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Ecuador: Just one figure: How much was the illiteracy rate reduced?


This text was included in: PIMA BULLETIN NO 47 SPECIAL ISSUE HONOURING CHRIS DUKE, April 2023
Co-Editors: Heribert Hinzen, Phuoc Khau, Dorothy Lucardie, Maria Slowey, Shirley Walters.
Technical Assistance: Leslie Cordie



Dear Chris: I know you like stories. Am sure you will enjoy this one.


In 1988-1990 I directed the National Literacy Campaign "Monsignor Leonidas Proaño" in Ecuador. The day after the campaign was finalized, I had many journalists in my office asking for one figure: how much had the campaign reduced the illiteracy rate in the country.

I kindly explained them that:

 
1. Illiteracy and literacy data (in Ecuador and in many countries) are not reliable since they reflect selfperceptions in response to the question - Do you know how to read and write? YES/NO, rather than some sort of evaluation or verification.

2. In a literacy process there are three main data: a) number of persons registered, b) number of persons who completed the programme, and c) number of persons who learned (and how much they learned). Very often the data that are given as final are registration and/or termination data.

In Nicaragua, the National Literacy Crusade started on March 23, 1980 with an estimated illiteracy rate of 50.2% (722,431 illiterate persons). I was at the Plaza de la Revolución in Managua when the Sandinistas shared the Crusade results: 406.456 persons had become literate and the illiteracy rate was reduced to 12%. In reality, as I realized later, those were registration or termination data, not learning data.


3. In the campaign in my own country I decided to place learning at the centre, conduct and disseminate widely a final evaluation of the campaign, and differentiate the three data: registration, termination, and learning. Literacy learners were asked to read a short text out of the primer and to write a short letter to the literacy teacher. For the literacy teachers - most of them students from the last two years of secondary school whom we trained for several months and assisted through radio during the campaign we prepared a written questionnaire where we asked their opinions on the various components of the campaign and on their experience in it.

4. It would take us several months to collect the data since it was a national campaign, covering urban and rural areas. Before leaving, literacy teachers were asked to collect the required information and deliver it to the brigade coordinators or to the campaign personnel in the various places.

5. I decided to accept adolescents between 12 and 15 years of age into the campaign. Illiteracy statistics usually start at 15 years of age. Therefore, we would have to eliminate the participants below the age of 15.

6. Besides the internal evaluation conducted by the pedagogical team of the campaign, we requested UNESCO-Santiago to assist us with an independent external evaluation. We would publish both reports as well as an integrated one.

7. The campaign in indigenous languages, in charge of the National Directorate of lntercultural Bilingual Education (DINEIB), would be evaluated following its own parameters. Its final evaluation would be published in a separate report.

Explanations were useless. Journalists insisted on obtaining a number. Today, not in six months or a year! Next day, newspapers and other media indicated that the campaign and the Ministry of Education were hiding information.

Almost a year later, in August 1990, when we published and distributed the final evaluation report (246 pages), nobody was waiting for it and nobody was interested to know what had been learned by the nearly 300,000 people who finalized the campaign, and by their literacy teachers.


El dato: ¿A cuánto se redujo la tasa de analfabetismo?

 


Este texto fue incluido en inglés en el Boletín No. 47 de la Red PIMA.
Número Especial en honor de Chris Duke, abril 2023

Co-Editores: Heribert Hinzen, Phuoc Khau, Dorothy Lucardie, Maria Slowey, Shirley Walters.
Asistencia técnica: Leslie Cordie

Ecuador: Just one figure: How much was the illiteracy rate reduced?


En 1988-1990 fui Directora Pedagógica de la Campaña Nacional de Alfabetización "Monseñor Leonidas Proaño". Al día siguiente de concluida la campaña me esperaba en la oficina un enjambre de periodistas. Querían básicamente un dato: a cuánto se redujo la tasa de analfabetismo en el Ecuador.
Amablemente les dije que no tenía ese dato y que nos tomaría algunos meses tenerlo pues:

1. Los datos de analfabetismo (en el Ecuador y en muchos países) no son confiables pues son declaraciones de las personas basadas en autopercepción (Sabe usted leer y escribir: Sí / No), sin ningún tipo de evaluación o verificación.

2. En un proceso de alfabetización (campaña, programa u otra modalidad) hay tres datos diferentes: a) cuántas personas se inscriben, b) cuántas personas terminan el proceso (se mantienen hasta el final), y c) cuántas aprenden. A menudo, los datos que se divulgan como finales son datos de inscripción o de terminación.

En Nicaragua, la Cruzada Nacional de Alfabetización arrancó el 23 de marzo de 1980 con una tasa estimada de analfabetismo de 50.2% (722.431 personas analfabetas). Estuve en la Plaza de la Revolución, en Managua, cuando el Frente Sandinista dio a conocer los resultados de la Cruzada: se habían alfabetizado 406.456 personas y se había reducido el analfabetismo al 12%. En realidad, como entendí después, esos fueron datos de inscripción y/o terminación, no de aprendizaje.


2. En esta oportunidad, dirigiendo una campaña en mi propio país, me propuse poner en el centro el aprendizaje, hacer una evaluación final de la campaña y diferenciar claramente estos tres datos: inscripción, terminación y aprendizaje. Al final de la campaña los alfabetizandos debieron leer un texto corto fuera de la cartilla y escribir una pequeña carta a su alfabetizador. Para los alfabetizadores - en su mayoría estudiantes de los dos últimos años de bachillerato a quienes capacitamos a lo largo de varios meses y dimos seguimiento durante la campaña - hicimos un folleto específico (incorporado como el último de la serie de 34 Documentos de Trabajo que elaboramos para su formación) en el que indagamos sus opiniones sobre los diferentes componentes de la campaña y sobre su propia experiencia en ella.  

3. Nos demoraríamos varios meses en recoger todo el material y toda la información, pues se trataba de una campaña nacional,  en zonas urbanas y rurales, muchas de ellas de difícil acceso. Antes de retirarse, los alfabetizadores debían recopilar la información requerida, pasarla a los coordinadores de brigadas y estos al personal de la campaña en los distintos lugares.

4. Yo había tomado la decisión de acoger en la campaña a adolescentes a partir de los 12 años de edad. Las estadísticas de analfabetismo se calculan usualmente a partir de los 15 años, de modo que, al compilar la información estadística, debíamos restar el número de personas entre 12 y 15 años que habían participado en los círculos de alfabetización.

