Mostrando entradas con la etiqueta libros. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta libros. Mostrar todas las entradas

Las mejores ideas ocurren en posición horizontal


Foto: Waldorf School of the Penninsula, Sillicon Valley, Calif, USA

"Las buenas ideas no suelen aflorar mientras dormimos, pero sí cuando estamos en posición horizontal. Esto es al menos lo que revela un experimento realizado por varios psicólogos de la Universidad de Canberra, en Australia. Según el estudio, la postura horizontal es la más idónea para estimular la creatividad, azuzar el ingenio y resolver mentalmente los problemas. Lo hacemos peor sentados o de pie. Esto es así porque, al tumbarnos, el cuerpo entra en un estado deseable de relajación para que el cerebro trabaje al cien por cien. Además, en esta posición, le llega más combustible, es decir, sangre".  (¿Se piensa mejor tumbado o sentado?, en: Muy Interesante)

Ilustración Rita Cardelli

Tradicionalmente se ha considerado que la posición horizontal es la indicada para dormir y que la posición vertical - parada, pero sobre todo sentada - es la indicada para aprender, para leer, para escribir, para estudiar, para pensar, para trabajar. Sobre esta base se han organizado la arquitectura, la  infraestructura, el mobiliario, el currículo, la pedagogía y las tecnologías escolares, las aulas de clase, los auditorios, las estaciones de trabajo. No obstante, resulta que las ideas fluyen mejor si quien las piensa - despierto, en plena vigilia - está en posición horizontal. Cuando el cuerpo se relaja, la mente funciona mejor. El cerebro en reposo es proclive a la creatividad.
                                                                                      
Llevo muchos años sabiéndolo. Desde niña tengo junto a mi cama una libreta, lista para esa idea que saltará en algún momento y no me dejará en paz mientras no la ponga en blanco y negro. La predilección por el suelo, las alfombras, los colchones, las esteras, las almohadas y los almohadones, los sofás, los puff, los sillones reclinables, las hamacas, el césped ... la arrastro también desde la infancia. Siempre leí y escribí en la cama, antes de dormir, y durante el día en posiciones y lugares que otros consideran insólitos. En mi vida escolar prefería - como muchos adolescentes y jóvenes - hacer las tareas tendida en la cama o en el piso antes que en el escritorio del estudio.

Una de las clases que más disfrutaba en el colegio era la clase semanal de religión; el profesor (jesuíta) daba su clase en el jardín, sentado en una pequeña fuente de piedra, con nosotros alrededor, desparramados sobre el césped. Era una clase placentera. Sin pizarra, sin apuntes, con muchas preguntas y con murmullo de agua en el fondo.

Siempre he creído que la biblioteca convencional - incluso si es moderna y bien dotada - es un lugar poco atractivo y hasta hostil para leer. No recuerdo cuándo fue la última vez que leí en una, sentada, rígida, en silencio. He buscado por donde voy, en todo el mundo, librerías y bibliotecas que me sorprendan por su comodidad para la lectura, y he encontrado pocas.

Si llegara a organizar mi propia escuela o centro de formación docente, tendría sello propio, no solo en la pedagogía sino en el mobiliario y en la organización y uso de los espacios. 

Hace mucho no trabajo en una compu con las rodillas dobladas y los pies contra el suelo. Si la primera laptop significó un salto cualitativo y una extraordinaria sensación de liberación, la llegada del wifi fue la gloria. Hoy leo y escribo en cada rincón de mi casa, adentro y afuera, en pantallas y en papel. Y me pregunto cómo pude escribir tanto, y disfrutar tanto de la escritura, en posiciones tan anti-natura, anti-cuerpo, anti-todo.

Algunas de las experiencias educativas más notables que he conocido - ricas y pobres - transcurren a ras del suelo. Las escuelas no-formales del BRAC en Bangladesh. El Taller de Lectura para Maestros en Olinda. La educación comunitaria bajo un árbol en una comunidad en Senegal. La biblioteca de la Escola da Vila en Sao Paulo. La escuelita itinerante en Vitoria. La escuela Pestalozzi que visité en Florencia y el taller de caligrafía que presencié en una plaza en China, sobre los que aún no escribo.

La reunión más extraordinaria en la que he participado fue en una isla privada, en el medio de un lago, en Canadá. Un lugar pensado para reuniones de Think Tanks, para pensar, conversar, debatir, construir, entre todos y en grupo. Una semana dedicada a pensar el presente e imaginar el futuro de la educación en el mundo, en un espacio amplio, luminoso, con vista al mar por todos los costados, con piso brillante y asientos de todos los tamaños, estilos y colores para que cada quien eligiera el suyo. Yo me instalé en un puff mullido y multiforme, con suficiente espacio para compartir entre dos. Todos descalzos o en medias, los zapatos a la entrada, como debe ser.

