, a fotografiar. Los contorsionistas han logrado su propósito: atraer la atención y la admiración de los visitantes y provocar a la cámara. La foto debe mostrar seguramente lo que yo recuerdo con nitidez: la cara de felicidad de estos niños, mostrando orgullosos a propios y extraños sus habilidades de contorsionistas. Centro de atención y de admiración por un instante, la foto tiene precisamente el poder y la magia de captar y preservar instantes que pueden cambiar una vida.

El profesor de Educación Física, presente e hinchado de orgullo, ha hecho seguramente por estos niños más que sus colegas de Lengua, Matemáticas, Ciencia Sociales o Ciencias Naturales. Les ha ayudado a descubrir y valorar sus cuerpos como cultura y como obras de arte, a saber y creer que son buenos para algo, a confiar en sus propias capacidades, a encontrar un punto de apoyo desde el cual poder sentirse seguros y despegar.

No debería ser utópico pensar en escuelas donde niños y jóvenes sean estimulados, desde pequeños, a desarrollar y mostrar sus habilidades y talentos, cada cual en su especialidad: contorsionarse, inventar historias, silbar, realizar trucos, destrabar trabalenguas, leer en voz alta, dibujar, pintar, recitar, cantar, bailar, escribir al revés, saltar la soga, contar chistes, hacer muecas, imitar sonidos de animales, dar volteretas, rodar aros, jugar con la pelota, ayudar a los demás, coleccionar piedras, clasificar hojas, armar y desarmar artefactos, memorizar nombres, hacer sombras chinas con las manos, contar hasta 30 sin respirar... Identificar lo que cada uno puede y le gusta hacer, y ayudarle a construir a partir de ahí sus aprendizajes y certezas, debería ser la misión por excelencia de la escuela.


* Incluido en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes, Editorial Paidós, Buenos Aires-Barcelona-México, 2000.

Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”



Colección Paideia Latinoamericana, Nº 1, CREFAL, Pátzcuaro, 2007 

México D.F., 28 febrero 2008

Me da mucho gusto estar aquí en la presentación de este nuevo libro de Emilia Ferreiro, Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos, primero de la serie Paideia Latinoamericana iniciada por el CREFAL para poner de relieve la producción de autores destacados de América Latina y el Caribe en los campos de la alfabetización y de la educación de adultos.

Este libro, de casi 450 páginas y una fina edición, hilvana un conjunto de textos hasta hoy dispersos, escritos a lo largo de más de dos décadas, entre 1983 y 2006, y organizados en cuatro capítulos: trabajos de investigación sobre niños y adultos, el impacto que vienen teniendo las modernas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) sobre la lengua escrita y sobre la definición de quién es hoy la «persona alfabetizada», reflexiones sobre políticas públicas de alfabetización, y la adquisición de la lengua escrita como objeto cultural.

De las varias entradas y lecturas posibles que pueden hacerse en torno a la obra de Emilia y a este libro en particular, he optado por ubicar mis comentarios en dos planos en los que trabajo desde hace muchos años: la educación básica de jóvenes y adultos, y las políticas educativas tanto a nivel regional como mundial.

Emilia fue mi maestra, hace ya cerca de treinta años, aquí, en México, ambas extranjeras en este país, cuando yo cursaba un Doctorado en Lingüística y me formaba como lingüista y ella acababa de publicar su primer libro, Los sistemas de escritura en el desarrollo del niño, que por cierto leí de un tirón, como se lee un cuento fantástico o una novela de misterio. Quedé, desde entonces, tocada por su vara. Y enganchada con sus ideas y su incesante producción. Hoy, me precio de ser su amiga, pero no he renunciado a mi privilegiada condición de discípula. A Emilia le debo haberme ayudado a descubrir en la lectura y la escritura un mundo maravilloso e inagotable para la curiosidad, la investigación, el aprendizaje, la sorpresa, la subversión, el juego. Como a mí, su obra ha tocado a millones de personas en nuestra región y en todo el mundo.

Este libro es una excelente primera piedra para una colección, y una oportunísima y renovada invitación a la reflexión para todos nosotros en el momento actual en el que se reactivan los compromisos alfabetizadores a nivel mundial, y en América Latina y el Caribe concretamente, y en el que viejos preceptos y nuevas tecnologías han empezado a convivir incómodamente, generando nuevos espejismos, oportunidades y desafíos para la educación, y para el desarrollo de la comunicación escrita.

