Preguntas y respuestas sobre educación de adultos




Educación de personas jóvenes y adultas

¿Qué se considera 'joven'?
Las definiciones de 'joven' varían en cada país y se usan de manera diferente en cada política o programa. En algunos se considera 'joven' desde los 15 hasta las 24 años de edad, en otros hasta los 35 e incluso 40 años. La etapa considerada 'juventud' viene alargándose. Algunos consideran 'joven' a quien continúa dependiendo económicamente de sus padres.

¿Qué se considera 'adulto'?
Generalmente se llama 'adulto' a la persona mayor de 15 años. Como consecuencia del alargamiento de la vida, la edad adulta viene alargándose. Se agregó el concepto de 'tercera edad' (a partir de los 60 o 65 años) e incluso el de 'cuarta edad'. Se proponen nuevas segmentaciones de 'la edad adulta', la más larga de la vida. Hay quienes consideran que la 'edad adulta' se extiende hasta el fin del trabajo y el inicio de la jubilación, para quienes acceden a ésta.

¿Conviene juntar en un mismo programa o clase a adolescentes, jóvenes y personas mayores?
NO. Donde sea posible, es mejor organizar grupos de edad más homogéneos. Un joven y una persona mayor tienen intereses diferentes, aprenden a ritmos diferentes y pueden sentirse incómodos aprendiendo juntos.

¿La educación de adultos es competencia del Ministerio de Educación?
NO necesariamente. Todos los ministerios y entidades estatales hacen de hecho educación/capacitación de adultos, aunque no lo sepan o expliciten (educación de padres y madres, trabajadores, miembros comunitarios, etc.). La educación de adultos atraviesa a las distintas entidades y políticas del Estado y no tendría por qué depender de un único Ministerio.

¿La educación de adultos es siempre educación no-formal?
NO. La educación de adultos se inició como educación compensatoria, generalmente bajo la modalidad de educación no-formal, pero hoy en día gran parte de la educación de adultos es también educación formal (escolarizada).

¿Educación de adultos es lo mismo que educación popular?
NO. La educación popular no se refiere únicamente a las personas adultas, aunque muchos hacen esta asociación. La educación popular se plantea como una opción de educación transformadora para todo el sistema educativo, dentro y fuera del sistema escolar, y para todas las edades.

¿El principal objteivo de la educación de jóvenes y adultos hoy es "abatir el rezago educativo"?
NO necesariamente, si por "rezago educativo" se entiende no haber completado determinado nivel de escolaridad (primaria, básica, media). Hay múltiples necesidades de aprendizaje que no pasan por ofertas educativas formales. Por otra parte, "abatir" y "rezago" no parecen los términos más apropiados para referirse al empeño por ampliar la escolaridad de las personas y certificar sus conocimientos.

Alfabetización

¿Es posible erradicar el analfabetismo?
NO si no se trabaja simultáneamente, de manera sistemática y profunda, en las dos principales fuentes de reproducción del analfabetismo: la falta de acceso a la escuela (a su vez vinculada por lo general a la pobreza) y el acceso a la mala escuela (que también afecta sobre todo a los más pobres: la escuela que expulsa, castiga, malenseña, genera antipatía hacia la lectura y la escritura).

En todo caso, 'erradicar' no es el término indicado, pues el analfabetismo no es una plaga o una epidemia sino una problemática social. Lo que es preciso erradicar es la terminología discriminatoria, negativa y bélica usualmente asociada al analfabetismo ('lacra', 'ceguera', 'guerra', etc.).

El término alfabetización, ¿se aplica solo a personas mayores de 15 años?

NO. Alfabetización se aplica a todas las edades. Aprendemos a leer y escribir dentro y fuera del sistema escolar. Alfabetizar es, de hecho, misión fundamental atribuida históricamente a la escuela.

¿A qué se llama 'analfabetismo puro' ('analfabetos puros')?
Se llama 'analfabeto puro' a quien no ha ido a la escuela. Es cada vez más raro encontrarlos; muchos jóvenes y adultos que asisten a clases de alfabetización han ido al menos uno o dos años a la escuela. Por otro lado, la lectura y la escritura están cada vez más extendidas en la sociedad, incluso en lugares pobres y apartados, lo que hace que las personas analfabetas entren en contacto con la cultura escrita.

 ¿A qué se llama 'analfabetismo funcional' ('analfabetos funcionales')?
A leer y escribir sin comprender cabalmente lo que se lee y escribe. En realidad, no obstante, toda alfabetización, para ser tal, debería ser funcional. Hay quienes asocian 'analfabetismo funcional' con 'educación incipiente' (menos de cuatro años de escolaridad).

¿Las personas analfabetas son ignorantes?
NO. El aprendizaje ocurre de manera permanente, a lo largo de toda la vida, no solo a través de la cultura escrita (leyendo y escribiendo) ni solo gracias a la escuela. Una persona analfabeta sabe muchas cosas, producto de la vida, del trabajo, de la experiencia, del contacto con los demás. Hay personas analfabetas o con baja escolaridad que tienen gran sabiduría.

¿Aprender a leer y escribir es fácil?
NO. El aprendizaje de la lectura y la escritura es un aprendizaje complejo, que toma tiempo y que se desarrolla y perfecciona en el ejercicio mismo de leer y escribir.

¿Se puede aprender a leer y escribir en tres meses?
NO. Ni niños ni jóvenes ni adultos. Un corto programa de alfabetización no asegura la capacidad para leer y escribir de manera autónoma. En el sistema escolar, se recomienda hoy que la alfabetización sea no un objetivo del primer o segundo grado sino de toda la educación básica. Dada la creciente complejidad y diversidad de la lectura y la escritura, y de sus soportes (ya no solo papel y lápiz sino teclados, pantallas, etc.) cada vez más se entiende que la alfabetización no es una etapa sino un proceso de aprendizaje y autoaprendizaje que se extiende a lo largo de la vida.