Otra reunión memorable de trabajo fue en un jacuzzi. Ocho personas - hombres y mujeres - planeando un seminario con las piernas chapoteando y el agua hasta el cuello. Recuerdo pocas reuniones tan creativas y productivas como esa.


La investigación también dice que "al aire libre se aprende mejor". Nada como el aire libre - céspedes, huertos, veredas, calles, parques, playas, muelles, balcones, azoteas - para tenderse a pensar, a observar, a leer, a escribir, a sentir, a aprender.

Los ilustradores de libros infantiles se esmeran en mostrarnos los placeres de la lectura al aire libre, de día y de noche.

árboles ...

lunas,

hamacas...

y algún animalito
alrededor: pájaros, gatos, conejos, búhos ... 

¿Por qué los sistemas escolares insisten en asociar lectura con sillas, mesas, pupitres, estanterías, bibliotecas, laboratorios de computación? Los niños, la lectura y la imaginación se tientan con el suelo.

En la escuela Pestalozzi que visité en Florencia, los libros no estaban en estanterías sino en canastas y la lectura no se hacía en la biblioteca sino en espacios colectivos organizados afuera del aula, con canastas, cojines y pequeñas alfombras, todo a ras del suelo. Al estilo japonés.

Si los niños se sintieran libres para pedir, pedirían que los libros estuvieran al alcance y pudieran leerse con comodidad, sin pedir permiso, sin ceremonias.
Escuelas amantes de la naturaleza y del aprendizaje al aire libre nos muestran niños, adolescentes y jóvenes panza arriba o panza abajo, leyendo, escribiendo, dibujando, pintando, conversando ...

Investigaciones concluyen que el contacto con la naturaleza incrementa la inteligencia, la concentración y la creatividad, la capacidad para tomar decisiones y para lidiar con la frustración y la ansiedad.

Unidad Educativa del Milenio, Guaranda, Ecuador. Foto: Andes

¿Que niño o niña puede sentirse a gusto en un laboratorio de computación con mesas tan altas que los pies quedan colgando y hay que hacer un gran esfuerzo para usar los teclados y alcanzar a ver las pantallas?
Sillones y sofás se hicieron fama como estaciones televisivas. Pero desde siempre, desde mucho antes que apareciera la televisión, sillones y sofás han sido estaciones de lectura. Innumerables artistas, entre ellos muchos famosos, han retratado a hombres y mujeres leyendo, en ambientes y sillones de época.

Lectoras recatadas, primorosamente ataviadas ...
... y también poco ataviadas.

Hoy en día los sofás son buenos ya no solo para leer sino también para escribir. Escritores y teclados se acomodan a toda clase de superficies y materiales.







Las tinas de baño han sido siempre lugares atractivos para leer. Y hay quienes las prefieren también para escribir...
Las hamacas constituyen un subconjunto muy especial entre los objetos funcionales y placenteros. Usadas por pobres y ricos, las hay desde muy simples hasta sofisticadísimas.








Lecturimatges
Millones de pobres en el mundo duermen en hamacas, las usan de camas, de cunas, de corralitos infantiles, ignorando que éstas se han convertido en objetos fashion, recomendadas y codiciadas desde que la ciencia afirma que en una hamaca se duerme mucho mejor que en una cama. Lo raro es encontrarlas en espacios que no son ni de descanso ni de recreación.





Elegí la foto de una niña leyendo en una hamaca para ilustrar la educación en Finlandia. Una hamaca en una escuela es, ciertamente, revolucionario. Informalidad, comodidad. El cuerpo a sus anchas. Hamacas en la biblioteca, en la sala de profesores, en las oficinas administrativas, en el patio. Dormir y tomar una siesta como posibilidad en horario escolar tanto para los alumnos como para los profesores.

En Curitiba, Brasil, el director de la Escola Estadual Brasílio Vicente de Castro (más de 2 mil alumnos), inspirado por unas vacaciones en la playa, decidió invertir en hamacas y en lectura al aire libre.
“Teníamos un área ociosa de mil metros cuadrados. Fue ahí que pensé en colgar hamacas y crear un espacio agradable". Con un pequeño fondo de la Asociación de Padres, Madres y Funcionarios (APMF), compró 40 hamacas a 22 Reales cada una y creó un hamacario de lectura. ¡Genial!

Oficinas de Google en Sao Paulo. Foto: NatGeo
Saber que el mobiliario principal de las oficinas de Google en Sao Paulo son hamacas, fue una revelación. Desde entonces cuento el cuento a burócratas, académicos, empresarios, directores y profesores de escuelas.... Alguno se dejará inspirar y desformalizar. Quisiera ver esa sala de profesores donde los profesores pueden compartir, descansar y hasta tomarse una siesta como parte de su rutina diaria y de una estrategia deliberada de profesionalización y bienestar docente.


La cama: uno de los más grandes y más versátiles inventos de la humanidad, objeto de adoración y elogios en la literatura universal.