En medio del laberinto de planes, políticas y programas de alcance mundial, hemisférico, iberoamericano, regional y nacional, Emilia resurge como una voz autorizada y vigente, volviendo a poner el dedo en la llaga, informándonos y alertándonos sobre algunos de los cambios que están trayendo las nuevas tecnologías a la lectura y la escritura, especialmente de niños y jóvenes, y recordándonos una serie de cuestiones que reiteradamente vuelven a olvidarse, o simplemente continúan sin asumirse, en el campo de la alfabetización.

No una cita aislada, sino toda la obra de Emilia, es de hecho un cuestionamiento a la propia existencia de un mundo dividido simplistamente en analfabetos y alfabetizados, analfabetos puros y funcionales, y, más recientemente, analfabetos digitales, categorías que continúan repitiéndose sin pensar y sin cesar en el discurso y en la práctica, y que borran de un plumazo la investigación y el conocimiento desarrollados a lo largo de varias décadas en torno a la adquisición y el desarrollo de la lengua escrita, tanto entre niños como entre adultos.

En una época de grandes desigualdades, grandes cambios y grandes desafíos para la humanidad y para la propia educación, vemos cómo se desperdician y desprecian el pensamiento y el conocimiento, y se opta continuamente por la improvisación, las fórmulas simples, el recetario, el más de lo mismo. Esta vía no nos está conduciendo a ningún lado, como lo muestran una y otra vez las pruebas nacionales e internacionales destinadas a medir competencias en lectura y escritura entre la población estudiantil, y como lo reiteran los informes anuales de seguimiento de la iniciativa mundial de Educación para Todos, lanzada en 1990 en Jomtien, Tailandia. No sólo no se están logrando los avances esperados sino que se están dando estancamientos y hasta retrocesos, no únicamente en términos estadísticos sino sociales, pedagógicos, de contenidos, resultados e impacto de las acciones emprendidas y las reformas adoptadas.

Los sujetos de aprendizaje, niños y adultos, van quedando sepultados bajo el peso de las estadísticas y de los indicadores que renuncian a medir todo aquello que no es fácilmente observable y cuantificable. Las personas cuentan como estadísticas, no como sujetos de derecho y de aprendizaje.  La calidad de la educación - en el marco de las metas de la Educación para Todos (EPT) – ha pasado a medirse como «supervivencia al quinto grado», dentro del Indicador de Desarrollo de la EPT introducido por la UNESCO a partir de 2003. La educación primaria, que solía tener seis o siete años, ha pasado a tener cuatro (los cuatro establecidos, sin fundamento, como umbral para pasar del analfabetismo absoluto al funcional). La tasa de matrícula sigue confundiéndose con educación primaria universal, la tasa de alfabetización con uso efectivo de la lengua escrita, y la distribución de computadoras con acceso a la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento.

En este contexto, los recordatorios de Emilia Ferreiro, presentes en este libro y en toda su obra, vuelven a resonar con fuerza. Lo que debe estar en el centro son los sujetos de aprendizaje y el aprendizaje mismo. Aprender a leer y escribir sigue siendo una necesidad básica de aprendizaje en el mundo actual, y más esencial que nunca. El aprendizaje de la lengua escrita es un continuo y no solamente una etapa, y no empieza el primer día de escuela sino mucho antes, en el seno de la familia. Niños y adultos son personas inteligentes que saben mucho antes de que alguien decida alfabetizarles formalmente. La escuela y el número de años de escolaridad no garantizan necesariamente la alfabetización, como tampoco la ausencia de escolaridad implica automáticamente analfabetismo. No existen dos etapas – una mecánica de aprender a descodificar y garabatear, y otra posterior e inteligente de leer y escribir comprensiva y provechosamente  – sino un solo proceso inteligente y creativo de principio a fin. No existe EL método de alfabetización ni éste se reduce a un repertorio de técnicas. Leer y escribir son parte de un mismo proceso y requieren tratarse de manera integral. Letras y números pertenecen a diferentes galaxias, y no deben ser mezclados a antojo en el proceso de enseñanza. Enseñar y aprender a leer y escribir pueden ser procesos fascinantes y no la experiencia torturante y frustrante que viene siendo para millones de niños y adultos en todo el mundo.

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