5. Además de la evaluación interna, a cargo del equipo pedagógico de la campaña, encargamos una evaluación externa a un equipo contratado por la UNESCO-Santiago, el cual trabajó de manera independiente. Publicaríamos ambos informes, el interno y el externo, y un informe final integrando ambas evaluaciones. UNICEF financiaría el informe integrado.

6. La campaña en lenguas indígenas, a cargo de la Dirección Nacional de Educación Intercultural Bilingüe (DINEIB), dentro del Ministerio de Educación, sería evaluada por la DINEIB con sus propios lineamientos e instrumentos, y no se incluiría en este informe final en español.


Las explicaciones fueron inútiles. Los periodistas insistían en obtener un dato, un porcentaje. Hoy, no dentro de seis meses o un año.

Al día siguiente, muchos medios afirmaron que el equipo de la campaña y del Ministerio de Educación estaba ocultando la información.

Casi un año después, en agosto de 1990, cuando publicamos y distribuimos el informe integrado de evaluación final (246 páginas), nadie lo esperaba y a nadie le interesaba saber qué y cuánto habían aprendido las más de 300.000 personas integradas a la campaña y los alfabetizadores que participaron en ella.

 Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "El dato (¿A cuánto se redujo la tasa de analfabetismo?)", blog OTRAƎDUCACION, Quito, 13 enero 2023.



Los usos escolares del diccionario



Escribí y publiqué este artículo en 1999. Recoge una anécdota escolar de mi hijo menor. Una anécdota más sobre la nefasta cultura de los deberes, en este caso vinculada al diccionario. Poco se usan hoy los diccionarios pero los deberes escolares siguen repitiendo muchos de los problemas de antaño, esta vez con ayuda de un nuevo convidado: el Internet. Lastimosamente ya no tengo hijos escolares para poder testimoniar de cerca y documentar esta nueva etapa de la cultura escolar.


Para Julián

Vino una tarde mi hijo, tercer grado, con una tarea que debía hacer utilizando el diccionario. Con aire triunfal anunció que era una tarea fácil y que en media hora estaría libre para salir a jugar. Pasada la media hora, disgustado y ansioso se acercó a decirme que no encontraba en el diccionario las palabras que debía buscar.

Le pedí que bus­cara nuevamente. Pocos días antes la directora de la escuela nos ha­bía pedido a padres y madres no ayudar a nues­tros hijos en las tareas y mucho menos hacerlas por ellos. Las tareas deben hacerlas los niños solos, a fin de que sean un re­fuerzo de lo aprendido en la escuela. Esta ha sido para mí batalla permanente como mamá y como pedagoga. No podía estar más contenta. Y así lo dije en la reunión. Diez hurras para la escuela.

Un rato más tarde mi hijo volvió a acercarse. Definitivamente, no en­contraba esas palabras. Decidí entonces fijarme en qué consistía la tarea. Esa mañana la maestra les había dictado 20 palabras. Había puesto una cruz roja junto a las palabras mal escritas por los niños en sus cuadernos, y les había pedido como tarea corregirlas en sus casas usan­do el diccionario y copiar su defini­ción. El pequeño detalle que la maestra no tuvo en cuenta es que los niños consultarían en el diccionario dichas palabras tal y como ellos las habían escrito, es decir, mal. Mi hijo estaba buscando en el diccionario aderir, lusiérnaga, ecselente...

Así pues, corregí en su cuaderno las palabras mal escri­tas, antes de enviarle de vuelta al diccio­nario. En veinte minutos terminó la tarea que le había atormentado.

Dos semanas más tarde hubo en la escuela una nueva reunión de padres de familia. Entre los puntos tratados se insistió otra vez en la no interferencia en las tareas escolares. Alcé la mano y expuse la anécdota que cuento aquí. Nadie reaccionó ni dijo nada. La escuela no está preparada para reconocer sus errores y dialogar profesionalmente con los padres de familia. Los padres de familia tampoco están preparados para esta clase de relación con la escuela. Prefieren ignorar o pasar por alto los problemas. Todos se acogen al silencio.

Cuando, esa tarde, mi hijo terminó la tarea y salió a jugar, feliz, pensé en los millones de niños y niñas escolares en todo el mundo que padecen diariamente los deberes, en la casa y en la escuela, muchos sin tener a quién acudir, y sin sospechar siquiera que otra escuela es posible, una en la que niños y familias tienen derecho a hablar, a argumentar, a señalar errores y exigir aprendizajes y rectificaciones.

* Publicado en Familia, El Comercio, Quito, 13 enero 1999.

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Caperucita, Cenicienta y Camila

Rosa María Torres


Para Camila, en su tercer cumpleaños

Le conté a mi nieta la Caperucita Roja y la Cenicienta cuando tenía dos años, mientras pasábamos unas vacaciones en la playa, en la provincia ecuatoriana de Esmeraldas. Sensible a la nieta y al contexto, en lugar de sabrosos pastelillos, nuestra Caperucita llevó bolones de verde a su abuelita. A la medianoche, en el gran salón del palacio, nuestra Cenicienta no bailó vals con el príncipe sino rock (y al son de Tercermundo, la banda de su papá).

Nuestra Caperucita y nuestra Cenicienta, hechas a medida, se sacaron el olor a viejo y a europeo, y se volvieron contemporáneas y ecuatorianas, como la Camila; hablando, comiendo y bailando como ella habla, come y baila. Caperucita, Cenicienta y Camila se encontraron en una playa desconocida para la tres, pero con lugares, sonidos y gustos conocidos. No por llevar bolones en lugar de pastelillos la Caperucita dejó de ser menos Caperucita; la abuelita se los comió igual y le encantaron. La Cenicienta bailó rock con la misma gracia que hubiera bailado vals y el príncipe se enamoró de ella y de sus contorsiones tal y como se hubiera enamorado al verla deslizarse grácilmente entre sus brazos. Igual, terminaron casándose y viviendo felices. Y nosotras, divirtiéndonos mucho.

Esto, llevado al plano de la escuela, es lo que permite un currículo contextualizado y flexible: la posibilidad de que cada región, cada escuela y cada profesor adapte contenidos y métodos a las necesidades e intereses de los alumnos. Los mejores caminos hacia el aprendizaje son aquellos que se conectan con las particularidades, los conocimientos previos y las experiencias de quienes aprenden.

