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Niños latinoamericanos con cabellos rubios ...

Rosa María Torres

Quino

Niños latinoamericanos con cabellos rubios,
niños asiáticos con ojos redondos,
niños africanos con narices respingadas

En Asia Oriental, donde la inmensa mayoría de niños tienen los ojos rasgados, abundan los textos escolares y otros materiales ilustrados con imágenes de niños de ojos redondos, grandes, con pestañas largas y rizadas, como las de los personajes de dibujos animados. Pregunto por qué a una maestra en Nepal y me responde: "Porque los ojos redondos son bonitos". Pregunto en Tailandia a una mujer campesina que está aprendiendo a leer con el libro de primer grado de su hijo y me sonríe diciendo: "Este es un lindo niño. Así se ve mejor. Parece que viniera de la India". Los niños asiáticos de ojos rasgados aprenden en libros con imágenes de niños de ojos redondos que no se parecen a ellos, y aprenden, a través de ellos, no únicamente a leer sino a avergonzarse de sus ojos rasgados, a creer que son feos y que los lindos son otros, los diferentes a ellos.

En Africa, donde la mayoría de niños son negros y de pelo rizado, son comunes los textos y otros materiales educativos que muestran niños blancos, con rasgos europeos, la nariz fina, el pelo liso. Pregunto a una programadora de textos en Mozambique y me dice: "El pueblo no quiere identificarse con lo que es". Pregunto a un funcionario del Ministerio de Educación en Senegal y me dice: “El colonialismo pervive. Los franceses se quedaron en nuestras cabezas”. Los niños africanos no sólo aprenden a leer en textos poblados de niños europeos - con fisonomía, olores, gustos, comidas, juegos, muy distintos a los suyos - sino que aprenden a leer en las lenguas de esos niños europeos, sometiéndose a la humillación de una lengua que no se comprende y a la alienación de una cultura que no es la propia.

En América Latina, donde la mayoría de niños son mestizos o mulatos, los niños con los que interactúan en los libros escolares son niños blancos, regordetes, cabellos rubios, manos finas, complexión delgada, ubicados socialmente hacia arriba y geográficamente hacia el Norte, niños neutros sin trazas de raza, de lengua, de cultura. No necesito preguntar por qué, pues soy latinoamericana, conozco el racismo y me he topado con él en todos los países, en unos más abierto y brutal, en otros más disfrazado y sutil. Millones de niños y niñas latinoamericanos aprenden todavía con textos cuyos personajes se parecen más a los de las series norteamericanas de televisión que a sus papás, sus hermanos, sus vecinos, sus maestros, sus compañeros de clases, ellos mismos.

Niños de ojos redondos, tez blanca, cabellos rubios y lisos, se han adueñado de los libros, los periódicos y la televisión en todo el mundo, y se deslizan subrepticiamente en los sueños y las pesadillas de nuestros niños, enseñándoles a desear ser blancos, a despreciarse a sí mismos, a no aceptarse como son.

* Incluido en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes, Paidós, Buenos Aires, Barcelona, México, 2000. 

A propósito de afinidades históricas y lingüísticas ...

Rosa María Torres



Uno de los proyectos más desopilantes que me tocó ver mientras fui asesora educativa de UNICEF, en Nueva York, fue uno apenas iniciándose en Ceará, en el nordeste brasileño, una de las regiones más pobres de Brasil. 

Era 1994. UNICEF y las demás agencias internacionales promotoras de la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990) - UNESCO, Banco Mundial, PNUD y FNUAP - exploraban cómo extender el acceso a la educación primaria en el mundo aprovechando las entonces incipientes "nuevas tecnologías". La llamada Tercera Vía - educación formal, la primera, y educación no-formal, la segunda - concitaba el interés de todos, y especialmente del Banco Mundial, que siempre ha sido proclive a las fórmulas fáciles y rápidas para educar.

UNICEF fue invitada por el BM a apoyar un proyecto piloto que arrancaba en Ceará, con grandes expectativas. Niños y niñas muy pobres aprenderían con ayuda de cassettes grabados en Portugal, que contenían el programa de estudios de los cuatro primeros grados. Los cassettes (entonces en VHS) se acompañaban de un monitor. Un joven local, apenas con primaria terminada, cumplía la función de prender y apagar el monitor, pasar los cassettes y pararlos cada tanto para realizar una serie de preguntas sobre el material, que venían impresas en un manual. 

Fui enviada por UNICEF a Ceará a ver el programa. Antes de viajar, me había reunido en Washington con gente del Banco Mundial y había planteado una serie de inquietudes, entre otras la posible dificultad de que un material elaborado en portugués de Portugal no fuese entendido por niños brasileños en Ceará. (Sabido es que entre el portugués de Portugal y el portugués de Brasil hay enormes diferencias. Incluso a los brasileños educados les cuesta entenderlo). Los expertos anglófonos presentes desestimaron mi inquietud y ni siquiera prestaron atención al eventual problema. Lo que importaba es que ... ¡era portugués!.

Fui, ví y constaté. El programa era un desastre. Nada funcionaba, empezando por la energía eléctrica, inexistente en muchas escuelas. Los coordinadores - jóvenes, inexpertos, enfrentados por primera vez a aparatos - no daban pie con bola. Y nadie entendía el portugués de Portugal. Los alumnos estaban perplejos, hacían caras, se reían, mientras los coordinadores - que tampoco entendían- trataban de controlar la disciplina y de apoyarse en un material con una lista palabras que alguien había preparado, seguramente en la marcha, asumiendo que el problema era meramente léxico.

De vuelta en Nueva York, hice un informe aconsejando a UNICEF mantenerse al margen. El programa se esfumó al poco tiempo. Habrán recogido y embodegado los monitores, los cassettes y los impresos. Se habrá perdido dinero de los brasileños en el fallido experimento. Nunca más se habló de él. No lo ví mencionado en los informes de labores del BM ni de ninguna agencia.

Me acordé de ese programa a propósito de la convocatoria del gobierno ecuatoriano para reclutar profesores en España (julio 2013). La subsecretaria de educación que dio la rueda de prensa en Madrid indicaba que España es el primer país invitado ya que "tenemos afinidades tanto en el idioma como históricas". Como recuerda alguien, el término "afinidades" no es el más apropiado para rememorar la conquista, una conquista motivada por la codicia y marcada por gran violencia, como destaca el historiador español Antonio Espino en su libro La Conquista de América: Una revisión crítica.

Ya en el plano lingüístico, y en el momento actual, es cierto que en el castellano (o español) no existen las enormes diferencias que se dan en el portugués, pero las diferencias lingüísticas y culturales entre España y cualquier país de América Latina son grandes. España tiene una compleja realidad lingüística, incluidas las muchas variantes dialectales del castellano y las lenguas habladas en varias comunidades autónomas, y el Ecuador tiene una compleja realidad lingüística, con 14 lenguas indígenas y con sus propias variantes del castellano, fuertemente influencias por el kichwa sobre todo en la sierra y en la amazonía. 

