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Centro del Muchacho Trabajador: Una familia de familias (Ecuador)

Rosa María Torres

Exposición en la Jornada Internacional
"Una propuesta de desarrollo humano que nace desde la infancia trabajadora" organizada por el Centro del Muchacho Trabajador (CMT)

Quito, 17 octubre 2008

Foto: Centro del Muchacho Trabajador - Historia

Es para mí una alegría estar aquí. Soy vieja admiradora del Centro del Muchacho Trabajador (CMT). Agradezco la invitación a participar en este evento que se propone analizar varias décadas del trabajo del CMT así como la experiencia del movimiento de niños, niñas y adolescentes trabajadores (NATs) en América Latina. Gracias por la oportunidad de compartir este espacio con el equipo y los muchachos del CMT, así como con NATS de Perú y Venezuela que han venido en representación del Movimiento Latinoamericano y del Caribe de Niños, Niños y Adolescentes Trabajadores (MOLACNATS).

Voy a referirme a cinco puntos destacables del CMT y su experiencia en Quito. 

1. Medio siglo de trabajo

Lo primero que cabe resaltar es la perseverancia. El CMT nació en 1974 y sigue en pie y avanzando, en una sociedad en la que predomina la mentalidad de la proyectitis, las intervenciones que duran lo que dura el gobierno o el financiamiento. Son pocas las experiencias educativas extendidas en el tiempo, con buenas historias y buenos resultados para contar. Después de cinco décadas de trabajo ininterrumpido, no estamos aquí celebrando el cierre sino la continuidad.

Felicitaciones a quienes han hecho posible el CMT y sus logros, con amor y pasión. Las grandes acciones no tienen detrás grandes financiamientos sino voluntad, compromiso y entrega de personas concretas. En este caso, está el compromiso cristiano de los jesuítas y el liderazgo personal del Padre Juan J. Halligan J.S.

2. Una experiencia pionera

Esta es una experiencia pionera, que rompe esquemas. Lo corriente y lo fácil es seguir modas, definir temas y prioridades en función de exigencias puestas por el financiamiento y de agendas marcadas por quienes lo proveen. 

Esta iniciativa, dirigida a la niñez trabajadora, se inició buscando responder a una problemática concreta, sin necesidad de que alguien se anticipara con diagnósticos y ofertas, y sin seguir lineamientos predeterminados. Es precisamente porque es un proyecto endógeno, autogestionado, motivado e iluminado desde adentro, en diálogo permanente con la realidad, que ha logrado sobrevivir y desarrollarse a lo largo de todos estos años.

3. La familia como unidad: "Una familia de familias"

El CMT piensa no solo en el niño trabajador sino también en su familia. Adopta la familia como unidad, se autodefine como "Una familia de familias". Atiende en promedio 450 familias al año.

Diez años le tomó al CMT darse cuenta de la necesidad de este salto hacia la familia; muchos jamás llegan a percibirlo. Eso habla bien del trabajo desarrollado, un trabajo que no renuncia a la integralidad, que prefiere la calidad a los números y que apuesta a acciones más complejas pero sustentables. 

Defiendo desde hace mucho la necesidad de educar a las familias y a las comunidades antes que a individuos aislados, ya sea niños, jóvenes o adultos. Desarrollé y vengo trabajando con el concepto de "comunidad de aprendizaje": todo un barrio, toda una comunidad que aprende, dentro y fuera del sistema escolar, unos de otros, en todos los espacios disponibles y a través de todos los mecanismos que tiene esa comunidad para aprender.

La cultura escolar organiza a los educandos por edades. El sistema escolar corta a la infancia en rodajas - niños de 0 a 3, de 3 a 6, de 6 a 9, de 9 a 12, etc. - y coloca el resto de la vida en un solo gran saco: la edad adulta. No obstante, organizaciones sociales reales como la familia, el barrio o la comunidad están conformadas por gente de todas las edades. La familia es, por naturaleza, una organización inter-generacional, en la que conviven e interactúan varias generaciones, desde bebés hasta abuelos, especialmente en las familias latinoamericanas, que congregan a la familia ampliada. Es absurdo descuartizar a la familia en términos educativos, asumiendo que la educación está 'afuera', en un sistema aparte, y que solo los niños tienen derecho a ella. La familia y la comunidad son también sistemas educativos y de aprendizaje, y soportes fundamentales en el aprendizaje de niños y jóvenes. 

Como lo muestra el CMT, la posibilidad de que un niño trabajador se desarrolle y encuentre un futuro promisorio pasa por el desarrollo y avance de su familia y de su entorno. 

4. Aprendizaje a lo largo de la vida

El CMT plasma el paradigma del aprendizaje a lo largo de la vida. Todos aprendemos desde que nacemos hasta que morimos, incluso aunque jamás pisemos una escuela. Aprendemos en la familia, en la comunidad, con los amigos, en el trabajo, en la participación social, a través de los medios de comunicación, en la naturaleza, en la biblioteca, en Internet, leyendo y escribiendo, haciendo deporte, etc. El desafío es convertir esa realidad y esa posibilidad en políticas y programas que aseguren a todos oportunidades de aprender a lo largo de la vida, mejorando, ampliando y diversificando esas oportunidades. 

Esto es lo que hace el CMT. La oferta educativa incluye centro infantil, educación primaria, técnica y de personas adultas. Aquí se juntan la mamá que juega fútbol, el padre de familia que termina él mismo su educación primaria, el hijo que aprende un oficio, niños, jóvenes y adultos que se divierten, estudian y trabajan y aprenden unos de otros. El CMT combina música, deporte, biblioteca, computadora, estudio, trabajo, salud, recreación, alimentación, arte, artesanías, espacios de desarrollo individual y colectivo.

No debemos aceptar la ideología de la carencia y la desventaja con las que suele asociarse a la pobreza, a los niños y niñas trabajadores y a sus familias. No todo es carencia en la condición de pobreza ni todo es carencia en el trabajo infantil. La carencia es también la madre de grandes valores y virtudes. En el CMT vemos cómo se desarrolla institucionalmente, programáticamente, el valor y la práctica del ahorro entre niños y adolescentes, y en el seno de las familias. El trabajo forja valores y conocimientos útiles para la vida, para el propio estudio. Quien no conoce desde niño el valor del dinero y del trabajo, puede llegar a asumir el dinero como un dado y a menospreciar el trabajo. La precariedad ayuda a apreciar lo que se tiene, a percibir la importancia del propio esfuerzo y a identificar las propias capacidades y talentos que contribuyen al buen-vivir, al buen-hacer, al bien-estar propio y de los demás.  
 
