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Preguntas y respuestas sobre educación de adultos




Educación de personas jóvenes y adultas

¿Qué se considera 'joven'?
Las definiciones de 'joven' varían en cada país y se usan de manera diferente en cada política o programa. En algunos se considera 'joven' desde los 15 hasta las 24 años de edad, en otros hasta los 35 e incluso 40 años. La etapa considerada 'juventud' viene alargándose. Algunos consideran 'joven' a quien continúa dependiendo económicamente de sus padres.

¿Qué se considera 'adulto'?
Generalmente se llama 'adulto' a la persona mayor de 15 años. Como consecuencia del alargamiento de la vida, la edad adulta viene alargándose. Se agregó el concepto de 'tercera edad' (a partir de los 60 o 65 años) e incluso el de 'cuarta edad'. Se proponen nuevas segmentaciones de 'la edad adulta', la más larga de la vida. Hay quienes consideran que la 'edad adulta' se extiende hasta el fin del trabajo y el inicio de la jubilación, para quienes acceden a ésta.

¿Conviene juntar en un mismo programa o clase a adolescentes, jóvenes y personas mayores?
NO. Donde sea posible, es mejor organizar grupos de edad más homogéneos. Un joven y una persona mayor tienen intereses diferentes, aprenden a ritmos diferentes y pueden sentirse incómodos aprendiendo juntos.

¿La educación de adultos es competencia del Ministerio de Educación?
NO necesariamente. Todos los ministerios y entidades estatales hacen de hecho educación/capacitación de adultos, aunque no lo sepan o expliciten (educación de padres y madres, trabajadores, miembros comunitarios, etc.). La educación de adultos atraviesa a las distintas entidades y políticas del Estado y no tendría por qué depender de un único Ministerio.

¿La educación de adultos es siempre educación no-formal?
NO. La educación de adultos se inició como educación compensatoria, generalmente bajo la modalidad de educación no-formal, pero hoy en día gran parte de la educación de adultos es también educación formal (escolarizada).

¿Educación de adultos es lo mismo que educación popular?
NO. La educación popular no se refiere únicamente a las personas adultas, aunque muchos hacen esta asociación. La educación popular se plantea como una opción de educación transformadora para todo el sistema educativo, dentro y fuera del sistema escolar, y para todas las edades.

¿El principal objteivo de la educación de jóvenes y adultos hoy es "abatir el rezago educativo"?
NO necesariamente, si por "rezago educativo" se entiende no haber completado determinado nivel de escolaridad (primaria, básica, media). Hay múltiples necesidades de aprendizaje que no pasan por ofertas educativas formales. Por otra parte, "abatir" y "rezago" no parecen los términos más apropiados para referirse al empeño por ampliar la escolaridad de las personas y certificar sus conocimientos.

Alfabetización

¿Es posible erradicar el analfabetismo?
NO si no se trabaja simultáneamente, de manera sistemática y profunda, en las dos principales fuentes de reproducción del analfabetismo: la falta de acceso a la escuela (a su vez vinculada por lo general a la pobreza) y el acceso a la mala escuela (que también afecta sobre todo a los más pobres: la escuela que expulsa, castiga, malenseña, genera antipatía hacia la lectura y la escritura).

En todo caso, 'erradicar' no es el término indicado, pues el analfabetismo no es una plaga o una epidemia sino una problemática social. Lo que es preciso erradicar es la terminología discriminatoria, negativa y bélica usualmente asociada al analfabetismo ('lacra', 'ceguera', 'guerra', etc.).

El término alfabetización, ¿se aplica solo a personas mayores de 15 años?

NO. Alfabetización se aplica a todas las edades. Aprendemos a leer y escribir dentro y fuera del sistema escolar. Alfabetizar es, de hecho, misión fundamental atribuida históricamente a la escuela.

¿A qué se llama 'analfabetismo puro' ('analfabetos puros')?
Se llama 'analfabeto puro' a quien no ha ido a la escuela. Es cada vez más raro encontrarlos; muchos jóvenes y adultos que asisten a clases de alfabetización han ido al menos uno o dos años a la escuela. Por otro lado, la lectura y la escritura están cada vez más extendidas en la sociedad, incluso en lugares pobres y apartados, lo que hace que las personas analfabetas entren en contacto con la cultura escrita.

 ¿A qué se llama 'analfabetismo funcional' ('analfabetos funcionales')?
A leer y escribir sin comprender cabalmente lo que se lee y escribe. En realidad, no obstante, toda alfabetización, para ser tal, debería ser funcional. Hay quienes asocian 'analfabetismo funcional' con 'educación incipiente' (menos de cuatro años de escolaridad).

¿Las personas analfabetas son ignorantes?
NO. El aprendizaje ocurre de manera permanente, a lo largo de toda la vida, no solo a través de la cultura escrita (leyendo y escribiendo) ni solo gracias a la escuela. Una persona analfabeta sabe muchas cosas, producto de la vida, del trabajo, de la experiencia, del contacto con los demás. Hay personas analfabetas o con baja escolaridad que tienen gran sabiduría.

¿Aprender a leer y escribir es fácil?
NO. El aprendizaje de la lectura y la escritura es un aprendizaje complejo, que toma tiempo y que se desarrolla y perfecciona en el ejercicio mismo de leer y escribir.

¿Se puede aprender a leer y escribir en tres meses?
NO. Ni niños ni jóvenes ni adultos. Un corto programa de alfabetización no asegura la capacidad para leer y escribir de manera autónoma. En el sistema escolar, se recomienda hoy que la alfabetización sea no un objetivo del primer o segundo grado sino de toda la educación básica. Dada la creciente complejidad y diversidad de la lectura y la escritura, y de sus soportes (ya no solo papel y lápiz sino teclados, pantallas, etc.) cada vez más se entiende que la alfabetización no es una etapa sino un proceso de aprendizaje y autoaprendizaje que se extiende a lo largo de la vida.

¿Escribir (dibujar) el propio nombre es estar alfabetizado?
NO. Escribir o dibujar el propio nombre puede ser apenas el primer paso en el aprendizaje y desarrollo de la escritura.

¿Copiar es saber escribir?
NO. Escribir es una actividad esencialmente creativa. Quien sabe escribir es capaz de expresar sus propias ideas, sin necesidad de copiar ni de tomar dictado.

¿Leer sin entender es leer?
NO. Leer implica comprender lo que se lee. La lectura sin comprensión es apenas descifrado.

¿Qué es estar alfabetizado?
Hoy en día puede considerarse alfabetizada a una persona (niño, joven, adulto) que es capaz de leer y escribir comprensivamente, con autonomía, tanto dentro como fuera del aula, en contextos reales (la calle, la comunidad, el mercado, la biblioteca, etc.) y en diversos soportes.

Las personas que han ido a la escuela, ¿pueden darse por alfabetizadas?
NO. Haber ido a la escuela no asegura que la persona (niño, joven, adulto) haya aprendido a leer y escribir. Millones de niños en el mundo terminan cuatro años de escuela y hasta la educación primaria o básica, sin haber aprendido a leer y escribir.