Soy lingüista, pero no es necesario serlo para darse cuenta de que dentro de una misma lengua hay enormes variaciones y diferentes normas, y para saber que la lengua no es solo comunicación sino, sobre todo, cultura. En el programa de Ceará, hace muchos años, y en tantísimos ejemplos que podríamos mencionar, se sorprende uno muchas veces de la poca sofisticación con que se piensan la educación y la política educativa, despojadas de su inherente complejidad cultural, comunicacional y lingüística.

Para saber más:
» Brasil y Portugal no hablan el mismo idioma
» Entra en vigor en Brasil el acuerdo que unifica la ortografía de la lengua portuguesa (2009)
» Idioma español en el Ecuador (Wikipedia) 
» Archivo de lenguas y culturas del Ecuador
» Indignado ecuatoriano: El neocolonialismo se afina, por Atawallpa Oviedo Freire

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Las tareas domésticas en los textos escolares


Rosa María Torres




Publicado también en el Blog de la Educación Mundial,
Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo, 10 feb. 2017.


Bastante se ha trabajado el sexismo en las imágenes de los textos escolares, particularmente de la escuela primaria. En los 1970s y 1980s hubo un boom de este tipo de análisis en varios países latinoamericanos. No obstante, mucho menos se ha analizado el sexismo que transpiran los textos, la parte medular de un texto escolar.

Durante años me dediqué a coleccionar textos escolares del Ecuador y de otros países latinoamericanos y a analizarlos a partir de diferentes temas (un análisis mucho más práctico y productivo que analizar documentos curriculares, por lo general abstractos y alejados de la práctica vivencial en las aulas). Dos temas, en particular, me interesaron y llamaron siempre la atención: el tratamiento de la mujer y el tratamiento de los indígenas, ambos víctimas de discriminación y maltrato en el Ecuador y en la mayoría de países de esta región.

Las "tareas domésticas" - y el tradicional oficio de "ama de casa", tan viejo como el de la prostitución - constituyen un ámbito histórico, cotidiano y palpable de subordinación femenina, tanto de niñas como de mujeres. Dichas tareas, dicho oficio y dicha subordinación son naturalizados en todo el mundo por la ideología dominante - machista - que es compartida y apuntalada, lastimosamente, por hombres y mujeres.

A manera de muestra, transcribo a continuación fragmentos de un artículo que publiqué en los 1990s diseccionando Abramos Surcos, serie de libros de texto ecuatorianos producidos por el Ministerio de Educación y Cultura dentro del Proyecto AMER, Quito, 1987 (edición experimental). El texto corresponde al libro de tercer grado.
Papá "ayuda" de vez en cuando a mamá. Mamá Tránsito prepara la comida para la familia, atiende a Rosario y a nuestro perro Carbón. Algunas veces papá tuesta maíz, muele morocho y asa cuyes. ¡A él le gusta ayudar a mamá! (p.12).
Como es usual en la vida real, mamá se hace cargo de la reproducción de la vida de la familia y de cada uno de sus miembros, incluyendo la preparación de los alimentos, la atención de los hijos y de los animales que hacen parte del hogar. Papá "ayuda" ocasionalmente. Los signos de admiración llaman la atención sobre lo inusual (y ejemplar) de esta ayuda.

En verdad, sin embargo, no se trata de que papá "ayude a mamá" sino de que ambos asuman y compartan los "quehaceres domésticos", nombre inapropiado y devaluado para llamar a las responsabilidades asociadas al sostenimiento y la reproducción de la vida familiar, indispensables en cualquier lugar, cultura y estrato social.

Cuando papá cocina, se come bien.
Las tres mujeres arreglamos la casa y preparamos la comida. Los domingos, papá cocina. Ese día comemos platos ricos o platos raros (p.13).
Las tres mujeres (dos hijas y una madre) arreglan la casa y cocinan todos los días. Papá cocina los domingos, ¡y ese es justamente el día en que se come bien!. Si incluso la cocina, tradicional reino femenino, es superada por papá, ¿qué le queda a mamá? ¿Por qué alabar en un texto escolar las habilidades culinarias de papá, cocinero ocasional, en vez de alabar y agradecer las de mamá e hijas, cocineras habituales? Posiblemente los autores del texto asumen que están estimularndo a los hombres a seguir el ejemplo del protagonista: alguien que "ayuda", cocina los domingos y le va de perlas.

Niñas entrenadas para amas de casa:
En el estero que queda junto a la casa, mi hermana mayor y yo lavamos la ropa de la familia. Cumplido el trabajo nadamos un rato. Luego ayudé a mamá a dar la comida a las gallinas y pollos. Hacía hervir la leche recién ordeñada y sacaba agua del pozo (p.17).
Esto relata Feliza Pincay, una niña que, como millones de niñas en el mundo, trabaja todo el día - lava, cocina, cuida animales, acarrea agua- sin que nadie considere esto "trabajo" pues no aporta formalmente al ingreso familiar. El texto escolar nos cuenta que los dos hermanos varones se fueron de la casa, uno está en el cuartel. Feliza traza, así, el destino inevitable de niñas y mujeres - quedarse atrancadas en la casa, la comarca, el barrio - y el de niños y hombres - escapar, liberarse, conocer mundo, contar con alternativas.

Papá es el que sabe:
- "Papá, ¿cómo podemos organizarnos?", pregunta el niño.
- "Tío Lorenzo, ¿para qué nos organizamos?", pregunta la niña".
- "Nos organizamos, Bremilda, para solucionar nuestros problemas" (p. 20)
Niño y niña preguntan al papá y al tío, respectivamente, no a las mamás presentes que, dos páginas antes, habían aportado ideas y trabajo para arreglar el camino. La respuesta del tío Lorenzo bien pudo haber sido puesta en boca de mamá Tránsito, que seguramente sabe mucho de organizaciones. Pero "saber" es asunto de hombres, sobre todo en presencia de mujeres. Son usualmente las mamás las encargadas por el sistema escolar y la sociedad del cumplimiento de las tareas escolares, extensión de la labor de la escuela y un capítulo más de las "tareas domésticas", pero son los papás la fuente oficial de información, conocimiento, sabiduría.

Se argumentará que los textos solo reflejan la realidad, los estereotipos de nuestra cultura machista. Pero precisamente porque ésta es la realidad, estamos llamados a cambiarla. El sistema escolar, con sus profesores, su currículo y sus textos, tiene la obligación de contribuir a ese cambio. Presentar la realidad tal cual es solo se justifica si sirve para tomar conciencia de ella y cuestionarla, para llevar a los alumnos a reflexionar sobre la discriminación de que son objeto niñas y mujeres (alumnas, madres, profesoras) en la familia, en el sistema escolar, en la sociedad.

