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Preguntas y respuestas sobre educación de adultos




Educación de personas jóvenes y adultas

¿Qué se considera 'joven'?
Las definiciones de 'joven' varían en cada país y se usan de manera diferente en cada política o programa. En algunos se considera 'joven' desde los 15 hasta las 24 años de edad, en otros hasta los 35 e incluso 40 años. La etapa considerada 'juventud' viene alargándose. Algunos consideran 'joven' a quien continúa dependiendo económicamente de sus padres.

¿Qué se considera 'adulto'?
Generalmente se llama 'adulto' a la persona mayor de 15 años. Como consecuencia del alargamiento de la vida, la edad adulta viene alargándose. Se agregó el concepto de 'tercera edad' (a partir de los 60 o 65 años) e incluso el de 'cuarta edad'. Se proponen nuevas segmentaciones de 'la edad adulta', la más larga de la vida. Hay quienes consideran que la 'edad adulta' se extiende hasta el fin del trabajo y el inicio de la jubilación, para quienes acceden a ésta.

¿Conviene juntar en un mismo programa o clase a adolescentes, jóvenes y personas mayores?
NO. Donde sea posible, es mejor organizar grupos de edad más homogéneos. Un joven y una persona mayor tienen intereses diferentes, aprenden a ritmos diferentes y pueden sentirse incómodos aprendiendo juntos.

¿La educación de adultos es competencia del Ministerio de Educación?
NO necesariamente. Todos los ministerios y entidades estatales hacen de hecho educación/capacitación de adultos, aunque no lo sepan o expliciten (educación de padres y madres, trabajadores, miembros comunitarios, etc.). La educación de adultos atraviesa a las distintas entidades y políticas del Estado y no tendría por qué depender de un único Ministerio.

¿La educación de adultos es siempre educación no-formal?
NO. La educación de adultos se inició como educación compensatoria, generalmente bajo la modalidad de educación no-formal, pero hoy en día gran parte de la educación de adultos es también educación formal (escolarizada).

¿Educación de adultos es lo mismo que educación popular?
NO. La educación popular no se refiere únicamente a las personas adultas, aunque muchos hacen esta asociación. La educación popular se plantea como una opción de educación transformadora para todo el sistema educativo, dentro y fuera del sistema escolar, y para todas las edades.

¿El principal objteivo de la educación de jóvenes y adultos hoy es "abatir el rezago educativo"?
NO necesariamente, si por "rezago educativo" se entiende no haber completado determinado nivel de escolaridad (primaria, básica, media). Hay múltiples necesidades de aprendizaje que no pasan por ofertas educativas formales. Por otra parte, "abatir" y "rezago" no parecen los términos más apropiados para referirse al empeño por ampliar la escolaridad de las personas y certificar sus conocimientos.

Alfabetización

¿Es posible erradicar el analfabetismo?
NO si no se trabaja simultáneamente, de manera sistemática y profunda, en las dos principales fuentes de reproducción del analfabetismo: la falta de acceso a la escuela (a su vez vinculada por lo general a la pobreza) y el acceso a la mala escuela (que también afecta sobre todo a los más pobres: la escuela que expulsa, castiga, malenseña, genera antipatía hacia la lectura y la escritura).

En todo caso, 'erradicar' no es el término indicado, pues el analfabetismo no es una plaga o una epidemia sino una problemática social. Lo que es preciso erradicar es la terminología discriminatoria, negativa y bélica usualmente asociada al analfabetismo ('lacra', 'ceguera', 'guerra', etc.).

El término alfabetización, ¿se aplica solo a personas mayores de 15 años?

NO. Alfabetización se aplica a todas las edades. Aprendemos a leer y escribir dentro y fuera del sistema escolar. Alfabetizar es, de hecho, misión fundamental atribuida históricamente a la escuela.

¿A qué se llama 'analfabetismo puro' ('analfabetos puros')?
Se llama 'analfabeto puro' a quien no ha ido a la escuela. Es cada vez más raro encontrarlos; muchos jóvenes y adultos que asisten a clases de alfabetización han ido al menos uno o dos años a la escuela. Por otro lado, la lectura y la escritura están cada vez más extendidas en la sociedad, incluso en lugares pobres y apartados, lo que hace que las personas analfabetas entren en contacto con la cultura escrita.

 ¿A qué se llama 'analfabetismo funcional' ('analfabetos funcionales')?
A leer y escribir sin comprender cabalmente lo que se lee y escribe. En realidad, no obstante, toda alfabetización, para ser tal, debería ser funcional. Hay quienes asocian 'analfabetismo funcional' con 'educación incipiente' (menos de cuatro años de escolaridad).

¿Las personas analfabetas son ignorantes?
NO. El aprendizaje ocurre de manera permanente, a lo largo de toda la vida, no solo a través de la cultura escrita (leyendo y escribiendo) ni solo gracias a la escuela. Una persona analfabeta sabe muchas cosas, producto de la vida, del trabajo, de la experiencia, del contacto con los demás. Hay personas analfabetas o con baja escolaridad que tienen gran sabiduría.

¿Aprender a leer y escribir es fácil?
NO. El aprendizaje de la lectura y la escritura es un aprendizaje complejo, que toma tiempo y que se desarrolla y perfecciona en el ejercicio mismo de leer y escribir.

¿Se puede aprender a leer y escribir en tres meses?
NO. Ni niños ni jóvenes ni adultos. Un corto programa de alfabetización no asegura la capacidad para leer y escribir de manera autónoma. En el sistema escolar, se recomienda hoy que la alfabetización sea no un objetivo del primer o segundo grado sino de toda la educación básica. Dada la creciente complejidad y diversidad de la lectura y la escritura, y de sus soportes (ya no solo papel y lápiz sino teclados, pantallas, etc.) cada vez más se entiende que la alfabetización no es una etapa sino un proceso de aprendizaje y autoaprendizaje que se extiende a lo largo de la vida.

¿Escribir (dibujar) el propio nombre es estar alfabetizado?
NO. Escribir o dibujar el propio nombre puede ser apenas el primer paso en el aprendizaje y desarrollo de la escritura.

¿Copiar es saber escribir?
NO. Escribir es una actividad esencialmente creativa. Quien sabe escribir es capaz de expresar sus propias ideas, sin necesidad de copiar ni de tomar dictado.

¿Leer sin entender es leer?
NO. Leer implica comprender lo que se lee. La lectura sin comprensión es apenas descifrado.

¿Qué es estar alfabetizado?
Hoy en día puede considerarse alfabetizada a una persona (niño, joven, adulto) que es capaz de leer y escribir comprensivamente, con autonomía, tanto dentro como fuera del aula, en contextos reales (la calle, la comunidad, el mercado, la biblioteca, etc.) y en diversos soportes.

Las personas que han ido a la escuela, ¿pueden darse por alfabetizadas?
NO. Haber ido a la escuela no asegura que la persona (niño, joven, adulto) haya aprendido a leer y escribir. Millones de niños en el mundo terminan cuatro años de escuela y hasta la educación primaria o básica, sin haber aprendido a leer y escribir.