5. Niños trabajadores que estudian 

El punto neurálgico y más controversial es el propio objetivo del CMT: no se propone erradicar el trabajo infantil sino dignificar el trabajo infantil, tendiendo un puente con el estudio y con la familia, y asegurando por esta vía "una propuesta sostenible para superar la pobreza".

Se requiere coraje para ir contracorriente en un tema - el de la "erradicación del trabajo infantil" - que concita grandes acuerdos internacionales, pero que tiene muchos problemas para concretarse en la realidad pues el trabajo infantil está anudado con la pobreza. Erradicar el trabajo infantil implica erradicar la pobreza. Y erradicar la pobreza exige cambios estructurales, no simplemente paliativos, limosnas, subsidios, bonos. Mientras no se desafíe el modelo económico y social que produce la pobreza y la inequidad, no se puede enfrentar con seriedad el trabajo infantil.

Por otra parte, hay que tener claro que el trabajo es como el colesterol, lo hay de dos tipos: el bueno y el malo. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce esta diferencia:

“No todo el trabajo efectuado por niños debe ser clasificado como trabajo infantil que deba ser seleccionado para su eliminación. La participación de niños, niñas o adolescentes en un trabajo que no afecta su salud y desarrollo personal o interfiere con su educación es considerado por lo general como algo positivo. Esto incluye actividades tales como ayudar a sus padres en la casa, asistir en un negocio familiar o ganarse dinero para gastos personales fuera de las horas de escuela y durante las vacaciones escolares. Estas clases de actividades contribuyen al desarrollo de los niños y al bienestar de sus familias; les hace obtener habilidades y experiencia, y ayudan a prepararlos para ser miembros productivos de la sociedad durante su vida adulta. El término ‘trabajo infantil’ suele ser definido como el trabajo que priva a los niños, niñas o adolescentes de su infancia, su potencial y su dignidad, y que es nocivo para su desarrollo físico y mental. Se refiere al trabajo que:
- Es física, mental, social o moralmente perjudicial o dañino para el niño, e
- Interfiere en su escolarización:
   - Privándole de la oportunidad de ir a la escuela;
   - Obligándole a abandonar prematuramente las aulas, o
   - Exigiendo que intente combinar la asistencia a la escuela con largas jornadas de trabajo pesado.
(…) El que una forma particular de ‘trabajo’ pueda ser llamada ‘trabajo infantil’ depende de la edad del niño, el tipo y horas de trabajo desempeñado, las condiciones bajo las que se efectúa y los objetivos perseguidos por los países
individuales. La respuesta varía de país en país, así como entre sectores dentro de los países”.
- Fuente: OIT/Programa Internacional para laErradicación del Trabajo Infantil

Hay que condenar y eliminar el trabajo (infantil o adulto) que denigra a las personas y que impide a los niños jugar, estudiar, aprender. Pero mientras no seamos capaces de eliminar las condiciones estructurales que naturalizan la pobreza, es necesario dignificar y calificar el trabajo que aporta a la supervivencia familiar, y facilitar su integración con el estudio, convirtiendo a ambos - trabajo y estudio - en herramientas de aprendizaje, de superación personal y familiar, de escape de la pobreza. 

Esto es lo que hace al CMT. Las exposiciones y los videos que hemos visto, las experiencias de vida de ustedes, muchachos y muchachas trabajadores, muestran la fuerza de sus convicciones y de su empeño por superarse. 

La evaluación de impacto encargada por el CMT en 2006 mostró que de las más de 6.000 familias egresadas:  
- más del 75% han logrado salir de la pobreza. 
- 65.50% son dueños de viviendas que cuentan con todos los servicios de una vivienda digna. 
- 85.10% terminó la primaria y la carrera o especialidad técnica elegida en el CMT. 
- 64% continuó sus estudios después de salir del CMT. 
- 95.20% de los hombres y 83% de las mujeres estaban trabajando, 71.80% de ellos en actividades relacionadas con su área de estudios en el CMT. 

Soy una convencida del valor del trabajo desde la infancia. Vengo de una familia con madre que asumió, sola, el cuidado y el desarrollo de tres hijos. Mis padres se separaron cuando yo tenía 6 años, mi papá murió cuando yo tenía 12. Sentí, desde niña, la curiosidad y la necesidad de trabajar. Siempre con ayuda de mi mamá, con mi hermano inventamos maneras de tener nuestros propios, pequeños, ingresos. No obstante, como yo lo veía, mi 'trabajo' fundamental era ser buena alumna, pues esa fue mi manera de conseguir y mantener una beca durante toda mi vida escolar. Ser buena alumna era mi aporte no solo al orgullo sino a la economía familiar.

La relación entre estudio y trabajo suele plantearse en ese orden - primero estudio, luego trabajo - y el problema como uno de 'articulación', 'transición', ‘inserción laboral', etc. Nada de esto se da fácilmente en la realidad. La vinculación estudio-trabajo es tema de eterna preocupación pues, como es sabido, los sistemas escolares son muy malos para enseñar a niños y jóvenes los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para enfrentar la vida y para enfrentarse al trabajo específicamente. Por otra parte, dada la grave crisis de trabajo que hay en el mundo, la cual afecta especialmente a los jóvenes, muchos jóvenes se ven forzados a postergar su salida del hogar y a depender de los padres. Asimismo, la expansión de la escolaridad y de sus requisitos (completación de estudios secundarios, licenciaturas, maestrías, doctorados) está postergando la experiencia laboral.  

El CMT plantea el asunto al revés: cómo facilitar (a los niños trabajadores) el tránsito del trabajo hacia el estudio, y cómo hacerlo sin tener que renunciar al trabajo, si éste no es un trabajo indigno y si es indispensable para la supervivencia y la cohesión familiar. El CMT le ofrece esta alternativa al niño trabajador y a toda su familia.

Este movimiento a la inversa, que no contemplan los sistemas escolares, implica por eso mismo gran creatividad y flexibilidad, grandes desafíos curriculares y pedagógicos. Las muchachas y los muchachos que se integran al CMT no ‘retornan al estudio’ sino que aprenden a combinar estudio y trabajo. A diferencia de la problemática de los llamados "ninis" (jóvenes que ni estudian ni trabajan), estos jóvenes estudian y trabajan.