¿La pregunta SI/NO ("¿Sabe ud. leer y escribir?") ayuda a determinar si una persona es analfabeta o a determinar la tasa de analfabetismo de un país?
NO. Porque se basa en la autopercepción de las personas y esa percepción es a menudo equivocada o inexacta. Porque muchas personas no tienen claro qué es "saber leer y escribir". Muchas creen que haber ido uno o más años a la escuela es estar alfabetizado. Muchas ocultan su condición de analfabetas. Y porque no existe la dicotomía analfabetismo/alfabetismo sino mas bien un continuo con diferentes niveles de dominio de la lengua escrita.

¿Se puede aprender a leer y escribir en una lengua que no se entiende o no se domina?
NO. Nadie puede aprender en una lengua que no entiende o domina. Por eso, aprender en la lengua materna es un derecho y una necesidad.

¿La lectura y la escritura ayudan a preservar una lengua?
SI. Una lengua que solo se maneja a nivel oral, está generalmente condenada a desaparecer. La escritura permite el registro, contribuye a la permanencia.

¿La persona que sabe leer y escribir en una lengua indígena (aunque no sepa hacerlo en la lengua oficial) debe considerarse alfabetizada?
SI. Quien sabe leer y escribir, en cualquier lengua, es una persona alfabetizada.

Quien aprende en lengua indígena, ¿debe luego alfabetizarse en español?
NO. La alfabetización se hace una sola vez. Alguien que aprende a leer y escribir en lengua indígena puede después hacer la transferencia de esa competencia al español.

¿Hay más mujeres o más hombres analfabetos en el mundo?
El analfabetismo afecta más a las mujeres. Dos terceras partes de las personas analfabetas en el mundo son mujeres. La situación no cambia.

Quiénes asisten más a los centros de alfabetización: ¿hombres o mujeres?
Usualmente hay más mujeres que hombres en los centros de alfabetización.

¿Hombres y mujeres aprenden de la misma manera?
NO. Y en el caso específico de la lengua, las mujeres tienen ventajas frente a los hombres. Esto se debe la particular configuración del cerebro femenino.

¿Conviene que hombres y mujeres aprendan juntos en los centros de alfabetización?
Es mejor preguntarles a ellos mismos qué prefieren. Muchas veces, los hombres prefieren aprender solo con hombres y las mujeres entre mujeres; eso les hace sentirse más cómodos y en confianza.

¿La alfabetización incluye el cálculo?
Hay quienes incluyen el cálculo en la definición de alfabetización y otros que no. No hay un consenso mundial al respecto. Cada programa puede decidir si incluye o no el cálculo, cuándo y cómo.

 ¿Alfabetización y educación básica son dos campos separados?
NO. La alfabetización es parte de la educación básica, a pesar de que muy frecuentemente se mencionan por separado, incluso en las metas de la educación.

¿Es útil la radio para enseñar a leer y escribir?
SI. La radio se ha usado históricamente en la alfabetización de adultos, no solo para enseñar a leer y escribir sino para incentivar hacia la lectura y la escritura.

¿Se puede aprovechar los celulares para enseñar a leer y escribir?
SI. Los celulares son la tecnología digital más extendida en el mundo, hoy. De hecho, hay ya más celulares que personas. Los usan tanto niños y jóvenes como personas adultas. Eso los hace una herramienta accesible y aprovechable para la lectura y la escritura.

¿Es mejor un programa que una campaña de alfabetización?
NO necesariamente aunque muchas personas lo afirman. Hay campañas buenas y programas malos, y al revés. En cuanto a su duración, hay campañas que son más largas que los programas. Generalmente, las campañas tienen la ventaja de ser esfuerzos intensivos y con gran movilización social.

¿Las campañas de alfabetización no tienen seguimiento?
NO es cierto. La mayoría de campañas lo tienen. La campaña cubana de alfabetización (1961) tuvo seguimiento y continuó en la Batalla por el Sexto Grado. La cruzada nicaraguense (1981) tuvo una fase de Sostenimiento que luego se amplió a un programa de Educación General Básica de Adultos (EGB). La campaña nacional de alfabetización en el Ecuador (1988) continuó en el Programa "El Ecuador Estudia", dentro del cual se organizó un programa regular de Educación Básica de Adultos (EBA). Etcétera.

¿Dar seguimiento a la alfabetización implica siempre un programa escolarizado?
NO. No todas las personas están interesadas en un programa escolarizado. Para los más jóvenes, completar y certificar un nivel escolar (primaria, básica, media, etc.) puede ser muy importante; no así para muchas personas adultas. Cabe por eso pensar en diversas alternativas de seguimiento (círculos o talleres de lectura y/o escritura, aprendizaje de oficios, actividades culturales y de recreación, etc.).

¿Es suficiente con enseñar a leer y escribir?
NO. Enseñar a leer y escribir es una tarea inconclusa. El verdadero objetivo es que la gente lea y escriba. Políticas, programas y campañas de alfabetización deben asumir este objetivo, asegurando condiciones para que las personas disfruten la lectura y la escritura, las desarrollen y las usen en la vida cotidiana, con múltiples propósitos.

Aprendizaje a lo Largo de la Vida

¿Qué es el Aprendizaje a lo Largo de la Vida?
Literalmente, se refiere al hecho de que todas las personas, en todos los niveles y culturas, aprendemos a lo largo de la vida, desde que nacemos hasta que morimos.

¿La propuesta de Aprendizaje a lo Largo de la Vida viene del Norte?
El Aprendizaje a lo Largo de la Vida es en primer lugar un hecho de la realidad. Hoy en día es adoptado como un paradigma para los sistemas de educación y aprendizaje en todo el mundo. La propuesta surgida en el Norte (Europa, por ejemplo) no es la misma que aplicamos en el Sur.

¿Aprendizaje a lo Largo de la Vida es lo mismo que educación de adultos?
NO. Muchas personas confunden Aprendizaje a lo Largo de la Vida y educación de adultos. Pero, como su propio nombre lo indica, ALV tiene que ver con toda la vida y todas las edades, desde el nacimiento.

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Yuyay Jap’ina – Apropiándonos del conocimiento (Bolivia)



Programa de Alfabetización Yuyay Jap’ina (UNICEF)
Visita a la comunidad Saca Saca, Municipio de Uncía, Departamento de Potosí, Bolivia
(11 agosto, 2006)

Fotos: Rosa María Torres

Dedicado a las mujeres y los niños de Saca Saca

Este reportaje es parte del estudio “Alfabetización y acceso a la cultura escrita por parte de jóvenes y adultos excluidos del sistema escolar en América Latina y el Caribe”, financiado por el CREFAL. Entre 2006 y 2009 visité programas de alfabetización y de promoción de la lectura y la escritura en nueve países de la región (Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela).


Después de casi cinco horas de viaje desde Cochabamba y habiendo subido a más de 4.600 metros de altura, llegamos a Llallagua, pueblo potosino que me parece la cima del mundo. Aún falta un trecho para llegar a Saca Saca, la comunidad rural donde funciona el centro de alfabetización que hemos venido a visitar. Se trata del programa Yuyay Jap'ina ("apropiándose del conocimiento"), un programa de alfabetización en quechua impulsado por UNICEF desde 1992, dirigido a mujeres indígenas en áreas rurales de los Departamentos de Potosí y Cochabamba. Me acompañan Guillermo y Pedro, de las oficinas de UNICEF en La Paz y en Uncía, y Giovanna del PROEIB-Andes en Cochabamba.

