Cuatro Ps son especialmente importantes en el desarrollo de las personas y de los países: Padres/Madres de familia, Profesores, Periodistas y Políticos. Todos ellos tienen influencia - positiva o negativa - sobre la población. Ellos inculcan valores y actitudes, forman opinión y se convierten en modelos o antimodelos para niños, jóvenes y adultos. Los cuatro educan de manera explícita (a sus hijos, a sus alumnos, a sus audiencias, a sus mandantes) o bien a través de enseñanzas invisibles. Todos ellos son co-responsables de la información y la educación de las personas, de los aprendizajes de los alumnos, del afecto o desafecto por la lectura. Todos ellos inciden en el nivel educativo y en la cultura general de una sociedad.
Elevar el nivel educativo de una sociedad requiere mejorar no solo la calidad del sistema educativo sino también la calidad de la educación que se hace en los hogares, en los medios y en la política.
Si se comprendiera cabalmente el rol que cumplen padres y madres de familia, profesores, periodistas y políticos en la formación de niños, jóvenes y adultos, gobiernos y sociedades pondrían mucha más atención a sus perfiles.
Padres y madres de familia
De padres y madres se dice que son "los primeros educadores". Pero nadie parece tomárselo en serio. Si se tomara conciencia del papel de la familia en los aprendizajes y en las perspectivas de vida de niños y jóvenes, se daría importancia especial a la educación de adultos, a la educación de padres, a la educación ciudadana; se desarrollarían programas para ayudar a las familias a cumplir mejor su rol educativo; se facilitaría a padres, madres y abuelos información y conocimientos indispensables para la crianza de hijos y nietos, y se promovería su participación en las decisiones que tienen que ver con su educación dentro y fuera de la escuela.
Los aprendizajes durante la primera infancia se hacen en el hogar. La familia tiene un papel fundamental en el desarrollo de valores y actitudes, en el aprendizaje de los afectos y las emociones, en el acercamiento a la lectura y la escritura. Niños y niñas que crecen con carencias afectivas, de cuidado, de estímulo, llegan mal equipados a la escuela y esos déficits se arrastran por el resto de la vida.
Una y otra vez las evaluaciones escolares reiteran la relación positiva entre buen desempeño de los alumnos y educación de los padres (sobre todo de las madres), altas expectativas de estos respecto de los hijos, interés y acompañamiento en su vida escolar. No basta con alfabetización; hay una gran diferencia entre saber leer y escribir, y leer y escribir efectivamente. Tener padres y madres educados debería considerarse parte del derecho a la educación de todo niño y niña.
Profesores
Los profesores (maestros, docentes, educadores) son los encargados de la enseñanza en el sistema educativo a los distintos niveles. De su calidad humana y profesional depende, en gran medida, que los alumnos aprendan en las aulas y que desarrollen el gusto por aprender. Los países con los mejores sistemas educativos son los que dan atención especial a los docentes. Finlandia aparece, en este aspecto, como un caso emblemático a nivel mundial; el mayor 'secreto' finlandés radica en la selección, formación y autonomía de los docentes y en la confianza que depositan en ellos las familias y toda la sociedad.
Invertir en profesores - calidad profesional, calidad de vida, satisfacción personal - es la inversión más importante en el puertas adentro del sistema educativo. Ni la infraestructura ni el equipamiento ni la tecnología tienen el impacto que puede tener sobre los alumnos y sobre sus aprendizajes un buen profesor o profesora.
Periodistas
La labor de los periodistas es informar de manera responsable y con la mayor objetividad en los medios y espacios de información y comunicación en que se desempeñan. El respeto por la verdad y el rigor en la búsqueda de información fidedigna y verificable son considerados principios claves de la labor periodística. La calidad del periodismo hace a la calidad de la democracia, a la calidad ciudadana y a la calidad de la educación de un país.
"Escuela paralela" se ha llamado a los medios. Radio, periódicos y televisión pasaron a convertirse en fuente cotidiana de información y entretenimiento de niños, jóvenes y adultos en todo el mundo. El niño o el adulto embobado frente al televisor se convirtió en imagen icónica del sujeto cautivo, inmóvil, pasivo e indefenso frente a la información y a la propaganda.
La aparición y expansión del mundo digital vino a multiplicar exponencialmente no solo el volumen de la información sino la rapidez con que se difunde. Internet es hoy la biblioteca más grande del mundo. No hay escuela ni biblioteca física que pueda competir en términos de ubicuidad, inmediatez y rapidez. La mitad de la humanidad sigue aún desconectada, sin acceso a internet; la otra mitad avanza hacia un mundo cada vez más conectado, con inmensas posibilidades y también inmensos problemas y riesgos.
Detrás de cada noticia, de cada spot, de cada artículo, tanto en los medios convencionales como en las redes sociales e internet, hay un periodista o un comunicador. Hoy, más que nunca, el buen periodismo y la buena comunicación es una necesidad imperiosa en un mundo caracterizado por la sobreinformación y la abundancia de información falsa, la noticia sin contexto ni verificación, la lectura rápida, la comprensión superficial, la pérdida de pensamiento crítico.
Políticos
La política lidia con el poder y se ocupa de la gestión de la cosa pública. Asociados a términos como "tomadores de decisiones", "dirigentes", "líderes", los políticos son actores fundamentales en la (des)información, la (in)comunicación y la (des)educación de la ciudadanía.