En los países ricos y en muchos planteles privados se enseña a niños y jóvenes 'educación financiera', cuestiones como qué es y para qué sirve el dinero, qué es y para qué sirve el trabajo, el ahorro, etc. Se trata, en definitiva, de introducir en las aulas una realidad exterior, vista como futuro y como realidad adulta. Muchas actividades comunitarias y pasantías tienen asimismo como objetivo que niños y jóvenes de sectores medios y altos tengan una experiencia de trabajo o entren en contacto con personas que trabajan. Ustedes, en cambio, aprenden todo eso en la vida diaria y llevan ese aprendizaje al aula.

Termino mencionando un libro que me fascinó y me rompió esquemas cuando lo leí. Se llama "En la vida diez, en la escuela cero" (Terezinha Nunes Carraher, Siglo XXI, 2000) y recoge los resultados de un estudio realizado con niños de la calle en Brasil. Al pedírseles que resolvieran una serie de problemas matemáticos, los niños de la calle - muchos de los cuales no habían pisado la escuela o la habían abandonado al poco tiempo - resolvían dichos problemas con más rapidez y solvencia que niños que asistían regularmente a la escuela. Cómo integrar el conocimiento que enseña la vida y el que enseña el sistema escolar, cómo sintonizar la escuela con las necesidades y los saberes de los niños que viven en situación de pobreza, reconociéndolos y valorándolos (a ellos y a sus saberes), sigue siendo una encrucijada de los sistemas escolares y un desafío que experiencias como la del Centro de Muchacho Trabajador asumen como punto de partida y encaran todos los días. Los Ministerios de Educación harían bien en aproximarse y aprender más de estas experiencias.

* Texto escrito en 2008, revisado en 2012 para subirlo a este blog.

Para saber más:
Centro del Muchacho Trabajador
Entrevista al Padre Juan J. Halligan S.J. Director del CMT (audio), Radio Visión. Quito, 3 oct. 2102
"Los niños trabajadores también retornan a las aulas". Fotogalería, Diario Hoy, Quito, 4 oct. 2012
IPEC: Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil-OIT

Textos relacionados en OTRADUCACION:
El derecho de niños y niñas a una educación básica

Comunidad de Aprendizaje: Educación, territorio y aprendizaje comunitario
Una educación para resolver problemas de la vida

Pobre la educación de los pobres
Una escuela amiga de los niños y de los pobres
La escuela como liberación
Proyectitis
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Artículos sobre el Ecuador
Escuelas del mundo ▸ Schools in the world

Sobre "La Educación Prohibida"


La educación prohibida, producción argentina, dirigida por Germán Doin, se estrenó el 13 de agosto de 2012, con gran despliegue en Internet, sobre todo a través de las redes sociales. La película - "una película sobre la educación, centrada en el amor, el respeto, la libertad y el aprendizaje", como se describe a sí misma - hace una crítica demoledora del sistema escolar e incluye también reflexiones críticas sobre el rol educativo de la familia. Identifica y presenta experiencias educativas innovadoras o alternativas de Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, España, Perú y Uruguay, y articula la exposición y la argumentación a través de una serie de entrevistas.
Como era de esperar, la película suscitó bastante revuelo y comentarios de tonos diversos en medios, redes, blogs...
Junto abajo algunos comentarios circulados en Twitter.
No coincido ni con quienes la denostan ni con quienes ven en ella una luz salvadora. Véanla y háganse su propio criterio, antes de leer (o escribir) cualquier comentario.
"La Educación Prohibida" dio paso a Reevo, "Un proyecto para construir una plataforma web y una comunidad de activistas en red con el fin de documentar, mapear e impulsar iniciativas vinculadas a experiencias de educación no convencional". 
Agrego abajo también referencias a otros documentales recientes en español sobre la educación escolar: Profes (Chile), De Panzazo (México), La escuela olvidada (España), Enséñame pero bonito (Perú-España).

Algunas notas y comentarios sobre "La Educación Prohibida"

» Una crítica al documental "La educación Prohibida", Alexis Capobianco, Rebelión, 14 ag. 2012
» “La Educación Prohibida”, un documental que cuestiona la institución escolar…, El Mostrador, Chile, 18 ag. 2012
» La educación prohibida, un alegato por una educación libre, 20minutos.es, España, 19 ag. 2012
» La educación prohibida arrasa en Internet, El Observador, Uruguay, 27 ag. 2012
» La educación prohibida: innecesario ataque a la escuela pública, Axel Rivas, CIPPEC, Argentina
» Crítica a "La Educación Prohibida", Partido Pirata, Argentina
» ‘La educación prohibida’: un libelo contra la escuela pública, Hugo M. Castellano, Síntesis Educativa, Argentina, 30 ag 2012.
» Lo importante es protagonizar, Alma Bolón, Brecha, Uruguay, 7 sep. 2012
» Algunas reflexiones sobre “La educación prohibida”, Isabel Iglesias, En Palabras, España
» Coda sobre "La educación prohibida", J. Jorge Sánchez, España
» La educación prohibida, Sergio Rascován, Página/12, Argentina, 12 sep. 2012
» Una película para derribar la escuela , El País, 25 sep. 2012
» La educación banalizada, Mariano Fernández Enguita, España (en El País, 25 sep. 2012)
» La educación prohibida, Juan Carlos Yánez, México, 2 octubre 2012
» ¡Me cache en dié! (A propósito del interminable documental “la vulgaridad permitida”), Estanislao Antelo, Argentina
» Detrás de la educación prohibida, Luciana Vázquez, La Nación, Buenos Aires, 9 nov. 2012
» La educación prohibida, Miguel Angel Santos Guerra, 5 enero 2013
» Malas noticias desde la escuela comunitaria Inka Samana del Ecuador, una de las experiencias incluidas en "La Educación Prohibida", 28 agosto 2013

Otros documentales recientes sobre la educación escolar




» Profes, producido por Elige Educar, Chile, 2012. Testimonio de Elizabeth Valdivia, Profesora jefe del 2° básico del Colegio Bordemar en Cerro Alegre, Valparaíso. (Ver video más abajo)
- Comentario: La inmensa generosidad de enseñar, Educacion2020, Chile



» ¡De Panzazo!, producido por Mexicanos Primero, México, 2012. Estreno el 24 feb. 2012.

- '¡De Panzazo!', por Claudio X. González, Mexicanos Primero, 22 febrero 2012.
- A ¡De Panzazo! le faltó responsabilizar a los gobernadores (video): Cladio X. González, Mexicanos Primero.

» La escuela olvidada, Radio y Televisión Española (RTVE), España, 2011. Un análisis de la educación, desde el punto de vista histórico, económico, pedagógico y político. Repasa un siglo de historia de la educación en España, a partir del impulso modernizador que vivió el país a principios del siglo XX con el ensayo pedagógico, mixto y laico del Instituto-Escuela.

