Rosa María Torres
Timo
Timo es un joven finlandés que viaja, como yo, a Helsinki. La conversa se instala mientras esperamos el vuelo en el aeropuerto de Amsterdam.
Me pregunta la razón de mi viaje. Le digo que voy en visita de estudio, atraída por la educación finlandesa. Le pregunto qué opina de la educación en Finlandia, y me cuenta su historia.
Tiene 26 años. Vino a Holanda por trabajo, tres días. Trabaja en una empresa en Helsinki. Está contento con su trabajo. Es Ingeniero Químico, graduado en la Universidad de Helsinki.
Viene de una familia rural. Nació en un pequeño pueblo (no escuché bien y no pude anotar el nombre). Estudió ahí toda la educación básica (9 años). Tiene muy buenos recuerdos de su escuela. Los profesores le enseñaron bien, se empeñaban en que todos los alumnos aprendieran, que nadie se quedara atrás.
A fin de que pudiera continuar sus estudios, su familia decidió mudarse a una ciudad cercana. Sus padres iban y venían en el día. Fue una movida mayor y un gran esfuerzo para ellos. Poco después, sus padres se separaron.
Allí terminó el colegio. Luego se fue a Helsinki. Es el primero en su familia que fue a la universidad.
Le gusta leer. Aunque ahora que trabaja lee menos que cuando era estudiante. Lo ve como un problema y una pérdida.
Todo el inglés que sabe lo aprendió en Finlandia. Se maneja en inglés estupendamente. Además de finlandés, en su casa se habló siempre sueco.
Se lleva bien con sus padres y hermanos. Les va a visitar siempre que puede. Disfruta mucho de las reuniones familiares.
Solo ve cosas buenas en su futuro. Imagina que en diez años estará en un trabajo mejor. No piensa casarse por ahora. Seguramente lo hará despues de cumplir los 30. Quiere tener su propia familia, hijos. Le gustaría tener dos.
Giorgio
Con Giorgio nos conocemos en el avión. Somos compañeros de asiento.
El vuelo dura dos horas y media. La conversación se cuela a propósito del desayuno que no llega. Ambos estamos muertos de hambre.
Giorgio es de Giorgia y también tiene 26 años.
Habla español perfectamente. Está radicado en España con su familia desde hace más de diez años. Viven en Murcia.
No fue muy buen alumno en el colegio pero entró ilusionado a la universidad. Quería estudiar algo relacionado con la ecología, no sabía muy bien qué. Quería "cambiar el mundo".
A mitad de carrera decidió cambiarse a otra. Lleva dos años en ésta y está desencantado, pensando en dejar definitivamente el estudio. Cree que "un profesor con luz" podría haberle retenido y re-entusiasmado.
Quiere irse a trabajar en buceo, en algún lugar del mundo. Ya hizo un contacto, en Asia, y piensa ir a explorar.
Va a Finlandia a encontrarse con su novia, quien está haciendo allí una pasantía por seis meses. Ella está contenta, quiere que él vaya, pero él ya está decidido. En este viaje se despedirán.
***
En el aeropuerto, en Helsinki, veo a Giorgio y a su novia encontrarse, emocionados.
Timo, muy gentil, se acerca a ayudarme con la maleta. Me desea suerte y se despide. (Se me olvida pedirle que me repita el nombre de su pueblo).
Así, con estas historias personalísimas de dos jóvenes europeos de 26 años, llego a Finlandia.
Jóvenes e historias que me dejan mucho para pensar. Perfecto preámbulo para esta visita.
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