Titulitis




En una reunión de trabajo con jóvenes profesionales, en Medellín, Colombia, empezamos con una ronda de presentaciones. Cada uno debía decir en qué trabaja y cuál es su especialidad. Eramos cerca de 30 personas alrededor de la mesa. Las presentaciones tomaron más de una hora. La mayoría tenía dos y hasta tres títulos universitarios. Algunos estaban pensando en un cuarto título. Todo esto con grandes sacrificios para la mayoría de ellos, que trabajaban y estudiaban al mismo tiempo, dormían poco, y se movilizaban por toda la ciudad.

Quedé aturdida. ¿Por qué no basta con un título, o dos? Básicamente la dictadura de los tiempos, cuestión de supervivencia, dijeron. Con uno o dos títulos no alcanza para conseguir empleo, o un buen empleo. Se requiere tres para ser competitivo. ¿Por qué eligen carreras diversas, en vez de profundizar y especializarse en un campo? La diversidad permite más oportunidades laborales, fue la explicación. 

La titulitis es mundial y está instalada también con fuerza en mi país, el Ecuador, así como la industria del fraude que trae consigo el apetito por los títulos (plagio de tesis, falsificación y venta de títulos, etc.). Los CVs son hoy vitrinas de títulos. Se colocan junto al nombre, como títulos nobiliarios. Fulano o fulana Ph.D. No basta con licenciaturas e incluso maestrías; la meca es el doctorado. Quien obtiene un título lo considera su primer título. El que logró el segundo, quiere un tercero. Mejor si en universidades extranjeras.

A jóvenes y familias que me consultan sobre estos temas, les digo: 

a) la clave para ser feliz, aprender y ser bueno en lo que se hace está en identificar y perseguir una pasión antes que un título;

b) el título tiene corta vida, se desactualiza rápidamente, a menos que continuemos aprendiendo y avanzando por cuenta propia, haciendo realidad el Aprendizaje a lo Largo de la Vida; 

c) el conocimiento proviene no solo del estudio sino, sobre todo, de la práctica, de la aplicación del conocimiento a la solución de problemas reales; la experiencia es esencial e insustituible; 

d) antes de elegir una carrera o un campo de trabajo conviene informarse bien (el ikigai puede ser una herramienta útil en el proceso de reflexión y toma de decisiones); 

e) para aprovechar una maestría o un doctorado conviene tener alguna experiencia de vida; la secuencia licenciatura-maestría-doctorado exige pausas de vida útil entre ellas. Les aconsejo siempre tener una experiencia de trabajo antes de emprender con más estudios formales.

f) hoy en día, y especialmente en el ámbito laboral, se valoran sobre todo las actitudes y las aptitudes (valores, comportamientos, habilidades, competencias: empatía, creatividad, pensamiento crítico,  capacidad de trabajo colaborativo y en equipo, disposición al aprendizaje permanente). 

Vivimos tiempos convulsos, inciertos, de grandes transformaciones y de crisis profundas en muchos ámbitos, con una enorme y creciente presencia de la tecnología y del Internet. El mundo de la educación y el mundo del trabajo han experimentado cambios profundos. 

En lo personal, a los 18 años me sucedieron tres cosas importantes: empecé a estudiar en la universidad, empecé a trabajar (mi primer trabajo fue como guía de turismo y luego como guía en el museo arqueológico del Banco Central), y me enamoré de la persona con quien me casaría dos años después. Una infancia y una adolescencia con mucha lectura, sin televisión y sin Internet, aprendiendo de todo un poco en las tardes, fuera de la escuela: solfeo, ballet y violín en el conservatorio, francés en la Alianza Francesa, inglés es un intercambio estudiantil en Estados Unidos, quichua en la universidad. Todos ellos aprendizajes prácticos promovidos por mi mamá, y que me serían de gran utilidad en la vida. 

Desde que terminé el colegio siempre combiné estudio y trabajo, me financié mis estudios y aporté económicamente a mi familia. A los 29 años fui a estudiar un doctorado en México (tres años), con una beca ganada gracias a mi trayectoria educativa.

Agradezco pertenecer a una generación y a una época en que elegíamos un campo de estudio motivados por vocaciones y preferencias personales antes que por requerimientos del mercado de trabajo. Los títulos importaban, pero más importaba la experiencia y lo que uno leía y aprendía por cuenta propia. Los jóvenes nos formábamos no solo en el estudio sino en el trabajo, en la lectura, en la relación con otros, en el contacto con la música, en el servicio a los demás y en el activismo en torno a causas sociales.

Cuando me preguntan que dónde he aprendido lo que sé, lo primero que me viene a la mente no son las instituciones en que he estudiado. Lo más importante lo he aprendido en el trabajo, leyendo, escribiendo, enseñando, investigando, compartiendo con otros, viajando, navegando, todas ellas poderosas fuentes de aprendizaje. Es mucho lo que aprendo todos los días en Internet. La web me permite mantenerme actualizada en los campos que me interesan, y es una herramienta fenomenal de entretenimiento, socialización, investigación y divulgación.