Instalaciones educativas abiertas a la comunidad

Harry Bilson

  

Dedicado al Padre Antonio y al señor Ruaro
Colegio Técnico Don Bosco de Quito


Los Salesianos son conocidos por una filosofía educativa particular - el Sistema Preventivo Salesianio, inspirado en San Juan Bosco - que incluye, entre otros, el abrir las instalaciones educativas a los jóvenes y a toda la comunidad.

Por circunstancias especiales, a fines de los 1980s, durante la preparación de la Campaña Nacional de Alfabetización "Monseñor Leonidas Proaño", me tocó trabajar durante más de un año en un local prestado dentro de un colegio secundario regido por los salesianos, en Quito. Uno de los recuerdos más gratos que tengo de ese año de huésped de la comunidad salesiana fue la experiencia diaria de entrar y salir del plantel viendo niños, jóvenes y adultos del barrio haciendo uso de estas instalaciones como si fuesen propias, como si fuesen una prolongación de su hogar, el patio o el pórtico que muchos de ellos no tenían en sus casas.

Desde muy temprano a la mañana y hasta la noche, y más aún durante los fines de semana, el colegio se convertía en cancha deportiva, parque, plaza, biblioteca, lugar de encuentro, campamento vacacional,  salón de bodas y de celebraciones comunitarias muy diversas. Siempre había jóvenes jugando básquet y haciendo deportes en las canchas, parejas de enamorados paseando o sentados en gradas y bancas, adultos acompañando a los hijos o entretenidos ellos mismos con juegos y actividades.

Mientras trabajé allí, ví anunciadas funciones de cine, ferias artesanales, kermesses, conferencias, talleres de capacitación, bodas, bautizos, primeras comuniones, exposiciones y talleres de arte, competencias académicas y deportivas, excursiones, mingas juveniles y comunitarias. El colegio sirve, además, tradicionalmente, como centro de votación cuando hay elecciones en el país.

Más de dos décadas después, tres experiencias en Argentina me recordaron al Colegio Técnico Don Bosco de Quito y me motivaron a escribir este artículo.

▸ Una escuela pública en la Municipalidad de Hurlingham, en el gran Buenos Aires, donde la directora, con toda naturalidad, nos hablaba de los preparativos en marcha para la fiesta de 15 años de una chica del barrio. Preguntas de por medio, resultó que a la gente del barrio, tenga o no hijos en la escuela, se le facilitan las instalaciones e incluso los implementos y servicios de la escuela para celebrar las fiestas de cumpleaños de los niños, las bodas, las reuniones barriales, las celebraciones especiales de las familias y la comunidad.

▸ El programa “Recreo de Invierno”, organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, consistente en una invitación a los niños a “tomarse vacaciones en la escuela”, yendo allí no para estudiar sino para jugar y disfrutar. El programa, pensado especialmente para quienes no tienen vacaciones ni dinero para tomarlas, incluye juegos, lectura, deportes, arte, actividades culturales y excursiones a la ciudad.

▸ La Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), universidad pública ubicada en San Miguel, una zona empobrecida del Gran Buenos Aires, convertida en salón de fiestas para celebrar el matrimonio de una pareja de alumnos-compañeros que se conocieron, precisamente, en la universidad. Las familias de los novios - familias humildes de escasos recursos - prepararon y trajeron la comida, comida típica, hecha en casa; los compañeros de clase hicieron de recepcionistas, animadores y pajes. Novios y familiares, gente de la comunidad, alumnos y profesores estábamos allí celebrando la fiesta, la comilona y el baile, en el recinto universitario que nos han acostumbrado a ver como “torre de marfil” y “templo del saber” dedicado a los libros, la ciencia y el pensamiento, reservado para la “comunidad universitaria” antes que para la comunidad en general.

Parece de sentido común esto que hacen el Colegio Técnico Don Bosco, la Escuela N° 1 de Hurlingham y la Universidad Nacional de General Sarmiento, pero es más bien fuera de lo común. Celosas de sus instalaciones, de sus territorios, sus saberes y sus clientelas, las instituciones educativas han construido muros, reales o invisibles, justamente para diferenciarse y separarse de sus entornos. Muros físicos, expresión de muros mentales, que contradicen el discurso de la "escuela abierta a la comunidad", la “extensión universitaria” o el “compromiso social de la universidad”.

Textos relacionados
Rosa María Torres, La escuela de la maestra Raquel
Rosa María Torres, Proyecto arquitectónico versus proyecto pedagógico
Rosa María Torres, Colegio durante el día, Misiones a la noche (Caracas)

Un Día de Comunidad-Escuela (Granada)



Maureen St. Claire
- Grenada

La experiencia que relato aquí se realizó en Granada, la pequeña isla caribeña (poco más de 100.000 habitantes), durante el gobierno revolucionario del Movimiento Nueva Joya (New Jewel Movement, 1979-1983), liderado por Maurice Bishop, el cual concluyó abruptamente en 1983 con la invasión norteamericana.

El Programa “Un Día de Comunidad-Escuela” (Community School Day Program - CSDP), surgido como complemento del Programa Nacional de Capacitación Docente en Servicio (National In-Service Teacher Training Program - NISTEP), es una de las experiencias más inspiradoras que he conocido en torno a la intersección escuela-familia-comunidad. Lo ví funcionando, durante las dos semanas que estuve en Granada en 1983 haciendo visitas de campo como parte de un estudio comparativo entre las políticas de alfabetización de Cuba, Nicaragua y Granada, los tres procesos revolucionarios vigentes entonces en la región.

Tanto el CSDP como el NISTEP mostraban (a) la importancia de un gobierno con voluntad política para renovar la educación y facilitar a los maestros la oportunidad y el tiempo para continuar perfeccionándose; (b) la posibilidad de que la comunidad organizada colaborara con los maestros para que estos pudieran liberar tiempo y dedicarlo a su formación permanente; y (c) el potencial que existe en la comunidad para hacerse cargo responsablemente de la escuela un día por semana, asumiendo no solo una función de vigilancia y acompañamiento sino de enseñanza. Esta experiencia mostró, en suma, el potencial de la alianza escuela-comunidad y profesores-padres en la construcción de una escuela diferente y de un profesorado más calificado y comprometido. 

Al asumir el gobierno en 1979, el Movimiento Nueva Joya (MNJ) se comprometió a democratizar la educación. En 1980, declarado "Año de la Educación y la Producción”, se inició una campaña de alfabetización de adultos, una reforma curricular de la primaria, la reparación de edificios escolares, la construcción de una nueva escuela secundaria, la reducción de los costos de matrícula escolar, becas para estudios superiores y educación vocacional, y un programa nacional de capacitación docente en servicio (68% de los maestros de primaria no tenía título habilitante).
 
