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Comunidad de Aprendizaje: Educación, territorio y aprendizaje comunitario




      

Entendemos como Comunidad de Aprendizaje una comunidad humana y territorial (urbana o rural) que asume un proyecto educativo y cultural propio, enmarcado en y orientado hacia el bien común, el desarrollo local y el desarrollo humano, para educarse a sí misma, a sus niños, jóvenes y adultos, gracias a un esfuerzo endógeno, cooperativo y solidario, basado en un diagnóstico no sólo de sus carencias sino, sobre todo, de sus fortalezas para superar dichas carencias.

Afirmamos que la única posibilidad de asegurar educación y aprendizaje permanente, relevante y de calidad para todos, sobre todo en los países del Sur, es haciendo de la educación una necesidady una tarea de todos, aprovechando, desarrollando y sincronizando los recursos, los saberes y los esfuerzos de la comunidad local, con apoyo de los niveles intermedios y del nivel central a fin de asegurar condiciones de viabilidad, calidad y equidad.

La educación y el aprendizaje no son un fin en sí mismos. Son condiciones esenciales para el mejoramiento de la calidad de vida de las personas y las familias, para la construcción de ciudadanía, para la transformación social, para el desarrollo comunitario y para el desarrollo nacional. La educación y el aprendizaje por sí mismos no son suficientes para lograr estos objetivos. Requieren ser parte de un esfuerzo amplio de transformación de las condiciones sociales, económicas, culturales y políticas que reproducen la pobreza y las múltiples inequidades, la educativa una de ellas. Sin cambios profundos en el modelo económico, político y social, no hay posibilidad de avanzar con los cambios también profundos que requiere el mundo de la educación, la formación y la capacitación de las personas.

- Rosa María Torres, en: Iniciativa de Educación Básica "Comunidad de Aprendizaje", Fundación W.K. Kellogg, Buenos Aires, 1997.




El término Comunidad de Aprendizaje (Learning Community) se ha extendido con significados y usos diversos, tanto en los países del Norte como del Sur. La diversidad de usos del término Comunidad de Aprendizaje (CA) está atravesada por tres ejes: (a) el eje escolar/extraescolar, (b) el eje offline/online (presencial/virtual), y (c) el eje relacionado con la amplia gama de objetivos y sentidos atribuidos en cada caso a la CA.

Algunos se refieren a la escuela o al aula como CA (por ejemplo, el Centro de Investigación en Teorías y Prácticas Superadoras de Desigualdades - CREA de la Universidad de Barcelona); otros nos referimos a un territorio (la ciudad, la comunidad, el barrio, el cantón, el municipio, etc.); otros, a una red o comunidad virtual (redes de personas, de escuelas, de instituciones educativas, de comunidades profesionales).

Algunos vinculan CA a procesos de desarrollo económico, desarrollo de “capital social” o desarrollo humano; otros ponen el acento en asuntos como ciudadanía y participación social.

En general, lo que domina es la noción de comunidad
más que la de aprendizaje. De hecho, excepto por algunas versiones de CA más apegadas al ámbito escolar, hay poca atención sobre los aspectos pedagógicos involucrados.

En el mundo indígena,
CA se asocia a Buen Vivir comunitario (Sumak Kawsay, en lengua kichwa):
"Las comunidades de aprendizaje tienen la singularidad de ser generadoras y gestionadoras de conocimiento desde sus propias realidades, necesidades y exigencias, capaz de lograr el más alto grado de sintonía para la construcción de Buen Vivir comunitario. 

La Amawtay Wasi concibe a las comunidades de aprendizaje (CA) como una estrategia para multiplicar y potenciar el más alto grado de consistencia, legitimación, compromiso y participación en procesos colectivos de aprendizaje cultural y socialmente significativos por parte de diversas formas organizativas de jóvenes y adultos de toda edad, desde sus comunidades-territorios, basándose en el principio del aprendizaje adquirido en la convivencia con la Pachamama a lo largo de la vida.

Las CA posibilitan la apertura de espacios para la participación de aquellos sectores tradicionalmente excluidos del sistema educativo vigente, especialmente las mujeres y las/los mamakuna y yayakuna (mayores), yachakkuna, quienes más deberán ser apoyados para reasumir su papel protagónico tradicional como sabios/as y docentes tradicionales, así la revitalización de los espacios primordiales de aprendizaje como son el hogar y otras no tradicionales como el trabajo en mingas de la construcción, y el fortalecimiento del encuentro y el diálogo comunitario como son las tantanakuykuna (reuniones) y las minkakuna, entre otros tradicionales y modernos.