Se puede enseñar y aprender Matemáticas mucho mejor si los problemas se vinculan con la vida de los alumnos. No hay razón para sumar avellanas donde no se conocen, para dividir un pastel de manzana donde éste es inaccesible, o para sacar la superficie de un campo de golf donde el deporte resulta tan extraño como el problema. Juanito puede comprar galletas, panes y huevos en la tienda de la esquina mientras aprende a sumar, restar, dividir o multiplicar.

Se puede iniciar en la lectura a niños pequeños con textos que hablan sobre los orígenes del himno nacional, la biografía de algún personaje de la historia patria, los beneficios del buen comer o el respeto a los mayores. Pero niñas y niños mostrarán más interés si lo que se lee habla de lo que les entusiasma, de lo que conocen o quieren conocer. Un niño rural aprenderá a leer con textos pensados para el medio urbano, pero concluirá pronto que la lectura, igual que la ciudad, son realidades ajenas, inasibles, extrañas.

Se puede iniciar a los alumnos en el estudio de la Historia sumergiéndoles en las migraciones de los primeros habitantes del planeta, en la evolución de la orfebrería en las culturas prehispánicas o en la cronología de la conquista. Pero son altas las probabilidades de que, por esta vía, se les esté iniciando más bien en la antipatía hacia la Historia. Para un niño, para un joven, la historia tiene sentido y se comprende en su conexión con el presente, con su propia historia, la de su familia, la de su comunidad.

Y así siguiendo. Para cada materia, para cada contenido, siempre existe la posibilidad de poner el nuevo conocimiento al alcance de niños y jóvenes, acercándolo a su realidad y a su cultura, despegándolo del libro de texto y del manual, y devolviéndoles así a profesores y alumnos la facultad para crear, para hacer de la enseñanza y el aprendizaje una actividad placentera y plena de sentido.

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El gran problema de la educación en el Ecuador es que no se percibe como un problema

 Rosa María Torres

(actualizado: 6 abril 2024)


Claudius Ceccon - Brasil


La educación concita poco interés en el Ecuador, tanto del gobierno como de la academia, el periodismo y la ciudadanía en general. Esta es una de las razones principales del problema educativo, que permanece en gran medida invisibilizado o negado.

Estudios y encuestas a nivel mundial muestran, salvo pocas excepciones, altos niveles de complacencia con la educación en cada país. Hay una sobresatisfacción, que a menudo no se compadece con las realidades y los resultados de los sistemas educativos. Esto se debe en gran parte a la falta de información, a la falta de conocimiento sobre el tema, y a la vigencia de viejas creencias y viejos marcos mentales en torno al tema educativo. La complacencia es mayor entre personas con ninguna o baja escolaridad, quienes se conforman con poco y no exigen una educación de calidad. Pero ocurre también en sectores medios y altos.

En el caso del Ecuador se agrega la desinformación en torno a la «revolución educativa» impulsada en la década de gobierno de Rafael Correa (2007-2017). Muchos ecuatorianos creen que en la llamada «década ganada» el Ecuador pasó a ser referente educativo mundial, que fue el país que más avanzó en calidad educativa según la UNESCO, que se eliminaron las escuelas unidocentes, que las escuelas del milenio pasaron a convertirse en modelo escolar universal, que Rafael Correa fue nombrado El Mejor Presidente del Mundo por Naciones Unidas. Correa y sus ministros de educación incluso anunciaron que en 2018 el Ecuador tendría "uno de los mejores sistemas educativos del mundo"


La educación ocupa uno de los últimos lugares, si no el último, en las encuestas que preguntan sobre el problema principal en el país. La educación no se considera un problema, es decir, algo de lo que hay que preocuparse y ocuparse. La economía, la política, la corrupción vienen ocupando los primeros lugares. En los últimos años, la brutal escalada de la violencia, el narcotráfico y la inseguridad convirtió estos asuntos en absoluta prioridad y preocupación. La educación ha terminado siendo un problema invisible,  lo fue incluso en la pandemia del COVID-19 y el confinamiento (2020-2021), y sigue siéndolo ahora en medio de tanta crisis. La que aparece de tanto en tanto como problema es la educación superior, a raíz de las pruebas de admisión, del presupuesto y de recortes presupuestarios, y del insuficiente número de cupos en las universidades públicas y en las carreras más demandadas.


CEDATOS, 2017-2019


La sociedad ecuatoriana no percibe la educación (la falta de educación o la mala educación) como un problema que está detrás de muchos de los grandes problemas nacionales: desnutrición crónica infantil, embarazo adolescente, corrupción, violencia, intolerancia, autoritarismo, machismo, racismo, homofobia, xenofobia, desempleo, mala alimentación, obesidad, mala calidad de la política, problemas ortográficos, falta de lectura, dificultades para argumentar y debatir, etc.

La lectura es tema problemático. A nivel de opinión pública viene siendo tratado esencialmente como que "el Ecuador no lee", pero el problema es mucho más complejo y tiene raíces en un sistema educativo deficitario que no enseña a leer y a gustar de la lectura. 

La Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales (2022) reveló que 7,4% de los ecuatorianos, es decir más de un millón de personas, no lee en ningún formato. En el área urbana las personas que no leen representan un 6,5%, y en las áreas rurales un 9,5%.

Es más bien reciente la preocupación con la lectura en el ámbito escolar. En 2019 el Banco Mundial empezó a hablar de «pobreza de aprendizaje», entendida como porcentaje de niños y niñas de 10 años de edad que tienen dificultad para leer comprensivamente un texto corto adecuado para su edad. El Ecuador apareció como un país con alta «pobreza de aprendizaje» ("Ecuador: Learning Poverty Brief", Learning Poverty Briefs, Banco Mundial, 2023):

en
2018: 61% 
en 2019: 63% (12% peor que el promedio regional)
en 2021: 63%
en 2022: 66%

Esto, a pesar de que el 98% de los niños y niñas en edad escolar va a la escuela y solo 2% no lo hace (2019-2022).

En definitiva, los problemas de enseñanza y aprendizaje de la lectura en el medio escolar son anteriores a la pandemia y el confinamiento; éstas solo lo agravaron.

Los niveles de alfabetismo digital son bajos. En el PIAAC (población de 16 a 65 años) el Ecuador obtuvo los más bajos niveles en resolución de problemas informáticos. Solo 5.2% de los adultos obtuvo puntajes altos (niveles 2 y 3) (OECD/INEVAL, 2019; OECD, 2019). Si bien el uso de redes sociales es alto, pocos usan las redes y el Internet para obtener información o continuar formándose por su cuenta. Apenas 3.97% de los ecuatorianos usa las redes para buscar información sobre salud y 9.09% para buscar información relacionada con educación. Estos porcentajes están entre los más bajos en América Latina (CAF/CEPAL, 2020).