Foto: Rosa María Torres
Dejamos nuestros bolsos en el Hotel Llallagua, donde pasaremos la noche. Antes de salir a Saca Saca, nos sentamos en un pequeño restaurante de la plaza a tomar un té de coca, bueno para la altura y el frío. Guillermo lleva encima cuatro capas de ropa. Yo otro tanto. El dolor de cabeza y el mareo anuncian soroche, el temible mal de las alturas. La altura, y las infinitas curvas del camino, han hecho estragos.

Hay que viajar por tierra en Bolivia para percibir su vasta geografía (más de 1 millón de kilómetros cuadrados, 8 habitantes por kilómetro cuadrado), las enormes distancias, los rigores y las variaciones del clima, la dramaticidad de la pobreza, la fantástica riqueza cultural de este país. Hemos viajado horas sin ver un solo poblado, una sola persona, en medio de parajes desérticos. Hemos visto mujeres con niños a la espalda y niños pequeños, muertos de frío, ganándose la vida en la carretera vendiendo comida en los puestos de control; ninguno pidiendo limosna.

Llallagua, zona minera

Foto: Rosa María Torres

“LLALLAGUA RUMBO AL TERCER MILENIO. ¡GRACIAS POR SU VISITA!”, dice el rótulo a la entrada del pueblo, junto a un pequeño monumento en homenaje a los mineros. Estamos en zona cercana al campamento minero Siglo XXI, el más grande de Bolivia. La imponente montaña de Llallagua ha jugado un papel clave en la vida de este país. Cuna de la mina de estaño más grande del mundo y de la fortuna personal amasada por Simón Patiño, “rey del estaño”, del sindicalismo minero boliviano y sus luchas, que sentaron precedentes de transformación social en el país.
 
Llallagua y Uncía son dos de los 13 municipios que hacen parte de la Mancomunidad Norte de Potosí. En 11 de los 13 municipios, el 81% de la población se ubica bajo el índice de pobreza. Las mujeres tienen en promedio 6 hijos. De cada 10 mujeres entre 5 y 19 años, 4 no van a la escuela. En todos los municipios, exceptuando Llallagua, entre 63% y 93% no tiene agua potable. Sólo la mitad de los hogares tiene acceso a un radio o a un televisor.

La Ficha Municipal de Llallagua registra una población de cerca de 40.000 personas, hablante de quechua, aymara y castellano; una densidad poblacional de 70.3 habitantes por kilómetro cuadrado; población organizada en ayllus* y sindicatos agrarios, en el ámbito rural, y en juntas vecinales, clubes de madres y organizaciones sindicales, en el ámbito urbano; una tasa de analfabetismo del 20% en la población de 19 años y más, 30% entre las mujeres. Las principales actividades económicas son la extracción de minerales metálicos y la cría de ganado camélico. Hay 1 hospital básico, 6 médicos, 1 dentista y 2 enfermeras. 7 ONGs trabajan en el Municipio. Hay Internet.

La Ficha Municipal de Uncía informa de una población de 25.000 habitantes (la mayoría en zonas rurales), con una densidad poblacional de 22.5 habitantes por kilómetro cuadrado. Las actividades económicas principales son el estaño y concentrados, el oro y el turismo. El Municipio no tiene hospital, tiene 3 médicos y 1 enfermera. 6 ONGs operan en la zona.

La llegada a Saca Saca

En el camino se ha hecho de noche. Llegamos con el vehículo hasta una explanada. Solo podemos ver las haces de luz del vehículo estrellándose contra la neblina y la oscuridad. De pronto, entre las luces empiezan a moverse las siluetas de un enjambre de niños, encargados de guiarnos hasta la escuela donde estudian y nos esperan sus padres. De la mano de dos niñas camino sin ver, en un sendero lleno de piedras que imagino el lecho de un río seco. Al poco tiempo se divisa a lo lejos un punto de luz, que resulta ser una lámpara de gas, iluminando el centro de alfabetización, que es la escuela multigrado y multipropósito de la comunidad, en la que estudian estos niños y niñas a la mañana y sus padres y madres a la tarde.

Foto: Rosa María Torres
Escoltados, entramos al aula. El profesor es un hombre y los alumnos mujeres de diversas edades y dos hombres jóvenes. Nos reciben con aplausos. Para mi sorpresa, las mujeres se acercan a saludarme con beso - en realidad dos, uno en cada mejilla. Siguen largos discursos de bienvenida, en quechua y en aymara.

La lámpara de gas, en el centro, ilumina el espacio con una luz extraña. Los alumnos están organizados en cuatro grupos de cuatro o cinco personas alrededor de mesas escolares que desbordan cuadernos y libros. El que están usando se titula “Alfabetización para la Vida y la Producción (Castellano como segunda lengua)”. Todas las paredes están abarrotadas de materiales de lectura, carteles en quechua y en castellano mezclados con los carteles infantiles utilizados en la mañana. Junto a la pizarra está colgada una cartulina blanca con bolsillos y tarjetas, cuya composición ha quedado hoy así:
Pachawatana
CALENDARIO
Hoy es viernes 11 de agosto del 2006

Los hombres - el profesor y los dos alumnos varones - visten ropa y accesorios modernos, chompas con cierre, suéteres, zapatos de goma, reloj. Las mujeres están ataviadas con sus trajes típicos, polleras, mantas, gorras de lana o sombreros de ala grande, ojotas**. Varias tienen niños de pecho en los brazos o en la espalda. Pegadas contra los vidrios de las ventanas vemos las caras divertidas y curiosas de nuestros guías, los niños y niñas que nos han conducido hasta aquí.
Foto: Rosa María Torres
La clase transcurre mitad en quechua, mitad en castellano. El profesor hace una clase activa, amena. Las mujeres participan, hablan, trabajan entusiastas en sus cuadernos, pasan contentas a la pizarra, con sus hijos a la espalda o de la mano. Cada mujer escribe junto con su sombra y la de su sombrero, proyectadas en la pizarra gracias a la lámpara de gas. El cambio experimentado por estas mujeres – nos dicen – es notable. Al principio estaban calladas, con la cabeza baja, tenían vergüenza de hablar.

Me siento atrás, junto a los dos alumnos hombres. Desde allí percibo que es imposible leer lo que está escrito en la pizarra. Pregunto si ellos alcanzan a leer. Ambos reconocen que tampoco ven. Y así salta la verdad: estamos presenciando una situación excepcional, la hora regular de clase es de 3 a 6 de la tarde, con luz del día; hoy nos han esperado a los visitantes, que veníamos de lejos y - vergonzosamente – calculamos mal los tiempos y las distancias y hemos llegado tarde.

La clase termina con un cántico en quechua dedicado a nosotros y coreado por todos de pie.

