Presentación del libro de César Picón "Las Voces de Abajo"

10 de junio de 2020

Buenas tardes con todos y todas.

Es un gusto compartir con ustedes este acto de lanzamiento del libro de César Picón “Las Voces de Abajo: Para impulsar la Educación de las Personas Jóvenes y Adultas del Perú”. Un gusto por el autor, por el libro y por el momento en que sale a la luz.

El autor

Me une a César una larga amistad, una relación inicial de maestro-discípula convertida, con los años, en una relación profesional. Como siempre recuerdo y digo, César tiene mucho que ver en mi opción profesional por la alfabetización de adultos, junto con Pepe Rivero, otro gran amigo y educador peruano. Yo había trabajado en Nicaragua durante seis años, a raíz del triunfo de la revolución sandinista. De regreso en el Ecuador, me ví envuelta en la Campaña Nacional de Alfabetización “Monseñor Leonidas Proaño”, que acababa de lanzarse y en la que acepté ser Directora Pedagógica.

Fue ahí que conocí a César y a Pepe. César me propuso organizar y coordinar una red nacional de alfabetización en el Ecuador, cosa que hice, con entusiasmo. Desde entonces no he abandonado la educación de adultos. En los últimos 20 años he venido trabajando en el paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida, donde la educación de adultos ocupa un lugar muy importante pero ya no de manera aislada sino en sus inter-relaciones con todas las educaciones y con todas las edades, desde la primera infancia hasta el fin de la vida.

César es un autor prolífico y creativo, y un educador comprometido, apasionado con lo que hace. Sigue trabajando incansable en su afán por sacar adelante a la educación de jóvenes y adultos, por darle visibilidad nacional e internacional. Este libro es su último empeño en este sentido.

El libro

El libro es resultado de un proceso muy interesante de trabajo. Su núcleo son reuniones, conversaciones, debates, con personas y colectivos que hacen educación de jóvenes y adultos en el Perú. César hace del diálogo una herramienta central de construcción de conocimiento y de sentido. La participación de actores de base no tiene aquí solo valor testimonial; aspira a la búsqueda de relevancia, de juntar voluntades y lograr acuerdos básicos en la línea de construir política educativa, en este caso, política educativa nacional para el Perú.

Hay diversidad, discrepancias y también incoherencias en el conjunto de esos intercambios. Reflejan, al fin y al cabo, el pensamiento libre y vivo de la gente que hace educación en el terreno. El libro es, de muchos modos, un libro colectivo, de muchas voces, a las que César acoge, valora y da forma escrita, para que perduren en el tiempo.

En ese escuchar las voces de los de abajo hay una lección importantísima no solo para la investigación y para la construcción de conocimiento sino para el tratamiento de la política educativa. La buena política educativa es participativa, deliberativa, valora y recoge múltiples saberes, construye de entrada y en el camino condiciones de posibilidad. La usual verticalidad con que se toman las decisiones en educación, no solo a nivel local y nacional sino cada vez más a nivel global, viene mostrando claramente sus límites y su inoperancia. Es hora de poner freno a las visiones homogeneizantes y a las decisiones verticales, sin consulta ni participación de los involucrados en cada país, en cada región, en cada contexto.

El momento

El libro ve la luz en medio de una pandemia global y de un confinamiento prolongado al que todos nos hemos visto sometidos. Su lanzamiento, en forma virtual, refleja las particularidades de este momento.

Muchos ven en esta crisis una gran oportunidad para repensar la educación. En el centro de la preocupación se pone a los niños y al sistema escolar, sin una mirada amplia y sistémica de lo educativo. La educación de jóvenes y adultos, una vez más, no está siendo tenida en cuenta en la multiplicidad de encuentros virtuales que vienen realizándose en esta región y en el mundo en torno a los escenarios futuros. 

La pandemia obligó a una experiencia masiva de alojamiento de la educación escolar en los hogares, pidiendo ayuda a los padres de familia, mientras los sistemas escolares permanecían cerrados. No obstante, esa intensa experiencia familiar no es motivo de reflexión y análisis. ‘Educación en casa’ pasó a entenderse como ‘escolarización en casa’ (homeschooling, en inglés). Qué hemos aprendido en estos meses sobre el papel de los padres de familia en la educación y el aprendizaje de los hijos, sobre la relación familia-escuela, y sobre el potencial y las posibilidades del aprendizaje familiar, inter-generacional, no es tema de interés. Y es precisamente ahí donde tenemos ahora nuevos elementos para replantear y reposicionar la educación en la familia.