Pero no hay esperanza si los propios funcionarios, los diseñadores de currículos y textos escolares, los propios docentes, son pasto de la ideología dominante, comparten y reproducen la subordinación de la mujer en todos los ámbitos y en todas sus formas.

*******

Hasta aquí el artículo en cuestión, publicado en los 1990s. Pensará usted que textos escolares más recientes presentan una visión un poco más "moderna" de la relación hombres-mujeres. Lamento decirle que no es así. Los estereotipos duros en torno a la mujer siguen ahí, en los textos y en la vida real. Las mujeres siguen sintiéndose benditas y bien casadas si los hombres "ayudan" en las tareas domésticas; siguen contentas fregando platos y limpiando el chiquero que dejan muchos hombres cuando cocinan; siguen cediendo espacios y créditos incluso en aquellos dominios tradicionalmente vinculados al (re)conocimiento y al afecto femenino (en todo el mundo, el arte culinario y la carrera de chef han pasado a ser atractivos para el género masculino); siguen sintiéndose orgullosas del "saber masculino" y dispuestas a ocultar o dudar del propio cuando se trata de saber prestigiado y socialmente útil, como el asociado a consultas y tareas escolares.

Qué esperanza hay de que los contenidos escolares cambien si no cambian las realidades familiares y sociales de las cuales se nutren así como las mentalidades que trasladan esas realidades a currículos y a textos (no importa si en papel o digitales). ¿Qué pasaría si, en los textos, al menos por una vez, son las mamás las consultadas y las que "ayudan" en las tareas domésticas, y las hermanas las que "ayudan" a los hermanos a hervir la leche, lavar la ropa y cuidar los animales?

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Reformas educativas: De los planes a los hechos







Publiqué este artículo a fines de los 1990s. Ejemplos seleccionados, en algunos países, de las distancias entre los planes y los hechos, entre lo plasmado en el documento y lo ocurrido en la realidad. Distancias agrandadas gracias al desconocimiento de la realidad escolar y social por parte de quienes diseñan las políticas educativas, a la falta de consulta y participación de los sectores involucrados, a la improvisación, a la falta de una estrategia para llevar a la práctica lo planeado en condiciones y en tiempos realistas, a los informes de actividades y las rendiciones de cuentas entendidos como rosarios de logros ajenos a la noción misma de problemas ... Los ejemplos de ayer y de hoy abundan. Y, aunque resulta difícil de creer, los mismos errores siguen repitiéndose una y otra vez. En la actualidad, las modernas tecnologías han pasado a convertirse en un campo favorito de desencuentro - lamentable y costosísimo desencuentro - entre los deseos expresados en el papel y lo que se constata a menudo en las aulas, las instituciones, los territorios de verdad. 


ARGENTINA: Proyectos educativos institucionales

Los Proyectos Educativos Institucionales (PEI), extendidos - con diversos nombres - en la mayoría de países latinoamericanos durante la década de 1990 como elemento constitutivo de las reformas educativas, fueron pensados como proyectos a ser elaborados autónomamente por cada institución escolar, con la participación del equipo docente, los alumnos y los padres de familia. No obstante, según reportan estudios nacionales y según me informo en las mismas escuelas que visito - no únicamente en Argentina sino en otros países - los PEI son muchas veces elaborados por individuos o equipos técnicos externos a la escuela (profesores jubilados, consultores, asesores, profesores universitarios, ONGs) contratados por la escuela o por el director o directora, incluso de su propio bolsillo... 

BOLIVIA: Trabajo grupal en el aula de clase

En Bolivia ví por primera vez una escuela con pupitres hechos de tierra, de la misma tierra que sirve de piso, fijos contra el suelo, inamovibles. El aula única estaba llena de niños y yo miraba desde la ventana cómo los niños copiaban una lección de la pizarra. De pronto, llegó la hora de salida y el aula se vació. Lo único que quedó adentro fueron los pupitres macizos, del mismo color del suelo, levantados como estalagmitas en medio de una caverna. Justamente el día anterior me habían dado en La Paz un documento curricular que hablaba de la importancia del trabajo en grupo, normaba su obligatoriedad y orientaba a las escuelas a introducirlo en las distintas actividades. ¿Cómo se hace trabajo en grupo en un aula con bancas - dos alumnos por banca - que no pueden moverse ni distribuirse de ningún otro modo? Aula, bancas y metodologías de enseñanza diseñadas precisamente para que los alumnos sólo puedan ver de frente al profesor, para evitar que se muevan, que se comuniquen entre ellos, que compartan, que trabajen juntos ...

BRASIL: Horas de trabajo pedagógico colectivo para los docentes

Dentro del Proyecto de Educación Continua (1996-1998) para la capacitación en servicio de los profesores, lanzado por la Secretaría de Educación del Estado de Sao Paulo, se establecieron dos Horas de Trabajo Pedagógico Colectivo (HTPC) a la semana en cada establecimiento escolar. La idea era facilitar a los docentes un espacio propio y colectivo de planeamiento, aprendizaje, discusión y desarrollo profesional. No obstante, según se analizó en un coloquio realizado en 1996 entre los diversos sectores e instituciones involucrados en el proyecto, los profesores no podían realmente juntarse dentro del horario escolar pues la mayoría son profesores por contrato que trabajan en dos o más escuelas y que se movilizan, en tiempos muy apretados, de una a otra. La medida, excelente en sus intenciones, no tuvo en cuenta (ni contempló paralelamente la modificación de) las condiciones reales del trabajo docente y de la organización escolar donde pretendía aplicarse.

PERÚ: Articulación curricular inicial-primaria

El Ministerio de Educación decretó y empezó a aplicar en 1994 la universalización de la “Articulación Inicial-Primaria”, cuyo principal componente era un nuevo currículo que integraba el pre-escolar y los dos primeros grados de la escuela primaria. No obstante, en ausencia de otras medidas - formación docente, organización escolar,  información adecuada, nuevos textos escolares orientados por el nuevo currículo, etc. - en una mesa redonda sobre el tema realizada en 1995 se reportaba que, en los planteles donde se estaba experimentando con el nuevo currículo, los profesores seguían usando los libros de texto convencionales “Coquito” y “Ventanal”, el cuaderno de escritura y las planas.

MEXICO: Distribución de materiales y equipos didácticos

El Programa para Abatir el Rezago Educativo (PARE), un programa compensatorio iniciado en 1991 con financiamiento del Banco Mundial y dirigido a los cuatro estados más pobres del país (13.680 escuelas), se propuso mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje, reducir la repetición y la deserción, aumentar el tiempo de instrucción y mejorar la relación escuela-familia-comunidad. Un componente central del PARE fue la distribución de una gran cantidad y variedad de materiales (cuadernos, lápices, papelería, pizarrones, diccionarios, láminas, mapas, globos terráqueos, instrumentos musicales, carteles, rompecabezas, juegos de mesa, manuales para la elaboración de materiales didácticos y cuerpos geométricos, retroproyectores). Una evaluación cualitativa realizada en 1994 en escuelas indígenas participantes del programa, concluia que a pesar de la cantidad y variedad de materiales didácticos que había ahora en las escuelas del programa, eran pocos los maestros que los aprovechaban como apoyo a la enseñanza. La distribución de materiales sin formación docente ni medidas complementarias ha arrojado sistemáticamente los mismos resultados en muchos otros países.