De este modo, las CA se centrarán alrededor de grupos, organizaciones e instituciones y redes antes que en personas aisladas".

- Pluriversidad Amawtay Wasi, Ecuador.

En todo caso, la noción de “Comunidad de Aprendizaje” resulta reconocible como aspiración y como experiencia histórica en todos los países. Su activación actual tiene que ver con un conjunto de factores, entre otros:

▸ La “glocalización” (globalización y su impulso contrario, la localización) y, en ese contexto, el resurgimiento/remozamiento de lo local y del “desarrollo comunitario”.
▸ Los procesos de descentralización, la complejización y mayor visibilización de la sociedad civil, las alianzas entre diversos sectores y actores, y el ensanchamiento de la participación ciudadana en diversos ámbitos, el educativo entre ellos.
▸ La expansión de las TICs y su penetración creciente en la vida cotidiana de las personas, en diversos espacios y en todas las edades.
▸ La importancia dada al aprendizaje, y la adopción del Aprendizaje a lo Largo de la Vida como paradigma educativo del siglo 21, en el marco de la emergente “sociedad del aprendizaje”.
▸ La creciente aceptación de la diversidad y, consecuentemente, de la necesidad de diversificar la oferta educativa, de experimentar con modelos diferenciados, adecuados a cada contexto y momento.
▸ La insatisfacción mundial con el sistema educativo y con los reiterados intentos de reforma educativa (escolar), y la búsqueda de nuevas vías y modos para pensar la educación escolar y la educación en general (hay clamor por un "cambio radical" y un “cambio de paradigma” para la educación).

La propuesta de Comunidad de Aprendizaje que exponemos aquí sintéticamente (ver más abajo) se refiere a un territorio y a una comunidad humana, urbana o rural, en la que todos aprenden - niños, jóvenes, adultos - en la familia, en el sistema escolar, en la biblioteca, en plazas, parques, mercados, infocentros, talleres, y en todos los espacios e instituciones existentes en la localidad. La CA integra, así, educación escolar y no-escolar, aprendizajes formales, no-formales e informales, recursos presenciales y en línea, incluyendo de este modo las diferentes nociones de CA mencionadas antes.

Se inspira en el pensamiento y en la mejor práctica de la educación comunitaria, la visión educativa de los pueblos indígenas alrededor del Sumak Kawsay, y movimientos como la Educación Popular en América Latina.

Tomamos asimismo elementos de la “visión ampliada de la educación básica” propuesta en la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (Jomtien, 1990), la cual alude a la satisfacción de "necesidades básicas de aprendizaje" de las personas - niños, jóvenes y adultos - dentro y fuera del sistema escolar, y a lo largo de la vida.

Planteamos la CA como una propuesta de política y de acción educativas, traducida como estrategia de desarrollo y de transformación educativa y cultural a nivel local, con perspectiva y protagonismo ciudadanos. Como tal: 


▸ la CA forma parte de, y debe articularse con, un proyecto de desarrollo local y nacional, integral e integrador, lo que implica romper con la sectorialidad y concertar alianzas operativas y estratégicas tanto a nivel micro (CA) como macro (política educativa, política social, política económica);

la CA adopta una visión integral y sistémica de lo educativo, poniendo en el centro el aprendizaje (satisfacción de necesidades de aprendizaje de la población y desarrollo de una nueva cultura general sintonizada con los requerimientos de una ciudadanía plena),  articulando

- aprendizaje formal/no-formal/informal
- escuela/familia/comunidad
- política educativa/social/económica
- educación/cultura
- saber científico/saber común
- educación de niños/educación de adultos
- reforma/innovación (cambio “desde arriba” y cambio “desde abajo”)
- gestión administrativa/gestión pedagógica (en la institución escolar, en el sistema escolar, en la política educativa, en la formación de agentes educativos, etc.)
- lo local/lo nacional/lo global.

Construir una Comunidad de Aprendizaje implica potenciar la articulación entre escuela, familia y comunidad, así como entre aprendizaje formal, no-formal e informal.

La escuela es, por definición, parte de la comunidad, se debe a ella, está en función de ella; docentes y alumnos son al mismo tiempo agentes escolares y agentes comunitarios. La familia tiene valor en sí misma y no se subsume en “la comunidad”. 