Mi hijo mayor se encontró con la música a los 16 años y nunca más la soltó. Terminó haciendo de la música su pasión y su carrera. Se preparaba para ser economista, como su papá. Entró a estudiar Economía, en Quito, y luego Comunicación, en Nueva York. Pero la música pudo más. A los dos años decidió regresar a Quito y reencontrarse con su banda. Una opción que los papás respetamos. Nuestros hijos saben que lo que queremos es que sean personas de bien y felices, que descubran sus talentos y los desarrollen, que elijan sus propios caminos y perseveren.

Mi hijo menor estudió cine, primero en Buenos Aires y luego en Barcelona. Tuvo siempre claro que lo que quería era aprender, no conseguir un título. Tomó las materias que le gustaban, le dedicó tiempo a lo que le interesaba, se metió a trabajar en proyectos creativos y solidarios, sigue creando y aprendiendo. Hoy hace arte sensorial e interactivo a partir de un colectivo multidisciplinario que creó.

Tres generaciones. Hijos de papás intelectuales que eligieron ser artistas, algo frecuente hoy en día. Cada uno de nosotros en lo suyo, realizados, en búsqueda y en aprendizaje permanente. Caminando contracorriente en esta sociedad enferma de titulitis que cada vez más valora a las personas por los títulos que poseen antes que por lo que son, saben, hacen y son capaces aprender y de hacer.  

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¿«Excelencia educativa»?



"Hoy se proclama como obligatorio para las universidades el ideal de la «excelencia» : la institución debe ser excelente, los programas de formación y los profesores también, y los estudiantes deben aspirar a ser excelentes y a demostrarlo.

Permítanme decirles que considero este ideal de la excelencia una aberración. «Excelente» es el superlativo de «bueno»; excelente es el que excellit, el que sobresale como único sobre todos los demás; en la práctica, el perfecto. En el ámbito educativo, hablar de excelencia sería legítimo si significara un proceso gradual de mejoramiento, pero es atroz si significa perfección. Educar siempre ha significado crecimiento, desarrollo de capacidades, maduración, y una buena educación debe dejar una disposición permanente a seguirse superando; pero ninguna filosofía educativa había tenido antes la ilusoria pretensión de proponerse hacer hombres perfectos.

Yo creo que la excelencia no es virtud; prefiero, con el poeta, pensar que “no importa llegar primero, sino llegar todos, y a tiempo”. El propósito de ser excelente conlleva la trampa de una secreta arrogancia. Mejores sí podemos y debemos ser; perfectos, no. Lo que una pedagogía sana debe procurar es incitarnos a desarrollar nuestros talentos, preocupándonos por que sirvan a los demás. Querer ser perfecto desemboca en el narcisismo y el egoísmo. Si somos mejores que otros —y todos lo somos en algún aspecto— debemos hacernos perdonar nuestra superioridad, lo que lograremos si compartimos con los demás nuestra propia vulnerabilidad y ponemos nuestras capacidades a su servicio".

Pablo Latapí, en Conferencia Magistral al recibir el doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma Metropolitana (2007). 

Lograr calidad en educación - más allá de cómo se defina concretamente este concepto - es tarea titánica, delicada, compleja, multi- y trans-sectorial, sostenida, de largo aliento, de varias décadas, permanente, sin fin. Más si se trata no de lograrla en un plantel o en un conjunto de planteles sino en todo un sistema educativo. Por eso resulta curioso que hoy muchos se empeñen en hablar de excelencia educativa. Como sin con calidad, con buena educación, no bastara.

«Excelencia educativa» se ofrece o se propone hoy no solo para la universidad sino desde la educación inicial. La ofrece el plantel particular en su folletería promocional y la gran política educativa desde los gobiernos. De tanto leerla y escucharla en documentos, en charlas y en eventos tengo la impresión de que donde más se habla de excelencia es donde más lejos se está de alcanzarla.

Conservo hace muchos años esta cita de Pablo Latapí - inspirada en versos de León Felipe: “Voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, porque no es lo que importa llegar solo ni pronto, sino con todos y a tiempo” - que ahora me sirve para enmarcar esta breve reflexión. No solo no perdió sino que ganó en relevancia y en vigencia.

"El propósito de ser excelente conlleva la trampa de una secreta arrogancia", escribe Latapí, maestro de maestros, para quien calidad educativa, equidad y servicio social fueron siempre de la mano. Arrogancia que niega las realidades de la educación en nuestros países y la necesidad de transformarla con sentido de justicia y equidad, para poder construir sociedades más felices, más democráticas, más igualitarias, más y mejor educadas.

Son tiempos de exacerbado individualismo-narcisismo y perenne inequidad social, en que se ha ido perdiendo la pasión transformadora de la educación no para mejorar puntajes en pruebas sino para transformarnos como personas, para transformar la realidad y el mundo en que vivimos. Hay, al mismo tiempo, creciente conciencia de que, a nivel global y de cada país, no hay calidad educativa posible mientras no se avance en equidad. El aprendizaje a lo largo de la vida se ha propuesto como nuevo paradigma para la educación en el siglo XXI, dentro y fuera de las aulas. La colaboración (antes que la competencia), la empatía y la inclusión se incorporan a las reformas y a las políticas educativas como valores deseables en las personas y como competencias indispensables del 'aprender a aprender' y para la convivencia social. La Agenda 2030 para la Educación adopta como lema central "que nadie se quede atrás". En este contexto, el discurso de la excelencia va a contramano y resulta hasta chocante.