En el debate internacional, los adultos – padres y profesores - aparecen hoy mencionados sobre todo en relación al tema de la alfabetización y la formación digital. Si la educación virtual va a tener mayor importancia en el futuro, se advierte la necesidad de que los padres de familia se familiaricen con las tecnologías a fin de poder ayudar a los hijos con las tareas escolares. En otras palabras, educación de adultos entendida como educación de padres en función de la educación escolar de los hijos. Necesitamos participar en estas discusiones, reclamar un espacio para la educación de jóvenes y adultos, contribuir a ampliar y complejizar esa visión estrecha.

El rol de la comunidad no ha podido visualizarse cabalmente hasta hoy en la pandemia debido al confinamiento en casa, pero la educación comunitaria también deberá ser incorporada y repensada en el marco de la renovación educativa propuesta.

Para concluir diría que, en este momento crítico, el libro de César Picón puede contribuir de manera sustantiva, dentro y fuera del Perú, a la tarea colectiva de repensar la educación de jóvenes y adultos, ella también necesitada de grandes cambios, y a sacarla de su largo confinamiento.

Muchas gracias. Felicitaciones y un gran abrazo para César.


Textos relacionados en OTRAƎDUCACION

El día que Lenin Moreno abandonó el cargo («fake news»)




23 de mayo de 2020. Lenin Moreno,
mediante Decreto Ejecutivo 1066, reorganiza la institucionalidad de la Presidencia de la República, estableciendo cuatro secretarías generales: General, Jurídica, de Gabinete y de Comunicación. La Secretaría de Gabinete, a cargo de Juan Sebastián Roldán, tiene 13 atribuciones, entre ellas asesoría política y vocería de la Presidencia.

Inmediatamente después de circulado el decreto, empiezan a circular en redes mensajes que aseguran que Moreno ha delegado la Presidencia a Roldán y que ha abandonado el cargo. Varios piden reunión urgente de la Asamblea Nacional y de la Corte Constitucional. (Cabe aclarar que
el artículo 141 de la Constitución prohibe encargar la Presidencia).
 
Escándalo y bochorno nacional. Una
«fake news» construida colectivamente en redes como preámbulo a un cacerolazo. En vísperas de que Moreno presente su informe anual a la nación, el 24 de mayo. Rafael Correa anunció cacerolazo nacional a las 11 am, hora establecida para que Moreno presente el informe en la Asamblea Nacional. La etiqueta usada por los correístas en redes el día 24 fue #LeninChao.

Incluimos abajo algunos
mensajes circulados en Twitter, los que aclaran de qué se trata el decreto 1066 y los de quienes desinforman, varios de ellos RTuiteados y circulados por Correa en su cuenta. Entre los desinformadores hay muchos abogados y muchos periodistas y comunicadores .

















*****


































¿21st century education?


Rosa María Torres
 
(updated: 27 June, 2021)





Everyone talks about 'Education in the 21st Century':

- 21st century skills
- 21st century students
- 21st century educators
- 21st century schools
- 21st century classrooms

Strictly speaking, however, there is no 'Education in the 21st Century'.

What 21st century?
- About 1 in 4 people live in multidimensional poverty or are vulnerable to it.
- More than 40% of the global population does not have any social protection.
- 840 million people live without electricity.

- Over one thousand million people has no drinking water and 2 in 5 people have no facilities for hand-washing. 
- 43% of schools have no facilities to wash hands with water and soap (UNICEF, 2019)
- 6.5 billion people – 85.5% of the global population – don’t have access to reliable broadband internet.
Source: UN/UNDP 2020

The 21st century is not the same for everyone.

Millions of people do not enjoy the benefits of modernity and comfort, do not have running water, toilets, electricity, decent work and housing, reading and writing, good education opportunities, basic services and basic citizenship rights.

Inequalities - within each country, between countries, between the global North and the global South - become structural: extreme poverty and extreme wealth, hyper-consumption and misery, overinformation for some and zero information for others, the illiterate and the overqualified, the connected and the disconnected.