Foto: Rosa María Torres
Un aula contigua para los más pequeños

En la habitación contigua escuchamos todo el tiempo ruidos infantiles. La habitación está llena de niños y niñas pequeños, hijos de las mujeres y hombres que estudian en la clase de al lado, atendidos por una joven educadora del lugar. Aquí no hay lámpara de gas, solo velas. Detrás de las mesas y velas, las caritas rojiazules y expectantes de los niños, enfundadas en gorros tejidos y chulos*** multicolores. Todo lo que asoma son sus grandes ojos asombrados e irritados, sus naricitas chorreantes, sus labios partidos, sus mejillas enrojecidas y endurecidas, quemadas por el sol y por el frío. Cuando, a pedido de la maestra, se ponen en fila para saludarnos uno por uno, sentimos sus manitas rasposas, encallecidas. Debería agregarse a los derechos de la infancia el derecho a piel de niño, suave, tierna, acariciable.

Se me pasa por la mente un dato leído días antes. Mundialmente, el gasto anual en cosméticos asciende a cerca de 20.000 millones de dólares, destacándose las cremas y otros productos para la piel, crecientemente variados y sofisticados, convertidos hoy en productos de primera necesidad entre las élites del consumo: bloqueadores solares, cremas humectantes, astringentes, desmaquillantes, para el cutis seco, graso, mixto y sensible, las arrugas, las manchas, las ojeras, el acné, las pecas, las cicatrices, los síntomas de la vejez, la celulitis… Estos niños y sus familias ignoran que todo eso existe, al otro lado del mundo, en este mundo de lujos y confort para pocos y de grandes privaciones para la mayoría.

Siendo cerca de las 9 de la noche, nos despedimos todos afuera de la escuela. Cada cual toma su camino. Ellos desaparecen, junto con sus niños y niñas, en diferentes direcciones.

Ya en Llallagua la dueña del hotel nos asegura que no pasaremos frío, que en las habitaciones hay cobijas gruesas de lana. No recuerdo una noche y unas sábanas tan heladas como esas. Me duermo, sin embargo, sintiéndome privilegiada. La gente que acabamos de dejar en Saca Saca ni siquiera sueña con una cama blanda, unas sábanas tersas, unas cobijas dobles para el frío.

Todo vuelve a Warisata, la escuela-ayllu

El programa Yuyay Jap'ina - nos dicen - está inspirado en la famosa Escuela-Ayllu Warisata, la experiencia educativa más revolucionaria que ha producido este país y que sigue inspirando a muchos dentro y fuera de Bolivia. Ubicada en las cercanías del lago Titicaca, Warisata tuvo corta vida: se inició en 1931 y fue cerrada en 1940. La fundó el indígena Avelino Siñani, en un momento en que la educación estaba prohibida para los indígenas. Junto al intelectual Elizardo Pérez crearon una red de escuelas indígenas y la primera normal para profesores indígenas. Warisata llegó a tener más de 200 alumnos internos, niños y niñas, sostenidos con los propios recursos de la escuela. El modelo administrativo se organizó en torno a una red de 16 núcleos operando en todo el país. La primera escuela pasó a ser la matriz de 70 escuelas creadas en comunidades aledañas.

Warisata integró la escuela a la comunidad y el campo a la ciudad. Profesores de la ciudad fueron a vivir al campo y convivieron con las familias indígenas. El modelo educativo Warisata hizo una opción por la educación bilingüe y la pedagogía por el arte, el trabajo productivo en la tierra y en el taller, el carácter eminentemente agrario de la escuela rural, la coeducación, la educación laica, el rescate de las tradiciones culturales, la eliminación de los horarios, las vacaciones y los exámenes, la reducción del tiempo de escolaridad, la aligeración del currículo, la buena alimentación y la higiene, el modelo de escuela-ayllu autosuficiente, autónomo respecto del Estado.

Yuyay Jap'ina, Kallpa Wawa y Qullqi Wasi

El centro que hemos visitado pertenece, como se ha dicho, al programa Yuyay Jap'ina, impulsado por UNICEF, con fondos de la Agencia Sueca de Cooperación Internacional (ASDI), y ejecutado por los municipios en áreas rurales e indígenas de los departamentos de Potosí y Cochabamba. 

Yuyay Jap'ina es a su vez parte de un programa más amplio, el PRODELI (Programa de Desarrollo Rural Integrado) que ha venido operando en 50 municipios de mayor pobreza y concentración de población indígena en las áreas andina y amazónica del país, con componentes de desarrollo integral infantil, salud comunitaria, educación intercultural, agua, saneamiento y medio ambiente, protección y promoción de los derechos de la niñez, la mujer y los pueblos indígenas, y fortalecimiento municipal y comunitario. El componente de educación escolar busca asegurar el acceso de niños y niñas en zonas rurales a la escuela formal, con énfasis en las escuelas multigrado, que en estas zonas cubren apenas los tres primeros grados.

Foto: Rosa María Torres
La alfabetización no es aquí un proyecto de corta duración ni una acción meramente sectorial ni un programa separado de la educación infantil y escolar; es parte de una estrategia integral de desarrollo local y comunitario, con visión de mediano y largo plazo. Esta es, de hecho, la única manera de que la alfabetización y la educación en general adquieran sentido y tengan posibilidad de convertirse en herramientas de desarrollo, transformación económica y social, y liberación humana.

La meta del Yuyay Jap'ina es alfabetizar a 65.000 mujeres indígenas de 15 a 45 años de áreas rurales, a través de educación no-formal, en lengua materna y en castellano, hasta alcanzar la equivalencia con la escuela primaria. Los contenidos de los materiales abordan los diferentes temas del PRODELI.

En la actualidad hay 1.115 centros de alfabetización (Yuyay Huasi en quechua, ‘casa del conocimiento’ o ‘casa del saber’) y cerca de 25.000 personas inscritas, 75% mujeres. La mayoría tiene entre 15 y 45 años; 10% son menores de 15 años. Muchos son bilingües o trilingües (castellano, quechua y aymara), y muchos tienen un manejo muy elemental del castellano.

El programa dura dos años, 8 meses de clases al año. En el primer año, la instrucción se hace en lengua indígena; en el segundo año, en castellano. Antes, el castellano se introducía como lengua oral durante el primer año y pasados los primeros meses de alfabetización; actualmente, el castellano oral se introduce desde el inicio, atendiendo al pedido y a la presión de la gente. Los materiales producidos para el programa son bilingües (lengua materna y castellano).

Los certificados que otorga el programa en cada municipio no son reconocidos por el Ministerio de Educación y Culturas (MEC). A partir de 2007 el MEC inscribió a los centros de alfabetización dentro de los Centros de Educación Alternativa (CEA), instancia legal para certificar la Educación Alternativa (término adoptado en Bolivia que incluye la educación de adultos, la especial y la permanente) en el nivel municipal. La Educación Primaria de Adultos (EPA) tiene tres ciclos, cada uno con tres módulos. El primero corresponde a la alfabetización. Los participantes del Yuyay Jap’ina serán examinados en su comunidad con una prueba por competencias. Quienes superen la prueba de alfabetización habrán completado, así, el primer módulo de la EPA.

El Kallpa Wawa (“Fortalecer al Niño”) que hemos visto en el aula contigua es un complemento del Yuyay Jap'ina. Bajo la responsabilidad de una educadora parvularia, está dirigido a menores de 0 a 3 años, hijos e hijas de quienes estudian en el Yuyay Jap'ina.

Otra actividad complementaria es el Qullqi Wasi (Banco Comunal), pequeños fondos que se entregan a las comunidades y son manejados por las mujeres, y que sirven para hacer préstamos a las familias de la comunidad y de comunidades vecinas.