Paradójico: el Ecuador habla de excelencia, Finlandia de calidad.

"El Modelo Ecuatoriano de Excelencia (MEE) es un instrumento práctico que ayuda a las instituciones públicas a establecer un sistema de gestión apropiado, midiendo en qué punto se encuentra dentro del camino hacia la excelencia, identificando posibles debilidades y definiendo acciones de mejora" se lee en el informe de Rendición de Cuentas 2016 del Ministerio de Educación (p. 29)

"Toda escuela una buena escuela" es el lema de los finlandeses, que han logrado, a lo largo de varias décadas, convertirlo en realidad y en desafío continuo, no para una minoría sino para todos. Nunca aspiraron a ser los mejores en PISA, reiteran los arquitectos de la nunca acabada reforma educativa en ese país. No hablan de excelencia. Lograr una "educación de excelencia" jamás estuvo en su ideario, solamente lograr una buena educación para todos, prestando para ello atención tanto a la equidad como a la calidad. Y por eso han logrado lo que hoy se expresa a nivel mundial como un deseo para el año 2030 y más allá, fraseado en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 como asegurar una educación equitativa, inclusiva y de calidad que ofrezca oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos.

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Educaciones

Artículo 26

1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.


■ El derecho a la educación se reconoció por primera vez en 1948, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Educación se refirió a sistema educativo: instrucción elemental y fundamental, técnica y profesional, y educación superior. 

■ El 3 de diciembre de 2018 la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó una Resolución que proclamó el 24 de enero como Día Internacional de la Educación. Educación se entendió también como sistema educativo, como educación formal. 

■ El Indice de Educación, componente del Indice de Desarrollo Humano (IDH), se ha venido calculando a partir de dos indicadores: años promedio de escolaridad y años esperados de escolarización. Hasta 2010 los indicadores fueron la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta de matriculación en educación primaria, secundaria y terciaria. 

■ Las agendas y planes internacionales para la educación propuestos sucesivamente por los organismos internacionales han girado fundamentalmente en torno a la escolarización. Ese es el caso de la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluido el ODS 4 referido a la educación. Lo mismo con la «Transformación de la Educación» propuesta en 2021-2022 por Naciones Unidas, en sintonía con el ODS4. 

■ No obstante, la educación escolar no es la única educación. Existen otras educaciones de las que aprenden niños, jóvenes y adultos a lo largo de su vida. Mencionamos aquí la educación que se hace en el hogar, la comunidad, el lugar de trabajo, y la autoeducación.  

■ Como sabemos, la primera educación tiene lugar en el hogar. La familia, especialmente padres y abuelos, juega un papel fundamental en la crianza, la atención y el cuidado de niños y niñas, sobre todo en la primera infancia, la etapa más intensa de aprendizaje en la vida de toda persona. Estudios y evaluaciones en todo el mundo confirman cada vez más el impacto de la familia (nivel socio-económico, educación de los padres) sobre los aprendizajes y el bienestar de niños, adolescentes y jóvenes. El «factor cuna» tiene a menudo más peso sobre el desempeño escolar que el «factor escuela» propiamente tal. La escuela cuenta con la colaboración de la familia a lo largo de la trayectoria escolar y en situaciones excepcionales como fue la pandemia del COVID-19 y el confinamiento, cuando los planteles educativos estuvieron cerrados durante varios meses. En el hogar también se puede escolarizar («homeschooling»).  

■ La comunidad, el barrio o la localidad donde se vive es un espacio clave de socialización y aprendizaje. Las comunidades humanas concretas son muy diversas en cuanto a su ubicación (urbano/rural), su nivel socio-económico, su identidad cultural, su historia. Más allá de sus diferencias, toda comunidad humana es y/o puede convertirse en una «comunidad de aprendizaje» en la que los recursos naturales, materiales y humanos se aprovechan como recursos de aprendizaje: la naturaleza, la escuela, la iglesia, la plaza, el parque, el mercado, la tienda, el centro de salud, el centro comunitario, los espacios deportivos, los espacios culturales, el cyber, etc.

■ El trabajo ofrece no solo la posibilidad de un ingreso sino la oportunidad de aprendizaje y re-aprendizaje permanente. El trabajo desarrolla disciplina y responsabilidad, habilidades prácticas, hábitos de colaboración y cooperación.

■ La autoeducación (también llamada autoaprendizaje) es la que cada persona se procura a sí misma en la vida diaria a través del juego, la conversación, la lectura, la observación, la escucha, el entretenimiento, la participación social, el servicio a otros, etc. Son aprendizajes informales que realizamos sin que nadie nos enseñe e incluso a menudo sin percatarnos de que estamos aprendiendo.

