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Bonil |
"Para esto, Señor Presidente, podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia. Para servir a este pueblo ecuatoriano que se ha puesto de pie con dignidad".Estas fueron palabras del Papa Francisco a su arribo a Quito, el 5 de julio de 2015, en respuesta al discurso de bienvenida de Rafael Correa en el aeropuerto. Jamás imaginó el Papa el revuelo que causarían esas palabras. Finalmente le tocó aclararlas a él mismo, en el vuelo de regreso a Roma, después de culminar su gira sudamericana que lo llevó a Ecuador, Bolivia y Paraguay.
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El Comercio, 6 julio. Recirculado por el Padre David de la Torre, vocero de la Conferencia Espiscopal Ecuatoriana |
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Radio Vaticano, 6 julio 2015 |
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Radio Vaticano, 6 julio 2015 |
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Ecuadorenvivo, 8 julio 2015 |
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La Historia, 9 julio 2015 |
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Expreso, 9 julio 215 |
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El Universo, 9 julio 2015 |
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El Ciudadano, 11 julio 2015 |
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El Comercio, 13 julio 2015 |
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El Telégrafo, 13 julio 2015 |
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ACI Prensa, 14 julio 2015 |
Señor Presidente,
Distinguidas autoridades del Gobierno,
Hermanos en el Episcopado,
Señoras y señores, amigos todos.
Doy gracias a Dios por haberme permitido volver a América Latina y estar hoy aquí con ustedes, en esta hermosa tierra del Ecuador. Siento alegría y gratitud al ver la calurosa bienvenida que me brindan: es una muestra más del carácter acogedor que tan bien define a las gentes de esta noble nación.
Señor Presidente, le agradezco sus palabras en consonancia con mi pensamiento, me ha citado demasiado, gracias; a las que correspondo con mis mejores deseos para el ejercicio de su misión, que pueda lograr lo que quiere para el bien de su pueblo. Saludo cordialmente a las distinguidas autoridades del gobierno, a mis hermanos Obispos, a los fieles de la Iglesia en el país y a todos aquellos que me abren hoy las puertas de su corazón, de su hogar y de su Patria. A todos ustedes mi afecto y sincero reconocimiento.
Visité Ecuador en distintas ocasiones por motivos pastorales; así también hoy vengo como testigo de la misericordia de Dios y de la fe en Jesucristo. La misma fe que durante siglos ha modelado la identidad de este pueblo y dado tan buenos frutos, entre los que se destacan figuras preclaras como Santa Mariana de Jesús, el Santo hermano Miguel Febres, Santa Narcisa de Jesús o la Beata Mercedes de Jesús Molina, beatificada en Guayaquil hace treinta años durante la visita del Papa San Juan Pablo II. Ellos vivieron la fe con intensidad y entusiasmo, y practicando la misericordia contribuyeron, desde distintos ámbitos, a mejorar la sociedad ecuatoriana de su tiempo.
En el presente, también nosotros podemos encontrar en el Evangelio las claves que nos permitan afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones, para que los logros y el progreso y todo este progreso en desarrollo que se están consiguiendo y se consoliden y garanticen un futuro mejor para todos, poniendo especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables. Para esto, Señor Presidente, podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia. Para servir a este pueblo ecuatoriano que se ha puesto de pie con dignidad.
Amigos todos, comienzo con ilusión y esperanza los días que tenemos por delante.
En Ecuador está el punto más cercano al espacio exterior: el Chimborazo, llamado por eso 'el lugar más cercano al sol’, a la luna y las estrellas. Los cristianos identificamos a Jesucristo con el sol y a la luna con la Iglesia. La Luna no tiene luz propia y si la Luna se esconde del Sol se vuelve oscura. El Sol es Jesucristo y si la Iglesia se aparta o se esconde de Jesucristo se vuelve oscura y no da testimonio. Que estos días se nos haga más evidente a todos la cercanía ‘del sol que nace de lo alto’, y que seamos reflejo de su luz, de su amor.
Desde aquí quiero abrazar al Ecuador entero. Que desde la cima del Chimborazo hasta las costas del Pacífico; desde la selva amazónica, hasta las Islas Galápagos, nunca pierdan la capacidad de dar gracias a Dios por lo que hizo y hace por ustedes, la capacidad de proteger lo pequeño y lo sencillo, de cuidar de sus niños y ancianos, que son la memoria de su pueblo, de confiar en la juventud, y de maravillarse por la nobleza de su gente y la belleza singular de su país, que según el señor Presidente es el paraíso.
Que el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, a quienes Ecuador ha sido Consagrado, derramen sobre ustedes su gracia y bendición. Muchas gracias.
Lombardi: “El papa me dijo yo voy a añadir (en discurso) unas cosas que son importantes”
Esta frase fue una de las frases que el papa Francisco añadió a su discurso oficial a su llegada. El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, destacó durante una rueda de prensa los cambios realizados por el Papa en su saludo al país y que fueron introducidos durante el vuelo desde el Vaticano al Ecuador.