¿Escribir (dibujar) el propio nombre es estar alfabetizado?
NO. Escribir o dibujar el propio nombre puede ser apenas el primer paso en el aprendizaje y desarrollo de la escritura.

¿Copiar es saber escribir?
NO. Escribir es una actividad esencialmente creativa. Quien sabe escribir es capaz de expresar sus propias ideas, sin necesidad de copiar ni de tomar dictado.

¿Leer sin entender es leer?
NO. Leer implica comprender lo que se lee. La lectura sin comprensión es apenas descifrado.

¿Qué es estar alfabetizado?
Hoy en día puede considerarse alfabetizada a una persona (niño, joven, adulto) que es capaz de leer y escribir comprensivamente, con autonomía, tanto dentro como fuera del aula, en contextos reales (la calle, la comunidad, el mercado, la biblioteca, etc.) y en diversos soportes.

Las personas que han ido a la escuela, ¿pueden darse por alfabetizadas?
NO. Haber ido a la escuela no asegura que la persona (niño, joven, adulto) haya aprendido a leer y escribir. Millones de niños en el mundo terminan cuatro años de escuela y hasta la educación primaria o básica, sin haber aprendido a leer y escribir.

¿La pregunta SI/NO ("¿Sabe ud. leer y escribir?") ayuda a determinar si una persona es analfabeta o a determinar la tasa de analfabetismo de un país?
NO. Porque se basa en la autopercepción de las personas y esa percepción es a menudo equivocada o inexacta. Porque muchas personas no tienen claro qué es "saber leer y escribir". Muchas creen que haber ido uno o más años a la escuela es estar alfabetizado. Muchas ocultan su condición de analfabetas. Y porque no existe la dicotomía analfabetismo/alfabetismo sino mas bien un continuo con diferentes niveles de dominio de la lengua escrita.

¿Se puede aprender a leer y escribir en una lengua que no se entiende o no se domina?
NO. Nadie puede aprender en una lengua que no entiende o domina. Por eso, aprender en la lengua materna es un derecho y una necesidad.

¿La lectura y la escritura ayudan a preservar una lengua?
SI. Una lengua que solo se maneja a nivel oral, está generalmente condenada a desaparecer. La escritura permite el registro, contribuye a la permanencia.

¿La persona que sabe leer y escribir en una lengua indígena (aunque no sepa hacerlo en la lengua oficial) debe considerarse alfabetizada?
SI. Quien sabe leer y escribir, en cualquier lengua, es una persona alfabetizada.

Quien aprende en lengua indígena, ¿debe luego alfabetizarse en español?
NO. La alfabetización se hace una sola vez. Alguien que aprende a leer y escribir en lengua indígena puede después hacer la transferencia de esa competencia al español.

¿Hay más mujeres o más hombres analfabetos en el mundo?
El analfabetismo afecta más a las mujeres. Dos terceras partes de las personas analfabetas en el mundo son mujeres. La situación no cambia.

Quiénes asisten más a los centros de alfabetización: ¿hombres o mujeres?
Usualmente hay más mujeres que hombres en los centros de alfabetización.

¿Hombres y mujeres aprenden de la misma manera?
NO. Y en el caso específico de la lengua, las mujeres tienen ventajas frente a los hombres. Esto se debe la particular configuración del cerebro femenino.

¿Conviene que hombres y mujeres aprendan juntos en los centros de alfabetización?
Es mejor preguntarles a ellos mismos qué prefieren. Muchas veces, los hombres prefieren aprender solo con hombres y las mujeres entre mujeres; eso les hace sentirse más cómodos y en confianza.

¿La alfabetización incluye el cálculo?
Hay quienes incluyen el cálculo en la definición de alfabetización y otros que no. No hay un consenso mundial al respecto. Cada programa puede decidir si incluye o no el cálculo, cuándo y cómo.

 ¿Alfabetización y educación básica son dos campos separados?
NO. La alfabetización es parte de la educación básica, a pesar de que muy frecuentemente se mencionan por separado, incluso en las metas de la educación.

¿Es útil la radio para enseñar a leer y escribir?
SI. La radio se ha usado históricamente en la alfabetización de adultos, no solo para enseñar a leer y escribir sino para incentivar hacia la lectura y la escritura.

¿Se puede aprovechar los celulares para enseñar a leer y escribir?
SI. Los celulares son la tecnología digital más extendida en el mundo, hoy. De hecho, hay ya más celulares que personas. Los usan tanto niños y jóvenes como personas adultas. Eso los hace una herramienta accesible y aprovechable para la lectura y la escritura.

¿Es mejor un programa que una campaña de alfabetización?
NO necesariamente aunque muchas personas lo afirman. Hay campañas buenas y programas malos, y al revés. En cuanto a su duración, hay campañas que son más largas que los programas. Generalmente, las campañas tienen la ventaja de ser esfuerzos intensivos y con gran movilización social.

¿Las campañas de alfabetización no tienen seguimiento?
NO es cierto. La mayoría de campañas lo tienen. La campaña cubana de alfabetización (1961) tuvo seguimiento y continuó en la Batalla por el Sexto Grado. La cruzada nicaraguense (1981) tuvo una fase de Sostenimiento que luego se amplió a un programa de Educación General Básica de Adultos (EGB). La campaña nacional de alfabetización en el Ecuador (1988) continuó en el Programa "El Ecuador Estudia", dentro del cual se organizó un programa regular de Educación Básica de Adultos (EBA). Etcétera.

¿Dar seguimiento a la alfabetización implica siempre un programa escolarizado?
NO. No todas las personas están interesadas en un programa escolarizado. Para los más jóvenes, completar y certificar un nivel escolar (primaria, básica, media, etc.) puede ser muy importante; no así para muchas personas adultas. Cabe por eso pensar en diversas alternativas de seguimiento (círculos o talleres de lectura y/o escritura, aprendizaje de oficios, actividades culturales y de recreación, etc.).