La cama más extraordinaria que conozco es la de Neruda en su casa de Isla Negra, en Chile, que él mismo diseñó. Ubicada en su dormitorio en el segundo piso, la cama fue colocada de modo tal que la ilumina el sol durante todo el día y tiene vista al acantilado y al mar sin necesidad de incorporarse. Neruda, como nadie, supo dar a la cama su sitial de lugar más importante de la casa.

La cama se ha convertido en aliada favorita en tiempos de dispositivos electrónicos, compartiendo honores con el baño. Según un informe de Nielsen (2011), en Estados Unidos la mayoría de niños, jóvenes y adultos que tienen tabletas, teléfonos inteligentes y lectores electrónicos prefieren usarlos en la cama. Es de suponer que preferencias similares se estén asentando en muchos otros países...

Tanto se invierte en mobiliario duro, incómodo y costoso en el hogar, en el sistema escolar, en el trabajo, en la academia, en la iglesia, en el gobierno. ¿Qué tal almohadones y hamacas en las salas de espera, en las aulas, en los centros de profesores, en las bibliotecas? ¿Clases y reuniones al aire libre? ¿Lectura y escritura horizontales en playas, hospitales, cárceles? ¿El suelo como superficie para jugar, estudiar, trabajar? ¿Siestas permitidas y programadas - en vez de penalizadas - en lugares de estudio y de trabajo? Son muchas las opciones, las variantes, las combinaciones. Yo cumplo aquí con informar y ofrecer ejemplos, incluidos algunos de mi propia experiencia personal.




Talleres de lectura para maestros (Olinda, Brasil)



Soñando cuentos
Para João Bosco Pinto

"Si los docentes no leen, son incapaces de transmitir el placer de la lectura".
Emilia Ferreiro


Para enseñar a leer, hay que saber leer, hay que leer y hay que saber enseñar a leer. Para enseñar a gustar de la lectura, hay que gustar de la lectura. Quien no sabe leer, o no lee bien, o no disfruta de la lectura, o no lee, no puede enseñar a otros a hacerlo.

Sin maestros y maestras lectores - buenos lectores, lectores asiduos, lectores por gusto y necesidad de leer - no es posible formar alumnos lectores. Sin maestros lectores no hay posibilidad de esa educación relevante, organizada en torno a la lectura, orientada hacia el aprendizaje y el autoaprendizaje que describen quienes imaginan, desde hace siglos, la educación deseable, dentro y fuera de la escuela. Se trata pues no sólo de ofrecer a los alumnos sino también y en primer lugar a los maestros oportunidades para leer, para desarrollar su capacidad lectora, y para descubrir el placer de la lectura que su experiencia escolar muchas veces contribuyó a anular.

Esto es precisamente lo que se proponía hacer el programa "Talleres de Lectura: Aprendiendo a Gustar de la Lectura" que visité en Olinda, Pernambuco, Brasil. El programa, impulsado desde 1991 por una ONG - el Centro Cultural "Luiz Freire" - con la colaboración de dos universidades - Universidade Federal de Pernambuco (UFPE) y Universidade Federal Rural de Pernambuco (UFRPE) - fue una de las tres experiencias ganadoras del "Primer Concurso Brasileño de Reflexiones Documentadas en Alfabetización", realizado en 1993 y promovido por el Núcleo Brasil de la Red Latinoamericana de Alfabetización.

Los Talleres de Lectura se organizaban en un ambiente informal: sentados en el suelo, en círculo, maestros y maestras de escuelas públicas y comunitarias trabajaban con la ayuda de una joven monitora. Los libros que se leían en estos talleres eran libros de literatura infantil, además de textos que los propios maestros seleccionban como complemento. La metodología se basaba en principios conocidos: trabajo en grupo, cooperación, respeto al universo cultural y social del alumno (y del maestro). El programa había empezado con 25 maestros y contaba en ese momento con 230, todos ellos - mujeres en su mayoría - formados a la vez como multiplicadores.

El taller se dividía en cuatro momentos.

1. Primero, una exploración individual de los textos.
2. A continuación la lectura, en silencio y en voz alta, individualmente y en grupo; oportunidad para perfeccionar la entonación, la pronunciación y la puntuación al leer, así como para consultar el diccionario (en cada sesión había un diccionario que rotaba entre todos), para conversar y comentar sobre lo leído.
3. Luego, en parejas o individualmente, venía el momento de representar gráficamente (papel, lápices de colores, plastilina, pinturas, papel maché) o mediante la dramatización, lo experimentado vivencialmente en el taller.
4. Por último, cada participante escribía un breve relatorio sobre la experiencia y lo leía en voz alta a los demás.
Nada de evaluaciones, nada de pruebas.

Los talleristas llevaban a sus respectivas escuelas lo producido en el taller, para compartirlo con sus alumnos, y organizaban en ellas Rincones de Lectura en los que replicaban la metodología del taller, adaptándolo a las necesidades y posibilidades de los niños.