Por otra parte, y dado que la escuela no es la única institución educativa, la necesidad de articulación se extiende a todas las instituciones o espacios educativos y culturales (o pasibles de ser convertidos en tales) presentes en la comunidad local tales como: bibliotecas, centros infantiles, centros de adultos, centros de salud, casa comunitaria, canchas deportivas, lugares de trabajo, medios de comunicación, telecentros o cafés internet, talleres artesanales, clubes, mercados, iglesias, parques, plazas, patios, huertos, granjas, jardines, viveros, cines, teatros, anfiteatros, gimnasios, museos, circos, zoológicos, centros de exposiciones, galerías, kioskos, hospitales, cárceles, cuarteles, cementerios, etc. 

La Comunidad de Aprendizaje no resulta de la suma de intervenciones aisladas, o incluso de su articulación, sino que implica la construcción de planes educativos territorializados (la ciudad, el barrio, la comunidad, la cuadra, la manzana, el pueblo, la ciudad, el distrito, el municipio, etc.).
Diferenciamos Comunidad Escolar y Comunidad de Aprendizaje

DE
A

Comunidad Escolar

Comunidad de Aprendizaje

▸ Niños y jóvenes aprendiendo
▸ Niños, jóvenes y adultos aprendiendo
▸ Adultos enseñando a niños y jóvenes
▸ Aprendizaje inter-generacional y entre pares
▸ Educación escolar
▸ Educación escolar y extraescolar
▸ Educación formal
▸ Aprendizaje en ámbitos formales, no-formales e informales
▸ Agentes escolares (docentes, maestros, profesores)
▸ Agentes educativos (agentes escolares y otros sujetos que asumen funciones educativas)
▸ Los agentes escolares como agentes de cambio
▸ Los  agentes educativos como agentes de cambio
▸ Los alumnos (educandos) como sujetos de aprendizaje
▸ Educandos y educadores como sujetos de aprendizaje
▸ Visión fragmentada del sistema escolar (por niveles: pre-escolar o inicial, básica, media, superior) 
▸ Visión sistémica y unificada del sistema escolar (un continuo que va desde la educación inicial hasta la superior, incluyendo a ésta última)
▸ Planes institucionales
▸ Planes y alianzas inter-institucionales 
▸ Innovaciones aisladas
▸ Redes de innovaciones
▸ Red de instituciones escolares
▸ Red de instituciones educativas
▸ Proyecto educativo institucional (escuela)
▸ Proyecto educativo comunitario. Cada proyecto es único, propio, hecho a medida de cada comunidad.
▸ Enfoque sectorial de la educación (la educación como "sector")

Enfoque intra-escolar de la educación
▸ Enfoque inter-sectorial de la educación y el aprendizaje (atraviesa varios "sectores")
▸ Enfoque
territorial de la educación y el aprendizaje (el territorio como lugar y recurso de aprendizaje)
▸ Ministerio de Educación a cargo
▸ Varios Ministerios involucrados
▸ Estado/gobierno
Comunidad local, comunidad nacional, Estado/gobierno.

Educación permanente
 
Aprendizaje a lo largo de la vida


¿Qué implica organizar una Comunidad de Aprendizaje
?


         
Volver al sentido común, desafiando la ideología, las prácticas y las institucionalidades convencionales, que piensan y organizan la educación y los aprendizajes únicamente pensando en educación escolar, segmentando por edades, según distinciones formal/no-formal/informal, y con mentalidad sectorial (educación, cultura, deporte, salud, trabajo, producción, ecología, etc.)


▸ Concentración en un territorio determinado, urbano o rural.
▸ Construir sobre procesos de organización y movilización social ya en marcha.
▸ Diagnóstico entendido como identificación no sólo de lo que NO HAY (necesidades, deseos) sino de LO QUE HAY (historia y luchas compartidas, perspectivas de futuro, relaciones, saberes, motivaciones, valores positivos, instituciones, redes, recursos, etc.) en la comunidad.
▸ Toda una comunidad que aprende: niños, jóvenes y personas adultas, educadores y educandos.  