¿La pregunta SI/NO ("¿Sabe ud. leer y escribir?") ayuda a determinar si una persona es analfabeta o a determinar la tasa de analfabetismo de un país?
NO. Porque se basa en la autopercepción de las personas y esa percepción es a menudo equivocada o inexacta. Porque muchas personas no tienen claro qué es "saber leer y escribir". Muchas creen que haber ido uno o más años a la escuela es estar alfabetizado. Muchas ocultan su condición de analfabetas. Y porque no existe la dicotomía analfabetismo/alfabetismo sino mas bien un continuo con diferentes niveles de dominio de la lengua escrita.

¿Se puede aprender a leer y escribir en una lengua que no se entiende o no se domina?
NO. Nadie puede aprender en una lengua que no entiende o domina. Por eso, aprender en la lengua materna es un derecho y una necesidad.

¿La lectura y la escritura ayudan a preservar una lengua?
SI. Una lengua que solo se maneja a nivel oral, está generalmente condenada a desaparecer. La escritura permite el registro, contribuye a la permanencia.

¿La persona que sabe leer y escribir en una lengua indígena (aunque no sepa hacerlo en la lengua oficial) debe considerarse alfabetizada?
SI. Quien sabe leer y escribir, en cualquier lengua, es una persona alfabetizada.

Quien aprende en lengua indígena, ¿debe luego alfabetizarse en español?
NO. La alfabetización se hace una sola vez. Alguien que aprende a leer y escribir en lengua indígena puede después hacer la transferencia de esa competencia al español.

¿Hay más mujeres o más hombres analfabetos en el mundo?
El analfabetismo afecta más a las mujeres. Dos terceras partes de las personas analfabetas en el mundo son mujeres. La situación no cambia.

Quiénes asisten más a los centros de alfabetización: ¿hombres o mujeres?
Usualmente hay más mujeres que hombres en los centros de alfabetización.

¿Hombres y mujeres aprenden de la misma manera?
NO. Y en el caso específico de la lengua, las mujeres tienen ventajas frente a los hombres. Esto se debe la particular configuración del cerebro femenino.

¿Conviene que hombres y mujeres aprendan juntos en los centros de alfabetización?
Es mejor preguntarles a ellos mismos qué prefieren. Muchas veces, los hombres prefieren aprender solo con hombres y las mujeres entre mujeres; eso les hace sentirse más cómodos y en confianza.

¿La alfabetización incluye el cálculo?
Hay quienes incluyen el cálculo en la definición de alfabetización y otros que no. No hay un consenso mundial al respecto. Cada programa puede decidir si incluye o no el cálculo, cuándo y cómo.

 ¿Alfabetización y educación básica son dos campos separados?
NO. La alfabetización es parte de la educación básica, a pesar de que muy frecuentemente se mencionan por separado, incluso en las metas de la educación.

¿Es útil la radio para enseñar a leer y escribir?
SI. La radio se ha usado históricamente en la alfabetización de adultos, no solo para enseñar a leer y escribir sino para incentivar hacia la lectura y la escritura.

¿Se puede aprovechar los celulares para enseñar a leer y escribir?
SI. Los celulares son la tecnología digital más extendida en el mundo, hoy. De hecho, hay ya más celulares que personas. Los usan tanto niños y jóvenes como personas adultas. Eso los hace una herramienta accesible y aprovechable para la lectura y la escritura.

¿Es mejor un programa que una campaña de alfabetización?
NO necesariamente aunque muchas personas lo afirman. Hay campañas buenas y programas malos, y al revés. En cuanto a su duración, hay campañas que son más largas que los programas. Generalmente, las campañas tienen la ventaja de ser esfuerzos intensivos y con gran movilización social.

¿Las campañas de alfabetización no tienen seguimiento?
NO es cierto. La mayoría de campañas lo tienen. La campaña cubana de alfabetización (1961) tuvo seguimiento y continuó en la Batalla por el Sexto Grado. La cruzada nicaraguense (1981) tuvo una fase de Sostenimiento que luego se amplió a un programa de Educación General Básica de Adultos (EGB). La campaña nacional de alfabetización en el Ecuador (1988) continuó en el Programa "El Ecuador Estudia", dentro del cual se organizó un programa regular de Educación Básica de Adultos (EBA). Etcétera.

¿Dar seguimiento a la alfabetización implica siempre un programa escolarizado?
NO. No todas las personas están interesadas en un programa escolarizado. Para los más jóvenes, completar y certificar un nivel escolar (primaria, básica, media, etc.) puede ser muy importante; no así para muchas personas adultas. Cabe por eso pensar en diversas alternativas de seguimiento (círculos o talleres de lectura y/o escritura, aprendizaje de oficios, actividades culturales y de recreación, etc.).

¿Es suficiente con enseñar a leer y escribir?
NO. Enseñar a leer y escribir es una tarea inconclusa. El verdadero objetivo es que la gente lea y escriba. Políticas, programas y campañas de alfabetización deben asumir este objetivo, asegurando condiciones para que las personas disfruten la lectura y la escritura, las desarrollen y las usen en la vida cotidiana, con múltiples propósitos.

Aprendizaje a lo Largo de la Vida

¿Qué es el Aprendizaje a lo Largo de la Vida?
Literalmente, se refiere al hecho de que todas las personas, en todos los niveles y culturas, aprendemos a lo largo de la vida, desde que nacemos hasta que morimos.

¿La propuesta de Aprendizaje a lo Largo de la Vida viene del Norte?
El Aprendizaje a lo Largo de la Vida es en primer lugar un hecho de la realidad. Hoy en día es adoptado como un paradigma para los sistemas de educación y aprendizaje en todo el mundo. La propuesta surgida en el Norte (Europa, por ejemplo) no es la misma que aplicamos en el Sur.

¿Aprendizaje a lo Largo de la Vida es lo mismo que educación de adultos?
NO. Muchas personas confunden Aprendizaje a lo Largo de la Vida y educación de adultos. Pero, como su propio nombre lo indica, ALV tiene que ver con toda la vida y todas las edades, desde el nacimiento.

Textos relacionados en este blog
Sobre educación de jóvenes y adultos - América Latina y el Caribe
Aprendizaje a lo Largo de la Vida (ALV)
Comunidad de Aprendizaje
Alfabetización para Todos: Una visión renovada
"No basta con enseñar a leer y escribir; hay que acercar la lectura y la escritura a la gente"
Analfabetismo no es ignorancia  
Las 4 A como criterios para identificar "buenas prácticas" en educación
 

Sobre educación de jóvenes y adultos - América Latina y el Caribe

César Mejía - Ecuador

Rosa María Torres

Junto aquí textos relacionados con la educación de personas jóvenes y adultas, educación de la familia, educación ciudadana y aprendizaje a lo largo de la vida incluidos en este blog (en español).
Hice esta compilación con oportunidad de dos eventos en los que participé en México en junio 2014 y como un aporte a sus participantes.
» Encuentro Internacional de Alfabetización y Abatimiento del Rezago Educativo, INEA-OEI, México DF., 16-17 junio 2014.
Conferencia magistral: "Experiencias Latinoamericanas de Alfabetización".
» Conferencia "Los retos de la alfabetización en contextos de diversidad cultural y lingüística", IEEA- Oaxaca, Oaxaca, 20 junio 2014.


INFORMES DE INVESTIGACION Y APORTES CONCEPTUALES


▸ Alfabetización de adultos en América Latina y el Caribe: planes y metas 1980-2015



▸ Analfabetismo y alfabetismo: ¿de qué estamos hablando?