BRASIL: Distribución de computadoras

En 1996, el Ministerio de Educación anunciaba que compraría y distribuiría 300.000 computadoras a 23.000 escuelas públicas del país. Las computadoras llegarían en seis meses, serían utilizadas por 10 millones de alumnos de secundaria y a partir del quinto año de primaria, y se capacitaría en su manejo a 72.000 profesores. Directores entrevistados, al sur de Brasil, comentaban sobre el anuncio, ampliamente divulgado en los diarios: una directora, preocupada con la seguridad de la escuela, se preguntaba de dónde sacaría el dinero para colocar una alarma, antes de recibir las computadoras; otra comentaba que su escuela había recibido televisión y video el año anterior y que, a la semana de instalados, entraron los ladrones y se llevaron todo; otra expresaba su miedo de que el peso de la antena parabólica derrumbara el techo de la escuela, que estaba en mal estado; otro argumentaba que lo prioritario era usar el dinero para reparar las escuelas o mejorar los servicios higiénicos, antes de invertir en computadoras; varios coincidían en que en seis meses era imposible capacitar a los profesores y dudaban, de todos modos, de que la capacitación llegara a hacerse. Dos años después, muchas de esos argumentos y dudas quedarían lamentablemente confirmados, según revelaban informes de investigación al respecto.

CHILE: Extensión de la jornada escolar

A partir de 1997 se decretó la Jornada Escolar Completa (JEC) a fin de incrementar el tiempo de estudio (mínimo 38 horas pedagógicas semanales, de 45 minutos, para las escuelas básicas y 42 horas para la educación media), previéndose que ello incidiría positivamente en el rendimiento escolar, sobre todo entre los sectores pobres. La medida fue pensada para aplicarse gradualmente, llegando a todo el país en el año 2002 y empezando con los establecimientos que no tienen requerimientos de infraestructura para dar cabida al nuevo régimen y que atienden a alumnos con altos índices de vulnerabilidad socioeconómica. Cada plantel debía presentar un Proyecto de JEC, elaborado por el equipo docente, en consulta con apoderados y alumnos.

Una evaluación del primer año de ejecución de la JEC (más de 3.000 establecimientos escolares, cerca de 300.000 alumnos), realizada por el Ministerio de Educación (MINEDUC), mostraba los primeros choques con la realidad y un amplio menú de problemas y complicaciones en los planteles: 

- una serie de situaciones imprevistas y de diferencias entre lo oficialmente normado y la realidad: horarios de trabajo, de entrada y salida; uso del tiempo en clase, en recreos, en alimentación, en la enseñanza, en el contacto con los apoderados, tiempo no lectivo y capacitación externa de los docentes; 
- problemas de información, comunicación y comprensión de la medida; 
- deficiencias en la elaboración del Proyecto JEC: más del 50% de los proyectos presentados fueron devueltos por considerarse incoherentes o inviables; 
- problemas de infraestructura: falta o inadecuación de espacios, particularmente para la alimentación, la realización de los talleres y del trabajo pedagógico de los docentes;
- complicaciones con la alimentación: cada plantel exploró y/o combinó diversas alternativas - almuerzo en la escuela, en la casa, en el aula, colación enviada por los padres - con la consecuente complicación de espacios y horarios, y la carga adicional de trabajo para el equipo escolar; 

- complicaciones de transporte, en particular para los alumnos que salían a comer a sus casas al mediodía, reportándose ausentismo en la tarde; 
- problemas en la organización curricular y la re-distribución del tiempo escolar: los planteles tendían a organizar el día y el currículo en dos bloques, lo considerado curricular a la mañana y lo considerado extracurricular a la tarde, antes que la reorganización integral prevista del tiempo escolar; 
- problemas docentes: incomprensión y resistencias de diverso tipo, asignación de nuevas tareas sin ofrecer capacitación o estímulo, necesidad de contratar profesores especializados para nuevos temas y para los talleres, dificultad para concretar las 2 horas semanales de trabajo técnico-pedagógico del equipo docente contemplado dentro de la JEC, entre otros por falta de horarios colectivos de la planta docente. 

El informe destacaba que los establecimientos más pequeños parecían ser precisamente los con mayores dificultades para incorporar los diversos programas propuestos desde el Ministerio, y la JEC en particular. Y concluía que la extensión de la jornada no tendría por sí misma resultados efectivos a menos que se complementara con cambios en la utilización del tiempo y otros factores asociados a la calidad de los aprendizajes tales como la formación docente, el currículo y los textos.

MEXICO: Aplicación de un complejo sistema de evaluación docente 

En 1992 se aprobó un sistema de Carrera Magisterial basado en la evaluación del docente para decidir su promoción. Dicha evaluación consideraba 5 factores, con un total de 100 puntos: antigüedad (10), grado académico (15), preparación profesional (25), asistencia a cursos de actualización (15) y desempeño docente (35). Este último se evaluaba, a su vez,  a través de cuatro factores: planeación del proceso de enseñanza-aprendizaje, desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje, participación en el funcionamiento de la escuela, y participación en la interacción escuela-comunidad.

Cada uno de estos factores incluia varios indicadores y cada indicador se subdividía en categorías calificadas con puntajes que oscilan entre 3 y 5 puntos. Por ejemplo, el “desarrollo del proceso de enseñanza-aprendizaje” (con un puntaje total que equivale al 17.5%) se medía a través de: aplicación de estrategias didácticas (3.5%), evaluación de aprendizajes no cognoscitivos en los alumnos (1.75%), detección, atención y/o canalización de alumnos con problemas de aprendizaje o requerimientos de nivelación (1.75%), vinculación con los padres de familia (1.75%), cumplimiento de las unidades programáticas (1.75%) y aprovechamiento escolar (1.75%). Asimismo, la “participación en el funcionamiento de la escuela” (con un puntaje total equivalente al 8.4%) se medía a través de: asistencia (2.8%), puntualidad (1.4%), observancia de la normatividad institucional (0.7%), participación en reuniones técnico-pedagógicas (2.1%), participación en la realización de actividades cívicas, de salud y culturales de la escuela (0.7%), y buen uso y mejoramiento de las instalaciones y el equipo (0.7%). Y así siguiendo con los demás factores.

La evaluación se encargó a un Órgano Escolar de Evaluación (OEE) formado por el director de la escuela, los miembros del Consejo Técnico Pedagógico y un representante sindical, y debía realizarse en tres momentos a lo largo del año. El OEE debía tomar en cuenta, además, la ficha acumulativa del docente (autoevaluación) y la elaborada por el director (evaluación externa). Inútil describir la cantidad y la variedad de problemas enfrentados en los intentos por aplicar esta propuesta de evaluación, y la creatividad desplegada por todos los involucrados para generar toda clase de absurdos y aberraciones. 

