Facundo Cabral, cantor

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@facundocabral
Rosa María Torres

"Cantante es el que puede, cantor es el que debe"


Iba a tomar el microbus del hotel que lo llevaría hacia el aeropuerto, pero aceptó el aventón del empresario nicaragüense que le contrató para dar una serie de conciertos en Guatemala y Nicaragua. Y así le sorprendió la muerte, con toda la violencia y la saña de que son capaces los sicarios y los narcos, con despliegue de vehículos, armas, sangre fría.

Cabral fue asesinado hoy. "Vagabundo first class", como se autodefinía, hombre bueno, sencillo, espiritual, bohemio, autodidacta, cantor de la vida y de la libertad, amigo de la Madre Teresa, "Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires", "Mensajero Mundial de la Paz" de la UNESCO en 1996 y candidatizado al Premio Nobel de la Paz en 2008.

En entrevistas en distintos lugares y momentos había dicho que imaginaba morir en Londres, Buenos Aires, Mar del Plata, Quito o Chicago. Pero fue en Guatemala - uno de los diez países con más asesinatos en el mundo - y en circunstancias que posiblemente nunca imaginó. Su muerte conmociona y convoca a una lucha sin tregua contra la violencia.

Homenaje a Facundo Cabral - Bonil, Ecuador
Mundialmente conocido por algunas de sus canciones más famosas como "Vuele bajo", "No soy de aquí ni soy de allá" (más de 700 versiones en 28 idiomas) o "No estás deprimido, estás distraído", muchos crecimos con Cabral, con sus canciones que explicaban injusticias, sacudían rebeldías y humanidades.

Patrimonio cultural y político de la Argentina y de América Latina toda, merece ser conocido y escuchado por los jóvenes de hoy y por los adultos que no lo conocieron antes.

Su vida - historia de fenomenales durezas y resiliencias - tiene enseñanzas importantes para todos. Muestra formas alternativas de pensar, ser, convivir y hacer, con coherencia, con poesía, con música, con desparpajo, con buen humor.

Sus canciones, sus entrevistas, sus historias, desbordan ese especial 'sentido común' nada común que ilumina lo invisible y desafía las convenciones.

Nuestro homenaje a Facundo Cabral, ser humano, poeta y trovador cuya vida fue pareciéndose cada vez más a sus canciones, como le había dicho su madre antes de morir.

Quito, 9 julio de 2011
(Día de la Independencia de Argentina)


Frases tomadas y organizadas a partir de @Cabralquotes y de algunas de sus canciones

Mi vida 

"No soy de aquí, ni soy de allá".
"Fui analfabeto hasta los 14 años. Por eso cuando me dicen ‘no puedo’, yo les digo ‘no jodas’".
"No se leer ni se escribir pero atención, yo se de mi. Yo no vendo, yo no compro y por eso soy feliz".
"Fui mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudé trágicamente a los 40 y conocí a mi padre a los 46".
"Como no tengo una mujer vivo con todas, como no tengo una casa vivo en el mundo".
"Perdóname Señor, pero a veces me canso, de ser un ciudadano".
"Mi madre decía: 'Yo me hago cargo del presente, el futuro es asunto de Dios'". 
"Mi madre poco antes de morir, me dijo: 'Muero contenta porque cada vez te pareces más a lo que cantas'".
"Mis amigos psicoanalistas se burlaban de mi complejo de Edipo hasta que conocían a mi madre".
"Yo sigo caminando por el mundo que, a pesar de tanto homicida y tanto suicida, sigue siendo un paraíso".

La vida
"Vive de instante en instante, porque eso es la vida".
"De la cuna a la tumba es una escuela; por eso lo que llaman problemas, son lecciones".
"Bienaventurado el que no cambia el sueño de su vida por el pan de cada día".
"Vuele bajo porque abajo está la verdad, esto es algo que los hombres no aprenden jamás".
"Cuida el presente, porque en él vivirás el resto de tu vida".
"Tenemos derecho a la palabra, a la memoria, a la canción negada, a la letra proscrita, al sueño sublevado".
"No digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio ¡y te lo recordará cada vez que lo intentes!".