La lógica de este taller es ayudar a los maestros a recuperar vivencias de infancia y de escuela que tal vez muchos no tuvieron, lecturas y escrituras que no hicieron en su momento, juegos y curiosidades que quizás nunca pudieron desplegar. Leyendo y comentando en el taller cuentos y libros infantiles que están disponibles en sus escuelas, que leen (o deberían leer) sus alumnos y que debieron leer en su momento ellos mismos; dibujando, pintando, dramatizando, riendo, maestras y maestros se permiten volver a ser alumnos, perciben con más claridad las virtudes y los problemas de su práctica pedagógica, y se redescubren a sí mismos como aprendices, como lectores y escritores.

En todos estos años he entrado en contacto con muchos planes y programas gubernamentales y no-gubernamentales orientados a promover la lectura entre maestros. Algunas cosas buenas; muchas inefectivas y costosas. A menudo, en esos encuentros, la memoria me ha sorprendido con el recuerdo de este programa en Olinda, modesto y ambicioso al mismo tiempo, funcionando en un cuartito colorido, con almohadones y muchos libros infantiles desparramados por el suelo, y un puñado de mujeres risueñas y bulliciosas leyendo cuentos y descubriendo entusiasmadas la lectura por placer.

Para saber más
- Emilia Ferreiro: "Si los docentes no leen son incapaces de transmitir el placer de la lectura"
https://100articulos.com/si-los-docentes-no-leen-son-incapaces-de-transmitir-el-placer-de-la-lectura/
- Por qué los profesores deberían leer más libros infantiles
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10151777527641665&set=a.85106786664.74406.22892096664&type=1&theater
- Centro de Cultura Luiz Freire
http://cclf.org.br/

Una libreta, un bolígrafo, una mirada y aquella famosa oreja verde


Prólogo de Fabricio Caivano a
Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuadeno de Viajes
de Rosa María Torres

Paidós, Buenos Aires-
Barcelona-México, 2000.

La autora me pidió un breve prólogo para este libro. Les confesaré que su amable petición me agradó pero también me suscitó algunas dudas.

La primera es que como lector, por higiene mental o por afán de entrar en materia, suelo evitar los prólogos pues son, en general, perfectamente prescindibles, a veces condicionan el juicio del lector, y en no pocas ocasiones suelen dedicarse a poner de relieve los supuestos saberes del prologuista antes que la sustancia del libro, su interés y valor. La segunda razón, tan subjetiva como la anterior, es que el prologuista obligadamente es un lector encadenado: no puede sino escribir con la tinta visible del elogio. Y hay aún una tercera cuestión que ahora me viene al encuentro: no hay prólogo capaz de atrapar a lector alguno si el libro no lo hace por sí mismo, en razón de su tema y autor.

Artmed, Porto Alegre,
2001, 344 págs.
Cumplo gustosamente con la segunda reserva. Y quiero ser sincero con el posible lector de estas líneas: tiene en las manos un libro extraordinario. Y lo que yo le diré aquí respecto a él es una pequeña parte de lo que, sin duda, hallará en su lectura. Libro fuera de lo ordinario porque lo habitual es que la escuela y sus protagonistas sean analizados desde la barrera y sometidos al afán taxonomista y al malabarismo académico con el que todo teórico que se precie envuelve su desconocimiento de la realidad escolar. Es éste un libro claro, que se entiende, lo que no puede decirse de tantos otros. Extraordinario además porque todo su instrumental metodológico consiste en una libreta, un bolígrafo, una mirada y aquella famosa oreja verde.

Me explico. En un poema famoso Gianni Rodari sostiene que hay que tener una “oreja verde”, una especial frecuencia de onda para sintonizar con la gente, en especial para comprender a los niños y niñas sin necesidad de someterles a los tontos interrogatorios habituales que les propinamos los adultos, desmemoriados de la fragilidad y la energía de nuestra propia infancia. En cuanto a los otros aparejos, libreta y bolígrafo, es todo cuanto necesita la autora para saltarse el sesudo entramado conceptual que se organiza el “experto” cuando se toma la molestia de descender al nivel de las escuelas y sus habitantes.

A Rosa María Torres le basta con mirar y escribir. Pero esa simplicidad es solo aparente. Primero hay que saber hacia dónde mirar y, sobre todo, cómo mirar para que nada se pierda y para estructurar, luego, lo visto y oído en una red de sentimientos y de reflexiones que sitúan lo particular en la trama de lo general y de perturbar el lector.