Clarificando conceptos

(en proceso)



Aprender | aprobar
» Se puede aprobar sin haber aprendido.
» Se puede aprender y no aprobar (el examen, el año, etc.).
» La investigación muestra que autoridades educativas pueden decidir repetición escolar no solamente cuando consideran que el aprendizaje es insuficiente sino por muchas otras razones, a menudo decididas discrecionalmente (concepciones equivocadas sobre la repetición, edad del alumno,"indisciplina", "inmadurez", "hiperactividad", "lentitud", padres analfabetos, falta de espacio o de cupo en el aula, escuela incompleta que no ofrece más grados o niveles, etc.).

Aprendizaje | rendimiento escolar
» Se puede obtener una buena calificación - "buen rendimiento" - sin saber y sin haber aprendido.
» El aprendizaje sigue siendo mal entendido y mal valorado en el sistema escolar: la memorización, la repetición mecánica, el aprendizaje superficial, siguen primando sobre el aprendizaje de verdad. Por otra parte, los criterios y métodos de evaluación de los aprendizajes son muchas veces inadecuados. Por ello, la calificación (el "rendimiento") no necesariamente refleja lo que sabe la persona evaluada.

Aprendizaje a lo largo de la vida | educación (o aprendizaje) de adultos
» Como su nombre lo indica, el primero tiene lugar a lo largo de toda la vida, desde el nacimiento hasta la muerte; la edad adulta es apenas una etapa de la vida (si bien la más larga).

Aprendizaje a lo largo de la vida | aprendizaje informal
» El aprendizaje a lo largo de la vida incluye todo tipo de aprendizaje, tanto fuera como dentro del sistema escolar (educación formal, educación no-formal, aprendizajes informales).
» El aprendizaje informal se da a lo largo de la vida, pero sin que medie una relación de enseñanza (jugar, hacer, observar, trabajar, conversar, leer, escribir, crear, escuchar música, ver una obra de arte o una película, pasear, viajar, etc.).

Aprendizaje a lo largo de la vida | educación a lo largo de la vida
» Aprender a lo largo de la vida es consustancial al ser humano, un hecho cierto para toda persona y en todas las culturas.
» Presenciamos en las dos últimas décadas, a nivel mundial, un cambio de énfasis: de la educación al aprendizaje y de la educación a lo largo de la vida al aprendizaje a lo largo de la vida.
» Educación implica enseñanza y, por ende, la figura de alguien (o algo) que asume dicho rol. Ninguna persona toleraría "educación a lo largo de la vida" y ningún presupuesto estatal podría asegurarla como derecho de todos.

Autoridad | autoritarismo
» Se puede ejercer la autoridad sin ser autoritario.  
» Se puede ser autoritario sin tener autoridad, es decir, sin que ésta sea reconocida como tal por los demás.

Currículum | contenidos
» El currículo o currículum, en el ámbito educativo, no se refiere solamente a los contenidos (planes de estudio, en el medio escolar) sino que abarca objetivos, contenidos, métodos de enseñanza y criterios de evaluación. En otras palabras, el currículo tiene que ver con: para qué, qué y cómo se enseña; para qué, qué y cómo se aprende; y para qué, qué y cómo se evalúa.

Educacion | capacitación | formación
» La educación incluye el desarrollo de conocimientos, valores, actitudes y aptitudes, tiene alcance amplio, abarca múltiples áreas y se aplica a todas las edades.
» Llamamos capacitación a un proceso educativo, por lo general de corta duración, orientado a generar conocimientos y habilidades para el desempeño de una tarea específica.
» La formación alude a un proceso integral, abarcativo y complejo, en constante desarrollo, que va más allá del cultivo de capacidades previas. "Ascenso a la generalidad", la llamó Hegel. Trasciende a la educación y la capacitación.

Educación | conocimiento
» No toda educación lleva al conocimiento: la educación tradicional - memorística, enciclopédica - transmite datos, información. Con eso los estudiantes no necesariamente construyen conocimiento. Quedan como datos sueltos, como información, que se vuelve rápidamente obsoleta o que se olvida fácilmente.
» No todo conocimiento es producto de la educación. Hay conocimiento que se construye fuera de las aulas, en la familia, en la vida cotidiana, en el contacto con otros, en el trabajo, en la participación y la organización social, a través de la lectura y la escritura, en el contacto con la naturaleza, etc.
 
Educación | escolaridad
» El nivel educativo de una persona, un grupo o una sociedad no es lo mismo que su nivel de escolaridad. A más escolaridad no se es necesariamente más o mejor educado. Entre otros porque: (a) la educación escolar no es la única fuente de aprendizaje; (b) mucho depende de la calidad de la escolaridad, más que del número de años de estudio o de títulos obtenidos, que es lo que usualmente se mide, destaca y valora.
» Lastimosamente, en las estadísticas oficiales (nacionales e internacionales) y en la percepción corriente, el nivel educativo de una persona o de un país suele considerarse equivalente a su nivel de escolaridad.

Educación | indoctrinación
» La educación debe ayudar a las personas a identificar sus talentos y posibilidades, a razonar, a argumentar, a pensar críticamente, a dudar, a preguntar, a desarrollar un criterio propio.
» De otro modo, no es educación sino indoctrinación. La indoctrinación niega el pensamiento autónomo, la crítica, el diálogo, la discrepancia, el debate; alimenta la dependencia, la alienación, el conformismo, la sumisión.

Enseñar | aprender
» Se puede enseñar, sin lograr aprendizaje (ocurre todos los días en la familia, en el sistema escolar, en cursos y conferencias, etc.).
» Se puede aprender, sin que nadie enseñe (de hecho, los aprendizajes más importantes en la vida se dan sin que medie un proceso de enseñanza, desde la primera infancia hasta el fin de la vida).

Enseñar | educar
» Enseñar puede limitarse a transmitir información o conocimientos.
» Educar es contribuir a identificar y desarrollar los talentos y las capacidades innatas de las personas. Es enseñar a aprender, a que las personas - niños, jóvenes, adultos - piensen, aprendan, creen y decidan por sí mismas.
» Se puede enseñar o instruir sin educar. 

Estudiar | aprender
» Se puede estudiar y no aprender.
» Se puede aprender sin estudiar (situaciones de la vida diaria en que aprendemos, sin que hay de por medio un propósito de estudio).

Igualdad | uniformidad
» La igualdad es un derecho; la uniformidad es una negación del derecho a la propia identidad, a la diversidad.
» Aspiramos a la igualdad, con respeto a la diversidad, no a la uniformidad.