El paradigma del Aprendizaje a lo Largo de la Vida, propuesto por la UNESCO como paradigma para la educación y los aprendizajes en el siglo 21, no ha sido adoptado en el Ecuador como enfoque para la política educativa desde el Ministerio de Educación y desde los múltiples entes estatales y no-estatales vinculados a la educación, la capacitación, la formación y los aprendizajes de niños, jóvenes y adultos dentro y fuera del sistema educativo. Persiste la desvinculación entre educación y cultura, educación y trabajo, educación y medios de comunicación, educación familiar, comunitaria y escolar, así como la fragmentación y descoordinación de las entidades gubernamentales y no-gubernamentales que promueven educación y aprendizajes a lo largo de la vida.

Estudios y evaluaciones sobre la situación de la educación escolar en el país, en la región y en el mundo pasan desapercibidos para la sociedad ecuatoriana. Pocos medios se ocupan de ellos y analizan la información en profundidad. Así ha acontecido, en los últimos años, con los resultados de la prueba PISA-D coordinada por la OCDE (aplicada en el Ecuador en 2017), la cual reveló bajos desempeños (bajo el nivel 2) de los estudiantes de 15 años en las tres áreas evaluadas en PISA: lectura (51% obtuvo bajo desempeño), matemáticas (71% obtuvo bajo desempeño, y 89% de los estudiantes pobres), y ciencia (57% obtuvo bajo desempeño). Así ocurrió también con los resultados del Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo ERCE (aplicado en 2019) del Laboratorio Latinoamericano de la Evaluación de la Calidad de la Educación coordinado por la UNESCO.

Los ecuatorianos duermen tranquilos no sabiendo - o sabiendo - que los estudiantes de primaria y secundaria tienen graves problemas con la lectura, la escritura y la matemática, que la diferencia de desempeño en lectura entre planteles públicos y privados es un año de escolaridad una vez controlado el factor socio-económico, y que la brecha de desempeño en lectura es una de las más altas de la región (60% de los estudiantes en planteles públicos tiene bajo desempeño en lectura en comparación con 27% de los estudiantes en planteles privados).

La llamada «crisis global de aprendizaje» resaltada por los organismos internacionales desde 2014 es prácticamente desconocida en el Ecuador. Tampoco tuvo eco la alerta de la UNESCO en 2021 en torno al estancamiento de la región desde 2013 en calidad de la educación, a partir de los resultados del ERCE: "Los datos del ERCE 2019 nos indican que la región se encuentra prácticamente estancada en niveles de logros de aprendizajes muy bajos. Esto pone a una generación entera en riesgo de no poder desarrollar su pleno potencial. Las medidas y reformas educativas para mejorar los aprendizajes desde los años más tempranos de escolaridad no pueden seguir esperando y deben ser priorizadas". Y no se ha registrado el estudio sobre la crisis global de aprendizaje divulgado en febrero de 2022, el cual concluye que la matrícula escolar creció notablemente a nivel mundial entre 2000 y 2015 pero el aprendizaje se ha mantenido estancado en todas las regiones del mundo.

El Ecuador es uno de los países en la región que tuvo las aulas cerradas por más tiempo a raíz de la pandemia (más de dos años). No obstante, el asunto no tuvo la preocupación y el sentido de urgencia que habría sido de esperar. Los sucesivos anuncios de apertura de las aulas fueron recibidos con temor y resistencia por muchos padres de familia y por las organizaciones docentes. La oficina de UNICEF en el Ecuador insistió permanentemente en la importancia de la reapertura. En diciembre de 2021 Guillermina Tiramonti, en Argentina, se lamentaba que "La educación sigue sin importarle a nadie en nuestro país". En el Ecuador no solo existe negacionismo sino que éste no se cuestiona.

Tomado de: Banco Mundial, UNICEF, UNESCO, Dos años después: Salvando a una generación, Washington D.C., junio 2022.

La educación no existe como problema en el presente ni como expectativa de otro futuro posible. La consulta en línea sobre cómo podría ser la educación en el futuro, organizada por el Ministerio de Educación en marzo de 2021, con aulas todavía mayoritariamente cerradas, dejó pocos insumos y resultados descorazonadores. Preguntados sobre cómo quisieran que sean sus planteles educativos, los estudiantes ecuatorianos básicamente aspiran a mantener lo que tienen. La chatura de las expectativas refleja la chatura de la educación que reciben y la chatura (o llana ausencia) de la conversación nacional sobre el tema educativo.

El artículo "Los 10 retos de Ecuador en 2022" de la Agencia EFE (30/12/2021) fue reproducido a inicios de 2022 por varios medios ecuatorianos, entre ellos Ecuavisa y diario Expreso. "Reducir sustancialmente la pobreza después de tres años de grave crisis económica y llegar al Mundial de Catar se perfilan como los dos grandes retos de Ecuador en 2022, cada uno en su propia dimensión pero ambos convertidos en símbolo de un nuevo renacer. Estos son los mayores desafíos para el nuevo año".

7 de febrero 2022. Inició el retorno obligatorio a clases presenciales de los estudiantes de Básica Superior y Bachillerato, así como de los estudiantes que asisten a planteles unidocentes, bidocentes y pluridocentes en la zona rural. Siendo un evento tan esperado y tan importante para millones de familias y estudiantes, éste pasó relativamente desapercibido en los medios y en las redes sociales, después de varios anuncios fallidos.

14 de marzo 2022. Más de 1 millón 800 mil estudiantes de la Sierra y la Amazonía volvieron a clases presenciales. Pero el país estaba ocupado en otras cosas: el último pleito del congreso (Asamblea Nacional), el fútbol, la escalada de la guerra en Ucrania, el aumento del precio de la gasolina a consecuencia de la guerra, etc. Las portadas de algunos de los principales medios escritos del Ecuador - El Universo, Expreso, La Hora - ni siquiera registraron la noticia del regreso a las aulas. El Comercio fue el único que le dedicó gran espacio en la portada.  



6 de mayo 2022. Volvieron a las aulas 2 millones 400 mil estudiantes de más de 9 mil planteles fiscales, fiscomisionales, particulares y municipales del régimen Costa y Galápagos, completándose así el retorno a la presencialidad de todo el alumnado del país.