¿Es suficiente con enseñar a leer y escribir?
NO. Enseñar a leer y escribir es una tarea inconclusa. El verdadero objetivo es que la gente lea y escriba. Políticas, programas y campañas de alfabetización deben asumir este objetivo, asegurando condiciones para que las personas disfruten la lectura y la escritura, las desarrollen y las usen en la vida cotidiana, con múltiples propósitos.

Aprendizaje a lo Largo de la Vida

¿Qué es el Aprendizaje a lo Largo de la Vida?
Literalmente, se refiere al hecho de que todas las personas, en todos los niveles y culturas, aprendemos a lo largo de la vida, desde que nacemos hasta que morimos.

¿La propuesta de Aprendizaje a lo Largo de la Vida viene del Norte?
El Aprendizaje a lo Largo de la Vida es en primer lugar un hecho de la realidad. Hoy en día es adoptado como un paradigma para los sistemas de educación y aprendizaje en todo el mundo. La propuesta surgida en el Norte (Europa, por ejemplo) no es la misma que aplicamos en el Sur.

¿Aprendizaje a lo Largo de la Vida es lo mismo que educación de adultos?
NO. Muchas personas confunden Aprendizaje a lo Largo de la Vida y educación de adultos. Pero, como su propio nombre lo indica, ALV tiene que ver con toda la vida y todas las edades, desde el nacimiento.

Textos relacionados en este blog
Sobre educación de jóvenes y adultos - América Latina y el Caribe
Aprendizaje a lo Largo de la Vida (ALV)
Comunidad de Aprendizaje
Alfabetización para Todos: Una visión renovada
"No basta con enseñar a leer y escribir; hay que acercar la lectura y la escritura a la gente"
Analfabetismo no es ignorancia  
Las 4 A como criterios para identificar "buenas prácticas" en educación
 

Sobre educación de jóvenes y adultos - América Latina y el Caribe

César Mejía - Ecuador

Rosa María Torres

Junto aquí textos relacionados con la educación de personas jóvenes y adultas, educación de la familia, educación ciudadana y aprendizaje a lo largo de la vida incluidos en este blog (en español).
Hice esta compilación con oportunidad de dos eventos en los que participé en México en junio 2014 y como un aporte a sus participantes.
» Encuentro Internacional de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo, INEA-OEI, México DF., 16-17 junio 2014.
Conferencia magistral: "Experiencias Latinoamericanas de Alfabetización".
» Conferencia "Los retos de la alfabetización en contextos de diversidad cultural y lingüística", IEEA- Oaxaca, Oaxaca, 20 junio 2014.


INFORMES DE INVESTIGACION Y APORTES CONCEPTUALES


▸ Alfabetización de adultos en América Latina y el Caribe: planes y metas 1980-2015



▸ Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando?

▸ Para eliminar el analfabetismo hay que eliminar la pobreza


▸ Los erradicadores del analfabetismo

▸ Sobre analfabetismo y alfabetización: Declaración de miembros del GLEACE

▸ Los niños como educadores de adultos

▸ Educar a los niños o a los adultos: Falso dilema

▸ Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”

▸ Lectura: El adentro y el afuera

▸ Escolarizado no es lo mismo que educado

▸ El fracaso alfabetizador de la escuela

▸ ¿Renuncia a un mundo alfabetizado?

▸ "Mujeres, indígenas y discapacitados"

▸ La trilogía alumna-madre-maestra

▸ ¿Por qué los padres de familia solo existen para los problemas?

▸ El modelo de preparación docente que no ha funcionado 

▸ Sobre educadores, buenos educadores y profesionalización

▸ Participación social en educación y observatorios ciudadanos

▸  Incidir en la educación

▸ Los múltiples Paulo Freires

▸ ¿Tecnologías en el aula? Así no

▸ Preguntas y respuestas sobre educación de adultos

▸ Las 4 A como criterios para identificar "buenas prácticas" en educación

EXPERIENCIAS


Argentina


Bolivia



Ecuador


México


República Dominicana  

Uruguay


Venezuela

Las tecnologías fallan, los misioneros no (México)


Plazas Comunitarias del INEA y Misiones Culturales de la SEP.
Visita al Municipio de Huiramba, Michoacán, México (20 febrero, 2006)


Este reportaje es parte del estudio “Alfabetización y acceso a la cultura escrita por parte de jóvenes y adultos excluidos del sistema escolar en América Latina y el Caribe”, financiado por el CREFAL. Entre 2006 y 2009 visité programas de alfabetización y de promoción de la lectura y la escritura en nueve países de la región (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).


Hemos venido a Huiramba – pequeña localidad a 35 kilómetros de Morelia, capital del estado de Michoacán - pues nos han dicho que aquí está instalada una Misión Cultural.

Joya de la educación mexicana, las Misiones Culturales fueron creadas en 1923 por José Vasconcelos, primer Secretario de Educación Pública de México, a fin de promover el desarrollo integral de las comunidades rurales, especialmente indígenas. “Por su servicio a la educación” recibieron en 1970 el premio Nadezda K. Kroupskaia de la UNESCO.

Las Misiones Culturales debían atender las necesidades educativas de la comunidad y apoyar la naciente escuela rural. Miles de maestros misioneros fueron enviados a recorrer el país, a aprender sobre las condiciones de vida de la gente y, sobre todo, de los indígenas, y a reclutar y capacitar maestros rurales. El objetivo del maestro misionero era “conseguir, en el menor tiempo posible, la preparación de alumnos-maestros que vuelvan a sus pueblos a enseñar al mayor número de niños y de niñas a leer y escribir”.