Una de las primeras medidas fue la realización, en 1980, de un Seminario Nacional de Maestros bajo el lema "Un nuevo maestro para una nueva sociedad". Ahí se recogieron opiniones y sugerencias de los maestros para delinear el plan de reforma educativa y su propio plan de capacitación. El NISTEP arrancó ese mismo año, previa consulta y en convenio con el sindicato docente y la Universidad de West Indies (UWI). Un día a la semana, cada viernes, los maestros asistían a capacitarse en el NISTEP.

El CSDP surgió como complemento del NISTEP. A fin de que los maestros pudieran estudiar dentro de la jornada de trabajo, sin cerrar la escuela y perjudicar el tiempo de aprendizaje de los alumnos, se solicitó la colaboración de los padres de familia y la comunidad a fin de que, un día a la semana, cada viernes, se hicieran cargo de la escuela, enseñando a los alumnos sus conocimientos y habilidades, o bien sacándoles a recorrer la comunidad o a hacer visitas de estudio.

Fue así que amas de casa, agricultores, artesanos, obreros, pescadores, comerciantes, artistas y toda clase de personas fueron respondiendo al llamado e integrándose al programa. Los viernes pasaron a convertirse en los días más esperados por los alumnos y en los más variados de la rutina escolar, incluyendo limpieza de la escuela y de la comunidad; excursiones para visitar monumentos históricos, parques, fábricas, empresas, sitios arqueológicos, oficinas del gobierno, etc.; relato de historias, lectura de cuentos, canto, baile, títeres, pintura, dibujo, deporte; enseñanza de habilidades y oficios: cocina, cestería, bordado, costura, crochet, mecánica, carpintería, cerámica, electricidad, agricultura; conferencias y visitas a la escuela por parte de miembros de la comunidad, intelectuales, funcionarios públicos, empresarios, periodistas, artistas, etc.

El CSDP se organizó como un programa descentralizado, dependiente del compromiso comunitario y de la calidad del vínculo entre la escuela y la comunidad. A nivel local, se ampliaron las tradicionales Asociaciones de Padres y Maestros, las cuales pasaron a convertirse en Consejos Escolares Comunitarios. A nivel intermedio, el programa funcionó a través de Coordinadores de Zona encargados de ayudar a las comunidades con la planificación de las actividades, la logística y el apoyo material necesario. Un comité interministerial (educación, salud, y desarrollo social) tuvo a su cargo la coordinación del programa.

El éxito y los resultados del programa variaron mucho de un lugar a otro. En la buena o mala marcha del programa incidieron sobre todo la actitud del director o directora y la capacidad organizativa del comité coordinador en cada comunidad. En general, el CSDP fue mejor recibido en las zonas rurales que en las urbanas. Las familias rurales se mostraron más dispuestas a donar su tiempo a los maestros y los alumnos, con mayor espíritu de voluntariado y solidaridad. El programa funcionó mejor en las escuelas con directores abiertos y creativos, con buena relación con las familias, que lograron entender la participación comunitaria no como una amenaza a su autoridad o a la calidad de la escuela sino, al contrario, como un signo de vitalidad escolar y como un boquete hacia un nuevo tipo de relación, mutuamente beneficiosa, entre escuela y comunidad.

Gracias al CSDP los alumnos desarrollaron interés y entusiasmo por diversos oficios y habilidades. En varias escuelas se produjeron juguetes y artesanías que empezaron a comercializarse a través de la Empresa Granadina de Artesanías (GRENCRAFT) y se presentaron en exhibiciones nacionales e internacionales. En algunas escuelas prosperaron asimismo huertos escolares hechos por los alumnos con ayuda de la comunidad.

En su corta vida el CSDP mostró que es posible plasmar algunas viejas utopías de las pedagogías progresistas: valorar el trabajo manual tanto por parte de los alumnos como de los maestros, introducir a los alumnos en el mundo del trabajo y prepararles para la participación comunitaria, vincular escuela y comunidad de un modo significativo, crear otro tipo de lazos entre niños y adultos y entre hijos y padres, y, a través de todo eso, dinamizar el currículo, la pedagogía y las relaciones dentro de la escuela.

Aunque inicialmente concebido como una manera de mantener ocupados a los alumnos mientras sus maestros se capacitaban, el CSDP pasó a ser un ejemplo productivo e inspirador de la integración entre saber popular y saber escolar, estudio y trabajo, trabajo intelectual y trabajo manual, escuela y comunidad, formación docente y solidaridad comunitaria, profesores y padres de familia, padres e hijos.


* Incluido en inglés en: Rosa María Torres, The Learning of those who teach: towards a new paradigm of teacher education (dossier), UNICEF New York - UNESCO Paris, 1996.
* Incluido en español en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes, Paidós, Buenos Aires-Barcelona-México, 2000. Prólogo de Fabricio Caivano.

Para saber más
» Granada (Wikipedia) https://es.wikipedia.org/wiki/Granada_(pa%C3%ADs)
» Government of Grenada https://gov.gd/

» People's Revolutionary Government (Grenada) - Wikipedia
https://en.wikipedia.org/wiki/People%27s_Revolutionary_Government_(Grenada)
» The Grenada Revolution Online: Bishop Speech: Education is Production Too!, 15 October 1981 https://www.thegrenadarevolutiononline.com/bisheducationproduction.html
» González-U., Adelso, La revolución de Granada, Nueva Sociedad, No. 58, enero-febrero 1982, pp.81-92. www.nuso.org

About «good practice» in international co-operation in education


Gurbuz Calimar

Rosa María Torres

¿What would be good practice in "international cooperation" or "development aid" for education in countries in the South?

Just as "improving the quality of education" has become insufficient, showing the need for a radical shift and for renewed paradigms for education and learning, "improving the quality of international co-operation" and "improving aid effectiveness" is no longer enough. Major changes are needed to make financial "aid" and technical "assistance" really such and beneficial in the short, medium and long term for the countries they are supposedly addressed to.