▸ Para eliminar el analfabetismo hay que eliminar la pobreza


▸ Los erradicadores del analfabetismo

▸ Sobre analfabetismo y alfabetización: Declaración de miembros del GLEACE

▸ Los niños como educadores de adultos

▸ Educar a los niños o a los adultos: Falso dilema

▸ Presentación del libro de Emilia Ferreiro “Alfabetización de niños y adultos: Textos escogidos”

▸ Lectura: El adentro y el afuera

▸ Escolarizado no es lo mismo que educado

▸ El fracaso alfabetizador de la escuela

▸ ¿Renuncia a un mundo alfabetizado?

▸ "Mujeres, indígenas y discapacitados"

▸ La trilogía alumna-madre-maestra

▸ ¿Por qué los padres de familia solo existen para los problemas?

▸ El modelo de preparación docente que no ha funcionado 

▸ Sobre educadores, buenos educadores y profesionalización

▸ Participación social en educación y observatorios ciudadanos

▸  Incidir en la educación

▸ Los múltiples Paulo Freires

▸ ¿Tecnologías en el aula? Así no

▸ Preguntas y respuestas sobre educación de adultos

▸ Las 4 A como criterios para identificar "buenas prácticas" en educación

EXPERIENCIAS


Argentina


Bolivia



Ecuador


México


República Dominicana  

Uruguay


Venezuela

Yuyay Jap’ina – Apropiándonos del conocimiento (Bolivia)



Programa de Alfabetización Yuyay Jap’ina (UNICEF)
Visita a la comunidad Saca Saca, Municipio de Uncía, Departamento de Potosí, Bolivia
(11 agosto, 2006)

Fotos: Rosa María Torres

Dedicado a las mujeres y los niños de Saca Saca

Este reportaje es parte del estudio “Alfabetización y acceso a la cultura escrita por parte de jóvenes y adultos excluidos del sistema escolar en América Latina y el Caribe”, financiado por el CREFAL. Entre 2006 y 2009 visité programas de alfabetización y de promoción de la lectura y la escritura en nueve países de la región (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).


Después de casi cinco horas de viaje desde Cochabamba y habiendo subido a más de 4.600 metros de altura, llegamos a Llallagua, pueblo potosino que me parece la cima del mundo. Aún falta un trecho para llegar a Saca Saca, la comunidad rural donde funciona el centro de alfabetización que hemos venido a visitar. Se trata del programa Yuyay Jap'ina ("apropiándose del conocimiento"), un programa de alfabetización en quechua impulsado por UNICEF desde 1992, dirigido a mujeres indígenas en áreas rurales de los Departamentos de Potosí y Cochabamba. Me acompañan Guillermo y Pedro, de las oficinas de UNICEF en La Paz y en Uncía, y Giovanna del PROEIB-Andes en Cochabamba.

Foto: Rosa María Torres
Dejamos nuestros bolsos en el Hotel Llallagua, donde pasaremos la noche. Antes de salir a Saca Saca, nos sentamos en un pequeño restaurante de la plaza a tomar un té de coca, bueno para la altura y el frío. Guillermo lleva encima cuatro capas de ropa. Yo otro tanto. El dolor de cabeza y el mareo anuncian soroche, el temible mal de las alturas. La altura, y las infinitas curvas del camino, han hecho estragos.

Hay que viajar por tierra en Bolivia para percibir su vasta geografía (más de 1 millón de kilómetros cuadrados, 8 habitantes por kilómetro cuadrado), las enormes distancias, los rigores y las variaciones del clima, la dramaticidad de la pobreza, la fantástica riqueza cultural de este país. Hemos viajado horas sin ver un solo poblado, una sola persona, en medio de parajes desérticos. Hemos visto mujeres con niños a la espalda y niños pequeños, muertos de frío, ganándose la vida en la carretera vendiendo comida en los puestos de control; ninguno pidiendo limosna.

Llallagua, zona minera

Foto: Rosa María Torres

“LLALLAGUA RUMBO AL TERCER MILENIO. ¡GRACIAS POR SU VISITA!”, dice el rótulo a la entrada del pueblo, junto a un pequeño monumento en homenaje a los mineros. Estamos en zona cercana al campamento minero Siglo XXI, el más grande de Bolivia. La imponente montaña de Llallagua ha jugado un papel clave en la vida de este país. Cuna de la mina de estaño más grande del mundo y de la fortuna personal amasada por Simón Patiño, “rey del estaño”, del sindicalismo minero boliviano y sus luchas, que sentaron precedentes de transformación social en el país.
 
Llallagua y Uncía son dos de los 13 municipios que hacen parte de la Mancomunidad Norte de Potosí. En 11 de los 13 municipios, el 81% de la población se ubica bajo el índice de pobreza. Las mujeres tienen en promedio 6 hijos. De cada 10 mujeres entre 5 y 19 años, 4 no van a la escuela. En todos los municipios, exceptuando Llallagua, entre 63% y 93% no tiene agua potable. Sólo la mitad de los hogares tiene acceso a un radio o a un televisor.

La Ficha Municipal de Llallagua registra una población de cerca de 40.000 personas, hablante de quechua, aymara y castellano; una densidad poblacional de 70.3 habitantes por kilómetro cuadrado; población organizada en ayllus* y sindicatos agrarios, en el ámbito rural, y en juntas vecinales, clubes de madres y organizaciones sindicales, en el ámbito urbano; una tasa de analfabetismo del 20% en la población de 19 años y más, 30% entre las mujeres. Las principales actividades económicas son la extracción de minerales metálicos y la cría de ganado camélico. Hay 1 hospital básico, 6 médicos, 1 dentista y 2 enfermeras. 7 ONGs trabajan en el Municipio. Hay Internet.

La Ficha Municipal de Uncía informa de una población de 25.000 habitantes (la mayoría en zonas rurales), con una densidad poblacional de 22.5 habitantes por kilómetro cuadrado. Las actividades económicas principales son el estaño y concentrados, el oro y el turismo. El Municipio no tiene hospital, tiene 3 médicos y 1 enfermera. 6 ONGs operan en la zona.

La llegada a Saca Saca

En el camino se ha hecho de noche. Llegamos con el vehículo hasta una explanada. Solo podemos ver las haces de luz del vehículo estrellándose contra la neblina y la oscuridad. De pronto, entre las luces empiezan a moverse las siluetas de un enjambre de niños, encargados de guiarnos hasta la escuela donde estudian y nos esperan sus padres. De la mano de dos niñas camino sin ver, en un sendero lleno de piedras que imagino el lecho de un río seco. Al poco tiempo se divisa a lo lejos un punto de luz, que resulta ser una lámpara de gas, iluminando el centro de alfabetización, que es la escuela multigrado y multipropósito de la comunidad, en la que estudian estos niños y niñas a la mañana y sus padres y madres a la tarde.

Foto: Rosa María Torres
Escoltados, entramos al aula. El profesor es un hombre y los alumnos mujeres de diversas edades y dos hombres jóvenes. Nos reciben con aplausos. Para mi sorpresa, las mujeres se acercan a saludarme con beso - en realidad dos, uno en cada mejilla. Siguen largos discursos de bienvenida, en quechua y en aymara.