Información | comunicación
» La información es una actividad de una sola vía.
» La comunicación implica doble vía, diálogo.
» De esta sola distinción derivan distinciones importantes entre Sociedad de la Información y Sociedad de la Comunicación.

Información | conocimiento
» Se asume en la actualidad un continuo que va de lo simple a lo complejo: datos ➾ información ➾ conocimiento ➾ sabiduría.
» Información son datos organizados.
» El conocimiento se ubica en un nivel superior, permite hacer sentido de los datos y de la información, comparar, llenar lagunas, ubicar contradicciones, sacar conclusiones, etc.
» Hay pues distinciones importantes entre los conceptos Sociedad de la Información y Sociedad del Conocimiento.

Libro | material de lectura
» El libro no es el único material de lectura. Materiales, medios y soportes de lectura se diversifican cada vez más. Cobra cada vez mayor importancia no solo la cantidad sino la diversidad de materiales de lectura, incluyendo en primer lugar la lectura de materiales de la vida real.
» En consecuencia, las viejas definiciones de "lector" y de "lectura", tradicionalmente centradas en el objeto libro, requieren modificarse y ampliarse. El "buen lector" ya no puede definirse por cuántos libros lee al año; importa saber qué lee, en diversos soportes y formatos (habría que incorporar, asimismo, la variable idiomas - en cuántos idiomas lee).

Problemas de enseñanza | problemas de aprendizaje
» Estamos frente a "problemas de aprendizaje" cuando el aprendizaje no ocurre debido a problemas de quien aprende.
» Estamos frente a "problemas de enseñanza" cuando el aprendizaje no ocurre debido a problemas relacionados con la enseñanza (condiciones generales ofrecidas para aprender: contenidos, métodos, prácticas, ritmos, expectativas, espacios, etc.).
» A menudo, los llamados "problemas de aprendizaje" son en verdad "problemas de enseñanza".

Sistema escolar | sistema educativo
» Llamamos sistema escolar al sistema graduado que va desde la educación inicial a la superior, incuyendo esta última.
» El sistema escolar no es el único sistema que educa. También educan la familia, la comunidad, el trabajo, el deporte, la naturaleza, los medios de comunicación, el sistema y la cultura política, etc.
» Persiste la vieja asociación educación = educación escolar. Cuando nos hablan de "reforma educativa" generalmente se están refiriendo a "reforma escolar". Cuando se habla de "política educativa" se trata por lo general de "política referida a la educación escolar".

Una educación del cuello para arriba



Las escuelas en Japón empiezan todos los días con juego, canto y ejercicio. A medida que van llegando a la escuela, y antes de entrar a las aulas, los niños se dedican a jugar libremente, bajo el ojo atento de los profesores. Luego viene la asamblea matinal, realizada en el patio central, junto con todos los alumnos y profesores del plantel, y después en cada aula. En estas asambleas los niños cantan, marchan, corean lemas, hacen ejer­cicios. En el mundo del trabajo, la jornada diaria se inicia con una asamblea similar. De este modo, antes de empezar formalmente a estudiar o a trabajar, niños y adultos se preparan mental y físicamente para iniciar el día con energías y con renovado espíri­tu de grupo.  

Mens sana in corpore sano. Vida sana va junto con ejercicio. Niño sano, joven sano, adulto sano, van junto con actividad física. ¿Por qué el sistema escolar se empeña en una educación del cuello para arri­ba, en la que alumnos (y docentes) cuentan solo como mentes y no también como cuerpos, en la que se pretende desarrollar cerebros antes que personas integrales?.

El sistema escolar - deposi­tario de todos los tabús sociales - niega el cuerpo, lo disocia de la mente, no sabe qué hacer con él. Se limita a reglamen­tarlo con normas y sanciones, a cubrirlo con uniformes, a atornillar­lo contra el asiento, a alinearlo en fila para entrar y salir, a castigarlo cuando algo se hace mal.

Una o dos horas a la semana de una asignatura llamada Educación Física no resuelve las necesidades vitales (movimiento, expresión, ejercicio) de niños y jóvenes, ni compensa las horas, días, semanas y años de inmovilidad - física y mental - que padecen alumnos y alumnas durante su vida escolar.

La propia asignatura es considerada marginal en el currículo y, como tal, suele ser relegada a los horarios que nadie quiere (¿a quién le importa si son o no los más adecuados para hacer ejercicio?) y a condiciones que, para cualquier otra asignatura, serían inacep­tables.

La hora de Educación Física puede ser borrada o aprovecha­da en otra cosa, sin que nadie se inmute. La biblioteca o el laborato­rio suelen verse como indispensables, aunque no existan; en cambio, la cancha, el patio y hasta un mínimo espacio abierto, al aire libre, pueden perfectamente no existir, incluso para el recreo. En planteles urbanos, públicos y privados, uno puede encontrar clases de Educación Física que se desarrollan en la misma aula de la cual niños y jóvenes buscan escapar.

También los docentes son vistos y tratados del cuello para arriba. Formación y capacitación docentes apuntan a la cabeza, con similares condiciones y reglas a las aplicadas a los alumnos: enseñanza y aprendizaje entendidos como actividades puertas adentro, sedentarias, inmóviles. A los docentes y futuros docentes no se les enseña a cuidar y trabajar su cuerpo, recurso indisociable de una tarea que implica pararse, moverse, jugar, dramatizar, relacionarse diariamente con niños y jóvenes en desarrollo y en movimiento. Las enfermedades laborales docentes - entre otras, dolores de espalda, várices y afecciones a la voz - son sintomáticas de este modelo de enseñanza encuadrado en la clásica "educación bancaria" que asume que enseñar es transvasar información de un cerebro a otro.

En verdad, la educación escolar tradicional no usa siquiera todo el cerebro. Una "educación de hemisferio izquierdo", como se la ha llamado, prioriza la relación y el desarrollo verbal (hablar y escuchar como actividades centrales), la matemática y el pensamiento lógico, y relega las formas visuales, espaciales y no-verbales de conocer e interactuar que posibilita el hemisferio derecho, incluidas las emociones, las habilidades artísticas y musicales. 

Salvo en los tramos "pre-escolares", en los que generalmente se acepta que los niños deben moverse y jugar, todo el sistema escolar está pensado del cuello para arriba. De otro modo estarían diseñados los edificios y el mobiliario, los espacios y la iluminación, los volúmenes y las superficies, los horarios y los programas de estudio, las evaluaciones, los diplomas y las medallas de honor, si se aceptara que alumnos y docentes son personas, no cerebros con patas.