Home-based virtual education, recommended while schools were closed because of the covit-19 pandemic and confinement, remains out of reach for half of the world's population who lack access to the Internet.

Evidently, life in the 21st century is very different for those living with less than 1 or 2 dollars a day (those living in extreme poverty) and for those participating fully in the Information Society, the Knowledge Society, the Learning Society, the Digital Society.

What education?

There is no education in singular, as a universal fact and as a homogeneous experience for all. There are educations, in plural, diverse in nature, purposes and qualities, because realities, cultures, ideologies, aspirations and needs of concrete social groups are diverse. And because education is not confined to the education system; there is education in the family, in the community, at the workplace, through the media, the arts, participation, social service, etc.

Education and learning needs and experiences are shaped by specific economic, social and cultural contexts and conditions. Community, family and school education models developed historically by indigenous populations, many of which are alive in many countries, coexisting with the dominant Western models, are not only different education models; they are alternative knowledge systems.

Education in the 21st century? 

Education in the 21st century is diverse, placed historically in this century and geographically in each specific context, and does not necessarily correspond to the '21st century' vision coming from the 'developed world'.

Millions of children, youth and adults have never used a computer and don't know what can be found behind a screen. Millions of children and youth don't know where food comes from, how to grow a potato, a lemmon, a tomato. Different types of ignorance.

21st century skills?

Skills needed are different or have different priorities for different people in different places, cultures and circumstances. Lists of "21st century skills" circulated by international organizations are generally conceived and proposed from the North, mainly for urban realities. Several skills grouped today as "21st century skills" were previously presented as "20th century skills".

Children, young people and adults living in poverty - the majority of the world population - develop skills than enable them to survive in very difficult circumstances and to become resilient at an early age. They learn to take care of themselves and their families, to cooperate with others, to solve practical problems, and to learn in all circumstances.

There are several lists of "21st century skills" proposed by international actors such as the European Commission (key competences for lifelong learning in European schools), the World Economic Forum (job skills for the future), OECD (learning for life), UNICEF (transferable skills), and the InterAmerican Development Bank (skills for life).

The pandemic revealed the real magnitude of economic, social, educational and digital inequalities throughout the world and in each particular country, and the need to radically rethink education and learning systems and practices: what, where, when and how do children, young people and adults, families and communities need to learn if we are to ensure the right to education, that is, the right to educational inclusion, equity and quality for all.

Related texts in this blog (English)
» Basic Learning Needs: Different Frameworks
 

¿Cuál «educación del siglo 21»?


Todos hablan de «la educación del siglo 21»https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?shttps://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=20 :
- habilidades del siglo 21
- alumnos del siglo 21
- educadores del siglo 21
- escuela del siglo 21
- aula del siglo 21

Estrictamente, sin embargo, no existe
«la educación del siglo 21»https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=2'la educación del siglo 21'https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=2https://twitter.com/rosamariatorres/status/1410394940241289220?s=20.

▸ ¿Cuál siglo 21?

- 1 de cada 4 personas en el mundo vive en situación de pobreza multidimensional o es vulnerable a ella.
- más del 60% de los trabajadores trabajan en la informalidad (OIT, 2020)
- 1 de cada 10 personas (759 millones de personas) vive sin electricidad (PNUD, 2021)
- más de mil millones de personas viven sin agua potable y 2 de cada 5 no cuentan con herramientas básicas para el lavado de manos.
- 43% de las escuelas del mundo no tienen instalaciones para el lavado de manos con agua y jabón (UNICEF, 2019)
- más de 40% de la población no tiene protección social.

- el 40% de la población mundial no tiene acceso a una educación en una lengua que hable o entienda (UNESCO, 2020)
- 6.5 mil millones de personas (85.5% de la población mundial) no tienen acceso a Internet rápido y confiable.
 
Fuente: ONU/PNUD 2020
Datos anteriores a la pandemia del COVID-19.

El siglo 21 no es el mismo para todos.

Millones de personas en el mundo viven en condiciones de siglos anteriores, sin disfrutar las ventajas o padecer las desventajas de la modernidad, sin agua potable, letrinas, energía eléctrica, trabajo y vivienda dignos, alimentación adecuada, transporte, lectura y escritura, buena educación, Internet, acceso a servicios y a derechos ciudadanos básicos.