■ Diferentes educaciones y modalidades educativas se complementan a lo largo de la vida: escolar y extra-escolar, formal y no-formal, presencial y a distancia. El sistema escolar viene perdiendo el protagonismo y el monopolio que tenía décadas atrás en relación al conocimiento, la enseñanza y el aprendizaje. Cada vez más, la realidad obliga a pensar y actuar intersectorialmente, más allá del ámbito educativo, y a involucrar saberes y actores de diversos ámbitos y disciplinas. Cuestiones como el alargamiento de la vida, la persistencia de la pobreza, el cambio climático, la crisis alimentaria, la crisis de la salud, la crisis de los aprendizajes, exigen ver la educación en encuadres más amplios que los rendimientos escolares.

■ El programa mundial de «Educación para Todos», acordado en Jomtien, Tailandia, en 1990, bajo la coordinación de UNESCO, UNICEF, PNUD, FNUAP y Banco Mundial, aprobó una «visión ampliada de la educación básica» destinada a "satisfacer necesidades básicas de aprendizaje" de niños, jóvenes y adultos dentro y fuera del sistema escolar. Dicha «visión ampliada» incluyó el papel de la familia, la comunidad, y los medios de información y comunicación.


Educación para Todos (1990-2000)
Seis metas de educación básica:

Satisfacción de necesidades básicas de aprendizaje


Primera infancia

familia, comunidad, centro de desarrollo infantil

cuidado y desarrollo infantil

1. Expansión de la asistencia y actividades de cuidado y desarrollo de la primera infancia, incluidas intervenciones de la familia y la comunidad, especialmente para los niños pobres, desasistidos e impedidos.

Infancia

escuela

2. Acceso universal a la educación primaria (o a cualquier nivel más alto considerado "básico") y terminación de la misma, para el año 2000.

Infancia, juventud 

escuela

3. Mejoramiento de los resultados del aprendizaje de modo que un porcentaje convenido de una muestra de edad determinada (ej. 80% de los mayores de 14 años) alcance o sobrepase un nivel dado de logros de aprendizaje considerados necesarios.

Jóvenes, adultos 

educación no-formal

alfabetización

4. Reducción de la tasa de analfabetismo adulto a la mitad del nivel de 1990 para el 2000. El grupo de edad adecuado debe determinarse en cada país y hacerse suficiente hincapié en la alfabetización femenina a fin de modificar la desigualdad frecuente entre índices de alfabetización de hombres y mujeres.

Jóvenes y adultos

educación básica y capacitación

5. Ampliación de los servicios de educación básica y capacitación a otras competencias esenciales necesarias para los jóvenes y los adultos, evaluando la eficacia de los programas en función de la modificación de la conducta y del impacto en la salud, el empleo y la productividad.

Individuos, familias 

conocimientos, capacidades y valores

todos los canales de educación, incluidos medios de información y comunicación

6. Aumento de la adquisición por parte de los individuos y las familias de los conocimientos, capacidades y valores necesarios para vivir mejor y conseguir un desarrollo racional y sostenido por medio de todos los canales de la educación - incluidos los medios de información modernos, otras formas de comunicación tradicionales y modernas, y la acción social - evaluándose la eficacia de estas intervenciones en función de la modificación de la conducta.

Elaboración: Rosa María Torres



■ El aprendizaje a lo largo de la vida (ALV) - propuesto por la UNESCO como paradigma para la educación y los aprendizajes en el siglo XXI - reconoce que el aprendizaje se realiza a lo largo y a lo ancho de la vida. El ALV lleva a replantear la noción de educación y el alcance del derecho a la educación, entendiendo este último como derecho al aprendizaje.

■ El
«Día Internacional de la Educación» nos convoca a honrar y celebrar todas las educaciones, no solo la de las aulas.

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"Los estudiantes en el Ecuador son buenos para memorizar"



"Los estudiantes en el Ecuador son buenos para memorizar. La memorización es buena para aprender tareas simples. Pero a medida que la tarea se complejiza y requiere estrategias de resolución de problemas la memorización hace daño antes que ayudar. 
Los profesores no son muy dúctiles para ayudar a los estudiantes a resolver problemas complejos. Así pues, el reto no es hacer más de lo mismo; el reto es cambiar. Cambiar la naturaleza de la enseñanza y de la instrucción para que los estudiantes tengan más control sobre su aprendizaje".
Andreas Schleicher, en Quito, 11 dic. 2018  

Esto dijo en Quito Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, en el acto de presentación del infome de resultados de PISA-D. El Ecuador obtuvo bajos resultados en las tres áreas evaluadas - lectura, ciencia y matemáticas - y especialmente en esta última.

Las pruebas se aplicaron en octubre de 2017. 71% de los estudiantes ecuatorianos de 15 años obtuvo bajo desempeño en Matemáticas, 57% en Ciencia y 51% en Lectura.

Schleicher puso el dedo en la llaga al destacar algo que los ecuatorianos conocemos bien: el carácter memorístico de la educación en este país.

La memoria es indispensable para aprender, pero el aprendizaje requiere ir más allá de memorizar y repetir; aprender implica comprender, pensar, razonar, reflexionar.