La Casa del Pueblo, creada por Vasconcelos, era el lugar de reunión de los maestros rurales, los maestros misioneros, los estudiantes y la comunidad en general. Funcionaba en cualquier lugar, en una oficina pública, en un domicilio particular, en la plaza del pueblo. Para enseñar tampoco se requería un edificio o un aula. Se trataba de:

- poner a la escuela al servicio de la comunidad y la comunidad al servicio de la escuela;
- desarrolar la producción agraria;
- generar cultura cívica, hábitos de ejercicio, higiene y alimentación;
- desarrollar el conocimiento
- promover las manifestaciones artísticas.

Cientos de maestros misioneros se formaron en el CREFAL (entonces Centro Regional de Educación Fundamental para la América Latina), creado en 1951, en Pátzcuaro, Michoacán, por la UNESCO. Muchos estudiantes del CREFAL realizaban prácticas con los misioneros en terreno. El paradigma de la época era la Educación Fundamental, “un intento de salvar a una generación facilitándole la educación mínima que necesita para mejorar sus medios de vida, su salud, su productividad y su organización social, económica y política” (UNESCO, 1951).

Muchas cosas han cambiado desde entonces pero la Misión Cultural subsiste con sus perfiles básicos: una oferta educativa comunitaria, que opera en y desde la comunidad, en comunidades rurales con una población de mil a cinco mil habitantes. Una “escuela ambulante” y una “escuela sin muros” que combina educación y capacitación. El grupo de misioneros – 10 personas - llega a una comunidad y permanece allí durante dos años, es alojada por miembros de la comunidad y se integra a ésta. Cumplida su tarea, se traslada a otra comunidad.

Cada miembro de la Misión tiene una especialidad y una función: Jefe de la Misión, Trabajadora Social, Enfermera, Maestro de Actividades Recreativas, Maestro de Música, Técnico Agrícola y Ganadero, Maestro de Carpintería, Maestro de Albañilería, y Profesor de Educación Básica para Adultos. También hay Especialidades Optativas: Belleza, Electricidad, entre otras.

En Michoacán existen 26 Misiones Culturales - distribuidas en Morelia, Uruapan, Zamora, Zitácuaro y Lázaro Cárdenas – atendiendo a 1.874 hombres y 4.388 mujeres.

Cada Misión está a cargo de tres programas:

a) Desarrollo Comunitario, destinado al mejoramiento económico, social y material de familias y comunidades.
b) Capacitación para el Trabajo, para mayores de 15 años, en: Corte y Confección, Cocina y Repostería, Juguetería y Florería, Primeros Auxilios, Higiene Personal y del Hogar, Agricultura, Horticultura, Apicultura, Fruticultura, Carpintería, Albañilería, Música y Canto, Danza, Deportes, Belleza, Industrialización de Frutas, Legumbres y Lácteos.
c) Educación Básica para Adultos, para mayores de 15 años. Incluye alfabetización, educación primaria y asesoría en educación secundaria.

Para instalar una Misión Cultural se requiere:

- Solicitud firmada por la Autoridad Municipal, dirigida al Director de Educación Extraescolar.
- Facilitar espacios físicos para instalar los talleres y alojar a los maestros de la Misión.
- Trasladar los equipos y herramientas de trabajo de la Misión Cultural de la comunidad en que estaba laborando, a la nueva comunidad.
- Compromiso de las Autoridades Municipales, ejidales, educativas y de todo tipo a apoyar el trabajo de la Misión Cultural y la participación de la población en los diversos programas.

La Misión Cultural trabaja con toda la comunidad y todas las edades: niños, jóvenes y adultos. Busca responder a necesidades básicas de aprendizaje de todos, aprendizajes necesarios para la vida. Aprovecha y usa los espacios disponibles en cada comunidad, públicos y privados, sin necesidad de crear nueva infraestructura.

1) La Pl@za Comunitaria

En la entrada al pueblo encontramos una casa con puerta de metal y este cartel.

He visitado otras Plazas Comunitarias, un proyecto estratégico del INEA. Cada una es diferente y hay niveles muy dispares entre ellas. Me interesa ver ésta. Paramos y entramos.


Adentro, una sala de computadoras. Un joven sentado en una mesa, tomado por sorpresa, se levanta como un resorte ante nuestra presencia. El espacio es nuevo, el mobiliario moderno y el equipamiento informático de última generación. Hay 9 computadoras cubiertas con plásticos.

Nos explica que hace tres meses surgió un desperfecto en la red, ha llamado varias veces al INEA (Instituto Nacional para la Educación de los Adultos) pidiendo la visita de un técnico. El lugar solía llenarse, sobre todo de jóvenes, pero desde que se dañó el sistema no llega nadie.

La sala contigua es el aula de audiovisuales, también vacía. Mesa, estante con libros de texto y videos, televisor. El joven nos explica que a las 5 de la tarde funciona aquí un punto del alfabetización que usa el método cubano ‘Yo Sí Puedo’. Hay 8 señoras inscritas.

2) La Misión Cultural

Ya en el pueblo, preguntamos por la Misión Cultural. Todos la conocen. Está repartida por todo el pueblo. Ahora mismo podemos ver actividades de Belleza y Música. Hasta el año pasado se hizo Alfabetización, utilizando el programa cubano 'Yo Sí Puedo' (que aquí se llama Alfa-TV).

La oficina de la Misión está en una casa que da a la plaza central. Entrando, a un costado de un largo zaguán, el pequeño cuarto tiene escritorio, silla, estante, varios afiches, cuadros y calendarios en las paredes, una máquina de escribir eléctrica, un perchero, una cocineta.