Ricos y pobres

"Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo".
"El rico no es el que más tiene sino el que menos necesita".
"Bienaventurados los pobres poque de ellos es el Reino de los Cielos que, si se me permite y de ello doy fe, incluye a la tierra".

El amor

"Ama hasta convertirte en lo amado; es más: hasta convertirte en el amor".
"Allá va la mujer que me gusta.. con el hombre que le gusta..."
"Si estás poblado de amor no podés tener miedo porque el amor es valentía. Yo me crié en la violencia, con siete hermanos, nueve años en el desierto y cuatro de ellos murieron de hambre y de frío. Me crié con la violencia, luego la dictadura, el abandono de mi padre..."

La música
"Cantante es el que puede, cantor es el que debe".

"Cuando un pueblo trabaja Dios lo respeta. Pero cuando un pueblo canta, dios lo ama".
"Manos para la guitarra y para acariciar, No para pedir limosna y menos para matar"

La felicidad
"Y poque hago solo lo que amo yo soy un hombre feliz".
"No tengo que estar atento ni a la Bolsa de Hong Kong ni a la Moda de París".
"La felicidad no es un derecho, es un deber, porque si no sos feliz estas jodiendo a todo el barrio".
"Traigan el vino y los tambores, desaten a la alegría, liberen a la pasión".
"Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además, el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida".
"San Franciso decía lo que quizás es la clave de la felicidad: 'Deseo poco y lo poco que deseo, lo deseo poco'".

La muerte

"La muerte me está siguiendo desde el día en que nací, pero va a costarle mucho interrumpir mi vivir".
"El honor más grande que puede tener un guerrero es morir asesinado por defender sus ideas. Una gripa no hubiera sido justo".
"No es difícil revivir a alguién (pocos están del todo muertos), basta con soplar sus cenizas para que revivan sus llamas".
"Gracias a mi obra, mi tiempo se extenderá en los demás, por eso cada cosa que escribo es un dibujo en la eternidad".
"El tumor te mata pero muere contigo y no siempre te mata. A veces te despierta".
"Para mí la muerte nunca fue un tema serio. Más bien es excitante la idea de la gran hembra, la muerte".

Las armas

"Pregunté a un viejo Tarahumara porqué no usaban armas para defenderse y me dijo: Si las armas fuesen necesarias, habríamos nacido con ellas".

No soy de aquí, ni soy de allá (música y letra de Facundo Cabral)

        Me gusta el sol, Alicia y las palomas,
el buen cigarro y la guitarra española,
saltar paredes y abrir las ventanas
y cuando llora una mujer.
No soy de aquí ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.
Me gusta el vino tanto como las flores
y los conejos y los viejos pastores
el pan casero y la voz de Dolores
y el mar mojándome los pies.
No soy de aquí ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.
Me gusta estar tirado siempre en la arena
o en bicicleta perseguir a Manuela
o todo el tiempo para ver las estrellas
con la María en el trigal.
No soy de aquí ni soy de allá
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.


****
Facundo Cabral (1937-2011) - Wikipedia
Página en Facebook
Asesinan en Guatemala al cantante argentino Facundo Cabral (+ fotos y video) - Cubadebate, 9 julio 2011
Facundo Cabral: un artista que hizo historia con su guitarra- Juventud Rebelde, tomado de CubaDebate, 9 julio 2011
Chaplin, Marceau… y Facundo Cabral - Lil Rodríguez, Cubadebate, 9 julio 2011
"No soy de aquí, ni soy de allá" - La Nación, Argentina, 9 julio 2011
La leyenda de Facundo Cabral, por Leila Guerriero - Prodavinci, Chile, 9 julio 2011
La última entrevista de Facundo Cabral a RPP Noticias
(audio, 18 julio 2007) - Perú, 9 julio 2011
La vida de Cabral será llevada al cine por una productora de Colombia - CNN México, 9 julio 2011
Globovisión en vivo - entrevista a Facundo Cabral - Venezuela, 27 mayo 2009
Cabral: Para mí Evita fue más que una reina (video)
Está la puerta abierta, por Silvio Rodríguez - Segunda Cita