En el excesivo peso dado a la memorización como estrategia de enseñanza y de aprendizaje radica sin duda una de las claves de los pobres resultados en Matemáticas.

Matemáticas es el área de más bajos resultados en PISA en general y en América Latina y el Caribe en particular. El proverbial "miedo a las Matemáticas" es asunto de preocupación mundial.

Las pruebas PISA evalúan competencias, capacidad de resolver problemas. Esto requiere un nivel mayor de complejidad que la mera memorización de información.

No se trata de satanizar la memoria. Esta es esencial en el aprendizaje, en el trabajo, en la vida diaria. De lo que se trata es de entender mejor qué papel tiene y cómo opera la memoria en el proceso de aprendizaje. La Neurociencia aporta hoy nuevo conocimiento sobre el tema, nuevo conocimiento que es esencial que manejen los profesores no solo para mejorar la enseñanza sino para optimizar su propio aprendizaje. Hoy sabemos que aprender de verdad implica almacenar el nuevo conocimiento en la memoria de largo plazo. Y esto implica manejar bien los períodos de concentración y de descanso, la competencia y el estrés en los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Aprendemos mejor en la colaboración antes que en la competencia, en ausencia de estrés antes que bajo tensión.

La pérdida de memoria ha sido usualmente un tema asociado al envejecimiento. No obstante, hoy en día el debilitamiento de la memoria se está iniciando mucho antes. La creciente dependencia de las tecnologías digitales y los motores de búsqueda en internet está llevando a adolescentes y jóvenes a perder capacidad de memorización y confianza en su habilidad para retener y recordar información.

Estamos pues en un momento que invita a un doble movimiento en relación a la memoria: por un lado, reforzarla y cultivarla en todas las edades y, por otro, revisar su papel como herramienta pedagógica también en todas las edades.

En sistemas educativos altamente memorísticos como el ecuatoriano, destronar a la memoria como reina de la Pedagogía implica repensar radicalmente la formación y la capacitación docente, matriz en la cual se reproduce el memorismo como estrategia central tanto de aprendizaje como de enseñanza.

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¿Qué es un «docente calificado»?





El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) está dedicado a la educación: "Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos". El ODS 4 tiene 10 metas, la última de ellas, Meta 4.c., se refiere a los docentes y a la necesidad de contar con «docentes calificados»
Meta 4.c. Maestros y educadores. Para 2030 aumentar considerablemente la oferta de maestros calificados, entre otras cosas mediante la cooperación internacional para la formación de docentes en los países en desarrollo, especialmente los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo.

Indicadores:
37. Porcentaje de docentes calificados según normas nacionales por nivel educativo y tipo de institución.
38. Porcentaje de alumnos por docente calificado por nivel educativo.
39. Porcentaje de docentes en: a) enseñanza preescolar; b) primaria; c) primer ciclo de secundaria; y d) segundo ciclo de secundaria que han recibido al menos el mínimo de formación docente organizada (por ejemplo, formación pedagógica), inicial o durante el empleo, necesaria para la docencia en un nivel pertinente en un país determinado.
40. Porcentaje de alumnos por docente formado por nivel educativo.
41. Salario medio de los docentes en relación con otras profesiones que exigen calificaciones o un nivel educativo comparable.
42. Tasa de abandono de docentes por nivel educativo.
43. Porcentaje de docentes que han recibido formación en el empleo durante los últimos 12 años por tipo de formación.
Copiamos abajo lo que dice la UNESCO sobre qué es un «docente calificado». Se hace la diferencia entre «docente calificado» (cumple con los requisitos académicos establecidos en cada país) y «docente capacitado» o «docente formado» (tiene formación pedagógica).

Por primera vez en una agenda educativa internacional se plantea una meta específica sobre los docentes y se hace referencia a su calidad. Importante asimismo la distinción entre poseer un título académico y saber de pedagogía. A menudo, como se reitera, la formación inicial docente dedica poca atención a la formación pedagógica.

NOTA: El texto usa el término cualificado. En otras traducciones aparece como calificado. La RAE considera sinónimos ambos términos.



(4 octubre 2018)

El Día Mundial de los Docentes 2018 hará hincapié en el derecho a personal calificado, tema escogido para conmemorar el 70° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que reconoce a la educación como un derecho humano fundamental. ¿Qué significa exactamente un «docente calificado»?

¿Cómo definir a un «docente calificado»?

Un docente calificado se define generalmente como un docente que posee al menos los títulos académicos mínimos requeridos para enseñar determinadas materias en determinado nivel, en un país determinado. No obstante, esta definición no incluye a los docentes formados, algo que hace referencia a aquellos docentes que recibieron al menos la formación pedagógica estructurada mínima (inicial y continua) requerida para enseñar a determinado nivel. Esto significa que, en ocasiones, los docentes poseen los títulos académicos requeridos para enseñar, pero no han recibido la formación pedagógica, o viceversa. Algunos docentes no poseen los títulos académicos ni la formación pedagógica.

¿Los países disponen de suficientes «docentes calificados»?