Se podría decir que este libro está hecho con ojos, corazón y pies. Ojos para saber ver el brillo oculto de lo que es, para muchos, invisible. Investigar es ver lo que otros no han sabido ver. Mirada, pues, en primer lugar. Corazón para sentirse cerca del otro en su plenitud contradictoria, aceptarlo con su defectos y virtudes, con sus dudas y miedos, con la fragilidad y la fuerza que la vida deja en las gentes que, cada mañana, salen a batallar con la realidad. Corazón para deshacer el hatillo de palabras con las que se cuentan a sí mismo, torpe ideología a veces y sabias reflexiones otras. Corazón también para no callar o aceptar cualquier respuesta, para excavar con esas preguntas que hacen daño pero que son necesarias para encontrar el tesoro. Forma parte del método esa empatía limpia, la que no se rinde al sentimiento dulce de sí misma sino que si conviene lanza el dardo de la crítica, del matiz y de la evaluación ajustada.

¿Y los pies?, se preguntará ya algún inquieto lector. Antes debo referirles una anécdota. Hubo en Cataluña un magnífico geógrafo, de biografía admirable y autor de una obra de gran amplitud y rigor profesional. Pau Vila era su nombre, y murió casi centenario. En una ocasión le pregunté cuál era su método, su modo de trabajar con el que había hecho un trabajo tan detallado y ambicioso. Y el maestro Pau Vila contestó: “Bueno... de la única manera que se puede hacer bien la Geografía: con los pies”. O sea, andando. Pues bien, Rosa María ha escrito también con los pies este libro, titulado justamente itinerario. Y eso es meritorio en un tiempo como el que vivimos en el que todos saben, con la cabeza, de educación y escuelas, un tiempo de televisión y realidades virtuales, de saberes librescos y en los que ya casi nadie anda mirando y mirando por las escuelas, con los pies firmes sobre el suelo. Hay que volver a usar los pies si queremos tener la cabeza despierta, el espíritu afilado y el bolígrafo dispuesto.

Para hablar de las escuelas, para ver lo que pasa entre sus paredes, para saber de sus anónimas alegrías y de sus ocultos desasosiegos, para captar todo lo hermoso y lo atroz que puede haber en ellas, hay que saber mirar sin intermediarios. Es decir, dejar a un lado momentáneamente los sesudos libros de pedagogía y sus repertorios de bibliografías que remiten a otros libros que a su vez citan al famoso teórico que dijo en su libro... Usar los pies es simple pero no simplista: andar, mirar y apuntar. Un género casi periodístico que no se cultiva. En la España de los años veinte hubo un caballero, abogado y periodista que llegó a diputado en Cortes, Luis Bello se llamaba, que recorrió las escuelas primarias españolas a modo de inspector andante, y publicaba sus crónicas en “El Sol” y otros diarios madrileños. El resultado de sus andanzas se reunieron en tres volúmenes intitulados “Viaje por las escuelas de España”.

Pues bien, Rosa María Torres ha escrito sus andanzas por algunos lugares de la educación latinoamericana, y el resultado son estos sesenta y ocho textos de relato de su viaje y una introducción en la que extiende el mapa moral con el que ella va a tratar de orientarse en su navegación. La autora nos dice con claridad de qué color es su esperanza, ese deseo que algunos cursis llaman hipótesis: transformar la escuela. Pero sabe que el reto no es sencillo, que hay que remover raíces muy profundas, señalar intereses políticos, quebrar inercias mentales.... “El problema es que el viejo modelo escolar es ante todo una mentalidad, algo que está en la cabeza de las personas e internalizado en el conjunto de la sociedad, antes que en los edificios y en las cosas”. El viejo precepto de que para conocer el sabor de la pera hay que comerla, se aplica aquí con exactitud. No basta con la pulcritud de las reformas educativas, ni con la aportación de algunas novedades fragmentarias, y menos aún con la ampulosa retórica bancaria y mundialista. Hay que disponer “de un conocimiento cabal de la realidad”. Una afirmación que, de puro obvia, se pasa sobre ella sin detenerse. Por eso hay en el libro afán de hurgar en la complejidad, gusto por el matiz y hay, sobre todo, esa educada impertinencia infantil que tiene la máquina de preguntar siempre cargada para traspasar la realidad convencional y cazar el raro pájaro de la verdad.

La autora no reconstruye, como hacen algunos teóricos, una realidad escolar simple, dicotómica, un escenario de buenos y malos propicio para aplicar la receta que finalmente arreglará las cosas al gusto de todos. Eso es demagogia, un juguete para sumar votos, un instrumento para adaptar la realidad a las ideas previas. La autora señala el pequeño detalle que habla con palabra callada, pasa el dedo por la superficie de la realidad en busca de alguna pista para interpretarla. Las personas, las instituciones y las situaciones son descritas en su complejidad, y son pensadas con la pasión y la ternura del que sabe que está sobre una mina de oro. Pero hay también una exigencia de verdad, un ideal de escuela que sirve de Norte a esta viajera en su navegación. Por eso hay en el libro la suave dureza del que sabe que la escuela, esa otra escuela ausente aún, podría ser un lugar para el saber, la dignidad y la felicidad de todos esos pequeños que la saludan.