Calle 13 dedica concierto en Barcelona a Facundo Cabral  Terra, 10 julio 2011
Facundo Cabral deseaba morirse rodeado de libros en Inglaterra Terra, 10 julio 2011
Costa Rica asegura que en Colombia se capturó al asesino de Facundo Cabral Semana, 12 marzo 2012
Enjuician a costarricense 'El Palidejo' por asesinato de Cabral, La Jornada, México, 12 sep 2012

Y colorín colorado, este cuento nos ha atormentado...



(Libros infantiles y lectura en el aula de clase)

- “Voy a leerles un cuento que les va a gustar. Pero, eso sí: si empiezan a platicar y se distraen, suspendo el cuento. ¿Oyeron?”.

Así introduce la maestra la lectura de Los Diez Amigos, librito infantil, texto y dibujo de Ziraldo, referido a los diez dedos de las manos. Niños y niñas de primer grado, en una escuela pública de la ciudad de México, son los que -atentos y súbitamente quietos y silenciosos- se aprestan a escuchar. Distraerse o platicar, ya saben, tendrá consecuencias.

Lo que voy a transcribir aquí es lo que ocurrió en los 40 minutos subsiguientes a este anuncio: la lucha de una maestra consigo misma, con el libro y con los niños, sin tener clara la estrategia a seguir, sin una comprensión cabal de la naturaleza del texto y del acto de lectura. Incomprensión y frustración de lado a lado a partir de algo que arranca del entusiasmo y la buena voluntad de una maestra, y que termina convirtiéndose en tortura para ella y para los niños. Así empiezan y terminan, por desgracia, muchas ilusiones escolares de maestros y maestras, muchas ilusiones escolares de niños y niñas.

Episodios escolares como éste permiten entender la complejidad de verbos dados por simples como enseñar, aprender, leer, comprender, y acercarnos, aunque sea superficial y episódicamente, a las batallas que libran millones de maestros cada día en las aulas, incomprendidos en sus necesidades y en su labor, mal equipados para encarar la misión que la sociedad les asigna, pasto de la ideología educativa convencional y compartida en torno a temas claves relacionados con su tarea como son la infancia, la enseñanza y el aprendizaje, la relación maestro-alumnos, la lectura y la escritura, el libro, la tarea escolar, la atención, la comprensión, el manejo del tiempo, del silencio, de la risa. La formación y capacitación docente refuerza, antes que explicita y revisa, los supuestos que son parte del sentido común de la educación, un sentido común que niega a los maestros la posibilidad de visualizar y hacer lo que, en realidad, como educadores, quisieran para sí mismos y para sus alumnos. El aislamiento del trabajo pedagógico y el tabú construido en torno al mismo en el medio escolar, impide a los maestros distanciarse de su práctica, compartirla y acceder a la de sus colegas para, juntos, como profesionales de la enseñanza, hacer lo que yo tuve el privilegio de hacer durante esos 40 minutos - observar, reflexionar, pensar, tomar notas- y tengo el privilegio de hacer ahora: escribir para compartirlo con otros maestros, sabiendo el valor que tiene para un maestro la reflexión en torno a la actuación de otro maestro.

Antes de dar la voz a esta maestra y a sus alumnos, es importante explicar algunos elementos referidos al texto de lectura seleccionado en este caso, en tanto de aquí derivan algunas de las complicaciones e incomprensiones que tienen lugar durante y después de la lectura.

No todo lo que se escribe para niños pequeños es cuento, y éste, en particular, no lo es, aunque la maestra lo llame tal. Se trata de un diálogo entre los dedos de la mano, diálogo que tiene por objeto enseñar a los niños los nombres de los dedos y sus funciones. No hay pues estrictamente una trama o una historia. Manejar esto como un cuento, sin diferenciar los tipos de textos de lectura, es precisamente uno de los problemas que la maestra y los niños encontrarán al solicitar ella insistentemente a los niños que resuman “de qué se trata el cuento”.