No. En muchas regiones y en países de bajos ingresos existe a la vez la escasez de docentes formados y de docentes calificados. En el África subsahariana solo el 64% de los docentes de enseñanza primaria han sido formados. En Asia meridional esta tasa alcanza el 71%. Se han observado diferencias entre los países en lo que respecta a la duración de los planes de estudio, el contenido de los programas, la calidad de la experiencia en el terreno, la práctica de la enseñanza y varios otros aspectos.

En ocasiones, los programas de formación docente no incluyen ningún período de práctica supervisado y ni siquiera exigen títulos académicos. Estas diferencias cualitativas en la formación y en las calificaciones de los docentes afectan la calidad de la enseñanza en clases y, finalmente, los rendimientos académicos de los alumnos. En 2015, en el África subsahariana, solo el 62% de los docentes de la primaria y el 45% de los de la educación secundaria había logrado terminar exitosamente la formación pedagógica mínima requerida para convertirse en docente, según las normas nacionales.

¿Cómo se puede garantizar el derecho a un personal docente cualificado cuando hay escasez de éste?  

Uno de los principales desafíos del derecho a la educación en el mundo es la escasez crónica de docentes. Con unos 262 millones de niños y de jóvenes aún sin escolarizar a lo largo de todo el mundo, será necesario contratar a millones de docentes calificados para alcanzar el objetivo de universalización de la enseñanza primaria y secundaria de aquí a 2030. La escasez de docentes debe colmarse prioritariamente en África subsahariana: unos 17 millones de docentes son necesarios ya que el 70% de los países se ve confrontado a una aguda escasez a nivel de la primaria y el 90% a nivel de la educación secundaria. Esta escasez de docentes es más flagrante entre las poblaciones vulnerables, fundamentalmente las niñas, los menores discapacitados, los niños refugiados y migrantes y los niños pobres que viven en regiones rurales o remotas.

¿Qué impacto tiene la escasez de docentes?

La escasez de docentes obstaculiza los esfuerzos desplegados en numerosos países de bajos ingresos para lograr una educación de calidad, equitativa e inclusiva. Para colmar esta escasez los países contratan, mediante contratos temporales, a docentes que no poseen la formación y las cualificaciones requeridas o que no tienen el estatus profesional adecuado. Estas medidas agravan aún más la falta de equidad en la educación.

La falta de equidad es la situación más evidente en las situaciones de emergencia y de conflicto, en que los docentes suelen ser poco numerosos. En los contextos de urgencia, es esencial brindar una educación a los niños para ayudarlos a enfrentar esta situación. No obstante, los organismos humanitarios deben contratar a menudo a docentes que no están preparados para responder a las necesidades complejas de los niños vulnerables.

¿Qué hace la UNESCO con miras a mejorar esta situación?

La UNESCO ha hecho de la oferta de docentes debidamente formados, apoyados y capacitados una de sus prioridades absolutas. Los docentes calificados son esenciales para garantizar el derecho a una educación de calidad. Tras la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular del Objetivo 4 sobre educación inclusiva y de calidad, y de la meta relativa a los docentes (ODS 4.c), el Día Mundial de los Docentes ofrece la oportunidad de hacer un balance de los logros alcanzados y de promover la profesión docente.

Más información sobre qué hace la UNESCO en favor de la capacitación de los docentes
- Día Mundial de los Docentes
- Premio UNESCO-Hamdan

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«Aprendizaje a lo Largo de la Vida» no se refiere solo a adultos

El «Aprendizaje a lo Largo de La Vida» (ALV) viene siendo propuesto por la UNESCO desde los 1970s como un nuevo paradigma para la educación y los aprendizajes en el siglo XXI. ALV significa aprendizaje “a lo largo de la vida”, “desde el nacimiento hasta la muerte”, “de la cuna a la tumba”, dentro y fuera del sistema educativo, en entornos formales, no-formales e informales. 

ALV incluye a todas las edades: niños, adolescentes, jóvenes,  adultos y adultos mayores. No obstante, ALV viene asociándose generalmente con edad adulta, es decir, no como "aprendizaje a lo largo de la vida" sino como aprendizaje en un período de la vida. Quienes ilustran el ALV (fotografías, dibujos, caricaturas), nos llenan los ojos de jóvenes o personas adultas.

Tres ejemplos del uso del término ALV como equivalente a personas adultas: 

1. Las «políticas y estrategias de ALV» recopiladas por el UIL (Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida) se refieren mayoritariamente a jóvenes y adultos. 

2. La mayoría de marcos nacionales de cualificaciones que vienen desarrollándose a nivel internacional asocian ALV al mundo adulto (CEDEFOP/ETF/UNESCO/UIL,
Inventario Mundial de Marcos Regionales y Nacionales de Cualificaciones 2017, Volumen I).