El lector aprende en estas páginas la necesidad de aunar lucidez y sensibilidad en el análisis, pero aprende también que las palabras son muy delicadas y pueden ocultar la realidad o instalar falsos acuerdos. Las palabras que nos hablan de escuela, de educación o de la infancia deben ser repensadas con radicalidad, sometidas a examen y custodiadas como si fueran dioses. Los maestros son, en última instancia, los portadores de las palabras que nos humanizan. Por eso la autora presta una especial atención a las personas y a los lugares: entre ellos andan las palabras levantando el sentido del mundo.

En esta crónica de una escuela inesperada los actores son múltiples: maestros y maestras, niños y niñas, madres y algún padre, líderes populares, expertos varios... Todos son tratados con ese especial amor crítico que la empatía exige para ser de ley. Hay textos en los que el humor es una ráfaga de aire fresco que limpia una situación tensa para dejar en pie una reflexión clara, como en el texto “Y colorín colorado...”. Hay otros en los que el maestro o la maestra son descritos en pocas líneas, pero de tal manera que toda la energía de la experiencia pedagógica o de la práctica escolar, giran en torno a ellos, a su rica humanidad, a la calidad de su discurso o al orgullo de su profesión. Anónimos personajes que dejan en el lector el deseo de saber más de ellos y de su circunstancia, como protagonistas de una novela demasiado breve...

Ahí están ese magnífico y autoirónico Don Sandalio; la dulce Maestra Raquel que sabe el valor de la observación despaciosa; el empecinado Nemorio, que quiere cambiar la educación; las dos directoras de estilos tan diferentes y tan complementarios; las alegres mujeres de las escuelas comunitarias de Pernambuco que saben un secreto infalible para educar... Un paisaje de mujeres en el que hay algunos hombres también. Personajes breves, sencillos y anónimos pero que alzan su estatura moral ante el lector y le dejan la huella de sus palabras y la dignidad de su empeño. Con gentes así está claro que nada está perdido.

Otros textos son aproximaciones sobre el terreno a proyectos que llevan años en marcha. Con pocas líneas la autora las sitúa en su contexto, dando en dos pinceladas sus características sociológicas, institucionales y económicas. Experiencias “inspiradoras” las llama la autora. Algunas son procesos registrados y sistematizados con tesón, como “la joya” de Passo Fundo, en Brasil. Otros, como la Biblioteca Popular de Bella Vista o la de la Biblioteca de Montevideo, son hermosas experiencias de desarrollo comunitario; la titulada “Un día de Comunidad-Escuela” es una sugerente dialéctica entre sueño y realidad; el modesto pero sabroso proyecto “Leer y escribir ahora”, en Venezuela, muestra que con poco se puede mucho si hay calidad humana y compromiso profesional; o las Redes, en Colombia y Chile, que extienden su trama cooperativa, afectiva y técnica entre escuelas y maestros... Un itinerario de experiencias muy distintas pero de las que la autora acierta a poner de relieve lo esencial, algunos criterios básicos, estilos y planteamientos a destacar que estimulan la reflexión y pueden, en efecto, inspirar otras situaciones. Inspirar quiere decir generar ideas o sugerir reflexiones adicionales, pero también significa infundir ánimos y apoyar designios propios...

En resumen, ver, oír, registrar y reflexionar. Rosa María ha dejado en este cuaderno de viaje una crónica bellísima de la escuela que realmente existe, esa escuelita que empuja con dignidad algún anónimo educador en algún lugar remoto, pero que para los escolares es el centro del mundo; la escuela en donde sobrevive una esperanza aún para muchas gentes atrapadas por la pobreza y la ignorancia, hijas ambas de la injusticia y la opresión; la escuela y sus actores componen un mural esculpido con el mármol del coraje y del compromiso. Un libro pequeño y duro como una nuez, amargo y sabroso al mismo tiempo. Un libro que busca la complicidad del lector para que inicie él un viaje interior. Libro que llama a las cosas por su nombre, como las llama el pueblo cuando la cultura lo hace culto y libre. Un relato grande tejido con trozos de pequeños relatos, un viaje que no acaba en la última página porque sugiere al lector la paradoja machadiana de que el camino se hace al andar. Un trayecto inevitable que llevará al lector o lectora hasta el puerto de su conciencia: ahí donde no hay posibilidad alguna de esconderse de uno mismo. De este puerto universal es de donde zarpó la nave de Rosa María Torres, una mujer enérgica que heredó alas para volar pero que aprendió por sí misma a vivir ligera de equipaje: una libreta, un bolígrafo y una mirada rebelde sostenida por la rabia y la ternura.

Fabricio Caivano
(exdirector de Cuadernos de Pedagogía)
Barcelona, a las puertas del siglo XXI.