Foto: Rosa María Torres

¿Para qué aprender a leer y escribir? es pregunta que surge inevitablemente ante cada programa de alfabetización, más aún en contextos de gran pobreza y aislamiento como éste, donde no hay nada para leer y son escasas las oportunidades de escribir. Por otra parte, mientras no se universalice una educación escolar de calidad, alfabetizar a jóvenes y adultos seguirá siendo tarea de nunca acabar.

Estas interrogantes se plantean de modo más amplio para el Programa Nacional de Alfabetización "Yo Sí Puedo" que apenas arrancaba en 2006 y que contaba con 311.477 participantes en diciembre de ese año y con 172.000 graduados en julio 2007.
Foto: Rosa María Torres

 

Una búsqueda en Internet


Una búsqueda en Internet procurando información sobre la zona y el contexto en que opera el Yuyay Jap’ina, revela algunas cuestiones interesantes.

Foto: Rosa María Torres

Las primeras entradas están en inglés, con referencias a tesis y publicaciones de investigadores del Norte, que indagan todo sobre estas comunidades y culturas, tomando posición y haciendo recomendaciones de acción y de más investigación. Una casa editora  promociona el libro para su venta.

Resulta paradójico que se escriba tanto sobre pueblos que no llegarán a leer nada de esto, que no tendrán Internet en mucho tiempo, que aún bregan con el acceso a la lengua escrita, que no hablan inglés. ¿A dónde va a parar tanto libro, tanta investigación, tanta recomendación, tanta palabra? ¿De qué sirve si no sirve para cambiar la vida de la gente convertida en informante y en objeto de estudio?

Aspiro por mi parte a que este breve reportaje, y otros que he escrito sobre estos recorridos y visitas en Bolivia, ayuden a (re)conocer estas realidades y a mejorar las acciones orientadas a asegurar los derechos de las personas que las padecen. Confío en que estas páginas, dedicadas a las mujeres, hombres y niños que conocí en Saca Saca, lleguen a sus manos y sean leídas por ellos. Me alegra imaginar que un día recibiré una carta escrita por alguna de estas mujeres o de estos niños que hoy están aprendiendo a escribir, sin saber bien para qué.


* ayllu: Sistema andino de organización del parentesco, la reciprocidad, la ocupación y el manejo del espacio, la generación de la riqueza etc. Jach’a Suyu Pâkajaqi lo define de la siguiente manera: “Es la cédula social de la cultura aymara. Circunscritas a un territorio geográfico, con leyes, religión, y gobierno propio; relaciones entre sí por un idioma común (lengua aymara), unidos por los lazos de parentesco, por recíproco espíritu de cooperación mutua practicados desde los albores de la humanidad, mediante varios sistemas como el ayni, mink’a y otros”. En: Léxico Jurídico Español-Aymara.
** ojotas: sandalias de cuero
*** chulo: gorro de lana de oveja o de alpaca con orejera.

Para saber más
- UNICEF Bolivia https://www.unicef.org/bolivia/
- Bolivia, Ministerio de Educación https://www.minedu.gob.bo/ 

Maestros indígenas en busca de capacitación (EZLN, Chiapas.México)




Para Jorge, Angelina, Gaby y Ron

Conocí a Jorge y los maestros indígenas de la UNEM durante una visita a San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Al recorrer las instalaciones de la Casa de la Ciencia había visto, a través de la ventana de una de las aulas, a un grupo de jóvenes que jugaban una especie de Matantirulirulán, con ayuda de un instructor. Cada uno sostenía una tarjeta con un número y, a la pregunta del instructor, quien tenía la respuesta correcta corría a entregarla. Me explicaron que se trataba de un grupo de maestros rurales indígenas que había empezado a venir, una vez al mes, a capacitarse a la ciudad.

Fue Jorge, el líder del grupo, quien me contó la historia. Eran un grupo de maestros que no eran maestros pero que se habían convertido en tales por decisión de sus comunidades, las cuales decidieron cerrar las escuelas, despedir a los maestros pagados por la Secretaría de Educación Pública (SEP), y valerse por sí mismas. Cada comunidad pasó a elegir a su respectivo maestro o maestra entre las personas con mayor nivel educativo, y a aportar colectivamente, mes a mes, un pequeño salario, así como un atado de comida y un pasaje de bus para que el maestro o maestra pudiera movilizarse a la ciudad la última semana de cada mes a procurarse una capacitación para la enseñanza.

Hay en el grupo hombres y mujeres, aunque la mayoría son hombres (“por lo que hay que caminar”, “porque es peligroso, más con el conflicto armado“, “porque casi no se encuentra mujeres que hayan venido a la ciudad a hacer la secundaria”), y la mayor parte ha cursado algún nivel de secundaria (“pero con telesecundaria”). En 1995 decidieron organizarse como Unión de Maestros de la Nueva Educación para México, A.C. (UNEM).

Cuando los conocí, en 1997, apenas habían registrado la asociación formalmente y estaban empezando a diseñar un programa de formación propio, llamado Bachillerato Pedagógico Comunitario Bilingüe y Bicultural, que imaginaban como un programa abierto, de 3 años de duración, a desarrollarse a través de cinco talleres permanentes: uno de Pedagogía, otro de Investigación-Acción, otro de Ciencias y Matemáticas, y otro de Lengua y Cultura. Mientras conseguían los apoyos y fondos para arrancar con el programa, habían empezado a venir una semana al mes a San Cristóbal “a golpear puertas buscando quién nos capacite”. Dos instituciones respondieron al pedido: el CIESAS-Sureste y la Casa de la Ciencia, sirviendo las instalaciones al mismo tiempo de dormitorio colectivo. 

- “¿Qué pasa con sus escuelas durante la semana que vienen a capacitarse en San Cristóbal?”, pregunté.

- “Cerramos las escuelas y no hay clase”, fue la respuesta. Sentí a mis espaldas la alarma de algunas personas que me acompañaban en la visita. “Después nosotros mismos vemos cómo recuperamos, a veces con horas extras durante la semana, o los sábados”.

Al día siguiente, cuando ya habíamos entrado en calor y abandonado las ceremonias, le expliqué a Jorge que, a mi parecer, ésta no era una respuesta adecuada. Sugerí que lo que ellos estaban haciendo no era reducir el tiempo escolar y restar a los niños una semana de clase, sino reorganizar el calendario escolar de modo que tres semanas (con horario distribuido de otro modo, equivalente a las cuatro semanas de las escuelas convencionales) se dedican al aprendizaje de los niños, y una al de los maestros. Jorge y sus compañeros dieron un gran suspiro de alivio.

La semana mensual de estudio en San Cristóbal la habían empezado tres meses antes: la primera jornada fue sobre Investigación de la Comunidad, la segunda sobre Antropología de la Educación, y ésta, la tercera, sobre Matemáticas. Las prioridades y el programa de estudio respondían más a lo que las dos instituciones involucradas sabían hacer y estaban en capacidad de ofrecer, que a lo que los maestros de la UNEM necesitaban aprender.

