Educación de adultos: la más inclusiva de todas


Contribución solicitada por
Educación de Adultos y Desarrollo No. 84, Inclusión y Diversidad,
DVV Internacional, 2017.

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Si entendemos inclusión en su acepción más amplia, ninguna educación es más inclusiva que la educación de adultos. Lo que falta en infraestructura y condiciones generales para la enseñanza y el aprendizaje, sobra en empatía, resiliencia, flexibilidad, compañerismo y solidaridad. Retos difíciles de lograr en el sistema educativo formal se dan casi naturalmente en la educación de adultos: aprendizaje colaborativo, aprendizaje inter-generacional, educación familiar, educación comunitaria.


La edad continúa siendo el factor de mayor discriminación en educación, pese a la retórica del Aprendizaje a lo Largo de la Vida; educación, derecho a la educación e incluso aprendizaje siguen fuertemente asociados a infancia. Los centros de educación de adultos quiebran esta lógica aunque por sí solos no logran tumbar el prejuicio. Desde adolescentes de 15 años - o menos - hasta personas de más de 90 años pueden compartir el mismo espacio y aprender juntas, a menudo desafiando a las propias políticas que restringen la edad de los educandos. La rigidez del aula organizada por edad,  propia de la educación formal, se libera en la educación de adultos.

Los centros de alfabetización en todo el mundo se caracterizan por la alta presencia de mujeres. Mujeres que ven en la alfabetización no solo una oportunidad de aprender sino de socializar, de encontrarse con otras mujeres, de escapar por unas horas a la agobiante esclavitud de las tareas domésticas.

Los espacios de educación de adultos son generalmente espacios de aprendizaje intercultural en los que confluyen personas de diferentes lugares, etnias y culturas. Muchas veces no son solo entornos multiculturales sino también multilingüísticos.

La educación de adultos acoge a personas con todo tipo de discapacidad. Las 'soluciones' que he visto desplegadas en muchos centros me han mostrado lo mejor del ser humano y las borrosas fronteras entre lo posible y lo imposible.

Adolescentes y mujeres embarazadas, a menudo mal vistas y hasta rechazadas en las aulas formales, son bienvenidas en las aulas de adultos. El multirepitente puede encontrar aquí un lugar para volver a intentar, sin miedo. He visto a personas LGBTI plenamente integradas al grupo y a extranjeros sentirse como en casa. Hasta las diferencias religiosas, ideológicas y políticas pueden pasar desapercibidas o ser activamente toleradas en estos centros.

Los centros de educación de adultos son laboratorios vivos de resolución de problemas económicos, sociales y culturales, en condiciones de precariedad material y de gran riqueza humana y creativa. Es injusto que la educación de adultos, que aporta y enseña tanto, siga siendo tan incomprendida, discriminada y poco valorada en nuestras sociedades. 


If we mean inclusion in its broadest sense, no education is more inclusive than adult education. What is lacking in infrastructure and general conditions for teaching and learning is made up for by empathy, resilience, flexibility, companionship and solidarity. Challenges that are difficult to achieve in the formal education system are almost naturally found in adult education: collaborative learning, intergenerational learning, family education and community education.

Age remains the most discriminatory factor in education, despite the rhetoric of lifelong learning; education, the right to education, and even learning, remain closely associated with childhood. Adult education centres break with this logic, even though they cannot overcome prejudice by themselves. From adolescents aged 15, or younger, through to people aged 90 or older, everyone can share the same space and learn together, often challenging policies that restrict learners’ ages. The rigidity of the classroom organised by age, typical of formal education, does not apply in adult education.

Literacy centres throughout the world are characterised by a sizeable presence of women – women who see in literacy an opportunity not only to learn, but also to socialise, to meet other women, to escape for a few hours from the overwhelming slavery of domestic tasks.
Adult education spaces are generally spaces for intercultural learning in which people from different places, ethnic groups and cultures converge. Many times they are not only multicultural environments, but also multilingual.

Adult education welcomes people with all kinds of disabilities. The “solutions” I have seen in many centres have shown me the best in human beings and blurred the boundaries between the possible and the impossible.

Adolescents and pregnant women, often regarded with disapproval and even rejected from formal classrooms, are welcome in adult classrooms. Here the multi-remedial can find a place to try again, without fear. I have seen LGBTI people fully integrated into the group, and foreigners feel at home. Even religious, ideological and political differences may go unnoticed or be actively tolerated in these centres.

Adult education centres are living laboratories for solving economic, social and cultural problems in precarious material conditions but with considerable human and creative wealth. It is unfair that adult education, which contributes and teaches so much, remains so misunderstood, discriminated against and underappreciated in our societies.

Para saber más  |  To learn more
» Adult Education for Inclusion and Diversity, Conference Proceedings 2017, Centre for Research in Education Inclusion & Diversity (CREID), University of Edinburgh, 4-6 July 2017.

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