La lámpara de gas, en el centro, ilumina el espacio con una luz extraña. Los alumnos están organizados en cuatro grupos de cuatro o cinco personas alrededor de mesas escolares que desbordan cuadernos y libros. El que están usando se titula “Alfabetización para la Vida y la Producción (Castellano como segunda lengua)”. Todas las paredes están abarrotadas de materiales de lectura, carteles en quechua y en castellano mezclados con los carteles infantiles utilizados en la mañana. Junto a la pizarra está colgada una cartulina blanca con bolsillos y tarjetas, cuya composición ha quedado hoy así:
Pachawatana
CALENDARIO
Hoy es viernes 11 de agosto del 2006

Los hombres - el profesor y los dos alumnos varones - visten ropa y accesorios modernos, chompas con cierre, suéteres, zapatos de goma, reloj. Las mujeres están ataviadas con sus trajes típicos, polleras, mantas, gorras de lana o sombreros de ala grande, ojotas**. Varias tienen niños de pecho en los brazos o en la espalda. Pegadas contra los vidrios de las ventanas vemos las caras divertidas y curiosas de nuestros guías, los niños y niñas que nos han conducido hasta aquí.
Foto: Rosa María Torres
La clase transcurre mitad en quechua, mitad en castellano. El profesor hace una clase activa, amena. Las mujeres participan, hablan, trabajan entusiastas en sus cuadernos, pasan contentas a la pizarra, con sus hijos a la espalda o de la mano. Cada mujer escribe junto con su sombra y la de su sombrero, proyectadas en la pizarra gracias a la lámpara de gas. El cambio experimentado por estas mujeres – nos dicen – es notable. Al principio estaban calladas, con la cabeza baja, tenían vergüenza de hablar.

Me siento atrás, junto a los dos alumnos hombres. Desde allí percibo que es imposible leer lo que está escrito en la pizarra. Pregunto si ellos alcanzan a leer. Ambos reconocen que tampoco ven. Y así salta la verdad: estamos presenciando una situación excepcional, la hora regular de clase es de 3 a 6 de la tarde, con luz del día; hoy nos han esperado a los visitantes, que veníamos de lejos y - vergonzosamente – calculamos mal los tiempos y las distancias y hemos llegado tarde.

La clase termina con un cántico en quechua dedicado a nosotros y coreado por todos de pie.

Foto: Rosa María Torres
Un aula contigua para los más pequeños

En la habitación contigua escuchamos todo el tiempo ruidos infantiles. La habitación está llena de niños y niñas pequeños, hijos de las mujeres y hombres que estudian en la clase de al lado, atendidos por una joven educadora del lugar. Aquí no hay lámpara de gas, solo velas. Detrás de las mesas y velas, las caritas rojiazules y expectantes de los niños, enfundadas en gorros tejidos y chulos*** multicolores. Todo lo que asoma son sus grandes ojos asombrados e irritados, sus naricitas chorreantes, sus labios partidos, sus mejillas enrojecidas y endurecidas, quemadas por el sol y por el frío. Cuando, a pedido de la maestra, se ponen en fila para saludarnos uno por uno, sentimos sus manitas rasposas, encallecidas. Debería agregarse a los derechos de la infancia el derecho a piel de niño, suave, tierna, acariciable.

Se me pasa por la mente un dato leído días antes. Mundialmente, el gasto anual en cosméticos asciende a cerca de 20.000 millones de dólares, destacándose las cremas y otros productos para la piel, crecientemente variados y sofisticados, convertidos hoy en productos de primera necesidad entre las élites del consumo: bloqueadores solares, cremas humectantes, astringentes, desmaquillantes, para el cutis seco, graso, mixto y sensible, las arrugas, las manchas, las ojeras, el acné, las pecas, las cicatrices, los síntomas de la vejez, la celulitis… Estos niños y sus familias ignoran que todo eso existe, al otro lado del mundo, en este mundo de lujos y confort para pocos y de grandes privaciones para la mayoría.

Siendo cerca de las 9 de la noche, nos despedimos todos afuera de la escuela. Cada cual toma su camino. Ellos desaparecen, junto con sus niños y niñas, en diferentes direcciones.

Ya en Llallagua la dueña del hotel nos asegura que no pasaremos frío, que en las habitaciones hay cobijas gruesas de lana. No recuerdo una noche y unas sábanas tan heladas como esas. Me duermo, sin embargo, sintiéndome privilegiada. La gente que acabamos de dejar en Saca Saca ni siquiera sueña con una cama blanda, unas sábanas tersas, unas cobijas dobles para el frío.

Todo vuelve a Warisata, la escuela-ayllu

El programa Yuyay Jap'ina - nos dicen - está inspirado en la famosa Escuela-Ayllu Warisata, la experiencia educativa más revolucionaria que ha producido este país y que sigue inspirando a muchos dentro y fuera de Bolivia. Ubicada en las cercanías del lago Titicaca, Warisata tuvo corta vida: se inició en 1931 y fue cerrada en 1940. La fundó el indígena Avelino Siñani, en un momento en que la educación estaba prohibida para los indígenas. Junto al intelectual Elizardo Pérez crearon una red de escuelas indígenas y la primera normal para profesores indígenas. Warisata llegó a tener más de 200 alumnos internos, niños y niñas, sostenidos con los propios recursos de la escuela. El modelo administrativo se organizó en torno a una red de 16 núcleos operando en todo el país. La primera escuela pasó a ser la matriz de 70 escuelas creadas en comunidades aledañas.

Warisata integró la escuela a la comunidad y el campo a la ciudad. Profesores de la ciudad fueron a vivir al campo y convivieron con las familias indígenas. El modelo educativo Warisata hizo una opción por la educación bilingüe y la pedagogía por el arte, el trabajo productivo en la tierra y en el taller, el carácter eminentemente agrario de la escuela rural, la coeducación, la educación laica, el rescate de las tradiciones culturales, la eliminación de los horarios, las vacaciones y los exámenes, la reducción del tiempo de escolaridad, la aligeración del currículo, la buena alimentación y la higiene, el modelo de escuela-ayllu autosuficiente, autónomo respecto del Estado.

Yuyay Jap'ina, Kallpa Wawa y Qullqi Wasi

El centro que hemos visitado pertenece, como se ha dicho, al programa Yuyay Jap'ina, impulsado por UNICEF, con fondos de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional (ASDI), y ejecutado por los municipios en áreas rurales e indígenas de los departamentos de Potosí y Cochabamba. 

Yuyay Jap'ina es a su vez parte de un programa más amplio, el PRODELI (Programa de Desarrollo Rural Integrado) que ha venido operando en 50 municipios de mayor pobreza y concentración de población indígena en las áreas andina y amazónica del país, con componentes de desarrollo integral infantil, salud comunitaria, educación intercultural, agua, saneamiento y medio ambiente, protección y promoción de los derechos de la niñez, la mujer y los pueblos indígenas, y fortalecimiento municipal y comunitario. El componente de educación escolar busca asegurar el acceso de niños y niñas en zonas rurales a la escuela formal, con énfasis en las escuelas multigrado, que en estas zonas cubren apenas los tres primeros grados.

Foto: Rosa María Torres
La alfabetización no es aquí un proyecto de corta duración ni una acción meramente sectorial ni un programa separado de la educación infantil y escolar; es parte de una estrategia integral de desarrollo local y comunitario, con visión de mediano y largo plazo. Esta es, de hecho, la única manera de que la alfabetización y la educación en general adquieran sentido y tengan posibilidad de convertirse en herramientas de desarrollo, transformación económica y social, y liberación humana.