13 de junio 2022. A poco más de un mes de haberse universalizado el retorno a las aulas, después de dos años de cierre, la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) inició un paro nacional indefinido que obligó nuevamente a cerrar los planteles educativos en todo el país. Se calcularon las pérdidas económicas ocasionadas por los 18 días que duró el paro, el aumento del riesgo país, etc., pero nadie estimó los costos educativos de esta nueva paralización.

La educación fue uno de los 10 puntos del petitorio planteado por la CONAIE al gobierno. En país racista, de enorme desigualdad social y educativa, que perjudica de manera especial a los indígenas, la preocupación planteada por la CONAIE en su petitorio fue el acceso a la educación superior y el mejoramiento de la infraestructura educativa.


■ En el marco de la campaña electoral para la segunda vuelta de la elección presidencial (sep. 2023) la encuestadora Comunicaliza indagó las percepciones ciudadanas en torno a diversos asuntos: justicia, salud, policía, infraestructura pública, igualdad de género y derechos de las mujeres, y educación. ¿Consideras que la educación pública en Ecuador ofrece oportunidades de calidad para todos los estudiantes? 30.9% responde que sí. Esto, como hemos visto, no responde a la realidad.

■ 9 enero 2024. El gobierno de Daniel Noboa, posesionado en dic. 2023, declaró Conflicto Armado Interno en el territorio ecuatoriano, guerra abierta contra las bandas narcoterroristas que han venido tomándose el país y aterrorizando a la población. El Ejército tomó el mando y la Policía pasó a ocupar un segundo lugar. Las clases volvieron a suspenderse dado el alarmante clima de inseguridad, los asesinatos cotidianos y el creciente reclutamiento de niños y jóvenes por parte de las bandas delincuenciales. El "retorno a la virtualidad" volvió a prescribirse en esta segunda pandemia y el "retorno a la presencialidad" volvió a anunciarse de manera progresiva por parte del ministerio de educación y la SENESCYT. Una vez más, los más perjudicados los más pobres y vulnerables. Una vez más, como en la pandemia, la "virtualidad" como recurso ante la emergencia y campo abierto a la improvisación. Nuestro llamado a reactivar y transformar la educación, a no dejarse atrapar por lo urgente y por el corto plazo, no encontró eco.  

■ abril 2024. La última encuesta nacional de Click Research preguntó qué debe hacer urgentemente el gobierno de Daniel Noboa. Las tres prioridades elegidas fueron generar fuentes de empleo, mano dura con la delincuencia y atacar la pobreza. Apenas 2.90% mencionó la educación y la necesidad de más inversión. 


¿Qué aprendimos de la pandemia y del confinamiento en términos educativos? ¿Qué lecciones nos dejó el recurso a la tecnología, el tránsito de la presencialidad a la virtualidad, el papel y las necesidades de los docentes y de los padres de familia, de las escuelas y de los hogares en estos improvisados ensayos y en estas nuevas realidades? ¿Qué aprendimos sobre lo que es preciso hacer y cambiar en educación, tanto en el sistema educativo como en el hogar? ¿Cuál es la «nueva normalidad» que necesitamos y podemos construir para esta maltratada educación ecuatoriana? En medio de y a pesar de los acuciantes problemas nacionales nos debemos la oportunidad de repensar los futuros de la educación y de los aprendizajes de nuestros niños, jóvenes y adultos, dentro y fuera de las aulas.

Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "El gran problema de la educación en el Ecuador es que no se percibe como un problema", blog OTRAƎDUCACION, Quito, actualizado abril 2024. Disponible en: https://otra-educacion.blogspot.com/2022/02/ecuador-educacion-problema-invisible.html

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A Evo no le gusta leer



Evo Morales y los libros - Pancho Cajas (Ecuador)


"Yo tengo ese problema: No me gusta leer", confesó Evo Morales en abril de 2013, durante un acto en La Paz en el que promulgó una ley que rebajaba en 16% el precio de los libros, para promover la lectura en Bolivia. Las asociaciones de libreros venían pidiendo esto por casi dos décadas, a fin de frenar la piratería y la fotocopia. La ley también estableció el Sistema Nacional de Bibliotecas y el compromiso de actualizarlas.

Evo contó que le regalan muchos libros pero que generalmente lee solo las portadas o las primeras páginas. Le cuesta llegar hasta el final. Le gustaría "enamorarse de la lectura", pero no sabe cómo hacerlo y cómo impulsar la lectura en su país.

Evo no está solo

La confesión de Evo causó revuelo y copó titulares en todo el mundo. No obstante, lo cierto es que Evo no está solo. No es el primer mandatario que rehuye la lectura, aunque ninguno lo reconozca. Proliferan y abundan hoy en el mundo las personas que, sabiendo leer, no leen y que confiesan abiertamente que no les gusta leer. Personas de todos los estratos sociales y de todas las edades.

No obstante, sigue siendo cierto que los pobres - y sobre todo los indígenas - tienen las peores condiciones para alfabetizarse, ir a la escuela, aprender, leer y escribir. A los temas usuales vinculados a la pobreza - analfabetismo o semianalfabetismo de los padres, ausencia de materiales de lectura en el hogar, falta de un ambiente letrado en la comunidad, trabajo infantil, falta de luz eléctrica, inexistencia de un lugar mínimamente cómodo para leer, etc. - los indígenas deben agregar las barreras ling
üísticas. Como Evo, millones de niños y niñas indígenas en el mundo enfrentan el absurdo de alfabetizarse en una lengua que no es la suya, que no entienden y que apenas conocen. 

A través de la vida de Evo Morales podemos entender mejor lo que significa nacer y vivir en pobreza, siendo indígena, estudiar entre el trabajo infantil y la precariedad en todos los órdenes, escolarizarse en una lengua y una cultura que no es la propia.

Pese a las penurias y dificultades, Evo tuvo la suerte de poder ir a la escuela e iniciarse en la lectura cuando niño. El mundo está poblado de personas pobres que inician su escolarización y su alfabetización en la juventud o en la edad adulta. A Evo le tocó una buena escuela y una buena maestra, según salió a relucir a propósito de sus confesiones sobre la lectura. Esta suerte no la tienen muchos.

El "niño Evito" aprendió a leer en castellano, en una escuela multigrado en Salta, Argentina

El primer presidente indígena de la historia de Bolivia, de origen aimara, nació en 1959 en Orinoca, Oruro, en una familia de agricultores y criadores de llamas. De niño trabajó la tierra y fue pastor. Tuvo siete hermanos, cuatro de los cuales murieron siendo niños.