Estrictamente, aquí no había un programa; era una oferta educativa dispersa, con temas sueltos, sin coherencia ni secuencia lógica. Ambas instituciones reconocían su falta de conocimiento y experiencia en la educación escolar en general y en el de la formación de maestros en particular. Notablemente, en el empeño por dar respuesta y ponerse a la altura del pedido y la confianza depositada en ellas por los maestros de la UNEM, en los casi dos años que median entre aquel encuentro y este momento, ambas instituciones aprendieron a trabajar juntas, aprendieron mucho de educación, de educación rural,  de maestros y de su formación para la docencia.

¿Por qué se llegó a esta situación? ¿Por qué jóvenes indígenas que no son maestros pasan a asumir esta tarea y a “golpear puertas” para capacitarse? ¿Por qué son las propias comunidades indígenas las que deben financiar a sus maestros y enviarlos a la ciudad a capacitarse con un atado de comida?

La situación crítica y la insatisfacción con la educación fue, de hecho, uno de los puntales del levantamiento indígena en Chiapas, el 1° de enero de 1994, protagonizado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). A raíz del levantamiento, muchas comunidades cerraron las escuelas, despidieron a los maestros - por lo general provenientes de la ciudad, a menudo desconocedores de las lenguas indígenas o bien hablantes de otras lenguas indígenas, distintas de las locales - y decidieron tomar la educación en sus propias manos. Lo que habían combatido y procuraban ahora no era sólo un maestro presente y cumplidor, una escuela con infraestructura y equipamiento básicos, con programa y sin maltrato, sino una educación pertinente para el medio rural y los grupos indígenas, respetuosa de sus valores, su lengua y su cultura, bilingüe y bicultural. Entre los acuerdos de San Andrés de los Pobres, firmados por el gobierno y el EZLN, se había establecido el derecho de las comunidades indígenas a decidir y controlar su propia educación. La organización de la UNEM fue uno de los pasos que las propias comunidades dieron para empezar a ejercer ese derecho.

En la reunión que tuvimos al día siguiente con organismos gubernamentales y no-gubernamentales de Chiapas, incluidos personeros de la Secretaría de Educación Pública (SEP) del Estado, esto dijeron textualmente los maestros de la UNEM, uno en representación de cada uno de los tres grupos étnicos que la componen: tzeltal, tzotzil y chol.
- “La educación en Chiapas no es buena para nuestros indígenas. No se está explicando la realidad como es ni se está dando la educación como debe ser en cada comunidad. Los maestros que vienen de afuera no tienen relación con los alumnos, llegan a escribir la a, eso es todo. Regresan a dar clases dos días antes de cobrar su quincena. Los alumnos sólo terminan la primaria y punto. Los libros que está repartiendo la SEP están embruteciendo cada día más a los niños indígenas. Ahí viene un semáforo. ¿Qué es un semáforo?, preguntan los niños. Viene un museo. ¿Qué es un museo?, preguntan los niños.  Por eso, si el gobierno no hace, el pueblo indígena lo va a hacer a su manera.

- “Nosotros vivimos un mundo diferente. Ellos, los del otro mundo, nos han impuesto ese otro tipo de educación. Nos quieren destruir. Queremos una educación de acuerdo a nuestra vida, a nuestra cultura. No hay respeto a nuestra madre tierra. Ellos capacitan a los destructores. Hay un monstruo gigante que son las tecnologías que nos quieren imponer. A una comunidad cercana a la nuestra llegó un maestro zoque, monolingüe. ¿Cómo puede él enseñar en una comunidad chol? Nuestros niños no le entienden. Las prácticas pedagógicas actuales son de castellanización, no hay realmente educación bilingüe. Se dice que a esto tenemos derecho, pero ese derecho no se respeta”.

- “Nosotros somos el otro país. No tenemos más hora ni minuto para esperar. Los indígenas no vamos a pedir autorización a la SEP para hacer la reforma educativa. Tenemos derecho a ejercer nuestra libertad y nuestra autonomía en las comunidades”.
* Incluido en: Rosa María Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de viajes, Paidós, Buenos Aires-México-Barcelona, 2000.

Textos relacionados en OTRAƎDUCACION

Sobre educación en el Ecuador

Rosa María Torres
 
Pablo Sanaguano, Cotopaxi-Ecuador / Universidad Intercultural Amawtay Wasi

Algunos textos sobre educación en el Ecuador publicados en OTRA∃DUCACION. Incluyen artículos periodísticos y de investigación, entrevistas, conferencias.
Se refieren no solo a sistema escolar sino al amplio y complejo entramado en que se mueven la educación y el aprendizaje a lo largo de la vida: familia, comunidad, juego, trabajo, recreación, deporte, periodismo y medios, lectura y escritura, arte, cultura, política, participación social, naturaleza, internet.

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Ecuador: Adiós a las escuelas comunitarias y alternativas


Fotos tomadas de: Inka Samana


                                                               El 'modelo UEM'



Unidad Educativa del Milenio en Macas (Amazonía)
El gobierno de Rafael Correa (2007-2017) decidió implantar un modelo escolar único en el país: las llamadas Unidades Educativas del Milenio (UEM), "instituciones educativas públicas, con carácter experimental de alto nivel, fundamentadas en conceptos técnicos, pedagógicos y administrativos innovadores, como referente de la nueva educación pública en el país" (Ministerio de Educación, 14 sep. 2013).

Decidió, al mismo tiempo, eliminar las escuelas pequeñas, las comunitarias, las unidocentes y bidocentes, las interculturales bilingües, las alternativas. (Ver, en este blog: El cierre de la escuela comunitaria Inka Samana, una escuela comunitaria altamente innovadora, mencionada en la película "La Educación Prohibida"). Todo esto bajo la idea de "optimizar" y racionalizar la planta escolar, construyendo megaplanteles capaces de fusionar a varias escuelas pequeñas de los alrededores.

En el papel puede parecer una gran idea; el problema es implantarlo en la realidad, en comunidades concretas, en relaciones y dinámicas sociales y culturales que no se dejan trasladar de un lado a otro, fusionar y acomodar en edificios enormes, impersonales, con profesores nuevos y alumnos de diversas comunidades y de todas las edades repartidos en dos jornadas, una matutina y una vespertina.


El "modelo UEM", centrado en infraestructura y equipamiento, se propuso ofrecer "educación completa" (inicial, básica y bachillerato) en un solo plantel.
Megaplanteles, con numerosos alumnos, con dos turnos, iguales en todo el país, como signo de progreso, modernidad y calidad educativa. Los profesores apenas si eran mencionados en el inventario de recursos o mostrados en inauguraciones y otros actos cubiertos por los medios. Del modelo pedagógico no se hablaba. Aquí mis impresiones de una visita a una UEM en Otavalo, Imbabura y de una visita a una UEM en Guano, Chimborazo. 

A inicios del gobierno de Correa (2007) se habló de construir 28 UEM. La reelección. en 2013, abrió el apetito por más y, finalmente, a pensar en las UEM como modelo generalizable a todo el país. Correa llegó a afirmar que se necesitaban 5.500 UEM, 900 de ellas de nueva construcción (hasta el fin de su gobierno - mayo de 2017 - se habían construido y estaban funcionando 80 UEM en diversas provincias del país).