La meta del Yuyay Jap'ina es alfabetizar a 65.000 mujeres indígenas de 15 a 45 años de áreas rurales, a través de educación no-formal, en lengua materna y en castellano, hasta alcanzar la equivalencia con la escuela primaria. Los contenidos de los materiales abordan los diferentes temas del PRODELI.

En la actualidad hay 1.115 centros de alfabetización (Yuyay Huasi en quechua, ‘casa del conocimiento’ o ‘casa del saber’) y cerca de 25.000 personas inscritas, 75% mujeres. La mayoría tiene entre 15 y 45 años; 10% son menores de 15 años. Muchos son bilingües o trilingües (castellano, quechua y aymara), y muchos tienen un manejo muy elemental del castellano.

El programa dura dos años, 8 meses de clases al año. En el primer año, la instrucción se hace en lengua indígena; en el segundo año, en castellano. Antes, el castellano se introducía como lengua oral durante el primer año y pasados los primeros meses de alfabetización; actualmente, el castellano oral se introduce desde el inicio, atendiendo al pedido y a la presión de la gente. Los materiales producidos para el programa son bilingües (lengua materna y castellano).

Los certificados que otorga el programa en cada municipio no son reconocidos por el Ministerio de Educación y Culturas (MEC). A partir de 2007 el MEC inscribió a los centros de alfabetización dentro de los Centros de Educación Alternativa (CEA), instancia legal para certificar la Educación Alternativa (término adoptado en Bolivia que incluye la educación de adultos, la especial y la permanente) en el nivel municipal. La Educación Primaria de Adultos (EPA) tiene tres ciclos, cada uno con tres módulos. El primero corresponde a la alfabetización. Los participantes del Yuyay Jap’ina serán examinados en su comunidad con una prueba por competencias. Quienes superen la prueba de alfabetización habrán completado, así, el primer módulo de la EPA.

El Kallpa Wawa (“Fortalecer al Niño”) que hemos visto en el aula contigua es un complemento del Yuyay Jap'ina. Bajo la responsabilidad de una educadora parvularia, está dirigido a menores de 0 a 3 años, hijos e hijas de quienes estudian en el Yuyay Jap'ina.

Otra actividad complementaria es el Qullqi Wasi (Banco Comunal), pequeños fondos que se entregan a las comunidades y son manejados por las mujeres, y que sirven para hacer préstamos a las familias de la comunidad y de comunidades vecinas.

Foto: Rosa María Torres

¿Para qué aprender a leer y escribir? es pregunta que surge inevitablemente ante cada programa de alfabetización, más aún en contextos de gran pobreza y aislamiento como éste, donde no hay nada para leer y son escasas las oportunidades de escribir. Por otra parte, mientras no se universalice una educación escolar de calidad, alfabetizar a jóvenes y adultos seguirá siendo tarea de nunca acabar.

Estas interrogantes se plantean de modo más amplio para el Programa Nacional de Alfabetización "Yo Sí Puedo" que apenas arrancaba en 2006 y que contaba con 311.477 participantes en diciembre de ese año y con 172.000 graduados en julio 2007.
Foto: Rosa María Torres

 

Una búsqueda en Internet


Una búsqueda en Internet procurando información sobre la zona y el contexto en que opera el Yuyay Jap’ina, revela algunas cuestiones interesantes.

Foto: Rosa María Torres

Las primeras entradas están en inglés, con referencias a tesis y publicaciones de investigadores del Norte, que indagan todo sobre estas comunidades y culturas, tomando posición y haciendo recomendaciones de acción y de más investigación. Una casa editora  promociona el libro para su venta.

Resulta paradójico que se escriba tanto sobre pueblos que no llegarán a leer nada de esto, que no tendrán Internet en mucho tiempo, que aún bregan con el acceso a la lengua escrita, que no hablan inglés. ¿A dónde va a parar tanto libro, tanta investigación, tanta recomendación, tanta palabra? ¿De qué sirve si no sirve para cambiar la vida de la gente convertida en informante y en objeto de estudio?

Aspiro por mi parte a que este breve reportaje, y otros que he escrito sobre estos recorridos y visitas en Bolivia, ayuden a (re)conocer estas realidades y a mejorar las acciones orientadas a asegurar los derechos de las personas que las padecen. Confío en que estas páginas, dedicadas a las mujeres, hombres y niños que conocí en Saca Saca, lleguen a sus manos y sean leídas por ellos. Me alegra imaginar que un día recibiré una carta escrita por alguna de estas mujeres o de estos niños que hoy están aprendiendo a escribir, sin saber bien para qué.


* ayllu: Sistema andino de organización del parentesco, la reciprocidad, la ocupación y el manejo del espacio, la generación de la riqueza etc. Jach’a Suyu Pâkajaqi lo define de la siguiente manera: “Es la cédula social de la cultura aymara. Circunscritas a un territorio geográfico, con leyes, religión, y gobierno propio; relaciones entre sí por un idioma común (lengua aymara), unidos por los lazos de parentesco, por recíproco espíritu de cooperación mutua practicados desde los albores de la humanidad, mediante varios sistemas como el ayni, mink’a y otros”. En: Léxico Jurídico Español-Aymara.
** ojotas: sandalias de cuero
*** chulo: gorro de lana de oveja o de alpaca con orejera.

Para saber más
- UNICEF Bolivia https://www.unicef.org/bolivia/
- Bolivia, Ministerio de Educación https://www.minedu.gob.bo/ 

La madre en los textos escolares


Rosa María Torres



Todas las mamás miman, arrullan, sonríen, abrazan, son abnegadas, saben coser y cocinar. A pesar de que se revientan trabajando desde la madrugada hasta la noche, siete días a la semana - y contrariamente a lo que usted pudiera imaginar - son mujeres realizadas. El prototipo escolar de la madre per­fec­ta.

Jamás tienen un mal modo, un gesto desagradable, un exabrupto. Jamás se les escapa un grito, una reprimenda, un ma­notazo. Madres fuera de serie, siempre dispuestas a renunciar a sí mismas por el bienes­tar de los hijos y de la familia. Dan todo lo que tienen sin espe­rar nada a cambio, por el puro santo amor de madre, sacrificio inconmensurable de madre, bondad suprema de madre.

La mamá de Elisa cose. La de Vidal lava la ropa. La de Timoteo vende tamales. La de Teresa es maestra. La rural se hace cargo además de tareas agrícolas y de los animales. La citadina puede llegar a tener un puesto en el mercado o una tienda de abarrotes, o bien trabajar en una fá­brica, un salón de belleza, una escuela, un centro de salud. 

Trabajar doble y hasta triple jornada, alargando el día y reduciendo las horas de sueño, aparece como la cosa más normal del mundo si se es mujer. Si se gana la vida fuera del hogar, igual le toca asumir  las tareas domésticas. Las formalmente "mantenidas" por marido o similiar complementan el ingreso familiar con algún pequeño oficio - mo­dista, lavande­ra, artesana - que es, de hecho, una exten­sión remunera­da del trabajo doméstico. 

Mamás profesionales, con estudios universitarios y aspiraciones personales, escasean incluso cuando los escenarios se ubican en hogares de clase media. En estos estratos, las mamás a lo sumo parecen tener tiempo libre para pasear, bordar, hacer pasteles o invitar a las amigas.