“El Papa me dijo: voy a añadir unas cosas que son importantes”, mencionó Lombardi. La frase dirigida al pueblo ecuatoriano, según Lombardi, “fue muy interesante”. Son palabras muy bendecidas e importantes, dijo, a la par que destacó que el Papa tiene gran respeto por los pueblos que encuentra. “Sabe que el pueblo ecuatoriano marcha y desea construir un porvenir mejor y se ha puesto de pie con dignidad”, dijo. Para Lombardi, dignidad es palabra característica del Papa Francisco.
Al ser consultado si el Sumo Pontífice estuvo inquieto por protestas en Ecuador los días previos a su visita, Lombardi dijo que “el Papa es una persona muy bien informada”, pero aseguró que no estuvo preocupado, y más bien estaba seguro de que su visita sería una fiesta del pueblo en todo el país y que tendría gran acogida.
Sobre el discurso del presidente Correa, Lombardi aseguró que el Papa lo describió con una frase muy clara al decirle al primer mandatario: “Agradezco su consonancia con mi pensamiento”. Explicó que ese discurso estaba en consonancia con elementos de la doctrina social de la Iglesia. Lombardi también agradeció y destacó la participación de los voluntarios en la Iglesia sobre las tareas cumplidas.
José Granero, productor técnico dentro de la visita del Papa, explicó que en este primer día hubo una transmisión en directo de 3 horas y 50 minutos. Al menos 200 televisoras de los cinco continentes transmitieron en vivo la llegada del Papa.
Destacó que por primera vez se hará una transmisión de 24 horas de la estancia del Papa, contando con elementos técnicos que nunca se han utilizado: cámaras robotizadas, uso de dos helicópteros (uno con cámara en la parte inferior) y dos vehículos que van delante y detrás de la comitiva de seguridad.
Demasiado. Es que el discurso de Correa fue desde todo punto de vista excesivo. Primero, por su duración. El protocolo acordado con el Vaticano era que cada uno hablara cinco minutos, pero Correa habló 12, mientras que el Papa se ciñó al tiempo acordado. Segundo, en el carácter teológico que desplegó, pues Correa citó por activa y por pasiva palabras del Papa sobre la distribución injusta de la riqueza.
Lo hizo entresacando frases de su última encíclica y del mensaje papal a la Cumbre de las Américas, pero citó también al Papa Juan Pablo II y a las conferencias episcopales latinoamericanas de Puebla y Medellín.
Todo un tratado. Aparte de eso estuvo el repetido chiste presidencial, impropio para una ocasión solemne, de que el Papa es argentino, Dios es brasileño pero el paraíso es ecuatoriano, que a Correa le encanta porque cree que es una demostración de su ingenio.
Correa en su discurso no estaba hablando para el Papa, o no solo para el Papa. Estaba mandando un mensaje político al Ecuador en la misma línea del abrumador despliegue de vallas blancas con la imagen del Papa con el halo de la campaña “Ecuador ama la vida” y las frases sobre justicia social y redistribución de la riqueza. El Papa le agradeció tanta cita y la consonancia de pensamiento.
Ese salto dialéctico es imposible de hacerlo de buena fe, porque la Doctrina Social de la Iglesia defiende el trabajo individual, la dignidad de la familia, el derecho de propiedad y aunque habla, en efecto, de una hipoteca social sobre los bienes privados para que estos sirvan al destino general que Dios quiere para ellos, la Iglesia no propugna leyes confiscatorias y menos estos delirantes proyectos de ley.
No lo hace mal Correa cuando lee. Sofista y todo, lo hace bien. Cuando improvisa es que hay que temerle, como en el Enlace Presidencial 431, 24 horas antes de que llegue el Papa. Algunos ingenuos esperábamos que el lenguaje de esa sabatina fuera calmado, pacífico, teniendo en cuenta la visita papal. Pero Correa es Correa, incorregible. Y en la sabatina le sale su genio. Así que volvió a la insultadera, a la descalificación, contra los políticos, contra las cámaras, contra la prensa. Y mostró sus prioridades, por ejemplo volver a instruir a la policía a que meta presos y responda con dureza a los supuestos ataques de que es objeto, lo que viene repitiendo desde las manifestaciones del 19 de marzo.
Entonces, como ahora, quiere convencer al país de que son manifestaciones violentas, “de una violencia irracional”, cuando todos sabemos que han sido pacíficas, aunque, por supuesto, siempre va a haber (aquí y en todo el mundo) gente que busque bronca a la policía, la provoque y la ataque. Pero son pocos y aislados, y el carácter de las manifestaciones ha sido de una paz verdaderamente… franciscana.
Pero volvamos a la visita del Papa. Unas pocas observaciones más. La primera: Correa “robó cámara” de lo lindo cuando se puso delante del Papa a recibir los saludos de los niños indígenas, afros y montubios que formaban la calle de honor. El Papa les llamó y quiso saludarlos a todos, pero el presidente se adelantó y la cámara captó su saludo a cada uno de los niños antes de que saludaran al Papa. ¿Cuál era el mensaje?