▸ Hacerse cargo de los factores "extraescolares" que son definitorios en los aprendizajes incluso más que los "intraescolares", como lo revelan numerosos estudios y evaluaciones de rendimiento escolar (LLECE, PISA, etc).
▸ Procesos participativos en el diseño, ejecución y evaluación del plan educativo. 
▸ Proyectos asociativos y en alianza entre diversos actores operando en el territorio.
▸ Derecho a la educación entendido como derecho al aprendizaje.
▸ Atención a lo pedagógico (calidad de las relaciones de enseñanza y aprendizaje).  
Procesos sostenidos de información, comunicación y educación ciudadanas, orientados a toda la comunidad.
▸ Contribución a la revitalización y renovación del sistema escolar público y privado. 
▸ Prioridad sobre la gente y sus relaciones antes que sobre las cosas (infraestructura, equipamiento, etc.)
Intervención sistémica y búsqueda de articulaciones y sinergias.
▸ Sistematización, evaluación y difusión de la experiencia a lo largo del propio proceso y a través de todos los medios al alcance.
▸ Desarrollo de experiencias demostrativas, con uno o más componentes radicalmente innovadores en el contexto comunitario.
▸ Continuidad y sustentabilidad de los esfuerzos, hacia la construcción de una cultura de aprendizaje y una cultura ciudadana comunitaria.
▸ Procesos de calidad con austeridad, uso eficiente y control social de los recursos.

Iniciativa de Educación Básica "Comunidad de Aprendizaje"

Varias de las ideas expuestas aquí fueron conceptualizadas inicialmente como parte del ideario de la Iniciativa de Educación Básica "Comunidad de Aprendizaje" que organicé siendo Directora de Programas para América Latina y el Caribe de la Fundación W.K. Kellogg, con sede en Buenos Aires (1996-1998) y que dí continuidad posteriormente desde el IIPE-UNESCO Buenos Aires (1998-2000), también con financiamiento de la F. Kellogg.

A fines de 2007 difundí ampliamente en América Latina el documento con el ideario y la propuesta de la Iniciativa. Se recibieron 132 pre-proyectos. De estos pre-seleccionamos 52 y terminamos financiando 14 proyectos en 9 países de la región - Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Haití, México, Perú, Uruguay y Venezuela - por un período de 5 años. El ideario de la Iniciativa CA ha inspirado varias experiencias de este tipo en diversos países latinoamericanos.

Una versión ampliada del texto original de la Iniciativa la presenté en el “Simposio Internacional sobre Comunidades de Aprendizaje” preparatorio del Barcelona Forum 2004 (Barcelona, 5-6 Octubre 2001). He preparado y presentado versiones de este documento, en español y en inglés, en diversos eventos.

En 2011 fui invitada por el Instituto Natura, en Sao Paulo, a hacer una serie de presentaciones, como parte de un proceso de asesoría a Natura, interesada en adoptar el concepto de CA en su programa de cooperación en educación en Brasil. Natura preparó un breve folleto informativo utilizando algunas de las ideas de este texto.

"Es imprescindible distinguir promoción del libro y promoción de la lectura"


Marcelo Chamorro

 entrevista con Rosa María Torres
a propósito del Día Mundial del Libro 

por Johnny Alvarado Domínguez, diario Expreso y revista Semana
Guayaquil-Ecuador (23 abril 2006)
   
¿Considera que en el Ecuador no se lee como se debería porque es muy caro leer o porque no existen buenos textos?

Muchas personas no leen simplemente porque no saben leer y escribir, porque no fueron a la escuela, porque la abandonaron en los primeros grados o porque fueron a una mala escuela.

Otras personas no leen, sabiendo leer, porque no hay objetos de lectura a su alrededor. La nuestra es una sociedad que no fomenta ni valora la lectura y la escritura. En comunidades y escuelas rurales a menudo no hay nada para leer, además de los textos escolares y de los anuncios comerciales o la propaganda electoral. A muchos lugares no llega el periódico o, si llega, es inalcanzable para la gente (antes los pequeños comerciantes envolvían la compra en periódico; cada vez menos). A menudo, los materiales impresos que llegan de oficinas estatales o de organizaciones no-gubernamentales son sosos o excesivamente complejos. He visto asimismo innumerables “bibliotecas comunitarias” que solo tienen libros de texto para los estudiantes y a las que van a parar libros que no pudieron venderse comercialmente y que a nadie interesa leer. ¡Ni qué hablar de la disponibilidad de materiales de lectura en lenguas indígenas!

Lamento aguar el festejo del libro, pero creo que es imprescindible distinguir promoción del libro y promoción de la lectura, reconocer que los libros no son los únicos objetos de lectura, que estos ya no vienen sólo en soporte impreso sino también en soporte digital, y  que hay muchos malos libros, que no merecen leerse.