Pasando por alto las evidencias y las estadísticas, en los textos escolares no hay madres adolescentes ni prematuras ni solteras ni abandonadas ni separadas ni divorciadas ni golpeadas ni asesinadas. De vez en cuando aparece algu­na viuda. Ni hablar de mamás lesbianas. En general, son mujeres con hombres cerca, hombres proveedores, que trabajan y traen el pan al hogar, además del cansancio, la necesidad de respeto, comprensión y atención especial.

No hay madres insultadas, pegadas ni maltratadas. Los hijos son básicamente buenos hijos y buenos alumnos. Los maridos son trabajadores, buenos tipos, compañeros. Cero borrachos, vividores, maltratadores, abusadores. No asoman por ningún lado la escasez, el hacinamiento, el desempleo, la inflación, la emergencia, el abandono, la infidelidad, la violencia.

Mientras el hombre batalla cotidianamente en el hostil mundo ex­terior, la mujer tiene el privilegio de pasar recluida en esa cueva de la felicidad llamada hogar, rodeada de enseres y placeres domésticos. Dibujos y textos describen primorosamente cómo las madres se la pasan lavando, planchando, cocinando, cosiendo, lim­piando, trapeando, barriendo, baldeando, atendiendo al marido y a los hijos. 

Es así como, en el Día de la Madre, con variaciones propias de cada bolsillo pero con asombrosa universalidad, se re­gala a las madres más de estos mismos enseres, verdaderos íconos de entretenimiento: ollas, platos, mue­bles, manteles, sábanas, toallas, esco­bas, trapos de limpieza, plan­chas, cubiertos, lavadoras, licuado­ras y toda clase de "doras"..

Usted, padre o madre de familia, maestro o maestra, alumno o alum­na, no vaya a confundirse: la idealización de la madre no es sino parte del mismo paquete que hace posible y legitima la opre­sión de la mujer.

Nuestros niños y jóvenes, en ocasión del Día de la Madre, en lugar de las clásicas redacciones escolares que acompa­ñan a este día, deberían ser invitados a analizar críticamente la ima­gen de madre que tran­s­miten los textos escolares (y los comerciales de los medios) y a discutir, en ese marco, la hipocresía de una sociedad que idealiza a la madre y que maltrata a la mujer.  


* Publicado originalmente en: Educación de Adultos y Desarrollo, N° 39. Bonn: DVV, 1992.


El orgullo de ser maestra


Rosa María Torres

Grupo de maestras con el exPresidente José Velasco Ibarra



Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio, en 1991, y más tarde incluido en el libro Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes (Paidós, 2000). Fue inspirado por y dedicado a Blanca Margarita Abad de Velasco, fallecida hoy, 11 de febrero de 2014, en Quito, a la edad de 92 años. Sirva ahora este breve texto como homenaje personal a su vida y a su memoria.



Una por una, posiblemente como en la ceremonia de medio siglo atrás, cuando recibieron el título de maestras, van pasando a recibir el diploma que acredita sus cin­cuenta años de servicio. Mujeres canosas, en su tercera edad, que hace cincuenta años, en la flor de su juventud, aban­donaron la Escuela Normal y se lan­zaron a la aventura de enseñar.

El acto es emotivo y espe­cial. Himnos, discursos, abrazos, lágri­mas, flores, poesías, pasillos, para homenajear a este grupo de cincuenta y dos mujeres, maestras de maestras, que han formado a
miles de maestras que hoy enseñan en las aulas del Ecuador.

Una de las homenajeadas es mi suegra. Mientras la veo feliz y emocionada en este importante día de su vida, pienso en las marcas que le ha ido tatuando el oficio de maestra: la energía desbordante, la postura erguida, la voz firme, el tono de mando, las convicciones fuertes, la pasión por la lectura, la avidez por aprender y mantenerse al día, la satisfacción con la tarea cumplida, la conciencia de las grandes carencias sociales y educativas de este país, la docencia como compromiso de vida y como tarea intelectual exigente.

Un sentimiento comparten estas mujeres: el orgullo de ser maestras, el orgullo de una vida dedicada a la enseñanza. Este mismo acto, estas mismas Bodas de Oro celebradas por ingenieros, o arquitectos, o contadores, sería muy diferente. El oficio de enseñar se levanta sobre muchos otros, con un aura especial. (“Be a teacher, be a heroe”, encontré escrito, en un cartel gigante, en plena avenida de Broadway, en Nueva York, en 1996).
Un oficio que puede salvar vidas, abrir mentes, descubrir talentos, ampliar horizontes, construir posibilidades y futuros ni siquiera imaginados. Ser maestro continúa siendo una de las tareas sociales más nobles, una de las pocas que, en este mundo del sálvense quien pueda, todavía se basa en el altruismo y el espíritu de servicio.

Servir a otros es uno de los modos más significativos de existencia del ser humano y una de las fuentes más importantes de realización y gratificación personal. "Revalorizar" la docencia implica, esencialmente, recuperar para la profesión y para cada maestra y maestro concretos, el orgullo de ser maestros.
En la dignidad y la valía profesional de cada maestro y maestra se juega no solo la calidad de la enseñanza en las aulas sino la dignidad de todo un pueblo.

Quito, 11 febrero, 2014

Educación sexual


Rosa María Torres
Educación sexual - Bonil



Este artículo fue publicado el 18/11/1990 en Aulabierta, periódico del Programa Nacional "El Ecuador Estudia" del Ministerio de Educación y Cultura del Ecuador, que co-coordiné junto con Raúl Vallejo. Contaba allí una historia personal, la de mi primer embarazo y mi primer hijo, cuando la sexualidad era tabú mayor en esta sociedad y la "educación sexual" apenas un experimento. Casi 25 años pasaron. Muchas cosas han cambiado, para bien y para mal. La sexualidad se discute hoy mucho más abiertamente, la vida sexual se inicia antes, el embarazo adolescente pasó a ser nuevo campo de preocupación social y política pública, el aborto es tema nacional de controversia y de disputa, la homofobia se combate como una tara más. Religión y política siguen coincidiendo en las visiones más retardatarias de la sexualidad,  la mujer, su cuerpo y sus derechos. ¿Qué tanto avanzó la educación sexual, en la familia, en  el sistema escolar, en los medios, en la iglesia, en el sistema político?


Para mi hijo Juan Fernando


Cuando estaba en tercer año de la universidad y embara­zada de mi primer hijo, empecé a trabajar como profesora de inglés en un afamado colegio particular religioso femenino de Quito (ahora puedo agregar el nombre: Colegio Cardenal Spellman). Un día, mientras subíamos las gradas con las alumnas en forma­ción, una monja que venía más abajo alzó a ver: sentí, supe, que se percató de que estaba embarazada.

Al día si­guiente, reunión urgente convocada por la monja rectora. Visiblemente irritada, me habló de mi embarazo como un doble pro­blema: le preocupaban las molestias que sig­nificaría el parto para el colegio (le aseguré que sólo falta­ría dos días y así fue), pero sobre todo le preocupaba que mis alumnas, chicas de segundo curso, angelitos de 13 o 14 años, pu­diesen tener "malas ideas" y despertárseles inquietudes "malsa­nas" sobre el sexo.