"Ahora se vienen las Unidades del Milenio", anunció el 31 de agosto de 2013, pocos días después de clausurar la Iniciativa Yasuní-ITT, que abogaba por dejar bajo tierra el petróleo en esta región megadiversa de la Amazonía ecuatoriana (ver cadena nacional del 15 de agosto de 2013). El anuncio de explotar la reserva petrolera del Yasuní se justificó como medida necesaria para "reducir la pobreza", invirtiendo sobre todo en hospitales y escuelas.
"La construcción de los colegios del Milenio se realizará con una planificación especial, lo que terminará con la edificación de pequeñas unidades dispersas y sin los servicios necesarios. En este momento existen 21.000 unidades educativas para 3 millones de niños y adolescentes. Pero el país solo necesitaría aproximadamente 3.000, cada una atendiendo a más de 1.000 estudiantes". (Enlace Ciudadano 323 , 25 mayo 2013). "Se cerrarán las escuelitas precarias y se reubicarán en los planteles completos como los del Milenio" (Presidencia de la República, 4 sep. 2013).
Correa reiteró que "las mal llamadas escuelas comunitarias son escuelas de la pobreza". Se propuso cerrarlas y llevar a sus alumnos a las Unidades del Milenio. Estamos hablando de 5.771 planteles unidocentes que están en el corazón de la educación rural en el país - y en la mayoría de países de América Latina - y en los que estudia 44% de la población estudiantil. Todos ellos hoy planteles abandonados.

El Ministerio de Educación nunca dio una cifra de escuelas cerradas. Estimaciones del Ecuarunari en 2013 hablaban de la existencia de 29.050 escuelas comunitarias en el país, 14.000 de las cuales se cerrarían. 

Posteriormente, en abril de 2018, Fander Falconí, ministro de educación en el gobierno de Lenin Moreno (y ex-funcionario y colaborador cercano en el gobierno de Rafael Correa), hizo públicas algunas cifras referidas a las escuelas uni- y bidocentes:
 

- 8.033 de las 14.479 escuelas unidocentes y bidocentes que existían hasta antes de 2009, principalmente en las zonas rurales, fueron cerradas o fusionadas durante el gobierno de Correa. 4.791 fueron cerradas y 2.311 fusionadas. Esto se hizo mayoritariamente entre 2013 y 2014, es decir, en su último período de gobierno. Antes de 2009 se eiminaron 1.334 escuelas de este tipo.

- Quedaron 6.446 planteles uni- y bi-docentes, lo que representaba el 52% de los 12.300 planteles educativos públicos en el país. De ellos, 4.097 eran unidocentes y 2.349 bidocentes, distribuidos en todas las provincias. En ellos trabajaban 8.795 profesores atendiendo a 166.903 alumnos.


- Algunas provincias con mayor número de escuelas uni- y bi-docentes eran: Manabí (727 unidocentes y 394 bidocentes), Loja (540 unidocentes y 220 bidocentes), Esmeraldas (331 unidocentes y 100 bidocentes) y Morona Santiago (244 unidocentes y 103 bidocentes).




Video: Abandono de escuelas comunitarias en Macas, Amazonía.
Todos los alumnos de este cantón deben trasladarse a la
Unidad del Milenio Bosco Wisuma.


Video: "Se nos fue la alegría".
Documental sobre el cierre de escuelas comunitarias
en las provincias de Cotopaxi y Chimborazo (2016)
 
 

El 'modelo ecuatoriano' de educación gratuita y de calidad


"El modelo ecuatoriano de educación gratuita y de calidad" expuesto por Rafael Correa (video, mayo 2014) tiene tres ideas fuerza, según dijo:

1. gran inversión en infraestructura ("no tiene nada que enviarle a las escuelas privadas de los ricos");
2. sacar el mayor provecho a la infraestructura (dos jornadas, una matutina y otra vespertina); 
3. escuelas grandes (atienden a más de mil o a más de dos mil estudiantes, pese a que según Correa "más allá de mil es antipedagógico"). Hay que olvidarse de las escuelitas pequeñas en barrios y comunidades: "eso reduce calidad" pues no permite las ventajas del gran tamaño, para contar con planta docente completa, laboratorios, equipamiento, etc. Esto se complementa con transporte escolar. "En el siglo 21 contamos con carreteras y transporte escolar". Los alumnos de las comunidades serán trasladados a las grandes escuelas mediante transporte escolar provisto de manera gratuita por el Ministerio de Educación. 


En realidad:


▸ la infraestructura no es el principal componente de la calidad de la educación; el gobierno ha invertido las prioridades: 1) infraestructura, 2) tecnologías, 3) docentes. Se trata de infraestructura moderna, no necesariamente innovadora. Se implementa un único modelo arquitectónico, igual para todo el país.

▸ las escuelas del futuro se perfilan hoy como escuelas pequeñas, abandonando el viejo esquema de megaplanteles.

▸ la educación comunitaria está en la base del Sumak Kawsay (Buen Vivir) y de la cultura indígena en el Ecuador, y es a menudo referente de innovación, pertinencia y transformación cultural en el Ecuador y en el mundo. Este es claramente el caso de Inka Samana.

▸ la escuela es un referente fundamental es cada comunidad y ha sido por lo general el resultado de procesos de lucha, participación y cooperación. Cerrar la escuela es cerrar la insttitución más importante de la comunidad - junto con la iglesia - y matar una parte importante de la vida comunitaria.


▸ la escuela unidocente o multigrado no es necesariamente escuela pobre para pobres;  hay políticas y sistemas multigrado de calidad en el mundo. Sin ir más lejos, el Programa Escuela Nueva en la vecina Colombia. (Ver: Escuelas multigrado, ¿escuelas de segunda?). Si las escuelas multigrado en el Ecuador se mantienen como escuelas pobres para pobres (Ver: En el campo, las escuelas siguen con falencias de hace décadas, El Universo, 4 mayo 2013) es porque los sucesivos gobiernos han decidido que así sea, abandonándolas en vez de impulsando políticas para construir un sistema multigrado de calidad.

▸ la doble jornada deteriora la calidad de la educación, antes que mejorarla. La tendencia actual en América Latina es a ampliar la jornada escolar, antes que a reducirla.

▸ el transporte escolar es provisto solo para comunidades o familias que viven a menos de 3 kilómetros de distancia de la UEM y no funciona en muchos casos. En comunidades apartadas, los niños se ven obligados a madrugar, caminan grandes distancias o bien las familias contratan transportes precarios que ponen en riesgo la seguridad de los niños.


Algunas medidas puestas en marcha fueron: construcción acelerada de infraestructura, fusión de escuelas y colegios, urbanización de planteles rurales, creación de varias escuelas-albergue (o de una sección de albergue dentro de una escuela regular), organización de varios turnos dentro de cada UEM, alineación de escuelas comunitarias y alternativas a la normativa de la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI, 2011) y a las decisiones del Ministerio de Educación.

El malestar del movimiento indígena frente a las UEM y al cierre de escuelas comunitarias

El movimiento indígena empezó a rechazar el "modelo UEM" y a pedir la devolución y reapertura de las escuelas comunitarias. Este reportaje, publicado en el diario Expreso a inicios de 2014, da una idea de los problemas en juego, especialmente en las zonas rurales.