La clase de Belleza


Seguimos por el zaguán, gradas abajo, y llegamos a un patio que nos recibe con este cartel

CULTORA DE BELLEZA
Misión Cultural Nº 3
SEP

Cinco mujeres están aprendiendo con una misionera. La clase hoy es sobre decoloración. En la mesa hay varios maniquíes, cabezas con pelucas con las que trabajan. También hay pequeñas vitrinas de madera dentro de las cuales hay cuadros hechos con mechones de pelo pintados de colores. Hacen estas vitrinas para venderlas como adornos. Son muy codiciadas, nos dicen, se venden bien.

La clase de Música

 La clase de Música transcurre en un aula cedida por la escuela a las tardes. Todos los hombres del pueblo parecen estar aquí, desde adolescentes hasta personas mayores. Están aprendiendo solfeo, bajo la batuta de un entusiasta misionero. Los alumnos siguen sus indicaciones al pie de la letra: aplauden, alzan las manos, las golpeean contra los pupitres, chasquean los dedos...

El lugar transpira alegría. Hay espectadores participando desde afuera. (Inevitablemente, imagino la clase de la mañana y, también inevitablemente, la imagino muy distinta).

Conversando luego con el misionero nos dice que el objetivo es crear una banda. Debe estar lista y funcionando en dos años, que es su período de estancia en la comunidad, antes de mudarse a otra. Cada pueblo tiene su banda. Ya ha empezado la campaña para conseguir los instrumentos musicales (saxofón, saxo, trompeta, clarinete) y está seguro de lograrlo, buscando padrinos entre las autoridades locales.

Afuera, en la plaza, varias mujeres empiezan a juntarse y a preparar sánduches para los futuros músicos de la banda. Dos misioneras organizan y ayudan en esta tarea.

Una clase de Música tiene el poder de unir a todo el pueblo, de involucrar a varias generaciones, de generar todos los días espíritu de comunidad y de fiesta.

El Centro de Salud


Como hemos constatado en otras visitas, en el México rural e indígena la Salud es, junto con la Política, la que más aporta a la construcción de un ambiente letrado. El Centro de Salud se identifica por los abundantes carteles ubicados afuera y adentro, con los temas más diversos y siempre alguno de actualidad. Pocos, eso sí, pensados para lectores incipientes. Aquí también hay una misionera, a cargo de primeros auxilios.

CENTRO DE SALUD
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EL MACHISMO PONE EN RIESGO A MUJERES Y HOMBRES
¡TU PUEDES CAMBIARLO!
Día Mundial de la Lucha contra el SIDA
El papanicolau, una esperanza de vida

El Presidente Municipal


Huiramba es un pueblo pintoresco, muy michoacano. En la plaza, y cuando ya estamos por irnos, nos da el encuentro el Presidente Municipal. Alguien le ha dicho que personas del CREFAL están de visita en el pueblo. El quiere atendernos y aportar lo suyo a la visita.

Nos narra, brevemente, algunas historias y orgullos de Huiramba. La Iglesia de Tupataro, de reconocimiento mundial, es la única Iglesia en América Latina con las características de la Capilla Sixtina de Roma, nos dice. También nos dice que, con ayuda de Alfa-TV, éste es ya “Municipio Libre de Analfabetismo”. En los próximos días se colocará en la plaza el cartel alusivo. (En 2008 se pondría en entredicho efectividad del programa Alfa-TV).

En Huiramba, como en muchos lugares de México, se han hecho varias campañas y programas de alfabetización. El Presidente Municipal menciona las de 1985 y 1986, con estudiantes del colegio Freire, Madrid y el Centro Freinet Prometeo de Puebla, que luego consultamos en Internet (el colegio Freire viene haciendo estas campañas anualmente desde 1982).

Me voy contenta. He visto una Misión Cultural funcionando, muy bien integrada a la comunidad. Pero me queda también la tristeza del muchacho esperando, entre computadoras encapuchadas, la llegada del técnico que las resucite y las haga funcionar. Al recorrer las fotos tomadas ese día, pienso en Huiramba como un recordatorio de que a menudo las tecnologías fallan, la gente no. Casi 100 años después, las Misiones Culturales siguen vivas, prestando un servicio educativo y cultural a la gente sencilla de México.

Mural de Diego Rivera en la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Maestra rural de las Misiones Culturales.
Foto: Alma Maldonado

Referencias
SEP - Secretaría de Educación Pública
INEA - Instituto Nacional para la Educación de los Adultos
Gobierno de Michoacán / Secretaría de Educación

Yuyay Jap’ina – Apropiándonos del conocimiento (Bolivia)



Programa de Alfabetización Yuyay Jap’ina (UNICEF)
Visita a la comunidad Saca Saca, Municipio de Uncía, Departamento de Potosí, Bolivia
(11 agosto, 2006)

Fotos: Rosa María Torres

Dedicado a las mujeres y los niños de Saca Saca

Este reportaje es parte del estudio “Alfabetización y acceso a la cultura escrita por parte de jóvenes y adultos excluidos del sistema escolar en América Latina y el Caribe”, financiado por el CREFAL. Entre 2006 y 2009 visité programas de alfabetización y de promoción de la lectura y la escritura en nueve países de la región (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).


Después de casi cinco horas de viaje desde Cochabamba y habiendo subido a más de 4.600 metros de altura, llegamos a Llallagua, pueblo potosino que me parece la cima del mundo. Aún falta un trecho para llegar a Saca Saca, la comunidad rural donde funciona el centro de alfabetización que hemos venido a visitar. Se trata del programa Yuyay Jap'ina ("apropiándose del conocimiento"), un programa de alfabetización en quechua impulsado por UNICEF desde 1992, dirigido a mujeres indígenas en áreas rurales de los Departamentos de Potosí y Cochabamba. Me acompañan Guillermo y Pedro, de las oficinas de UNICEF en La Paz y en Uncía, y Giovanna del PROEIB-Andes en Cochabamba.