Currently, "aid effectiveness" and its identified problems are defined as follows:

"Aid effectiveness is about ensuring maximum impact of development aid to improve lives, cut poverty and help achieve the Millennium Development Goals."
"At the beginning of the 21st century it became clear that aid was not delivering the expected results. Inadequate methods and differences in donor approaches made aid less effective. Action was needed to boost impact."
In: Fourth High Level Forum on Aid Effectiveness, Korea, 29 Nov-1 Dec 2011

COUNTRIES AND DEVELOPMENT

▸  Review "countries"
International agencies traditionally think of countries as divided in government and civil society.
When they say they work with "countries" they often mean government entities and officials. When they say they work with "civil society" or Civil Society Organizations (OSCs) they usually mean Non-Governmental Organizations (NGOs). However, in most countries NGOs represent a small portion of civil society, a portion that is highly dependent on international funding and increasingly dependent on government funding (thus making it necessary to redefine the N of Non-). Grassroots organizations and social movements constitute the core of civil society, representing major social segments such as indigenous groups and nationalities, youth, women, peasants, workers or the unemployed, teachers, etc. In many countries, social movements are key social and political actors with national scope and representation.

▸  Review "development"  
The idea behind "development co-operation" is that countries in the South are "poor" - in need of "poverty alleviation strategies" - and "underdeveloped" or "less developed" -  in the process of "developing" in the same direction of developed countries. This route to development, and the very concept of development, are today under question all over the world and stressed by the global crisis of capitalism (see for example degrowth). Alternatives to development are also being proposed in several countries in the South, challenging conventional development cooperation and aid as we know them.

▸  Accept diversity and act accordingly
So-called "developing countries" ("the South") are highly heterogeneous even within each region: Africa, Asia, and Latin America and the Caribbean. Each country is unique in its own way, beyond economic categories (low/middle/high income) or even more complex indicators such as the Human Development Index and others. They are different in dimensions that are not easy to quantify or classify: history, languages, cultures, traditions, values, citizenship, democracy, education and learning practices, etc. While diversity is increasingly acknowledged in rhetoric, international agencies favor one-size-fits-all policies and policy recommendations for the South. Failure with so many education reform attempts shows the urgency for radical rethinking and doing in this regard. Countries, just as learners, need customized interventions. There is no one size fitting all. There are no universally valid "success stories" waiting to be replicated elsewhere. There is not "what works" and "what doesn't work" in general.
Single sets of education goals with the same deadlines for all - such as Education for All (EFA) or the Millennium Development Goals (MDG) - end up in the usual sense of failure for some and easy accomplishment for others.

EDUCATION

Rights approach
Education is a human right -- the right to free and quality education for all, children, youth and adults. International agencies must thus enhance a rights approach to education, adopting the four As -
availability, accessibilty, adaptability and acceptability - as criteria to ensure such right as well as to identify and develop "good practices" in the fields of education, training and learning.

▸  Wide understanding of education and Lifelong Learning as framework
Agencies must review traditional ideas on education and embrace new knowledge and developments in this and in related fields. It is time for holistic and cross-sectoral approaches, looking beyond school education, beyond access (to schools, to computers, etc.), and beyond Ministries of Education as the obvious and only actors at the country level. It is time to really place learning at the center, beyond tests and testing, and beyond schooling, and to adopt Lifelong Learning (LLL) as a principle and a holistic framework from early childhood (and even before birth) to the elderly. LLL is not reduced to adults, neither does it call for the creation of new, separate sections or departments or new, separate education goals.

▸  Systemic vision
Dealing with education and with educational change requires abandoning
narrow sectoral and piecemeal approaches, and adopting a systemic vision: (a) of education, including all levels, modalities and all types of learning, in and out of school; and (b) of society, understanding that education policies cannot be dealt with in isolation, without taking into account the economy, and broad social and cultural issues, which determine to a great extent the teaching and learning conditions and expectations of the population.

CO-OPERATION

▸  Co-operation among agencies themselves 
Agencies must co-operate, rather than compete, among themselves, if they want to effectively co-operate with countries. Co-operating means, among others, looking for common understandings on issues and concepts, sharing a common statistical base, harmonizing evaluation and reporting criteria and mechanisms, etc. This would alleviate terminological and conceptual confusion in the field, avoid usual overlapping of agendas and duplication of efforts, reduce waste, and save lots of time and resources. Co-operation requires will to dialogue and to coordinate, identifying specific strengths and weaknesses so that they complement each other and ensure synergy. The term "international community" still needs to become a reality. 

▸  Acknowledge and assume their own learning needs
If they are to provide technical advice, international agencies have the responsibility to permanently upgrade their own professional competencies, as well as the knowledge related to the countries where they work. Good technical assistance and advice require people who
see themselves as lifelong learners, open to new realities, humble and ready to listen, dialogue and rectify whenever necessary.

▸  Review the ‘event culture’
International co-operation is usually associated with abundant travel and with events (each with its own report and follow-up process). It is essential to reduce both - events and travel  - looking for more effective and less costly strategies, and taking full advantage of modern technologies, in order to cut costs and ensure efficiency and good use of scarce financial resources.

▸  Redefine publication and dissemination strategies
Agencies routinely produce heavy and fancy national and international reports. Most of the international ones are published in English, sometimes with translations to other languages that are made available with big delay. Few people understand and use such reports for meaningful research or action purposes. It is thus important that agencies review their production and dissemination strategies, making sure they come up with relevant new information and knowledge, easy to access and use by policy-makers, researchers, specialists, journalists, etc. Evaluating the real use and impact of such reports is also essential, without assuming that distribution is an indicator per se.

▸  Support South-South and South-North cooperation 
Not only the term "aid" but also the broader term "co-operation" are conceived as unidirectional: the North doing something for the South. The usual wording of "recipient countries" and "donor countries" makes this transparent. Although South-South co-operation gains ground, it is often also mediated and even coordinated by international agencies themselves. South-North co-operation remains mostly inconceivable. However, the North genuinely interested in the advancement of the South needs not only to learn together with, but also from, the South. 

▸  Work so as to become unnecessary 
Countries' "ownership" - the much repeated phrase "putting countries on the driver's seat" - has been long advocated but little implemented. It is time to do it, abandoning traditional top-down approaches and strategies of international agencies vis a vis "developing countries". Working towards ownership implies respecting and honoring countries' needs and priorities, eliminating conditionalities and untying "aid", giving top attention to the development and use of national capacities and national research rather than continuously importing/imposing them from abroad. The South needs to develop a generation of cadre that manages both relevant international knowledge and country-specific knowledge so as to be able to understand and deal with the interconnectedness between the local and the global. We need competent professionals equipped not only with knowledge but also with empathy, critical thinking, holistic perspectives and systemic understandings of education, learning, community and human development.

The best international co-operation is, ultimately, that which works to benefit countries and not agencies' own interests and agendas, and which deliberately works to become unnecessary. International co-operation and aid have been ineffective so far especially in that they have rather contributed to perpetuate technical and financial dependency as well as external debt.