En 2020, ante la necesidad de cerrar las escuelas debido a la pandemia del COVID-19, se decidió trasladar la escuela al hogar y continuar enseñando a distancia mediante educación virtual. No obstante, solo la mitad de la población mundial tenía en ese momento acceso a Internet. Internet para todos y aprendizaje virtual para todos continúan siendo una utopía.

Las desigualdades - dentro de cada país, entre países, entre regiones, entre el Norte y el Sur globales - no solo se perpetúan sino que se han profundizado post-pandemia: pobreza y riqueza extremas, hiperconsumo y hambruna, sobreinformación para unos y cero información para otros, analfabetos y sobrecalificados, conectados y desconectados.

Como es evidente, no viven de igual modo «el siglo 21» quienes sobreviven con uno o dos dólares diarios (las millones de personas que viven en pobreza extrema) y quienes hacen parte de la Sociedad de la Información, la Sociedad del Conocimiento, la Sociedad Digital.

▸ ¿Cuál educación?

No existe la educación, en singular, como hecho universal y experiencia común compartida por la humanidad. Existen las educaciones, diversas como las realidades, las culturas, las ideologías, las aspiraciones de sectores y grupos humanos concretos. No existe, por eso, el futuro de la educación sino los futuros de la educación.

No solo se aprende en el sistema educativo: se aprende también en el hogar, en la comunidad, en la biblioteca, en el trabajo, a través de los medios, del arte, de la participación social, del servicio y la solidaridad, del contacto con los demás y con la naturaleza.

Las necesidades de aprendizaje y los aprendizajes se configuran en condiciones y en culturas específicas. No es posible pensar en realidades, necesidades y aspiraciones educativas homogéneas, en soluciones y fórmulas iguales para todos.

El modelo de educación familiar y comunitaria desarrollado históricamente por los pueblos indígenas, que sigue vivo en muchos países, coexistiendo con el sistema dominante de educación formal, se guía por otras lógicas y epistemologías. No se trata solo de modelos educativos diferentes: se trata de sistemas alternativos de conocimiento.

En educación no existe el modelo único para todos.

▸ ¿Educación del siglo 21?

La educación en el siglo 21 es diversa, situada históricamente en este siglo y geográficamente en múltiples lugares y culturas. No corresponde necesariamente al imaginario de «siglo 21» y sus correspondientes «necesidades de aprendizaje en el siglo 21» pensadas como tales desde los países desarrollados.

Millones de niños, jóvenes y adultos no han visto una computadora ni han entrado jamás al Internet. Millones de niños, jóvenes y adultos no tienen idea de dónde vienen los alimentos que comen todos los días, no saben cómo se siembra y cosecha una papa, un tomate, un limón. Diferentes ignorancias, ignorancias ambas. 

▸ ¿Cuáles «habilidades del siglo 21»?
 
Muchas habilidades enlistadas hoy como «habilidades del siglo 21» aparecieron antes como «habilidades del siglo 20».

Hay varios listados de «habilidades del siglo 21» propuestos por diferentes organismos internacionales, entre otros la Comisión Europea (competencias clave para el aprendizaje permanente), el Foro Económico Mundial (habilidades clave para los empleos del futuro), la OCDE (aprender para la vida), UNICEF (habilidades transferibles) y el BID (habilidades transversales).

Lo cierto es que las habilidades fundamentales para la vida y para el trabajo son diferentes para personas, grupos, edades, trabajos y condiciones diferentes. Niños, jóvenes y adultos en situación de pobreza en el campo y en la ciudad - la mayoría de la población mundial, con un aumento notable a raíz de la pandemia en 2020 - enfrentan diariamente la lucha por la supervivencia y desarrollan, en gran medida autónomamente, habilidades para sobrevivir, aprender, cuidarse y cuidar a sus familias, cooperar, trabajar y ganarse el sustento.

La pandemia reveló la verdadera magnitud y amplitud de las brechas y desigualdades económicas, sociales, educativas y digitales en el mundo y en el interior de cada país, exigiendo replanteamientos conceptuales y prácticos en muchos órdenes, entre otros en cuanto a qué, dónde y cómo necesitan aprender niños, jóvenes y adultos, familias y comunidades en el mundo de hoy.
» Luces y sombras de la pandemia para el cambio educativo
» La pandemia y el currículo escolar

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