"Mis otros hermanos perdieron la vida de uno o dos años; este es el término de vida que tienen las familias o los niños en las comunidades campesinas. Más de la mitad se muere y nosotros, qué suerte, nos salvamos tres de los siete.

En Isallavi vivíamos en una casita de adobe y techo de paja. Era pequeña: no más de tres por cuatro metros. Nos servía como dormitorio, cocina, comedor y prácticamente de todo; al lado teníamos el corral para nuestros animales. Vivíamos en la pobreza como todos los comunarios". 

A los seis años emigró a Argentina, junto a su padre, Dionisio, y su hermana Estela. Fueron a trabajar en la zafra de la caña de azúcar en la comunidad de Galilea Tucumán y Campo Santo, en Salta, en el norte de Argentina. Llegaron en tren hasta Villazón, Bolivia, para cruzar la frontera a Salta y Jujuy. “Nos hospedamos en Calilegua. No había para comer”.

Los trabajadores golondrina llegaban por temporadas a trabajar en la zafra e iban de pueblo en pueblo buscado empleo. Era obligación del estado argentino que los hijos de los zafreros fueran a clases.

"Mi padre era muy trabajador y solidario. Trabajaba sábados, domingos y feriados, no descansaba. Solo esperaba el pago. Se ganaba buenos recursos económicos en la zafra, y cuando volvimos a la casa donde nací llevamos un catre para dormir que compramos. Era un lujo, conocimos el primer catre gracias a la zafra en la Argentina. Allí dormían mi madre y mi padre. Nosotros seguíamos durmiendo en el suelo. Mi hermana siempre decía: 'Yo quiero ese catre para mi', así que cuando se casó mi padre se lo regaló como herencia. Muchas familias de Bolivia mejoramos nuestra economía por la zafra argentina".

En Salta ingresó en 1966 a la Escuela Nº 4.136 "Julio Argentino Cornejo", ubicada en la finca La Población de la localidad de Campo Santo, a 60 kilómetros de la ciudad de Salta. Aquí aprendió a leer y escribir en castellano.

"Yo no entendía castellano, era aimara cerrado, y sentadito atrás de todos los compañeros de curso, no me acuerdo qué hablarían, porque no entendía... La profesora me agarraba de mi cabello. 'Evito', me decía. Me estaba acariciando”.  
 
Al año siguiente volvió a Bolivia.

"Mi papá, cada mañana antes de salir al trabajo, hacía su convite a la Pachamama, que es la madre tierra; mi mamá también ch'allaba* con alcohol y hojas de coca para que nos vaya bien en toda la jornada. Era como si mis padres hablaban con la tierra, con la naturaleza".

Foto: Clarín, Argentina


La escuela en Salta y la maestra Elba


En 2014, de visita en Argentina, Evo visitó la escuela donde estudió en Salta. Llevó pelotas de futbol y mochilas y las repartió a los alumnos de la escuela. Un excompañero compartió esta foto con el periodista del diario argentino Clarín.

Le recibió quien fuera su maestra, Elba del Valle Kutny, de 74 años. “Calladito” y “muy buenito”, sentado en la última fila del aula en Campo Santo, es como ella lo recordaba. Era una escuela multigrado. Tres maestras daban clases.

“Fue hace tanto tiempo, la carita no la recuerdo bien, pero sí su nombre y que siempre llegaba con su delantal blanco, impecable. Era muy pulcro para vestir. Tenía una letra hermosa y era estudioso. Llegaba a la escuela con una hermanita.

“Por aquellos años en los que el niño Evo Morales era alumno de la escuela no teníamos luz ni agua. Los docentes íbamos en un colectivo que nos dejaba sobre la ruta provincial 11. Desde ahí teníamos que caminar más de un kilómetro para llegar a la escuela. Muchas veces llegábamos embarradas, ya que el camino se inundaba en época de lluvia. Pero nunca faltábamos, porque los alumnos también debían recorrer grandes distancias para asistir a clases y lo hacían con mucho entusiasmo. Fueron momentos difíciles, pero maravillosos”.

Para continuar sus estudios Evo viajó a la ciudad de Oruro, donde trabajó de ladrillero, panadero y trompetero. Llegó a tocar en la Banda Real Imperial y viajó con la banda.

"Uno de los recuerdos más gratos que tengo con la banda es el referido a mi viaje por los centros mineros del sur de Potosí. Viajamos a la Empresa minera Quechisla. Tendría mis 16 años, todavía chango y con muchas anécdotas".

Estudió hasta tercero medio en el colegio Beltrán Ávila. Después hizo el servicio militar obligatorio en La Paz. Luego volvió a su comunidad a trabajar la tierra. Poco después, la familia viajó a Cochabamba para comenzar una nueva vida de colonos en San Francisco, en la región del Chapare.

* La challa o ch'alla es una práctica aimara en Bolivia, Perú, Chile y Argentina que consiste en humedecer con bebidas rituales el suelo o algún elemento para el que se busca protección.

Fuentes
- Evo Morales: "No me gusta leer", La Vanguardia, Barcelona, 30/04/2013.
http://www.lavanguardia.com/internacional/20130430/54373016764/evo-morales-no-me-gusta-leer.html#ixzz3Y9uSh1xL
- Evo Morales, Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Evo_Morales
- A Evo no le gusta la lectura, a Peña Nieto tampoco, El Telégrafo, Guayaquil, 17/05/2013
https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/15/a-evo-no-le-gusta-la-lectura-a-pena-nieto-tampoco
- La fotografía de “Evito” que hizo historia, Clarín, Buenos Aires, 22/11/2014
https://www.clarin.com/politica/fotografia-Evito-hizo-historia_0_S18mIRvqDmx.html




Malentendidos sobre la alfabetización, la lectura y la escritura

Analizamos aquí varios malentendidos - algunos de ellos muy generalizados - en torno al aprendizaje y uso de la lectura y la escritura en todas las edades. Avanzar en este campo implica abandonar viejas creencias, desaprender y re-aprender en un campo en el que hay mucha nueva información y mucho nuevo conocimiento, así como nuevas prácticas y posibilidades creadas por las nuevas tecnologías y el Internet.


Las personas analfabetas no son ignorantes

Las personas analfabetas no son ignorantes. Saben muchas cosas. De otro modo no podrían sobrevivir y subsistir. Y siguen aprendiendo a lo largo de la vida.