Foto: Rosa María Torres
Dejamos nuestros bolsos en el Hotel Llallagua, donde pasaremos la noche. Antes de salir a Saca Saca, nos sentamos en un pequeño restaurante de la plaza a tomar un té de coca, bueno para la altura y el frío. Guillermo lleva encima cuatro capas de ropa. Yo otro tanto. El dolor de cabeza y el mareo anuncian soroche, el temible mal de las alturas. La altura, y las infinitas curvas del camino, han hecho estragos.

Hay que viajar por tierra en Bolivia para percibir su vasta geografía (más de 1 millón de kilómetros cuadrados, 8 habitantes por kilómetro cuadrado), las enormes distancias, los rigores y las variaciones del clima, la dramaticidad de la pobreza, la fantástica riqueza cultural de este país. Hemos viajado horas sin ver un solo poblado, una sola persona, en medio de parajes desérticos. Hemos visto mujeres con niños a la espalda y niños pequeños, muertos de frío, ganándose la vida en la carretera vendiendo comida en los puestos de control; ninguno pidiendo limosna.

Llallagua, zona minera

Foto: Rosa María Torres

“LLALLAGUA RUMBO AL TERCER MILENIO. ¡GRACIAS POR SU VISITA!”, dice el rótulo a la entrada del pueblo, junto a un pequeño monumento en homenaje a los mineros. Estamos en zona cercana al campamento minero Siglo XXI, el más grande de Bolivia. La imponente montaña de Llallagua ha jugado un papel clave en la vida de este país. Cuna de la mina de estaño más grande del mundo y de la fortuna personal amasada por Simón Patiño, “rey del estaño”, del sindicalismo minero boliviano y sus luchas, que sentaron precedentes de transformación social en el país.
 
Llallagua y Uncía son dos de los 13 municipios que hacen parte de la Mancomunidad Norte de Potosí. En 11 de los 13 municipios, el 81% de la población se ubica bajo el índice de pobreza. Las mujeres tienen en promedio 6 hijos. De cada 10 mujeres entre 5 y 19 años, 4 no van a la escuela. En todos los municipios, exceptuando Llallagua, entre 63% y 93% no tiene agua potable. Sólo la mitad de los hogares tiene acceso a un radio o a un televisor.

La Ficha Municipal de Llallagua registra una población de cerca de 40.000 personas, hablante de quechua, aymara y castellano; una densidad poblacional de 70.3 habitantes por kilómetro cuadrado; población organizada en ayllus* y sindicatos agrarios, en el ámbito rural, y en juntas vecinales, clubes de madres y organizaciones sindicales, en el ámbito urbano; una tasa de analfabetismo del 20% en la población de 19 años y más, 30% entre las mujeres. Las principales actividades económicas son la extracción de minerales metálicos y la cría de ganado camélico. Hay 1 hospital básico, 6 médicos, 1 dentista y 2 enfermeras. 7 ONGs trabajan en el Municipio. Hay Internet.

La Ficha Municipal de Uncía informa de una población de 25.000 habitantes (la mayoría en zonas rurales), con una densidad poblacional de 22.5 habitantes por kilómetro cuadrado. Las actividades económicas principales son el estaño y concentrados, el oro y el turismo. El Municipio no tiene hospital, tiene 3 médicos y 1 enfermera. 6 ONGs operan en la zona.

La llegada a Saca Saca

En el camino se ha hecho de noche. Llegamos con el vehículo hasta una explanada. Solo podemos ver las haces de luz del vehículo estrellándose contra la neblina y la oscuridad. De pronto, entre las luces empiezan a moverse las siluetas de un enjambre de niños, encargados de guiarnos hasta la escuela donde estudian y nos esperan sus padres. De la mano de dos niñas camino sin ver, en un sendero lleno de piedras que imagino el lecho de un río seco. Al poco tiempo se divisa a lo lejos un punto de luz, que resulta ser una lámpara de gas, iluminando el centro de alfabetización, que es la escuela multigrado y multipropósito de la comunidad, en la que estudian estos niños y niñas a la mañana y sus padres y madres a la tarde.

Foto: Rosa María Torres
Escoltados, entramos al aula. El profesor es un hombre y los alumnos mujeres de diversas edades y dos hombres jóvenes. Nos reciben con aplausos. Para mi sorpresa, las mujeres se acercan a saludarme con beso - en realidad dos, uno en cada mejilla. Siguen largos discursos de bienvenida, en quechua y en aymara.

La lámpara de gas, en el centro, ilumina el espacio con una luz extraña. Los alumnos están organizados en cuatro grupos de cuatro o cinco personas alrededor de mesas escolares que desbordan cuadernos y libros. El que están usando se titula “Alfabetización para la Vida y la Producción (Castellano como segunda lengua)”. Todas las paredes están abarrotadas de materiales de lectura, carteles en quechua y en castellano mezclados con los carteles infantiles utilizados en la mañana. Junto a la pizarra está colgada una cartulina blanca con bolsillos y tarjetas, cuya composición ha quedado hoy así:
Pachawatana
CALENDARIO
Hoy es viernes 11 de agosto del 2006

Los hombres - el profesor y los dos alumnos varones - visten ropa y accesorios modernos, chompas con cierre, suéteres, zapatos de goma, reloj. Las mujeres están ataviadas con sus trajes típicos, polleras, mantas, gorras de lana o sombreros de ala grande, ojotas**. Varias tienen niños de pecho en los brazos o en la espalda. Pegadas contra los vidrios de las ventanas vemos las caras divertidas y curiosas de nuestros guías, los niños y niñas que nos han conducido hasta aquí.
Foto: Rosa María Torres
La clase transcurre mitad en quechua, mitad en castellano. El profesor hace una clase activa, amena. Las mujeres participan, hablan, trabajan entusiastas en sus cuadernos, pasan contentas a la pizarra, con sus hijos a la espalda o de la mano. Cada mujer escribe junto con su sombra y la de su sombrero, proyectadas en la pizarra gracias a la lámpara de gas. El cambio experimentado por estas mujeres – nos dicen – es notable. Al principio estaban calladas, con la cabeza baja, tenían vergüenza de hablar.