El diálogo entre los dedos se apoya en texto e ilustración. Ambos están interconectados y se complementan: es difícil entender el texto sin mirar los dibujos, a la vez que estos, por sí solos, no conducen al texto. No es ésta, por tanto, la clase de texto que se presta para una lectura colectiva en voz alta por parte de una sola persona en posesión de un único libro. No tener esto claro, o no advertirlo a tiempo, es otro de los problemas que enfrenta esta maestra. Problema que, en definitiva, tiene nuevamente que ver con la falta de manejo de materiales de lectura y de  reflexión en torno a los mismos para fines de lectura en el aula.

- “¿Qué dicen: leo el cuento o nos ponemos a trabajar?”, pregunta la maestra, esperando -como es obvio- una única respuesta. Con lo cual, además, deja claro que, para ella, leer un cuento no es trabajo escolar.
- “!El cuento!”, gritan todos a una.
- “El cuento se trata de una de las partes de nuestro cuerpo. A ver, ¿quién atina?”, pregunta la maestra, iniciando de este modo un juego de adivinanzas con los niños.
- “De la cabeza”, dice un niño.
- “No”.
- “De los brazos”, dice una niña.
- “Por ahí vas”.
- “De las piernas”, dice otra.
- “Ya te perdiste”.
- “De las manos”, dice un niño.
- “Ya vas cerca”.
- “¡De los dedos!”, aciertan varios.
- “Eso es: de los dedos. Les vamos a llamar amigos...”, dice la maestra, buscando acercar a los niños al título del libro. “¿Cuántos amigos tienen ustedes?”.
- “¡Diez!”, gritan los niños.
- “Y si quito una mano, ¿cuántos amigos me quedan?”, aprovecha la maestra para desarrollar la clase de Matemática.
- “¡Cinco!”, gritan unos cuantos.
- “Ahora sí, me atienden”, dice la maestra sentándose en su pupitre, esta vez aparentemente dispuesta a arrancar con la lectura.
- “Atiendan bien, que voy a preguntar, ¿eh?”, agrega. Con lo cual, de un plumazo, borra toda posibilidad de escuchar el anunciado cuento por el simple placer de escucharlo, advirtiendo a los niños que están frente a una auténtica tarea escolar, que deben escuchar y comprender para ser evaluados.
- “El cuento se llama Los Diez Amigos", lee en la portada. Los niños se acomodan en los asientos. Algunos están semiparados, ansiosos por empezar.
- “¿Cómo se llama el cuento?”, quiere verificar la maestra.
- “¡Los Diez Amigos!”, repiten todos en coro.
Empieza ahora sí la lectura en voz alta:

Había una vez un dedo tan menudito que se llamaba Meñique.
Este Meñique tenía cuatro hermanos que se llamaban Anular, Medio, Indice y Pulgar.

- “¿Alguna vez ustedes les han puesto nombre a los dedos?”, pregunta la maestra, buscando conectar la lectura con la experiencia de los niños y, de paso, mantener viva la atención.
- “No”, dicen los niños.
- “Bueno, entonces de tarea para mañana me van a poner nombre a los dedos”. Primera tarea, primer signo claro de que el cuento no será tratado sólo como objeto de lectura sino como carnada para tareas escolares.

Meñique era muy juguetón, un dedo muy travieso, y vivía metiéndose en donde nadie lo llamaba. (El dibujo muestra a Meñique metiéndose el dedo en la ternilla de la nariz)

- “¿En dónde creen que se metía?”, pregunta la maestra, probando atención y comprensión al mismo tiempo.
- (Silencio).

Los niños ya no siguen la lectura, ya han perdido interés. Más de uno no debe entender de qué se está hablando, pues no conocen los nombres de los dedos y, por tanto, de los personajes centrales del cuento. La prueba es que, esta vez, los niños no intentan siquiera adivinar.