Por otra parte, ¿de dónde sale la idea de que hay que poseer un libro para poder leerlo? Para eso se inventaron las bibliotecas, hace muchísimos años, para colectivizar la lectura y el uso de los libros. Hoy tenemos además los café Internet, cybercafés o telecentros - como se los quiera llamar - que se extienden en el país y en toda América Latina y en los que la actividad central también gira en torno a la lectura y la escritura, pero a partir de la computadora. Estamos expuestos - sobre todo en las ciudades - a innumerables objetos y situaciones de lectura y escritura, incluyendo los medios virtuales y las tecnologias digitales, los cuales están contribuyendo a hacer más popular y más cotidiana la lectura y la escritura especialmente entre los jóvenes pero también entre los adultos.

Claro que el problema principal sigue siendo no sólo cuánto se lee o escribe, sino qué se lee y qué se escribe, y para qué.

¿Qué medidas se deben adoptar para que los libros sean más baratos en el país?

Partamos de lo dicho: no se debe reducir lectura a libro; es preciso fomentar la lectura en todos sus soportes y formas, dentro y fuera del sistema escolar, y a lo largo de la vida.

Ciertamente es importante abaratar los costos de los libros y democratizar su uso, pero eso no es lo único que hay que hacer. Desde el otro lado, hay que mejorar el nivel de vida y el poder adquisitivo de la población. Hay que abaratar el costo de la vida en general, combatir en serio la pobreza. Cuando se está en el límite de la supervivencia, el libro pasa a ser objeto suntuario, lujo de minorías y de élites. No se trata pues sólo de políticas editoriales o de campañas de promoción de la lectura sino de políticas económicas, sociales y culturales.

Habría que abaratar también el costo de los periódicos, y mejorar enormenente su calidad. Un pobre periodismo genera pobres lectores, y a la inversa; es un círculo vicioso. Asimismo, hoy en Internet se pueden encontrar bibliotecas completas que están disponibles en línea, el único costo es el de la conexión a Internet y el de la impresión, si se prefiere leer en papel y no en la pantalla. Yo misma he puesto la mayor parte de mis escritos y publicaciones a disposición pública y gratuita, en mi página web institucional www.fronesis.org y en mis blogs.

¿Se considera usted una buena lectora? ¿Cuál fue el último libro que leyó?

Soy una persona que lee y escribe cotidianamente, en papel y en la pantalla. Leo de todo, desde tratados científicos y densos hasta lecturas frívolas de esas que se encuentran en consultorios o peluquerías, porque soy curiosa, me gusta aprender y explorar, y siento que todo está finalmente relacionado con todo. Leer y escribir es la esencia misma de mi trabajo como educadora, comunicadora y activista social, y mi fuente más importante de aprendizaje permanente. Lo hago por placer, no por obligación. Ahí está el único pequeño gran secreto de todo buen lector o escritor.

El libro "de cabecera" que estoy leyendo ahora se titula "Mujeres que corren con los lobos". Este es el que he cargado conmigo en mis últimos viajes, el que leo en aeropuertos y aviones, o bien por las noches. Pero están además todos los otros libros y documentos con los que me encuentro todos los días, como parte de mis tareas profesionales y de investigación. Es raro que una persona que lee mucho responda a esta pregunta en singular - EL libro – y en pasado – el ULTIMO.

¿Cómo incentivar la lectura entre los niños y los jóvenes del Ecuador?

Es fundamental que empecemos dando el ejemplo los adultos, padres y madres de familia, maestros y maestras. Los niños y niñas que ven leer y escuchan leer a su alrededor, desarrollan ideas y actitudes respecto de la lectura que no las desarrollan los niños y niñas que crecen en  ambientes iletrados o sin estímulo hacia la lectura. Hay abundante investigación que muestra esto, en todo el mundo. De allí que tener padres alfabetizados y educados debe pasar a ser visto no sólo como un derecho de los adultos sino de todo niño o niña. Un padre o una madre analfabetos no pueden leer a sus hijos, están privados de ese placer que es leer en voz alta a y junto con los hijos. Un maestro que no lee, mal puede enseñar a sus alumnos el gusto por la lectura.

Con el perdón del libro y del Día del Libro, creo que precisamente – entre otros - hay que desmitificar el libro y acoger como válidas y necesarias todas las formas y los soportes de la lectura, integrándolas antes que creando redes y sistemas en paralelo como viene ocurriendo: biblioteca escolar y biblioteca comunitaria, libros y computadoras, cuadernos y pantallas, revistas y enciclopedias, bibliotecas y cibercafés o laboratorios informáticos, etc.