Me siento atrás, junto a los dos alumnos hombres. Desde allí percibo que es imposible leer lo que está escrito en la pizarra. Pregunto si ellos alcanzan a leer. Ambos reconocen que tampoco ven. Y así salta la verdad: estamos presenciando una situación excepcional, la hora regular de clase es de 3 a 6 de la tarde, con luz del día; hoy nos han esperado a los visitantes, que veníamos de lejos y - vergonzosamente – calculamos mal los tiempos y las distancias y hemos llegado tarde.

La clase termina con un cántico en quechua dedicado a nosotros y coreado por todos de pie.

Foto: Rosa María Torres
Un aula contigua para los más pequeños

En la habitación contigua escuchamos todo el tiempo ruidos infantiles. La habitación está llena de niños y niñas pequeños, hijos de las mujeres y hombres que estudian en la clase de al lado, atendidos por una joven educadora del lugar. Aquí no hay lámpara de gas, solo velas. Detrás de las mesas y velas, las caritas rojiazules y expectantes de los niños, enfundadas en gorros tejidos y chulos*** multicolores. Todo lo que asoma son sus grandes ojos asombrados e irritados, sus naricitas chorreantes, sus labios partidos, sus mejillas enrojecidas y endurecidas, quemadas por el sol y por el frío. Cuando, a pedido de la maestra, se ponen en fila para saludarnos uno por uno, sentimos sus manitas rasposas, encallecidas. Debería agregarse a los derechos de la infancia el derecho a piel de niño, suave, tierna, acariciable.

Se me pasa por la mente un dato leído días antes. Mundialmente, el gasto anual en cosméticos asciende a cerca de 20.000 millones de dólares, destacándose las cremas y otros productos para la piel, crecientemente variados y sofisticados, convertidos hoy en productos de primera necesidad entre las élites del consumo: bloqueadores solares, cremas humectantes, astringentes, desmaquillantes, para el cutis seco, graso, mixto y sensible, las arrugas, las manchas, las ojeras, el acné, las pecas, las cicatrices, los síntomas de la vejez, la celulitis… Estos niños y sus familias ignoran que todo eso existe, al otro lado del mundo, en este mundo de lujos y confort para pocos y de grandes privaciones para la mayoría.

Siendo cerca de las 9 de la noche, nos despedimos todos afuera de la escuela. Cada cual toma su camino. Ellos desaparecen, junto con sus niños y niñas, en diferentes direcciones.

Ya en Llallagua la dueña del hotel nos asegura que no pasaremos frío, que en las habitaciones hay cobijas gruesas de lana. No recuerdo una noche y unas sábanas tan heladas como esas. Me duermo, sin embargo, sintiéndome privilegiada. La gente que acabamos de dejar en Saca Saca ni siquiera sueña con una cama blanda, unas sábanas tersas, unas cobijas dobles para el frío.

Todo vuelve a Warisata, la escuela-ayllu

El programa Yuyay Jap'ina - nos dicen - está inspirado en la famosa Escuela-Ayllu Warisata, la experiencia educativa más revolucionaria que ha producido este país y que sigue inspirando a muchos dentro y fuera de Bolivia. Ubicada en las cercanías del lago Titicaca, Warisata tuvo corta vida: se inició en 1931 y fue cerrada en 1940. La fundó el indígena Avelino Siñani, en un momento en que la educación estaba prohibida para los indígenas. Junto al intelectual Elizardo Pérez crearon una red de escuelas indígenas y la primera normal para profesores indígenas. Warisata llegó a tener más de 200 alumnos internos, niños y niñas, sostenidos con los propios recursos de la escuela. El modelo administrativo se organizó en torno a una red de 16 núcleos operando en todo el país. La primera escuela pasó a ser la matriz de 70 escuelas creadas en comunidades aledañas.

Warisata integró la escuela a la comunidad y el campo a la ciudad. Profesores de la ciudad fueron a vivir al campo y convivieron con las familias indígenas. El modelo educativo Warisata hizo una opción por la educación bilingüe y la pedagogía por el arte, el trabajo productivo en la tierra y en el taller, el carácter eminentemente agrario de la escuela rural, la coeducación, la educación laica, el rescate de las tradiciones culturales, la eliminación de los horarios, las vacaciones y los exámenes, la reducción del tiempo de escolaridad, la aligeración del currículo, la buena alimentación y la higiene, el modelo de escuela-ayllu autosuficiente, autónomo respecto del Estado.

Yuyay Jap'ina, Kallpa Wawa y Qullqi Wasi

El centro que hemos visitado pertenece, como se ha dicho, al programa Yuyay Jap'ina, impulsado por UNICEF, con fondos de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional (ASDI), y ejecutado por los municipios en áreas rurales e indígenas de los departamentos de Potosí y Cochabamba. 

Yuyay Jap'ina es a su vez parte de un programa más amplio, el PRODELI (Programa de Desarrollo Rural Integrado) que ha venido operando en 50 municipios de mayor pobreza y concentración de población indígena en las áreas andina y amazónica del país, con componentes de desarrollo integral infantil, salud comunitaria, educación intercultural, agua, saneamiento y medio ambiente, protección y promoción de los derechos de la niñez, la mujer y los pueblos indígenas, y fortalecimiento municipal y comunitario. El componente de educación escolar busca asegurar el acceso de niños y niñas en zonas rurales a la escuela formal, con énfasis en las escuelas multigrado, que en estas zonas cubren apenas los tres primeros grados.