- “En donde nadie lo llamaba”, se contesta a sí misma la maestra. Los niños quedan sin saber cuál es ese lugar "en donde nadie lo llamaba". Mostrar el dibujo bastaría para aclararlo, pero a la maestra no se le ocurre hacerlo. Sigue leyendo:

Un día, Meñique tuvo una gran idea:
- ¡Vamos a jugar al teatro!
y agregó con voz de pito:

Los niños se ríen al escuchar el "voz de pito". 
- “A ver, no se distraigan”, reclama la maestra al escuchar las risas. En verdad, los niños ya estaban distraídos; el “voz de pito”, por el contrario, ha recuperado su atención. Pero la maestra -como la mayoría de maestras, como la mayoría de adultos tratando de enseñar a niños- percibe el asunto al revés, pues la risa tiene mala reputación en la pedagogía.

- ¡Yo voy a ser el enanito!
- ¡Yo quiero ser el Rey!, gritó Anular, y se puso los anillos de oro que tanto le gustaba usar.
- ¡Pues yo voy a ser un soldado!, dijo Medio, y se puso un dedal en la cabeza, que parecía un casco blindado.
- ¡Yo quiero ser el guía!, exclamó Indice, porque le encantaba señalar por donde iría.

- “¿Con qué dedo señalamos?”,  pregunta la maestra.
- “Con éste”, dicen los niños, mostrando diferentes dedos: algunos muestran el índice, otros el pulgar, otros el medio. Pero la maestra no ve lo que los niños muestran. Ha lanzado una pregunta al aire, simplemente para mantener a lo largo de la lectura este “diálogo” con los niños que la deje segura de que ellos están allí, de que ella está en control de la clase. Sigue leyendo:

- Bien, muy bien, dijo Pulgar con voz de matachín.
- Yo seré el villano. Pueden llamarme Cipriano.
Y dicho esto, apresó a sus cuatro hermanos en lo hondo de la mano.
(El dibujo muestra la mano convertida en puño).
- Quiero ver cómo se escapan, jo-jo.

Los niños se han desconectado ya totalmente. Varios están hurgando en sus mochilas, una niña hojea un cuaderno, dos o tres escriben o dibujan, la mayoría se mueve en sus asientos. La maestra sigue leyendo impasible.

Por ahí se oyó una orden:
- ¡Basta!
- ¡Suelta a tus hermanos!
En una mano cerrada pueden morir asfixiados.
(El dibujo muestra la mano nuevamente abierta).
- ¿Quiénes son ustedes?, preguntó Pulgar con voz de villano.
- ¡Nosotros somos los dedos de la otra mano!
- ¡Yo me llamo Chiquito-y-bonito!, dijo el más bajito.
- Yo soy el Señor-del-anillito, dijo el vecino.

- “Carla, ¿por qué le dice el chiquito que es el vecino?”, agarra la maestra por sorpresa a Carla, que está recogiendo un lápiz del suelo.
- “Por los anillos”, responde Carla, atolondrada.
- “A mi mamá le gustan mucho los anillos”, aporta espontáneamente un niño sentado cerca de Carla. Imposible saber qué lleva a este niño a voluntariar un comentario, en un encuadre que -todos los niños lo saben- sólo admite la pregunta y la respuesta. Sin darse por aludida con las disquisiciones sobre los anillos, la maestra continúa la lectura.

- ¡Yo soy el Tonto-y-loco!, dijo el grandote, que no era ni tonto ni loco.
- ¡Yo soy el escarbamocos!, dijo el que tenía cara de goloso.

Niños y niñas se ríen y hacen caras de asco al oír la palabra ”escarbamocos”.
- “Esa es una mala costumbre. En sus casas deben corregirles”, aprovecha la maestra para introducir la clase de Buenas Costumbres.
- “Mi mamá me pega cuando me meto el dedo en la nariz”, comenta un niño, congraciándose con la maestra. Pero ella retoma, inmutable, la lectura:

- ¡Y yo soy el Mata-piojos!, dijo el gordito que tenía nombre, voz y cara de maloso.