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Para saber más
Hemisferio izquierdo versus hemisferio derecho

Una educación que no valora el propio esfuerzo



Mi mamá no logró nunca aceptar que no me dieran el primer premio en el “Concurso del Libro Leído”, tradicional concurso intercolegial realizado en el Ecuador. Para ella, yo había sido la mejor, la que mostró mejor manejo del libro, la que se había expresado con más naturalidad y soltura en el estrado. Mi mamá tenía razón al menos en esto último: yo fui la única de los concursantes que no se aprendió el texto de memoria, la única que pensó y habló al mismo tiempo, con las marcas propias del habla, del habla de verdad. Mientras los demás concursantes transitaban por carretera pavimentada, yo había optado por abrirme paso en la jungla. Según comprendería más tarde, fue por eso que me dieron apenas Mención de Honor. Más que un concurso centrado en la lectura y en los saberes y habilidades relacionados con ésta, lo que cuenta a la final es la oratoria y el 'manejo escénico'...

Tenía yo 16 años, era gran lectora, muy buena alumna y desconocía muchas de las reglas del currículo oculto del sistema escolar y de los concursos intercolegiales. Alentada por mi profesor de Literatura, decidí presentarme, entendiendo que se trataba de elegir un libro, leerlo, comprenderlo a fondo y discurrir inteligentemente sobre éste frente al público y al jurado. Escogí El Cojo Navarrete, novela histórica de Enrique Terán, autor ecuatoriano, que me fascinó. Mi profesor me había aconsejado memorizar un texto, pero eso me sonaba a hacer trampa y me parecía, incluso, humillante.
Preparé solo unas notas que me sirvieran de guía al momento de hablar. Visto hacia atrás, ese fue, de hecho, mi estreno como conferencista y de un estilo de conferenciar que me ha acompañado desde entonces... y con mucho más éxito que en el Concurso del Libro Leído.
 

Para mi sorpresa, el día del concurso me ví rodeada de oradores fervorosos, que gesticulaban textos memorizados de principio a fin. Ví al jurado entregar los primeros premios a quienes habían recitado en voz más alta, con mayor dramatismo y mayores aspavientos. ¿Qué garantía había de que el recitador fuese el autor del texto e incluso el lector del libro? Esas eran, por lo visto, preguntas irrelevantes para el jurado y para el público presente.

Mucha agua ha corrido desde entonces, pero el esquema básico continúa instalado en el corazón de nuestra sociedad y de nuestro sistema escolar. Niños y jóvenes continúan aprendiendo en su paso por las aulas que la lectura es ornamental y que el propio esfuerzo no vale, no cuenta, no tiene rédito. 

- El dibujo prolijo hecho por el papá va a parar a la galería de dibujos infantiles, mientras el hecho por el propio niño, con dedicación, con borrones, líneas chuecas y colores fuera de los bordes, tal vez se archive en la carpeta. 
- La niña que lleva el bordado terminado por la mamá saldrá mejor parada que la que lucha a solas con el hilo y la aguja. 
-  La “redacción” copiada del libro o de Internet tiene posibilidades de sacar mejor nota que la redacción genuina, hecha en base a ideas, palabras y errores ortográficos propios. 
- El mapa calcado del atlas, e incluso el comprado en la papelería, puede ser honrado más que el trazado a mano, tal vez en conflicto con la geografía pero en armonía con el aprendizaje. 
- Puede darse como buena una “investigación” hecha en base a operaciones de corte-y-pega de textos, y desdeñarse la que resulta de la búsqueda, el estudio y la elaboración propias. 
- El trabajo “en grupo” hecho por un solo alumno o con pedazos sueltos aportados por cada uno recibe mejor calificación que el producido colectivamente, fruto de la interacción y la colaboración entre los miembros del grupo. 
- La prueba y la calificación miden y valoran lo que los alumnos deberían saber, de acuerdo a estándares definidos de antemano para el conjunto, no lo que cada alumno avanzó respecto de su punto de partida.

En fin, lo conocido: las formas valen más que los contenidos, los resultados más que los procesos, las calificaciones más que los aprendizajes efectivos. Resultado de todo ello, y con la complicidad de los sistemas de evaluación escolar, el que copia, memoriza, repite, recita y tiene respuestas para todo, termina siendo catalogado como “buen alumno”. Le va mal al que piensa, razona, analiza, pregunta, explora, descubre, se equivoca, corrige, pone empeño, se entusiasma, hace por sí mismo.


Una educación que no valora el propio esfuerzo es una educación que enseña el facilismo, la trampa, el aprovecharse del esfuerzo de los demás. De la tarea escolar hecha por el papá o la mamá, de la copia en el examen, algunos saltan más tarde a contratar a alguien para que les haga la tesis e, incluso, para que les otorgue el título de licenciado o doctor. Por más que se instalen programas escolares para enseñar “valores”, los valores que se aprenden en el currículo oculto de la escuela y de la relación familia-escuela están allí, actuando como contrapeso y a menudo con más fuerza que aquellos que pretenden inculcarse a través del currículo explícito, envasado en los textos escolares y en la prédica poco convencida y poco convincente de los adultos.


Pero, sobre todo, una educación que no valora el propio esfuerzo es una educación que irrespeta y desprecia el aprendizaje. Porque aprender implica esfuerzo personal de quien aprende: los autores y autoras del dibujo garrapateado, del bordado desprolijo, de la redacción en sus términos, del mapa desfigurado, del trabajo grupal esforzado, son los únicos que aprenden realmente. Porque aprender implica descubrir, construir, crear, pensar, hacer, volver a hacer, equivocarse, rectificar, percibir el avance, perseverar. Cuando el sistema escolar pone buena nota a la tarea hecha por la mamá, a la redacción copiada o a la investigación ajena, está no sólo enseñando valores equivocados a estudiantes y padres de familia, sino impidiendo a esos estudiantes (y padres) aprender.


¿Curricular y extracurricular?

Darryl Brown
"Es un error jerarquizar las materias.
¿Por qué va a ser la física más importante que la danza?" Eduard Punset

"La Secretaría de Educación comenzó a buscar en el segundo semestre de 1991 la meta de inducir a todas las escuelas a que definieran su proyecto mayor, de modo que toda su acción fuese curricular, superando la dicotomía entre curricular y extracurricular. La Secretaría comenzó a ver que muchas escuelas consideraban el currículo 'del gobierno' y 'lo suyo' lo extracurricular" (Secretaría de Educación de Curitiba, Paraná, Brasil, 1992).

A muchos no parecerá novedosa esta cita. Pero lo es y por eso conservé el documento y me interesé en saber cómo se está llevando esta consigna en el sistema público en Paraná. Encontré funcionarios, directores y profesores que habían desarrollado antipatía hacia el término extracurricular. La opción curricular-extracurricular se había tematizado y planteado como un problema.

Las comprensiones estrechas de lo que es el currículum
y, a partir de ahí, la separación entre lo considerado curricular y lo considerado extracurricular, se repiten con asombrosa similitud en el mundo, en la enseñanza pública y en la privada. En torno a esta distinción se organiza la actividad escolar, estableciéndose incluso horarios diferenciados: por lo general las actividades consideradas curriculares (las esenciales, las ineludibles) se incluyen temprano a la mañana y las consideradas extracurriculares (las secundarias, las prescindibles) se intercalan o se dejan para la tarde.