Foto: Rosa María Torres
La alfabetización no es aquí un proyecto de corta duración ni una acción meramente sectorial ni un programa separado de la educación infantil y escolar; es parte de una estrategia integral de desarrollo local y comunitario, con visión de mediano y largo plazo. Esta es, de hecho, la única manera de que la alfabetización y la educación en general adquieran sentido y tengan posibilidad de convertirse en herramientas de desarrollo, transformación económica y social, y liberación humana.

La meta del Yuyay Jap'ina es alfabetizar a 65.000 mujeres indígenas de 15 a 45 años de áreas rurales, a través de educación no-formal, en lengua materna y en castellano, hasta alcanzar la equivalencia con la escuela primaria. Los contenidos de los materiales abordan los diferentes temas del PRODELI.

En la actualidad hay 1.115 centros de alfabetización (Yuyay Huasi en quechua, ‘casa del conocimiento’ o ‘casa del saber’) y cerca de 25.000 personas inscritas, 75% mujeres. La mayoría tiene entre 15 y 45 años; 10% son menores de 15 años. Muchos son bilingües o trilingües (castellano, quechua y aymara), y muchos tienen un manejo muy elemental del castellano.

El programa dura dos años, 8 meses de clases al año. En el primer año, la instrucción se hace en lengua indígena; en el segundo año, en castellano. Antes, el castellano se introducía como lengua oral durante el primer año y pasados los primeros meses de alfabetización; actualmente, el castellano oral se introduce desde el inicio, atendiendo al pedido y a la presión de la gente. Los materiales producidos para el programa son bilingües (lengua materna y castellano).

Los certificados que otorga el programa en cada municipio no son reconocidos por el Ministerio de Educación y Culturas (MEC). A partir de 2007 el MEC inscribió a los centros de alfabetización dentro de los Centros de Educación Alternativa (CEA), instancia legal para certificar la Educación Alternativa (término adoptado en Bolivia que incluye la educación de adultos, la especial y la permanente) en el nivel municipal. La Educación Primaria de Adultos (EPA) tiene tres ciclos, cada uno con tres módulos. El primero corresponde a la alfabetización. Los participantes del Yuyay Jap’ina serán examinados en su comunidad con una prueba por competencias. Quienes superen la prueba de alfabetización habrán completado, así, el primer módulo de la EPA.

El Kallpa Wawa (“Fortalecer al Niño”) que hemos visto en el aula contigua es un complemento del Yuyay Jap'ina. Bajo la responsabilidad de una educadora parvularia, está dirigido a menores de 0 a 3 años, hijos e hijas de quienes estudian en el Yuyay Jap'ina.

Otra actividad complementaria es el Qullqi Wasi (Banco Comunal), pequeños fondos que se entregan a las comunidades y son manejados por las mujeres, y que sirven para hacer préstamos a las familias de la comunidad y de comunidades vecinas.

Foto: Rosa María Torres

¿Para qué aprender a leer y escribir? es pregunta que surge inevitablemente ante cada programa de alfabetización, más aún en contextos de gran pobreza y aislamiento como éste, donde no hay nada para leer y son escasas las oportunidades de escribir. Por otra parte, mientras no se universalice una educación escolar de calidad, alfabetizar a jóvenes y adultos seguirá siendo tarea de nunca acabar.

Estas interrogantes se plantean de modo más amplio para el Programa Nacional de Alfabetización "Yo Sí Puedo" que apenas arrancaba en 2006 y que contaba con 311.477 participantes en diciembre de ese año y con 172.000 graduados en julio 2007.
Foto: Rosa María Torres

 

Una búsqueda en Internet


Una búsqueda en Internet procurando información sobre la zona y el contexto en que opera el Yuyay Jap’ina, revela algunas cuestiones interesantes.

Foto: Rosa María Torres

Las primeras entradas están en inglés, con referencias a tesis y publicaciones de investigadores del Norte, que indagan todo sobre estas comunidades y culturas, tomando posición y haciendo recomendaciones de acción y de más investigación. Una casa editora  promociona el libro para su venta.

Resulta paradójico que se escriba tanto sobre pueblos que no llegarán a leer nada de esto, que no tendrán Internet en mucho tiempo, que aún bregan con el acceso a la lengua escrita, que no hablan inglés. ¿A dónde va a parar tanto libro, tanta investigación, tanta recomendación, tanta palabra? ¿De qué sirve si no sirve para cambiar la vida de la gente convertida en informante y en objeto de estudio?

Aspiro por mi parte a que este breve reportaje, y otros que he escrito sobre estos recorridos y visitas en Bolivia, ayuden a (re)conocer estas realidades y a mejorar las acciones orientadas a asegurar los derechos de las personas que las padecen. Confío en que estas páginas, dedicadas a las mujeres, hombres y niños que conocí en Saca Saca, lleguen a sus manos y sean leídas por ellos. Me alegra imaginar que un día recibiré una carta escrita por alguna de estas mujeres o de estos niños que hoy están aprendiendo a escribir, sin saber bien para qué.


* ayllu: Sistema andino de organización del parentesco, la reciprocidad, la ocupación y el manejo del espacio, la generación de la riqueza etc. Jach’a Suyu Pâkajaqi lo define de la siguiente manera: “Es la cédula social de la cultura aymara. Circunscritas a un territorio geográfico, con leyes, religión, y gobierno propio; relaciones entre sí por un idioma común (lengua aymara), unidos por los lazos de parentesco, por recíproco espíritu de cooperación mutua practicados desde los albores de la humanidad, mediante varios sistemas como el ayni, mink’a y otros”. En: Léxico Jurídico Español-Aymara.
** ojotas: sandalias de cuero
*** chulo: gorro de lana de oveja o de alpaca con orejera.

Para saber más
- UNICEF Bolivia https://www.unicef.org/bolivia/
- Bolivia, Ministerio de Educación https://www.minedu.gob.bo/ 

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