3. En mayo de 2018 circuló en redes sociales un texto enviado por el Pascal International Observatory (What We Learned From Reading 1,000 Articles On Lifelong Learning - “Lo que aprendimos al leer 1.000 artículos sobre Aprendizaje a lo Largo de la Vida”), escrito por Steve Rayson, estudiante en el London School of Economics. Revisé la lista de estos 1.000 artículos, provenientes de muchos países del mundo, y resultó que la mayoría se refiere a adultos. 
UNESCO-UIL

¿Por qué la fuerte asociación entre
«Aprendizaje a lo Largo de La Vida» y edad adulta? Entre otros:

1. Falta de una definición clara de ALV, así como de información y de una discusión nacional, regional y mundial, en torno al tema. ALV viene siendo entendido y usado de maneras muy diversas en los países. 

2. Manejo poco riguroso e inconsistente de lifelong education y lifelong learning en informes internacionales importantes como el Informe Faure (1973) y el Informe Delors )1996).

3. El mandato del Instituto de Educación de la UNESCO (UIE), creado en 1952, y posteriormente (2006) rebautizado como Instituto de la UNESCO para el Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida (UIL), es la educación de adultos y la educación no-formal.

4. La UNESCO se ha centrado tradicionalmente en los adultos al hablar de ALV. El Informe Mundial de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2016: La educación al servicio de los pueblos y el planeta: creación de futuros sostenibles para todos, el primero vinculado a la Agenda 2030, manejó el ALV como equivalente a educación de adultos (p. 431).

5. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS4), enfocado en la educación, dentro de la Agenda 2030, está formulado de manera confusa: “Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad, y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos”. "O
portunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos” aparece como un agregado de "educación inclusiva y equitativa de calidad" antes que como un concepto abarcativo que incluye a ésta. En las metas e indicadores del ODS 4 el ALV se refiere a educación de jóvenes y adultos. 

6. Problemas de traducción: ALV viene traduciéndose al español, en muchos documentos, como aprendizaje permanente, educación permanente o educación continua, todos ellos términos vinculados a la educación de adultos.

Educación continua o permanente
"Denominación general de un gran número de actividades educativas destinadas a satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje de los adultos. Véase también Educación de Adultos".

- En: Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2007. Glosario.

Lo cierto es que el ALV no ha concitado hasta hoy el interés de la comunidad vinculada a la primera infancia y a la infancia. No se sienten parte del movimiento de ALV. Los especialistas en desarrollo infantil y educación inicial destacan muchas veces el débil estatus y desarrollo teórico-conceptual del ALV.

Para saber más
 - UNESCO, Informes de Seguimiento de la Educación en el Mundo
https://es.unesco.org/gem-report/allreports
- UIL/UNESCO, Políticas y estrategias de aprendizaje a lo largo de toda la vida
https://uil.unesco.org/es/aprendizaje-largo-de-vida

- CEDEFOP/ETF/UNESCO/UIL, Inventario Mundial de Marcos Regionales y Nacionales de Cualificaciones 2017, Volumen I.
https://uil.unesco.org/es/aprendizaje-lo-largo-vida/marcos-cualificaciones/inventario-mundial-marcos-regionales-y-nacionales
- SDG 4 Data Digest. Data to Nurture Learning, UIS, 2018
http://uis.unesco.org/sites/default/files/documents/sdg4-data-digest-data-nurture-learning-2018-en.pdf
- Torres, Rosa María, El enfoque de Aprendizaje a lo Largo de Toda la Vida: Implicaciones para la política educativa en América Latina y el Caribe, UNESCO, París, 2020
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373632_spa  
- Torres, Rosa María, De educación a aprendizaje: De Lifelong Education a Lifelong Learning
- Torres, Rosa María, Tres maneras de entender «aprendizaje a lo largo de la vida»




 


Ecuador: 7 de cada 10 docentes no saben suficiente


Rosa María Torres


Propaganda gubernamental de "La Década Ganada" (2007-2017) - Ecuador

Pruebas Ser Maestro 2016 y 2018

En 2016, 139.474 docentes de la Sierra y la Amazonía fueron evaluados en Saberes Disciplinartes en el marco de las pruebas Ser Maestro que aplica desde 2015 el Instituto de Evaluación de la Educación (INEVAL). Estas pruebas evalúan conocimientos, destrezas y habilidades para cada uno de los perfiles profesionales establecidos por el Ministerio de Educación. El docente puede elegir entre 17 asignaturas, dependiendo de su especialidad.

Para aprobar se debe obtener un mínimo de 700/1000 puntos:
- menos de 700 puntos: insuficiente
- entre 700 y 800: elemental
- entre 800 y 950: satisfactorioo
- entre 950 y 1000: excelente.

Más del 70% de los docentes obtuvo menos de 700 puntos, es decir, insuficiente. “La mayor parte de nuestros docentes tiene un nivel de conocimiento medio para brindar clases" resumió el ministro Augusto Espinosa (junio 2016). Y agregó que “al 2025 el Ecuador debe tener los resultados del aprendizaje mayores en América Latina y la única manera de cumplir es a través de la preparación de nuestros docentes”.