To learn more

The Paris Declaration on Aid Effectiveness and the Accra Agenda for Action (2005)
Fourth High Level Forum on Aid Effectiveness, Korea, 29 Nov-1 Dec 2011
Aid Effectivesness (Wikipedia)
Eurobarometer Special Surveys: Making a difference in the world: Europeans and the future of development aid, EB76.1, Nov. 2011
Demystifying Aid, by Yash Tandon
The Indicator Tree - a visualisation of the right to education indicators


Related texts by RosaMaría Torres
▸ International initiatives for education ▸ Iniciativas internacionales para la educación
Lifelong Learning in the South: Critical Issues and Opportunities for Adult Education, Sida Studies 11, Sida, Stockholm, 2004.
The 4 As as criteria to identify "good practices" in education  
Lifelong Learning: moving beyond Education for All
On Innovation and Education
Knowldedge-based international aid: Do we want it? Do we need it?
▸ The green, the blue, the red and the pink schools

Lifelong Learning for the North, Primary Education for the South?  
Children's right to basic education
Over two decades of 'Education for All' ▸ Más de dos décadas de 'Educación para Todos'
The World Bank and its mistaken education policiesEl Banco Mundial y sus errores de política educativa

Las «4 A» como criterios para identificar «buenas prácticas» en educación



Rosa María Torres

(Text in English here)

Identificar, documentar y difundir «buenas prácticas» - también llamadas ‘exitosas’, ‘efectivas’, ‘ejemplares’, ‘destacadas’, ‘inspiradoras’, etc. - es un pedido frecuente en el campo de la educación.

Educadores, tomadores de decisiones, agencias internacionales, coinciden a menudo en la ilusión de «modelos» capaces de orientar el buen hacer en diferentes contextos. A esa demanda responden los organismos internacionales vinculados al campo educativo. Existen numerosos inventarios de «buenas prácticas» en publicaciones impresas y en internet, organizadas por temas y por países o regiones.

Algunas experiencias se repiten en todos lados; son también las que suelen ocupar los boxes (recuadros insertos) en informes nacionales e internacionales. Al inicio eran sobre todo experiencias vinculadas a la educación formal; cada vez más, los bancos de «buenas prácticas» se amplían al ámbito no-formal e informal.

No obstante, persiste una limitación: en muchos casos no se explica cómo y con qué criterios se han definido como «buenas» las prácticas elegidas. En general, dicha elección se basa en las categorías convencionales (matrícula, cobertura, número de participantes, culminación del curso o programa, acreditación, etc.) y en aspectos subjetivos que no son fácilmente verificables. No siempre las «buenas prácticas» aparecen sustentadas en evaluaciones. 

Frente a este vacío y a esta necesidad, podemos usar las «4 A» propuestas para verificar el cumplimiento del derecho a la educación - asequibilidad (disponibilidad), accesibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad - como criterios que ayuden a identificar si estamos frente a una «buena práctica» educativa. (Los términos originales en inglés son availability, accessibility, adaptability, acceptability. Traducimos availability como disponibilidad, un término más corriente y comprensible que asequibilidad, que es el que se viene usando en muchas traducciones al español a fin de mantener las «4 A»).

Las «4 A» fueron adoptadas en 1966 en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales como categorías para establecer el cumplimiento del derecho a la educación; posteriormente fueron adoptadas y desarrolladas por Katarina Tomasevski, Relatora Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Educación 1998-2004, quien contribuyó a darles amplia difusión. Las «4 A» se han centrado en la educación de niños/niñas y en sistema escolar. No obstante, la Aplicación del Pacto expresamente establecía que “la educación en todas sus formas y en todos los niveles debe tener estas cuatro características interrelacionadas” (Naciones Unidas, 1999).

Así pues, las «4 A» pueden ser criterios útiles para identificar y desarrollar buenas prácticas educativas tanto en el ámbito escolar como fuera de éste, con niños, jóvenes y adultos. Permiten ir más allá de la información usual centrada en la oferta - presupuesto, costos, matrícula, retención, infraestructura, distribución de materiales y equipos, introducción de innovaciones, uso de tecnologías, aplicación de pruebas, etc. - y tener en cuenta el indispensable punto de vista de la demanda: los educandos, sus expectativas, sus condiciones, sus contextos.

En definitiva: frente a una práctica educativa, y antes de sacar conclusiones sobre sus bondades o eficacia, es necesario preguntarse acerca de su disponibilidad, accesibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad. Las mismas preguntas cabe hacerse respecto de las políticas.

(Asequibilidad) Disponibilidad

La disponibilidad es el nivel básico, con el que a menudo se dan por satisfechos los responsables gubernamentales y la propia ciudadanía. Se refiere a la existencia efectiva del programa, el centro o el servicio, y a las condiciones mínimas para que éste pueda operar.

Muchas veces está la necesidad y la demanda pero no está la oferta educativa que corresponda a dicha necesidad. No existe la guardería, el centro infantil, la escuela, el colegio, el centro comunitario, el taller, la biblioteca, etc. para satisfacer la demanda de la población. Muchos programas tienen coberturas pequeñas, atienden sólo ciertas áreas, edades o grupos, dejando afuera a las poblaciones más vulnerables y peor servidas, en el campo y en la ciudad. A menudo, asimismo, la oferta educativa se piensa únicamente para niños y jóvenes, ignorando las necesidades educativas de la primera infancia y de las personas adultas. Es preciso recordar que el derecho a la educación aplica a todas las personas y a todas las edades, y a lo largo de la vida.

Accesibilidad

No todo lo que está disponible es accesible. Por eso la importancia de asegurar y demandar la accesibilidad:

(a) accesibilidad económica: el derecho a la educación implica gratuidad.

(b) accesibilidad física: horarios adecuados así como la posibilidad de acceder al lugar donde se realiza la actividad (distancia del hogar o del lugar de trabajo, caminos transitables, condiciones de seguridad, previsiones para personas con movilidad restringida, etc.) y a los medios necesarios cuando se trata de una oferta de educación a distancia o de aprendizaje informal (radio, televisión, internet, etc.)

(c) accesibilidad curricular y pedagógica: los participantes deben comprender y manejar los contenidos y métodos propuestos, los instrumentos de evaluación, las tecnologías utilizadas en la enseñanza, etc.

Muchas ofertas educativas no pueden aprovecharse porque sus condiciones de acceso no lo permiten. El pago de cuotas o el uso obligatorio de uniformes excluye a quienes no pueden financiarlos. La distancia puede ser un obstáculo insalvable para niños, personas mayores o personas con problemas de movilidad.