Mis dos hijos, de pequeños, disfrutaban mucho de las revistas de comics. Nosotros, los padres, les incentivábamos a que leyeran lo que quisieran leer. Sabíamos que lo más importante y lo más difícil - y donde se equivocan precisamente muchos padres y maestros - es dejar que aflore el interés y el amor por la lectura. Borges, el gran escritor argentino, recomendaba abandonar un libro si aburría, aunque fuese escrito por algún grande de la literatura o la historia mundial.

Escuelas para madres de tiempo completo



Sabemos que el sistema escolar está desactualizado en muchos aspectos. Nos referirnos aquí a uno solo: la escue­la sigue contando con madres amas de casa, dedicadas a tiempo completo a sus hijos y habilitadas - a menudo desde el simple amor de madres - para servir de auxiliares de la escuela.

El mundo cambió mucho en las últimas décadas,  y muy especialmente para las mujeres. Pobres y acomodadas, de todas las edades, con poca o con mucha educación formal, millones de mujeres salimos a trabajar fuera del hogar. La mayoría sin abandonar por ello el trabajo doméstico, el invisibile, el más pesado de todos, el poco valorado y no remunerado. Muchas mujeres se graduaron de «jefas de familia», madres solteras, abandonadas, divorciadas, o emparejadas pero forzadas a mantener a consortes desempleados. Mujeres con doble y triple jornada de trabajo que llegan cansadas al hogar, les falta tiempo libre y les sobra problemas y responsabilidades. Agréguele al cuadro datos alarmantes de pobreza, violencia doméstica y bajos niveles educativos, que afectan a millones de mujeres en todo el mundo.

Y, sin embargo, el sistema escolar sigue anclado en la familia ideal y la madre clasemediera, educada y disponible, que sigue alimentando el ideario escolar, los programas de estudio, los deberes en casa, los materiales de enseñanza, las pruebas, las reuniones de padres de familia. Varias veces, siendo madre de hijos escolares, reclamé por formula­rios que  seguían registrando el rubro «dirección del trabajo» únicamente para los padres, y reservando para las madres el de «dirección del domicilio».

¿Cuántas veces le han convocado a usted, señora madre de familia, a reuniones escolares o entrevistas con profesores, a media ma­ñana o a media tarde?. ¿Cuántas veces le ha tocado llegar al fin del día y encontrarse con el pedido urgente de conseguir, para el día siguiente, ese artefacto inaccesi­ble que su hijo o hija nece­sita para la clase de mañana, o los dos me­tros de tela verde a cuadritos que deberá llevar para la clase de actividades prácticas?.

El director o directora asume que usted es desocupada y está dispuesta a cualquier hora. La maestra cuen­ta con que usted tiene tiempo para dedicarse a reco­rrer almacenes, librerías, papelerías, bibliotecas, fábricas, aserraderos, mecá­nicas, en búsqueda de los mil y un objetos que se le ocurren al sistema escolar.

La cultura de los deberes cuenta por lo general con madres de tiempo com­pleto. Apuesto a que le resulta familiar la queja de «mami, no entiendo la tarea». ¿Cuántas veces le ha tocado llegar a su casa y encontrarse con que la estaban esperan­do para explicar esas palabras que no se entienden, ayudar a dibujar ese mapa que no se puede copiar de ningún lado, ir a buscar los apuntes a la casa del amiguito o tratar de suplir esa computadora o impresora que no existe en casa?.

La situación se agrava cuando la mujer asume sola el papel escolar, ya porque no hay padre a mano, ya porque el que hay se desentiende de estos menesteres. «La vida escolar de los hijos» ha sido vista tradicionalmente como tarea femenina, reino y responsabilidad de las madres. Y así continúa siendo, en gran medida. Sólo por curiosidad, cuente, en la pró­xima reunión de padres de familia, cuántas mujeres y cuántos hombres hay...

La escuela condena y penaliza a las madres que no son de tiempo completo. La que no lo es, vive apesadumbrada y culpabili­zada. Cuando llegan las calificaciones, se pregunta cuánto mejores podrían haber sido si estuviese disponible y equipada para apo­yar a los hijos en las tareas, estudiar con ellos los exámenes, explicar lo que no se comprendió en clase.

Cierto que a la familia le toca acompañar, apoyar, esti­mular y complementar la labor de la escuela, con los recursos - afectivos, materiales, de conocimiento, de tiempo - que cada familia tiene. Cierto también que no sólo las madres sino también los padres deben asumir esta responsabilidad. Pero no menos cierta la cirugía mayor que debe hacer puertas adentro el sistema escolar, descartando de una vez por todas a la madre de tiempo completo y al servicio de la escuela.