En cuanto a los resultados de las pruebas en 2018, "7 de cada 10 docentes del sistema público en el Ecuador no tienen las debidas competencias para dictar clases, no saben suficiente sobre lo que están enseñando", afirmó Ricardo Restrepo, Director Ejecutivo del Observatorio de Educación de la UNAE, en la conferencia "Hacia un plan nacional de formación docente" en el marco de la II Conferencia Internacional de Investigación Educativa ASEFIE 2018 “La Investigación Educativa en el Ecuador Teoría y Práctica” (Guayaquil, 25-26 oct. 2018).

Restrepo mencionó algunos datos:

- El sistema público tiene 164.000 docentes. En 2030 habrá 233.000.
- De los 164.000 docentes en funciones, 9 mil tienen nivel de bachiller, aunque por ley deben tener formación de tercer nivel. 18 mil son técnicos tecnológicos. En total, cerca de 21 mil docentes no tienen formación de tercer nivel.
- Para tener un radio de 1 docente por cada 15 alumnos (radio sugerido por Restrepo "para tener una educación de excelencia"; actualmente hay 21 docentes por alumno) se necesitan 283.000 docentes, es decir, faltarían 70 mil.

La propaganda de La Década Ganada

Entretanto, la propaganda gubernamental en torno a "La Década Ganada" decía contar con "una planta docente de excelencia".






El último ministro de educación de Rafael Correa, Freddy Peñafiel, repetía en actos públicos (2017):
- "En estas nuevas unidades educativas tenemos a los mejores profesores del mundo"
- "Estamos convencidos que en el Ecuador están los mejores profesores del mundo".

¿Qué se hizo en 10 años de capacitación docente (2007-2017)?

El Ministerio de Educación no dejó ningún estudio o informe de evaluación al respecto.

En febrero de 2015 el ministro Espinosa afirmaba que "el 5% del presupuesto de educación debe destinarse a capacitación docente", pero no respaldaba su afirmación en ninguna evaluación o estudio.

"Mejoramiento de la formación docente, revalorización del rol y del ejercicio docente" fue una de las políticas contempladas en el Plan Decenal de Educación 2006-2015. El informe final del Plan elaborado por el Ministerio de Educación dio cuenta de la formación docente con el indicador "horas de capacitación docente". Se dijo que se dieron casi 3 millones y medio (3'455.232) de horas de capacitación entre 2008 y 2015. No obstante, el número de horas no dice nada sobre la relevancia, pertinencia y eficacia de la capacitación. Como se ve, 7 de cada 10 docentes del sistema público no manejan los contenidos considerados indispensables para enseñar sus asignaturas y deben asistir a cursos (sin hablar siquiera de conocimientos pedagógicos).

¿Qué es un "docente calificado"? 

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4), dedicado a la educación, incluye 10 metas y 43 indicadores temáticos. La meta 4.c. se refiere a los educadores y su propósito es "aumentar sustancialmente la oferta de docentes calificados". ¿Qué se considera un docente calificado?

El indicador 4.c.1 establece:
"Porcentaje de docentes en: a) enseñanza preescolar; b) primaria; c) primer ciclo de secundaria; y d) segundo ciclo de secundaria que han recibido al menos el mínimo de formación docente organizada (por ejemplo, formación pedagógica), inicial o durante el empleo, necesaria para la docencia en un nivel pertinente en un país determinado".
El monitoreo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 por parte del Instituto de Estadísticas de la UNESCO (UIS) arrojaba esta información sobre el indicador 4.c.1 para el caso del Ecuador, en 2018: preprimaria 82.9%, primaria 82.3%, secundaria baja 75.9%, y secundaria alta 72.5% (2017). Los porcentajes parecen altos. Pero no dicen nada acerca de la calidad de dicha formación.

Por su parte, la información dada por el Observatorio de la UNAE indicaba que de 160.000 docentes en servicio, cerca de 21.000 no tenían formación de tercer nivel, que es lo establecido. Asimismo, los resultados disponibles de Ser Maestro, referidos a Saberes Disciplinares, indicaban que más del 70% de los docentes del sector público no maneja a cabalidad los contenidos que debe enseñar. No sabemos nada sobre la idoneidad pedagógica de los docentes.

En otras palabras, el Ecuador está lejos de la meta de asegurar para 2030 docentes calificados para los diversos niveles educativos.

¿Qué clase de formación/capacitación docente vienen ofreciendo históricamente las universidades ecuatorianas?. ¿Qué pasa con la capacidad de lectura, investigación, autoestudio y autoaprendizaje de los docentes en este país?. La formación inicial debe preparar profesionalmente en qué y cómo enseñar, y en enseñar a aprender. Los bajos niveles de lectura de la sociedad ecuatoriana incluyen a los docentes (no tenemos información sobre niveles y hábitos de lectura de los docentes). Esto genera poderosos círculos viciosos en la educación nacional.

Lo cierto es que la única posibilidad de que un docente se mantenga al día con los saberes indispensables a su tarea y a su campo de trabajo, no solo actualizado sino motivado hacia el conocimiento y el aprendizaje, pasa por la investigación, la lectura y el autoestudio como prácticas habituales de vida. Mientras los docentes no se asuman a sí mismos como investigadores, lectores y aprendices permanentes, no hay posibilidad de que se desarrollen como docentes calificados y capacitados.

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