A través de sus palabras y sus actos, el buen político puede convertirse en ejemplo y en inspiración para la ciudadanía. De igual modo, a través de sus palabras y sus actos, el mal político desinforma, manipula, despliega valores y actitudes que van en sentido opuesto a lo predicado y a lo deseable.
La indiferencia y el desencanto con la política son fenómenos mundiales alimentados por líderes y políticos corruptos, deshonestos, mentirosos, que traicionan los mandatos y las credibilidad de los pueblos. América Latina ya es conocida como una de las regiones más corruptas del mundo. Los escándalos de corrupción que nos ofrecen políticos y empresarios se multiplican. Los altos niveles de impunidad son posibles, a menudo, gracias a la complicidad de los sistemas de justicia.
De la calidad de la cultura política y de los políticos depende también, en gran medida, la calidad de la educación de un país. Es usualmente a nivel de las cúpulas político-tecnocráticas que se define la calidad y la pertinencia del gasto y la propia calidad de las políticas educativas, a nivel mundial y local. Los indicadores clásicos registran y valoran incrementos en los presupuestos y en las matrículas, reducciones en las tasas de abandono, mejoras en los puntajes de las pruebas, número de becas, nuevas infraestructuras, expansión del internet y del wifi, pero no hay indicadores para dar cuenta de los niveles de coherencia, honestidad, transparencia, austeridad, participación y veeduría social en las decisiones y tareas de la educación.
¿Qué tienen en común padres/madres, profesores, periodistas y políticos?
Los cuatro son formadores y multiplicadores
De padres y madres se espera que den a sus hijos e hijas cuidado, protección, seguridad y afecto, condiciones básicas para vivir y para aprender.
De profesores y periodistas se espera que sean profesionales calificados, competentes, idóneos; que investiguen, que verifiquen antes de dar algo por cierto, que tengan buen nivel educativo y una cultura general amplia.
De los políticos se espera honestidad, liderazgo comprometido con la transformación social y el mejoramiento de la vida de todos, no uso y abuso del poder para su beneficio personal.
Profesores y periodistas deben estudiar para ejercer profesionalmente. Padres y madres de familia generalmente aprenden a ser padres y madres en la experiencia de serlo, improvisan en la marcha, sin cursos ni títulos.
Personas intolerantes, autoritarias, violentas, no deberían ser políticos ni periodistas ni profesores. Tampoco personas con comportamientos racistas, machistas o xenófobos, Todos estos son roles que implican mentes abiertas, dispuestas al aprendizaje, a la investigación y al diálogo, que exigen ser ejemplo para sus mandantes, alumnos y audiencias.
Los cuatro tienen tareas de gran complejidad y responsabilidad
La crianza, la enseñanza, el periodismo y la política son tareas complejas y de gran responsabilidad.
No cualquiera está preparado para ser padre o madre.
No cualquiera puede ser profesor o profesora. Se requiere empatía, amor por la enseñanza, gusto por la lectura y la escritura, aprendizaje permanente. El magisterio debería tener estándares y filtros muy altos, a fin de poder elegir a los mejores, entendiendo por "mejores" no necesariamente a quienes pasan un examen, tienen buenas calificaciones o varios títulos sino a quienes tienen disposiciones especiales para la enseñanza y para el propio aprendizaje.
No cualquiera puede llegar a ser un buen periodista. El buen periodista se expresa y comunica bien, es buen lector, investigador acucioso, intelectual comprometido con la búsqueda de la verdad, capaz de adoptar posiciones críticas frente al poder, a la injusticia, a la mentira.
No cualquiera debería ser político y ocupar un cargo público. La política requiere vocación de servicio, integridad, espíritu democrático y autocrítico, inclinación al diálogo, respeto por las diferencias y por los diferentes.
Los profesores, crecientemente controlados por los políticos y las políticas, son hoy obligados a mostrar su valía profesional y su "desempeño" a través de pruebas y puntajes, los suyos propios y los de sus alumnos. Ni periodistas ni políticos son sometidos a evaluaciones de sus saberes, competencias y desempeños. Hasta la fecha, cuando menos, no se aplica a los padres tests para determinar su "aptitud" o "madurez" parental, aunque ya hay quienes proponen, también para ellos, evaluaciones de desempeño ...
Los cuatro tienen que ver con la construcción de ciudadanía
El fin de la educación es construir ciudadanos. A ese fin deben contribuir también la familia, el periodismo y la política. La construcción de ciudadanía se inicia desde la primera infancia, aunque la sociedad no tenga conciencia de esto.
Educar es tarea de mediano y largo plazo. Cambiar la educación es tarea permanente y toma años, décadas, generaciones. Sus impactos y frutos no se ven de inmediato sino con el paso del tiempo.
La educación (en el hogar y en el sistema educativo) trabaja para el mañana; el periodismo y la política responden por lo general a la lógica de la inmediatez. El periodismo se juega en la primicia, en la oportunidad del momento, en el día a día de la noticia. La política apuesta a la obra tangible y a los resultados inmediatos, se mueve con los ritmos y plazos perentorios del poder, de la exposición mediática, de la impaciencia de los electores.
Es, justamente, tarea ciudadana velar por que las políticas educativas dejen de verse como pertenecientes al 'sector educativo' y al 'sistema educativo', y amplíen su mirada y acción al ámbito de la familia, los medios y la política.
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