Ejemplos modernos de ofertas educativas disponibles pero no accesibles son a menudo las modernas tecnologías. Muchos no tienen internet ni dispositivos digitales. Equipos informáticos se compran y distribuyen pero quedan sin uso o son desaprovechados porque nadie sabe operarlos o repararlos, no se ha sensibilizado ni capacitado a los docentes, e incluso no existen condiciones de funcionamiento como energía eléctrica o conexión a internet. Por eso, antes de definirlas como 'buenas prácticas', es indispensable cerciorarse de que las innovaciones tecnológicas son realmente tales.

Adaptabilidad


No todo lo que está disponible y es accesible es relevante o pertinente para quienes está destinado. La oferta educativa (currículo, metodologías, horarios, sistemas de evaluación, infraestructura, mobiliario, etc.) debe adaptarse a las realidades, expectativas, intereses y posibilidades de los educandos en cada caso. La mayoría de personas y familias se contenta con que la educación esté disponible y sea accesible, sin asumir que el derecho a la educación incluye derecho a una buena educación, pertinente, relevante, de calidad.

Lenguas, culturas, horarios, contenidos, medios, tecnologías, metodologías, instrumentos y procedimientos de evaluación, deben adaptarse a cada contexto específico: zona geográfica, estación o período del año, clima, edad, género, trayectoria y nivel educativo de los educandos, disponibilidad de tiempo, motivaciones, ritmos y estilos de aprendizaje, necesidades especiales, etc. Esto supone empatía con la gente, conocimiento de las realidades locales, capacidad para anticipar y rectificar oportunamente, consulta y participación de los directamente involucrados.

La adaptabilidad tiene que ver tanto con la diferencia como con la desigualdad. Responder a la diversidad implica una oferta flexible y diversificada que responde a las diferencias individuales y colectivas, lo que es condición para la eficacia de cualquier intervención educativa. Responder a la desigualdad implica adicionalmente el desafío de la equidad, dando más y mejor a quienes menos tienen a fin de compensar las desventajas de su situación de partida. Políticas, programas, estrategias y metas homogéneas, iguales para todos, refuerzan la inequidad en lugar de reducirla.

Los desafíos más grandes de adaptabilidad suelen darse en las zonas rurales (dispersión de la población, distancias, pobreza, precariedad, trabajo extenuante, a menudo falta de servicios básicos como agua potable o energía eléctrica, etc.), los grupos indígenas (lenguas y culturas no-hegemónicas, fuerte subordinación de la mujer en muchas comunidades y culturas, etc.), poblaciones móviles (trabajadores migrantes, sin tierra, sin casa; población desplazada por conflictos armados o desastres naturales, etc.), grupos altamente heterogéneos (en términos de edad, nivel educativo, lenguas, culturas, etc.) y grupos con necesidades especiales, quienes requieren condiciones, estrategias y materiales específicos. La combinación de varias de estas características hace tanto más complicada la atención diferenciada.

Aceptabilidad

La aceptabilidad se ubica del lado de las personas y grupos a quienes está dirigida la oferta educativa y tiene que ver fundamentalmente con su satisfacción. Aquí radica la prueba de fuego de políticas y programas. Tanto la relevancia (‘para qué’) como la pertinencia (‘para quién’) de la oferta educativa constituyen aspectos centrales de la calidad de la educación y de su potencial transformador.

La satisfacción tiene que ver con muchas dimensiones y factores tales como la autoestima, la dignidad, el respeto, la superación de la soledad y el aislamiento, la socialización y la interacción con pares, el sentimiento de pertenencia, el llano disfrute.

La mejor indicación de que un centro o un programa educativo funciona y es adecuado a las necesidades de los educandos es que estos asisten, participan y se sienten contentos. Niños y niñas dan muestras claras de lo que les gusta y de lo que les disgusta; no obstante, en el campo de la educación este hecho a menudo ni siquiera se tiene en cuenta como aspecto central de la "calidad" educativa. Si los niños no se sienten cómodos, si en el lugar se respira miedo, desconfianza, autoritarismo, maltrato... no estamos frente a una buena práctica educativa, aunque otras señales (por ejemplo, infraestructura moderna o buenos puntajes en pruebas) puedan indicar lo contrario.

Para muchas mujeres el tiempo de la clase significa la posibilidad de escapar por un rato del hogar y de la rutina cotidiana. Para muchos jóvenes el centro educativo puede constituir una experiencia rehabilitadora después de haber pasado por una experiencia escolar maltratante y traumática. Para muchos participantes, especialmente hombres, ir a una escuela a estudiar es algo que les incomoda, pues se sienten tratados como niños y expuestos públicamente, por lo que prefieren a menudo aprender en sus propias casas o en lugares menos visibles.

Idealmente, todo programa debería incorporar mecanismos confiables para evaluar la satisfacción de los/las participantes, más allá de indicadores clásicos como retención, la aplicación de una prueba o la aprobación del programa o del nivel. La alta deserción que prevalece en muchos sistemas escolares y en muchos programas de educación de jóvenes y adultos puede ser indicativo de problemas combinados de disponibilidad, accesibilidad, adaptabilidad y aceptabilidad.

Una clave tanto de la adaptabilidad como de la aceptabilidad de la oferta educativa radica en la profundidad y la calidad de la participación de los potenciales «beneficiarios», sólo de este modo convertidos en ‘participantes’ del proceso, desde el diseño de políticas y programas, hasta su ejecución, seguimiento y evaluación. Antes que políticas y programas para, se trata de construir políticas y programas desde y con la gente: niños, jóvenes, adultos, familias, comunidades, organizaciones sociales.

* Algunos inventarios de «buenas prácticas» en el campo de la educación de jóvenes y adultos

Convenio Andrés Bello (CAB): Portafolio de Alfabetización
Fundación Santillana: Registre su experiencia
OEI/SEGIB: Premios para la Alfabetización Iberoamericana (Experiencias en Alfabetización y Educación de Jóvenes y Adultos)
UNESCO-UIL: Effective Literacy Practice
UNESCO-OREALC: Red Innovemos - Criterios para la selección de buenas prácticas y políticas de alfabetización

* Texto desarrollado a partir de: Rosa María Torres, "De la alfabetización al aprendizaje a lo largo de toda la vida. Tendencias, temas y desafíos de la educación de personas jóvenes y adultas en América Latina y el Caribe". Informe Regional preparado para la VI Conferencia Internacional sobre Educación de Adultos (Belém-Pará, Brasil, 1-4 diciembre 2009). Una contribución del CREFAL a CONFINTEA VI.

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