La mayoría de personas entiende currículum
o - castellanizada - currículo como asignaturas, contenidos de estudio, desarrollados dentro del ámbito y del horario escolares. (Sintomáticamente, el campo de la educación no-formal y el de la educación de adultos han vivido creyendo que ahí no hay currículum, que éste pertenece únicamente a la escuela y a la educación de niños y jóvenes). Lo curricular, es decir, lo propio del currículum, suele asociarse con lo formal, lo convencional, lo establecido y normado; lo extracurricular, por contraste, se asocia a menudo con lo informal, lo no estructurado, lo innovador. Lo curricular se asocia al mundo de la educación; lo extracurricular al mundo de la cultura.

Resultado de estas distinciones, las actividades más interesantes y, a menudo, las más importantes del sistema escolar pasan a ser clasificadas como “extracurriculares
”. Con lo cual lo curricular - las asignaturas, los profesores, los libros, la noción misma de enseñanza y de aprendizaje - se rigidiza y condena al mundo de lo incambiable. Los propios educadores no perciben esta trampa fatal. Lamentablemente, desde la educación no-formal y la educación popular también se ha contribuido a reforzar estas oposiciones dicotómicas entre curricular/formal/convencional y extracurricular/no-formal/innovador.

Al canasto extracurricular
van a parar las cuestiones más entretenidas, incluyendo el deporte, el juego, la música, el baile, el canto, el arte, la pintura, el teatro, el folklore, el trabajo manual, el aprendizaje y uso de tecnologías, el segundo o tercer idioma, las habilidades de estudio, el desarrollo de la inteligencia, la lectura de cuentos, el uso del periódico como refuerzo a los contenidos de las asignaturas, la educación sexual, la ecología, los derechos humanos, el huerto escolar, el servicio social, y hasta la realización de las tareas escolares en horarios considerados extra-escolares. 

Las familias con recursos pueden permitirse y se ocupan a menudo de complementar la enseñanza escolar llevando y trayendo hijos y pagando de su bolsillo actividades "extracurriculares" en tiempos "extraescolares". Pero las familias de escasos recursos dependen en gran medida de lo que les ofrece, o no, el sistema escolar público.


Como es sabido, cuando escasean los recursos, los espacios o el tiempo, lo "extracurricular" se reduce al mínimo o es lo primero en desaparecer.
El sistema escolar y toda la sociedad valoran y defienden las asignaturas "duras" (lenguaje, matemáticas, ciencias), las que se cree aseguran  los conocimientos y aprendizajes claves, las que se evalúan. 

Haití  En un colegio secundario vocacional, el padre rector me explicaba que los jóvenes estudian primero las materias del currículo y luego aprenden en los talleres de producción (carpintería, herrería, mecánica, etc.), considerados extracurriculares.

Venezuela  Una ONG en Caracas que trabaja con niños y profesores de varias escuelas en torno al tema ecológico, dentro del horario escolar y a menudo dentro del espacio físico de la escuela, concibe no obstante este programa como extracurricular
porque “se propone modificar sustancialmente las prácticas escolares, desde la ecología".

Chile  Una evaluación del primer año de aplicación de la Jornada Escolar Completa, iniciada en 1997, mostró una tendencia los establecimientos escolares a dividir el día en dos partes: la mañana para las actividades “curriculares” y la tarde para las consideradas “extracurriculares”. La jornada extendida tendía, así, a ser considerada extracurricular, a pesar de que la JEC propuso una revisión integral del tiempo escolar.

Paraguay "¿Qué hay de malo
” - me preguntaba, intrigada, una maestra - “con separar lo curricular de lo extracurricular?”. Evidentemente, no había yo logrado explicarle que el problema central está en la manera de entender lo que es el currículo, en reforzar la idea de que los aprendizajes dentro de la escuela deben ser rígidos, formales, y que la innovación y el cambio sólo pueden hacerse traspasando las barreras del currículo, más allá de la escuela.

En efecto, para la ideología educativa convencional, apegada a una noción de escuela alfabetizadora y transmisora de información, todo lo que no tenga nombre de asignatura y no se evalúe con prueba tiende a ser considerado extra
curricular. Desde esa ideología, que asocia aprendizaje con padecimiento, no pueden ser sino extracurriculares el juego, la música, el baile, la gimnasia, el deporte, el arte, la excursión, el paseo, la diversión. De hecho, la dicotomía curricular/extracurricular expresa otras tantas dicotomías, viejas y nuevas, que cruzan al campo educativo: gubernamental y no-gubernamental, oficial y no-oficial, aprendizaje y juego, educación y cultura, educación y deporte, trabajo intelectual y trabajo manual, tradición e innovación.

¿Cómo se comprenden y asimilan, en esa matriz receptora, las reformas curriculares, algunas de ellas transformadoras? Cómo, puesto que es abismal la distancia entre el currículo real
, el del sentido común, el asumido y actuado por los educadores y, en el ámbito escolar, resumible como “los planes y programas de estudio”, y el currículo ideal, el re-definido desde la teoría, conceptualizado y propuesto desde visiones más avanzadas sobre lo que deben ser la educación, la escuela, el aprendizaje.

En las reformas escolares hay propuestas de reforma curricular que adoptan nociones amplias de currículo, entendiendo por tal no únicamente contenidos sino también objetivos, métodos y criterios de evaluación, y que entienden como contenidos
no únicamente la instrucción sino el conjunto de experiencias, relaciones y apren­dizajes sociales que se dan dentro del aparato escolar y que se construyen en la interacción no únicamente entre profesor y alumnos sino entre los diversos agentes que interactúan en el espacio escolar. Así, mientras que, para la visión estrecha de currículo, lo curricular está arrinconado en una esquina, en la visión ampliada lo curricular no deja prácticamente espacio para lo extracurricular. Reformar el currículo, en esta perspectiva, implica no únicamente cambiar planes y programas de estudio sino, fundamentalmente, introducir cambios en el "saber escolar" y la "cultura esco­lar", hacer de la enseñanza y del aprendizaje, si se quiere, una gran fiesta extracurricular.

Mientras la política educativa no reconozca los puntos de partida de sus interlocutores en la sociedad y no asuma como objetivo revisar la matriz curricular y pedagógica en la cual se asientan la ideología educativa y la práctica escolar convencionales, es de esperar que las propuestas de cambios curriculares tengan la misma suerte que la planteada por la Secretaría de Educación de Paraná: “borrar y cambiar” términos (donde diga extracurricular
cámbiese por curricular) y continuar haciendo lo mismo que se venía haciendo.

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Para saber más

- Valores por encima de inteligencias
, Eduard Punset y Howard Gardner
- Rosa María Torres, ¿Qué (y cómo) es necesario aprender?:
Necesidades básicas de aprendizaje y contenidos curriculares, Fronesis, Colección Educación, Quito, 1994, 2003.

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