El lenguaje escrito no es la única fuente de información y conocimiento. Están entre otros el lenguaje oral, la comunicación sin mediación escrita (visual, auditiva, etc.), las relaciones interpersonales, la experiencia, la observación, la reflexión, la colaboración, las artes, el trabajo, el contacto con la naturaleza.

Nadie sabe todo, nadie ignora todo.

Quien asocia analfabetismo con ignorancia revela prejuicio e ignorancia. El analfabetismo genera rechazo en nuestras sociedades letradas.
«Analfabeto» se usa como insulto.

José Saramago, Premio Nobel de Literatura en 1998, en la ceremonia de entrega del premio dijo: "El hombre más sabio que he conocido en toda mi vida no sabía leer ni escribir". Se refería a su abuelo.

- Analfabetismo no es ignorancia

■ La alfabetización no tiene edad

Aunque el término alfabetización suele asociarse a personas adultas (mayores de 15 años), aprender a leer, escribir y calcular son aprendizajes que no tienen edad. También los niños, los adolescentes y los jóvenes se alfabetizan. La escuela es la principal institución alfabetizadora.

Lastimosamente la UNESCO sigue conmemorando el Día Internacional de la Alfabetización como equivalente a Día Internacional de la Alfabetización de Adultos.

- Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”

■ El sistema escolar es la principal institución alfabetizadora

Es preciso recordar que la principal misión del sistema escolar es alfabetizar, enseñar a leer y escribir a niños, adolescentes y jóvenes en las aulas. El sistema escolar viene malcumpliendo esa misión. La llamada
«crisis global de aprendizaje» es en verdad, sobre todo, crisis de enseñanza y del sistema educativo como tal.

Es importante aclarar esto pues la asociación alfabetización = adultos ha llevado a asociar también alfabetización = educación no-formal e incluso educación remedial. Lo cierto es que muchos países ofrecen a las personas adultas analfabetas o con baja escolaridad oportunidades de educarse en el sistema formal, con programas acelerados de «segunda oportunidad» que culminan con certificación oficial de estudios.

En América Latina vienen multiplicándose este tipo de programas, destinados a
«combatir el rezago educativo» y hacerse cargo de la «escolaridad inconclusa». (En el Ecuador la dirección de educación de adultos pasó a bautizarse como Dirección Nacional de Educación para Personas con Escolaridad Inconclusa, la cual ofrece desde alfabetización hasta la culminación del bachillerato en 5 años).

- El fracaso alfabetizador de la escuela

■ Analfabeto / alfabetizado es una falsa dicotomía

El dominio de la lectura y la escritura tiene diversos niveles. Entre la persona considerada analfabeta y la considerada alfabetizada hay muchos puntos intermedios. Las evaluaciones actuales establecen niveles de alfabetismo de las personas (competencias que manejan en la lectura y escritura no solo de textos sino de mapas, gráficos, horarios, etc, así como competencias en entornos digitales).

La dicotomía analfabeto /alfabetizado está cuestionada y en paulatino desuso. No obstante, las estadísticas oficiales, y el habla común, siguen replicando esa dicotomía.

■ ¿Tasa de alfabetización o tasa de alfabetismo?

Alfabetización es el proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua escrita (en algunas definiciones se agrega el cálculo). No debería decirse
«tasa de alfabetización» - como se dice usualmente - sino «tasa de alfabetismo».

- Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando? 

■ Eliminar el analfabetismo implica eliminar la pobreza

Es común la afirmación y la promesa de
«erradicar» o «eliminar» el analfabetismo. No obstante, para eliminar el analfabetismo hay que eliminar la pobreza, y al revés.

El mapa del analfabetismo coincide con el mapa de la pobreza. Es difícil encontrar personas analfabetas - personas que nunca fueron a la escuela - entre los sectores medios y acomodados.

- Para eliminar el analfabetismo hay que eliminar la pobreza

■ Eliminar el analfabetismo implica trabajar a dos puntas

La mayoría entiende que eliminar el analfabetismo significa alfabetizar a las personas adultas. En realidad, eliminar el analfabetismo implica universalizar el aprendizaje y el manejo de la lectura y la escritura entre toda la población. Esto implica trabajar a dos puntas: con niños y con adultos, dentro y fuera del sistema escolar.

Mientras haya niños y adolescentes excluidos de la escuela, el analfabetismo continuará reproduciéndose y aumentando el número de personas adultas analfabetas.

■ El analfabetismo resulta no solo de la falta de escuela sino tambien de la mala escuela

Antes se consideraba analfabetismo como equivalente a ausencia de escolaridaad (los términos
«analfabeto puro» o «analfabetismo absoluto» se refieren a esta situación). Luego se daba por alfabetizada (o «analfabeta funcional») a una persona que había cursado cuatro años de escuela ("educación incipente» llama el SITEAL a las personas mayores de 15 años que habían completado tres años de escolaridad). Hoy sabemos que producen analfabetismo tanto la falta de acceso a la escuela como el acceso a la mala escuela. Incluso quienes han cursado la primaria, la educación básica y la educación secundaria tienen problemas de lectura y escritura.

Reformar el sistema escolar, mejorar radicalmente la educación que reciben niños y jóvenes en las aulas es por eso una estrategia fundamental para eliminar el analfabetismo.

- El milagro del aprendizaje escolar
- Educación. Términos discriminadores que mejor no

■ Los datos oficiales de analfabetismo se basan generalmente en la autopercepción de las personas
 
En América Latina y en muchos países del mundo los datos de analfabetismo siguen obteniéndose a partir de la pregunta: ¿Sabe usted leer y escribir? Sí / No. Es decir, la respuesta depende de la percepción y declaración del entrevistado.

Hay personas que se consideran alfabetizadas porque saben escribir (garabatear) su nombre. Otras consideran que saben leer y escribir porque han ido alguna vez a la escuela y han cursado unos pocos años.

Por esto, es probable que las estadísticas oficiales de analfabetismo estén subestimadas (los datos que maneja y publica la UNESCO son provistos por los gobiernos).

- ¿Renuncia a un mundo alfabetizado?

■ No basta con alfabetizarse; es preciso leer y escribir
 
Campañas y programas de alfabetización de adultos se proponen como objetivo enseñar a leer y escribir. No obstante, el verdadero objetivo no es que las personas aprendan a leer y escribir sino que lean y escriban.

Si la competencia para leer y para escribir no se usa, se pierde. Son muchos los casos de personas dadas por alfabetizadas que
«retornan al analfabetismo» porque no llegan a utilizar las habilidades aprendidas.