Textos relacionados
Rosa María Torres, El tormento de los deberes

Niños que venden rosas


Edgar Freire Rubio (comp.), Quito, tradiciones, testimonios y nostalgia

Rosa María Torres y Julián Coraggio Torres

Mllones de niños trabajan en la calle, callejean mañana, tarde y noche porque no tienen hogar o porque, teniéndolo, es como si no lo tuvieran. No hay el papá que trabaja, trae el sustento, protege. No hay la mamá que cuida, mima, arropa. No hay el hogar que cobija, el horario normal, la cama tibia, la comida necesaria. Porque no hay la sociedad que asegure a todos los niños el respeto a su niñez, a su juego, a su necesidad de amor y protección. Por eso hay niños que venden rosas, de tarde, de noche y hasta la madrugada, hasta que "acaben de vender", como dicen ellos.

Nos topamos con ellos afuera de una pizzería, en Quito. Esperaban que algún comensal les pasara unas sobras. Más que de hambre, estaban muertos de sed, sobre todo el más grande. Y es que salen de su casa al mediodía y desde entonces, hasta la madrugada, caminan sin cesar vendiendo las rosas.

En la conversación, supimos sus nombres: Néstor (11 años) y Patricio (14). Son hermanos. Viven en el Panecillo, quién sabe en qué cuarto miserable a punto de derrumbarse, en qué condiciones de miseria e insalubridad. Ambos sucios, despeinados, con pelos tiesos y disparejos, con la ropa en jirones, con los zapatos estilo payaso, demasiado grandes para su edad. Seguramente se encuentran todos los días con esos que, al verlos, les aconsejan de inmediato jabón y tijeras a quienes no tienen ni agua ni jabón ni tijeras ni dinero para ir jamás a una peluquería.

Su papá era albañil, pero ahora ya no puede trabajar. Se queda todo el día en el cuarto, gimiendo de dolor, acostado en la cama. No por vago ni por borracho. Hace poco, en una riña, una señora le clavó una botella en la barriga, se desangró, le llevaron al hospital Eugenio Espejo, le operaron. Los hijos presenciaron todo el episodio.

- "Le salía un montón de sangre. Hasta una cosa blanca empezó a salirle de la barriga. Tal vez eran las tripas", dice Néstor. "Desde ahí quedó mal".

- "Le duele la barriga, le duele la cabeza. Grandes dolores tiene. Tal vez no le hicieron bien la operación".

Los niños venden flores desde hace cuatro meses. Exactamente, desde que murió la mamá. Murió atropellada.

- "Un auto le pasó por la cabeza. De contado quedó muerta. La policía le persiguió al del auto, un auto pequeño era. Pero no le agarraron", cuenta Néstor bajando la cabeza. Parece que quisiera llorar. O tal vez es nuestra idea. Nadie puede contar una cosa así sin querer llorar.

- "Ahora tenemos una nueva mamá. Le decimos mamá, pero mejor dicho es madrastra".

El papá se volvió a casar. La nueva mamá consiguió trabajo en el mismo lugar de la mamá propia: lavando plásticos.

- "Se lava los envases plásticos, por ejemplo los de los champuses. Hay que lavar bien, si no le mandan a uno a lavar de nuevo. Cortan los plásticos en pedazos y meten todo en unas máquinas trituradoras, donde se derrite. Con eso hacen juguetes y venden".

Esto es en San Bartolo. El papá consiguió para la nueva mujer el puesto dejado por la anterior. Los chicos ayudaban a la mamá propia, ahora ayudan a la nueva mamá.

Salen de la casa cerca del mediodía. La mamá les da el desayuno -una taza de café- y el almuerzo -¿quién se anima a preguntar en qué consiste?-. Primero van a comprar las rosas, en la Avenida 24 de Mayo. Y enseguida empiezan a vender.

La venta es en la Amazonas y en la Orellana. La mejor venta es a la noche. En general, terminan a las 2 ó 3 de la madrugada. Cuando la cosa va mal, terminan como a las 5. Llegan a su casa ya clareando.

Regresan en taxi, para que no les asalten, siguiendo los consejos del papá. El taxista les cobra 2 o 3 mil sucres hasta el Panecillo. Ya fueron, en efecto, asaltados una vez. Se les acercó un ratero y tuvieron que darle toda la plata. Tenían, entre ambos, 30 mil sucres.

- "Un cuchillote sacó y nos dijo que nos iba a meter bien hondo si no le entregábamos la plata. Le dimos nomás. ¡Qué más íbamos a hacer!".