Educación, la pugna rural (Diario Expreso, 9 febrero 2014)


Las comunitarias se reemplazarán por Unidades del Milenio. - Los indígenas reclaman su derecho a la educación - El plan de construcción sigue en pie.
Polvo, piedras y hierba por doquier. Tres pequeños van rumbo a su casa, montados en un caballo, por un camino difícil. Regresan de la escuela fiscal Aureliano Márquez Alvarado, en la comunidad de Gualay. Su destino es San Pedro del Rodeo, ubicado a unos 20 minutos de distancia.

El caballo se agota por la dificultad del ascenso y ellos continúan a pie. Édgar toma del brazo a Galo y, con el otro, sujeta un peluche. Aunque hay una escuela en su comunidad, prefieren recorrer el trayecto porque "arriba" solo les dan una colada y "abajo" también reciben el almuerzo.

Pero su escuelita podría desaparecer. ¿Fusionar es eliminar? Para Patricio Saguay, habitante de Victoria del Portete (Azuay), sí. En su parroquia, 14 escuelas comunitarias corren el riesgo de cerrarse por la construcción de una Unidad Educativa del Milenio (UEM).

Les explicaron que la harán ahí porque está en la zona de influencia del proyecto minero Quimsacocha. La promoción de esa actividad es constante.

El Gobierno adecuó laboratorios de computación en algunos centros educativos de la parroquia. Las aulas se distinguen del resto por las rejas que tienen para evitar robos. Al ingresar hay un gran rótulo: "La minería te conecta".

Saguay cuenta que la junta parroquial pidió a los funcionarios públicos que no levantaran la escuela del Milenio, asentada en un terreno de cerca de cuatro hectáreas, en el centro urbano. "Les dijimos que en lugar de ella nos dieran un centro de salud y mejoraban las vías".

A la población le preocupa la distancia de la Unidad Educativa del Milenio. ¿Cómo llegarán los niños de las comunidades más lejanas hasta ese sitio, sobre todo los de Educación Inicial?, se preguntan. El Gobierno ofreció busetas, pero no los convenció. Federico Guzmán, presidente de la Junta Parroquial, dice que ese servicio no está garantizado en la Constitución por lo que, después de algún tiempo, podrían perderlo.

Los más pequeños no están conscientes de lo que implicaría cambiarse de escuela. Ellos disfrutan aunque su aula de clase esté dividida en dos o tres grados, como ocurre en la escuela San Alfonso, en San Agustín. Allí dos profesoras dictan clases a tres grados repartidos en dos aulas.

Los que están por terminar el décimo año de Educación General Básica se atreven a opinar un poco. Alejandro Garcés, alumno de la Unidad Educativa Ramón Ulloa, apoya la construcción de la UEM. Si no, dónde terminará el colegio, dice.

Los profesores, en cambio, están divididos. Están conscientes de las limitaciones que tienen las escuelitas comunitarias para formar a los estudiantes. Sin embargo, aún no saben qué escuelas se cerrarán y les preocupa sus empleos.

El principal problema es tecnológico. Los centros tienen computadoras, pero no hay técnicos. Si se dañan, automáticamente quedan en desuso. Pasa, por ejemplo, en su escuela Monseñor Leonidas Proaño I, del cantón Nabón.

Allí también faltan implementos básicos. Anderson Morocho fue el voluntario para leer los números en quichua. Eduardo Guamán, su profesor, le extiende un puntero que antes era una antena de TV.

Illak
, shuk, ishkay... se traba y sus compañeros le ayudan. Dicen los números en voz alta. Están en segundo de básica. Allí se enseña quichua como segundo idioma. Aunque también se imparte inglés.


La mayoría cree que se construirá una UEM, aunque no consta en la planificación de Educación para 2014. A Guamán le emociona la idea de una infraestructura más grande. Solo espera poder participar: "Ojalá nos lleven y nos den capacitación".

Por ahora, todos los días se despide de sus alumnos: "kayakama mashikuna", le dicen.

Todo esto en un país en el que cerca un tercio de la población es pobre y en el que el 50% no tiene acceso a servicios básicos (datos cadena nacional sobre el Yasuní, 15 agosto 2013).  
Foto: CONAIE. Paro Nacional









La comunidad kichwa amazónica de Sarayacu rechazó la UEM que le ofrecía el gobierno. En otros lugares, los padres de familia abandonaron la UEM; prefirieron educar a sus hijos en la escuela de la comuna.

En enero 2015 varias comunidades indígenas de Imbabura se quejaron, en rueda de prensa, de los impactos del cierre y la fusión de escuelas sobre la vida familiar y comunitaria así como sobre la salud de los niños.

En varios casos, ante la presión y la protesta de las comunidades, el Ministerio de Educación reabrió escuelas cerradas (por ejemplo en la comunidad de Salasaca, en Pelileo).

En el  IV Encuentro Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, realizado en Peguche, Imbabura, en junio 2015, Correa fue declarado enemigo de la educación intercultural bilingüe.



Resoluciones de la Asamblea Anual Ordinaria de la CONAIE
Salasaca, Tungurahua, 17-18 de Julio 2015
2. "Recuperar la autonomía de la Educación Intercultural Bilingüe y exigir la inmediata reapertura y no cierre de las escuelas de educación intercultural bilingüe, institutos pedagógicos, colegios, CIBVs y de la Universidad Amawtay Wasi, así como la creación de centros de investigación a nivel regional para fortalecer el proceso de educación autónoma de las nacionalidades y pueblos.



Sorpresivamente y sin duda motivado por la crisis financiera a raíz de la caída de los precios del petróleo, en 2015 se revisó la decisión de clausurar todas las escuelas unidocentes. Eran ya evidentes las dificultades, en muchos lugares, de fusionar escuelas y acarrear alumnos. En el informe del segundo año de aplicación del Plan Decenal de Educación 2006-2015, se reconocía que no se cumplió la meta de "eliminar las escuelas unidocentes hasta 2011".

Se decidió que quedarían 1.500, las cuales pasarían a llamarse "unidades educativas de excepción", serían "mejoradas" y se les dotaría de tecnología a fin de que la enseñanza pudiera hacerse en línea (!). Según el ministro de educación Augusto Espinosa: “Es un modelo educativo anclado a la tecnología. Por ejemplo, en una escuela de 40 estudiantes, habrá un docente que trabaje como facilitador, pero como los estudiantes están en distintos niveles, para que puedan acceder al conocimiento del currículo, se utilizará la tecnología”.

Nada de esto llegó a implementarse.


Para saber más
» ¿Por qué declararon a Correa enemigo de la educación bilingüe?, Revista Plan V, 29 junio 2015

» Educación: la pugna rural, Expreso, 9 febrero 2014
» Marchas en defensa de Yasuní y escuelas comunitarias, El Mercurio, Cuenca, 28 ag. 2013.
» Las escuelas correístas de la pobreza cultural, Atahuallpa Oviedo Freire, Multiversidad Yachay Wasi, sep. 2013.
»  "Los chicos no están motivados en la escuela, necesitan que los escuchen", Sandra Majluf, La Capital, Mar del Plata, Argentina, 12 sep 201. Directora del Instituto de Educación Superior Terra Nova de Ushuaia que lleva adelante el sistema de educación experimental, libre.
» Galería gráfica: Schools in the World ▸ Escuelas del Mundo (Pinterest)

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