- "No basta con enseñar a leer y escribir; hay que acercar la lectura y la escritura a la gente"

 ■ La alfabetización no es un proceso sencillo

La mayoría de personas cree que enseñar y aprender a leer y escribir es asunto sencillo. Por eso se destina a los primeros años de la escuela a los profesores recién graduados, sin experiencia, y se deja la alfabetización de jóvenes y adultos generalmente en manos de voluntarios con mínima capacitación, que trabajan de manera gratuita o con un mínimo pago.

En verdad, aprender a leer y escribir es un proceso complejo. Millones de niños y niñas escolares en nuestros páises repiten el año por no aprender a leer y escribir en los tiempos y modos establecidos por la escuela o por el maestro o maestra. A los primeros grados de la escuela debería destinarse a los mejores profesores (esto es lo que hace Finlandia, país admirado por el desarrollo de la lectura a nivel escolar y por los niveles altos de lectura de toda la sociedad).

- El secreto finlandés es hacer todo al revés

■ 4 años de escuela son insuficientes para aprender a leer y escribir

El Banco Mundial considera que niños y niñas de 10 años deben saber leer y escribir y comprender lo que leen. Llama «pobreza de aprendizajes» a la situación de niños y niñas de 10 años que no pueden leer y comprender un texto sencillo.

Lo real es que cuatro años son insuficientes para desarrollar la capacidad de leer y escribir comprensivamente y con autonomía, sobre todo para niños y niñas en situaciones de vulnerabilidad, que enfrentan numerosos obstáculos en el hogar, en la escuela y en la vida.

Varios especialistas venimos planteando que la alfabetización en el medio escolar necesita transformaciones profundas y debería abarcar al menos toda la educación básica.

- 13 errores en la alfabetización escolar

■ Es fundamental alfabetizar en el idioma materno

Nadie puede aprender en una lengua que no entiende o no domina. Sin embargo, esto es lo que sucede con millones de niños y niñas indígenas en el mundo. La escuela pretende enseñarles en una lengua dominante, que no es la suya.

Aprender en la lengua materna es parte del derecho a la educación. Y debería ser obvio, no requerir explicaciones. Los resultados de aprendizaje escolar de niños y niñas indígenas son más bajos que los de niños y niñas no indígenas. Esto es así en todas las asignaturas pero sobre todo en lectura. La elección del idioma de instrucción tiene mucho que ver en estos resultados.

■ La lectura y la escritura se desarrollan y perfeccionan a lo largo de la vida

Como se ha dicho, la alfabetización es un proceso que atraviesa por diversos niveles de aprendizaje y dominio de la lengua escrita.

Antes se concebía leer y escribir como un aprendizaje eminentemente escolar, desarrollado en la infancia y en los primeros años de la escuela y, excepcionalmente, en la edad adulta, para quienes no habían logrado aprender
«a tiempo». La alfabetización de adultos pasó a verse así como un capítulo de la educación compensatoria y remedial.

Hoy en día se reconoce que la lectura y la escritura son habilidades que se desarrollan y perfeccionan a lo largo de la vida, dentro y fuera del sistema escolar, en el hogar, en la comunidad, en el trabajo, en Internet, en contacto con diferentes medios y soportes, físicos y virtuales.

- Alfabetización y aprendizaje a lo largo de la vida: Los vínculos

■ ¿Qué es alfabetismo digital, hoy?
 
Alfabetismo digital no es solo poder usar dispositivos digitales,
tener un celular activado y haber usado una computadora e Internet en el último año. La alfabetización digital en el siglo 21 entiende también que ésta es un proceso de aprendizaje con diferentes etapas y niveles de dominio, lo que descarta la distinción simple entre analfabetismo digital y alfabetismo digital.

La alfabetización digital incluye el desarrollo de competencias para verificar la información, identificar fuentes e informaciones falsas (
«fake news»). Cabe recordar que, según reveló PISA 2018, 1 de cada 2 estudiantes de 15 años en los países de la OCDE no distingue hechos de opiniones.

■ ¿Qué es estar alfabetizado, hoy?

En la década de 1950 la UNESCO estableció que una persona alfabetizada podía considerarse tal en virtud de su capacidad de "leer y escribir un texto simple de la vida cotidiana". Con ese criterio se organizaron las estadísticas de analfabetismo y alfabetismo durante varias décadas.

La vida cotidiana y el mundo de la cultura escrita han venido diversificándose y complejizándose, entre otros a raíz de la emergencia del Internet en la década de 1990. Hoy, el mundo virtual está plenamente integrado a la lectura y la escritura. La llamada
«alfabetización digital» es ya parte de las competencias atribuidas a la alfabetización.

Actualmente la UNESCO entiende la alfabetización como la “habilidad para identificar,
comprender, interpretar, crear, comunicar y calcular, usando materiales impresos y escritos
asociados a contextos diversos”.


■ Los términos analfabetismo y alfabetización vienen usándose en mútiples campos


El término
«analfabetismo» viene usándose en muchos campos para denotar desconocimiento o ignorancia. Por ejemplo: analfabetismo político, analfabetismo ambiental, etc.

A su vez, el término
«alfabetización» viene usándose para denotar educación, enseñanza o aprendizaje también en múltiples campos. Por ejemplo: alfabetización económica, alfabetización financiera, etc.

Como hemos dicho antes, analfabetismo no es sinónimo de ignorancia. No cabe usar el término con esta connotación en ningún campo. Revela desconocimiento de la problemática del analfabetismo e irrespeto a las personas analfabetas.

■ Paulo Freire no fue experto en alfabetización de adultos
 
La mayoría de personas asocia a Paulo Freire con la alfabetización de adultos. En realidad, como Freire reiteró en numerosas ocasiones, él usó la alfabetización de adultos como punto de partida para la crítica a la «educación bancaria' y al sistema educativo convencional. La obra de Freire es un análisis crítico y propositivo en torno a la educación, no solo a la alfabetización ni solo a la educación de personas adultas.

Para Freire, la
«educación popular» no es sinónimo de educación de adultos; comprende también al sistema escolar y a la educación infantil.

Cómo citar este artículo: Torres, Rosa María, "Malentendidos sobre la alfabetización", Blog OTRAƎDUCACION, Quito, sep. 2021.


Textos relacionados en este blog
- Sobre analfabetismo y alfabetización: Declaración del Grupo Latinoamericano de Especialistas en Alfabetización y Cultura Escrita - GLEACE (2009)

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