Algunos niños se ríen con lo del ”Mata-piojos”.
- “Atiendan, que no estamos jugando”, aclara la maestra, por si acaso a algún niño o niña le quedara aún alguna duda al respecto. La risa, definitivamente, no cabe para la maestra como respuesta natural de los niños frente a la lectura. No puede percibir en la risa la buena nueva que revela que lo niños han hecho contacto y que comprenden. 

- ¡Mucho gusto!, dijeron todos.
Luego se abrazaron y uno a uno se preguntaron:
- ¿A qué vamos a jugar?
(El dibujo muestra las dos manos entrelazadas).
- Yo quiero jugar a Pipis y Gañas.
- Yo a las manitas calientes.
- ¡Mejor toquemos la flauta!
Todos tenían mil ideas y hablaban sin parar.
Pero Tonto-y-loco habló más alto, y los otros escucharon:
- Todos nosotros somos todos los dedos de las dos manos. ¡Entonces!
- ¿Por qué discutimos tanto a qué jugaremos, si todos juntos, juntitos, del más grande al más pequeño...
... a todo podemos jugar!

- “Y colorín colorado..”, empieza la maestra.
- “...este cuento se ha acabado”, completan los niños. Acaso se preguntan cuál fue el cuento y en qué momento se acabó.
- “¿Sí les gustó el cuento?”, pregunta la maestra, iniciando su batería para medir comprensión lectora.
- “Sííííííííííííí”, gritan todos.
- “¿Quién me dice de qué se trató el cuento?”
- (Silencio)
- ”¿Nadie quiere decirme de qué se trató?”
- (Silencio)
-       A ver, repitan después de mí: Y colorín colorado, este cuento se ha acabado”.