Primero Correa, luego el Papa. No solo eso; Correa distraía a los jóvenes con preguntas, por lo que hubo chicos a los que el Papa abrazaba pero ellos todavía estaban viendo al presidente.
Otra observación: el clamor de rechazo y de gritos de “Fuera, Correa, fuera” que se levantó a lo largo de toda la avenida 6 de Diciembre cuando, después de haber pasado el Papa, pasó rauda una caravana de vehículos con vidrios negros que la gente interpretó como gubernamental. Lo comprueban cientos de mensajes en redes sociales (pasó en El Ciclista, en la Granados, en el Estadio Olímpico, en la esquina con Eloy Alfaro, en la plaza Argentina) que el sistema gubernamental de interceptación de comunicaciones debe haber registrado con rubor.
¿Y del Papa? Su discurso fue hermoso. Lleno de pasajes memorables; el mejor, su párrafo sobre el Chimborazo como el lugar más cercano al sol y la posterior comparación de Jesucristo con el sol y la Iglesia con la luna. Pero a todos nos sorprendió su frase: “Señor Presidente: podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia para servir a este pueblo ecuatoriano que se ha puesto de pie con dignidad”. No puede dejar de oírse esta frase en el contexto ecuatoriano actual, que el Papa lo conoce bien según ya sabíamos y lo reconfirmó el vocero del Vaticano, P. Federico Lombardi. Lo que el Papa le ofreció a Correa fue apoyo de la Iglesia para servir al pueblo. Incluso hay quienes quieren ver en esto una oferta de mediación. Pero ¿y la segunda parte?, ¿la de que el pueblo ecuatoriano “se ha puesto de pie con dignidad”? Mi convencimiento, y lo he consultado con personas cuyo criterio me es muy respetable, es que se trata de una admonición.
Si es cierto lo que Correa confesó, que su tesoro no es el poder sino el servicio, debería escuchar al pueblo y al Papa y rectificar.
13 julio 2015
El Papa Francisco aclara la frase: "El pueblo ecuatoriano se ha puesto de pie con dignidad". "Me refiero a la mayor conciencia que el pueblo ecuatoriano ha ido tomando"
En su vuelo de retorno a Roma tras su gira de ocho días por tres países de Latinoamérica, el Papa Francisco se refirió a la frase que dijo en Ecuador: "el pueblo ecuatoriano se ha puesto de pie con dignidad". A continuación la pregunta del periodista y la respuesta del Pontífice sobre el tema:
El Ecuador estaba convulsionado antes de su visita. Después de que usted abandonó el país volvieron las personas que hacen oposición al gobierno a salir a las calles. Parece ser que su presencia en Ecuador se quiere utilizar políticamente. Especialmente por la frase que usted utilizó de que el pueblo de Ecuador se ha puesto de pie con dignidad. Yo le pregunto: ¿A qué responde esa frase? ¿Simpatiza con el proyecto político del presidente Correa? ¿Usted cree que las recomendaciones que ha dado en la visita a Ecuador con miras a alcanzar el desarrollo, el diálogo, ya se practican en Ecuador?
"Evidentemente, sé que había problemas políticos y huelgas. No conozco los intríngulis de la política de Ecuador. Sería necio de mi parte que diera una opinión. Después me dijeron que hubo un paréntesis durante mi visita, lo cual agradezco porque es un gesto de un pueblo en pie, respetar la visita del Papa. Lo agradezco y lo valoro. Ahora, si vuelven las cosas, evidentemente que los problemas y las discusiones políticas siguen.Con respecto a la frase que usted dice, me refiero a la mayor conciencia que el pueblo ecuatoriano ha ido tomando de su valor (...) Hubo una guerra limítrofe con Perú no hace mucho, hay mayor conciencia de la mayor riqueza étnica de Ecuador. Y eso da dignidad. Ecuador no es un país de descarte. Se refiere a todo el pueblo y a toda la dignidad de ese pueblo que después de esa guerra limítrofe se ha puesto de pie y ha tomado cada vez más conciencia de su dignidad y de la riqueza de la unidad en la variedad que tiene. No puede atribuirse a una situación política concreta de un signo o de otro, porque esa misma frase (me comentaron, no lo ví) fue instrumentalizada para explicar ambas situaciones: o sea, que el gobierno ha puesto de pie a Ecuador, o que se han puesto de pie los contrarios al gobierno. Una frase se puede instrumentalizar, y en eso creo que hay que ser muy cuidadoso. Le agradezco la pregunta, porque es una manera de ser cuidadoso.Si me permiten: es muy importante en el trabajo de ustedes la hermenéutica de un texto. Un texto no se puede interpretar con una frase. La hermenéutica tiene que ser en todo el contexto. Hay frases que son justo la clave de la hermenéutica. Y hay frases que no, que son dichas de paso. Entonces, hay que ver el contexto, la situación, incluso la historia de ese momento. O, si estamos hablando del pasado, interpretar un hecho del pasado con la hermenéutica de ese tiempo.Es clave interpretar un discurso con una hermenéutica totalizante, no aislada".