Clarificando conceptos

(en proceso)



Aprender | aprobar
» Se puede aprobar sin haber aprendido.
» Se puede aprender y no aprobar (el examen, el año, etc.).
» La investigación muestra que autoridades educativas pueden decidir repetición escolar no solamente cuando consideran que el aprendizaje es insuficiente sino por muchas otras razones, a menudo decididas discrecionalmente (concepciones equivocadas sobre la repetición, edad del alumno,"indisciplina", "inmadurez", "hiperactividad", "lentitud", padres analfabetos, falta de espacio o de cupo en el aula, escuela incompleta que no ofrece más grados o niveles, etc.).

Aprendizaje | rendimiento escolar
» Se puede obtener una buena calificación - "buen rendimiento" - sin saber y sin haber aprendido.
» El aprendizaje sigue siendo mal entendido y mal valorado en el sistema escolar: la memorización, la repetición mecánica, el aprendizaje superficial, siguen primando sobre el aprendizaje de verdad. Por otra parte, los criterios y métodos de evaluación de los aprendizajes son muchas veces inadecuados. Por ello, la calificación (el "rendimiento") no necesariamente refleja lo que sabe la persona evaluada.

Aprendizaje a lo largo de la vida | educación (o aprendizaje) de adultos
» Como su nombre lo indica, el primero tiene lugar a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte; la edad adulta es apenas una etapa de la vida (si bien la más larga).

Aprendizaje a lo largo de la vida | aprendizaje informal
» El aprendizaje a lo largo de la vida incluye todo tipo de aprendizaje, tanto fuera como dentro del sistema escolar (educación formal, educación no-formal, aprendizajes informales).
» El aprendizaje informal se da a lo largo de la vida, pero sin que medie una relación de enseñanza (jugar, hacer, observar, trabajar, conversar, leer, escribir, crear, escuchar música, ver una obra de arte o una película, pasear, viajar, etc.).

Aprendizaje a lo largo de la vida | educación a lo largo de la vida
» Aprender a lo largo de la vida es consustancial al ser humano, un hecho cierto para toda persona y en todas las culturas.
» Presenciamos en las dos últimas décadas, a nivel mundial, un cambio de énfasis: de la educación al aprendizaje y de la educación a lo largo de la vida al aprendizaje a lo largo de la vida.
» Educación implica enseñanza y, por ende, la figura de alguien (o algo) que asume dicho rol. Ninguna persona toleraría "educación a lo largo de la vida" y ningún presupuesto estatal podría asegurarla como derecho de todos.

Autoridad | autoritarismo
» Se puede ejercer la autoridad sin ser autoritario.  
» Se puede ser autoritario sin tener autoridad, es decir, sin que ésta sea reconocida como tal por los demás.

Currículum | contenidos
» El currículo o currículum, en el ámbito educativo, no se refiere solamente a los contenidos (planes de estudio, en el medio escolar) sino que abarca objetivos, contenidos, métodos de enseñanza y criterios de evaluación. En otras palabras, el currículo tiene que ver con: para qué, qué y cómo se enseña; para qué, qué y cómo se aprende; y para qué, qué y cómo se evalúa.

Educacion | capacitación | formación
» La educación incluye el desarrollo de conocimientos, valores, actitudes y aptitudes, tiene alcance amplio, abarca múltiples áreas y se aplica a todas las edades.
» Llamamos capacitación a un proceso educativo, por lo general de corta duración, orientado a generar conocimientos y habilidades para el desempeño de una tarea específica.
» La formación alude a un proceso integral, abarcativo y complejo, en constante desarrollo, que va más allá del cultivo de capacidades previas. "Ascenso a la generalidad", la llamó Hegel. Trasciende a la educación y la capacitación.

Educación | conocimiento
» No toda educación lleva al conocimiento: la educación tradicional - memorística, enciclopédica - transmite datos, información. Con eso los estudiantes no necesariamente construyen conocimiento. Quedan como datos sueltos, como información, que se vuelve rápidamente obsoleta o que se olvida fácilmente.
» No todo conocimiento es producto de la educación. Hay conocimiento que se construye fuera de las aulas, en la familia, en la vida cotidiana, en el contacto con otros, en el trabajo, en la participación y la organización social, a través de la lectura y la escritura, en el contacto con la naturaleza, etc.
 
Educación | escolaridad
» El nivel educativo de una persona, un grupo o una sociedad no es lo mismo que su nivel de escolaridad. A más escolaridad no se es necesariamente más o mejor educado. Entre otros porque: (a) la educación escolar no es la única fuente de aprendizaje; (b) mucho depende de la calidad de la escolaridad, más que del número de años de estudio o de títulos obtenidos, que es lo que usualmente se mide, destaca y valora.
» Lastimosamente, en las estadísticas oficiales (nacionales e internacionales) y en la percepción corriente, el nivel educativo de una persona o de un país suele considerarse equivalente a su nivel de escolaridad.