Desconcertada frente al rotundo silencio, la maestra no sabe qué hacer. Quema tiempo mientras digiere su desconcierto y arma una estrategia.
- “Y colorín colorado, este cuento se ha acabado”, corean otra vez los niños.
- “Vamos a ver, Diego. ¿De qué se trató el cuento?”, insiste, ahora uno por uno.
- (Silencio)
- “Párate, párate. Dinos, ¿de qué se trató?”
- (Silencio)
-”¿Sí te gustó el cuento?”, quiere verificar.
- “Psí”, balbucea Diego.
- “Entonces, ¿de qué se trató?”. La maestra asume que si le gustó, entonces debe saber de qué se trató.
- “El chiquito se metió donde no le llamaban”, dice Diego. Se le ha quedado grabado el intercambio que tuvo lugar a propósito de esta línea de la lectura.
- “A ver, otro. Tú, Areli. ¿De qué se trató el cuento?. Dinos como tú quieras hablar”. Alienta a la niña a decirlo en sus propias palabras. Sospecha que el problema pueda ser de expresión.
- (Silencio)
- “Te hice una pregunta, Areli. ¿No me vas a contestar?”. Siente ahora su autoridad amenazada por el silencio de la niña.
- (Silencio)
- “Si no quieres hablar, te vas a quedar ahí parada”. Castigo por “no querer hablar”.
- (Silencio)
- “Muy bien, entonces ahí te quedas parada hasta que quieras contestar”. La deja, en efecto, parada. Y como Areli nunca hablará, se quedará allí parada hasta que termine la clase.
- “A ver, tú, ¿de qué se trató el cuento?”  Intenta con otro niño, aparentemente despierto e inquieto.
- “De unos dedos”, responde el interpelado. Imposible una respuesta más correcta que ésta a propósito de este “cuento”.
- “Sí, de unos dedos. Pero, ¿qué hacían los dedos?”. La respuesta "de unos dedos" le parece a la maestra muy corta. ¿Qué clase de respuesta quiere? ¿Una respuesta que abarque todo lo dicho por los dedos?.
- (Silencio)
- “¿Qué fue lo que más te gustó del cuento?”. Intenta otra estrategia, con el mismo niño. Piensa que es más fácil para un niño decir lo que le gustó (parte) que de qué se trató (todo).
- (Silencio)
- “Entonces quiere decir que no entendiste el cuento. ¿Me vas a hablar o no? Si no, estoy perdiendo el tiempo...” Se está poniendo molesta, irritada. El enojo es expresión de una tremenda frustración. Ella empezó la lectura ilusionada, imaginó sin duda otro tipo de reacción por parte de los niños.
- (Silencio)
- “Jessica. Párate y dinos, ¿de qué se trató el cuento?”. No ceja en su intento. Debe mostrarse a sí misma que alguien puede explicar de qué se trató el cuento.
- (Silencio)
- “A ver, Ruth. Dime de qué se trató el cuento...”. Debe seguir tratando. El asunto se ha convertido ya en afrenta personal. 
- “De que el más chiquito se llama Pulgar”, dice Ruth. Esto es, en efecto, parte del cuento. Pero la maestra ya ha pasado a otro niño, mostrando evidente inconformidad con la respuesta. ¿Cuál es la respuesta que quiere?.
- “A ver, Mauricio”. Parece dispuesta a pasar uno por uno, por todos los niños y niñas de la clase.
- “Se metió en una cueva para que nadie le hablara”, dice Mauricio.
- “¿Quién se metió en una cueva?”. Pregunta entre intrigada e ilusionada. Es el primer niño que aparentemente se acerca a la respuesta que la maestra tiene en mente.
- “Pulgarcito”, dice en voz muy baja Mauricio. Mauricio está jugando a las adivinanzas y a las asociaciones: Pulgar se asemeja a Pulgarcito. Nunca oyó de Pulgar, pero sí oyó de Pulgarcito. El niño se aventura, intenta, a ver si pega.
- “Yo no dije nada de ninguna cueva. Ni tampoco de Pulgarcito. Tú lo estás confundiendo con otro cuento”. Así es. A estas alturas, la maestra tiene ya claro que los niños no han seguido la lectura, que no han entendido. Su hipótesis fuerte es la de la falta de atención.
- “A ver, Gaby. ¿De qué se trató el cuento?”. No se da por vencida.
- (Silencio)
- “Pues ahí te quedas parada hasta que contestes”. Y queda parada. A pocos pupitres de Areli, que continúa parada junto al suyo.
- (Silencio)
- “Tienen que hablar. Si no quieren hablar, no volvemos a jugar”
- (Silencio)
- “A ver, Alejandra. Me vas a hablar, ¿sí o no?”.
- (Silencio)
- “Uy, Dios mío, no vuelvo a contarles cuentos. Vamos a trabajar, entonces”.
- (Silencio)
- “A ver, Cynthia. Dinos de qué se trataba el cuento”.
- “Se trataba de... unos dedos”, dice Cynthia, con la voz temblorosa.
- “A ver, tú, Nancy, ahora sí. Dinos lo que tú entendiste. Ponte de pie. En voz fuerte para que todos te escuchen”.
- “De unos dedos, del Pulgar”, dice Nancy, temerosa.
- “A ver, Alejandro”.
- “A mí me dio risa”, resume olímpicamente Alejandro.
- “¿Y por qué te dio risa?”
- “Porque decía que se metía el dedo en la nariz”.
- “Vas bien, vas bien. Sigue”, le estimula la maestra. Finalmente ha recuperado la risa como clave en la relación con los niños y con el cuento. 
- “También que le hablaron a Pulgar y Pulgar no contestó”, agrega Alejandro.
- “A ver, ¿quién más? Tú párate, m'hijito, y habla”. La maestra ha recuperado la esperanza. Está dispuesta a un borra y va de nuevo. Las últimas respuestas le han estimulado.
- (El niño murmura algo)
- “No te oigo nada. No sé lo que me estás hablando”.
- “¿Alguien más quiere explicar el cuento?”
- (Silencio)
- “¿Saben por qué no lo entendieron bien?”, recapacita y admite finalmente la maestra. Porque no se saben los nombres de los dedos, dice, intentando al menos una explicación posible. “Voy a volverlo a leer. Y te voy a volver a preguntar Areli, Angélica, Gabriela...”