Duermen lo que alcanzan a dormir hasta la media mañana. Llevan ritmo de adultos, vida de prostitutas, trasnochando todos los días, correteando calles de arriba a abajo para hacerse unos sucres que no son dinero extra sino sustento de la casa. Su vida activa transcurre de noche, en la calle, en el frío, en medio de putas y borrachos buscando su clientela entre gente que entra y sale de hoteles, restaurantes, burdeles, cantinas, bares, cines. El domingo es el único día que no venden, se quedan todo el día durmiendo en el cuarto, descansando para reiniciar la rutina el lunes.

Van a la escuela -dicen- de 3 a 5 de la tarde. Néstor dice que está en segundo grado. No sabe en qué grado está su hermano.

¿Qué clase de escuela es la que funciona dos horas diarias?. ¿Qué pueden aprender, de todos modos, estos niños en la escuela?. ¿Quién puede aprender con cansancio, con hambre, con sueño, sin esperanza, sin perspectiva de futuro?.

¿Quién puede enseñar a estos niños?. ¿Quién reúne esas cualidades humanas y pedagógicas indispensables para comprender su situación y ayudarles a superar sus carencias, darles el afecto y la atención especiales que requieren?.

¿Qué se puede enseñar a estos niños?. Los programas de estudio, los textos, los horarios, las normas, las exigencias escolares están diseñados para niños-niños, para niños que tienen familias y sustento asegurado, para niños que pueden permitirse ser niños, que se levantan a la mañana y se acuestan a la noche, que tienen tiempo para jugar y para estudiar, que tienen razones para reír y para cantar.

Al salir de la pizzería encontramos al más pequeño que va llorando por la calle. El hermano mayor le pegó y le dejó solo, en castigo por haber vendido poco durante el día. Nos ofrecemos para llevarle en auto hasta donde está el hermano. Más adelante recogemos al hermano y les llevamos a ambos hasta la esquina de la Colón y Amazonas. Antes de bajarse del auto, el mayor me pide trabajo.

- "Quisiera trabajar en algo, lo que sea. Estoy cansado de trasnochar".

Les vemos, inmediatamente, juntarse con otros niños y niñas vendedores de rosas. Vemos cómo les reciben y cómo, arremolinados a su alrededor, aparentemente ellos les cuentan la aventura de haber conversado y haber sido transportados por extraños. Extraños que les trataron bien, pero que pudieron haberles asaltado o robado o matado, como se mata a los niños de la calle en Brasil, como se mata en muchos lados a los indigentes que no tienen quién reclame por ellos. Ingenuos, desprotegidos, indefensos, expuestos no sólo a la miseria sino a la muerte en cualquier momento: ésta es la suerte de estos niños.

Vemos cómo, al cabo de un rato, empiezan a caminar todos juntos. No menos de diez hay en el grupo. Niños y niñas, algunos muy pequeñitos, otros semi-adolescentes. Van pasando junto a restaurantes y boutiques, mezclándose con las luces de los letreros fosforescentes, esquivando a los autos, deteniendo a la gente para ofrecerle las rosas.

Pasan cerca de uno, junto a uno, y uno no los ve. Le ofrecen una rosa, le ruegan que se la compre, y usted responde que no, gentilmente o molesto por la impertinencia (incluso hay quienes ahuyentan con un manotazo). Piensa usted para sus adentros que son unos malandrines, unos vagos, unos incapaces. O que, en todo caso, lo son sus padres, desvergonzados padres que mandan a sus hijos a trabajar para ahorrarse ellos la molestia. O -mejor- se niega a pensar, simplemente para seguir viviendo, para poder comer, comprar, disfrutar esta noche sin culpa.

Pero ahí están, se percate usted o no. Ahí están estos niños miserables vendiéndonos rosas nocturnas, raídas, maltrechas, inodoras, a 300 sucres. Una sociedad que produce rosas pero que también produce niños para venderlas por las calles a medianoche, es una sociedad que merece ser cambiada.

* Publicado originalmente en: El Comercio, Quito, 31/03/1992. Incluido también en: Edgar Freire Rubio (comp.), Quito: tradiciones, testimonio y nostalgia, Tomo IV, Quito, Libresa, 2002.

Edgar Freire Rubio: “El librero de la ciudad” y su afición por las historias quiteñas

Textos relacionados:
Rosa María Torres, Cultura ciudadana: ¿qué clase de educación necesita Quito?

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