Educación | indoctrinación
» La educación debe ayudar a las personas a identificar sus talentos y posibilidades, a razonar, a argumentar, a pensar críticamente, a dudar, a preguntar, a desarrollar un criterio propio.
» De otro modo, no es educación sino indoctrinación. La indoctrinación niega el pensamiento autónomo, la crítica, el diálogo, la discrepancia, el debate; alimenta la dependencia, la alienación, el conformismo, la sumisión.

Enseñar | aprender
» Se puede enseñar, sin lograr aprendizaje (ocurre todos los días en la familia, en el sistema escolar, en cursos y conferencias, etc.).
» Se puede aprender, sin que nadie enseñe (de hecho, los aprendizajes más importantes en la vida se dan sin que medie un proceso de enseñanza, desde la primera infancia hasta el fin de la vida).

Enseñar | educar
» Enseñar puede limitarse a transmitir información o conocimientos.
» Educar es contribuir a identificar y desarrollar los talentos y las capacidades innatas de las personas. Es enseñar a aprender, a que las personas - niños, jóvenes, adultos - piensen, aprendan, creen y decidan por sí mismas.
» Se puede enseñar o instruir sin educar. 

Estudiar | aprender
» Se puede estudiar y no aprender.
» Se puede aprender sin estudiar (situaciones de la vida diaria en que aprendemos, sin que hay de por medio un propósito de estudio).

Igualdad | uniformidad
» La igualdad es un derecho; la uniformidad es una negación del derecho a la propia identidad, a la diversidad.
» Aspiramos a la igualdad, con respeto a la diversidad, no a la uniformidad.

Información | comunicación
» La información es una actividad de una sola vía.
» La comunicación implica doble vía, diálogo.
» De esta sola distinción derivan distinciones importantes entre Sociedad de la Información y Sociedad de la Comunicación.

Información | conocimiento
» Se asume en la actualidad un continuo que va de lo simple a lo complejo: datos ➾ información ➾ conocimiento ➾ sabiduría.
» Información son datos organizados.
» El conocimiento se ubica en un nivel superior, permite hacer sentido de los datos y de la información, comparar, llenar lagunas, ubicar contradicciones, sacar conclusiones, etc.
» Hay pues distinciones importantes entre los conceptos Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento.

Libro | material de lectura
» El libro no es el único material de lectura. Materiales, medios y soportes de lectura se diversifican cada vez más. Cobra cada vez mayor importancia no solo la cantidad sino la diversidad de materiales de lectura, incluyendo en primer lugar la lectura de materiales de la vida real.
» En consecuencia, las viejas definiciones de "lector" y de "lectura", tradicionalmente centradas en el objeto libro, requieren modificarse y ampliarse. El "buen lector" ya no puede definirse por cuántos libros lee al año; importa saber qué lee, en diversos soportes y formatos (habría que incorporar, asimismo, la variable idiomas - en cuántos idiomas lee).

Problemas de enseñanza | problemas de aprendizaje
» Estamos frente a "problemas de aprendizaje" cuando el aprendizaje no ocurre debido a problemas de quien aprende.
» Estamos frente a "problemas de enseñanza" cuando el aprendizaje no ocurre debido a problemas relacionados con la enseñanza (condiciones generales ofrecidas para aprender: contenidos, métodos, prácticas, ritmos, expectativas, espacios, etc.).
» A menudo, los llamados "problemas de aprendizaje" son en verdad "problemas de enseñanza".

Sistema escolar | sistema educativo
» Llamamos sistema escolar al sistema graduado que va desde la educación inicial a la superior, incuyendo esta última.
» El sistema escolar no es el único sistema que educa. También educan la familia, la comunidad, el trabajo, el deporte, la naturaleza, los medios de comunicación, el sistema y la cultura política, etc.
» Persiste la vieja asociación educación = educación escolar. Cuando nos hablan de "reforma educativa" generalmente se están refiriendo a "reforma escolar". Cuando se habla de "política educativa" se trata por lo general de "política referida a la educación escolar".

Humor que duele: ¡Cambiemos la educación!

Rosa María Torres 

Nada mejor que una caricatura o una viñeta para mostrarnos, con humor, el lado crítico de las cosas. Nada mejor que una caricatura o una viñeta para mostrar los múltiples flancos débiles de la educación, la del sistema educativo y las demás: la del hogar, la de la comunidad, la de los medios, la del trabajo, la de la política, la de las tecnologías ... Por eso colecciono ilustraciones y caricaturas desde hace treinta años; me acompañan en mis escritos, en mis clases, talleres y conferencias, en mis campañas, en este blog.

Junto aquí una peque
ña muestra de la magnífica producción que existe. Un lugar especial para Quino (Argentina-España), Frato (Italia), Claudius (Brasil), Rudy y Paz (Argentina), Erlich (Argentina), Eneko (Venezuela), El Roto (España). 


QUINO




FRATO



CLAUDIUS


ENEKO

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...