De nada me sirvió aclararle que estaba legal­mente casada y que tener un hijo no era pecado ni motivo de vergüenza. Me pidió, ac­to seguido, que, en adelante, disimulara mi barriga poniéndome abrigos o ponchos, y que llegara todos los días cuarto de hora an­tes de empezar la clase y me ubi­cara detrás del escri­torio, tra­tando en lo posible de desarrollar la clase sentada, a fin de que las chicas no me vieran. Aunque usted no lo crea. Ve­rídico.

Por supuesto que mis alumnas desde hace tiempo, mucho antes que las monjitas, se habían dado cuenta de mi embarazo. Todos los días se acercaban a sobarme la panza para sentir cómo se movía el bebé. Todas estaban curiosas por saber cómo era eso de estar embarazada.

Algunas clases de inglés, subrepticiamente, se convir­tieron en conversaciones sobre el tema. Varias de ellas tenían mamás embarazadas o hermanitos recién nacidos. Todas tenían enamorados y más de una había dejado de ser virgen. Las más "adelantadas" se ma­quilla­ban y algu­nas fumaban a escondidas en el baño.

Puesto que, en tiempos de mini­falda, el colegio exigía que el uniforme se llevara debajo de la rodilla (en el patio de formación la monja inspec­tora medía determinada altura a partir del suelo, igual para todas), no bien sonaba el timbre de salida y se pasaba el umbral de la puer­ta, todas proce­dían apuradas a treparse las faldas haciéndose bollos en la cin­tura. Afuera, a pie, las esperaban en motos o en autos del año.

Hablo de hace muchos años, cuando en la mayoría de colegios ni se soñaba con eso que hoy llaman Educación Sexual. Pero mucho me temo que dicha Educación Sexual haya venido a instalarse como un parche, sin que hayan cambiado demasiado las condiciones, la represión y el tabú generalizados ha­cia el tema sexual.

¿En qué consiste a menudo la famosa Educación Sexual?. Una charla o un conjunto de charlas inocuas, en lenguaje sumamente científi­co y profiláctico, a cargo de médicos, psicólogos, curas, etc., ca­da uno exponiendo desde su propia especialidad e ideología. Otras veces, o complementando a lo anterior, se recurre a videos, quizás entre otras cosas para evitar el bochor­no de explicar todo esto personalmente y cara a cara.

Si he de juzgar por los videos que le tocaron a mi hijo mayor, en el bachillerato de un colegio particular, diría que los que se eligen son deficientes, mal hechos, desactualizados y profundamente moralis­tas. Imágenes borrosas intercala­das con gráficos y explicaciones tediosas acerca del comportamiento sexual del género humano, se empeñan en dejar claro que la sexualidad es fuente de muchas y muy graves enfer­medades tales como la sífilis, la gonorrea, etc. (videos más ac­tualiza­dos, claro está, agregan el SIDA a la lista).

Lo cierto es que, en general, ni charlas ni videos termi­nan sa­tisfaciendo las inquietu­des reales de los jóvenes y sus­citan mas bien algunas nuevas. O son demasiado ele­menta­les para el nivel real de conocimiento y ma­nejo efectivo de los alumnos. No es raro, en efecto, que a estu­diantes de secundaria se les siga hablando de las abejas y el polen, de los pajaritos y la primave­ra, versiones un poquito menos infan­tiles que las cigüeñas del pre-escolar.

Maestros o maestras sonrojados, nerviosos, incómodos, peroran con ayuda de gráficos anatómicos que explican, por un lado, la anato­mía femenina y, por otro, la masculina. "Organos sexuales masculinos" y "órganos sexuales femeninos" difícilmente pueden nombrarse con sus términos comunes y corrientes. El lenguaje cien­tí­fico ofrece la necesaria cobertura de asepsia y pudor que requiere el tema.

Cómo se junta el gráfico de la izquierda con el de la derecha y, en fin, cómo y dónde se encuentran el óvulo con el espermatozoi­de, es el tema más espinoso, el más esperado y el menos clarifi­cado. Todo se presenta como si se tratara de un pro­blema de mecá­nica, palancas o émbolos. Los sentimientos y las sen­saciones - el amor, la ternura, la sensualidad, el placer - se pierden en la enmarañada jerga y en su explicación única: la re­producción animal.

Charlas y videos terminan bruscamente. El espacio final para las preguntas, para el debate, cuando se da, suele ser corto y pobre. ¿Cuántos se animan a hacer preguntas, cuántos a hacer las que verdaderamente importan, inquietan y hasta torturan?. Lo que más tiempo y energía ocupa son las recomendaciones, los consejos prácticos, la normativa, por lo general estigmatizadora de la sexualidad. En definitiva, el mensaje termina siendo: "No se me­tan", "¡Cuida­do!" y hasta "¡Bas­ta!".

Cierto que muchas cosas han cambiado en estos años pero, en lo fundamental, siguen reinando en nuestra sociedad, en la familia y en el sistema educativo la represión y el prejuicio respecto de la sexualidad. Ayer quizás más ignorantes y reprimi­dos, hoy más infor­mados pero también más expuestos, pero hoy, como ayer, chicos y chicas se ven forzados a seguir improvisando, a seguir aprendien­do clandestinamente, a seguir equivocándose, a seguir ocultan­do, a seguir cul­pabilizándose. Y enton­ces, cuando la mucha­cha descu­bre su em­barazo y recuerda su clase de Educación Sexual, se pregunta para qué le sirvió el cuento de las abejas o los pulcros gráficos anatómicos del hombre y la mujer.

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Artículos sobre el Ecuador

Rafael Correa: Cátedra presidencial sobre «ideología de género»





Incluimos abajo la transcripción de una exposición de Rafael Correa en 2013, siendo Presidente del Ecuador, en torno a la llamada «ideología de género».

(Enlace Ciudadano No. 354, 28 dic. 2013, desde Monte Sinaí, Guayaquil).

El término «ideología de género» surge desde grupos conservadores, religiosos y provida. Con este término se deslegitima y ataca todo aquello que contraría el pensamiento convencional respecto al género y la sexualidad, en torno a cuestiones tales como el matrimonio igualitario, el aborto, la homosexualidad y la transexualidad. (Ver: Salgado 2019, Corrêa 2019, Viteri 2020, Arguedas 2020).

"El fantasma de la «ideología de género» se remonta a los años 1990s, cuando actores ultracatólicos, incluido el Vaticano, reaccionaron de manera visceral a la legitimación del concepto de género en las conferencias de Naciones Unidas dedicadas a la población, el desarrollo y los derechos de las mujeres. Aún más extensa y compleja es la genealogía del repudio al marxismo o al marxismo cultural que, en los debates latinoamericanos de los años 2010, se convertiría en un par constante de la «ideología de género»". (Corrêa, en Arguedas 2020. Nuestra traducción del portugués).

Correa es sumamente conservador en todos estos temas, como puede verse en esta exposición.

Ha bloqueado de manera permanente y vehemente la despenalización del aborto por violación en el Ecuador. En 2013 amenazó con renunciar a la Presidencia si los legisladores de su movimiento, Alianza País, continuaban propugnando la despenalización del aborto.




(Transcripción del texto: Diana Amores)
 
“Todavía se requiere un gran cambio cultural para acabar esa injusticia de género, yo diría, centenaria que ha tenido el país… ¡sin que esto implique irse al otro extremo!.