Y así es como reinicia la lectura, esta vez corrigiendo algunos errores suyos que ahora percibe como tales. Por ejemplo, pide que los niños muestren sus dedos a medida que los va mencionando. Asimismo, se ha dado cuenta de que tiene que mostrar los dibujos pues no se puede entender el texto sin ellos. Así, en esta segunda lectura, voltea el libro de cara a los niños al pasar cada página y permite que los niños se paren y hasta se acerquen a ver los dibujos. Al llegar al final del cuento, la maestra no oculta un suspiro de alivio.

- “Y ahora sí, colorín colorado....”
- “¡este cuento se ha acabado!!!!”, completan los niños, dejando ver, también, la alegría del final de esta tortura. Pero el fin no ha llegado aún...
- “Para mañana van a hacerme la siguiente tarea: van a dibujar sus dos manos, una en cada hoja. En una hoja le dicen a su mamá que les diga el nombre de los dedos. En la otra mano anotan lo que hace cada dedo. ¿Entendieron?”.
- “Síiii” , responden -vacilando- unos pocos.
- “No se los vuelvo a repetir. Y si mañana no traen la tarea, ya saben lo que pasa”, sentencia la maestra.

En el tramo final ha tocado el timbre del recreo. Los niños se paran y salen volados al patio. Nos quedamos solas la maestra y yo, ella en su mesa, yo sentada en el último pupitre. Antes de que yo tenga tiempo de decir algo, ella se adelanta, me mira de frente y me dice:

- “No me salió bien hoy”. Sólo ella y yo sabemos cuánto le cuesta decir esto. “El otro día les leí otro cuento y les gustó, les interesó”.

Ella ha abierto el diálogo. Antes me abrió su aula, su intimidad de maestra. Ahora me ha abierto su corazón.

Lindas Letras ▸ Beautiful Letters

Human Body Fonts
Rosa María Torre´ñ.uuuu

Siempre me han fascinado las letras, la caligrafía,
la tipografía, el graffiti, la escritura en todas sus formas.
Además de la calle, Internet es hoy fuente inagotable de creatividad y arte con el texto.
Aquí una pequeña muestra.
Gracias a los artistas y bienvenidas las sugerencias.

I have always been fascinated with everything related to writing: letters, calligraphy, typography, graffiti.
Besides the street, Internet is today a major source of text art and creativity. Below a small sample.

Thanks to the artists. Suggestions are welcome!



Floating Graffiti - Fubiz

Reverse Graffiti - Moose

Led Zeppelin - Discografía
Mundo Graffiti

Quote Posters





Dizaynizma


Awesome Typography and Words Artworks

The Streets Speak: Colombian Graffiti










Streetfiles



Double Message Posters
My Naked Alphabet
Street Art by Escif
Inspiring Typography


Graffitis en baños públicos

Typography Art

Skeleton Typogram

Quotes Posters, Pogo

 

Poetic Morphology, The Cloud Collective

Cnjpus Text, Ryo Shimizu

3D Type Design, Chris Labrooy

Glifos - Teotihuacán, México
How to Create a Ligature,  Type Food

Illustrated Sketchbook, José Azevedo
Braille Alphabet
Alfabeto egipcio
Abecedario japonés - Japanese Alphabet
Chinese Braille
Alfabeto de señas - Sign language





Jolchobi.com | Graffiti Artwork
Jolchobi.com | Click here to send this to your friend



Write on the water from guildor on Vimeo.





Morning Glory - Free Font from aesthetictherapie on Vimeo.


T-SHIRT STORIES TRAILER from Julien Potart on Vimeo.



Nagging Doubt Viognier from Dana Tanamachi on Vimeo.

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