O sea, una cosa es ese movimiento feminista por igualdad de derechos que lo apoyamos de todo corazón. Pero de repente hay unos extremos y unos fundamentalismos en que, tal vez por una reacción a tanta explotación, ya se proponen cosas absurdas, ¿no?. 

¡Ya no es igualdad de derechos sino igualdad en todos los aspectos! O sea ¡que los hombres parezcan mujeres y las mujeres hombres! O sea... ¡ya basta!.

¿Sí saben que hay lo que se llama «ideología de género» que se enseña en algunos colegios? ¡Que mantienen algunas Asambleístas nuestras! Yo respeto mucho eso. Lo que no es correcto es que nos traten de imponer sus creencias a todos.

Que básicamente no existe hombre o mujer natural. O sea, el sexo biológico no determina al hombre y la mujer, sino las ‘condiciones sociales’. Que uno tiene derecho… ¡La libertad es elegir incluso si uno es hombre o mujer! ¡Por favor, eso no resiste el menor análisis! ¡Eso es una barbaridad que atenta contra todo! ¡Leyes naturales…contra todo! ¡Pero se mantiene eso!.

Hay gente que (lo) mantiene – y respetamos mucho esos criterios – pero no traten de imponerlos al resto. ¡Y no se lo impongan a los chicos! Porque hay gente que le está enseñando eso a nuestros jóvenes y les puedo decir académicamente: son barbaridades que no resisten el menor análisis.

Entonces también se está cayendo en extremos, ¿no?. Pero viva ese movimiento feminista que busca igualdad de derechos. No igualdad en todos los aspectos. Porque somos, gracias a Dios, hombres y mujeres diferentes. Complementarios. ¡Y no es que se trate de imponer estereotipos! ¡Qué bueno que una mujer guarde sus rasgos femeninos! ¡Qué bueno que un hombre guarde sus rasgos masculinos!.

Y bueno, todo el mundo es libre… el hombre de ser afeminado y la mujer de ser varonil. Pero yo prefiero la mujer que parece mujer. Y creo que las mujeres prefieren hombres que parecemos hombres.

¡Verán que por lo que estoy diciendo va a ser “el retardatario”, “el cavernícola”, “no estoy a la vanguardia del pensamiento civilizatorio”. ¡A otros con esos cuentos! Les insisto: ¡todos luchamos por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres! Pero otra cosa son esos movimientos feministas fundamentalistas que buscan que hombres y mujeres sean igualitos …

¡Insisto! Esa ideología para mí es peligrosísima, les están enseñando a nuestros jóvenes en algunos colegios. ¡De «identidad de género»! Básicamente dice que no hay hombre o mujer natural. Que el sexo no te determina si eres hombre o mujer. Que pudiste nacer sexo masculino o sexo femenino pero ¡eso no te determina si eres hombre o mujer, sino que son las “condiciones sociales”, los “condicionamientos sociales”! ¡Que el hombre y la mujer es una construcción social! Y para liberarnos, para tener “verdadera libertad”… ¡debo ser libre para elegir mi género! Entonces ¡debo liberarme de esos condicionamientos sociales, y la mujer puede elegir ser hombre, y el hombre puede elegir ser mujer.

Perdónenme, ¡eso académicamente no resiste el menor análisis! ¡No es teoría! Es pura y simple ideología, muchas veces para justificar el modo de vida de aquellos que generan esas ideologías, ¡que los respetamos como personas! Pero no compartimos en absoluto estas barbaridades y, académicamente sí les puedo decir, son BARBARIDADES que no resisten el menor análisis.

¡Y que destruyen la base de la sociedad! ¡Que sigue siendo la familia CON-VEN-CIO-NAL!

Entonces, me van a decir “conservador”…ya no soy de izquierda ¡porque esa es la otra novelería! ¿No? Quien no se adscribe a estas cosas ¡no es de izquierda! Si no uno no es pro-aborto ¡no es de izquierda! Es decir, si Pinochet era pro-abortista, era de izquierda. Si el Che Guevara estaba contra el aborto ¡era de derecha! ¡Eso no tiene nada que ver con izquierda o derecha! ¡Son barbaridades! ¡Son novelerías! ¡Son cuestiones morales!

Las ideologías se construyen, sobre todo, sobre condiciones materiales. Modos de producción, etc. También, algunas veces, sobre cuestiones morales pero… ¡no estas cuestiones… que todavía… implican tanta discusión! Entonces, me van a decir “conservador” por creer en la familia. ¡Bueno, creo en la familia! Y creo que estas ideologías de género, estas novelerías, destruyen la familia convencional que sigue siendo, creo que seguirá siendo ¡y felizmente! la base de nuestra sociedad.

Entonces ¡qué vivan las mujeres! ¡Que viva ese movimiento feminista por igualdad de derechos! ¡Pero atentos con esos extremos de que ya no hay hombres y mujeres naturales sino que son “construcciones sociales” y la libertad es que los hombres elijan ser mujeres, y las mujeres elijan ser hombres!".

* Esta alocución suscitó fuertes cuestionamientos y rechazo a nivel nacional e internacional por parte de instituciones, grupos y sectores vinculados al feminismo, los derechos de las mujeres y los de la comunidad LGTBI, así como la adhesión de sectores y grupos reaccionarios, contrarios a dichos derechos. Ver por ejemplo la adhesión fervorosa de Profesionales de la Etica, desde España.

Para saber más
» Derechos humanos, orientación sexual e identidad de género: ¿Qué dice la ONU?, United Explanations, 2012
» Estigma presidencial. Carta abierta al Econ. Rafael Correa, Alianza GLBTI/Observatorio Ciudadano GLBTI, Guayaquil, 1 agosto 2012
» El mundo femenino al paso del jefe, crónica de Roberto Aguilar, Hoy, 13 octubre 2013
» "Una luchadora intensa que usa el sentido estratégico de la política", El Telégrafo, 26 dic. 2013
» Colectivo LGTBI reacciona ante agresiones de Correa, Ecuador Diverso, 30 dic. 2013
» El Presidente que cree en el cuco, Silvia Buendía, GKEcuador, dic. 2013
» El saco de los malos y el saco de los buenos, ¿Hasta cuándo usará el Presidente su moral personal para juzgar a sus enemigos?, GKEcuador, dic. 2013
» Red LGBTI del Ecuador, Pronunciamiento ante las declaraciones del Señor Presidente de la República del Ecuador, 2 enero 2014
» Aproximaciones al Mínimo Análisis Destructor de la Ideología de Género, por Rafael Correa et.al. (PDF). Pasquiín académico obra de Aldo Cassola.
» Venezuela Igualitaria rechaza declaraciones prejuiciadas del Presidente Rafael Correa sobre sexualidades humanas, 3 enero 2014
» Rafael Correa rechaza la "absurda" y "peligrosísima" ideología de género, Infobae, Buenos Aires, 3 enero 2014
» La reunión histórica GLBTI, por Diane Rodríguez, activista transfeminista, El Telégrafo, Guayaquil, 3 enero 2014
» Rafael Correa se mostró contra la ideología de género: “Son tonterías”, La República, Lima, 3 enero 2014.
» ¿Ideología de Género?, Ab. Ramiro García Falconí, El Universo, Guayaquil, 6 enero 2014
» Carta al Sr. Presidente Rafael Correa a propósito del Día Mundial contra la Homofobia, 16 mayo 2014

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